Cristián Frers
Los parques son elementos claves para mantener una buena calidad de vida y favorecer el placer de las personas: una ciudad que no pueda ofrecer suficiente cantidad de estos espacios públicos homogéneos -proporcional al número de personas- se convierte en un hábitat que conspira contra su bienestar.
Construir una ciudad que merezca vivirse y lograr una forma de vida confortable debe tener entre sus ejes estratégicos esas áreas verdes. Algunas se desarrollan por acción natural; otras son creadas por el hombre que impulsa el cultivo de las plantas con un fin. El ser humano incide en el desarrollo o el declive de ellas, que surgieron naturalmente y no fueron plantadas.
Si se compara la cantidad de plazas públicas respecto a otras de América latina, nuestra capital sale perdiendo: en un ranking de diez ciudades, elaborado por la ONU, incluidas México DF, San Pablo y Santiago, de Chile, quedó en penúltimo lugar, con 6 mts2 por habitante. Sólo Lima queda detrás, con dos mts2. La proporción bajó de 6 mts2 en el 2006 a 5,9 mts2 en el 2014. Parece poca la diferencia pero, como el número ya es muy bajo es importante para prestarle atención.
En un año perdió 26.5 hectáreas mientras sumó 1.8 hectáreas en plazas . Los barrios con más parques son: Puerto Madero, San Nicolás, Retiro, Montserrat, San Telmo y Constitución. Los barrios con menos áreas plantadas son Almagro y Boedo.
En el gobierno, el Ministro de Ambiente Eduardo Macchiavelli, admitió la falta de espacios verdes pero destacó que sería uno de los aspectos por mejorar durante su gestión.
La importancia de contar con la suficiente cantidad recae en cumplir, para así cuantificar y valorar las bondades ecológicas de la existencia de árboles y de plazas conocer la calidad ambiental de un área urbana.
El déficit que presentan tantas ciudades argentinas obedece a no haber acompañado el desarrollo urbano. La falta de inversión en espacios verdes se ve en destinar menos sitios para aumentarlos.
A algunos gobiernos municipales les cuesta concebir esta sencilla regla: al aumentar la densidad de la población, las plazas ven desbordada en su capacidad, lo cual requiere la necesidad de construir otras. La importancia de ellas en las urbes radica en los efectos positivos que tienen sobre la población, efectos que pueden manifestarse en el ámbito social: en la conciencia ambiental, en el bienestar sociocultural y en la salud psíquica y física de los ciudadanos.
Entre los servicios ambientales que estas áreas verdes urbanas prestan a la ciudad tenemos: la captación de agua pluvial, la generación de oxígeno, la disminución de los niveles de contaminantes en el aire; la disminución de los efectos de las llamadas “islas de calor”; el amortiguamiento de los niveles de ruido; la disminución de la erosión del suelo, además de representar sitios de refugio, protección y alimentación de la fauna silvestre.
El centros de recreo al aire libre debe encontrarse en relación con otros elementos construidos de tal forma que un individuo pueda desplazarse dentro de una ciudad trasladándose de un punto al otro en ómnibus, subte, en bicicleta, a pié o corriendo, gozando de la vida al aire libre, lejos de los ruidos, de la polución, donde se escuche los sonidos de la naturaleza, en la medida que avanza la formación de microclimas y ecosistemas que limpien nuestra alma.
Fuente del articulo: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Habitat-Urbano/La-importancia-de-los-espacios-verdes-en-las-ciudades
Fuente de la imagen: http://cdn.ecoportal.net/var/ecoportal_net/storage/images/temas-especiales/habitat-urbano/la-importancia-de-los-espacios-verdes-en-las-ciudades/2089896-1-esl-ES/La-importancia-de-los-espacios-verdes-en-las-ciudades_large.jpg