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Fenómeno global: La izquierda italiana, en el diván: ¿por qué los obreros votan a la extrema derecha?

Por: Javier Brandoli

“Eres más tonto que un obrero de derechas” empieza a ser una frase a actualizar o al menos a poner en un generoso plural.

a izquierda italiana empieza a tener un problema de diván: ¿quiénes somos?, ¿qué representamos? Si uno analiza el mapa electoral italiano y los viejos dogmas sociales, la izquierda del país parece haber cruzado de trinchera y dejado a la extrema derecha como representante de buena parte de las clases obreras. Una idea que para muchos se ha agravado con la entrega pasional de los hoy parlamentariamente dos principales partidos progresistas italianos, el Partido Democrático (PD) y su escisión de la Italia Viva del ex primer ministro Matteo Renzi, al Gobierno de concentración liderado por el exbanquero liberal Mario Draghi. ¿Puede ideológicamente un partido de izquierda apoyar sin matices que gobierne un hombre que apuesta por bajar impuestos, deuda y déficit, aumentar la edad de jubilación y liberalizar buena parte del mercado?

Este es un fenómeno que parece global. El movimiento Trump en Estados Unidos mostró un trasvase de votos de las clases bajas urbanas a los republicanos y su política de reducción de impuestos, mientras que los demócratas eran votados por clases medias acomodadas de mayor nivel cultural. “Eres más tonto que un obrero de derechas” empieza a ser una frase a actualizar o al menos a ponerle un generoso plural. Italia, en este sentido, parece llevar un derrotero parecido: la extrema derecha representa a las bajas clases urbanas obreras y la izquierda empieza a apoderarse de las clases medias y las universidades.En el medio, el fenómeno populista del Movimiento 5 Estrellas, que no se identifica con derecha ni izquierda, lo que ahonda más la orfandad del añejo izquierdismo en el panorama político patrio. En Italia, tras la II Guerra Mundial, el Partido Comunista era una institución muy enraizada socialmente, casi cultural. ¿Será que la izquierda se está moviendo a luchas sobre determinados derechos sociales y abandonando la vieja lucha de clases?

El casimir y los Warhol de la izquierda

Para entender qué pasa en la izquierda italiana, hay que atender al ahora y al antes. El ahora se puede comprender con algunos llamativos datos que se resumen en los titulares que varios medios usaron tras las elecciones europeas de 2019: “Los obreros votan por Salvini (líder de la Lega)”, fue el encabezado. Entonces, algunas encuestas cifraron que en su aplastante victoria, 34% de los sufragios totales, un 40% de sus votos vino de clases obreras.

Eso hizo que para muchos pensadores progresistas saltaran las alarmas sobre un cambio de paradigma que en realidad viene de lejos. En los años noventa, el líder de Refundación Comunista, Fausto Bertinotti, era muy criticado por vestir con jerséis de casimir, tener tres Andy Warhol en casa y un aspecto de intelectual rico, mientras el líder de la Lega, Umberto Bossi, iba descamisado y tenía el aspecto de hombre de barriada. “El jersey de casimir me lo compró mi mujer en un mercadillo y los tres Warhol eran un regalo”, se ha excusado recientemente en una entrevista Bertinotti, sabedor de que aquella icónica imagen ahondó en la idea de una izquierda intelectual alejada de las clases bajas.

Un amplio estudio de entre 1980 y 2010 realizado por la Universidad Ca’ Foscari (universidad de Venecia) y el sindicato mayoritario italiano, CGIL, intentó explicar el fenómeno de que buena parte de los propios delegados sindicales, con su carné sindical en el bolsillo, decidían votar por la conservadora Lega. El estudio explicó que la Lega se ve como un partido que da seguridad, lucha contra la inmigración y los derechos de los trabajadores, y está presente en la vida de la comunidad. Un 45% de los delegados sindicales se quejaba de que la CGIL hace demasiada política, un 50% mostraba absoluto desinterés por ella y un 72% pensaba que la CGIL no tiene mayor seguimiento entre otros trabajadores por su exceso de implicación política.

Esa brecha es algo que sigue pasando. Según la última encuesta de Ipsos para ‘Il Corriere’, que divide a los votantes de cada formación por su condición profesional, los votantes de los partidos de extrema derecha de Italia, Lega y Fratelli d’Italia (FdI), tienen en la suma de obreros, desocupados y pensionistas un 43% y un 44% respectivamente de sus votantes. El PD, por su parte, tiene entre esos tres sectores sociales, clásicos de la izquierda, un 30% de sus votos, e Italia Viva, un 25%.

De hecho, si atendemos a la categoría social en concreto que son los obreros, suelo electoral de la izquierda mundial durante 150 años, la Lega (partido hoy primero en las encuestas en intención de voto en Italia, con cerca del 23%) es la formación que tiene mayor porcentaje de su voto, con un 21%, seguida de los populistas del M5S con un 20% y FdI con un 16%. Los obreros suponen para la izquierda del PD un 13% de sus apoyos y para Italia Viva, un 10%.

Sin embargo, si a lo que atendemos es al nivel de estudios, un 22% de los votantes del PD son licenciados universitarios y un 19% en el caso de IV. Aquí, Lega tiene un 9% y FdI y M5S un 14%. Un 52% de los votantes de la Lega, según esa encuesta, tiene el equivalente de estudios de primaria en España.

Bicicletas frente a coches de 20 años

Quizá en los años de liderazgo de Renzi al frente de sus hoy ex del PD, entre 2013 y 2018, concluye este largo giro hacia el centro de la izquierda que corre el riesgo de haberse pasado algo de frenada para los que prefieren posicionamientos más progresistas.

El PD es uno de los herederos del Partido Comunista (los árboles genealógicos políticos italianos son largos y complicados). La formación, nacida en 2007, cuenta con ex comunistas, socialistas y toda clase de familias políticas que llegan hasta el centro. De alguna manera, por poner un símil entendible en España, es ideológicamente algo similar a lo que durante años pasó en España con el conservador Partido Popular que albergaba corrientes desde el centro a la extrema derecha.

En esa enorme tienda electoral que supone representar del centro al extremo, el PD encuentra un fértil campo de votos que finalmente le da la victoria en las ajustadas elecciones generales de 2013. En 2014, el partido decide adscribirse al Partido Socialista Europeo. Justo unos días antes, Matteo Renzi se hace con la Secretaria General del Partido Democrático y la Presidencia del Consejo de Ministros en Italia tras una maniobra en la que consigue desbancar al hasta entonces primer ministro del PD, Enrico Letta.
Y con el ¿socialista? Renzi comienza una nueva época del PD. En los próximos años el partido sufre una importante erosión entre sus propias filas y una guerra ideológica ante una parte de sus votantes que ven en Renzi a un joven, carismático y arrogante líder de un partido liberal más que a un joven socialista. Internet hoy está lleno de páginas de análisis o artículos que se han preguntado durante años —la duda llega hasta hoy— si Renzi es de derechas o de izquierdas. Sus políticas económicas parecían indicar que era un liberal que apostaba por el libre mercado y su estilo personal se asemejaba más a alguien que uno podría encontrar en un restaurante ‘cool’ o una tienda de ropa de diseño que en una taberna y un mercadillo.

Renzi deja el Gobierno en diciembre de 2016 por una mala jugada política, la única que ha cometido en su carrera, de ligar su cargo a un referéndum constitucional. Luego, se lleva un posterior varapalo al frente del PD en las elecciones generales de 2018 en las que el M5S y la Lega le pasan por izquierda, derecha, arriba y abajo sin que él parezca entender que su problema es haber metido su izquierda en un club exclusivo de intelectuales preocupados por fomentar el loable uso de las bicicletas en las ciudades mientras sus periféricos votantes están preocupados porque les dejen usar sus contaminantes coches de 20 años de vida para poder seguir yendo a sus lejanos trabajos.

Renzi, el verdadero Maquiavelo de la política italiana y el artífice de este gobierno de Draghi, que prometía ser el referente de una rejuvenecida izquierda política mezcla entre Obama, Kennedy y Tony Blair, es hoy más odiado por los votantes de izquierda que por los de derecha.

El PD, mientras, se ha quedado huérfano de un liderazgo fuerte y su actual líder, el gris Nicola Zingaretti, ha conseguido con gran éxito detener la hemorragia electoral previa y asentar a la formación de nuevo como la alternativa más fiable al hipotético gobierno de la coalición de derechas entre Lega, FdI y la Forza Italia de Berlusconi. Sin embargo, las crisis internas del partido han acabado por hartar a Zingaretti, quien anunció abruptamente su dimisión este jueves. «Me avergüenzo de que en el PD desde hace veinte días solo se hable de cargos y primarias mientras en Italia estalla la tercera ola de coronavirus», criticó el político italiano al anunciar su renuncia.

El problema es que ese PD —para muchos descafeinado— debe atraer los votos de los desencantados del M5S, de las clases bajas urbanas y de formaciones de centro izquierda pequeñas si quiere recuperar el poder. Su europeísmo, más que sus ideas de redistribución de la riqueza, es ahora su reclamo más rentable. No es suficiente por ahora para atraer a los votantes desencantados con el sistema. La revolución ya no es cosa de los ‘progres’.

¿Es eso negativo para el PD? ¿Se pescan más votos por el centro o por los extremos? Las últimas encuestas, tras ya el Gobierno Draghi, solo muestran dos subidas: según un sondeo actual de la empresa SWG, la extrema derecha de FdI sube un 1,3% en intención de voto y se coloca con un 17,5% de intención de voto, a 0.8% de la segunda posición del PD. La otra subida electoral con este nuevo Gobierno es la de indecisos o desilusionados que sube 3 puntos y pasa del 38 al 41% de los electores. La izquierda, por ahora, no consigue pescar ahí a nadie.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/mundo/europa/2021-03-04/izquierda-desubicada-italia-obreros-extrema-derecha_2977371/
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Escuelas bajo ataque: ¿son las niñas un arma de guerra?

Por: Concha López/El Confidencial

Los conflictos armados tienen efectos devastadores en el derecho a la educación de la infancia, especialmente para las niñas y las jóvenes. En estos contextos, la desigualdad de género se agrava y hace que las niñas sufran mayores vulneraciones de sus derechos, se enfrenten a una inseguridad constante y, además, sean uno de los grupos más invisibilizados. Hoy en los conflictos armados probablemente es más peligroso ser una mujer que ser un soldado. Todavía más ser una niña.

En los países en conflicto, las niñas tienen 2,5 probabilidades más que los niños de estar fuera de la educación. Muchas veces, las escuelas se convierten en campos de batalla y las niñas en arma de guerra. En este contexto, ir a la escuela supone un desafío diario para los millones de niñas que se enfrentan a ser reclutadas por grupos armados como esclavas o trabajadoras domésticas, a ser obligadas a casarse demasiado pronto, a ser madres cuando todavía no están preparadas para ello, a ser secuestradas, abusadas, violadas, utilizadas como niñas bomba.

También es más probable que ellas abandonen la escuela para acabar explotadas en diferentes formas de trabajo infantil, como consecuencia de la pobreza y la inseguridad económica de las familias. Según datos de Naciones Unidas, Sudán del Sur es el país donde un mayor número de niñas se ven obligadas a abandonar el colegio a consecuencia de los conflictos, un 76%, seguido de Afganistán, con un 55%, y Chad, con un 53%.

Escuelas, bajo fuego

A pesar de que las escuelas deben ser espacios seguros y de protección, más que nunca en los conflictos, para que los niños y niñas puedan aprender para la supervivencia y la construcción de sociedades de paz, los grupos armados continúan atacándolas deliberadamente y convirtiéndolas en lugares donde perpetrar actos de intimidación y violencia. Desde 2013 a 2018 se produjeron ataques a niñas y mujeres estudiantes y docentes en 18 países, según el informe “Educación bajo ataque 2018” elaborado por la Coalición Global para Proteger la Educación de Ataques (GCPEA, por sus siglas en inglés).

Nuestra serie de informes “Adolescentes en emergencias: voces desde Sudán del Sur, desde el Lago Chad y desde la crisis rohingya” nos ha permitido conocer las experiencias de chicas en crisis cronificadas, complejas y a veces olvidadas. Todas señalan el acceso a la educación como una de sus principales áreas de seguridad, un mecanismo de protección y de supervivencia. Ellas quieren estudiar: saben que la educación mejora sus oportunidades de futuro. Por eso, para proteger su derecho, es necesario recoger datos y evidencias para el monitoreo y la investigación de los ataques a la educación y las infraestructuras educativas, desagregados por sexo y edad, con especial atención a las experiencias específicas de las niñas y adolescentes.

“Estoy orgullosa de ir a la escuela aquí en Kaleri, es una de las cosas de las que más orgullosa estoy”, decía una chica entrevistada en Nigeria. “Mi mayor logro es que lo estoy haciendo bien en el colegio y que voy a sacar mejores notas”, explicaba otra joven en Bablin, Camerún.

La educación es un derecho humano fundamental y, en épocas de conflicto, garantizarlo es una necesidad imperante para luchar contra la discriminación y la violencia que viven miles de niñas en todo el mundo. La educación no solo aumenta la capacidad de recuperación de los niños y las niñas, sino que promueve su libertad y autonomía personaly les protege frente a la explotación y el reclutamiento por parte de grupos armados.

Educación transformadora

En las últimas décadas, la comunidad internacional ha aumentado el reconocimiento del papel de la educación como agente transformador en épocas de conflicto, lo cual queda patente en acuerdos y tratados internacionales como la Declaración de Escuelas Seguras, respaldada hasta el momento por 87 países, que subraya la necesidad de proteger los colegios y las universidades en los conflictos armados. A través de ella, los Estados se comprometen a tomar medidas concretas para proteger la educación durante las guerras.

Coincidiendo con el 30º aniversario de la aprobación de la histórica Convención sobre los Derechos del Niño y los 70 años de la firma de los Convenios de Ginebra, España se convierte, del 27 al 29 de mayo, en el país anfitrión de la III Conferencia Internacional de Escuelas Seguras, una iniciativa en la que se discutirá precisamente sobre la necesidad de impulsar la Declaración sobre Escuelas Seguras como instrumento político para proteger al alumnado, profesorado e instituciones educativas en tiempos de conflicto armado.

Sin la protección de la educación en estos contextos será imposible conseguir los Objetivos de Desarrollos Sostenible 4, educación de calidad universal y equitativa para 2030, que incluye un indicador específico que mide el número de ataques a estudiantes, personal e instituciones educativas, reconociendo también la necesidad de proteger la educación durante los conflictos bélicos, y 5, que busca eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas.

Además, es un deber y una garantía de desarrollo porque es innegable que el papel fundamental de la educación en la construcción y mantenimiento de la paz. Es imprescindible que ellas no se queden atrás: la participación de las niñas en los procesos de paz ayuda a impulsar cambios culturales a largo plazo que, a su vez, inspiran a jóvenes de la comunidad a conquistar sus derechos. De esta manera,las niñas se convierten en líderes de sus comunidades, transformándolas en lugares pacíficos e inclusivos.

No podemos esperar para actuar, porque están en juego sus vidas y el futuro que queremos para el mundo. Como dice el doctor Denis Mukwege, Premio Nobel de la Paz 2018 junto con Nadia Murad por su trabajo con víctimas de violencia sexual en conflictos, la justicia es cosa de todos y todas. Debemos trabajar para que las escuelas sean lugares seguros, y las niñas puedan ser simplemente niñas, y lleguen a convertirse en las mujeres que construyan las sociedades de paz e igualdad de mañana.

Fuente: https://blogs.elconfidencial.com/mundo/tribuna-internacional/2019-05-27/educacion-bajo-ataque-ninas-arma-guerra_2037838/

 

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¿Sabes por qué trabajas 8 horas? Los 44 días que cambiaron la historia de España

Redacción: Jordi Corominas I Julián / El Confidencial

Entre febrero y marzo de 1919 una huelga paralizó Barcelona y provocó la instauración estatal de las ocho horas de jornada laboral, medida pionera en todo el orbe terráqueo

No desprecien la importancia del callejero. Nadie recordará la anécdota, pero en la primavera de 2012 Barcelona se levantó con la noticia de un cambio sutil. El alcalde Trías lo había perpetrado con premeditación, nocturnidad y alevosía, saltándose la ley con demasiada alegría. De la noche a la mañana, el conocido ‘pasaje de la Canadiense’ homenajeaba a Frederick Stark Pearson, fundador el 12 de septiembre de 1911 del holding Barcelona Traction, Light and Power. Starrk Pearson se dedicaba a la producción y distribución de electricidad y a la explotación de tranvías y ferrocarriles eléctricos. Formaban parte del grupo las empresas Riegos y Fuerzas del Ebro, Barcelonesa de Electricidad, Energía Eléctrica de Cataluña, Tranvías de Barcelona y Ferrocarriles de Cataluña. Llegó a controlar el 90% de la distribución comercial de electricidad en el Principado.

La alteración nominal resucitó un lejano recuerdo. Entre febrero y marzo de 1919 la empresa fue la gran protagonista de una huelga de cuarenta y cuatro jornadas que paralizó Barcelona y demostró la inmensa capacidad obrera, que mediante la acción de la CNT logró una gran victoria, hasta el punto de provocar la instauración estatal de las ocho horas de jornada laboral, medida pionera en todo el orbe terráqueo.

La efímera placa

La efímera placa

Al cabo de pocos días el pasaje recuperó su antigua denominación. Quizá el alcalde de Convergència i Unió tenía miedo, recordemos que el Procés aún no había dado su pistoletazo de salida, de ver cumplida la frase de Mark TwainLa historia no se repite, pero rima.

La rosa de Fuego

En su ensayo ‘Que sean fuego las estrellas’ (Crítica), Paco Ignacio Taibo II justifica su enfoque a partir de la especificidad barcelonesa. El escritor asturiano casi pide disculpas por su osadía, pero lo cierto es que atina en su diagnóstico. La capital catalana ha sido siempre un cuerpo propio, independiente a las dinámicas del país. La Primera Guerra Mundial había agitado el paisaje urbano hasta unas coordenadas previsibles en las que el empresariado aprovechó la neutralidad española para lucrarse mientras el proletariado apenas tocaba con la punta de los dedos todas esas disparatadas ganancias económicas.

La máquina industrial sirvió textiles, química, armamento y materias primas a las potencias enfrentadas. Mientras tanto la calle parecía distraerse con el cambio de rumbo de la ciudad, enfrascada en debates periodísticos sobre los bandos en contienda y noches bien regadas por la legal cocaína, el sorprendente jazz y una animación sin precedentes en todos los barrios, sobre todo en el Distrito V, que al cabo de poco tiempo recibiría su sobrenombre de Barrio Chino por el canallismo imperante entre drogas, homosexualidad, timbas de juego, sexo fácil y locales que nunca cerraban.

Sirva el párrafo anterior para contextualizar el instante en esa ciudad de setecientas mil almas. La gallina de los huevos de oro dejó de ponerlos con la entrada bélica de Estados Unidos y la situación social fue agriándose, produciéndose las primeras refriegas y atentados entre trabajadores y patrones. La marea subió a lo largo del olvidado verano de 1917, cuando el Parque de la Ciudadela fue protagonista de la asamblea de parlamentarios, protesta de sus señorías ante el cierre de las Cortes y su manifiesta inactividad.

La gallina de los huevos de oro dejó de ponerlos con la entrada bélica de los Estados Unidos de América y la situación social fue agriándose

En agosto llegó el turno de la clase obrera con una huelga general que paralizó la actividad durante casi una semana. Si tuvo tanto impacto fue por la extraña unión, rara era la vez en que conseguían ponerse de acuerdo, entre la UGT y la CNT, los dos sindicatos mayoritarios. Esta última había revolucionado por completo el modus operandi anarquista. Su nacimiento en 1910 supuso abandonar la acción directa y abogar por una vía organizada. El camino estuvo sembrado de minas en forma de múltiples ilegalizaciones, etapas en la clandestinidad y una inmensa dificultad para coordinar todo el caudal asociativo del mundo laboral.

La revolución inspira

1918 se abrió con una espectacular movilización femenina como consecuencia de la inflación en productos básicos como el carbón. Las mujeres marcaron una senda a seguir que sus compañeros masculinos apreciaron por su valentía, pero la clave llegó a finales de junio, con el Congreso de Sants de la Confederació Regional del Treball a Catalunya. Por aquel entonces el impacto en el imaginario de la Revolución Rusa ya era considerable. Acudieron ciento sesenta y cuatro delegados que representaban a más de setenta y tres mil asociados de ciento cincuenta y tres sociedades obreras y sindicatos esparcidos a lo largo y ancho de la geografía catalana.

Salvador Seguí

Salvador Seguí

Salvador Seguí, mucho más que un pintor de brocha gorda, comprendió que esa dispersión dificultaba moverse con eficacia. Propuso la supresión de las federaciones basadas en oficios y la creación de Sindicatos Únicos de industria para agrupar a todos los trabajadores de un único ramo productivo. La medida suscitó un entusiasmo contagioso y, en apenas cuatro meses, durante la celebración en Barcelona de una asamblea regional, pudieron apreciarse sus frutos. El número de adscritos se había incrementado hasta las trescientas cuarenta y cinco mil personas. Por primera vez el anarcosindicalismo se sabía dotado de un arma imparable para la consecución de sus objetivos.

Casi al mismo tiempo, porque cuando hablamos de Barcelona siempre debemos recordar sus dos caras, la Lliga Regionalista aprovechó la coyuntura internacional, o la tergiversación del punto wilsoniano sobre la autodeterminación de los pueblos, para lanzar la campaña para el Estatuto de Autonomía en un fuego breve pero intenso que llegó hasta Madrid, donde se instauró una comisión parlamentaria para abordar el asunto. La propuesta, que guarda ciertas similitudes con los mecanismos que nos han llevado a la situación actual, era una plataforma perfecta para disimular la conflictividad laboral y la crisis que se cernía en el horizonte. Febrero de 1919 supuso un antes y un después. Algunos, con mala sangre, dicen que Cambó prefirió la cartera a la bandera. Es posible. El clima se había enrarecido. Las trifulcas entre catalanistas y miembros de la Unión Monárquica Nacional coparon los titulares de todos los periódicos y no pasaba un día sin incidentes remarcables. Eran fuegos de artificio. Los protagonistas estaban agazapados, a la espera de la mecha que provocara el incendio.

Una ciudad a oscuras

Todo barcelonés reconoce las tres chimeneas del Paralelo. De pequeños las confundimos con las de San Adrià del Besós. Ambas fueron el skyline de los desfavorecidos desde distintas latitudes. Las de la avenida que llegó a considerarse el Montmartre del sur simbolizaban el potencial de la Canadiense, que daba empleo a más de mil doscientos obreros.

En enero de 1919 la situación en la Ciudad Condal estaba algo más que agitada. Se rumoreaba la presencia de Lenin e incluso una agencia de noticias norteamericana aseguraba su presencia. Todo era un bulo producto del pavor a un estallido pese a la represión padecida por la CNT durante todo el invierno. La fábrica de electricidad desencadenó la tormenta. En enero varios oficinistas fueron pasados de eventuales a fijos, reduciéndose su salario mientras en las tertulias de los bares se comentaba que Fraser Lawton, el gerente de la empresa, ganaba treinta mil pesetas oro al mes.

La Canadiense
La Canadiense

Los oficinistas se levantaron bajo el lema “a trabajo igual salario igual”.El 2 de febrero los ocho trabajadores que encabezaban la protesta, miembros del Sindicato Único, fueron despedidos. Cinco de ellos pertenecían a la sección de facturación. Sus compañeros se declararon en huelga solidaria tres días después. Salieron a calle, hablaron con el gobernador, quien les prometió interceder, y al volver a su puesto se encontraron la policía impidiéndoles acceder a las instalaciones.Estaban despedidos, sin explicaciones.

La CNT movió ficha con varias jugadas magistrales para escalonar la huelga. Su comité se sabía perseguido y hasta llegó a reunirse en un camión de mudanzas del Sindicato de Transportes que recorría la ciudad para recoger a los delegados. El 21 de febrero la huelga fue secundada por todas las empresas del grupo y saltó la alarma. El 27 se unieron los trabajadores de la Sociedad General de Aguas, del Gas Lebon, única empresa extranjera del ramo sita en plaza Universidad, y los de la Catalana de Gas y Electricidad. La ciudad quedó parcialmente a oscuras durante más de una semana, con toda la producción en el dique seco y una progresiva escasez de agua.

La solución pasaba por militarizar las fábricas para restablecer el suministro. Cuando se dio la orden ni uno de los obreros dio el paso para cumplirla

En Madrid el conde de Romanones, primer ministro del gobierno central, ya había anunciado su dimisión una vez se resolviera el desaguisado. La solución pasaba por militarizar las fábricas para restablecer el suministro. Cuando se dio la orden ni uno de los obreros y empleados militarizados dio el paso para cumplirla. Entre ochocientos y cinco mil fueron detenidos, ingresando en el castillo de Montjuic, de lúgubre fama tras los fusilamientos en 1893 del tipógrafo Paulí Pallàs y los acusados por la bomba del Corpus en 1896.

La situación era desesperada y las manecillas del reloj jugaban a favor de los intereses de la CNT que, en otra descarga de alto voltaje, instauró la censura roja para impedir la publicación en la prensa diaria toda noticia relacionada con el asunto de la Canadiense, finalmente desbloqueado gracias a la visión política de Romanones, quien al ver la cerrazón de los mandamases empresariales mandó a Barcelona a José Morote, subsecretario de Presidencia, para mediar. Llegó acompañado de Carlos Montañés y Gerardo Doval, quienes ocuparon respectivamente el cargo de gobernador civil el primero y jefe de policía el segundo. Era una última carta en una mesa ardiendo, con el estado de guerra declarado y un panorama abocado a un bucle de caos.

JORDI COROMINAS I JULIÁN

Este nuevo planteamiento confirió esperanzas entre los trabajadores, quienes no cejaron en su empeño de ir a por lo máximo posible, proponiendo como inamovibles los siete puntos que siguen a continuación: Readmisión de los despedidos, aumento de sueldos, garantías para evitar represalias, jornada de ocho horas, abono de jornal íntegro en caso de accidente, cincuenta mil pesetas por indemnización y salarios caídos durante la huelga. Lawton los aceptó el 17 de marzo de 1919 tras la exigencia de Romanones, quien presionó a Montañés para que resolviera el conflicto en veinticuatro horas, pues planeaba la amenaza de Largo Caballero, entonces dirigente de la UGT, de convocar una huelga general en todo el país sino se solucionaba el conflicto de Barcelona.

Victoria y tragedia

El comité de huelga aceptó levantarla una vez liberaran a todos los trabajadores encarcelados. El 19 de marzo se convocó un mitin con más de veinte mil personas en la plaza de toro de las Arenas de Barcelona para reafirmar el acuerdo. Salvador Seguí logró vencer la reticencia de muchos de los presentes con una grandísima arenga donde desgranó la situación. Lo conseguido era increíble. La revolución completa podía esperar. Se habían plantado los cimientos.

Sabotaje al tranvía en Barcelona en la huelga de 1919
Sabotaje al tranvía en Barcelona en la huelga de 1919

El triunfo fue tan grande que desencadenó la reacción de la patronal.Durante los siguiente cuatro años Barcelona fue la ciudad que se mataba por las calles, un episodio histórico siempre mal explicado y manipulado hasta la extenuación incluso por Eduardo Mendoza, quien tejió una gran novela con ‘La verdad sobre el caso Savolta’, pero sólo, que ya es bastante, recogió la atmósfera, no así la verdad de tan trágicos hechos. Lo mismo puede decirse de ‘La sombra de la ley’, última producción dirigida por Dani de la Torre. Quizá el único capaz de reproducir la intensidad de aquellos años fue Antonio Soler en ‘Apóstoles y Asesinos’ (Galaxia Gutenberg), cuyo único defecto es haber sido tan preciso que tiene más magma de ensayo que de novela.

Desde 1890, con la instauración de la jornada del primero de mayo, la clase trabajadora había reclamado los tres ochos. Ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio, ocho horas de sueño. El 3 de abril de 1919 el conde de Romanones firmaba el decreto que promulgaba a partir de octubre del mismo año la jornada de ocho horas para todos los trabajadores españoles. Dimitió tras estampar su rúbrica.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/cultura/2019-01-19/jornada-ocho-horas-huelga-canadiense-centenario_1767114/

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Peleas, insultos… el 90% de los profesores vive situaciones de violencia en su colegio

El Confidencial

El 90% de los profesores viven situaciones de violencia en sus centros de Primaria y Secundaria españoles, según una encuesta del sindicato de funcionarios docentes CSIF, presentada este viernes 12 de febrero, que coincide con la aprobación de la reforma del Observatorio de Convivencia Escolar en el Consejo de Ministros de hoy.

Peleas, insultos, vejaciones entre los alumnos, vandalismo, destrozos de material, conflictos con componente racista y enfrentamientos a través de las redes sociales son las situaciones de violencia más habituales descritas por los 2.000 docentes encuestados. Estos profesores advierten también de las amenazas que sufren por parte de las familias, además de la falta de respeto,de reconocimiento de la autoridad docente, violencia psicológica y situaciones de indefensión.

El estudio revela que más de la cuarta parte de los encuestados considera que la vida en el centro educativo «no es agradable» y que la disciplina es «insuficiente». Según ha explicado el presidente del sector educativo del sindicato, Mario Gutiérrez, más de la cuarta parte de los profesores considera que la vida en las aulas no es agradable y que la disciplina es insuficiente. De hecho, tres de cada cuatro docentes siente que tiene muy poca o ninguna autoridad.

Para abordar estas situaciones, el sindicato ha presentado el servicio CSIF Ayuda Profes, un gabinete psicológico especializado en asesorar, prevenir y tratar este tipo de situaciones. El sindicato ha alertado de que además de las situaciones graves de violencia, como las agresiones o acoso escolar, a diario se suceden episodios «más sutiles y latentes» en las aulas, para las que reclama actuaciones preventivas y el reconocimiento de la autoridad de estos profesionales.

La profesora Encarna Abascal ha detallado que para el profesor «es más importante y grave la violencia del día a día soterrada» que incluso a veces se normaliza, como los alumnos que faltan al respeto, interrumpen las clases y el docente tiene que imponerse». «A veces los profesores no tienen esa autoridad suficiente para parar estas situaciones», ha lamentado Mario Gutiérrez, quien ha denunciado que los profesores aseguran que no siempre tienen el apoyo de la dirección o de los otros compañeros.

La profesora Abascal ha advertido de que «esa violencia se va amplificando y trasladando a la sociedad». Para el responsable de Educación del CSIF «ha existido una permisividad y se ha normalizado una violencia de baja intensidad que se ha ido tapando y para solucionarlo hay que dar el nombre al problema porque es habitual que se llame problema de convivencia».

Las situaciones de violencia y acoso entre los niños también se perciben en la etapa de primaria y ha alertado del pico que se produce con el móvil

Además, ha explicado que esas situaciones de violencia y acoso entre los niños también se perciben en la etapa de primaria y ha alertado del pico que se produce coincidiendo con el regalo del móvil a los niños en las Comuniones, en tercero y cuarto curso. El sindicato considera que los recortes en personal, el incremento en la ratio de alumnos por clases y el horario lectivo, así como el déficit en las plantillas de apoyo, está dificultando la prevención de estas situaciones.

«Es evidente que las administraciones no quieren mostrar el problema porque es tirar las piedras sobre su tejado», ha dicho Gutiérrez, quien ha lamentado que cuando se produce algún caso de suicidio «había habido denuncias». Sobre la aprobación hoy en el Consejo de Ministros de la modificación del Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar con el fin de luchar contra el acoso en las aulas, el responsable del CSIF ha puesto en cuestión la eficacia de este organismo, porque ha dicho que se creó en 2007 y «apenas se ha reunido en dos o tres ocasiones».

El sindicato considera «muy preocupantes» estos datos y plantea la necesidad de alcanzar un pacto social, en el que se involucren todos los agentes de la comunidad educativa, medios de comunicación, sociedad civil y responsables políticos . «El profesor necesita que su trabajo sea valorado y las campañas de los medios de comunicación son fundamentales», ha concluido.

Fuente del articulo: https://www.elconfidencial.com/espana/2018-01-12/peleas-insultos-profesores-violencia-colegio_1504964/

Fuente de la imagen: https://www.ecestaticos.com/imagestatic/clipping/df7/f05/df7f05b8f6cc6cd7ecc0bcf2a37c4f92

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Qué se celebra el Día del Trabajador: por qué el 1 de mayo se vincula con Chicago

Por: El Confidencial

La lucha de los trabajadores de finales del siglo XIX por conseguir una jornada laboral de ocho horas fue la mecha que hizo explotar una huelga masiva.

El Día del Trabajador se celebra el 1 de mayo. Tan señalada fecha, considerada festivo nacional y por lo tanto no laborable ni lectiva en todo el país, no solo se conmemora en España: también en el resto del mundo el primer día del quinto mes del año se festeja de una manera especial por la historia que arrastra el origen de este acontecimiento. Como curiosidad, a pesar de que la iniciativa surgió en Estados Unidos, en este país y en Canadá el Día del Trabajo se decidió celebrar el 1 de septiembre por miedo a que el comunismo arraigara en la nación.

Para remontarse a los orígenes del Día del Trabajador y conocer por qué se celebra el 1 de mayo hay que trasladarse hasta el año 1886 de Estados Unidos. Aquella época estaba marcada por la lucha que habían empezado los trabajadores para conseguir una jornada laboral de 8 horas y echar por tierra la norma que establecía la única limitación de no poder trabajar más de 18 horas seguidas sin causa justificada. En caso de incumplimiento de esta ley, la sanción a las empresas era de 25 dólares –unos 670 dólares actuales–.

Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormick, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!, escribió Fischer

Puesto que el día tiene 24 horas, los sindicatos consideraban justo que solo un tercio de la jornada se empleara en el trabajo. Los otros dos tercios corresponderían al tiempo dedicado a la familia y otros quehaceres y a las correspondientes 8 horas de sueño. Si los patronos no respondían a la petición, los trabajadores amenazaron con empezar una huelga que comenzó el 1 de mayo.

Siete de los ocho condenados por las revueltas en Haymarket
Siete de los ocho condenados por las revueltas en Haymarket

En Chicago, una de las ciudades con peores condiciones laborales del país, la huelga se prolongó durante tres días más y se registraron violentos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes que acabaron con casi una decena de muertos y múltiples heridos.

En la plaza de Haymarket, la tensión entre las autoridades y los trabajadores alcanzó su punto máximo: explotó un artefacto que terminó con la vida de un policía. Tras el estallido, las fuerzas de seguridad responsabilizaron a los manifestantes de la muerte y se detuvo a más de 30 personas.

De ellas, tres fueron condenadas a prisión y otras cinco fueron sentenciadas a pena de muerte en la horca –entre ellos, el periodista Adolf Fischer, autor de una proclama revolucionaria publicada en su periódico–. Su asesinato les encumbró con el nombre de ‘mártires de Chicago’, y en 1889 se declaró el 1 de mayo como el Día del Trabajador. La lucha obrera había conseguido que los sectores patronales accedieran a implementar la jornada de ocho horas.

Fuente: http://www.elconfidencial.com/sociedad/2017-04-27/dia-trabajador-que-celebra-1mayo-origen-historia_1373942/

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Neurociencia y educación

Por: El confidencial

Comienzan a dibujarse las líneas esenciales de ese negocio: los sistemas educativos, la educación a lo largo de toda la vida o los productos potenciadores del cerebro

Intento mantenerme al día en temas de neurociencia y educación, cosa que me resulta cada vez más difícil. En un archivo especial, voy acumulando las nuevas publicaciones, a la espera de poder estudiarlas, cosa que hago periódicamente. Estos días me dedico a ello con más intensidad. Acabo de participar en unas jornadas sobre ‘Neurociencia y liderazgo’, participaré en otras sobre ‘Neurociencia y educación’ en el mes de abril, organizadas por el Ministerio de Educación, y preparo el prólogo a un libro sobre este tema escrito por Tomás Ortiz, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. Los temas neurológicos están de moda.

Me produce gran incomodidad que la ciencia se utilice retóricamente. La teoría de la relatividad o la física del caos se emplean para explicar cualquier cosa, desde las infidelidades matrimoniales a las oscilaciones de la bolsa, cuando en realidad no tienen ningún sentido fuera de las ecuaciones matemáticas en que se expresan. Con la neurología sucede lo mismo. Se habla de neuroeconomía, neuromarketing, neuropolítica y, por supuesto, de neuroeducación. ¿Es pura retórica? Muchos científicos se quejan de que se haya producido una industria de la ‘brain-based-education’, basada en neuromitos y no en datos científicos (Ansari Coch, De Smeth 2011). En España, ha sido especialmente crítico con este deslumbramiento por todo lo que comience por ‘neuro’ Marino Pérez Alvárez, catedrático de la Universidad de Oviedo, que niega que la neurología esté en estos momentos en condiciones de proporcionar conocimientos a la psicología (‘Frente al cerebrocentrismo, psicología sin complejos‘).

Líneas esenciales del negocio

La ‘educación basada en el cerebro’ ha dado origen a una pujante industria basada en el ‘brain-training’, que forma parte a su vez de una ‘industria del IQ’. En el mundo empresarial se empieza a hablar de que el próximo gran negocio será el del IQ, el del cociente intelectual. La revista ‘Forbes’ dedica su portada del 19.11.2012 a “The $ Trillion opportunity”: la educación. Comienzan a dibujarse las líneas esenciales de ese negocio: los sistemas educativos, la educación a lo largo de toda la vida, los productos potenciadores del cerebro, las interacciones cerebro-tecnologías de la información, la selección genética de la inteligencia. Por eso, voy a dedicar tres artículos a estos temas. El de hoy, para mencionar lo que sabemos acerca de las relaciones entre neurología y educación. Los próximos, el negocio del ‘entrenamiento cerebral’ y a la ‘industria de la educación’.

Empieza a resolverse el gran obstáculo que impedía la aplicación de la neurología a la escuela. La neurología ha progresado mucho

¿Qué descubrimientos neurológicos podemos provechar en educación? Losfundamentales son los siguientes:

1. Los estudios sobre plasticidad del cerebro muestran que nuestra capacidad de aprender a cualquier edad es mayor de la que pensábamos.

2. Empieza a resolverse el gran obstáculo que impedía la aplicación de la neurología a la escuela. La neurología ha progresado mucho en el estudio de la ‘sintaxis’ neuronal, es decir, en cómo se originan y se transmiten los impulsos nerviosos, en la estructura de las redes, pero menos en cómo esos impulsos se convierten en significados (semántica) y en significados conscientes. Estos son, sin embargo, los que manejamos en la escuela. El estudio del reconocimiento de patrones está sirviendo de nexo entre la sintaxis neuronal y la semántica.

Proyecto del cerebro. (EFE, Laurent Guillaron)
Proyecto del cerebro. (EFE, Laurent Guillaron)

3. Estamos conociendo los cambios que se dan en el cerebro adolescente, lo que nos va a permitir aprovechar esa ‘segunda edad de oro’ del aprendizaje.

4. Progresamos en el conocimiento de la memoria, que es el órgano del aprendizaje y, por lo tanto, el fundamento de la educación. Dos temas destacan por su relevancia educativa. En primer lugar, la neurología de la formación de hábitos, que son el núcleo del aprendizaje. En segundo lugar, los estudios sobre la memoria en acción (‘working memory’), que nos dicen que la inteligencia es fundamentalmente gestión de la memoria. Un concepto, pues, revolucionario.

Progresamos en el conocimiento de la memoria, que es el órgano del aprendizaje y, por lo tanto, el fundamento de la educación

5. Pero, sin duda, el tema estrella de la neuroeducación es el descubrimiento de las ‘funciones ejecutivas’ del cerebro, que nos brinda un nuevo concepto de la inteligencia y del aprendizaje. Espero no dejarme llevar por un error de perspectiva, ya que es lo que estudiamos en la cátedra ‘Inteligencia ejecutiva y educación’, que dirijo en la Universidad Nebrija, de Madrid. El cerebro tiene una estructura dual: un nivel generador de ideas y un nivel que dirige ese mecanismo hacia metas elegidas. Es una estructura que descubrimos en el cerebro, en la inteligencia humana, en la arquitectura de los ordenadores, y en la inteligencia de las organizaciones. Es, pues, una teoría integrada de la inteligencia. La estructura básica está formada por sistemas neuronales que trabajan con gran autonomía, fuera del control de la conciencia. Se denomina ‘inconsciente neuronal’ o ‘nuevo inconsciente’, pero prefiero llamarlo ‘inteligencia generadora’ (Marina, J. A. ‘La inteligencia ejecutiva‘). En él tienen un protagonismo especial los hábitos intelectuales, emocionales y conductuales. Es lo que el premio Nobel Daniel Kahneman denomina ‘sistema 1’. Una pequeña parte de la información manejada por él pasa a estado consciente. Asciende al sistema 2, al que denominamos ‘sistema ejecutivo’. Desde él, el sujeto elige sus metas, da órdenes al sistema 1, y evalúa sus resultados. Dicho así, debe sonar muy críptico, pero así funcionamos. La inteligencia ejecutiva organiza y gestiona la actividad de la inteligencia generadora. La educación tiene como finalidad la construcción de ambos niveles.

Creo sinceramente que comprender y aprovechar estos conocimientos puede permitirnos un salto de gigante en la educación. La próxima semana les contaré si los métodos de entrenamiento del cerebro sirven para esto.

Fuente:http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/educacion/2017-03-28/neurociencia-y-educacion_1356074/

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Desigualdad, crecimiento y sectarismo: réplica a cuatro economistas y un filósofo

Por: Juan Ramón Rallo

El liberalismo defiende la igualdad ante la ley; el socialismo una igualdad de resultados asociados al esfuerzo; la socialdemocracia, una igualdad de aquellas oportunidades

La igualdad es un valor presente en la mayoría de ideologías: desde el liberalismo al socialismo, pasando por el republicanismo o el utilitarismo, casi todas las personas sienten algún tipo de vinculación moral con la igualdad. Por supuesto, no todas ellas entienden la igualdad del mismo modo: el liberalismo defiende la igualdad ante la ley; el socialismo una igualdad de resultados asociados al esfuerzo o a las necesidades; la socialdemocracia, una igualdad de aquellas oportunidades suministradas por el Estado de Bienestar; el nacionalismo, una igualdad de pertenencia al grupo condicionada por las características étnicas de cada individuo; el republicanismo, una igualdad democrática en la conformación del bien común, etc. Pero todas ellas sí la glorifican en cierta medida.

Dos de mis últimos artículos en este medio han versado sobre la igualdad —“¿Perjudica la igualdad al crecimiento económico?” y “La desigualdad no genera infelicidad”— y han levantado cierta polémica, dado que contradecían varias proposiciones básicas de quienes consideran relevante interpretar la igualdad económica de un determinado modo —bajas dispersión en la distribución de la renta— y colocar esa concepción de la igualdad como una de las metas de nuestras políticas públicas.

Cuatro economistas y un filósofo —Manuel Hidalgo, Kamal Romero, Gonzalo López, Jorge Díaz y Borja Barraguéconsideran que las conclusiones alcanzadas en sendos artículos son “deshonestas” por manipular la evidencia científica en la que se fundamentan. Para demostrar su acusación, los cinco analistas repasan críticamente la literatura que menciono para respaldar mis tesis. Como a continuación expondré, las críticas que efectúan contra la literatura que referencio son apresuradas, desinformadas, parciales y —si todo lo anterior es deliberado— deshonestas, de modo que en absoluto logran el propósito que pretendían alcanzar: más bien tiendo a pensar que cosechan el opuesto, a saber, ilustrar un profundo sesgo de confirmación ideológico de los cinco replicadores.

Antes de responder punto por punto a las críticas que exponen, permítanme reescribir resumidamente la tesis que desarrollo en los dos artículos anteriores (invito al lector a que relea esos dos artículos para que compruebe que la siguiente síntesis es del todo fidedigna):

  1. La desigualdad de rentas puede acarrear efectos negativos sobre el crecimiento (por deterioro del capital humano y por ruptura de la cohesión social) pero también efectos positivos (vía incentivos a la formación y al ahorro). El resultado a priori es indeterminado.
  2. Un meta-análisis de los papers que estudian la relación entre desigualdad de renta y crecimiento concluye que la misma es estadísticamente significativa, pero no económicamente relevante (Neves et alii 2016).
  3. La desigualdad que se gesta por un empobrecimiento de las rentas bajas sí tiene efectos negativos sobre el crecimiento; la que se gesta por un aumento de las rentas altas posee efectos positivos (Voitchovsky 2005).
  4. La desigualdad en los países desarrollados no tiene efectos negativos sobre el crecimiento; la desigualdad en los países en vías de desarrollo sí (Kolev y Niehues 2016).
  5. En definitiva, la desigualdad que resulte del enriquecimiento de aquellos individuos que se esfuercen, que ahorren y que innoven es positiva para el crecimiento económico (Castells-Quintana y Royuela 2017).
  6. La desigualdad de la renta —como variable separada de otras variables socioeconómicas— puede acarrear efectos negativos sobre la felicidad (por la llamada “ansiedad de estado”) pero también efectos positivos (por el llamado “factor esperanza”). El resultado a priori es indeterminado.
  7. La desigualdad de rentas no tiene ninguna influencia sobre la felicidad en los países desarrollados y está vinculada a una mayor felicidad en los países en vías de desarrollo (Kelley y Evans 2017).

La desigualdad de rentas puede acarrear efectos negativos sobre el crecimiento pero también efectos positivos

En su réplica, los cinco analistas no han disputado ninguna de estas conclusiones: simplemente han intentado reinterpretar o desacreditar los papers en los que se basan para, de ese modo, demostrar que yo los he distorsionado con la finalidad de alcanzar este conjunto predeterminado de conclusiones. A continuación, examinaré las (pobres) críticas que lanzan contra cada uno de los cinco papers referenciado

1. Sobre (Neves et alii 2016): Se me reprocha que oculte que este paper afirma que la desigualdad de riqueza sí afecta negativamente al crecimiento económico; también se me reprocha que oculte que en el paper se sostiene que la desigualdad de ingresos sí tiene consecuencias negativas en los países en vías de desarrollo.

a. Mi objeto de estudio en ambos artículos es la desigualdad de renta: tanto cómo afecta la desigualdad de renta al crecimiento cuanto a la felicidad. En particular, mi primer artículo pretende dar una réplica a los recientes estudios de la OCDE y del FMI que relacionan desigualdad de la renta con un menor crecimiento. Si la desigualdad de riqueza afecta al crecimiento económico —y por qué canales lo hace— merecería ser objeto de otro estudio que en todo caso no resultaría incompatible, sean cuales sean sus conclusiones, con el que de mis dos otros artículos.

b. Que la desigualdad de la renta afecta negativamente al crecimiento de los países en vías de desarrollo es algo que yo mismo recalco en mi artículo. Me autocito: “Si separamos entre desigualdad en los países subdesarrollados y los países desarrollados, descubriremos que la desigualdad solo está negativamente relacionada con el crecimiento en los países subdesarrollados, no en los desarrollados”. Extraño que se me reproche ocultar aquello que yo mismo expongo.

c. Por cierto, muy significativo que lo único que sean capaces de recriminarle mis cinco replicadores a este paper sean esos dos puntos auxiliares: en esencia, porque el estudio de Evans et alii es un meta-análisis que estima el efecto medio hallado por el conjunto de papers publicados entre 1994-2014 a propósito de la influencia de la desigualdad sobre el crecimiento. Si mis cinco replicadores dan por bueno el paper con esas dos salvedades, están dando por bueno que la literatura científica a propósito de desigualdad de la renta y crecimiento económico concluye que los efectos de la desigualdad de ingresos sobre el crecimiento económico son irrelevantes económicamente dentro de los países desarrollados (justamente, una de las tesis de mi artículo). Si creen que, por el contrario, el paper de Neves et alii padece otros problemas más graves que socavan sus conclusiones sobre los efectos de la desigualdad de renta, habría estado bien que los pusieran de relieve con preferencia sobre esas dos glosas completamente auxiliares que han escrito.

2. Sobre (Voitchovsky 2005):Se me critica que yo supuestamente diga que el paper contiene datos de países desarrollados y en vías de desarrollo, cuando sólo contiene de los segundos; también se me reprocha que el paper adolezca de deficiencias metodológicas que el propio ensayo reconoce y que yo oculto.

a. En ningún momento digo que el paper de Voitchovsky analice el efecto de la desigualdad tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo (al contrario, el paper al que remito para estudiar las diferencias entre ambos grupos de países es [(Kolev y Niehues 2016]). El paper de (Voitchovsky 2005) nos permite conocer los efectos asimétricos de un aumento de la desigualdad por empobrecimiento de las rentas bajas o por un enriquecimiento de las rentas altas en los países desarrollados. Y con tal finalidad lo referencio.

b. Las deficiencias metodológicas que se le suponen al paper son, en realidad, sus fortalezas. En concreto, Voitchovsky argumenta que no encuentra ninguna relación estadísticamente significativa entre desigualdad y crecimiento económico cuando se pretende relacionar desigualdad sólo con el índice Gini, o sólo con la ratio 90/75 o sólo con la ratio 50/10; sin embargo, sí encuentra una relación estadísticamente significativa cuando se relaciona desigualdad con las tres variables a la vez o sólo con el índice Gini y la ratio 90/75. ¿Qué quiere decir esto para la autora? Que los efectos de la desigualdad sobre el crecimiento se desarrollan a través de diversos canales y, por tanto, hace falta especificar un modelo que contenga más de una medición de desigualdad —como proxies de distintos canales de la transmisión de esa desigualdad— para obtener resultados verdaderamente significativos. Y, al hacerlo, la autora llega a las conclusiones ya mencionadas: el aumento de la desigualdad en las rentas altas (medida por la ratio entre la renta del percentil 90 y del percentil 75) tiene una influencia positiva sobre el crecimiento. Permítanme que cite a la propia autora: “La influencia distintivamente positiva de la desigualdad en la parte alta de la distribución de la renta podría reflejar los mecanismos beneficiosos de la desigualdad que han sido identificados por la literatura, como son los incentivos, la innovación o el ahorro. La desigualdad fuera de ese rango alto de la distribución de la renta y que afecta a las rentas más bajas —capturada por la influencia del coeficiente Gini y una vez controlamos la influencia de la ratio 90/75— está negativamente relacionada con el crecimiento, probablemente por canales como restricciones crediticias a la inversión en capital humano, mayor delincuencia e inseguridad o mejor esfuerzo laboral. Estos efectos enfrentados de la desigualdad en distintas partes de la distribución de la renta permiten explicar por qué ninguna medición de igualdad en solitario resulta significativa por su cuenta: porque las distintas mediciones de desigualdad están positivamente correlacionadas entre sí”. Lo dicho: según (Voitchovsky 2005), la desigualdad gestada en la parte alta de la distribución de la renta está relacionada con mayor crecimiento y esta conclusión no se ve aguada por la deficiencia metodológica presuntamente descubierta por mis cinco replicadores.

3. Sobre (Kolev y Niehues 2016): En este caso, los cinco analistas no se atreven a acusarme de tergiversar el mensaje del paper, pero sí me critican por escoger un ensayo con tantas fallas metodológicas. En concreto: a) usar una muestra demasiado pequeña de observaciones; b) tomar datos sólo a partir de 1990; c) no controlar la influencia de la redistribución de la renta; d) no realizar un correcto análisis de robustez.

a. El paper de (Kolev y Niehues 2016) utiliza una muestra de 682 observaciones procedentes de 113 países. Evidentemente, juzgar una muestra como demasiado pequeña siempre tiene algo de subjetivo: ¿a partir de qué cantidad de datos reputamos la muestra como suficiente para inferir resultados generales? En este sentido, podría suceder que nuestros cinco analistas tuvieran un grado de exigencia muy grande acerca del tamaño de la muestra y que, sinceramente, 682 no les parecieran bastantes. Sin embargo, también podría suceder que nuestros cinco autores utilizaran distintos estándares de exigilibilidad cuando un paper ofrece resultados que les son ideológicamente favorables (relejando en tal caso la muestra mínima exigida) que cuando alcanza resultados ideológicamente incómodos. Y mucho me temo que esto último es lo que sucede. Por ejemplo, Manuel Hidalgo, uno de los cinco replicadores, recomendaba hace algunos meses echar mano de los recientes papers del FMI y de la OCDE para ilustrar la relación negativa entre desigualdad y crecimiento económico. ¿Cuál es el tamaño de la muestra de estos dos papers recomendados por Manuel Hidalgo para ilustrar que la desigualdad sí perjudica al crecimiento económico? El ensayo del FMI utiliza un máximo de 828 observaciones, mientras que el de la OCDE apenas emplea 127 observaciones de 31 países (Kolev y Niehues también emplean una muestra más restringida de 205 observaciones en 33 países para medir los efectos específicamente en la OCDE). ¿Cómo es posible que 682 observaciones sean suficientes para desdeñar un paper y, en cambio, 127 basten para avalar otro paper? Pues porque uno dice “aquello que no me gusta” y el otro alcanza conclusiones que “sí me gustan”. ¿Deshonestidad intelectual?

b. Cuando los cinco analistas afirman que (Kolev y Niehues 2016) únicamente toman datos a partir de 1990, desconozco qué paper exactamente habrán leído. De hecho, en este punto hallamos una nueva muestra de la impostura intelectual de los cinco replicadores. Es verdad que Kolev y Niehues realizan una primera regresión restringida con datos sólo a partir de 1990, pero acto seguido efectúan otra mucho más amplia tomando datos desde 1970. ¿Y por qué realizan una primera regresión sólo a partir de 1990? ¡Porque intentan replicar los resultados del paper de la OCDE que —recordemos— Manuel Hidalgo recomienda para analizar los efectos de la desigualdad sobre el crecimiento? Cito a Kolev y Niehues: “Primero, analizamos la relación entre desigualdad de la renta y crecimiento económico en una selección de países de la OCDE. Más en particular, tratamos de investigar los drivers del efecto significativamente negativo de la desigualdad en los períodos de crecimiento estudiados por Cingano (2014) [el paper de la OCDE sobre crecimiento-desigualdad]. Más adelante, replicamos esos resultados usando el período de tiempo 1970-2010”. Dicho de otro modo, el paper de la OCDE es una referencia a pesar de que sólo mide los efectos de la desigualdad a partir de 1990; el paper de Kolev y Niehues es malo porque sólo mide los efectos a partir de 1990 (cuando, en realidad, los mide desde 1970). Recomendaría una lectura más calmada de los papers antes de pretender tirarlos por tierra.

c. Es verdad que Kolev y Niehues no controlan sus resultados por redistribución de la renta: pero los autores lo que pretenden medir es el impacto del aumento de la desigualdad que se ha producido durante los últimos años —gracias o a pesar de la redistribución— sobre el crecimiento económico. Si los cinco replicadores pretenden sugerir que, en ausencia de redistribución de la renta, la desigualdad habría aumentado más y que esa potencial mayor desigualdad sí habría afectado negativamente al crecimiento económico, es muy legítimo que lancen semejante hipótesis: pero, en tal caso, lo que tendrán que hacer es demostrarla valiéndose de la evidencia (cosa que no hacen). Kolev y Niehues lo que pretenden probar, y lo que prueban, es que el aumento de la desigualdad experimentado en Occidente durante los últimos 45 años no ha afectado negativamente al crecimiento económico.

d. Por último, acusar a Kolev y Niehues de no controlar correctamente la robustez de sus resultados también me resulta bastante hipócrita. Nuevamente, uno puede ponerse muy exquisito con los resultados de un paper y exigir muchas especificaciones alternativas de tu modelo para comprobar que las conclusiones alcanzadas son verdaderamente sólidas. Lo que no tiene sentido es aplaudir papers con problemas evidentes de robustez y, al mismo tiempo, desdeñar otros con menores problemas de robustez. En concreto, el paper de Kolev y Niehues lo que justamente demuestra es la falta de robustez del informe de la OCDE sobre desigualdad-crecimiento (el paper que Manuel Hidalgo recomienda para probar efectos negativos de la desigualdad). ¿Por qué? Pues porque el informe de la OCDE sólo toma datos a partir de 1990, de manera que sus resultados dependen del sesgo introducido por la experiencia de los países ex comunistas (países con una baja desigualdad de partida y unos altos ritmos de crecimiento debido a un proceso de convergencia global). En suma, puede que haya que exigirle mayor robustez a (Kolev y Niehues 2016), ¿pero entonces cómo puede avalarse un paper con problemas de robustez mucho mayores y evidentes?

4. Sobre (Castells-Quintana y Royuela 2017): Los cinco analistas me reprochan que recurra a este paper para demostrar mi afirmación de que “la desigualdad derivada de que un conjunto de personas se enriquezcan muy significativamente merced a su trabajo duro, a su asunción de riesgos, a su innovación tecnológica, a su inversión en modelos de negocio generadores de valor —y no a los privilegios políticos— no daña en absoluto el crecimiento económico: al contrario, lo impulsa”. A su entender, este paper prueba que la desigualdad perjudica en agregado al crecimiento económico.

a. No deja de ser llamativo que uno tenga que volver a explicar por enésima vez lo mismo, en especial a presuntos especialistas en la materia. La desigualdad que “exterioriza situaciones de pobreza que impiden a una parte de la población acceder a una buena formación y a unos buenos cuidados sanitarios” sí perjudica al crecimiento económico; la desigualdad que exterioriza ahorro, esfuerzo e innovación no lo hace. Esa es la tesis de todo mi artículo y, por supuesto, también es la tesis de Castells-Quintana y Royuela. Me permito citar las conclusiones de su paper: “Cuando la desigualdad está asociada a la inestabilidad política y la conflictividad social, al rent seeking y a políticas distorsionadoras, a menores capacidades de inversión en capital humano, y a un mercado interno estancado, lo esperable es que perjudique al crecimiento económico, tal como han señalado numerosos autores. Así, en tales casos, mejorar la distribución de la renta puede potenciar el crecimiento económico, sobre todo en países pobres donde los niveles de desigualdad son normalmente muy altos. Sin embargo, un cierto grado de desigualdad también puede ser positivo, como también ha sido argumentado desde un punto de vista teórico por la literatura científica y como este paper evidencia empíricamente. Un cierto grado de desigualdad puede desempeñar un rol beneficioso sobre el crecimiento económico cuando la desigualdad viene motivada por las fuerzas del mercado y está relacionada con el trabajo duro y con motores del crecimiento tales como la asunción de riesgos, la innovación, la inversión en capital y las economías de aglomeración”. Lo dicho: la desigualdad generada por empobrecimiento de las rentas bajas es perjudicial; la derivada del enriquecimiento de rentas altas —y no vinculada a favores políticos— es beneficiosa.

5. Sobre (Kelley y Evans 2017): Se me reprocha que distorsione el mensaje de ambos autores, pues supuestamente ellos no afirman que la desigualdad genere felicidad, sino que la desigualdad está asociada a aumentos de la renta y esos aumentos de la renta son los que generan el aumento de la felicidad a pesar del aumento de la desigualdad.

a. En mi artículo no sostengo que la desigualdad genere indiscriminadamente felicidad. Lo que digo es que es la desigualdad es irrelevante en los países desarrollados y positiva sobre la felicidad en los países en vías de desarrollo. Me autocito: “En los países desarrollados, la desigualdad social exhibe una influencia irrelevante sobre la felicidad (aunque la felicidad sí depende de otras variables que, como el empleo, la educación o la salud, se asocian erróneamente con la desigualdad dentro del imaginario colectivo); en cambio, en los países en vías de desarrollo, la desigualdad suele acarrear efectos positivos sobre la felicidad debido a la potente influencia del “factor esperanza”, a saber, la expectativa de que los ciudadanos más pobres irán prosperando conforme el país continúe creciendo”.

b. El análisis de Kelley y Evans no vincula el aumento de la felicidad en los países desarrollados al aumento de la renta de los pobres: precisamente, todo el paper de Kelley y Evans es un intento de medir la influencia de la desigualdad sobre la felicidad, desligándola de la influencia positiva que sí tiene un incremento de la renta sobre la felicidad. Como ya he explicado, ambos autores atribuyen la correlación positiva entre felicidad y desigualdad en los países en vías de desarrollo al “efecto esperanza” de que los pobres actuales verán aumentar sus rentas en el futuro. Tan es así que los autores tienden a cuestionar las políticas de redistribución de la renta por el daño que pueden causar sobre la felicidad: “En los países en vías de desarrollo, la desigualdad contribuye a incrementar la felicidad. Esto da que pensar que los actuales esfuerzos de agencias como el Banco Mundial, consistentes en reducir la desigualdad de la renta, dañan potencialmente el bienestar de los países pobres”. Uno podrá criticar las fallas metodológicas del paper de Kelley y Evans (aun echando mano de malas críticas), pero lo que no debería hacer es tergiversar la diáfana conclusión de su paper: lo que quieren medir, lo que creen que están midiendo y lo que dicen que están midiendo es muy claro. Mejor no confundir al lector.

En definitiva, Manuel Hidalgo, Kamal Romero, Gonzalo López, Jorge Díaz y Borja Barragué firman un escrito acusándome de deshonestidad intelectual por tergiversar y seleccionar interesadamente los papers con los que avalar mi postura supuestamente preconcebida. Pero una revisión cuidadosa de las críticas que estos cuatro economistas y un filósofo dirigen contra mi interpretación y selección de los mencionados papers pone de manifiesto que los únicos que han realizado una lectura apresurada, torpe, sesgada y prejuiciosa de los trabajos referenciados son ellos. A buen seguro se podrán emitir críticas fundamentadas a esos papers, y es una obviedad que la ciencia siempre debe seguir investigando para confirmar o desmentir resultados pasados, pero los reproches que estos cinco analistas efectúan a estos ensayos no son buenos reproches y, si algo hacen, es reforzar sus conclusiones: “si esto es todo lo que se os ocurre criticar, es que van por el buen camino”.

Empero, lo más llamativo de todo es que estos cinco autores no se hayan preocupado por lanzar críticas equiparables contra informes con muchísima más repercusión mediática —por ejemplo, el de la OCDE que sí encuentra una relación negativa entre desigualdad y crecimiento— y que exhiben fallas metodológicas bastante más evidentes y graves que las de cualquiera de los trabajos referenciados. De hecho, no sólo no se han lanzado en tromba contra esos informes, sino que incluso han llegado a recomendarlos como evidencia de sus proposiciones ideológicas. ¿A qué viene semejante trato asimétrico? Obviamente, a que acogen entusiasmados aquella evidencia que confirma sus teorías pero, en cambio, tratan de desacreditar la que las contradice. Semejante sesgo de confirmación es algo muy humano: en ocasiones, todos somos víctimas de él. Ahora bien, lo que distingue a un científico honesto de otros deshonestos no es tanto lograr escapar siempre del mismo —objetivo imposible— sino esforzarse por no sucumbir sistemáticamente a él. A veces conviene buscar menos pajas en el ojo ajeno y más vigas en el propio. Con todo, y a diferencia de ellos, no voy a tener la osadía, la arrogancia y el sectarismo de calificar su artículo de desvergüenza intelectual porque desconozco si su recurrente manipulación de cada uno de los papers analizados —así como del contenido de mis artículos— ha sido un ejercicio deliberado o un error meramente accidental: por sus rectificaciones los conoceremos.

Fuente:http://blogs.elconfidencial.com/economia/laissez-faire/2017-03-20/desigualdad-crecimiento-sectarismo-intelectual_1351347/

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