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8.000 estudiantes, Endeavor, la pedagogía instrumental y el encanto de los paraísos fiscales

La ministra de educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, convocó a 8.000 estudiantes que cursan el quinto año en las escuelas medias, en el marco de las ACAP (prácticas laborales profesionalizantes), a un evento en el Luna Park el 29 de marzo próximo para difundir la “experiencia Endeavor”. Se trata de una corporación empresarial que nuclea a gran parte del “emprendedorismo” mundial más un fondo de inversión internacional.

Muy bien caracterizada, aparece la corporación Endeavor en el comunicado de prensa de la secretaría pedagógica de Ademys, a cargo de Marisabel Grau, en el que se describe  la propuesta de la corporación que realiza el evento, patrocinado por el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, al que asistirán 8.000 estudiantes  de los quintos años de las Escuela Medias.

La empresa Endeavor Argentina, tal cuál expresa el comunicado de “Rechazo” del sindicato Ademys a la actividad programada en el Luna Park, “recibe el financiamiento de empresas tales como IBM, IRSA, Banco Galicia, Banco Hipotecario y las consultoras empresariales PWC y EY”, además posee “65 oficinas alrededor del mundo y una facturación de más de 28 billones de dólares desde 2020, producida por ‘los emprendedores’”.

Como ya es de público conocimiento, la Ciudad tiene tercerizado el gobierno; en el caso específico de Educación, desde hace mucho tiempo que las continuas reformas políticas, son sólo para dar entrada a fundaciones, ong y corporaciones empresariales, que son las que organizan el modelo educativo.

Esas continuas reformas, recortan la participación de los educadores en los diseños curriculares, en las orientaciones pedagógicas y en el cotidiano escolar.

Sería un gran error de apreciación adjudicar el proceso de reforma de la educación pública sólo al sello político (PRO) que gobierna la Ciudad desde hace casi 16 años; porque, en rigor de verdad, el proceso de reforma lleva más de 30 años, con la fragmentación del sistema como premisa. Conste que cuando decimos reforma, hablamos de la trama de desposesión a la que es sometida la educación pública, reducida a ser “valor agregado”, adaptable y flexible de los intereses corporativos, como venimos anunciando desde hace más de 30 años.

Pero no sólo se agota en eso, la macropolítica educativa se estableció a nivel global y son los organismos internacionales los lugares de diseño (Banco Mundial; UNESCO; OCDE; BID…), con sus “recomendaciones” a los países han construido el Mercado de la Educación con fundaciones empresariales que cotizan en Bolsa y con Ceos multibillonarios que han visto en la educación un nicho de negocios de vías múltiples.

Por un lado, el poder del modelo de negocios corporativos y por otro, la agenda pedagógica de la instrumentalidad para la empleabilidad del presente y del futuro, con los eslóganes de “aprender a aprender” y “aprender para toda la vida”; además de la cadena de significación del “éxito” a través del nuevo deporte del siglo XXI, el “emprendedorismo”.

Entonces abrevan en el magma de la fortuna del “buen emprendedor”, las fundaciones y universidades privadas que dominan el mercado educativo donde la noción de lo público ha sido borrada para dar paso a su conversión en mercancía privada.

Y es así, que después de “Enseña por Argentina”; “Proyecto Educar 2050”; la fundación CIPPEC (tan solicitada por los gobiernos de todos los sellos), la fundación Varkey [a la que se le pagó 150.000 dólares mensuales desde abril de 2017 a marzo 2020 por capacitar directivos en Corrientes, Mendoza, Salta y Jujuy, son US$150 mil por mes por cada provincia, pagados con los dineros públicos del Ministerio de Educación Nacional]  y otros cientos de fundaciones y ONG’s, los dineros públicos se disipan en los convenios público-privados.

Además, la fundación Varkey es socia del gobierno de la Ciudad, de la empresa Inicia Educación, de Diálogo Interamericano (corporación de derecho privado, creadora del programa PREAL- Programa de Reforma Educativa para América Latina y el Caribe – con sede en Washington) con el respaldo la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos), la moderna oficina de indias, que conforman la Coalición Latinoamericana para la Excelencia Docente junto a 14 países y lo más rancio del neoliberalismo de cada uno de ellos.

Con todo este andamiaje, nada puede sorprender que las empresas sean el “faro” docente del siglo XXI, por lo menos mientras todo el mercado educativo siga siendo un gran negocio, incluso por donde se filtran dineros de fondos de inversión, además de los créditos del Banco Mundial para educación, tomados recientemente por el super ministro Sergio Massa, que también orientan las políticas hacia la educación por resultados, que no sólo niega la educación como proceso, sino que fomenta las engañosas prácticas de las pruebas estandarizadas.

Entonces, 8.000 estudiantes asistirán al show en formato “pedagógico” de la puesta en escena de enunciados enlatados con campos semánticos seductores que venderán el humo del “ecosistema emprendedor”; el “éxito”; el “mérito”; la “adaptabilidad” y “flexibilidad” frente al cambio permanente y la “riqueza” a la vuelta de la esquina, entre otros espejitos de colores. La puesta en escena de la pedagogía instrumental.

¡Menos Platón y más bitcoin!

Y 8000 estudiantes serán expuestos a relatos de un mundo que factura billones de dólares a través de un fondo de inversión. Tan “importante” es que la revista Forbes, hace la publicidad del evento por los 25 años que cumplió la empresa en Argentina: “El encuentro se realizará el 29 de marzo en el Luna Park y convocará a estudiantes del último año de cerca de 150 colegios secundarios (la mayoría, públicos), como parte de una acción colaborativa con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires …”.

Foto de Forbes Argentina

Y reproduce las palabras de Guibert Englebienne, presidente de Endeavor Argentina y cofundador de Globant: “Vemos unalto crecimiento en términos de la cantidad de emprendimientos que son de escala global de base tecnológica, de pensar en grande y a largo plazo. Estamos muy muy contentos con eso y creo que colectivamente eso está generando un cambio, una subcultura, que me parece muy importante, o sea el retorno el pensar en la meritocracia…”.

Seguramente, Englebienne, habla de “emprendimientos” que están a billones de km de distancia de las realidades cotidianas de lxs estudiantes, como de las realidades escolares sumidas en la precariedad por la falta de inversión en infraestructura.

El fundador de Globant, defiende y sostiene la meritocracia como valor para desarrollar la sociedad y por supuesto la educación, ocultando que lo que él considera un valor es el propulsor del individualismo como práctica cotidiana y la competencia pro mercado (non sana), lo contrario de lo que sostiene la escuela, la solidaridad.

También el artículo de Forbes destaca las palabras de María Julia Bearzi, directora Ejecutiva de la empresa, que afirma, respecto de la importancia del evento y lxs estudiantes: “queremos inspirarlos. Queremos mostrarles que en la Argentina también se puede, que desde Argentina también se puede (…) pensar en el futuro: no solo de los emprendedores, sino el futuro de nuestro país porque estos chicos van a ser finalmente la fuerza productiva de la Argentina”.

Esta última reflexión de la directora ejecutiva es la que hay que poner en debate: “… estos chicos van a ser finalmente la fuerza productiva de la Argentina”.

¿Cuál es el concepto de fuerza productiva desde la meritocracia? ¿Qué futuro están pensando desde el emprendedorismo corporativo y multibillonario?

Otra de las ideas expresadas es “queremos mostrarles que en Argentina también se puede, que desde Argentina también se puede…”

Esto es particularmente curioso porque uno de los ceos invitados para compartir, no sus millones, sino su “experiencia emprendedora” es Marcos Galperín, el Ceo de Mercado libre, que se mudó a Uruguay para no tributar impuestos en Argentina, así como Martín Migoya, también disertante del futuro evento Endeavor y uno de los cuatro fundadores de Globant.

Pero lo más impactante es la paradoja entre el dicho “…desde Argentina también se puede…”, con la actitud del otro fundador de Globant y a la sazón presidente de Endeavor Argentina, Guibert Englebienne, porque también se mudó a Uruguay para no pagar impuestos en Argentina.

¿Qué propuestas pueden hacerles a lxs estudiantes de las escuelas públicas quienes desde su meritoria vida se van del país para no pagar impuestos? Y uno de ellos es el presidente de la empresa que convoca al “didáctico” evento. Debe ser otra de las estrategias de la “subcultura” de la que habló. La meritocracia debe incluir en su paquete de valores el “escapismo” como ejercicio para la elusión fiscal.

Y tal vez algo de eso hay, puesto que la empresa generó su propio fondo de inversión hace 11 años, “la comunidad de emprendedores más grande del mundo, lanzó su propio fondo de coinversión llamado Endeavor Catalyst. ¿El objetivo? Apoyar a las compañías de la red Endeavor en su proceso de crecimiento y, al mismo tiempo, ser una fuente de financiación para sostener la misión de la organización en todo el mundo. Por otro lado, el fondo también contribuye a la misión de Endeavor de promover la inversión económica en mercados emergentes”, según su propia página web, en la que también informan sobre sus “patrocinadores” y “donantes” a nivel mundial, entre ellos Silicon Valley Bank, recientemente quebrado, con su actividad centrada en el sector tecnológico, el de los “emprendedores”.

También aparece como donante de 10 millones de dólares la Red Omidyar de Pierre Omidyar, fundador de e bay, titular de Omidyar Network, que junto a otra empresa y fundación invierten en el Grupo Vi-da Tec propietario de la plataforma TICMAS que recibe millones y se impone como plataforma educativa a la que los docentes deben adaptarse, en provincias como Misiones, por ejemplo con la plataforma  Guacurarí, y transformarse en “facilitadores”.

En este escenario también aparece el BID con 5millones de dólares; la JP Morgan Chase & Co. con 1 millón; el propio Marcos Galperín y Eduardo Elsztain, también con 1 millón de dólares cada uno y otros tantos bancos, ceos, fundaciones que se pueden visitar aquí.

Pero, tal vez, lo más importante del emprendedorismo corporativo, es que el fondo de inversión Catalyst se crea en Delaware, Estados Unidos, uno de los paraísos fiscales más trascendentes de empresas off shore que mostró la investigación de los Panamá Papers.

¿Cuál será la orientación que tendrá la mega reunión con 8.000 estudiantes, que van a asistir bajo el encuadre de “prácticas laborales profesionalizantes”, a un evento con algunos emprendedores, que deberían explicar por qué no quieren tributar en Argentina?

¿Explicarán los ceos devenidos en seudo docentes, por qué el fondo de inversión Catalyst se crea en un paraíso fiscal?

¿La práctica de elusión es legítima y legal en el caso de ser emprendedor?

¿Cuál es la ética del emprendedor corporativo?

Estas podrían ser algunas de las preguntas desde el enfoque de la pedagogía crítica; en cambio, por el contrario, la pedagogía instrumental tiene una pregunta globalizadora: ¿Para qué sirve, es rentable?

Las respuestas están en Platón y en el bitcoin, respectivamente.

Fuente: https://tramas.ar/2023/03/22/8-000-estudiantes-endeavor-la-pedagogia-instrumental-y-el-encanto-de-los-paraisos-fiscales/

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Empiezan las clases: la historia vuelve a repetirse

Todo fluye con la intensidad discursiva del eterno retorno, con los dimes y diretes en los medios de comunicación sobre el comienzo de las clases y las luchas docentes por salarios que aseguren ganarle a la inflación y condiciones de trabajo dignas en todo el país.

Entonces, el paisaje es con movileros en librerías relevando sobre el costo de los útiles escolares, el periodismo del establishment que intenta mostrarse a uno u otro lado de una grieta que en educación es inexistente, solo algunos matices diferenciales más discursivos que ejecutivos; el presidente Alberto Fernández inaugurando una escuela en el Chaco, donde algunos sindicatos aseguran no empezar el 1 de marzo, entre otras inauguraciones del año lectivo 2023 a cargo de ministros y gobernadores en época preelectoral.

Lo cierto es que nada de lo que suele suceder en los comienzos de año ha cambiado, los planteos del conjunto de la docencia, que trata de no ser subsumida en la categoría neoliberal de “facilitadores”, son históricos. Los salarios son bajos, no alcanzan a la canasta básica familiar, que está en los $250.000.

Muy lejos de esta cifra el propio gobierno nacional acordó con los sindicatos con representación nacional aumentar el salario de las y los maestros un 33,5% a julio y elevar el salario mínimo inicial a 130 mil pesos a partir de marzo. El acuerdo establece que el aumento será de un 17,5% en marzo y de un 8% ciento en mayo y otro 8% en julio. Lo que fue aceptado por dirigentes sindicales nacionales y festejado por la administración de Alberto Fernández.

Pero sucede que como esa paritaria nacional establece un piso, el otro 50% de la discusión es por jurisdicción y eso demuestra que mantener la fragmentación del sistema educativo, pregonando un seudo federalismo, no hace más que agravar las situaciones.

Por lo menos, 8 provincias en paro o con paro declarado por alguna de las agrupaciones sindicales, dependiendo de cuándo comiencen las clases. Porque, según el calendario escolar, algunas como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) comenzaron ayer, 27 de febrero; otras como Buenos Aires (PBA), comenzarán el 1 de marzo, mientras que Corrientes lo hace hoy, 28 y La Rioja el 2 de marzo. Una cuestión poco comprensible si críticamente analizamos que el tema de la cantidad de días de clase, 190 o 192 no establece ninguna diferencia, ni ha sido demostrada la relación entre el rendimiento pedagógico y la cantidad de días de clase, otro tema para el debate.

CABA, San Juan, Santa Cruz, Santa Fe, Chubut, Río Negro, Misiones y Chaco, donde distintas agrupaciones sindicales provinciales han llamado al paro en el inicio de clases por considerar las propuestas absolutamente insuficientes, como sucede con el 60% que ofrece el gobierno de CABA como techo a pagar en 6 cuotas. Ademys, que, por supuesto no acordó, convocó al paro con movilización y un pliego de propuestas, mientras que UTE-CETERA si bien no firmó el acta de acuerdo con el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, tampoco tomó ninguna medida de fuerza.

Pero la Argentina es tan extensa que Alberto Fernández inauguró, ayer, el edificio de la Escuela de Educación Secundaria Nº 82 Doctor René Favaloro en la localidad de Basail, Chaco. Mientras en la previa al inicio del ciclo lectivo 2023, Federación Sitech realizó su congreso extraordinario ayer, en Quitilipi, y definió el “no inicio de clases” el 1 de marzo con una medida de fuerza y movilización en cada una de las localidades. En Resistencia, la manifestación tendrá lugar en el mástil de la avenida 9 de julio, a partir de las 9:30.

En el vaivén de mostrar lo “acertado” de las políticas educativas, el ministro de Educación, Jaime Perczyk, anunció hace unos días que las escuelas de todo el país promoverán contenido pedagógico para conmemorar durante todo el ciclo lectivo 2023 los 40 años de democracia en la Argentina.

Aquí se plantea una pregunta y una reflexión: ¿La democracia se conmemora o se ejerce como forma de vida?

La resolución del Consejo Federal de Educación (CFE) consignó que “desde su recuperación en 1983, la Argentina ha sostenido con firmeza el sufragio como la forma de representación política para la toma de decisiones colectivas”

“La consolidación de la democracia, la reafirmación del Estado de Derecho, el respeto a nuestras instituciones y la protección de la democracia son ejes centrales para el Estado Nacional”.

No parece ser muy abarcadora la resolución del CFE respecto de la conceptualización de democracia, reducida al voto y al genérico “respeto a las instituciones” y lo más polémico, la “protección de la democracia” por el Estado, cuando la democracia es de los pueblos y los propios Estados se la arrebatan en múltiples ocasiones.

Seguramente habrá mucho que debatir en las escuelas sobre los temas propuestos en la resolución del CFE, pero más que tomar los 40 años de democracia como una efeméride, la propuesta debe ser crítica y darle vida para ampliar el debate democrático sobre la colonial reforma educativa; el descuento salarial por huelgas; la judicialización de las protestas, las políticas que generan pobreza, las amenazas constantes hacia el pueblo mapuche; la falta de agua y represión policial sufridas por las comunidades qom y wichí en Chaco, Salta y Formosa; el cambio climático; la contaminación masiva por el uso de agrotóxicos, la megaminería química, y los desechos industriales; la usurpación de territorios luego del genocidio indígena y los realizados con fraudes inmobiliarios como Lago Escondido y otros “emprendimientos”… la lista será completada por lxs lectorxs.

Temas todos que junto a la Educación Sexual Integral (ESI), deben formar parte de los contenidos curriculares, actualmente orientados a la formación estandarizada para la empleabilidad,que lejos de formar para la transformación, las políticas educativas continúan con un ordenamiento colonial encubierto por un discurso tecnocrático que intenta formar para la adaptación y la flexibilidad, pero hasta en eso el sistema político fracasa involucrando a la escuela, que es el último eslabón de la cadena institucional.

Y así cómo en las distintas “conmemoraciones” de los 40 años de democracia deberíamos preguntarnos por si, tal vez, la democracia representativa ya ha cumplido un largo ciclo, incluidos sus propios fracasos en la imposición de valores generales que a la sazón son valores de las clases hegemónicas, que nos llevaron a dictaduras y genocidios.

¿Acaso no será tiempo de pensar en democracias participativas donde las escuelas dejen de ser repositorios de la colonialidad del poder y pasen a ser usinas de pensamiento emancipatorio, con docentes formados en las pedagogías críticas?

¿La pobreza cuantificada de los debates comunicacionales en educación?

Para ejemplificar, apenas un poco, y en la coyuntura actual, el comunicador del grupo Clarín, Jorge Lanata, en su artículo: “Un tema que no le importa a nadie: el drama de la educación y los políticos que miran para otro lado”, del sábado pasado, buscando desde el título un golpe de efecto típicamente mediático, abre su nota con una cita sarmientina: “La palabra “democracia es una burla si el gobierno pospone o descuida formar al ciudadano”, aunque ya sabemos que democracia y ciudadano para Sarmiento no eran conceptos que abarcaran a todxs.

Continúa con una encuesta realizada por Management & Fit, en la cual se preguntó “¿cuál se consideraba el principal problema de la Argentina?” y nada más que un ínfimo 3% contestó, la educación.

¡Nada de qué sorprenderse! Porque las respuestas se encolumnaron de la siguiente manera: el 49% contestó que era la inflación, el 28% dijo que era la corrupción, el 7% la pobreza, el 5% la inseguridad y el 4% la desocupación. Más bien cabría preguntarse ¿cómo se ordena la agenda en los medios? Así la secuencia de la encuesta cobra sentido y no se trata de que “la educación no le interesa a nadie”, sino que, en la formación de la opinión pública, es decir en los contenidos mediáticos no está la educación, salvo para casos de violación, abuso, cierre de una escuela; esto es, en la temática mediática, el delito. O para los comienzos de ciclo lectivo o para los resultados de las pruebas estandarizadas. Es decir que el debate sobre educación solo se reduce a cuestiones medibles.

Así que el primer argumento de Lanata no se sostiene para hablar de la problemática educativa que de por sí es compleja y no se puede enfocar desde una mirada instrumental y mucho menos a través de una encuesta guiada.

Aunque sí esa parte del artículo, o todo, puede ser objeto de una clase de comunicación, para ver cómo se articulan enunciación y enunciado, pero eso lo dejamos para otros espacios educativos.

Más allá de esta breve digresión, el artículo de Lanata hace una pretendida cita de autoridad: “En 2021 Sergio Siciliano -ahora diputado bonaerense, ex viceministro de Educación de la gestión Vidal- presentó un proyecto para declarar la emergencia educativa en la Provincia. Nunca llegó a tratarse, ni siquiera en la Comisión de Educación de la Legislatura bonaerense, que en los últimos tres años solo se reunió seis veces”.

Citar al viceministro de la gestión de María Eugenia Vidal es cuando menos ignorar que la gestión de Vidal no invirtió en educación, ni en infraestructura (todavía están latentes las muertes de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, vicedirectora y auxiliar de la escuela N° 49 Nicolás Avellaneda de Moreno por las que tendrían que dar explicaciones Vidal y el empresario devenido en Director General de Escuelas, en ese momento, Gabriel Sánchez Zinny). La única gestión educativa de Vidal fue la desinversión, el consecuente abandono edilicio y los cierres de escuelas.

Así que citar a un funcionario de educación de la exgobernadora, que presenta un proyecto para declarar la emergencia educativa en la provincia, es como citar al coronel Federico Rauch en sus partes militares: “Hoy… para ahorrar balas, degollamos a 27 ranqueles”.

Respecto de la formación docente, también el referente es Sergio Siciliano, el exviceministro de Vidal: “Hoy hay docentes a cargo de un aula -dice Siciliano- que apenas cursaron la mitad de la carrera. La formación de un maestro requiere cuatro años, pero la mayoría de los estudiantes termina la carrera en seis, y aunque cursan didáctica de la matemática y de la lengua, no tienen lengua ni matemática. Carecen de formación académica sobre las materias“.

Lo curioso es que hablan como si no hubieran estado en la administración de la provincia durante 4 años. Es cierto que hay estudiantes a cargo de cursos, pero la razón no es porque la carrera de 4 años, “la terminan en 6”, sino que no hay docentes. Mientras la población del primario y el secundario se expande por lógica del crecimiento demográfico, las carreras docentes y el trabajo han sido tan estigmatizados y precarizados por las propias políticas que ellos describen en sus análisis, cuando no son gobierno, que cada vez menos jóvenes se inclinan por esa actividad.

También es cierto que las carreras se alargan, pero la pregunta es por qué y la respuesta está en las políticas económicas y la necesidad de conseguir, aunque sea un trabajo precario para sostener los estudios.

No hay duda de la precarización a que fueron sometidos lxs docentes con los cambios de planes y las reformas curriculares, pero eso es el producto de más de 30 años de “aprender a aprender”, la famosa falacia, producida en los informes de la UNESCO y archirrepetida como un mandamiento sacralizado, sin grieta mediante por las pléyades de especialistas que toma el arco que va desde la derecha neoliberal, hasta los progresismos en todas sus variantes.

Aprender a aprender, el eslogan, idea fuerza del reformismo, leitmotiv que decretó que el conocimiento está en internet, o que no es necesario aprenderlo porque los cambios son vertiginosos por lo tanto los contenidos en la formación docente se han declarado desiertos, por lo menos como referencia curricular.

Pero los responsables no son lxs estudiantes, ni lxs docentes, son las políticas que vienen implementando los sucesivos gobiernos en función de los mandatos internacionales, llamados “recomendaciones”, que seguramente veremos en un próximo artículo ya que el superministro Sergio Massa expresó su beneplácito por la aprobación del Banco Mundial de un crédito de 450 millones de dólares de los cuales 300 son para el proyecto “Mejora de la Inclusión en la Educación Media y Superior por Resultados”.

Volviendo al artículo de Lanata, la otra fuente que cita es a “Argentinos por la Educación”, la ong empresarial, fundada por Roberto Souviron, ceo de Despegar.com, egresado de la elitista Universidad de San Andrés, que casi sustituyó al Ministerio de Educación durante el período 2015-2019, en el que en el gobierno del país cayó Mauricio Macri.

Al contrario de Jorge Lanata, hay demasiados exponentes ocupados de la política educativa, más todavía con los cientos de fundaciones parasitarias que se inmiscuyen en el sistema.

Pero lxs docentes que hacen la educación día a día, no la pueden pensar, sus prácticas están separadas de las políticas que las piensan.

Recapitulando, si la encuesta de Management & Fit dio esos resultados, tenemos que preguntarnos por la incidencia de los medios en “nuestras” percepciones de la realidad y de los formatos de las encuestas; si las citas de autoridad que toma Lanata para el diagnóstico son el exministro de educación de Vidal y Argentinos por la Educación, lo único que queda claro es el posicionamiento ideológico del comunicador y no el interés por la educación, tal como queda demostrado con la cita de cierre de la nota, con las expresiones de Javier Milei, que “planteó suspender la gratuidad de la educación pública y reemplazarla por un sistema de becas…”.

Claramente,la vertiente de la educación como servicio para quien pueda pagarla, una variante más del mercado educativo que es el objetivo final de los grupos concentrados, diseñadores de sociedades que profundizan las desigualdades, pero con discursos de cínica preocupación de sus voceros.

Fuente: https://tramas.ar/2023/02/28/empiezan-las-clases-la-historia-vuelve-a-repetirse/

 

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Por una educación de calidad, la destrucción no para

Nada de lo que haga el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es imprevisible, todo está planificado desde mucho antes de conseguir gerenciar la jurisdicción.

En los años 90 del siglo pasado, la entonces Fundación Grupo Sophia, fundada y dirigida por Horacio Rodríguez Larreta, ya tenía plasmado el proyecto de educación que iba a llevar a la práctica cuando fueran gobierno.

Ese proyecto es el que se está llevando a cabo e incluye las nociones de competencia y eficiencia en el mismo sentido en que lo propone el Banco Mundial y todos los organismos que sostienen y ejecutan la reforma economicista de la educación a nivel internacional.

Eso incluye al variopinto mundo privado, empresas, universidades, fundaciones y ong, no sólo interviniendo en las áreas didáctico /pedagógicas, sino en la construcción del entramado político, con la formación de cuadros neoliberales para llevar adelante una “transformación educativa” inspirada en el control, la persecución y el hostigamiento.

Uno de los ejemplos son las denuncias judiciales a los familiares de estudiantes que habían tomado las escuelas en un justo reclamo. Y en ese mismo sentido disciplinador es la persecución a Jorge Adaro, dirigente del sindicato docente Ademys, con un expediente judicial de desafuero gremial.

O el sumario iniciado al vicerrector de la ENS N° 2 Mariano Acosta – nada es casual -, Julio Pasquarelli, por estar junto a sus alumnos durante la última toma de la escuela.  Mientras Horacio Rodríguez Larreta calificó la acción del docente como “adoctrinamiento”, la ministra Soledad Acuña (licenciada en Cs. Políticas (UBA) con posgrado en la Universidad de San Andrés (UdeSA) y también formada en la Fundación Grupo Sophia) lo acusa de “bajar línea”.

Es más que interesante como los hostigadores seriales se sienten hostigados cuando escuchan argumentos que van contra sus políticas de intervención, privatización y desposesión, lo que los pone en una ofensiva propiamente castrense, despliegan dispositivos y calificativos propios de la dictadura genocida.

No hace mucho, habíamos escrito en ¿Para qué, educación?  las decisiones sobre los cierres de las carreras en los Institutos de Formación Técnica Superior  (IFTS), otra medida impulsada por el eslogan “La transformación no para” del gobierno de la Ciudad, decisión del economista Juan Pablo Becerra, director de Gestión de Aprendizaje a lo largo de toda la vida, quien argumentó que entre los motivos para cerrar carreras se había contemplado el contexto coyuntural imperante a fin de definir la oferta estratégica para la Ciudad y por lo tanto había que priorizar la de mayor rendimiento del sector socioproductivo; lo que equivale a decir, que el mercado define los aprendizajes que van a ser ofertados y los que van a ser declarados obsoletos.

También decíamos que la reforma avanza con la lógica productivista y desacopla materias como Filosofía y Ética de la formación en Educación Física. Así como ya está en curso una reforma en los profesorados de Educación Primaria e Inicial para 2023 que seguirían el camino de reformular el Campo de Formación General de todos los profesorados, adoptando el mismo criterio de obsolescencia de las Humanidades y Ciencias Sociales, aplicando un criterio burocrático propio de la inteligencia instrumental, que rige la reforma.

El 23 de este mes, se anuncia desde la cartera educativa que, en los Institutos de Formación Docente, Alicia Moreau de Justo y Mariano Acosta se cerraba la inscripción 2023 para el primer año para los profesorados de Física y Lengua y Literatura, también anunciaron que no se abrirá la inscripción complementaria, ni validación para la carrera de Psicopedagogía.

El licenciado en Ciencias de la Educación, egresado de la Universidad de San Andrés, Emmanuel Lista, director de la unidad de coordinación del sistema de formación docente es quien ejecutó y notificó estas decisiones de cierre que se complementan con la negativa a ampliar el período de inscripción en profesorados de Enseñanza Primaria e Inicial, al que además le determinaron un cupo de 40 aspirantes.

La lógica del capital se impone en el mercado educativo en el que las corporaciones empresariales definen los aprendizajes y deciden sobre la existencia individual y colectiva de la población. La política educativa está signada por el orden mundial que delimita lo “importante”. Y lo “importante” es la generación de subjetividades adaptables y flexibles, por eso el modelo macro-pedagógico es el del control y disciplinamiento social; es el de desadiestramiento y readiestramiento docente que justifica las medidas gubernamentales contra los Institutos de Formación docente.

Todavía, después de 30 años de reforma, estos funcionarios devenidos de las universidades de elite piensan lo público en un contexto mercantil que debe responder a la productividad y eficiencia.

Lo interesante es que para el caso que nos ocupa, este gobierno de la Ciudad y el funcionariato formado en burbujas educativas de elite y en fundaciones que operan como sectas con una formación de clase que desprecia lo público en tanto lo común, aunque lo aprecia como mercancía transable, son los que más contribuyen a potenciar las desigualdades sociales, aunque pregonen exactamente lo contrario.

Después de 15 años de gobierno PRO, seguir insistiendo con la falta de capacitación docente es sólo producto de la mala formación recibida en la burbuja elitista, o bien reconocer que las capacitaciones dadas por sus grupos de interés, fundaciones, ong y universidades privadas, en las que ustedes participan activamente, son un fiasco académico.

Además de celebrar convenios millonarios pagados con los dineros públicos como los que realizaron con la fundación Varkey y otras como Enseña por Argentina, subsidiaria de Teach for América, cuyo fundador, Oscar Ghillioni, hoy sigue siendo funcionario de educación del gobierno Pro.

La lista sigue con otros. Empresarios como Gabriel Sánchez Zinny, ex Fundación Grupo Sophia y también egresado de la UdeSA, titular de Kuepa.com y otras empresas off shore, que fuera director general de Escuelas con María Eugenia Vidal (egresada de la UCA y ex Grupo Sophia), como gobernadora de la provincia de Buenos Aires. Cerradora de escuelas y desfinanciadora serial de infraestructura.

Desfinanciamiento que derivó en las trágicas muertes de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, vicedirectora y auxiliar, respectivamente, de la Escuela Primaria N°49 “Nicolás Avellaneda” de la localidad bonaerense de Moreno hace poco más de 4 años y como consecuencia de un escape de gas que había sido denunciado en varias oportunidades, pero jamás escuchado por las autoridades pertinentes.

Volviendo al funcionario Emmanuel Lista, en septiembre de este año escribía para Infobae  un artículo en el que exponía que “precisamos construir políticas y una red de programas destinados a la formación de docentes en ejercicio y al acompañamiento a escuelas, más aún en contextos cada vez más complejos para la enseñanza (…) Esto requiere una planificación sistémica, la reorganización de la inversión actual y un compromiso sostenido de autoridades e instituciones. Un arduo trabajo no exento de resistencias del statu quo. Pero, al mismo tiempo, representa una posibilidad de jerarquizar las instituciones, profundizar las políticas y atender a los enormes desafíos y desigualdades que atraviesa nuestro sistema educativo. No hay mejora educativa sostenible si no nos ocupamos de la formación de las y los docentes”.

Interesante expresión de deseos, pero son gobierno hace 15 años, y todo lo resuelven con el cierre de profesorados, o con la enigmática creación de UNICABA, como caballo de troya para esto que ahora están haciendo. Lo que ustedes llaman “la reorganización de la inversión”, se traduce en vaciamiento, así como lo que denominan “resistencias del statu quo” lo resuelven con persecución sumarial y judicialización, ya dimos los ejemplos.

¿Cómo puede una política de desguace ser “la posibilidad de jerarquizar las instituciones” y que ese sea el camino para corregir las “desigualdades que atraviesa nuestro sistema educativo”?

¿La “mejora educativa sostenible” es el resultado del recorte de profesorados?

Por supuesto que la confrontación es ideológica, el debate sobre el concepto de lo común, de lo público tiene que estar en el centro de un congreso pedagógico desde abajo, porque el primer paso es la nacionalización de un sistema fragmentado en 24 jurisdicciones, lo que terminó consolidando las profundas desigualdades, incluso al interior de cada uno de los 24 sistemas educativos a los que se le suman las fundaciones empresariales y ong con sus propios puntos de vista e intereses, aunque siempre alineados con los mandatos internacionales e influyendo hasta en las políticas de formación, proceso que se emparenta con el pensamiento colonizado.

Si “la mejora educativa sostenible” es anunciar cierres (por ahora) parciales de instituciones de formación el 23 de diciembre es porque lo que buscan es la generación de incertidumbre, bronca y desazón, que es su forma de gerenciar la Ciudad, de gerenciar la educación, de gerenciar la salud.  Dejar en la incertidumbre a cientos de trabajadores a fin de año y de aspirantes a los profesorados sólo es posible cuando lo perverso es el componente principal de la acción política en clave gerencial.

Decididamente no gobiernan, alguna vez dijo Esteban Bullrich ( licenciado en Sistemas egresado la universidad CAECE y otro ex Fundación Grupo Sophia y socio de Gabriel Sánchez Zinny en Formar Foundation, otra off shore) ante empresarios de la UIA, “no me paro acá como ministro de educación, sino como gerente de recursos humanos”, toda una definición de las políticas de gerenciamiento PRO en el área educativa.

En el mundo de Sophia, no hay educación pública, hay pedagogía del sometimiento y pérdida de derechos. El mundo de Sophia es el imaginario del gobierno donde se instalan los supremacistas morales y líderes de la desposesión.

Fuente: https://rebelion.org/por-una-educacion-de-calidad-la-destruccion-no-para/

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Tesis sobre el relato: uno de educación

El escritor, crítico y ensayista, Ricardo Piglia, nos ha dejado tantísimas ideas para pensar la literatura, pero una de esas ideas brillantes es su tesis sobre el cuento[1] en la que desarrolla el desplazamiento en la estructura del cuento en dos historias, la historia 1 o historia en primer plano y la historia 2 como la historia oculta que se cifra en la historia 1. Es decir, que no sólo se trata de qué se cuenta, sino de cómo se cuenta, lo que haya que contar.

Quien esté leyendo este breve artículo, en este momento, estará esperando la explicación sobre los renglones que acaba de leer, incluso más, el porqué del título.

Ahora bien, generar el suspenso es otra de las atribuciones de las que se precia un buen cuento; cita Piglia una de las notas que el célebre Antón Chéjov había dejado: “Un hombre en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a su casa, se suicida”, he ahí una historia para contar, pues -dice Piglia- va contra lo convencional (jugar-perder-suicidarse).

La historia 1, podría ser la del juego que enmascara la historia 2, la del suicidio que se devela al final, eso sucedería en el cuento clásico con final sorpresivo; pero en el cuento moderno, las dos historias se cuentan al mismo tiempo y se abandona el final sorpresivo, las dos historias entran en tensión pero no se resuelven nunca.

A esta altura, lectxr, estamos a punto de entrar en el relato de la presencialidad en la educación, aunque la “presencialidad”, casi se haya convertido en una cuestión autónoma, escindida de la educación. Un debate que parece no tener fin en un contexto que además de penoso, no tiene nada de ficción, la pandemia que produjo el covid-19 y sus consecuencias, no son parte de la imaginación literaria.

Sin embargo, alrededor del concepto de “presencialidad” se construye una verdadera narración polifónica, múltiples voces narradoras que producen sentido en el entrecruzamiento de dos sistemas, el lingüístico y el ideológico, lo que podríamos llamar, haciendo la analogía con lo propuesto por Ricardo Piglia, la historia 1.

En una breve síntesis, se produce la narrativa polifónica desde un decreto del ejecutivo nacional que suspende la presencialidad por 15 días en las escuelas en el área metropolitana (conurbano de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma); el ejecutivo de la Ciudad denuncia la inconstitucionalidad del decreto por “vulnerar la autonomía”; la Cámara de Apelaciones de la Ciudad falla a favor del ejecutivo de la Ciudad; un juez Federal, falla decidiendo la nulidad del fallo anterior y por lo tanto le da la razón al ejecutivo nacional, en el medio una jueza rechaza el amparo pedido por una supuesta organización de padres y se declara incompetente.

Finalizados los plazos de suspensión de presencialidad del decreto del ejecutivo nacional, es decir, con posterioridad a la fecha de caducidad, en un fallo extemporáneo de toda temporalidad, la Corte Suprema, de manera no presencial y a distancia para evitar posibles contagios del covid en sus cortesanas humanidades, resuelve sin argumentos “saludables”, a juzgar, incluso, por su propia conducta distante, darle la razón al ejecutivo de la Ciudad.

Hasta ahí, se narra la trama de la presencialidad jurídica, los poderes ejecutivos y judiciales generando discursos sobre un sustantivo abstracto, presencialidad.

La narración polifónica se va completando con las opiniones que va tejiendo el periodismo, que busca la foto “política” que muestre a la dirigencia capitalista unida contra el covid.

Todas esas voces gritan que la presencialidad es “indiscutible”, pero algunas acuerdan con un lado de la “supuesta” grieta y otras del otro.

Mientras tanto en el afuera de Macondo, -me permito usar ese punto geográfico inexistente del genial García Márquez para ilustrar el espacio narrativo del poder- la realidad, que no es mágica, sigue su curso de contagios.

La presencialidad, la modalidad híbrida, las burbujas aúlicas, los protocolos (disparatados), son sólo descripciones ornamentales, estrategias sólo discursivas pero pobres como dispositivos reales porque el virus es sordo y ciego.

¿Por qué se abandonó el relato de la cuarentena estricta, fase 1, frente a la segunda ola?

Las nuevas cepas no saben de economía, como no lo sabe la cepa original.

¿Qué pasó con el “Quedate en casa”?

Con las contradicciones de uno de los personajes de este relato, el ministro Nicolás Trotta: “No van a volver a las clases con normalidad hasta que haya una vacuna contra el coronavirus”[2]; unos meses después, el ministro asume el relato mundializado por la UNESCO y dice: “La vacuna no es condición indispensable para la presencialidad”[3]

Ahora hay vacunas, pero no las suficientes y además, les docentes no están vacunados en su totalidad y mucho menos les estudiantes, también imprescindible vacunarlos, puesto que las cepas mutadas complican la salud de les jóvenes.

El otro personaje engrietado es la ministra de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, que tuvo y tiene momentos “brillantes” en cuanto al papel de odiadora serial de les docentes, la educación pública y los buenos presupuestos de educación. Pero una de sus mejores y desopilantes intervenciones fue cuando dijo: “Tenemos millones de papers científicos que confirman que los chicos no son un factor de transmisión masivo, que las escuelas abiertas, al revés de lo que se pensaba antes, son un espacio con protocolos, no solo necesarios, sino posibles”.[4]

Ni la mejor obra de teatro del absurdo, jamás escrita, podría llegar a imaginar tales ensayos de la idiotez frente al acecho permanente de la muerte anunciada.

El gremio docente levanta la palabra, son otra voz en el escenario polifónico, un corifeo que anuncia lo que no se debe: sostener la presencialidad en picos de pandemia. Son los que ponen el cuerpo por el designio de funcionarios, que se consideran dioses olímpicos, gobernando nuestros destinos, minorías que traman el destino de las mayorías.

No sólo no son escuchados, sino castigados por su lucha por la vida con descuentos irracionales o con el contagio viral o con la muerte anunciada.

Argentina supera los 70000 muertos y el funcionariato vernáculo debate la presencialidad escolar, judicializa sus propias miserabilidades y “escribe”, al mismo tiempo, la historia 2 de este relato, la historia oculta, la que nuestra que la única presencialidad administrada es la del covid 19.

Como en la tesis sobre el cuento, en las dos historias hay dos sistemas distintos de causalidad, “los mismos acontecimientos entran simultáneamente en dos lógicas narrativas antagónicas”, dice Piglia.

Para lo que nos ocupa, la historia 1 de la narración polifónica sobre la presencialidad escolar, es el relato del juego en la nota de Chéjov; en tanto que la historia 2, la muerte anunciada (por el covid), la que corresponde al suicidio.

Es hora de que haya una pausa en la narrativa delirante sobre la presencialidad o seguirán conspirando contra la vida e induciendo al suicidio desde la impunidad de sus cargos.

Notas:

[1] Ricardo Piglia. Crítica y Ficción. Ediciones Siglo Veinte. Buenos Aires. 1990

[2] https://www.treslineas.com.ar/trotta-volver-clases-normalidad-hasta-haya-vacuna-contra-coronavirus-n-1602170.html

[3] http://seguinforma.com.ar/trotta-la-vacuna-no-es-condicion-indispensable-para-la-presencialidad/

[4] https://www.treslineas.com.ar/medicos-refutan-soledad-acuna-solo-contagiamos-tambien-morimos-n-1633561.html

Fuente: https://rebelion.org/tesis-sobre-el-relato-uno-de-educacion/

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Tesis sobre el relato: uno de educación

Por: Darío Balvidares*

El escritor, crítico y ensayista, Ricardo Piglia, nos ha dejado tantísimas ideas para pensar la literatura, pero una de esas ideas brillantes es su tesis sobre el cuento[1]  en la que desarrolla el desplazamiento  en la estructura del cuento en dos historias, la historia 1 o historia en primer plano y la historia 2 como la historia oculta que se cifra en la historia 1. Es decir, que no sólo se trata de qué se cuenta, sino de cómo se cuenta, lo que haya que contar.

Quien esté leyendo este breve artículo, en este momento, estará esperando la explicación sobre los renglones que acaba de leer, incluso más, el porqué del título.

Ahora bien, generar el suspenso es otra de las atribuciones de las que se precia un buen cuento; cita Piglia una de las notas que el célebre Antón Chéjov había dejado: “Un hombre en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a su casa, se suicida”, he ahí una historia para contar, pues – dice Piglia – va contra lo convencional (jugar-perder-suicidarse).

La historia 1, podría ser la del juego que enmascara la historia 2, la del suicidio que se devela al final, eso sucedería en el cuento clásico con final sorpresivo; pero en el cuento moderno, las dos historias se cuentan al mismo tiempo y se abandona el final sorpresivo, las dos historias entran en tensión pero no se resuelven nunca.

A esta altura, lectxr, estamos a punto de entrar en el relato de la presencialidad en la educación, aunque la “presencialidad”, casi se haya convertido en una cuestión autónoma, escindida de la educación. Un debate que parece no tener fin en un contexto que además de penoso, no tiene nada de ficción, la pandemia que produjo el covid-19 y sus consecuencias, no son parte de la imaginación literaria.

Sin embargo, alrededor del concepto de “presencialidad” se construye una verdadera narración polifónica, múltiples voces narradoras que producen sentido en el entrecruzamiento de dos sistemas, el lingüístico y el ideológico, lo que podríamos llamar, haciendo la analogía con lo propuesto por Ricardo Piglia, la historia 1.

En una breve síntesis, se produce la narrativa polifónica desde un decreto del ejecutivo nacional que suspende la presencialidad por 15 días en las escuelas en el área metropolitana (conurbano de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma); el ejecutivo de la Ciudad denuncia la inconstitucionalidad del decreto por “vulnerar la autonomía”; la Cámara de Apelaciones de la Ciudad falla a favor del ejecutivo de la Ciudad; un juez Federal, falla decidiendo la nulidad del fallo anterior y por lo tanto le da la razón al ejecutivo nacional, en el medio una jueza rechaza el amparo pedido por una supuesta organización de padres y se declara incompetente.

Finalizados los plazos de suspensión de presencialidad del decreto del ejecutivo nacional, es decir, con posterioridad a la fecha de caducidad, en un fallo extemporáneo de toda temporalidad, la Corte Suprema, de manera no presencial y a distancia para evitar posibles contagios del covid en sus cortesanas humanidades, resuelve sin argumentos “saludables”, a juzgar, incluso, por su propia conducta distante, darle la razón al ejecutivo de la Ciudad.

Hasta ahí, se narra la trama de la presencialidad jurídica, los poderes ejecutivos y judiciales generando discursos sobre un sustantivo abstracto, presencialidad.

La narración polifónica se va completando con las opiniones que va tejiendo el periodismo, que busca la foto “política” que muestre a la dirigencia capitalista unida contra el covid.

Todas esas voces gritan que la presencialidad es “indiscutible”, pero algunas acuerdan con un lado de la “supuesta” grieta y otras del otro.

Mientras tanto en el afuera de Macondo, – me permito usar ese punto geográfico inexistente del genial García Márquez para ilustrar el espacio narrativo del poder –  la realidad, que no es mágica, sigue su curso de contagios.

La presencialidad, la modalidad híbrida, las burbujas aúlicas, los protocolos (disparatados), son sólo descripciones ornamentales, estrategias sólo discursivas pero pobres como dispositivos reales porque el virus es sordo y ciego.

¿Por qué se abandonó el relato de la cuarentena estricta, fase 1, frente a la segunda ola?

Las nuevas cepas no saben de economía, como no lo sabe la cepa original.

¿Qué pasó con el “Quedate en casa”?

Con las contradicciones de uno de los personajes de este relato, el ministro Nicolás Trotta: “No van a volver a las clases con normalidad hasta que haya una vacuna contra el coronavirus[2]; unos meses después, el ministro asume el relato mundializado por la UNESCO y dice: “La vacuna no es condición indispensable para la presencialidad[3]

Ahora hay vacunas, pero no las suficientes y además, les docentes no están vacunados en su totalidad y mucho menos les estudiantes, también imprescindible vacunarlos, puesto que las cepas mutadas complican la salud de les jóvenes.

El otro personaje engrietado es la ministra de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, que tuvo y tiene momentos “brillantes” en cuanto al papel de odiadora serial de les docentes, la educación pública y los buenos presupuestos de educación. Pero una de sus mejores y desopilantes intervenciones fue cuando dijo: “Tenemos millones de papers científicos que confirman que los chicos no son un factor de transmisión masivo, que las escuelas abiertas, al revés de lo que se pensaba antes, son un espacio con protocolos, no solo necesarios, sino posibles”.[4]

Ni la mejor obra de teatro del absurdo, jamás escrita, podría llegar a imaginar tales ensayos de la idiotez frente al acecho permanente de la muerte anunciada.

El gremio docente levanta la palabra, son otra voz en el escenario polifónico, un corifeo que anuncia lo que no se debe: sostener la presencialidad en picos de pandemia. Son los que ponen el cuerpo por el designio de funcionarios, que se consideran dioses olímpicos, gobernando nuestros destinos, minorías que traman el destino de las mayorías.

No sólo no son escuchados, sino castigados por su lucha por la vida con descuentos irracionales o con el contagio viral o con la muerte anunciada.

Argentina supera los 70000 muertos y el funcionariato vernáculo debate la presencialidad escolar, judicializa sus propias miserabilidades y “escribe”, al mismo tiempo, la historia 2 de este relato, la historia oculta, la que nuestra que la única presencialidad administrada es la del covid 19.

Como en la tesis sobre el cuento, en las dos historias hay dos sistemas distintos de causalidad, “los mismos acontecimientos entran simultáneamente en dos lógicas narrativas antagónicas”, dice Piglia.

Para lo que nos ocupa, la historia 1 de la narración polifónica sobre la presencialidad escolar, es el relato del juego en la nota de Chéjov; en tanto que la historia 2, la muerte anunciada (por el covid), la que corresponde al suicidio.

Es hora de que haya una pausa en la narrativa delirante sobre la presencialidad o seguirán conspirando contra la vida e induciendo al suicidio desde la impunidad de sus cargos.

* Profesor y Licenciado en Letras (FFyL-UBA). Fue docente durante 30 años y Rector de la Escuela de Comercio 3, Hipólito Vieytes (CABA). Como investigador es autor de “La educación en la era corporativa, la trama de la desposesión”. Herramienta Ediciones y Contrahegeminía Web (2019) CABA.  Y del ensayo “La novela educativa o el relato de la alienación”  Redes Cultura (2005) CABA, con prólogo de Osvaldo Bayer. Además de decenas de trabajos y artículos publicados en Contrahegemonía Web; Rebelion.org  y Otras Voces en Educación. Durante 15 años fue productor periodístico y columnista del programa radial La Deuda Eterna.

[1] Ricardo Piglia. Crítica y Ficción. Ediciones Siglo Veinte. Buenos Aires. 1990

[2][2] https://www.treslineas.com.ar/trotta-volver-clases-normalidad-hasta-haya-vacuna-contra-coronavirus-n-1602170.html

[3] http://seguinforma.com.ar/trotta-la-vacuna-no-es-condicion-indispensable-para-la-presencialidad/

[4] https://www.treslineas.com.ar/medicos-refutan-soledad-acuna-solo-contagiamos-tambien-morimos-n-1633561.html

Fuente: El Autor escribe para OVE

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Los pandemials y la expansión de la idiotez

Por Darío Balvidares*                                                         

Conforme avanza la pandemia, los contagios aumentan, las camas de terapia intensiva disminuyen y se acaban, los trabajadores de la salud con agotamiento sostenido, mientras los pandemials desafían el mundo real, imponiendo los intereses de la idiotez y fallos judiciales de dudosa procedencia y deficiencia argumentativa, que invitan a docentes, auxiliares, estudiantes y familias a coquetear con los contagios, la enfermedad y la muerte, dando lugar a la decisión política del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el neoliberal, Horacio Rodríguez Larreta.

A diferencia de los Centtennials, Millennials y otras catalogaciones que describen comportamientos generacionales de manera epocal dentro del contexto de clase que el capitalismo impone; los pandemials fueron apareciendo por generación espontánea y abarca un variopinto rango de edades, géneros y estatus sociales.

Pero los más peligrosos son los pandemials que toman las decisiones políticas y los pandemials periodistas, unos porque traman nuestro destino y otros porque construyen el paupérrimo sentido común desde lo que se dio en llamar la “opinión pública”.

No todo es una cuestión de la “grieta” vernácula, de hecho en lo que respecta al tema de la educación presencial o a distancia en el contexto covid-19, viene de una reunión (virtual) de carácter mundial en la que la UNESCO[1] convocó a funcionarios de educación de distintos países,  entre los que participó el ministro de educación de la Nación, Nicolás Trotta.

Justamente, “mantener las escuelas abiertas” fue el primer tema en la que los disertantes coincidían en que la “presencialidad es lo último que hay que cortar”.

En realidad, la premisa ya la había decidido la propia UNESCO (uno de los motores  principales de la reforma confiscatoria de la educación pública) y un referente del Banco Mundial (el otro motor) que también participó del evento, de ahí que con ese mandato y la bajada posterior al ineficaz Consejo Federal de Educación, el propio ministro Nicolás Trotta hizo declaraciones como ésta:

 

“… en las escuelas, como en aquellos lugares donde se logra cumplir con los protocolos, hay bajo riesgo de contagio, lo demuestra la evidencia (…) No se van a cerrar las escuelas…[2]

Algo similar dijo la ministra, Soledad Acuña, en la Ciudad de Buenos Aires:

las escuelas tuvieron ‘un nivel bajísimo de casos que dieron positivo’ y que ‘no hubo contagios en las burbujas dentro de las que se dieron esos casos’…[3]

Mientras se incumplía el primer día del judicializado DNU presidencial, que suspendía por 15 días la educación presencial, ambos “engrietados” coinciden, no sólo en estas apreciaciones sin sustento científico, también lo hacen en relación con los convenios firmados con ong y fundaciones empresariales[4].

Frente a los pandemials y otros practicantes de la idiotez y en relación con estas manifestaciones es importante informarse. Un artículo de la revista The Lancet titulado “La reapertura de la escuela sin una sólida mitigación del COVID-19 corre el riesgo de acelerar la pandemia” contradice el remanido argumento esgrimido tanto por el ministro de educación de la Nación, como por la ministra de la Ciudad de Buenos Aires, recordando que Soledad Acuña, es la misma que decía que:

“Tenemos millones de papers científicos que confirman que los chicos no son un factor de transmisión masivo, que las escuelas abiertas, al revés de lo que se pensaba, son un espacio, con protocolos, no solo necesarios sino posibles”[5]

Afirmaciones que demuestran que tampoco hubo lectura del informe que desarmaba el mito:

“A lo largo de la pandemia de COVID-19 ha existido un mito persistente de que los niños apenas se ven afectados por la enfermedad. Nada podría estar más lejos de la verdad”, asegura Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF (…) Si bien los niños pueden enfermarse y propagar la enfermedad, esto es solo la punta del iceberg de la pandemia. Las interrupciones en los servicios clave y las crecientes tasas de pobreza representan la mayor amenaza para los niños. Cuanto más persista la crisis, más profundas serán sus repercusiones en la educación, la salud, la nutrición y el bienestar de los niños. El futuro de toda una generación está en riesgo”[6].

Cabe agregar que los pandemials del ineficaz Consejo Federal de Educación habían establecido el “semáforo” como herramienta indicativa de los alertas, el que se fijaba como “rojo” cuando la circulación viral se estableciera en más de 200 contagios cada 100 mil habitantes, ese número es largamente superado casi en todo el país. En el momento que escribo este artículo en la Ciudad de Buenos Aires hay 1200 contagios cada 100 mil habitantes. ¿Quién se robó el semáforo?

La máquina de destrucción masiva

El partido gobernante de la Ciudad (PRO) se ha caracterizado por ser una suerte de máquina de impedir, con la baja sistemática del presupuesto educativo, que cuando asumió (2007) rondaba el 28%, que tampoco significaba demasiado, hasta este 2021 que está en el 17%.

Pasado un año de la pandemia el gobierno de la Ciudad no invirtió en la conectividad siendo uno de los impulsores discursivos de las bondades de la tecnología y estigmatizando de manera continua la falta de capacitación, al mismo tiempo que  suprime la entrega de computadoras tanto a estudiantes como a los propios docentes;  a quienes trata de “fracasados” que terminan en la educación, dijo la misma ministra, pandemial, Soledad Acuña:

“… son personas cada vez más grandes de edad, que eligen la carrera docente como tercera o cuarta opción luego de haber fracasado en otras carreras…[7]

Los mismos que quieren borrar la historia de 29 profesorados y los turnos noche de las escuelas secundarias.

Los mismos que tienen inconfesables off short, como el empresario Gabriel Sánchez Zinny, ex Director de Escuelas en provincia de Buenos Aires y que, actualmente, ocupa el cargo de  Director de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa porteña (UEICEE); fue declarado “persona no grata” por los sindicatos UTE y ADEMyS,  es el responsable,  junto a la exgobernadora, María Eugenia Vidal (que terminó su mandato con 340 escuelas cerradas por problemas de infraestructura), de las muertes de la docente, Sandra Calamano y el auxiliar, Rubén Rodríguez por la explosión en la escuela número 49 de Moreno el jueves 2 de agosto de 2018.

Este pandemial comparte con otro, Esteban Bullrich (ex ministro de educación, primero en la Ciudad de Buenos Aires y luego de la Nación y actual senador nacional) Formar Foundation (actualmente inactiva), una off short que fuera denunciada en el caso conocido como Panamá Papers, con domicilio en  Florida[8], paraíso fiscal de Estados Unidos.

Durante sus gestiones todo el sistema educativo sufrió una campaña sistemática de precarización y tercerización en manos de ejecutivos de fundaciones “amigas” ocupando cargos públicos, desmantelando programas y recortando el presupuesto en áreas sensibles, sin inversiones en equipamiento tecnológico (computadoras y plataformas de conectividad en las escuelas y conectividad gratuita en los barrios más humildes).

El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta (ex director del Grupo Sophia financiado entre otras fuentes,  por la Banca de Boston durante la década del ‘90) en la Ciudad de Buenos Aires no sólo no  invirtió en todo el 2020 en tecnología, ni tampoco en infraestructura para adecuar las aulas de las escuelas a los requerimientos de seguridad e higiene que la situación requiere.

Estos son, simplemente, algunos recordatorios para ver que los pandemials no son sólo producto de un virus, son los destructores de lo público, lo privatizadores de lo común, los que desconocen la solidaridad con el cinismo que la idiotez que antepone sus intereses fundamentalistas y mezquinos les otorga.

Los pandemials habitan en el poder judicial

Con ese mismo cinismo del idiota “la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo de la Ciudad de Buenos Aires falló a favor de la presencialidad…[9]

 En los fundamentos del fallo citan la  Ley 26.206  (LEN) en su el Artículo 4°

El Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad principal e indelegable de proveer una educación integral, permanente y de calidad para todos/as los/as habitantes de la Nación, garantizando la igualdad, gratuidad y equidad en el ejercicio de este derecho, con la participación de las organizaciones sociales y las familias.”

Y luego refiere el Artículo 5º 

“El Estado nacional fija la política educativa y controla su cumplimiento con la finalidad

de consolidar la unidad nacional, respetando las particularidades provinciales y locales”.

Sin la pretensión de un análisis jurídico, sino a través de un simple análisis del discurso, está claro que el “El Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad”.

Pero el Artículo 3 expresa que: “La educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado” y el  Artículo 5° determina al Estado nacional fijar la política educativa.

Eso es lo que hace al argumento del gobierno nacional decretar la suspensión de las clases por 15 días en virtud de la urgencia que amerita el avance desmesurado de los contagios y que el gobierno de la Ciudad no deba pedir la inconstitucionalidad del DNU presidencial, manifestando que  se vulneran las “particularidades provinciales y locales”, puesto que la crisis sanitaria producto de la pandemia no es ninguna “particularidad” propia de la Ciudad.

Incluso el Artículo 129 de la propia Constitución Nacional establece:

“La ciudad de Buenos Aires tendrá un régimen de gobierno autónomo, con facultades propias de legislación y jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido directamente por el pueblo de la ciudad.

Una ley garantizará los intereses del Estado nacional, mientras la ciudad de Buenos Aires sea capital de la Nación…”

De acuerdo con el artículo, el gobierno de la Ciudad es autónomo y los  habitantes votan sus autoridades, sin embargo el mismo artículo agrega que se garantizará los intereses del Estado Nacional, algo que el gobierno/equipo de los pandemials no está garantizando.

Incluso el artículo 128 instituye:

Los gobernadores de provincia son agentes naturales del Gobierno Federal

para hacer cumplir la Constitución y las leyes de la Nación.

No hace falta mayor explicación, para no subestimar al lector de este artículo, sí señalar

que para los pandemials  “su ideología constituye el velo que les tapa la realidad”, además de escasear en lectura o por lo menos en compresión e interpretación de texto.

De ahí las contradicciones, el vicejefe de Gobierno porteño había expresado que: “Si hay una segunda ola tendremos que parar con la presencialidad por 10 o 15 días”[10]

Y no solo hacen lo contrario, sino que se transforman en sofistas de folletín, exponen al conjunto de la población al contagio ilimitado, usan a esos “tribunales” que excretan fallos a pedido, pero jurídicamente nulos, como ya lo definió el juez federal  en lo Contencioso y Administrativo, Esteban Carlos  Furnari que dejó sin efecto la resolución de la Cámara de Apelaciones porteña que habilitaba las clases presenciales en la Ciudad por no tener competencia sobre el tema.

Una para el final

El equipo de pandemials que “administra” la Ciudad de Buenos Aires, con Horacio Rodríguez Larreta como “líder”, desobedece el fallo de la Justicia Federal.

Estamos frente a un crecimiento exponencial de contagios y los Pro-Pandemials juegan con la enfermedad; tampoco invirtieron en infraestructura hospitalaria y no reconocen  la profesionalización de los enfermeros/as.

La Corte Suprema  tiene en sus manos un tema jurídico de fácil solución, que pone de manifiesto si desde ese Olimpo, también folletinesco, pueden ver la realidad que nos impone el virus, mas allá del DNU que es necesario, pero del todo insuficiente.

Los docentes interpelan el delirio del gobierno porteño con su lucha por la vida, mostrando que la realidad del covid-19 no es discursiva, es letal.

*Profesor y Licenciado en Letras (egresado FFyL – UBA)

Fue docente durante 30 años en la Escuela de Comercio 3 DE 7 Hipólito Vieytes de la que se jubiló como Rector en 2015.

Investigador en Política Educativa; autor de La educación en la era corporativa, la trama de la desposesión Editorial Herramienta – Contrahegemonía 2019 y La novela educativa o el relato de la alienación Redes Cultura 2005 (con prólogo de Osvaldo Bayer).  Además de decenas de artículos publicados en Rebelión; Contrahegemonía Web y Otras Voces en Educación.

Productor periodístico y columnista del programa “La Deuda Eterna” (FM Flores 90.7 CABA y Radio La Retaguardia entre 2006 y 2020).

 

[1]Un año de COVID: priorizar la recuperación de la educación para evitar una catástrofe generacional” 29/03/2021

https://en.unesco.org/news/one-year-covid-prioritizing-education-recovery-avoid-generational-catastrophe

[2] https://www.telam.com.ar/notas/202104/550481-trotta-no-se-van-a-cerrar-las-escuelas.html

[3] https://www.minutouno.com/politica/clases-presenciales/acuna-admitio-que-varias-escuelas-no-pudieron-abrir-hoy-sus-puertas-n5185666

[4] https://laeducacionenpedazos.blogspot.com/2021/03/los-mios-los-tuyos-y-los-nuestros-all.html

[5]  https://www.nueva-ciudad.com.ar/notas/202102/45379-acuna-dijo-que-les-nines-no-contagian-dura-respuesta-de-especialistas.html

[6] https://news.un.org/es/story/2020/11/1484262

[7] https://www.laizquierdadiario.com/Pobres-viejos-zurdos-y-fracasados-brutales-definiciones-de-Soledad-Acuna-sobre-la-docencia?utm_source=lid&utm_medium=wp&utm_campaign=article-social-actions

[8] https://opencorporates.com/companies/us_fl/N06000009549

[9] https://www.minutouno.com/politica/ciudad-buenos-aires/que-dice-el-fallo-que-permite-las-clases-presenciales-la-n5185512

[10] https://www.ambito.com/politica/diego-santilli/santilli-si-hay-una-segunda-ola-tendremos-que-parar-la-presencialidad-n5170813

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La era del protocolo, los debates insignificantes y la estupidez institucional

Por: Darío Balvidares*

¿Qué pasó con el quedate en casa?

La apariencia siniestra y bélica del virus comienza a transformarse; la pedagogía instrumental del acercamiento alejado (valga el oxímoron)  con los cuidados prescriptos en protocolos que mutan mas rápido que el mismísimo Covid 19, permite dejar en el museo lingüístico el sintagma “quédate en casa”.

Los jóvenes, que hasta hace veinte días eran los criminalizados y demonizados por funcionarios y periodistas por juntarse en playas y boliches, ahora, gracias a las buenas intenciones educativas que la pedagogía instrumental propone, son sacralizados por la necesidad de “recuperar los vínculos”, entonces van a poder desplazarse en el transporte público sin ninguna restricción y lo más importante: ¡volver a la escuela!

Por supuesto que la problemática vincular afectó al conjunto de la población y cuanto más a les chiques, pero sabemos, por el “diario del lunes”, es decir, lo que sucede en Estados Unidos y Europa, que las segundas y terceras olas también necesitan del mismo “semáforo” que ustedes mismos adoptaron, me refiero a los que manejan las decisiones políticas.

Pero el cinismo sistémico no tiene límites, los jóvenes son ángeles o demonios según la imagen/mundo que los gobiernos/medios pretenden crear más allá de la realidad objetiva con la que casi nunca los discursos político/mediáticos coinciden.

Deberíamos hablar de las juventudes, puesto que la fragmentación social acentúa las diferencias socioeconómicas, al igual que sucede con la niñez, con un 62.9% por debajo de la línea de pobreza, según UNICEF. Pero este tema no parece estar en la agenda, ni las muertes de niñes wichis por desnutrición o la del niño de 8 años fallecido por covid 19 de la comunidad chané de Iquira en Salta, trasladado al hospital de Tartagal[1] hace unos días.

Lamentablemente les niñes sí se contagian y es falaz lo que dice la ministra Soledad Acuña:

“Tenemos millones de papers científicos que confirman que los chicos no son un factor de transmisión masivo, que las escuelas abiertas, al revés de lo que se pensaba, son un espacio, con protocolos, no solo necesarios sino posible”[2]

Un informe de UNICEF publicado por la ONU demostraba que les niñes sí se contagian y que las consecuencias a futuro pueden ser devastadoras.

“A lo largo de la pandemia de COVID-19 ha existido un mito persistente de que los niños apenas se ven afectados por la enfermedad. Nada podría estar más lejos de la verdad”, asegura Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF.

“Si bien los niños pueden enfermarse y propagar la enfermedad, esto es solo la punta del iceberg de la pandemia. Las interrupciones en los servicios clave y las crecientes tasas de pobreza representan la mayor amenaza para los niños. Cuanto más persista la crisis, más profundas serán sus repercusiones en la educación, la salud, la nutrición y el bienestar de los niños. El futuro de toda una generación está en riesgo”[3]

 

Pero no sólo se trata de esa “punta del iceberg”, hay otra punta que ataca a niñes y jóvenes y es el síndrome multisitémico inflamatorio pediátrico  (MIS- C) como informó el Washington Times  hace pocos días.

“Aproximadamente 1,600 casos y 26 muertes asociadas con MIS-C se han identificado en todo el país a principios de enero, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.

Los expertos en salud dijeron que el reciente aumento de casos de coronavirus en todo el estado podría llevar a más casos de MIS-C.

El estado anunció sus primeros casos confirmados de la enfermedad en julio. Sus síntomas incluyen fiebre, dolor abdominal, vómitos, diarrea, dolor de cuello, sarpullido, ojos inyectados en sangre y cansancio. La mayoría de los niños con MIS-C se recuperan, anotó el departamento de salud”[4]

Una enfermedad asociada al covid-19, pero que se desarrolla en niñes y adolescentes, es probable que sea poco frecuente, pero es otro dato a tener en cuenta porque de hecho ya está instalada en los Estados Unidos, uno de los países que lleva la delantera en cantidad de muertos por covid.

En el mismo sentido y en línea con los problemas derivados del covid-19 “…según un estudio publicado en la revista médica JAMA Pediatrics, los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes tienen un mayor riesgo de complicaciones graves por COVID-19 de lo que se pensaba anteriormente, y las personas con afecciones de salud subyacentes tienen un riesgo aún mayor[5]

El mundo alucinante

Mientras éstas y otras cientos de informaciones científicas van descubriendo efectos colaterales del covid-19 y apareciendo asociadas nuevas enfermedades; los contagios aumentan en los países centrales, las muertes también. Se vuelve atrás en las medidas de apertura de las escuelas y universidades, el virus muta y ataca de nuevo. Mientras eso ocurre de acuerdo con los datos de la realidad objetiva, acá, un puñado de funcionarios resuelve que es “seguro volver a las clases presenciales” ajustándose a los protocolos.

El alucinatorio del tándem político/mediático solo establece su enrarecida “grieta” en discusiones de almanaque, no aparecen debates de fondo que dejen de lado la “pedagogía instrumental” en la que se refugian los “engrietados” para soslayar la crisis sistémica en que las políticas educativas puestas en marcha desde hace décadas fueron devastando la educación pública con presupuestos a la baja y el abandono sistemático de la  infraestructura.

Aunque nos hablen de los porcentajes del PBI, nunca alcanzó para hacer escuelas, ni para sostener las que hay, así como los eternos discursos contra les docentes, víctimas del proceso de precarización salarial y de las condiciones de trabajo.

En el propio alucinatorio institucional, el año pasado se hablaba de la voluntad que había tenido, la docencia en su conjunto para sostener el vínculo, intentando representar o generar un vínculo pedagógico (en el distanciamiento) con sus estudiantes. Claro con los que la precaria “conectividad” les permitía y por supuesto sólo con aquellos que por lo menos, accedían, aunque fuese unas horas, a algún tipo de equipo tecnológico.

Pero en ese propio alucinatorio, en el 2021 los héroes vuelven a ser los villanos, porque exigen seguridad sanitaria en todas sus dimensiones, además de paritarias que den cuenta de los salarios deprimidos, de-preciados… Entonces, frente a la posibilidad de medidas de fuerza, absolutamente legítimas, los gobiernos responden con amenazas de descuentos salariales y diatribas propias de los patrones de estancia.

Y nos hablan de protocolos que estos mismos gobiernos no pueden cumplir, porque ni siquiera conocen la realidad de las escuelas en su dinámica diaria y mucho menos se hacen cargo de lo que se necesita en el mundo real, no en el discurso protocolar.

Y se piensan a sí mismos, “amigos” de la nueva normalidad porque alguien, en alguna parte habló de la burbujeante escuela del siglo XXI, que no contempla ni siquiera la pareja pedagógica en tiempos de pandemia, eso es la burbuja de la pedagogía instrumental, que solo sabe de ajustes y disciplinamiento.

Pero, ocurre que el virus, no sabe de burbujas, por otra parte impracticables, con el diseño que tiene el trabajo escolar; con docentes que tienen más de una escuela, que viajan en transporte público y todo lo que ya sabemos que presupone la presencialidad, que en estos momentos y justamente como dicen algunos de los infectólogos, el virus muta y tiene mayor potencialidad de contagio.

Así y todo, el convidado de piedra, el ministerio de educación nacional, que sólo sigue las “recomendaciones” de la UNESCO y otros obsoletos organismos internacionales, de donde salieron las políticas reformistas de la educación a pedido de los intereses de las grandes corporaciones, entra en cortocircuito con alguno de los “dichos” del 2020, respecto de la presencialidad en relación con la vacunación.

“No van a volver las clases con normalidad hasta que haya una vacuna contra el coronavirus[6] dijo el ministro Nicolás Trotta.

La vacuna no es condición indispensable para la presencialidad[7] dijo el ministro Nicolás Trotta.

En estos días el propio ministro está aislado por haber estado en contacto durante su gira por las provincias, con funcionarios que habían contraído el covid-19.

Acá se abre la gran pregunta…

¿Acaso el ministro de educación de la Nación infringió alguna de las normas dispuestas en los protocolos que ellos mismos diseñan?

Todo es posible, aunque es improbable que no tengan los resguardos necesarios, en esos niveles de exposición.

Ahora bien, si la ministra de educación de Santa Fe, Adriana Cantero[8], tiene covid y estuvo reunida con el ministro Trotta y por eso tiene que hacerse los test y cumplir con el aislamiento y estamos hablando de una pequeña reunión con todos los protocolos a disposición y los elementos de protección también; esa situación que están atravesando debería funcionar como alerta para las decisiones que van a tomar. ¿O lo que les sucedió a pequeña escala, también va a tener una respuesta acorde con el alucinatorio institucional?

Del alucinatorio y la estupidez

Entre otras de las cuestiones que deben ser aclaradas es que los Estados, incluso el nuestro, no fueron tomados por sorpresa con la propagación del virus pandémico, un interesante documento de septiembre de 2018 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial ya alertaba sobre lo siguiente:

 

“Si es cierto el dicho de que «el pasado es el prólogo del futuro», nos enfrentamos a la amenaza muy real de una pandemia fulminante, sumamente mortífera, provocada por un patógeno respiratorio que podría matar de 50 a 80 millones de personas y liquidar casi el 5% de la economía mundial. Una pandemia mundial de esa escala sería una catástrofe y desencadenaría caos, inestabilidad e inseguridad generalizadas. El mundo no está preparado”[9]

Es decir que ya se conocía lo que iba a suceder.  No es en este artículo en dónde vamos a poner en debate el por qué, todes sabemos lo que sucede con la degradación antrópica provocada en el planeta por su modelo de producción.

Pero, teniendo este antecedente, no es válido que nos sigan diciendo que el virus “nos tomó por sorpresa”.

Y mucho menos que ahora quieran exponer a la comunidad educativa como experimento para ver qué pasa.

Ya sabemos qué va a pasar, vamos a tener un rebrote  aumentado por la estupidez institucional, por no esperar la aplicación masiva de las vacunas, entre otras cosas.

En estos días se realizó un documento con un pronunciamiento[10] público, del cual soy firmante, al igual que miles que han adherido, porque no están dadas las condiciones de bioseguridad y no se ha debatido con el conjunto de la comunidad educativa, dando por sentado protocolos que solo fueron consensuados entre funcionarios que luego desligarán responsabilidades, como es su costumbre institucionalizada.

Dejo como cierre del artículo uno de los párrafos del documento citado:

“La comunidad educativa se construye colectivamente y todos/as sus integrantes tienen derecho a participar en la misma; nos oponemos a la decisión arbitraria e inconsulta de efectivizar el retorno a la presencialidad escolar sin condiciones suficientes para el cuidado de la vida. Solicitamos al Consejo Federal de Educación NO redefinir el Semáforo Epidemiológico, que fue aprobado en 2020 y acordado de manera nacional”.

Tal vez la producción pública de la vacuna pueda ayudar a recuperar más rápidamente la presencialidad sin que esté sospechada de otra decisión propia de la estupidez del alucinatorio institucional.

*Profesor y Licenciado en Letras (FFyL-UBA). Fue docente durante 30 años y Rector de la Escuela de Comercio 3, Hipólito Vieytes (CABA). Como investigador es autor de “La educación en la era corporativa, la trama de la desposesión”. Herramienta Ediciones y Contrahegeminía Web (2019) CABA.  Y del ensayo “La novela educativa o el relato de la alienación”  Redes Cultura (2005) CABA, con prólogo de Osvaldo Bayer. Además de decenas de trabajos y artículos publicados en Contrahegemonía Web; Rebelion.org  y Otras Voces en Educación. Durante 15 años fue productor periodístico y columnista del programa radial La Deuda Eterna.

 

Referencicias:

[1] https://www.laizquierdadiario.com/Fallecio-un-nino-originario-por-covid-19-en-el-norte-de-Salta

[2] https://www.nueva-ciudad.com.ar/notas/202102/45379-acuna-dijo-que-les-nines-no-contagian-dura-respuesta-de-especialistas.html

[3] https://news.un.org/es/story/2020/11/1484262

[4] https://www.washingtontimes.com/news/2021/jan/29/sc-reports-1st-death-from-inflammatory-pediatric-s/

[5] https://www.infobae.com/america/tendencias-america/2020/07/01/los-jovenes-y-el-covid-19-de-ser-inmunes-a-ser-el-centro-de-la-enfermedad/

[6] https://www.treslineas.com.ar/trotta-volver-clases-normalidad-hasta-haya-vacuna-contra-coronavirus-n-1602170.html

[7] http://seguinforma.com.ar/trotta-la-vacuna-no-es-condicion-indispensable-para-la-presencialidad/

[8] http://elcorreodigital.com.ar/noticia.aspx?idContent=32371

[9] “Un mundo en peligro” Informe anual sobre preparación mundial de emergencias sanitarias. Septiembre 2018.

[10] https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSdRVoFCK95rDolEZimxIQuGD6AfnlVtjJdDNaT1gcN9b2nCNw/viewform

 

Fuente: El autor escribe para OVE

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