En los últimos meses hemos visto como miles de mujeres, trabajadores y jóvenes salen a las calles en América Latina, para enfrentar los ataques del FMI, la represión de sus gobiernos, los planes de hambre que se imponen desde organismos internacionales, en defensa de la educación y la cruda situación de precarización que se vive en esos países.
Desde Centroamérica hasta la Patagonia, miles se levantan. Recientemente las revueltas en Chile han impactado a nivel internacional. Con movilizaciones iniciadas contra el alza de la tarifa del metro, ahora tras el retroceso de Piñera en esta medida, la población sigue en las calles contra la herencia de la dictadura.
«No son 30 pesos, son 30 años” de represión, ajuste, precarización y un sinfín de medidas neoliberales que han dejado a las y los trabajadores en condiciones deplorables.
Esto se da en el marco de al menos 5 años de enormes movilizaciones de mujeres a nivel internacional, por el derecho al aborto, contra la violencia y la precarización.
Esta subjetividad en las mujeres, cocinada desde hace media década, pone hoy sobre la mesa el protagonismo de las mismas en las enormes movilizaciones.
Esta enorme fuerza que demuestran las mujeres junto a otros sectores les es incómoda a los gobiernos, por esto, reprimen a nuestras compañeras intentando quebrarlas no solo física, sino moralmente, retomando la tortura sexual que es herencia del pinochetismo y una de las formas más cruentas de intentar acallarlas e impedir que sigan organizadas.
Pero las mujeres sabemos que en la calle, de manera masiva, en conjunto con nuestros compañeros de clase, somos mucho más fuertes que la represión orquestada por el gobierno de Piñera y sus aliados en otros países.
Compañeras chilenas, son un gran ejemplo de lucha para las mujeres en todo américa Latina, que a más de 10 años de la crisis capitalista, estamos hartas de la violencia y la miseria con las que nos hacen pagar su crisis.
La fuerza que se muestra en las calles, es un aliciente para continuar y extender la lucha en todo el continente, y que ha tenido muchas expresiones en el último período.
Nosotras sabemos que ya no podemos esperar para luchar por una vida que merezca la pena ser vivida, y que si hoy triunfan y las luchas en Latinoamérica se extienden, estaremos en mejores condiciones para luchar en el resto del mundo.
En estas jornadas de lucha, se ha mostrado quiénes son nuestros aliados y quiénes, aunque sean mujeres, estarán siempre del lado de los explotadores. Ese camino trazado es el que hay que fortalecer y profundizar, pues sabemos que el género nos une pero la clase nos divide.
Experiencias previas nos han dejado como lección que no basta con movilizarse y salir de manera masiva a las calles, es vital la discusión y preparación en espacios de autorganización para dar un rumbo a la lucha que está en curso.
Exigimos un alto a la represión, así como la libertad a los presos políticos y la presentación con vida de las y los desaparecidos. Exigimos juicio y castigo a los responsables de las desapariciones, asesinatos, la tortura, y tortura sexual de las que han sido objeto quienes componen las protestas.
Por eso desde Pan y Rosas México levantamos junto a las compañeras de Pan y Rosas Chile, la lucha por una huelga general política, hasta que se caiga Piñera, hasta que se vayan todos, para sobre las ruinas de ese régimen represor, poner en pie una Asamblea Constituyente, Libre y Soberana, para romper con toda la herencia de la dictadura y que sea el conjunto de los y las trabajadoras, jóvenes, y sectores populares quienes decidan el rumbo de sus vidas.
Nos pronunciamos contra los ataques del FMI y los gobiernos que le sirven a costa de la vida de millones, y contra los gobiernos capitalistas que gobiernan al servicio de los empresarios.
Peleamos bajo la perspectiva de poner en pie un gobierno de los y las trabajadoras y el pueblo pobre, que rompa con los capitalistas e imponga con la movilización todas nuestras reivindicaciones.
Llamamos al conjunto del movimiento de mujeres, a las organizaciones sociales y sindicales a abrazar la lucha del pueblo chileno, y rodear de solidaridad sus demandas.
Sabemos que los de abajo no tenemos patria, por tanto, en estos momentos tan convulsos en el continente, es necesario expresar la solidaridad internacional con todos los sectores en lucha.
Las mujeres que formamos parte de la agrupación Pan y Rosas, sabemos que para luchar contra la violencia, por el derecho al aborto y contra la precarización, es vital enfrentar al capital, que hoy tiene el rostro del FMI y de los gobiernos que les son serviles a los empresarios. Fuerza y solidaridad internacionalista.
¡Fuera Piñera!
¡Fuera el FMI de América Latina!
¡Viva la clase obrera de Chile y el mundo entero!
Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Carta-abierta-a-las-mujeres-que-luchan-en-Chile-y-America-Latina