El Comité Directivo y los Centros Miembros de CLACSO (Colombia) nos solidarizamos con las amplias, diversas y multitudinarias manifestaciones desarrolladas por la sociedad colombiana en el marco del Paro Nacional del pasado 21 de noviembre y la movilización social que continúa.
Este Paro Nacional ha sido convocado por el conjunto del movimiento social, sindical y popular colombiano en rechazo al gobierno del presidente Iván Duque, al neoliberalismo y la guerra. Las consignas de los y las manifestantes en las calles han sido claras: La defensa de la paz y el derecho humano a la protesta social; la protección de la vida de los líderes y lideresas sociales y defensores de DD.HH.; el cuidado de los bienes comunes y de la naturaleza; el repudio al despojo, la exclusión y la precarización, pilares fundamentales del modelo neoliberal; la exigibilidad al cumplimiento de los acuerdos firmados por el gobierno con el magisterio y el movimiento estudiantil y profesoral universitario; el rechazo a todas las formas de violencia contra la mujer y la infancia; entre otros asuntos.
Esta sociedad ha expresado su cansancio con una guerra sistemática que sufre desde hace más de cinco décadas. Guerra que no ha podido frenarse por la reticencia del Estado Colombiano y, particularmente, de este Gobierno, para dar cumplimiento al Acuerdo Final de Paz. También es una manifestación contra los altos niveles de concentración de la riqueza (entre los más elevados de la región) y el deterioro de las condiciones de vida de la gente.
Estas proclamas expresan un sentir colectivo por la defensa de la vida digna de las comunidades y de sus territorios. Millones de mujeres y hombres se han juntado en las plazas públicas, en sus barrios, con sus vecinos, amigos y desconocidos en un grito de esperanza que no vivía Colombia con tanta intensidad desde hace décadas, al decir de muchos solo comparable con el paro cívico de 1977. La juventud ha sido la fuerza vital de este encuentro. Las cacerolas y los cacerolazos han llenado de alegría las calles de Colombia.
La legitimidad de la protesta social y las justas exigencias del movimiento han sido repelidas, estigmatizadas y criminalizadas por la institucionalidad estatal. El Gobierno del presidente Iván Duque ha privilegiado un tratamiento militar en contravía del diálogo. La fuerza pública del país, especialmente la fuerza represiva del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) ha desplegado una campaña reaccionaria contra los y las manifestantes; las agresiones han sido múltiples y de diverso orden y han dejado un saldo humanitario lamentable.
En las últimas horas algunos mandatarios decretaron toques de queda y en articulación con el Gobierno Nacional han militarizado las ciudades, desatando una campaña de miedo individual y Pánico Colectivo que deslegitime la protesta y contenga la vitalidad de la resistencia que se expresa en el paro.
El Comité Directivo de CLACSO y los Centros Colombianos, expresión del pensamiento crítico comprometido con la búsqueda de la justicia, la paz, la defensa de los derechos humanos y la vida digna, rechazamos el tratamiento militar a la protesta y la estigmatización de la que ha sido objeto a través de diversos medios, especialmente de las redes sociales y los medios de comunicación masiva. Repudiamos la campaña de estigmatización contra los migrantes venezolanos que hoy residen en Colombia; la migración es un derecho humano. La violencia, los saqueos y el pillaje no son expresión de la protesta masiva y ciudadana que hoy se vive en Colombia.
Hacemos un llamado al Gobierno Nacional de Colombia a generar todas las garantías para que se continúe desarrollando la movilización pacífica y la libre expresión y que adelante una mesa de diálogo con garantías reales y efectivas sobre las demandas expuestas por el conjunto del movimiento popular.
Fuente del documento: https://www.clacso.org/en-apoyo-a-las-movilizaciones-sociales-en-colombia/
Editor: Almudena Cotán Fernández ISBN: 978-94-92805-12-6
Language: Spanish
Publication date: November, 2019
Pages: 179
Description: This edited volume is composed of eighteen chapters covering topics such as Special Needs Education, educational policies, competencies development, and teaching methods, approaches and strategies.
Indexing: Titelbank Dialnet Google Books Google Play
El vídeo nos muestra el impacto de Fe y Alegría en Venezuela. Un movimiento educativo que nació hace 64 años y se ha convertido en el mejor producto de exportación de Venezuela. Fe y Alegría está presente en 22 países del mundo.
Fuente del documento:https://www.youtube.com/watch?v=xkA64NtOfvM&feature=youtu.be
Las ilustraciones y la animación del vídeo de este proyecto son del profesor de bioquímica Iñigo Izal Azcárate y la narración en voz en off corre a cargo de la periodista Eva Lus (Radio Universidad de Navarra). También colabora en esta serie de animación el grupo Women for Science and Technology y diferentes personas expertas asesoran en la elaboración de los guiones de las distintas biografías.
Iremos añadiendo los videos a medida que vayan apareciendo.
Fuente del documento: https://mujeresconciencia.com/2019/11/19/serie-de-animacion-la-mujer-en-la-ciencia/?fbclid=IwAR3HEyeABAdxmr3kq67VkhSPTGl21xCKJbTtre-1lSggIUHMuzowipfjnyA
El patriarcado nos habita cuando justificamos golpes de estado oligárquicos e imperialistas
Rita Segato en varios de sus escritos plantea la hipótesis de que el patriarcado es arcaico, que nació con el origen de la especie. Uno de sus fundamentos es la existencia de mitos y fábulas a nivel planetario en donde se repite la estructura de una mujer o grupo de mujeres que falla o transgrede y es o son disciplinadas despojándolas de su poder. Uno de estos mitos fundamentales en Occidente es el de Adán y Eva. Pero el mismo hecho de necesitar de narrativas que lo justifiquen, muestra que no responde a un orden natural sino a una realidad de subordinación y poder construida.
El patriarcado es un orden político fundante. Igual que el concepto de raza, transforma una diferencia fenotípica -y no genotípica lo cual está demostrado que no existe y que la “raza” humana es una sola- en una diferencia política, construida desde la colonia para controlar, usufructuar y explotar todo tipo de trabajo humano bajo la división racial del trabajo.
En relación a la aparición del patriarcado en los pueblos originarios americanos, la misma autora argumenta que la conquista no hubiera sido posible sin la preexistencia de un patriarcado de baja intensidad, que tornó a los hombres dóciles al mandato de masculinidad y, por lo tanto, vulnerables a la ejemplaridad de la masculinidad victoriosa y proclives a reproducir, o al menos ser funcionales, a estructuras competitivas, jerárquicas y crueles. Señala que el sistema colonial se apropia de las asimetrías preexistentes para transformarlas ahora en las asimetrías propias del mundo colonial moderno.
Partiendo de sus propios conceptos ¿qué pasa cuando el timón del estado nación lo asume un indio, sindicalista, trabajador campesino, militante popular, permeable a la cultura patriarcal hegemónica como todos los hombres blancos que lo antecedieron en el cargo, pero que multiplica por 8 el PBI? Que, además de multiplicarlo, lo distribuye como ningún gobernante antes en la historia de un país históricamente saqueado. Que es cabeza y articulador de luchas que condensan otras ancestrales, en las que las mujeres están en la trinchera, en las que se amplían y profundizan los derechos sociales, políticos y económicos de las mujeres y de todo el pueblo por siglos oprimido. Que democratiza un estado racista en el que quienes antes eran servidumbre de los y las blancas, luego de 2006 son diputadas, senadoras, médicas, mujeres que exhiben con orgullo sus colores, su sabiduría y su cultura sin agacharse frente al privilegio de los “amos”, entre otros miles de ejemplos que hicieron a ese pueblo, hombres, mujeres, niñas, niños y personas sin encasillar, sujetxs hacedores y protagonistas de su propia historia. Que además eligen una y otra vez a su líder, pudiendo no hacerlo. Quizá un líder no del todo “deconstruido en su machismo” -como tantas de nosotras y la sociedad en general-, pero que expresa genuinamente a su pueblo, especialmente al movimiento campesino-indígena y a lxs trabajadores. Un hermano aymara que viene desde abajo, que fue deconstruyendo en su vida y práctica la colonialidad del saber y del poder con su militancia sindical que también desprecia la autora y que como mujeres levantamos y protagonizamos con toda la dignidad de los y las oprimidas y explotadas del mundo. Como ayer Tupac Katari y Bartolina Sisa y Tupac Amaru y Micaela Bastidas, este extraordinario compañero, indio y sindicalista hermano presidente, intenta ser disciplinado por la supremacía blanca heredera de las oligarquías que forjaron el estado nacional a sangre y fuego despojándolo de su poder, y con él a su pueblo.
El jefe indio es desterrado pero no por lo que hizo mal. Es desterrado por todo lo que hizo bien, por convertir en políticas de estado tantas demandas de siglos regadas con sangre de su pueblo y naciones que habitan su amado territorio, como consecuencia de una transgresión originaria. Después de haber ganado la presidencia en primera vuelta con el 47% de los votos del 88% del padrón electoral que votó, y con mas de 10% de diferencia sobre el segundo candidato, lo saca el racismo blanco, la esclavitud latente y el odio de clase, apoyado por el ministerio de colonias de los estados Unidos: la OEA, quienes encabezan los ataques a todas las democracias populares que no establecen relaciones carnales con Washington. Lo amenazan junto a sus compañeros y compañeras de lucha y lo destierran desatando el revanchismo clasista y racista que va dejando cientos de hermanos y hermanas asesinadxs, encarceladxs, heridxs y perseguidxs injustamente hoy en Bolivia.
El patriarcado vive y se refuerza en el capitalismo imperialista. El patriarcado vive en el colonialismo y racismo que nos habita si nos dejamos ganar por el feminismo liberal. El feminismo será popular, anticapitalista y antiimperialista o no será. El feminismo popular y latinoamericanista combate hoy al golpe de estado y está con las mujeres que valientemente lo enfrentan en la calle y en cada trinchera.
A los 22 días del mes de noviembre.
A casi 40 muertos y muertas producidas por el golpe de estado.
A dos semanas de intentar callar al pueblo y a sus voces.
A dos semanas de sacar al gobierno de los Movimientos Sociales del Estado Plurinacional de Bolivia.
A dos semanas de resistencia creciente, donde lloramos a nuestrxs muertxs sin abandonar la lucha.
Fuente del documento: https://redhargentina.wordpress.com/2019/11/24/respuesta-a-rita-segato-de-las-mujeres-de-la-red-en-defensa-de-la-humanidad-redh-de-argentina/
Reproducimos a continuación el discurso de Beatriz Bravo, joven trabajadora de Correos Chile. La fuerza que se despertó en los jóvenes y trabajadores de Chile, una rebelión tan profunda que pueda contagiar a toda América Latina y no sólo terminar el gobierno de Piñera y la impunidad de la represión sino terminar con las desigualdades del capitalismo.
Compañeros y compañeras. Como decían los compañeros que nos presentaron, hoy se está cumpliendo un mes desde que empezamos la revuelta popular en Chile. ¿Y qué decirles? Decirles que es verdad ese grito de que Chile despertó. Decirles que la bronca, la rabia y el odio profundo que acumulamos durante años se empezó a expresar con la lucha contra el aumento del pasaje, pero rápidamente demostró que era contra toda la herencia de la maldita dictadura pinochetista. Es la herencia del dictador Pinochet que mantuvieron intactos todos los Gobiernos de la exConcertación durante 30 años, y por eso nuestro grito y nuestra lema se transformó: ¡No son 30 pesos, son 30 años!
Yo soy una joven trabajadora, tengo 30 años y como se darán cuenta nunca he vivido ningún tipo de forma distinta a la legada por la herencia de la dictadura. Un régimen en Chile que no nos ofrece nada más que miseria, que no nos ofrece nada más que precarización. A nuestra juventud, desde que es muy pequeña, se nos dice que no tendremos derecho absolutamente a nada. Que si queremos estudiar tenemos que endeudarnos y pagarles millones a la banca privada y que nos quedaremos sin la posibilidad de postular a la vivienda. Un sistema de salud tan miserable, en donde nuestros familiares mueren en las salas de urgencia en los hospitales, donde mueren en listas de espera eternas porque no tienen insumos para tratarlos. Y además, en un país donde nuestros ancianos son los que lideran las tasas de suicidio, porque luego de trabajar 40, 50 años o incluso más, los empresarios se llevan todas sus jubilaciones y los dejan en la calle. Ese es el Chile de los empresarios, ese es el verdadero oasis de América Latina del que tanto hablaban con orgullo los capitalistas, en donde un 1 % de los más ricos se lleva el 27 % de las riquezas. Y es verdad también que los verdaderos saqueadores de saco y corbata gozan de impunidad, esos son los verdaderos saqueadores que nos han robado todo al pueblo trabajador, a la juventud y a los pobladores.
Tenemos unas Fuerzas Armadas que han gozado de profunda impunidad y una Policía que también, gracias a la herencia de la dictadura. Por eso me paro acá también y grito con mucha fuerza que repudiamos ese golpe militar orquestado por las Fuerzas Armadas, los empresarios, la Iglesia y la derecha de Bolivia, esa derecha que también enfrentamos en Chile, y gritamos con toda la fuerza: ¡Fuera el imperialismo de América Latina!
Los y las que tenemos 30 años venimos de varios años de haber salido a luchar. En 2006 protagonizamos, siendo estudiantes secundarios, la revolución pingüina, como le decimos allá. Desde muy pequeños ya sabíamos que la educación de mercado solo es un filtro de clase que beneficia a los más ricos. Volvimos a salir con mucha fuerza en 2011, protagonizando paros y tomas durante meses, luchando por la educación gratuita y hoy, con mucho orgullo, somos parte de esa juventud sin miedo. Esa juventud sin miedo que a nuestras generaciones anteriores, que venían profundamente derrotadas y golpeadas por esos años de transición pactada y esa maldita dictadura, hoy nos dicen «gracias por devolvernos la esperanza y las ganas de luchar», y eso compañeros y compañeras, lo hemos logrado con la lucha de estudiantes, trabajadores y pobladores en Chile.
Esa enorme fuerza se expresa en todos lados. Nos han tratado de sacar de las calles de todas formas, porque los hicimos temblar. Con esos pacos que reprimen y matan, esos mismos pacos que gozan de impunidad.
¿Ustedes saben que Piñera nos declaró la guerra? Nos declaró la guerra cuando estábamos en los primeros días de movilización para después ofrecernos migajas en un pacto social. Mientras, en simultáneo, nos reprimían, torturaban, violaban, dejando ciegos a nuestros compañeros luchadores. Pero lo mejor, es que no les tenemos miedo. Nosotras y nosotros hoy día estamos decididos a hacer que la vida valga la pena. No vamos a traicionar a nuestros muertos ni a nuestros compañeros heridos, porque son ellos también los que nos dicen que tiene que servir de algo y que esta lucha no puede acabar, que esta lucha tiene que continuar. ¿Y por qué? ¡Porque seguiremos en las calles hasta acabar con esta herencia de la dictadura pinochetista y con nuestros muertos no se negocia!
Si ustedes no saben, en Chile ahora está pasando algo muy, muy importante. Nosotros tenemos un concepto para denominar a los acuerdos de los partidos políticos por arriba, en los salones del Parlamento y en el Congreso. Y como saben también, nuestro Congreso es uno de los más caros a nivel internacional, donde los parlamentarios ganan 35 veces lo que ganamos los trabajadores. ¡No les da ni vergüenza! A nosotros, la juventud trabajadora, nadie nos tiene que venir a explicar como son las cosas. Tenemos los sueldos más bajos para las y los trabajadores en comparación con los salarios de los parlamentarios. Y por eso mismo, como les decía, le decimos «cocina parlamentaria» a todo acuerdo que trate de pasar por encima de nuestra movilización, y es eso lo que están gestando hoy día.
Este jueves pasó eso. Desde la derecha pinochetista, todos los políticos de la exConcertación y las principales figuras de los partidos del Frente Amplio, se juntaron entre ellos y salieron negociando. ¿Y cómo lo llamaron? «Un acuerdo por la paz». Pero esa paz es para salvar a Piñera y mantenerlo en el poder, es una paz para los empresarios y la herencia de la dictadura y todos esos 30 años que queremos aniquilar, porque no queremos más esos pactos por encima.
Nos quieren tender una trampa. La consigna de Asamblea Constituyente se ha tomado sectores importantes de la movilización y es porque expresa el genuino deseo que tiene hoy día el pueblo chileno de decidir. A eso lo convirtieron en un congreso o convención constituyente que es para que sigan gobernando los mismos de siempre. Una de las primeras trampas es que deja impune y mantiene en el poder al asesino Piñera. Y claro, mientras nosotros gritamos todos los días y planteamos en todos lados ¡Fuera Piñera! ellos hacen una negociación para salvarle la cabeza y mantenerlo en el poder.
Y luego, en esa constituyente las normas que se definirán serán votadas por un quórum de dos tercios. ¿Y eso qué significa? Que serán los políticos empresariales y los mismos empresarios los que tendrán capacidad de veto a todos los debates que se den al interior de ahí. Quieren burlar la soberanía que nosotros estamos exigiendo como pueblo trabajador. ¿Para qué? Para que no haya ningún cambio profundo. Pero además de esto nos llaman a votar en un plebiscito en abril, para recién votar representantes en octubre del próximo año y bajo las formas electorales actuales. ¡Se quieren reír en nuestras caras, pero no creemos en sus mentiras y por eso ayer fuimos decenas de miles en las calles a nivel nacional, denunciando esta trampa y enfrentando la represión!
Casi todos los partidos del régimen y los medios de comunicación están desesperados por meternos en este desvío. Pero estamos convencidos que el proceso revolucionario que hemos iniciado en Chile llegó para quedarse. No será lineal, eso también lo tenemos claro. Pero sabemos que no queremos que nuestro país siga siendo el ejemplo para los capitalistas a nivel internacional. ¡Nosotros queremos que Chile sea la tumba del neoliberalismo! ¡Y queremos que la rebelión popular en Chile no termine ahí. Que esa fuerza inspire a toda la juventud y a todos los pueblos de América Latina y que sí se puede, que sí podemos revelarnos contra este sistema de mierda que los capitalistas nos impusieron vivir!
Nosotros y nosotras, las y los revolucionarios del PTR somos bien claros: es necesario una huelga general hasta echar a Piñera, paralizando el conjunto de la producción. Y sobre las ruinas de este régimen putrefacto levantar una Asamblea Constituyente ya, pero no cualquier asamblea constituyente. Una libre y soberana, en donde todos los mayores de 14 años puedan participar, algo completamente distinto a lo que deciden en esa cocina parlamentaria, en donde quieren que solamente puedan participar desde los 20 años. Tienen el descaro de tratar de dejar fuera a nuestra juventud, a los principales motorizadores de esta revuelta.
Para nosotros esa constituyente trucha no sirve, no responde a las demandas que tenemos hoy día en las calles y en todos lados. Nosotros queremos votar electores que por cada 10.000 tengan un representante, que sean revocables, y donde ganen lo mismo que una maestra y no los sueldos millonarios que ganan hoy día los parlamentarios. Nosotros y nosotras decimos que tienen que ser electos de manera democrática y que pueden ser representantes sindicales y de organizaciones obreras, estudiantiles y sociales. Una Asamblea Constituyente, Libre y Soberana que pueda votar todas las medidas de emergencia que necesitamos las grandes mayorías, sin respetar esas instituciones que blindan a los políticos de saco y corbata en los salones parlamentarios, sin ningún tipo de poder de veto.
Y no seremos ingenuos tampoco. Sabemos que para conquistar nuestras demandas hay que atacar el poder de los capitalistas. Por eso decimos que tenemos que nacionalizar el cobre y ponerlo bajo gestión obrera, acabar con las privatizaciones, expropiar los puertos y toda esa ganancia, en vez de que se vaya para un puñado de capitalistas, se ponga al servicio de nuestras demandas básicas. Pero no solamente que se resuelvan esas cosas: queremos una salud y educación gratuita pero también demandas fundamentales como el derecho al aborto o como la autodeterminación del pueblo mapuche, que ha sido durante años saqueado y reprimido por el Estado de Chile.
Pero tampoco nos vamos a comer cuentos, sabemos que los capitalistas harán todo lo posible por impedir que les quitemos sus privilegios. Por eso desde el PTR estamos impulsando con todas nuestras fuerzas asambleas y coordinadoras de base, donde estudiantes, trabajadores y pobladores podamos organizar para salir con fuerza a sacar a Piñera del poder y terminar con su Gobierno asesino y criminal y con la herencia de la dictadura. Ellos pondrán resistencia si o si y desatarán su furia cuando queramos poner estas medidas. Y es que para nosotros esto sienta las bases de un Gobierno de trabajadores y trabajadoras, de ruptura con el capitalismo, que pueda efectivamente darle respuesta íntegra a nuestras demandas, basada en la autoorganización y en la fuerza de las masas.
Compañeros y compañeras, para terminar: los responsables de nuestros padecimientos y esos que se llaman «de izquierda», que en realidad hoy día le salvan la cara a Piñera y a todo su Gobierno y este régimen, quieren llevarnos a repetir la misma cocina que ellos han repetido durante años. Quieren que vayamos con su desvío y que volvamos a hacer lo mismo que es con lo que queremos acabar en este régimen. ¡Y a todos ellos les decimos que no! Porque nada bueno va a venir para nosotros. Ninguna demanda democrática la vamos a conquistar si siguen gobernando los mismo de siempre. Pero tampoco sobre la base de la impunidad de los que han asesinado, torturado, violado o golpeado a nuestras compañeras y compañeros. Por eso aquí me paro para denunciar que mientras ellos se llenan hipócritamente la boca hablando de paz, ayer reprimieron a nuestro pueblo trabajador en Chile. Los pacos y este Gobierno son los responsables políticos y materiales de que nuestro compañero Abel, un luchador, muriera porque los pacos le impidieron la entrada a los que venían a rescatarlo. ¡Por eso no nos vamos a ir hasta que logremos el juicio y castigo a todos los responsables políticos y materiales de la represión!
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