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Piaget. Etapas del desarrollo cognitivo del niño.

Por: fun4us.org

El segundo objetivo de la educación es formar mentes que puede ser criticas, que puedan verificar y no aceptar todo lo que se les ofrece. El gran peligro de hoy son los lemas, opiniones colectivas, las tendencias ya hechas de pensamiento. Tenemos que ser capaces de oponernos de forma individual, para criticar, para distinguir entre lo que está bien y lo de lo que no” Jean Piaget

Jean Piaget es uno de los psicólogos más famoso de la historia por sus descubrimientos sobre la infancia y el desarrollo de la inteligencia en niños. Su teoría sobre el aprendizaje cognitivo infantil hace que lo conozcamos hoy en día como el padre de la pedagogía moderna. Descubrió que los principios de nuestra lógica comienzan a instalarse antes de la adquisición del propio lenguaje, generándose a través de la actividad sensorial y motriz en interacción con el medio, especialmente con el medio sociocultural.
La teoría de Piaget mantiene que los niños pasan a través de etapas específicas conforme su intelecto y capacidad para percibir las relaciones maduras. Estas etapas del desarrollo infantil se producen en un orden fijo en todos los niños, y en todos los países. No obstante, la edad puede variar ligeramente de un niño a otro.  La idea principal de Piaget es que resulta indispensable comprender la formación de los mecanismos mentales del niño para captar su naturaleza y su funcionamiento en el adulto. Su teorización pedagógica se basó en la psicológica, lógica y biológica. Así queda plasmado en su definición de la acción de pensar, donde se parte de unos pilares condicionados por la genética y se construye a través de estímulos socioculturales.

Según la Teoría del Aprendizaje de Piaget, el aprendizaje es un proceso que solo tiene sentido ante situaciones de cambio. Por eso, aprender es en parte saber adaptarse a esas novedades. Esta teoría explica la dinámica de adaptación mediante los procesos de asimilación y acomodación. La asimilación se refiere al modo en que un organismo se enfrenta a un estímulo del entorno en términos de organización actual, mientras que la acomodación implica una modificación de la organización actual en respuesta a las demandas del medio. Mediante la asimilación y la acomodación vamos reestructurando cognitivamente nuestro aprendizaje a lo largo del desarrollo (reestructuración cognitiva).

Piaget propuso cuatro etapas del desarrollo en niños, que son: 1ª- Periodo sensorio-motor (Niños de 0-2 años),2ª- Periodo pre-operacional (Niños de 2-7 años), 3ª- Periodo concreto (Niños de 7-11 años), 4ª- Periodo formal (Niños y adolescentes de 11-en adelante, aproximadamente hasta los 19 años).

1- Desarrollo del niño: Etapa Sensorio Motora (Niños de 0-2 años)

Este estadio de desarrollo del niño se caracteriza por la comprensión que hace el niño del mundo, coordinando la experiencia sensorial con la acción física. En este periodo se produce un avance desde los reflejos innatos.

  • Se sabe que los niños a esta edad tienen preferencia por estímulos coloridos, con brillo, con movimiento, contraste…
  • Además construyen sus esquemas intentando repetir un suceso con su propio cuerpo, por ejemplo, hacer ruido al golpear un juguete, tirar un objeto, tirar de una manta para conseguir un objeto que hay sobre ella, etc. A esta edad, los niños están repitiendo sucesos al azar, experimentando a través de su propio cuerpo.
  • Primer contacto del bebé con el lenguaje: La primera vez que tiene el bebé contacto con el lenguaje es en el vientre materno, durante los meses de gestación ya se va familiarizando con la voz de los progenitores. Las investigaciones muestran que en los primeros días de vida prefieren el sonido de la voz humana, a cualquier otro sonido. Sorprende lo acostumbrados que están al lenguaje, ya que desde el momento que nace el bebé tiene la excepcional capacidad de distinguir el sonido del habla. Investigaciones de Casper y Spence demostraron además como los niños se sienten especialmente atraídos por el habla de sus madres, la cual reconocen antes que  la de desconocidos.
  • ¿Cómo se comunican los niños de 0 a 2 años? Al nacer, la mejor forma que tiene de comunicarse el bebé, es llorar ya que no puede emitir otros sonidos (físicamente no está preparado). Durante los primeros meses, todo serán gestos pre-lingüísticos mediante sonrisas y llantos que utilizarán de una forma involuntaria, y que más adelante, se volverá intencional cuando aprendan a utilizarlo a modo comunicativo. De todas formas, al llorar o al sonreír los padres interpretan lo que el bebé hace, y por ello ya hay una primera comunicación no intencional por parte del bebé. Después llegarán los primeros balbuceos en torno a los 6 meses con consonante- vocal ,por ejemplo,  “bababa”. Las primeras emisiones de palabras sueltas serán en torno a los 12 meses.

2- Desarrollo del niño: Etapa Pre-Operacional (Niños de 2-7 años)

Esta es la segunda etapa de la Teoría de Piaget. A partir de los 3 años se produce un hecho importante en la vida de un niño, la escolarización (Educación Infantil). Esto supone un componente social muy importante.

  • El niño empieza a relacionarse con los demás, en especial con sus iguales, ya que antes de este período, las relaciones eran únicamente con la familia.
  • ¿Cómo se comunican los niños de 2 a 7 años? Aunque entre los 3 y los 7 años se produce un enorme aumento de vocabulario, los niños durante la primera infancia, se rigen por un “pensamiento egocéntrico”, esto quiere decir, que el niño piensa  de acuerdo a sus experiencias individuales, lo que hace que su pensamiento aún sea estático, intuitivo y carente de lógica. Por ello, es frecuente que hasta los 6 años, puedan cometer errores tanto para interpretar un suceso, como para expresarlo. Descubre Algunos consejos para superar la etapa del “no” en niños.
  • Hablar en tercera persona refiriéndose a uno mismo es muy normal en este periodo porque aún no tiene bien definido el concepto del “yo” que lo separa con el resto del mundo.
  • Los niños a esta edad, entre 2 y 7 años, tendrán mucha curiosidad y ganas de conocimiento, por lo que preguntarán a sus padres el “por qué” a muchas cosas.
  • En esta etapa los niños atribuyen sentimientos o pensamientos humanos a objetos. Este fenómeno se conoce como animismo.
  • Cada una de estas limitaciones del estadio pre-lógico serán superadas después de los 6 años o 7 años en el próximo periodo de desarrollo cognitivo y se irá consolidando hasta los 14 o 15 años.

3- Desarrollo del niño: Periodo concreto (Niños de 7-11 años)

En este penúltimo estadio de La Teoría de Piaget, los niños empanzarán a utilizar un pensamiento lógico sólo en situaciones concretas. En este periodo pueden realizar tareas en un nivel más complejo utilizando la lógica, así como realizar operaciones de matemáticas. Sin embargo, aunque hayan hecho un gran avance con respecto al periodo pre-lógico, en este periodo del desarrollo cognitivo pueden aplican la lógica con ciertas limitaciones: Aquí y ahora, siempre les resulta más fácil. Todavía no utilizan el pensamiento abstracto, es decir, el aplicar conocimientos sobre algún tema que desconocen, aún es complicado para los niños de esta edad.

4- Desarrollo del niño: Operaciones Formales (Niños y adolescentes de 11 años en adelante)

  • Este último periodo ya se caracteriza por la adquisición del razonamiento lógico en todas las circunstancias, incluido el razonamiento abstracto.
  • La novedad en este último periodo en relación con la inteligencia del niño, es, como señala Piaget, la posibilidad de que ya pueden realizar hipótesis sobre algo que no tienen aprendido de forma concreta.
  • Aquí empezará a establecerse el aprendizaje como “un todo”, y no de forma concreta como en el anterior estadio.

Un recorrido por la teoría de Piaget permitiría a cualquier profesor conocer cómo evoluciona la mente de los alumnos. La idea central de la teoría de Piaget es que el conocimiento no es una copia de la realidad, sino que es el producto de una interrelación de la persona con su entorno. Por lo tanto, sería siempre individual, particular y peculiar.

La meta principal de la educación es crear personas que sean capaces de innovar, no simplemente de repetir lo que otras generaciones han hecho. Personas que sean creativas, inventoras y descubridoras. La segunda meta de la educación es la de formar mentes que sean críticas, que puedan verificar y no aceptar todo lo que se les trasmite como válido o verdadero (Piaget, 1985).

Referencia: La mente es maravillosa.

*Fuente: https://fun4us.org/2018/03/21/piaget-etapas-del-desarrollo-cognitivo-del-nino/#more-2133

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Educar para el futuro

Por: eldiariodecoahuila.com.mx/Manuel Fragoso Álvarez/18-04-2018
Existen diversos problemas en el mundo, de los cuales nos enteramos por medio de los medios masivos de comunicación, pero en realidad no tenemos completa claridad de cuáles son sus verdaderos alcances, la violencia en nuestro país ha rebasado lo inimaginable, muertes por suicidio casi a diario (alarmante en nuestra ciudad), mujeres golpeadas, niños maltratados, violados, marginados, insultados y empobrecidos socialmente.
Lo más grave de todo esto, es que estos problemas no son locales, sino que como podemos ver, se han multiplicado al infinito y los podemos observar en todos y cada uno de los países de nuestro planeta. Guerras, desplazados de sus países, (Siria, por ejemplo), pobreza extrema, enfermedades endémicas y sobrepoblación (el número de personas que residen en México es de 123.5 millones en 2017, de las cuales más de la mitad (65.2 millones) tiene menos de 29 años).
Este modelo económico llamado neoliberalismo, ha llevado al mundo a un colapso económico, pues hoy en día la economía mundial de varios países va hacia una crisis irreversible. Cada vez hay más y más pobres. 53 millones 418,151 personas, hay en México según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Esto representó el 43.6% del total de habitantes, de acuerdo con la medición de pobreza en México.
Los gobiernos están luchando para financiar las jubilaciones de los que ya trabajaron muchos años, muchos adultos mayores han rebasado ampliamente la media nacional de vida, ya que, gracias a los avances de la medicina, la humanidad está alcanzando un mayor número de años de vida.
Las guerras, las hambrunas, la drogadicción y la violencia en todas sus manifestaciones son, también, un grave problema al que se va a enfrentar nuestro planeta, cada vez somos más y cada vez hay más pobres, el agua ingrediente vital para la existencia de nuestro planeta se está convirtiendo día a día en un recurso cada vez más escaso, dos millones de personas carecen de acceso al agua potable según la OMS. De acuerdo con el Centro Virtual de Información del Agua, establece que, en la Ciudad de México, se tiene acceso a mil 90 millones de metros cúbicos de agua potable al año, de los cuales 436 millones (40%) se desperdician en fugas.
Todos los días contaminamos nuestros ríos, nuestros manantiales, el agua se agota a un ritmo alarmante. En los últimos 50 años la población mundial se ha triplicado, para el 2040 seremos 9 mil millones de personas y si se continúa con las tendencias actuales, como son el crecimiento no planificado, la agricultura no controlada y la contaminación industrial, será nuestro fin.
Es por eso que ya no es necesario sino imprescindible, reeducar al ser humano, debemos tomar conciencia que somos habitantes de un mismo planeta que no nos pertenece, y que nosotros somos sólo parte de él. Es necesario trabajar por lo mejor, aprender a «estar ahí” con nuestro planeta, ser uno con él, no sólo vivir en él sino vivir para él. Si no lo hacemos ya, vamos en camino de nuestra desaparición.
Es urgente rescatar, implementar y promover los valores como base para lograr una sociedad más justa y equitativa, pero sobre todo una sociedad más participativa, que haga uso y obligación de su ciudadanía, una sociedad civil interesada en los problemas que la aquejan y buscar soluciones. En la escuela con programas ecológicos y de concientización, y en casa, desde el núcleo familiar, con la participación de los padres de familia en el proceso educativo de sus hijos.
Considerando que la educación es la fuente básica para resolver los problemas del país, es importante que la sociedad y nuestras instituciones educativas, tomen medidas urgentes para resolver este grave problema, empezando por: preparar mejor a los jóvenes que llegan a ellas,  vincular los planes y programas de estudio con las necesidades del presente y del futuro, establecer alianzas gobierno-empresas-sociedad,  para poner a disposición de los niños y jóvenes de los niveles de primaria, secundaria y preparatoria, recursos educativos y tecnológicos para  compartir las experiencias en enseñanza y tecnologías educativas; acercarse a los organismos y llevar propuestas que se puedan integrar o adaptar en nuestro  país, propuestas que contribuyan  a acercar a los niños y jóvenes a una educación de calidad, participativa y resiliente.
Aún estamos a tiempo de mejorar mucho de nuestro entorno, renovarnos o morir es la consigna. Hoy es un buen momento para empezar a actuar.
*Fuente: http://www.eldiariodecoahuila.com.mx/editoriales/2018/4/18/educar-para-futuro-725998.html
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Revolución industrial 4.0. La robotización amenaza a uno de cada siete puestos de trabajo en todo el mundo

Por: www.publico.es/ Diego Herranz /18-04-2018

La OCDE no tiene dudas. El proceso de digitalización, la Cuarta Revolución Industrial, la 4.0 —entre cuyos parámetros esenciales está la robotización y, por ende, la transformación de los modelos productivos hacia la automatización—, transformará de forma significativa las actuales plantillas de trabajadores. A lo largo y ancho de todo el mundo. Su diagnóstico, publicado a comienzos de este mes, no deja mucho resquicio a las dudas: los robots harán que se pierdan casi 66 millones de empleos. Al menos. Y en un margen temporal corto, de apenas un decenio. En términos más elocuentes, esta sustitución de plantilla supone uno de cada siete trabajos actuales. Focalizadas de forma mayoritaria, en las potencias industrializadas. En concreto, en sus 32 países asociados. Aunque este fenómeno no se circunscribe sólo a este think-tank, considerado de las economías de rentas altas. También afecta a ciertos mercados emergentes —en especial, en China o India—, que han dado un salto hacia la Industria 4.0 sin precedentes.

En su reciente informe, los expertos de esta institución multilateral asegura que el 14% de los puestos laborales de sus socios se pueden catalogar de “altamente automatizables” y que el 32% de sus mercados de trabajo se verán sometidos a cambios considerables. En concreto, a un giro en sus habilidades técnico-profesionales, lo que les exigirá someterse y aprobar cursos de adaptación y readecuación de conocimientos. Impartidos de manera interna por sus empresas o en cooperación con el mundo académico y el entramado institucional del país. Es decir, con una estrategia gubernamental que integre participación académica, subvenciones estatales y la aportación del road map profesional que demandarán las empresas y que debe partir desde las patronales.

Sin embargo, obviamente, no todos los países deberán abordar un mismo nivel de desafío. Hay naciones, como Eslovaquia —dice el informe— que tendrán que adecuar al 33% de sus puestos de trabajo, mientras otros, como Noruega, economía top en materia de digitalización, que apenas deberán reciclar a un 6% de sus trabajadores. “De manera general, los mercados anglosajones, los escandinavos y Holanda tienen unos ratios de automatización pendientes menos exigentes que los del sur de Europa o Chile”, continúa el documento, e incluso, que Alemania y Japón, países con un elevado umbral de robotización, pioneros en adentrarse en la Cuarta Revolución Industrial y que, según admite la agencia de rating Moody’s, han consolidado buena parte de la financiación de las pensiones de la próxima generación gracias al aumento productivo generado por los ejércitos de robots de sus conglomerados industriales en el último decenio. Estas dos tradicionales potencias digitales tendrán que abordar nuevas sustituciones de trabajadores con tareas clásicas, off line, por otros cometidos laborales, basados en la computarización, el uso de algoritmos y el Big Data.

Concepto, origen y retos de la Industria 4.0

La economía digital y, dentro de sus múltiples variantes, la denominada Industria 4.0, es el nuevo paradigma productivo. Inicialmente vinculado a los sectores como las manufacturas, el aéreo o la automoción, sus compañías han adoptado procesos empresariales y métodos de innovación que han transformado, de manera diametral, sus cadenas de valor durante los años de la post-crisis económica. Mediante la integración de una extensa variedad de utensilios, aplicaciones y recursos tecnológicos, desde impresoras 3D hasta la robótica. Pero, sobre todo, a través de una persistente automatización de los fulgurantes avances informáticos (en especial, en software) y la integración de procesos de tratamiento de datos (Big Data), fórmulas algorítmicas y cálculos de economic analytics. Un esfuerzo imprescindible para abordar con éxito los mercados digitales de bienes y servicios manufacturados.

El robot «THK R-7» está representado en la «Aircraft Interiors Expo 2018» en Hamburgo/Reuters

En definitiva, estos actores industriales —muchos unicornios, firmas que han rebasado los 1.000 millones de dólares de valor, pero también consorcios de larga tradición—, se han adentrado en la Inteligencia Artificial. Usan plataformason liney ecosistemas empresariales propicios para el desafío de adecuarse, primero, y satisfacer, después, la demanda de sus clientes. Siempre bajo el teórico desafío de ganar eficacia y celeridad y con objeto de acomodar su producción a la alta competitividad de la era digital y de la productividad. Indispensable, según sus parámetros, para abordar un negocio, el 4.0, capaz de añadir 12 billones de dólares más al PIB global en 2025, tal y como avanza la consultora McKinsey. Cantidad que equivale a las economías conjuntas de Japón, Alemania y Reino Unido. O a la totalidad de riqueza que acumulan los paraísos fiscales.

En definitiva, estos nuevos modelos de negocio, el también denominado Internet de las Cosas o IoT es, sobre todo, Big Data. Y desarrollo analítico. No por casualidad, Facebook, que realiza el soporte de un amplio universo de negocioson line del sector privado, gestiona 300 millones de gigabytes de datos de usuarios, lo que equivale a que cada uno de ellos tenga archivados 126 e-books en sus cuentas. Como tampoco resulta casual que su fundador, Mark Zuckerberg, tuviera que enfrentarse esta semana a una exigente audiencia de casi cinco horas ante el Congreso de EEUU para responder sobre el caso de la filtración masiva de datos personales de millones de usuarios a través de la consultora británica Cambridge Analytica, por el que supuestamente se interfirió en el resultado de las elecciones estadounidenses que llevaron a Donald Trump a La Casa Blanca en 2016. Ni sorprende que Zuckerberg acabara entonando el mea culpa por la implicación de su consorcio en la proliferación de fake news, su propagación entre los votantes americanos y, en consecuencia, su responsabilidad en la inclinación del voto al cabeza de cartel republicano.

Liderazgo global en digitalización

La Industria 4.0, germen de la digitalización, nació en Alemania en 2011. El término lo acuñó y popularizó Henning Kagermann, responsable de la Academia Nacional Alemana de Ciencia e Ingeniería (Acatech), para describir una iniciativa gubernamental de renovación de la política de innovación industrial. Desde su nacimiento, emporios como BASF, Bosch, Daimler, Klöckner & Co, Trumpf o Deutsche Telekom iniciaron un camino de no retorno. Al que se unieron, algo más tarde Siemens o, fuera de Alemania, General Electric y, casi sin excepción, las principales marcas de automoción. Hasta contabilizar alrededor de 2.000 compañías de 26 naciones, que fueron catalogadas por centros de investigación como líderes en economía digital, al inicio de 2016. Estados Unidos, Japón, China, Reino Unido y los países nórdicos acompañan a la locomotora de la UE en el top-tende latitudes que han dejado atrás la tercera revolución, la de la informática, de la segunda mitad del siglo pasado, que siguió a la primera, la mecánica, del Siglo XVIII, y a la segunda, de la proliferación de la energía eléctrica, de finales del XIX y principios del XX.

Pero en este último trienio, la carrera por la hegemonía digital se ha acentuado. No sólo entre las potencias industrializadas, también en los mercados emergentes. Por ejemplo en India pero, sobre todo, en China. Su política de planificación económica ha digitalizado varias industrias estratégicas, desde la metalúrgica, a la naviera o la petroquímica, dentro del cambio de modelo productivo que se implantó tras la crisis de 2008. A las que se han unido otros segmentos como el de las energías alternativas y, desde 2015, cuando se anunció el ambicioso proyecto Made in China 2025, otros sectores de alta tecnología y de mayor sensibilidad para la seguridad nacional como el aeroespacial o la de nuevos materiales.

Este salto hacia la Cuarta Revolución Industrial, la 4.0, deja datos elocuentes. Entre otros, que la tercera parte de los 262 startups globales que han alcanzado la consideración de unicornios —es decir, firmas con facturaciones anuales superiores a los 1.000 millones de dólares—, son chinas y acaparan el 43% del valor de estas firmas. O que sus gigantes tecnológicos tuteen en beneficios e ingresos a sus rivales estadounidenses, europeos o japoneses. Alibabá, Baidu, Tencent o BAT operan con sus propios ecosistemas digitales. Una conquista esencial, a juzgar por las palabras de Kagermann, que deja una frase lapidaria: “quien controle las plataformas, será el dueño del futuro”, recogiendo los mensajes de las firmas de Sillicon Valley desde hace un lustro. Al calor de la laxitud regulatoria y de las inyecciones financieras de Pekín. Aunque también del boom del consumo ciudadano, que roza los 800.000 millones de dólares en Internet, —once veces el gasto de e-commerce en EEUU— y de la inversión empresarial: el capital riesgo tecno-digital se sitúa en el top-three mundial, con más de 77.000 millones de dólares en el trienio 2014-16, el 19% del total. China ha pasado de estar 4,9 veces menos digitalizada que EEUU en 2013 a 3,7 en 2016. Y desea imponer su estilo en el mundo.

Aunque EEUU reacciona sin pausa. Sus nuevas empresas digitales atesoraron sólo en el primer trimestre de este año más de 1.900 millones de dólares, un 29% más que en el último tramo del ejercicio pasado y protagonizaron casi el 10% de las 1.206 fusiones del sector tecnológico. Más aún. Fueron las tres adquisiciones corporativas con mayor capital acordado. La lucha, pues, por la Inteligencia Artificial (AI) prosigue sin cuartel. Atrás quedaron las etiquetas en móviles de alta gama del estilo de Diseñado en US, ensamblado en China. Ahora, voces como la de Eric Schmidt, ex presidente de Alphabet, advierten de que China superará a EEUU en IA en 2025. Por mucho que la Casa Blanca haya bloqueado la OPA hostil hacia Qualcomm, fabricante americano de chips por parte de Broadcom, firma domiciliada en Singapur, pero sobre la que pende, a juicio de la Administración Trump, temores fundados de que sirve a los intereses del servicio de información estatal chino. O que el sector admita que Pekín ha adquirido fraudulentamente patentes a firmas de sus rivales americano y europeos, preferentemente, por valor de un billón de dólares.

Quizás uno de los rankings más solventes y aceptados internacionalmente de la 4IR (acrónimo de Cuarta Revolución Industrial en inglés) sea el del World Economic Forum (WEF). La fundación que organiza la cumbre anual de Davos, en su último informe, en el que colabora la consultora AT Kearney, señala a Singapur como el enclave más avanzado. A partir del diagnóstico de dos componentes básicos: la estructura de producción digital del país, indispensable para poner en marcha la 4IR, y los motores productivos, es decir, las herramientas, cauces y estrategias que los sectores privados de cada país han puesto a disposición de este cambio de paradigma. En total, analizan 59 indicadores que transforman los sistemas de producción. Y engloban al centenar de economías de su clasificación en cuatro grandes grupos. Las naciones que dirigen el liderazgo, entre las que se encuentra España, las de alto potencial futuro, las que ostentan una buena base, aunque con riesgos para alcanzar el éxito y los que se acaban de iniciar en la tarea, con reducidos niveles de digitalización y sin apenas sostén productivo dirigido a la digitalización. Japón, Corea del Sur, Alemania, Suiza y China protagonizan el top-fiveen cuanto a solidez de la estructura de producción. Mientras, EEUU, Singapur, Suiza, Reino Unido y Holanda son sus homólogos del otro gran factor de cambio: los que acaparan más y mejores elementos dinamizadores —tecnológicos— de la revolución digital.

España se sitúa en el puesto 29 y 24, respectivamente. A la cola del bloque de economías más avanzadas, casi todas ellas localizadas en Europa, América del Norte y Sudeste Asiático.

Otro examen que toma el pulso global de la digitalización es el que realiza la IFR o Internacional Federation of Robotics. En concreto, su estudio sobre densidad de robots en las manufacturas, las industrias por antonomasia de la versión 4.0. Su último top-ten lo encabeza Corea del Sur, con 631 robots por cada 10.000 habitantes, su fórmula del ranking. Y con visos de incrementar esta ratio en los próximos cinco años, porque el Gobierno de Seúl ha impuesto una estrategia quinquenal, con fondos oficiales destinados a la I+D+i y partidas de 450 millones de dólares por año destinadas a elevar los umbrales. Le siguen Singapur, con 488 robots; Alemania, con 309; Japón (303); Suecia (223); Dinamarca (211); EEUU (189); Italia (185); Bélgica (184) y Taiwán: 177.

El panorama en España: otro retardo evolutivo

Según la Comisión Europea, el mercado interior 4.0 es el tercero, en cifras globales, en cuanto a inversiones relacionadas con IoT. Y será así, hasta 2020, después de crecer a un ritmo del 22% en el lustro actual. En tres años, alcanzará los 287.000 millones de capital. La mayor parte de esa riqueza la generará la Industria 4.0 que, en la actualidad, supone el 15% del PIB de la UE. Bruselas deja una radiografía inquietante para España. En su estado de situación sitúa a Alemania, Irlanda Suecia y Austria como los cuatro pioneros, con una industria manufacturera amplia y moderna y un clima para hacer negocios, idóneo para las empresas tecnológicas. Le siguen los potenciales (Bélgica, Finlandia, Holanda, Dinamarca, Reino Unido y Francia), con procesos innovadores en marcha, bien perfilados, que les concederán ventajas industriales en el mundo digital a corto plazo. Luego cita a los tradicionalistas, todos del Este (República Checa, Hungría, Eslovaquia y Lituania), aún con industrias tradicionales pero que ya han emprendido los primeros pasos hacia la digitalización, y los titubeantes o hesitators (Italia, España, Estonia, Portugal, Polonia, Croacia y Bulgaria) sin sector manufacturero importante y sin estar todavía preparados para afrontar los retos de la Industria 4.0.

El problema de España es que sólo invierte uno de cada tres euros presupuestados en I+D +i. De los 4.635 millones de euros previstos, solo se habrían ejecutado 1.376, un 29,7% del total. Esta tasa de ejecución es ocho puntos más baja de la que se registró en 2016 (38,2%) y marca el mínimo histórico desde que se registran datos al respecto (año 2000). A lo que hay que unir el descenso gradual de recursos a la agenda digital desde el inicio de la crisis. Entre 2002 a 2007, la ejecución de presupuestos de I+D+i en nuestro país se situó siempre por encima del 90%, dice Cotec. Sus expertos, a partir de los datos oficiales, admite que desde 2009, cuando se alcanza la cima de inversión estatal —6.675 millones de euros ejecutados, un 81,6% de lo presupuestado—, la diferencia entre lo presupuestado y lo invertido no ha parado de bajar. Hasta el punto de que, el pasado ejercicio, el gasto real del Estado en este ámbito —1.376 millones de euros— fue nada menos que un 80% inferior al de 2009.

La OCDE estima que la economía española podría sumar 35.000 millones de euros más en 2020 si se avanzara en este trienio en la Industria Conectada 4.0, la estrategia oficial que dirige, desde 2015, la Secretaría General de Industria y de la PyME, adscrita al Ministerio de Economía. Pero sus empeños de que España se encarame al tren de la digitalización colisionan frontalmente con la, de nuevo, cada vez mayor sutura de la brecha tecnológica. Con Europa y con el resto de rivales mundiales. Entre otras cosas, porque la proliferación de startups tecnológicas con el escaso grado de asentamiento del capital riesgo en la economía hispana y la ausencia de una estrategia oficial dirigida a que las empresas de tamaño medio se conviertan en emporios digitales, hace difícil que el sector privado se adecúe a este cambio de época. Ni empresarios ni analistas son capaces de desvelar el nombre de compañías españolas con capacidad para adquirir músculo global en el sector de la industria digital. Tampoco están ni se la esperan para liderar o protagonizar alguna fusión internacional en el sector. Una vez más, España se incorporará tarde a un nuevo desafío de la globalización. A pesar de que La Caixa de que, en 2020, el 43% de los puestos de trabajo en España serán sustituidos por robots; el 66%, a medio plazo. O de que el instituto Bruegel, uno de los de mayor prestigio en Europa, alerte de que habrá 3 millones de robots en todo el mundo y apenas 35.000 en España.

Soluciones integrales a la robotización

Martin Schwab, fundador del WEF, recuerda que los robots no son un utensilio de ciencia ficción. «Están con nosotros desde los años sesenta», precisa antes de realizar un planteamiento cargado de lógica: «los robots, ¿trabajan para los humanos o en contra de los humanos?». Porque, en su opinión —una de las más valoradas del ámbito neoliberal— la robotización y la automatización de los modelos productivos que ocasiona este fenómeno en las industrias con negocios digitales “debería generar una Renta Básica Universal (RBU). Además de una readaptación constante de los empleados actuales de los segmentos manufacturados y de los venideros, hacia las nuevas habilidades profesionales que demandarán estos sectores.

Por supuesto —dice— en disciplinas como el coding (puestos de ingeniería y software, que crecerán en un 18,8% hasta 2024, según el Departamento de Trabajo de EEUU). O el Data Analytic, porque el mundo se mueve por datos. Google, Facebook o Amazon manejan cantidades inimaginables de datos cuantitativos. De forma masiva, analizan esa información y crean tendencias y correlaciones de negocios que generan aumentos de valor de compañías. El número de analista de datos crecerá un 30% en los próximos siete años. Y quien sea capaz de analizar largas series de datos y producir percepciones reales para que la gente tome decisiones tendrá asegurado su lugar en el mundo laboral. También las matemáticas, imprescindibles en la era del Big Data. Pero sin descuidar las humanidades, ya que la reemplazará cientos de miles de puestos de trabajo. La práctica totalidad, de componente técnico. Pero no los de alta creatividad. Ni los conocimientos relacionados con las ciencias, con los descubrimientos científicos.

Desde la OCDE también claman por esta transformación laboral. Un 47% está en riesgo en EEUU. Nada menos que 13 millones de americanos perdieron su puesto de trabajo por el impacto de la crisis en sus mercados locales; por ejemplo, en Detroit, cuna de la industria automovilística del país. Sus expertos hablan que el reciclaje profesional debe enfocarse, primordialmente, entre los trabajadores de baja cualificación, para reconducirlos hacia las nuevas directrices digitales.

Sin embargo, el gran cambio cualitativo que reclama la digitalización es el gravamen tributario a las empresas por el uso de robot. Una tendencia que respalda el WEF y Schwab, y que también defienden empresarios como Bill Gates, a quien le parece “lógico” que las compañías paguen cuando reemplacen trabajadores por maquinaria robotizada. Aunque otros, como Elon Musk se decantan por la renta universal o Jeff Immelt, CEO de General Electric, por acuerdos entre el sector público y privado para perfilar los cursos de formación constante que requerirán las firmas digitalizadas en el futuro.

El debate de la tributación, con tantos partidarios como detractores —entre los que cala la crítica de la ambigüedad del término robot, que dificulta la definición de la base imponible, así como la indefinición de los beneficios y de la productividad adicional que generan— ha llegado, incluso, a la Eurocámara. Un informe oficial de la parlamentaria luxemburguesa Mady Delvaux, de la Alianza Progresista, con el sello de su Comité de Asuntos Legales, enfatiza la necesidad de que las compañías “respondan a requerimientos” regulatorios en los que “revelen la contribución de los robots y de otras herramientas propias al resultado económico de la firma”. En aras de “establecer posibles contribuciones fiscales y de cotizaciones sociales”.

@dherranzd

Fuente: http://www.publico.es/ciencias/revolucion-industrial-40-robotizacion-amenaza-siete-puestos-mundo.html

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Colombia: 27° Emisión de ‘El Abecedario, La Educación de la A a la Z’ – Radio Educativa (Educación Superior II)

Colombia / 15 de abril de 2018 / Autor: El abecedario La educación de la A a la Z / Fuente: Youtube

Publicado el 4 feb. 2018

En el Abecedario la educación de la A a la Z, nuestra emisión N° 27, hoy, continuamos el ciclo de educación superior; en huellas de maestros, Andrés Echavarría; en el palabrero Gerardo Montoya de la Cruz, en la nota informativa, presentaremos el artículo de Julián de Zubiría titulado «los riesgos de ser pilo paga»

 

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=DqP2hxOjYi4

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La educación en las series y el cine. Juan Pablo Russo en Todo es Tango por FM La Patriada (Audio)

Argentina / 15 de abril de 2018 / Autor: FM La Patriada / Fuente: Radio Cut

Análisis comparado a través del cine y las series sobre la educación publica en diferentes culturas del planeta por las series y películas que nos ofrece la cartelera cinematográfica y virtual.

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Hacia la Postguerra del Gran Medio Oriente.

Por: Thierry Meyssan. Red Voltaire. 11/04/2018

Contradiciendo las apariencias que tanto aprecia la propaganda atlantista, Thierry Meyssan prefiere interpretar las relaciones internacionales a largo plazo. Estima que lo sucedido en Siria durante los 7 últimos años no fue una guerra civil sino una agresión externa y parte de una guerra regional de 17 años en el Gran Medio Oriente. De ese vasto conflicto, en el que Rusia sale vencedora ante la OTAN, está surgiendo poco a poco un nuevo equilibrio mundial.

Todas las guerras terminan con vencedores y vencidos. Los 17 años que acabamos de vivir en el «Medio Oriente ampliado», o Gran Medio Oriente, no serán la excepción de esa regla [1]. Saddam Hussein y Muammar el-Kadhafi fueron eliminados, Siria está ganando, pero no hay otro perdedor que el pueblo árabe.

Lo más que puede hacerse es fingir creer que el problema es sólo en Siria. Y que, en Siria, es sólo en la Ghouta. Y que, en la Ghouta, el Ejército del Islam [2] ha perdido. Pero ese simple episodio no bastará para proclamar el fin de las hostilidades que asolan la región, destruyen ciudades enteras y provocan la muerte de cientos de miles de hombres, mujeres y niños.

Sin embargo, la fábula de la extensión por contagio de las «guerras civiles» [3] permite a los 130 países y organizaciones internacionales que participaron en las reuniones cumbres de los «Amigos de Siria» negar sus responsabilidades y mantener la frente alta. Y, como nunca reconocerán su fracaso, seguirán perpetrando abusos y crímenes en otros teatros de operaciones. En otras palabras: la guerra que desataron en esta región terminará pronto, pero continuará en otra parte.

Desde ese punto de vista, lo que se puso en juego en Siria a partir de la declaración de guerra de Estados Unidos –la adopción en el Congreso estadounidense de la Syrian Accountability Act, en 2003, o sea hace casi 15 años– habrá moldeado el orden mundial que está surgiendo. En efecto, aunque casi todos los países del «Medio Oriente ampliado» se han visto debilitados por lo sucedido, y algunos incluso destruidos, sólo Siria se mantiene en pie e independiente.

Por consiguiente, el Pentágono ya no podrá poner en práctica la estrategia del almirante estadounidense Cebrowski, tendiente a destruir las sociedades y Estados de los países no globalizados y a obligar los países globalizados a pagar por la protección de los ejércitos estadounidenses para tener acceso a las materias primas y las fuentes de energía de los países destruidos. Aplicar esa estrategia será imposible en esta región, pero tampoco será posible en otros lugares del mundo.

Por iniciativa del presidente Donald Trump, las fuerzas armadas estadounidenses están abandonando lentamente su respaldo a los yihadistas y comienzan a retirarse del campo de batalla. Pero eso no convierte a la administración Trump en un gobierno de filántropos, sólo están siendo realistas y esa actitud debería poner fin a su implicación en la destrucción de Estados.

Volviendo a las bases de la Carta del Atlántico, en la que Londres y Washington se ponían de acuerdo, en 1941, para controlar juntos los océanos y el comercio mundial, Estados Unidos se prepara también para sabotear el comercio de su rival chino. Donald Trump está reformando el grupo QUADS (al que también pertenecen Australia, Japón y la India) para limitar los desplazamientos de la flota mercante china en el Pacífico. Simultáneamente, nombra como consejero para la seguridad nacional a John Bolton, cuya gran realización –bajo la administración de Bush hijo– fue implicar a los países de la OTAN en la vigilancia militar de los océanos y del comercio global.

Es muy probable que el gran proyecto chino de creación de «rutas de la seda», terrestres y marítimas, no llegue a concretarse en los próximos años. Como Pekín ha decidido hacer transitar sus mercancías a través de Turquía –en vez de hacerlo a través de Siria– y de Bielorrusia –en vez de Ucrania–, seguramente seremos testigos de la aparición de «desórdenes» en los países seleccionados como vías de paso.

En el siglo XV, China trató de reabrir la «Ruta de la Seda», construyendo para ello una gigantesca flota de 30 000 hombres, bajo las órdenes del almirante musulmán Zheng He. A pesar de la calurosa acogida que aquella flota pacífica recibió en el Golfo Pérsico, en África y en el Mar Rojo, aquel proyecto fracasó. El emperador ordenó quemar toda la flota y China se replegó sobre sí misma durante 5 siglos.

El presidente Xi se inspira hoy en aquel ilustre precedente para concebir la «Belt and Road Initiative» (Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda). Pero, al igual que el emperador Ming Xuanzong, el presidente Xi podría verse obligado a renunciar a ese proyecto, lo cual implicaría la pérdida de las enormes sumas que su país está invirtiendo para concretarlo.

Por su parte, el Reino Unido no ha renunciado a su plan de nueva «revuelta árabe», que reedita la maniobra que le sirvió –en 1915– para poner a los wahabitas en el poder, desde Libia hasta Arabia Saudita, aunque la llamada «primavera árabe» de 2011, destinada a poner el poder en manos de la Hermandad Musulmana, se ha estrellado contra la resistencia siro-libanesa.

Londres pretende aprovechar el «giro hacia Asia» de Estados Unidos para restaurar su propio esplendor en las tierras de su antiguo imperio. Hoy se dispone a salir de la Unión Europea y orienta sus fuerzas armadas en contra de Rusia. Ha tratado de reunir a su lado el mayor número posible de aliados mediante la manipulación del «caso Skripal», pero ha sufrido numerosas decepciones, como la negativa de Nueva Zelanda a seguir haciendo el papel de dócil «dominion». Lógicamente, Londres reorientará a sus yihadistas en contra de Moscú, como ya lo hizo antes, durante las guerras desatadas en Afganistán, Yugoslavia y Chechenia.

Rusia, única gran potencia que sale victoriosa del conflicto en el Medio Oriente, ha logrado concretar el objetivo que Catalina La Grande [4] se había fijado: tener acceso al Mediterráneo y salvar la cuna del cristianismo, pilar de la cultura rusa.

Moscú debería ahora desarrollar la Unión Económica Euroasiática, a la que Siria desea integrarse –Damasco ya presentó su candidatura en 2015. En aquel momento, la adhesión de Siria a esa asociación de países quedó en suspenso a pedido de Armenia, inquieta ante la entrada de un país en guerra en ese espacio económico común.

El nuevo equilibrio del mundo ya es bipolar desde el momento en que Rusia dio a conocer su nuevo arsenal nuclear. Es muy probable que el mundo se divida en dos, pero no por que exista una «cortina de hierro» sino sólo por voluntad de las potencias occidentales, que ya están separando los sistemas bancarios y que pronto tratarán de hacer lo mismo con internet. Ese orden mundial bipolar se basaría en la OTAN, que ya no tendría enfrente el Pacto de Varsovia sino la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). En un periodo de 30 años, Rusia ha pasado la página del bolchevismo y ha desplazado su influencia del centro de Europa hacia el Medio Oriente.

Mientras tanto, en un movimiento de balanza, Occidente –el antiguo «mundo libre»– se convierte en un conjunto de sociedades coercitivas de falso consenso. La Unión Europea se dota de una burocracia más grande y opresiva que la de la desaparecida Unión Soviética, mientras que Rusia vuelve a ser el defensor del Derecho Internacional.

*Fuente: http://www.voltairenet.org/article200455.html

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