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Montessori: la metodología donde el niño es protagonista

Por: Educación 3.0

La automotivación o dejar que el estudiante gestione el tiempo en cada tarea son algunas de las características del método Montessori. Nos lo explica International Montessori Institute, un centro de formación especializado en esta pedagogía.

En las escuelas Montessori no hay un maestro que enseña, sino un adulto que ayuda a los estudiantes a aprender a partir de su experiencia, con materiales idóneos y en el entorno adecuado. Se ofrece libertad para desarrollarse y aprender al ritmo individual, en un espacio estimulante y estructurado.

Estos son algunos de los principios de la propuesta pedagógica de María Montessori (1870-1952), basada en la observación científica de niños y niñas. ¿El objetivo? Ayudar al desarrollo de su potencial a partir de sus intereses y posibilidades. 

¿Qué diferencia al método Montessori de la educación convencional?

Montessori

En la pedagogía Montessori se priorizan las necesidades e intereses de los estudiantes, que aprenden a través del descubrimiento y la repetición de ejercicios hasta perfeccionarlos. Además, María Montessori aseguraba que el educador debe «seguir al niño», reconociendo las características del momento del desarrollo en que se encuentra y las diferencias individuales. Estas son algunas de las principales diferencias entre este método educativo y el convencional.

Automotivación: esta metodología busca la automotivación, la cual se consigue diseñando actividades y proponiendo materiales que despierten la curiosidad en el niño y le permitan experimentar la satisfacción del logro.

Grupos de edad: un aula Montessori suele estar organizada por grupos que abarcan hasta 3 años de diferencia. De esta forma, los estudiantes conviven con niños de diferentes edades y ritmos de aprendizaje aprendiendo de manera indirecta.

Enfoque: también se fomenta la colaboración entre compañeros. En el currículo de la etapa infantil se incluyen aprendizajes relacionados con la vida cotidiana, como los cuidados de uno mismo y del entorno, mientras que los contenidos en Primaria se presentan en forma interrelacionada favoreciendo el inicio de la comprensión del mundo y la sociedad.

El tiempo, en manos del niño: mientras que en la escuela tradicional existe un horario fijo donde cada materia se debe llevar a cabo en un tiempo determinado, en el método Montessori se respetan los lapsos de tiempo en que los estudiantes se enfocan en una actividad hasta concluir un ciclo.

Montessori

Un entorno adaptado: los niños y niñas necesitan adaptarse a su entorno, por lo que Montessori veía como fundamental construir un ambiente favorable, tanto físico como psicológico, para que sean capaces de darle sentido al mundo que les rodea. Ese entorno idóneo para su desarrollo se conoce como Ambiente Preparado, un espacio creado para fomentar el desarrollo motor, cognitivo, emocional y social con elementos que se seleccionan por motivos específicos y de acuerdo al nivel educativo.

El maestro como guía: el maestro se denomina guía, representa el papel de facilitador y responde a las necesidades de los niños para que logren desplegar todo su potencial. El conocimiento de las características de desarrollo en cada una de las etapas, la habilidad para observar, así como el dominio de los materiales y un cuidado esmerado hacia al ambiente preparado son fundamentales para que el guía comprenda y responda a las manifestaciones y necesidades del niño.

Por eso, es importante realizar la formación en un centro especializado, como International Montessori Institute, una institución de referencia. Para ello, ofrece todas las herramientas para convertirse en guía Montessori e implantar la pedagogía en las aulas por completo o poco a poco si es en entornos educativos tradicionales. La próxima formación para guía y asistente comienza el 4 de mayo. ¡Inscríbete aquí!

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/montessori-institute/

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Móviles, redes sociales y ciencia: el nuevo triángulo de la divulgación

Por: Educación 3.0

Las redes sociales también son un escaparate para la divulgación y la ciencia. Alexandra Santamaría, docente en la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), ofrece algunas pistas para que el alumnado sepa distinguir lo que es ciencia de lo que no lo es.

Basta con echar un vistazo a las cifras de usuarios que acceden a las redes sociales a través del móvil para darse cuenta de que se trata del dispositivo por excelencia para conectarse con el mundo. La rapidez de transmisión de información y la capacidad de alcance de los teléfonos inteligentes los convierten en armas de doble filo. Por un lado, facilitan la difusión de las cada vez más habituales noticias falsas o ‘fake news’ y, por otro lado, pueden convertirse en instrumentos para la divulgación de información de calidad. Los bulos inundan las redes sociales y son numerosos los artículos que se dedican a subrayar el lado negativo de estos medios, pero ¿son las redes sociales tan malas como las pintan? ¿Pueden ser estas un medio de acceso a la ciencia?

La ciencia y las redes sociales

Si bien es cierto que existen numerosos y variados canales de difusión de la información entre los que cuesta saber elegir (YouTube, Twitter, Instagram, Facebook, TikTok, Twitch, Telegram o Clubhouse), debemos ser conscientes de que, si queremos, la ciencia está al alcance de todos. La clave está en saber dónde y cómo buscar, ya que estos medios son un escaparate de divulgadores científicos que hacen lo difícil fácil y que convierten la ciencia en accesible a través de sus vídeos, podcasts, hilos de Twitter, imágenes o gifs. Nunca habían tenido los estudiantes acceso, a través de sus móviles, a tal cantidad y variedad de expertos de diferentes campos de conocimiento dispuestos a divulgar ciencia de una forma amena y divertida.

Cabe destacar que, cuando hablamos de ciencia, no nos referimos únicamente a aquellos científicos de laboratorio con bata blanca y microscopio sino también a los que investigan en libros, en un aula o los que estudian los comportamientos de la sociedad o los procesos socioculturales de una civilización, entre otros. En definitiva, resulta de vital importancia que el ciudadano en general, y el estudiante en particular, sepa que la ciencia de cualquier tipo, y de calidad, también está presente en las redes sociales y que, a través de los diversos canales dedicados a su divulgación, podemos adentrarnos en un mundo desconocido, profundizando en temas que despierten nuestra curiosidad o interés.

¿Dónde encontrar contenido ‘científico’ en las redes?

Este es solo un breve repaso por algunos de los canales que existen en la actualidad y que pueden ayudar a los estudiantes a repasar asignaturas, conocer más acerca de algunas profesiones o despertar su interés por alguna rama de la ciencia. No hay que olvidar que estos también son muy útiles para los docentes, ya que en ellos pueden encontrar material de calidad para compartir con sus alumnos, así como ser un lugar de debate y aprendizaje también para ellos.

En primer lugar, podemos encontrar interesantes canales para los estudiantes, como, por ejemplo, el canal de Laura L. Mendizábal y Esther Anguiano, The Big Life Theory, y también otros muy prácticos para docentes o futuros docentes, como por ejemplo, las charlas educativas que tienen lugar en directo todas las semanas en el canal de Ingrid Mosquera. Este último da muestra de que las redes sociales pueden ser un reclamo para aquellos estudiantes que quieren conocer, de primera mano, prácticas educativas innovadoras y conocer profesionales de la educación que hacen de lo ordinario algo extraordinario.

divulgación y redes sociales

En segundo lugar, los podcasts, por su sencilla difusión, son cada vez más populares y son muchos los divulgadores que optan por ellos para compartir ciencia y ponerla al alcance de todos (Divulgando investigación con Ms. ProdigiEDUCACIÓN 3.0 o Café con Rosa Liarte). Por otro lado, los hilos de Twitter también constituyen un medio de difusión de contenido científico a través de los que los estudiantes pueden acercarse al mundo de las matemáticas (@juliomulero), la lengua (@xtanolive), la historia (@cunahalicarnaso) o el arte (@fernandoplazap).

En tercer lugar, Instagram es otra de las plataformas por la que el alumnado puede ojear contenido que les ayude a repasar una materia o incluso a aprender acerca de una asignatura en concreto. ¿Un ejemplo? @profe_historia. También, y aunque TikTok se haya relacionado principalmente con la difusión de bailes o desafíos (‘challenges’), la ciencia también tiene cabida en esta red social a través de vídeos cortos y divertidos, pero con un claro objetivo divulgador, como es el caso de @ladyscience o el @eldesociales.

Por otro lado, Twitch, a pesar de ser una de las redes sociales más recientes, ha alcanzado altos índices de popularidad en los últimos meses a través de sus retransmisiones en directo de contenido que, principalmente, está relacionado con los videojuegos. Sin embargo, al igual que ocurre con el resto de redes sociales, esta también puede llegar a ser un medio de difusión de ciencia. O sino que se lo pregunten a Cristian Olivé, que cuenta con un canal en el que sus usuarios aprenden sobre lengua y literatura de una manera mucho más interactiva y directa.

¿Cómo distinguir ciencia de lo que no lo es?

Llegados a este punto, el principal problema que puede surgir es cómo distinguir la ciencia de lo que no lo es. ¿Qué criterio pueden seguir los estudiantes para seleccionar un canal frente a otro?

En primer lugar, nos debemos fijar en el emisor de la información, quién es y qué contenido ofrece. En segundo lugar, en la frecuencia de publicación o que estén actualizados. En tercer lugar, será necesario centrar la atención en la calidad de la información que incluye descartando contenidos con faltas de ortografía, con una redacción pobre, o que recurran a elementos visuales de mala calidad. Por último, este tipo de canales suelen estar en contacto casi directo con sus seguidores por lo que esto también nos ayudará a determinar la calidad y fiabilidad del medio.

Contenido en redes

Por tanto, las preguntas, que nos debemos hacer a la hora de seleccionar un canal serán las siguientes:

1.  ¿Quién está detrás del canal? ¿Se presenta de manera clara y es un experto en la materia?

2.  ¿Cuándo fue la última vez que publicó? ¿Es un canal que está actualizado?

3.  ¿Presenta contenido cuidado? ¿Incluye información contrastada o hace referencia a investigadores o autores para apoyar el contenido?

4.  ¿Existe una interacción fluida entre creador y usuario a través de comentarios u otro tipo de comunicación?

Aunque este último consejo va dirigido más bien al creador de contenido que al usuario, el éxito radica en hacer que lo difícil parezca fácil y en poder hablar de un tema de manera amena y divertida, sin olvidar en ningún momento que lo que se pretende es divulgar ciencia. Esto es lo que busca el estudiante, aprender de una manera diferente a la que se le plantea dentro de las cuatro paredes del aula.

La ciencia está muy presente en las redes sociales y todo el que tenga un móvil y curiosidad por aprender y conocer, tiene al alcance de su mano un sinfín de canales de divulgación de calidad que le llevarán a una nueva dimensión del conocimiento, ¿te atreves a adentrarte en ella?

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/moviles-redes-sociales-ciencia-nuevo-triangulo-divulgacion/

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Cómo utilizar los videojuegos con fin educativo

Por: Educación 3.0

Fomentar el conocimiento en cualquier materia y desarrollar aptitudes básicas como la comunicación y la cooperación. Estos son algunos de sus beneficios según Maxime Durand, World Design Director en Ubisoft Montreal.

A medida que más colegios y profesores integran la enseñanza online en sus planes de estudios debido a la pandemia, muchos están descubriendo el poder de los videojuegos como herramienta pedagógica; como una fuerza positiva en la educación.

Como director de diseño del mundo en ‘Assassin’s Creed’ e historiador de profesión, he visto de primera mano el papel que los videojuegos desempeñan en el aprendizaje. Cuando creamos ‘Discovery Tour: Ancient Egypt’ y ‘Discovery Tour: Ancient Greece’, lo hicimos pensando concretamente en que se usaran en las aulas, trabajando directamente con profesores y educadores para satisfacer sus necesidades.

Gracias a ellos, los jugadores pueden explorar los mundos amplios y detallados de estos juegos, conocer a personajes históricos reales, y sumergirse en culturas y civilizaciones antiguas. Hay profesores que nos dicen a menudo que el ‘Discovery Tour’ no solo ha permitido a sus estudiantes desempeñar un papel más activo a la hora de aprender conceptos y datos históricos importantes, sino que también les ha motivado y ha hecho que ir a sus clases de historia resulte emocionante.

Más que historia

utilizar los videojuegos con fin educativo

Con todo, la historia no es la única materia que puede enseñarse a través de los videojuegos: estos pueden fomentar las habilidades y el conocimiento en cualquier área, desde Matemáticas y Ciencia hasta responsabilidad social e, incluso, en aptitudes básicas como la comunicación y la cooperación.

Por ejemplo, Minecraft tiene programas que ayudan a los alumnos con una variedad de materias: en su mundo se recrean clásicos como Romeo y Julieta, y las lecciones de Good Trouble propician debates sobre justicia social y cambios positivos. En cuanto a las enseñanzas en STEM, hay muchos juegos que los profesores pueden usar en sus aulas: Rabbids Coding, de Ubisoft, es gratuito, y está disponible en versión para móviles; para niños que ya saben leer resulta una herramienta muy útil para aprender programación básica de forma divertida, ya sea en las aulas o en casa.

Sea cual sea el tema, los videojuegos permiten a los estudiantes asumir la responsabilidad de sus buenos resultados en el aprendizaje e involucrarse de forma más profunda en una gran variedad de áreas de estudio. Los videojuegos son un escenario ideal para que los niños experimenten, fracasen sin apenas consecuencias y vuelvan a intentar las cosas, aprendiendo y creciendo. A los profesores los videojuegos les ofrecen una oportunidad de conectar con sus estudiantes en una plataforma que les resulta familiar, que ya conocen y les encanta.

¿Por dónde empezar?

Aunque muchos profesores ya han descubierto el poder de los videojuegos en las aulas, algunos se pregunta por dónde empezar. ¿Cómo pueden los docentes que quieren usar videojuegos en sus clases planteárselo a la administración escolar?

El profesorado puede aprovechar una variedad de recursos que demuestran la eficacia de los videojuegos como herramienta pedagógica. Ubisoft proporciona materiales online a los profesores para ayudarles a usar ‘Discovery Tour’. Este tipo de ejemplos, así como recursos como ‘AskAboutGames’ y el programa ‘BAFTA’s Young Game Designers’, pueden mostrar de forma clara la manera en que los juegos pueden no solo ayudar a trabajar en el aula, sino también mejorar la enseñanza y hacerla más accesible.

Ya sea en un aula presencial o virtual, los videojuegos pueden ser mucho más que simple entretenimiento. Historia, programación, justicia social… no hay límites a lo que puede enseñarse utilizándolos. Los profesores han demostrado su creatividad y su ingenio al adaptarse a los desafíos del año pasado, y los videojuegos pueden ser una herramienta muy poderosa para ayudarles a fomentar el crecimiento de sus alumnos en formas divertidas y originales.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/utilizar-los-videojuegos-con-fin-educativo/

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Los peligros de la educación online para la privacidad de los alumnos

Por: Educación 3.0

Estos son los principales peligros que pueden surgir por el uso inadecuado de Internet y aplicaciones gratuitas en el aula y en el ámbito educativo. Nos lo explica Juan Quintanilla, director general de Syntonize.

La situación que vivimos en el sector educativo desde marzo del año pasado ha supuesto importantes desafíos para padres (conciliando en casa), maestros (transformando los métodos de enseñanza) y escolares (aprendiendo y experimentando sin compañeros). Pero, sin duda, uno de los factores más controvertidos en este tiempo ha sido el excesivo peso que se está dando a la tecnología en este modelo.

Se ha hablado mucho durante estos meses del teletrabajo y sobre los desafíos que comporta para la productividad y la ciberseguridad, pero la realidad es que la mayoría de las empresas, cada una en su medida, está preparada para afrontar este reto sin problemas. Sin embargo, cuando miramos a los colegios, la realidad es muy diferente. No sólo porque como instituciones no cuenten con las infraestructuras necesarias sino, y sobre todo, porque los más jóvenes no son del todo conscientes de los peligros que entraña un uso inadecuado de la tecnología.

Normativa de la Unión Europea en privacidad de los alumnos

En primer lugar, es importante ser consciente de las aplicaciones que proponen los colegios para la educación remota. No todas las herramientas cumplen con las regulaciones de seguridad necesarias para salvaguardar la privacidad de los alumnos; por ello, es importante confiar solamente en fabricantes conocidos. Muchos centros han elegido plataformas gratuitas, como pueden ser Google, Microsoft o Zoom, aunque esto también puede suponer un problema.

El Tribunal de Justicia de la UE, en sentencia del 16 de julio, advierte a los centros educativos de que deben abstenerse de utilizar aplicaciones cuyo prestador de servicios tenga su sede social en EEUU al menos hasta que se garantice la protección adecuada de los datos de los alumnos. De hecho, el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha prohibido expresamente el uso de estas aplicaciones en los colegios públicos y concertados de la región.

privacidad de los alumnos en Internet

Aplicaciones seguras en el aula

Antes de elegir otras aplicaciones más concretas, es importante también que desde la escuela se lean los términos de servicio y las políticas de seguridad y que se compruebe si están admitidas o recomendadas por las autoridades. En este sentido, precisamente la legislación estadounidense se encuentra bastante avanzada que la europea, y leyes como FERPA o COPPA suelen certificar a las aplicaciones más comunes y que cumplen los criterios de privacidad de los alumnos y protección de la infancia.

Una vez elegidas las aplicaciones idóneas para el trabajo con el alumnado, es importante que el propio colegio establezca sus propias reglas de protección de datos, tanto para almacenar documentos (incluidos exámenes o expedientes), como para permitir las conexiones hacia las infraestructuras de la institución, ya sea a través de VPN o mediante capas adicionales de seguridad. En este momento, es fundamental también la formación del profesorado para que conozcan perfectamente cómo utilizar todas las herramientas y evitar fugas de datos o acceso de intrusos.

Involucrar a las familias

Y ya que hablamos de formación, es un buen momento también para educar a los estudiantes, pero también a los padres, para que puedan disfrutar de una Internet segura y respetuosa. Muchas veces los más jóvenes consideran Internet como un amigo más y no son conscientes de los peligros que acechan si no se toman las precauciones necesarias o si pasamos por alto comportamientos inadecuados. No hablamos solamente del ciberbullying sino de la simple ‘netiqueta’ o educación a la hora de hablar con otras personas en redes o foros.

En definitiva, la educación remota ha llegado para quedarse y, en realidad, es importante que se haya dado este paso, ya que puede ayudar en el futuro a muchos niños que no puedan asistir a clase por cualquier motivo, pero es fundamental que pensemos más allá del mero sistema y seamos conscientes de que, además de un gran habilitador, puede suponer muchos perjuicios si no se hace un uso adecuado de la misma.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/privacidad-de-los-alumnos/

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Aulas conectadas: la tecnología como herramienta de aprendizaje y unión

Por: Educación 3.0

Carlos Casado, experto pedagógico de Promethean Iberia, reflexiona en este texto acerca del gran desafío que ha supuesto la pandemia tanto a nivel emocional como educativo para docentes y alumnado.

Si algo se ha puesto de manifiesto desde que comenzó la pandemia, el pasado mes de marzo, es que los docentes tienen una altísima capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias. Impulsados por la vocación y el sentido de la responsabilidad, y conscientes de que la educación es un proceso continuo y cambiante, han aceptado el reto que la alerta sanitaria ha supuesto y han demostrado una capacidad de reacción inmediata, realizando un enorme esfuerzo para no dejar atrás a ningún alumno y cumplir con el programa previsto.

La tecnología, un aliado

Es natural que los profesores hayan encontrado obstáculos que les han impedido transmitir el mensaje del modo en que hubieran deseado, pero también han hallado un importante aliado a través del uso de nuevos desarrollos tecnológicos, al tiempo que han descubierto nuevas formas de comunicarse con sus alumnos. En este contexto, la tecnología educativa ha resultado más útil que nunca y se ha configurado como una herramienta integradora y enriquecedora que ha ayudado tanto a profesores como alumnos a reinventarse de la noche a la mañana. Y todo ello a pesar del lógico agotamiento de tener que utilizarla durante tanto tiempo y no siempre en las mejores condiciones.

Solo el tiempo dirá cuántas de estas prácticas, a propósito del uso de las nuevas tecnologías para la educación, formarán parte de la rutina de los docentes y hasta qué punto el cambio hacia una nueva formación híbrida como la que se ha instaurado en muchos centros se convertirá en permanente. Lo que sí está claro es que la situación vivida y el ejemplo que nos llega por parte de profesores y alumnos nos ha permitido aprender hasta qué extremo, como sociedad, estamos todos conectados.

Y en parte, precisamente, se trata de permanecer conectados. O, mejor dicho, de plantear nuevas formas de conexión que eleven el nivel de interacción necesario para expandir nuestras capacidades. Gracias a la tecnología actual, hemos creado comunidades de conocimiento que nos permiten trabajar en equipo, contribuir a alimentar bases de datos con información útil y compartirla en tiempo real en cualquier momento y lugar.

En comunidad

En última instancia, el beneficio de cada nuevo desarrollo está dirigido a cualquier persona, pues todos somos miembros de la comunidad educativa, de una u otra forma. No hay que perder de vista que la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades no tiene fronteras, no solo en cuanto al espacio y el momento, sino tampoco en cuanto a la edad: continuamos aprendiendo cada día hasta el final de nuestras vidas. Probablemente, nadie duda de este hecho, pero hay que reconocer que no contábamos con que, ya de adultos, las lecciones nos podían seguir llegando de los profesores.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/aulas-concectadas-tecnologia-herramienta-de-aprendizaje/

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Ventilación y CO2: cómo influye en el rendimiento escolar

Por: Educación 3.0

Una mala ventilación de las aulas aumenta el riesgo de contagios, pero también tiene consecuencias en el rendimiento de los estudiantes. Lo explica María Rosa Sastre, licenciada en Ciencias Ambientales, docente y miembro del grupo VentilANDo.

Un reciente artículo publicado el 29 de enero de 2021 en la revista Nature afirma que la COVID-19 rara vez se propaga por superficies, sino que la fuente principal de transmisión son los aerosoles que exhalamos al respirar, hablar o gritar. Por tanto, debemos cambiar la estrategia actual de lucha contra ella en los centros educativos, que actualmente está centrada en la limpieza de superficies, lavado de manos y señalización para mantener la distancia física.

Objetivo: mejorar la calidad del aire

Ventilación y CO2

Si bien estas medidas son necesarias, incluso en tiempos sin COVID, ahora debemos poner el foco en la mejora de la calidad del aire interior y, por tanto, en la Ventilación y CO2 de las aulas.

Para poder saber si ventilamos correctamente, podemos medir los niveles de CO2. Debemos parecernos en lo posible al exterior, donde encontramos 400-420 ppm de CO2. En condiciones normales, para conseguir 5-6 renovaciones por hora, no podemos superar concentraciones de 900 ppm de CO2. Pero debido a que nos encontramos en una situación de mayor riesgo y debemos reducir la posibilidad de contagio del SARS-CoV-2, este nivel de CO2 no debe superar las 700 ppm.

Si tenemos niveles superiores a 700 ppm es porque no estamos ventilando de forma adecuada en ese momento. Por ello, la medición del CO2 en las aulas debe ser constante, para poder corregir esas deficiencias abriendo más las ventanas, mejorando la ventilación cruzada y en los pasillos, saliendo al exterior o instalando Ventilación y CO2 forzada.

Más que contagios

Pero esto no es nuevo. Ya existía una preocupación creciente sobre los efectos que la calidad del aire interior tiene sobre la salud humana y el rendimiento escolar. Actualmente existen evidencias suficientes para afirmar que existe una relación directa entre contaminación del aire interior y la salud. Podemos ver como diversos estudios apuntan que, debido al tiempo que el alumnado permanece en el interior de la clase, su nivel de exposición a los posibles contaminantes químicos y biológicos será mayor, incluso si se encuentran en bajas concentraciones y más aún cuando la Ventilación y CO2 es insuficiente.

Esta exposición puede producir efectos adversos sobre la salud como la congestión nasal, estornudos, enfermedades respiratorias agudas, dificultades para respirar, conjuntivitis, dolor de cabeza o dificultad para concentrarse. Por ejemplo, cuando los niveles de CO2 exceden de 800 ppm, algunas personas experimentan incomodidad, dolor de cabeza, cansancio o problemas respiratorios, que se ven agravados en el caso de los niños por su mayor actividad metabólica (incrementa su necesidad de beber agua y de aire para respirar, necesitan más oxígeno y por tanto, expulsan más CO2).

Alto CO2 = bajo rendimiento

Ventilación y CO2

Así, diversos estudios relacionan de forma directa el elevado nivel de CO2 con el bajo rendimiento escolar, de forma que cuando encontramos niveles de CO2 por encima de 980 ppm aparecen problemas de falta de concentración. Un estudio realizado por la Universidad de North Carolina sobre calidad del aire interior y su relación con los resultados académicos, muestra las diferencias antes y después de la rehabilitación llevada a cabo en el edificio para mejorar la Ventilación y CO2.

Sus resultados reflejan que, al mejorar la ventilación en el centro educativo, mejoraron considerablemente los resultados en matemáticas y en lectura debido a una mayor concentración mental. No debemos olvidar que las condiciones de temperatura y humedad, la falta de luz natural o el ruido en el aula, tienen igualmente gran repercusión en la salud y el nivel de rendimiento del alumnado si no son adecuadas. Habrá que estar atentos también a todos estos indicadores.

Deberíamos proporcionar las infraestructuras necesarias a los centros para tener espacios adecuados para dar clases al aire libre. De esta forma evitamos pasar tanto tiempo en interiores, proporcionaría beneficios para la salud y el desarrollo del alumnado, físico y emocional, y por supuesto la mejora del rendimiento escolar, creando un entorno más saludable que invite al aprendizaje.

Entornos escolares seguros

Colegio ventilación

En la Región de Murcia, han puesto en marcha el programa educativo ‘Aire Limpio’, para promover la creación de entornos escolares más seguros y saludables, mejorando la calidad del aire interior y exterior, realización de las actividades en la naturaleza y el aire libre, con mucho menor riesgo de transmisión de la Covid-19, y que ya está dando sus fruto s(podéis buscar publicaciones al respecto con #airelimpio en Twitter). Existen algunas iniciativas que están introduciendo la fabricación de sensores de CO2 (Arduino) en las asignaturas de tecnología o TICS, permitiendo trabajar de forma transversal otras materias (tratamiento de los datos, representación e interpretación de gráficas en matemáticas, gases y contaminación en física y química, virus en biología, etc.).

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/ventilacion-y-co2/

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El Bachillerato Internacional, sinónimo de innovación educativa

Por: Educación 3.0

Laura Martín, responsable de Comunicación en una institución de educación privada de Madrid, ofrece información sobre los beneficios que proporciona el sistema de Bachillerato Internacional.

Bachillerato Internacional

El programa de Diploma de Bachillerato Internacional es un modelo educativo creado hace más de 50 años en Ginebra (Suiza) por la Organización de Bachillerato Internacional (OBI). Está destinado a estudiantes de entre 15 a 18 años que quieren ir un paso más allá del modelo educativo tradicional y lograr una proyección internacional a través de su desarrollo académico y personal.

Dentro de este contexto, el Bachillerato Internacional ha ido evolucionando desde su fundación en 1968. Desde 2015, el número de centros educativos adscritos a esta modalidad se ha elevado en un 20%, un dato que pone de manifiesto su tendencia continúa al alza. Actualmente, se imparte en más de 3.400 colegios de 157 países repartidos entre los cinco continentes.

En el caso de España, ya son más de 140 colegios privados, concertados y públicos los que imparten el programa de Bachillerato Internacional en sus aulas: lo ofrecen como parte de la calidad educativa que ofertan y gracias a la cual se distinguen de otros centros.

Alumnos cursando en Bachillerato Internacional

Bachillerato en castellano, inglés y francés

Como programa mundialmente reconocido, el Bachillerato Internacional se presenta como un sistema práctico donde se estimula al alumno mediante una visión crítica, animándole a cuestionarse las cosas con el fin de investigar y ahondar en los conocimientos y haciendo especial hincapié en el modo en que presenta y comunica sus trabajos. Además, se desarrolla a través de tres módulos troncales con el fin de ampliar la experiencia educativa de los estudiantes y desafiarlos a aplicar sus conocimientos y habilidades.

Al tratarse de un programa internacional, se imparte en tres idiomas (castellano, inglés y francés), algo que resulta de vital importancia hoy en día si un alumno pretende alcanzar objetivos destacados. Asimismo, para asegurar la eficacia de la metodología educativa que imparten, los profesores son evaluados con cierta regularidad por la Organización de Bachillerato Internacional (OBI) para garantizar unos niveles de calidad óptimos en la enseñanza.

Mirando hacia la universidad

Sinónimo de excelencia académica internacional, numerosos estudios realizados en Reino Unido, China y Canadá avalan que los alumnos que obtienen su diploma de Bachillerato Internacional tienen mucha más fácil la entrada en las mejores universidades del mundo. De hecho, el 72% de los graduados en este programa estudia en las 500 mejores universidades del mundo. Al no depender de las exigencias e intereses de ningún gobierno estatal o autonómico, si no de la OBI, tiene mayor libertad en la formación de los alumnos.

En resumen, los estudiantes que pretenden mejorar su currículo tienen ante sí un valioso modelo educativo -ya reconocido por un buen número de universidades españolas- y obtienen una mejor posición para el acceso a las mismas. Mientras, el dominio de los idiomas y el reconocimiento de una serie de habilidades desarrolladas durante el programa mediante la investigación, el conocimiento, la comunicación o la solidaridad son la mejor carta de presentación de los alumnos que lo han cursado.

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/bachillerato-internacional/

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