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Atravesar el cerco al Rojo

Por: Daliri Oropeza

Esta es una exploración de la poesía y filosofía de Enrique González Rojo, quien revela con ellas caminos de esperanza en la autogestión y su enérgico rechazo a las mafias literarias. Un memorial en el Día de la poesía, después de su muerte.

Al buscar movimientos sociales relacionados a la poesía encontré a los poeticistas. Con ellos, entendí uno de mis mayores disgustos con la extraestética: el individuo creador y la obra por la obra per se.

¿Dónde quedan los momentos de ruptura que no obedecen cánones? ¿Cómo transmitir las sublevaciones o grietas? ¿Cuál es el lugar para los gestos de levantamientos sociales en el arte? ¿Quiénes definen el arte?

Así llegué, llena de preguntas, al vasto trabajo literario de Enrique González Rojo. No se puede entender su poesía sin hacer una revisión de sus aportaciones teóricas desde la filosofía: sobre la clase intelectual y sus mafias, la revolución articulada, una propuesta de enfoque de la autogestión, el sincretismo productivo, el placer estético desde el Poeticismo.

No se puede entender su poesía sin una revisión de su acompañamiento en la práctica y desde la pluma, al Partido Comunista (desde los 27 años), luego la Liga Leninista Espartaco (LLE), Espartaquismo Integral-Revolución Articulada (EIRA), la Organización de Izquierda-Línea de Masas (OIR-LM) y otros múltiples movimientos populares.

Por no olvidar a su abuelo y padre (con el mismo nombre), que lo antecedieron con un trabajo literario destacado.

El término Poeticismo lo inventó junto con su grupo de amigos para diferenciarse de otros poetas. Se basaba en tres premisas: originalidad, complejidad y claridad. Las vanguardias y el surrealismo se agotaban en el desorden onírico y en el inconsciente.

“La nueva estética (con el poeticismo) partía de la aceptación del desorden; pero una vez asumido y convertido en criterio insoslayable de la creación, lo sometía a una tajante negación al reinterpretarlo como desorden necesitado de acotación o irrealidad disminuida por un proceso específico de metaforización realizante”, asegura en el ensayo El placer estético en la concepción poeticista.

“La lógica de la poesía es en alguna proporción la lógica en la poesía. Pero la lógica formal (o dialéctica) injertada en el mundo de las imágenes y metáforas, se deshace de algo que en su función natural le es imprescindible: la verdad”.

 Para deletrear el infinito es una de sus obras más conocidas escrita desde de esta corriente. En los 70, fue el catalizador de una obra poética original, que resuena con potencia. En los últimos años, bajó las barreras entre géneros para fusionar la poesía con el cuento y la novela.

“No he venido al mundo sólo a poetizar y a filosofar”, decía González Rojo.

Algo que las «sesudas» plumas de Letras Libres omiten decir en sus panfletos es que Octavio Paz se dedicó a tender un cerco a Enrique González Rojo desde sus espacios y cercanía con el poder. No era criticar por criticar al escritor estrella del salinismo [sí, Octavio Paz], sino denunciar las mafias literarias y de la cultura que estaba imponiendo un circuito de “artistas” de élite haciendo política, que no necesariamente tienen escritos destacados, pero sí afines al poder o poderes.

“La mafia (literaria) censura, discrimina, prohíbe. Se hace pasar por la historia y lo hace no sólo respecto al presente en que el puñado de escritores elegidos hace cola para ingresar a la eternidad, mientras los otros son condenados al infierno de la nada sino también respecto al pasado de nuestra literatura. Se ejerce la censura hacia atrás y hacia adelante.La arbitrariedad mafiosa decreta quién es quién en la cultura nacional”, describe González Rojo en el ensayo En Prolegómenos a una sociología de la mafia literaria, porque le tocó vivirlo.

A la mafia literaria la describe como una asociación de contornos identificables que ocultan que son un sector privilegiado puesto a los intereses de sus integrantes, sin negar la presencia de una élite.  “Un grupo selecto en la cultura nacional” que argumenta que tiene ese lugar  por el “valor extraordinario de la poesía, la novela, los cuentos o los ensayos de sus componentes” no por obra de una mafia.

Esa es “la base material, fundamentalmente extraestética, que les garantiza tanto individual como colectivamente figurar en la cultura nacional y hasta ser alguien en el boom latinoamericano”, escribe González Rojo en su ensayo.

Pero puede ser aún más incómodo para quienes ostentan el poder. Así es aún más comprensible el cerco impuesto.

“Esta base material está constituida por la influencia que la mafia va logrando poco a poco en las casas editoriales realmente decisivas del país, en las revistas literarias, en los suplementos dominicales, en el otorgamiento de premios en efectivo de diferente carácter e importancia, en la distribución de becas y, desde luego, en las relaciones internacionales con la intelectualidad de otros países”.

No importa si la producción literaria de esta élite es mediocre y sin sustancia. Ser parte de esta mafia puede sustituir —dice Rojo— la ausencia de grandes valores artísticos por un procesamiento extraestético. Por ello recomienza hacer una comparación entre la actividad literaria y la práctica económica, y recuerda como son los monopolios en la historia del capitalismo.

Es cuando su Manifiesto Autogestionario Hacia un encuentro con la esperanza adquiere particular relevancia, por promover la ética de la humanización del hombre, como él lo dice, o ser humano como prefiero enunciarlo, para coadyuvar con el ideal de gestar un modo de

producción autogestionario, que es una estructura organizativa.

“Mandar obedeciendo significa ir de la base a la base. Antes de mandar, y para mandar, el centro tiene que obedecer. ¿Obedecer a quién? A los deseos e intereses de la base. No a los intereses y anhelos de una parte de la red organizativo-política, sino al conjunto de ella”.

Enrique vivió el cerco de las mafias literarias, el ninguneo interesado de su obra y la traición de viejas amistades que terminaron acercándose al grupo de Octavio Paz, y dejaron atrás todo lo que fueron como jóvenes. Al mismo Paz no le importó hablar mal del abuelo Enrique González Martínez, abuelo de Rojo, después de beneficiarse de su trato. Sin embargo, a pesar del  cerco a su creación desde los poderes culturales, González Rojo encontró a lo largo de los años a sus lectores y a su público, en recitales al aire libre que se convirtieron en verdaderas celebraciones de su palabra.

Desde la filosofía, la poesía ha estado en la encrucijada de ser concebida como un estímulo o participación emotiva, un modo privilegiado de expresión, o un modo de verdad absoluta o gradual, desde la Grecia de Platón.

Al entenderla como poiesis, Matín Heidegger propuso que “la poesía, el nombrar que instaura el ser y la esencia de todas las cosas, no es un decir caprichoso, sino aquel por el cual inicialmente se revela todo, cuanto después hablamos y tratamos en el lenguaje cotidiano. Por lo tanto, la poesía no toma el lenguaje como un material ya existente, sino que la poesía ese el lenguaje primitivo de un pueblo y la naturaleza del lenguaje debe ser la esencia de la poesía”.

Una revelación o manifestación de lo que es.

Cuán reveladora es su poesía, que hasta ahora da la potencia creativa para atravesar el cerco al Rojo. Para revelarnos. Para rebelarnos.

En pie de lucha

Por Enrique González Rojo

Eduardo. Guillermo, Jaime
¿recuerdan cuando fuimos terroristas
y armábamos el delicado mecanismo
de explosivas mentadas de madre
para ponerlas en lugares claves
del sistema?
¿Recuerdan cuando, con Pepe,
con la boca cosida por el mismo propósito, levantamos una barricada de hambre? ¿Recuerdan nuestra fiebre clandestina,
el salir a una junta
poniéndonos el traje, la bufanda y el seudónimo? ¿Recuerdan nuestros puños
-opuestos siempre al asco-
discutiendo por las noches
hasta el advenimiento del nuevo día,
hasta que los arroces de la penumbra
eran picoteados por los gallos?
¿Han olvidado acaso las reuniones,
las órdenes del día
en que el sueño era el Presidente de debates? Se dice que tan sólo
la sangre juvenil es subversiva,
o que la adolescencia,
con su chorro de tiempo tan exiguo,
no moja aún la pólvora
del furor; pero dícese que ello es transitorio, que ha de venir el día
en que sienten cabeza las neuronas
impulsivas;
se dice que la edad,
con su telaraña de canas,
toma preso y devora
el tábano rebelde de otro tiempo.
Se habla de ingenuidad,
de muchachos utópicos y anémicos
que formaban brigadas o círculos o células
de glóbulos blancos.

Se habla de castillos
formados con la arena de fantasmas
que a la incredulidad se desmoronan.
Se cita
la escasez lamentable de mazmorras
que hay en los manicomios.
Pero Eduardo y Guillermo.
Pero Jaime.
No quiero,
no, no quiero la cordura.
En vísperas de ser por las arrugas invadido,
no quiero, mis amigos, encontrarme con los pies muy bien puestos en la tierra de la lógica.
Sueño, mis camaradas,
que hasta el último instante,
mi voluntad aún halle la forma
(contra mí, mis arrugas, mi cansancio)
de levantarse en armas.

Fuente e imagen: https://piedepagina.mx/atravesar-el-cerco-al-rojo/

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Todas las luchas de las mujeres

Por: Daliri Oropeza

Las múltiples luchas de las mujeres florecen en el movimiento social de mayor potencia de inicio de siglo. Aunque no todas comparten la visión del feminismo, no cabe duda que la mujer es el motivo, inspiración y motor.

—¿Eres Feminista? —me preguntó la colega Andrea Arzaba en 2013.

Yo veía una ausencia de voces de mujeres en los medios de comunicación en general.

“No, pero siempre quiero escribir sobre mujeres en mis historias”.

Tuve una sensación cuando me hizo la pregunta. Me cuestioné a mí misma si necesitaba ser feminista para impulsar la voz de las mujeres ante una disparidad monumental en la narración de los hechos históricos vistos desde el periodismo. Es ahí donde encontré la justicia.

Seis años antes de esta entrevista, mi papá me regaló El segundo sexo, de Simone de Beauvoir. Estaba por entrar a la Universidad.

Al recordar esa sensación durante la entrevista con Andrea, pienso que ahora se ha vuelto una moda relacionar el feminismo al mostrar los naturales vellos en las cuerpas femeninas. Pero en mis años de estudiante me veían como a un escarabajo tornasol, con extrañeza.

Cuando hojeaba El segundo sexo, ya tenía discusiones candentes con tías conservadoras que me exigían depilarme las axilas. Claramente, yo me sentía cómoda con mis vellos y los exhibía en reuniones familiares. Una lucha por la cuerpa misma.

¿Necesito ser feminista para entender que si salen vellos es por algo y yo decido si los dejo o los quito?

No lo sé, algunas llegaron por ese camino.

Recuerdo estos pasajes porque leí este tuit:

Tal vez fue hasta el #MeToo que entendí que mi diferencia principal con el feminismo es el enfoque individualista que lo caracteriza. Yo no percibo el cambio sin lo colectivo. Que la postura crítica sobre la blanquitud que Valeria Angola señala tiene que ver con su creación como ideología. Enfoca desde la afrodescendencia.

Y es que en el comienzo del feminismo era más fácil identificar algo que unificara la lucha de la mujer, por el voto, por los derechos laborales, civiles y hasta humanos que nos han sido negados.

Hoy vivimos un movimiento de mujeres muy grande. Se desborda. Muchas lo llevan a cabo a través del feminismo. A muchas otras no las convoca. Y eso no quiere decir que no luchen por las mujeres.

Vemos muy claramente con las mujeres zapatistas que han llevado a cabo un reordenamiento profundo del tejido social, cuyo ejemplo es el impulso para las mujeres indígenas en todo el país, y el mundo, desde el enfoque de la triple discriminación: por ser mujer, por ser indígena y por ser pobre. La lucha de las mujeres zapatistas siempre ha sido desde la colectividad, desde sus comunidades.

Primer encuentro de mujeres que luchan en el caracol zapatista de Morelia. Foto: Daliri Oropeza

Eso lo entendí seis años después de intercambiar aquel libro de El segundo sexo de Beauvoir con una mujer en Oventik, en los Altos de Chiapas.

Las mujeres zapatistas, al realizar una actividad política activa en el Ejército o como promotoras, subvertían la principal opresión del tiempo Colonial. Lo que Aura Cumes señala como momento en que queda trunca la deliberación interna en las sociedades indígenas, pero previo a esto hay registros de mujeres en todos los niveles de la sociedad como gobernantas, sacerdotisas escribanas, comadronas, médicas, músicas.

“Las mujeres fueron sometidas sistemáticamente”, dice Cumes en el ensayo Cosmovisión maya y patriarcado al enfatizar que la colonización construyó una división jerárquica entre mujeres y hombres.

El que vivimos hoy es un movimiento de mujeres con muchísima fuerza por las distintas luchas que se acompañan, aunque también hay tensión.

Al feminismo también lo quieren volver institucional, descafeinado y también con motivos del poder hay quienes se vuelven feministas, y también vemos que por motivos de género hay una disputa por el poder.

Eso no le quita la relevancia al feminismo como pensamiento de nuestra época. Sin embargo, vale la pena abonar a su reflexión crítica y ver en sus diferentes enfoques su fortaleza, desde el feminismo negro, decolonial, comunitario, interseccional, radical, socialista, disidente, marxista, de la igualdad, de la diferencia, anarquista. O también detectar feminismo libera, como ha sido nombrado, pero que excluyen en vez de tejer.

En esta apertura de narrativas, de cohesión, es más difícil que entre la derecha o la blanquitud, que suelen ser verticales. Donde no solo se etiquete con el feminismo, sino que encuentre en las diferencias un modo de impulsar todas las luchas de las mujeres.

¿Desde dónde dan la lucha por las mujeres?

Desde que estaba en medios tradicionales procuraba buscar la voz de las mujeres, y hasta la fecha sigue siendo parte característica mi trabajo, en donde intento que, por lo menos, haya voz de una mujer en la mayor parte de lo que hago. A veces no se puede y no lo voy forzar. Así es la realidad. Cuando sí, las impulsamos y se vuelven medulares para provocar cambios en el tejido social.

TODAS. Foto: Daliri Oropeza
Fuente: https://piedepagina.mx/todas-las-luchas-de-las-mujeres/

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Tras las huellas de los diálogos de San Andrés Sacamch’en

Por: Daliri Oropeza

Los diálogos y Los Acuerdos de San Andrés Sacamch’en, celebrados hace 25 años, tienen una enorme resonancia en el paisaje sonoro de los pueblos indígenas en la actualidad, los reconstituyen como pueblos en la práctica y provocan reordenamientos en su tejido social.

Los diálogos de San Andrés Sacamch’en son un acontecimiento histórico que me hubiese apasionado documentar.

Resuenan en el México Profundo.

Escucho cómo son referente en los pueblos indígenas donde camino, documento o acompaño desde el periodismo. De Sonora a Yucatán.

 No importa cuántas traiciones se hayan cometido contra los Acuerdos derivados de aquellos diálogos. Lo ahí compartido, prevalece entre los pueblos indígenas.

Lo dialogado, lo acordado, pasó de ser consigna a ser el día a día de los pueblos originarios para vivir, llevar a cabo su cosmoexistencia y procurar la tierra.

Qué manera de centrar el encuentro de los pueblos indígenas en un enramado de diálogos.

Pienso en Paulo Freire a 100 años de su natalicio. El diálogo “refiere al encuentro que solidariza la reflexión y la acción de sus sujetos orientado a transformar la realidad”, postula el educador, filósofo y pedagogo brasileño. Una horizontalidad necesaria que plantea desde la pedagogía del oprimido. Necesaria para emparejarnos, escucharnos, desde la dignidad.

“Es necesario que a quienes se les ha negado el derecho a decir la palabra reconquisten ese derecho. El diálogo es el camino como los seres humanos ganan significación como tales”, escribe Freire.

Las huellas en el paisaje sonoro sobre los diálogos y acuerdos de San Andrés Sacamch’en están en los bailables de las mujeres indígenas en los Municipios Autónomos Zapatistas, los bosques de Cherán, la policía comunitaria de Ostula, los niños que pintan un mural en la la clínica autónoma de Azqueltán, el proyecto agroecológico en Loma de Bacum, la clínica autónoma de Amatlán, el plantón de la Resistencia de Huexca, la radio comunitaria en innumerables lugares que hablan lenguas propias, el Temascal en Chontla que ha unido al pueblo para cuidar la naturaleza, el rap de TíoBad, el Colegio de la lengua Mixe, la expansión de los municipios autónomos que exigen recursos del Estado en la meseta p’urepecha,  y tantas otras experiencias más, que de solo enumerarlas terminaría escribiendo un libro.

Marichuy y el CIG visitan territorio Yaqui en Sonora. Foto: Daliri Oropeza

La firma de los acuerdos de la primera mesa de los Diálogos, relativa a los Derechos y la cultura indígenas, se realizó el 16 de febrero de 1996, un año y días después de las traición del 9 de febrero de 1995 por parte del gobierno de Ernesto Zedillo.

Las razones que llevaron a signarlos y las cuestiones que quedaron pendientes, se explicaron en el documento “Punto y seguido”.

Meses más tarde, en octubre de 1996, la necesidad de seguir con el diálogo entre los pueblos derivó en la fundación de la red conjugada en el Congreso Nacional Indígena. Han transcurrido ya 25 años de preguntas y mesas de trabajo, asambleas y acuerdos, como los que se efectuaron en Sacamch’en.

En la Mesa 1 sobre Derechos y cultura indígena hubo un grupo de trabajo llamado “Situación, Derechos y cultura de la mujer indígena”, que debía preparar el terreno para debatir en la mesa 4 los derechos de las mujeres. Los principales consensos (de la fase 1 de los diálogos) remarcaron la ampliación de la participación de la mujer indígena en la vida de sus comunidades y en el acceso a los cargos de poder. También sobre la ampliación de servicios de salud, educación, trabajo enfocados a las mujeres. Y en el rechazo a organizaciones religiosas y partidos que dividen las comunidades por no reconocer las tradiciones.

Pero el proceso descarriló antes de llegar a ella. Sin embargo, las discusiones dejaron una profunda huella, claramente identificable en la acústica de los discursos de María de Jesús Patricio Martínez.

Marichuy lleva caminando de los brazos de mujeres indígenas, defensoras de la naturaleza, desde los Acuerdos de San Andrés. Asegura que las concejalas de diversos pueblos indígenas fueron su fuerza en el recorrido que realizó en 2018 para recoger la voz de los pueblos.

Después de diálogos, desencuentros y acuerdos en la mesa de mujeres del CNI, en agosto de 1997,nació la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas (Conami). Ese día, la comandanta Ramona dijo:

“Hermanas y compañeras mujeres, para llegar aquí hemos tenido que vencer a todos los que nos ven como algo que sobra, algo que quieren que no exista. Hemos llegado aquí venciendo la resistencia de algunos de nuestros compañeros que no entienden la importancia de que las mujeres estemos participando de la misma manera que los hombres.”

Las más de 800 mujeres presentes escucharon el llamado de la Comandanta Ramona a las compañeras indígenas de todo México para que se reunieran y hablaran de sus vivencias, y  tejer juntas un sueño. Así, Conami adquirió un papel de fortalecimiento de la voz de las mujeres, alentó su participación, no sólo en el CNI, sino en las propias comunidades.

Hoy, el resonar de las mujeres indígenas en la participación política, sigue siendo motivo de invisibilización y discriminación, sin embargo está en la agenda mediática y es inevitable.

mujeres zapatistas jóvenes en Oventic. Foto: Daliri Oropeza

La actualidad de los diálogos y acuerdos de San Andrés Sacamch’en recae en su ejercicio, como apunta el abogado ñuu savi Francisco López Barcenas, quien participó como asesor convocado por el EZLN. Si los pueblos indígenas no se apropian de ello, no lo sienten propio, no lo llevan a cabo,no sirve de nada. Así pasa con muchas leyes y artículos de la Constitución que por más que “protejan” o “desarrollen” a los pueblos indígenas, estos ni si quiera los ocupan, ni les resuenan. No se apropiaron de ellas.

“Mucho de lo que dicen los acuerdos se han ido construyendo en la práctica”, asegura López Bárcenas.

Para la socióloga y antropóloga social Márgara Millán, el EZLN puso en el centro a la mujer indígena, en el levantamiento, en San Andrés y hasta la fecha en los Encuentros de Mujeres que Luchan.

Márgara Millán describe:

“Hoy las comunidades zapatistas tienen una enunciación y un reconocimiento muy fuertes en contra de la violencia contra las mujeres y a favor de que las mujeres participen. No es fácil. En los Municipios Autónomos no se ha terminado la violencia, pero tienen mecanismos más efectivos que nosotros, y otras comunidades que no están organizadas, no tenemos para defender a las mujeres y para que las mujeres se defiendan a sí mismas.

Millán recuerda que el EZLN ha sido paritario en momentos clave, puede ser la marcha de los 1,001 o el mismo levantamiento zapatista. Recuerda que  las mujeres milicianas, capitanas, comandantas, tienen el mismo encargo que los hombres. Al formarse como milicianas, las mujeres aprendieron la castilla, se educaron en muchas disciplinas y adquirieron poco a poco mayores libertades. Esto lo observaron las mujeres de base zapatista, y lo toman como ejemplo.  y fueron como un ejemplo para las mujeres de base.

Las huellas sonoras de San Andrés también están en este reordenamiento profundo, lento, del tejido social.

Fuente e imagen:  https://piedepagina.mx/tras-las-huellas-de-los-dialogos-de-san-andres-sacamchen/

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CNI advierte reordenamiento del país en contra de los pueblos indígenas

Por: Daliri Oropeza
El Congreso Nacional Indígena decidió por asamblea acompañar la gira del EZLN en distintos continentes y pasar a la ofensiva ante el nuevo panorama político que impulsa megaproyectos energéticos e impone un reordenamiento territorial enfocado en las ganancias

“Ya pasamos a la ofensiva”, me dice un delegado nahua campesino del Congreso Nacional Indígena que asistió a la Quinta Asamblea conjunta con el Concejo Indígena de Gobierno, en medio de la pandemia por covid-19. Fueron dos días de reunión con 180 participantes; representaciones de la mayoría de los pueblos que integran esta red de pueblos, comunidades y barrios.

Ya estando ahí, se rompieron las barreras sociales que la covid ha provocado. La reunión fue en un territorio recuperado en el Ejido Tepoztlán, Morelos. La Quinta Piedra. Se la arrebataron a quien primero cometió el despojo, de apellido Salinas de Gortari. Solo permitieron que dos representantes de cada pueblo estuvieran presentes.

Al principio muchos sintieron nervios por la pandemia. Poco a poco el ambiente se normalizó con el cuidado mutuo siguiendo las medidas sanitarias y uso de cubrebocas. La invitación del EZLN a acompañar el recorrido por varios continentes y la situación de crisis que vivimos, que es mucho más aguda en las comunidades en resistencia, obligaron al CNI a salirse de la virtualidad y tomar acuerdos cara a cara.

Morelos está en semáforo rojo por la covid. También por los megaproyectos. Por eso fue simbólico que realizaran esta toma de decisiones colectiva en Tepoztlán. Ahí el gobierno de la autonombrada 4T impone la Central Termoeléctrica de Huexca y con ella la culminación del Proyecto Integral Morelos.

“La propuesta anticapitalista tiene cuerpo, tiene sustancia”, afirma Carlos González, abogado agrario delegado del CNI.

El análisis colectivo del CNI enciende todas las alertas.

En el pronunciamiento denuncian:

“La imposición del Tren Maya, que va aparejado de la construcción de 15 centros urbanos, del Corredor Interoceánico Salina Cruz-Coatzacoalcos, que contempla 10 corredores urbano-industriales, y del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México-Parque Ecológico Lago de Texcoco, junto con el Proyecto Integral Morelos, buscan el reordenamiento del país de acuerdo a los intereses económicos del gran capital. Del mismo modo es muy grave el proyecto de construir, para beneficio de diversas empresas extranjeras, tres termoeléctricas -una de ellas ya está concluida-, una red de gasoductos y una megacentral para almacenar combustibles en la cuenca del Río Santiago, al sur de Guadalajara, lo que adicionalmente ocurre en una de las regiones más contaminadas del país; a lo que habría que agregar el proyecto Canal Centenario, actualmente ejecutado por la Guardia Nacional, que en Nayarit pretende trasvasar los ríos San Pedro y Santiago. La minería a cielo abierto amenaza del mismo modo a cientos de territorios de pueblos indígenas ocupando la misma fórmula de división, despojo y destrucción de nuestras comunidades”.

“El capitalismo en su desarrollo incesante está llevando a la locura a las sociedades humanas, está propiciando la destrucción de las condiciones de la vida humana, como lo hemos señalado durante el recorrido de la compañera Marichuy con el CIG y los Zapatistas una y otra vez ”, asegura Carlos González, y hace énfasis que es uno de los puntos medulares de la reflexión colectiva de la Quinta Asamblea, en entrevista con el periodista Rubén Martín.

Es importante la grieta que abre el zapatismo para denunciar el despojo.

Tanto en las cinco mesas de trabajo como en la plenaria, el CNI decidió que una comisión conformada por mayoría mujeres asistirá al recorrido junto con el EZLN por cinco continentes. No solo eso. Acordaron integrar una comisión de cuidado de las familias que quedan, mientras las compañeras atienden la convocatoria.

De acuerdo con la socióloga y antropóloga social Márgara Millán, quien también asistió a la Quinta Asamblea, esto es un avance cualitativo en el modo de organizarse del CNI. Asumir los cuidados de manera colectiva es resultado de la experiencia vivida durante el recorrido de Marichuy, además de la impronta lograda por las mujeres zapatistas que han encabezado encuentros organizativos fundamentales.

Lo que Millán refiere como avances, el integrante nahua campesino del CNI lo expresa como pasar a la ofensiva, a través de activar el cuidado. Es el cuidado del campo, y el cuidado de las compañeras lo que predomina en las discusiones. Es no solamente denunciar, sino accionar. Suscribir la iniciativa Zapatista por la vida es participar en las actividades y profundizar las luchas de resistencia anticapitalista.

Fuente e imagen: https://piedepagina.mx/cni-advierte-reordenamiento-del-pais-en-contra-de-los-pueblos-indigenas/

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Pueblos indígenas: narrativa en disputa este 2021

Por: Daliri Oropeza

¿Memorar la caída de Tenochtitlán? Qué sucedió hace 500 años con los cientos de pueblos que habitaban este territorio. Muchos nunca fueron colonizados, como describe el EZLN. En parajes coloniales actuales como los megaproyectos, ¿cabe exigir disculpas a otras naciones?

Cada día hay un río fluyendo…

“A donde fueres, hacé lo que vieres”, me decía mi abuela. Me miraba seria, exigiendo el comportamiento recto de una niña. Nunca lo he logrado pero con ella al menos lo intentaba.

Es el mejor consejo que me pudieron dar como periodista. Gracias a ello he podido corresponder a los pueblos que me han recibido en este caminar para acompañar, atestiguar, documentar y así aprender de sus modos de ser en el mundo, con sus reglas, lenguas y señas.

Estas cosmoexistencias, con sus propias matrices normativas, se conforman de sistemas de justicia (por ejemplo) como describe Paulina Fernández en Justicia Autónoma Zapatista Tseltal o como investiga el maestro en Comunicación para el Cambio Social, Eliel Sánchez, quien estudia los sistemas normativos del pueblo nahua (o maseual) de San Miguel Tzinacapan, y muestra el epistemicidio que provocó el choque con lo colonial o el derecho positivo.

Modos de organización propia que contemplan la salud del tejido social.

Estos modos de proceder en colectividad, de las personas que viven día con día su cultura propia, no tienen nada que ver con el funcionamiento del Estado Nación mexicano (que exonera a Cienfuegos) o incluso con la norma colonial. Qué decir de los modos de gobernar, o de los modos de curar de cada pueblo indígena. Pienso en la Utopística, como la propone Immanuel Wallerstein.

Reconocer estas cosmoexistencias no es suficiente. Adornar con ellas los discursos, tampoco. ¿Pedir perdón?, apenitas…

Dicen que fue el 13 de agosto de 1521, cuando el tlatoani mexica Cuauhtémoc “cayó rendido ante los conquistadores”, secuestrado por los invasores de la península Ibérica. En adelante la historia que cuentan es de saqueo y ultrajo. Qué dice la historia del poderío logrado después de constituir lo extraído de “sus” territorios “descubiertos”. Mismas son las ahora “potencias mundiales”. ¿Acaso hay que memorar que, ipsofacto, Hernán Cortés y su comitiva destruyeron la ciudad de Tenochtitlán, comenzando por el acueducto? ¿Que desecaron el gran lago? ¿Hay que memorar el inicio del periodo de saqueo llamado Colonia? ¿Por qué omiten u “olvidan” la participación de miles de indígenas en las empresas de colonización e invasión?

Hay pueblos indígenas que tardaron siglos en siquiera ser descubiertos, mucho más en saber de la “colonización”. Los Guarijíos, por ejemplo, son de los últimos pueblos registrados por el Estado Mexicano y eso data de 1976. Quién diría que tan solo 40 años después les impondrían una presa que hoy deja abajo del agua su territorio y sus mitos. 

El gobierno autonombrado 4T en voz de AMLO anunció un programa de conmemoraciones que incluye desfiles, actividades culturales, conmemoraciones y la “reivindicación con los pueblos originarios”. Suman una serie de eventos a su año 2021: los 700 años de la fundación lunar de México-Tenochtitlan, los 500 años de la toma de México-Tenochtitlan y los 200 años de la Consumación de la Independencia.

Esto se enmarca en las cartas que envió desde 2019 el presidente al rey de España y al Papa Francisco exigiendo pidan perdón. En la última, de octubre 20202, le insistió al Papa:

“Tanto en la Iglesia Católica, la Monarquía Española y el Estado Mexicano debemos ofrecer una disculpa pública a los pueblos originarios que padecieron de las más oprobiosas atrocidades para saquear sus bienes y tierras y someterlos, desde la conquista de 1521 hasta el pasado reciente”, dice en su carta.

 En ese tenor, AMLO ha anunciado varias veces desde su conferencia mañanera que pedirá perdón a los pueblos Yaquis y Mayas por el “exterminio” del que fueron víctimas. Y como si fuera la reiteración de una ocurrencia, la Lotería Nacional emitirá billetes todo este año con imágenes de 32 zonas arqueológicas. Así es, de las majestuosas ruinas. Ruinas.

Después de citar el poema de Sitalin Sánchez, desde el punto de vista de la doctora en sociología María Eugenia Sánchez Díaz, esto es hipocresía, ya que no puedes imponer los megaproyectos en los territorios indígenas por un lado, hacer rituales folklóricos; y por el otro lado pedir perdón. “AMLO vive del racismo cordial”.

Para la doctora Sánchez Díaz el pedir perdón sirve para visibilizar todos los atropellos coloniales, el racismo, la desindigenización, el despojo de territorios, de modos de existir, esto que llama “una herida dolorosa”. Sin embargo, “la mirada colonial está más vigente que nunca”. María Eugenia advierte: “el perdón no es complacencia”. La clave está en cómo refuncionalizan a los pueblos a favor del Estado, el indio permitido a través del folclor.

“El perdón solo sirve cuando es algo imperdonable, diría Derridá. El perdón está en el centro de vivificar la dignidad humana. El asunto es, los pueblos piden que no lo utilicen para exigir perdón. ¿Cómo pedir disculpas si les avientas el Tren Maya, la termoeléctrica y el proyecto Integral Morelos, y lo inauguras con un ritual que ni era Maya? Entonces me parece como muy indignante”.

Claramente el gobierno actual no habla de los megaproyectos en territorios indígenas. AMLO siempre dice que hay que decidir entre inconvenientes.

Y entre todas estas capas de cortinas, el EZLN corta las telas y las convierte en velas de barcos y anuncia una gira a por lo menos cinco continentes.

“Iremos a decirle al pueblo de España dos cosas sencillas:

Uno: Que no nos conquistaron.  Que seguimos en resistencia y rebeldía.

Dos: Que no tienen por qué pedir que les perdonemos nada. Ya basta de jugar con el pasado lejano para justificar, con demagogia e hipocresía, los crímenes actuales y en curso: el asesinato de luchadores sociales, como el hermano Samir Flores Soberanes; los genocidios escondidos detrás de megaproyectos, concebidos y realizados para contento del poderoso -el mismo que flagela todos los rincones del planeta-; el aliento monetario y de impunidad para los paramilitares; la compra de conciencias y dignidades con 30 monedas.

Nosotros, nosotras, nosotroas, zapatistas NO queremos volver a ese pasado, ni solos, ni mucho menos de la mano de quien quiere sembrar el rencor racial y pretende alimentar su nacionalismo trasnochado con el supuesto esplendor de un imperio, el azteca, que creció a costa de la sangre de sus semejantes, y que nos quiere convencer de que, con la caída de ese imperio, los pueblos originarios de estas tierras fuimos derrotados.

Ni el Estado Español ni la Iglesia Católica tienen que pedirnos perdón de nada. No nos haremos eco de los farsantes que se montan sobre nuestra sangre y así esconden que tienen las manos manchadas de ella”.

El presente de los pueblos indígenas es el camino de una epistemología por la vida. Aprendemos de sus modos de supervivencia, de danzar y de resistir.  Lo que nos toca a las personas desindigenizadas es caminar rumbo a un pensamiento poscolonial, como propone Achille Mbembe :

“El pensamiento poscolonial hace hincapié en el porvenir de la humanidad, en esa que habrá de emerger una vez que se hayan suprimido las figuras coloniales del ser inhumano y de la diferencia racial”.

Toca no caer en las narrativas hegemónicas. Crear las propias.

Fuente e imagen:  https://piedepagina.mx/pueblos-indigenas-narrativa-en-disputa-este-2021/

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Entrevista a la socióloga María Eugenia Sánchez Díaz: de la caída de Tenochtitlán al Tren Maya, ¿qué significa pedir perdón?

Por: Daliri Oropeza 

Esta es una reflexión sobre los 500 años de la caída de Tenochtitlán y las exigencias de perdón. A propósito del próximo viaje que realizarán los zapatistas a España, la socióloga María Eugenia Sánchez Díaz repasa sus aportes frente a la ideología mestizante que prevalece en el país.

María Eugenia Sánchez Díaz se ha dedicado a estudiar la ideología mestizante y sus repercusiones desde la época colonial, pasando por el Estado nación hasta la actualidad. El racismo cordial, la inequidad, los desgarramientos, son su materia de indagación, pero también las identidades y los procesos de transformación social.

La doctora en sociología hace una reflexión desde esta perspectiva y lanza un llamado a la dignidad ante el 2021 que vivimos,  en el que el gobierno anunció conmemoraciones por los 500 años de la caída de Tenochtitlán desde el discurso institucional del gobierno en turno.  En esta conversación, María Eugenia,  evoca su libro publicado en 2011 junto con Jorge Gómez Izquierdo,  La ideología mestizante, el guadalupanismo y sus repercusiones sociales.

Ella es académica de la Universidad Iberoamericana Puebla; y desde 1990 es integrante de la Academia de Ciencias de Nueva York. Adelanta a Pie de Página parte de la investigación que coordinó durante tres años con Universidades del Sistema Jesuita: Desgarramientos civilizatorios: símbolos, corporeidades, territorios.

En ese contexto, habla de sus conclusiones y del zapatismo:

“La dignidad, como constructo sociocultural, que han construido al precio de una resistencia inimaginable, tiene una impresionante potencia subversiva, y el anuncio del viaje a España me parece de un valor humano incalculable”, asegura la doctora en sociología.

El racismo cordial

¿Necesitamos perdones?

La solicitud de perdón y el perdón de unas naciones a otras no es una novedad. El Rey Felipe VI presidió el lunes 30 de noviembre de 2015 un acto solemne con motivo de la Ley por la que se concede la nacionalidad española a los sefardíes, descendientes de los judíos que fueron expulsados de España en 1492, reconociendo que se les había hecho un daño.

—¿Cómo entender la demanda de perdón que el presidente López Obrador hizo al Rey de España?

La demanda de perdón que hizo al Rey de España revela la complejidad de los andamiajes históricos de racismo y de violencia, cuya vigencia se ha hecho visible de manera contundente en la crisis civilizatoria en la que estamos inmersos. La demanda y las reacciones a la misma son reveladores de la forma como la llamada identidad nacional, centrada en la categoría de mestizo, escondió el racismo en México, y de cómo el ethos de la blanquitud sigue siendo hegemónico, incluido en AMLO.

—¿Cómo analizar la colonialidad actual y sus consecuencias?

AMLO es un liberal y por lo mismo cree en el desarrollo y en el progreso, que sabemos que se han dado a expensas del despojo y la miseria de gran parte de la población. Por otra parte es duro constatar que se trata de una tendencia que por inercias de largo aliento no es fácil de revertir. Es importante reconocer esa encrucijada o dificultad. López Obrador es desarrollista y por ser liberal está sumergido en una ideología racista, de lo que podríamos llamar un racismo cordial.

El liberalismo del siglo XIX –el de Juárez, el de Lafragua– está impregnado del racismo científico que vino de Europa. Las élites políticas e intelectuales del México Independiente desarrollaron políticas educativas y dispositivos culturales para blanquear cultural y físicamente a la población. Así fueron construyendo un sujeto racista, porque se consideraba que sería el mestizo el que traería el progreso a la nación, y a la ideología mestizante le subyace la aspiración a la blanquitud y por lo mismo un racismo latente. Además el mestizaje, en México, fue un proceso de desindianización forzada, y esa herida  está viva. AMLO forma parte de ese constructo mestizo.

El mestizaje al ser una aspiración a la blanquitud, folkloriza el pasado y el presente indígena como una forma de negarlo o de subordinarlo   ¿Qué podemos decir del permiso que se hizo a la Madre Tierra para la construcción del Tren Maya? Se trató de un ritual en un lugar pavimentado donde abrieron un agujero. Eso es racismo cordial, es decir aquél que refuncionaliza la diferencia para mantener la jerarquía racista, clasista. Se folkloriza a los indígenas y se les trata como menores de edad. ¿Qué fue sino folklorización y manipulación la celebración del Día de Muertos en El Palacio Nacional, al mismo tiempo que se está favoreciendo la paramilitarización de Chiapas para debilitar o destruir toda oposición al Tren Maya? ¿Qué significa pedir perdón por la violencia contra los indígenas cuando al mismo tiempo se impone de manera violenta, con consultas manipuladas, un ordenamiento territorial tan depredador como dicho tren? Eso significa hipocresía, manipulación, y es un atentado a la dignidad de los pueblos originarios y de todos nosotros, los no indígenas.

Esconder las desigualdades

Las reacciones a la demanda de perdón solicitado al Rey de España han ido en dos sentidos. Por una parte, la de población que niega que el nuestro es un país racista, que asume que la matriz mesoamericana y la matriz hispana se articularon de manera horizontal y produjeron una nueva cultura “armoniosa”, negando la tensión vigente entre ambas matrices.  Ha sido la reacción de aquellos que consideran que la unidad de los “mexicanos” es sinónimo de esconder las desigualdades y la discriminación, de quienes no desean tocar ese pasado porque tendría consecuencias importantes en el presente.

Cito algunos fragmentos del poema que escribió Sitalin Sánchez Acevedo.

“Yo sé por qué prefieren burlarse de AMLO antes que enojarse con el rey de España.

Sé que aceptar lo que dice AMLO es aceptar una herida dolorosa. Porque es aceptar que violaron a nuestras abuelas y bisabuelas y que el mito del mestizaje, la unión de dos culturas, es una historia que tiene sangre de por medio.

Sé que, si dicen que superemos el pasado, es porque si miran atrás van a encontrar en su historia abuelas, tíos y madres indígenas que no quieren reconocer, porque de su genealogía sólo importa el abuelo blanco.

Sé que, si no quieren pelearse con España, es porque para ustedes resulta más anacrónico que existamos todavía indígenas a que sigan existiendo reyes. Sé que es porque aspiran a ser los hijos, aunque sea bastardos, de una monarquía decadente. 

Sé que prefieren que no nos pidan disculpas a nosotros los indígenas porque sería reconocer que no solamente estamos en museos.

Sitalin termina el poema:

[…] AMLO pide las disculpas y, además, cancela el Tren Maya. No seas hipócrita”.

—Por otra parte, está la reacción de muchos, la de aquellos que han sufrido en carne propia la discriminación por el color de la piel, por la evidencia de su pasado y presente indígena y que se alegran de esta petición, porque la discriminación ha significado soportar la injusticia y la humillación, y se exige reivindicación. ¿Pero no se trata de una reivindicación a expensas de la manipulación de las poblaciones indígenas actuales? ¿De una manipulación para esconder y legitimar las agresiones de las que son víctimas de parte del actual gobierno?

Los zapatistas

—En este contexto, ¿cómo miras la propuesta de los zapatistas?

—La mirada colonial, la postura colonial, la narrativa colonial, el lenguaje colonial rigen la cultura en México, la intelectual, la política y la popular. Están tan introyectadas que es difícil, a veces, reconocerlas. Los zapatistas las visibilizaron de manera contundente con el levantamiento de 1994, e intentaron un diálogo horizontal con el México no indígena, intento inédito en la historia del país. Pero esa horizontalidad tiene un precio muy alto, supone la transformación de las estructuras económicas, políticas y simbólicas.

El anuncio de que una comitiva zapatista viajará a España en 2021 para llegar a Madrid el 13 de agosto, fecha que coincide con los 500 años de la caída de Tenochtitlán es un acto de dignidad y creatividad. Viajarán a España para afirmar que: “No nos conquistaron. Que seguimos en resistencia y en rebeldía […] que no tienen por qué pedir que les perdonemos nada, ya basta de jugar con el pasado lejano para justificar, con demagogia e hipocresía, los crímenes actuales y en curso”. En ese sentido la lucha y la dinámica de los zapatistas a lo largo de todos estos años y el anuncio de su viaje a Europa, significan, para mí, la lucha por continuar rompiendo esa mirada, esa narrativa de graves consecuencias sociales. Y rompen ese discurso “cruzando mares y diferencias”.

La dignidad, como constructo sociocultural, tiene una impresionante potencia subversiva, y el anuncio del viaje a España me parece de un valor humano incalculable.

Fuente e imagen: https://piedepagina.mx/de-la-caida-de-tenochtitlan-al-tren-maya-que-significa-pedir-perdon/
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Amistades

Por: Daliri Oropeza

Esta es una reflexión sobre la amistad. Una aproximación a ella. Su pérdida puede ser hasta más dolorosa que la de un familiar. La potencia de una amistad puede cambiar algo en este mundo.

A las amistades, gracias por tanto.
“Nadie podrá mentir sobre la palabra hecha historia”.
EZLN

La amistad, como un medio para conectarnos

de manera subterránea, como las raíces,

más allá de las estructuras alienantes

que nos dividen, que nos distancian,

estructuras sistémicas que nos separan.

Un sentido que apenas exploré: amistades

o infinitas conexiones que nos reparan.

Nombran el ensayo: “Amistad radical”, es

detonador de exploración para resignificarnos,

somos, le dije. Nuestros pensares, sentires, hilvanan.

“Encontrar amistades puede ayudarnos a acceder a los mundos emocionales del pasado, comprender las motivaciones políticas y las preocupaciones intelectuales, y rastrear conexiones entre facciones, fronteras y pubs abarrotados”.

Mientras más leía, más decía:

esta, la nuestra, es una amistad radical.

“Pero la función también trata sobre la experiencia de la amistad de quienes encuentran estos pasados. La mano de la solidaridad a menudo se remonta al pasado, y nuestras subjetividades como historiadores están informadas por sentimientos a menudo poderosos de solidaridad y afinidad. Y para los historiadores, académicos y escritores, como con otros, las amistades afectan la forma en que trabajamos y en qué trabajamos, y pueden proporcionar un sustento invaluable para este trabajo”.

Gracias quien me pasó este ensayo.

Ahora comprendo mejor la vida.

**

A los 20 años encontré a mi hermana.

La única que tengo de sangre.

De niña solo le escribía cartas.

Domicilio conocido. Nunca le llegaron.

En la escuela fingí tener una hermana.

Mis compañeras me preguntaban

¿Cómo se llama? ¿A qué juegan?

 

Cómo explicar que sé de ella

por las historias de mi mamá.

Al crecer como hija única encontré

en las amistades a mis hermanas.

Mis amigas son lo más cercano

a sentir y vibrar con una hermana.

Crecí valorando la amistad con la

diversión, el cariño entre iguales,

la complicidad, las risas, el canto,

el llanto, los impulsos,

**

Mi mejor amigo es en realidad

el hermano que elegí en la vida.

El que siempre quise tener.

Fue el día que lo conocí.

Nos elegimos, y juntos caminamos

desde ese día.  Pero antes de

ser mi hermano fue mi mejor amigo y

cómplice de creaciones. Fue la

vida misma la que nos llevó a

enunciarnos en hermandad por

nuestra amistad profunda de raíz.

**

Qué tan doloroso pude ser perder una amistad. Qué tal dos.

Te arrancan parte del alma de las memorias colectivas.

Más aún cuando el arrebato es para siempre. Cuántos sentimientos

faltaron por concretar. En dónde van a quedar todas las historias vividas.

**

Galeano tenía razón. Da miedo hablar de algo.

En el capitalismo voraz que vivimos, todo es desechable.

Nos podemos relacionar con las personas, y luego botarlas.

No queríamos enunciarlo, pero así es. Nos han usado.

Hemos usado. Nos recuerda lo vulnerables que somos.

Yo, como él, crecí en la cultura de la reparación, del reutilizar,

del componer, del reponer, del restaurar, del enmendar,

al grado de ser acumuladora de cosas “desechables”.

Me niego a pensar que la amistad sea desechable.

**

La amistad incumbe una relación. En esta narración no puedo

verme sola en mi concepción. Me reflejo en las palabras oasis

de las amistades. Comprendo por qué nos unimos por debajo

de la tierra. Por qué cosechamos lo que sembramos.

Necesité escucharles más allá de diccionario o definiciones,

desde el fondo del pozo. Reciprocidad. Profundidad. Sentir afectos.

Comunicación. Disfrutar la compañía. Nos une y nos hace sentir vives.

Cuidar el cariño y el afecto. Apoyarle. Escucharle, darle tiempo.

Sin esperar nada a cambio. Compartir a largos plazos.

Acompañar. Luchar. Ser solidaries. Compartir experiencias.

Porque siempre hay, solucionar los malos entendidos.

Respeto, amor que nace por la otra persona, orgánicas

relaciones no forzadas que crecen y crecen, fuertes,

alguien con quien puedes ser boba, volar imaginarios,

la aceptación y amor incondicional de alguien externo,

una fogata: del sufijo ata (acción) sobre la palabra fuego (focus, en latín) es también hogar (fogar).

Con quien es, sea.

Desordenemos y reorganicemos el mundo.

Fuente e imagen: https://piedepagina.mx/amistades/

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