La guerra de los sexos ¿Y quién tiene bajo rendimiento?

Cynthia Hobbs y Justine Stewart

Sí, es verdad. Un mayor porcentaje de chicas que de chicos aprueban el Examen Regional del Consejo de Educación Secundaria (CSEC – por sus siglas en inglés,  un examen usado como evaluación de fin de los estudios secundarios) en la mayoría de las asignaturas.  Sin embargo, en materias claves como las matemáticas, más de la mitad de los candidatos jamaiquinos reprobaron en 2013, independientemente de su sexo. En ese sentido, aunque los chicos sí tienen un desempeño académico inferior al de las chicas, está claro que ambos muestran un bajo nivel académico y aún deben mejorar. Por ende, el sistema educativo deberá apuntar a la excelencia en aprendizajes para todos.  

Es importante exigir la excelencia porque los estudiantes se motivan a través de las expectativas. De hecho, las expectativas de un maestro pueden convertirse en una profecía auto-cumplida; se ha comprobado que independientemente del nivel socioeconómico de la escuela, existe una relación entre resultados altos de aprendizaje estudiantil y las actitudes y expectativas de los maestros hacia sus alumnos. Por ejemplo, un estudio financiado por el BID mostró que las escuelas más eficientes en Jamaica son aquellas que promueven una cultura de altas expectativas.

Entonces, ¿cómo mejorar la excelencia académica en todos? ¿Deberían variar las intervenciones según el sexo?  Aunque frecuentemente se habla de un enfoque de género, los expertos de Jamaica hallaron evidencia de que el nivel socioeconómico es el mayor predictor del éxito escolar. Además, la realidad muestra que las disparidades de desempeño entre escuelas no se reflejan en la fuerza laboral. En Jamaica, los hombres de todos los niveles educativos y de todas las edades, suelen tener salarios más elevados y tasas de desempleo más bajas en comparación con sus pares mujeres.

Además, existen costos económicos y sociales asociados al bajo desempeño estudiantil y a los bajos salarios, tales como la deserción escolar y la participación en conductas de riesgo como el crimen y la violencia.  Por estas razones, es necesario abordar los aprendizajes bajos tanto de chicos como de chicas. De hecho, los estudios demuestran que un liderazgo escolar sólido y una enseñanza efectiva, pueden influir positivamente en el desempeño estudiantil. He aquí algunas otras estrategias:

  • Aumentar la participación de los padres y madres en la educación de sus hijos para prestar apoyo y motivación.
  • Enseñar habilidades específicas, mejorar la enseñanza de competencias para la vida y ofrecer programas que incluyen prácticas de trabajo.
  • Mejorar las habilidades básicas de lectura y matemáticas.
  • Ofrecer apoyo pedagógico a los maestros para identificar los estilos de aprendizaje de los estudiantes y aplicar estrategias de enseñanza diferenciada que permitan satisfacer necesidades distintas.

Por último, es prácticamente innegable que los chicos de habla inglesa del Caribe tienen un desempeño estudiantil bajo, pero si estamos decididos a apuntar a la excelencia, chicos y chicas deben ser igualmente ganadores.

Fuente del articulo: http://blogs.iadb.org/educacion/2014/11/21/batalla-de-los-sexos-quien-tiene-bajo-rendimiento/

Fuente de la imagen: http://blogs.iadb.org/educacion/files/ID-100107919.jpg

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¡A producir educación de calidad en masa! Convirtamos la excepción en la regla…

Cynthia Hobbs

Imagina una cadena de producción, organizada con todos los insumos necesarios para producir una escuela próspera. Ahora, imagina de nuevo que existen pocas escuelas que son efectivas. ¿Cómo cambiarías la línea de producción? Este es el problema con el que se enfrenta el Ministro de Educación de Jamaica (MoE – por sus siglas en inglés): ¿cómo desarrollar un sistema de apoyo que mejore todas las escuelas de bajo desempeño académico? Por supuesto, sí es posible identificar ejemplos de maestros fantásticos y de directores que son  líderes sólidos, pero es imposible lograr que un país entero sobreviva a partir de la excelencia de solo unas pocas escuelas.

Según la Inspección Nacional de Educación de Jamaica (NEI – por sus siglas en inglés), las escuelas efectivas son aquellas que tienen se desempeñan satisfactoriamente en las siguientes ocho áreas.

  1. Liderazgo y gestión
  2. Apoyo de los maestros a los estudiantes
  3. Desempeño de los estudiantes en pruebas y evaluaciones regionales y nacionales
  4. Progreso de los estudiantes
  5. Desarrollo personal y social de los estudiantes
  6. Recursos humanos y materiales
  7. Programas de currículo y de mejora
  8. Protección, seguridad, salud y bienestar de los estudiantes

Según un estudio reciente sobre la eficacia de escuelas solicitado por el Ministerio de Educación a través del BID, el NEI clasificó al 50% de las escuelas primarias y secundarias de la muestra como efectivas. De estas escuelas, el 70% se caracterizó por poseer un liderazgo sólido. No obstante, una de cada tres escuelas clasificadas como inefectivas también obtuvieron una calificación alta en liderazgo escolar sólido, lo cual demuestra que este no es el único factor que asegura la efectividad escolar.

¿De qué manera se pueden transformar las escuelas para que sean efectivas?

En Jamaica, todas las escuelas efectivas poseen un ingrediente secreto fundamental: el Plan de Mejoramiento de la Escuela (SIP). Aunque el MoE exige que cada escuela desarrolle su propio SIP, no todas lo hacen. Los cuatro componentes del SIP que contribuyen al éxito de las escuelas son:

  1. Autoevaluación
  2. Promoción de la articulación entre los distintos grupos de interés para crear una visión conjunta de la escuela
  3. Incorporación del SIP en la rutina diaria de la escuela
  4. Monitoreo y evaluación continuos

Además de las clasificaciones del SIP y del NEI, el Estudio de la Efectividad de las Escuelas también identificó 9 condiciones que pueden ayudar a aumentar la eficacia. Tal como lo muestra la figura de abajo, el modelo incluye ocho factores principales y un noveno factor, que es transversal: un liderazgo escolar efectivo. De hecho, si lo vemos más de cerca, tanto el modelo de  9 factores como la clasificación de NEI tienen en común la importancia del liderazgo eficaz.

Así que… tomémonos unos segundos para reflexionar.

¿Cuáles son las buenas noticias?

Aunque aún los aprendizajes estudiantiles son bajos en Jamaica, los resultados del NEI muestran que una de cada tres escuelas inefectivas sí tiene un liderazgo eficaz. Esto significa que algunas escuelas sí han logrado desarrollar áreas que son críticas para su éxito. La otra buena noticia es que la mejora no implica grandes costos. De hecho, los factores que se han visto más asociados con el desempeño estudiantil no representan grandes inversiones financieras. Entre ellos, vale la pena destacar: ‘el nivel alto de participación por parte de los padres y la comunidad’, ‘el monitoreo frecuente del aprendizaje y de la enseñanza’, y ‘la colaboración y la comunicación’. Estos factores están altamente correlacionados con resultados positivos en los aprendizajes de los estudiantes y no requieren de muchos recursos. Además, el hecho de que existan buenos líderes en las escuelas permite que estos puedan involucrar a los maestros, los padres y la comunidad para que conjuntamente promuevan un cambio positivo en sus escuelas.

En Jamaica, el recientemente inaugurado Centro Nacional para el Liderazgo Educativo aplicará algunas de estas lecciones aprendidas en entrenar a directores de escuela y demás líderes escolares para que mejoren sus habilidades. Por supuesto, el desafío aún es grande, pero por lo menos Jamaica tiene las herramientas para superarlo. Así, con esta formación, se espera que este pequeño país del Caribe pueda comenzar a producir masivamente escuelas efectivas.

¿Y tú? ¿Qué ingredientes utiliza tu comunidad en América Latina y el Caribe para lograr que sus escuelas sean efectivas?

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¿Cómo impactan las emociones en la decisión de desertar?

¿Sabía usted que, en Jamaica, aproximadamente 1 de cada 10 estudiantes de secundaria desertan?  Cada uno de estos estudiantes tiene una historia muy especial que contar. Es decir, aunque muchas veces los modelos económicos asumen que los individuos son homogéneos y racionales al tomar decisiones, cuando se trata de estudiantes desmotivados cercanos a  abandonar la escuela y que  tienen diferentes necesidades emocionales, los resultados pueden ser diferentes. Este hecho no contradice los modelos económicos tradicionales, sino que evidencia que los modelos necesitan capturar los aspectos emocionales de la toma de decisión de los estudiantes.

Para analizar las historias individuales de los estudiantes que toman la decisión, aparentemente irracional, de salir de la escuela antes de tiempo, necesitamos un análisis de dos niveles. Con este propósito, el estudio reciente “Dislocación Adolescente en Jamaica: Causas y costos en el nivel secundario” recogió algunos ejemplos que permiten profundizar aún más nuestra interpretación del fenómeno. En el contexto de Jamaica, a nivel macro, los responsables políticos sopesan el costo social de los estudiantes que desertan y las intervenciones para prevenirlo.

Los costos sociales incluyen los ingresos fiscales no percibidos y el costo de la delincuencia juvenil. Con referencia a este último, en Jamaica, el costo del crimen es significativo y se estima que una reducción en el nivel de la delincuencia en general podría aumentar el crecimiento anual del PIB del 5,4%. Además, el informe del PNUD estima que, en 2005, la delincuencia juvenil produjo un costo de 3,21 por ciento del producto interno bruto del país. El costo de proporcionar intervenciones que merman la cantidad de desertores implica la provisión de un sistema educativo de servicio completo que pueda acomodar a todos los jóvenes en edad de asistir a la escuela.

El estudio reciente de Jamaica proporciona un análisis a nivel micro de por qué los estudiantes se retiran del sistema escolar. De acuerdo con el estudio, hay cuatro puntos que exploran la personalidad del estudiante que abandona:

(1)    Los estudiantes que abandonan la escuela todavía se visualizan a sí mismos en el mercado laboral. En el estudio, el 90% de los jóvenes que desertan de manera prematura tiene metas profesionales específicas. Además, casi la mitad de ellos expresa su deseo de seguir estudiando para poder alcanzar sus objetivos de carrera. Estos estudiantes quieren contribuir con la sociedad y no consideran que la deserción sea el final de su educación.

(2)    Al tomar la decisión de abandonar, los beneficios a corto plazo de salir de la escuela son mayores que las consecuencias a largo plazo. Según el estudio, los “factores financieros”  son la segunda razón más común para que los estudiantes abandonen el sistema educativo. El primero es “apoyo inadecuado por parte de los padres”. Los estudiantes de bajos ingresos y sus padres se enfocan en sobrevivir y, en consecuencia, muchos estudiantes salen de la escuela con el fin de aumentar los ingresos del hogar, sin darse cuenta de que su salario a largo plazo aumentaría si permanecieran.

(3)    Los estudiantes no rechazan la idea de aprender. Ellos simplemente no reciben el apoyo que necesitan para permanecer en la escuela. Los estudiantes mencionan que el apoyo insuficiente por parte de padres y profesores como un factor importante que precipitó su salida del sistema educativo. En particular, los estudiantes no creían que estaban recibiendo suficiente apoyo individual y ayuda de su profesor. Cuando los estudiantes comienzan a fracasar en la escuela, esta se convierte en un ambiente negativo que refuerza su baja autoestima.

(4)    Todos los estudiantes desean sentir conexión y aceptación emocional. Los comportamientos de riesgo, como la violencia, la pertenencia a pandillas y la actividad sexual prematura son expresiones peligrosas de esta necesidad, y se encuentran entre las razones para desertar. Por otro lado, el estar en la escuela, tener sentido de pertenencia y un vínculo fuerte con algún maestro u otro miembro del personal, motiva a los estudiantes a que se comporten de manera positiva y continúen con una trayectoria exitosa en la escuela.

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