Estrategia de la educación para la paz a través del pensamiento crítico

08 de febrero de 2018 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org/

Por: Iliana Carriazo Julio

El propósito del texto: promover el pensamiento crítico en los actores educativos como una estrategia para una educación pacífica, desde la necesidad de transformar los conflictos y formar a los seres humanos de una forma integral, desde un interés emancipador.

Ante el gran reto de dar cumplimiento al acuerdo final de paz, donde se construya una cultura pacífica, es indispensable que se planteen estrategias desde la educación.  Con esta perspectiva, el tema de la paz se ha convertido en una prioridad en las instituciones educativa, el punto no es tenerlo organizado en documentos, el punto es que se dé una verdadera transformación de los conflictos y aplicar las estrategias para lograrlo.

Es así como el tema de la paz no se puede limitar a algo netamente político, porque desde esta óptica no se conseguiría mucho, para desarrollarlo en las instituciones, es indispensable que se haga desde lo social, donde cada uno de los actores educativos participen desde su pensamiento crítico, donde se promuevan estrategias  que permitan transformar el paradigma y los imaginarios que impulsan actualmente las prácticas de la violencia.

En este sentido, el tema de educación para la paz debe ser visto de una forma holística, basado en los seis principios en los que se centra: educar para vivir con justicia, educar para promover los derechos humanos y la responsabilidad, educar para construir el respeto cultural, la reconciliación y la solidaridad, educar para vivir en armonía con la tierra, educar para cultivar la paz interior y educar para desmantelar la cultura de guerra (Toh, 2007).

Para asumir esta perspectiva, se debe hacer con autonomía y responsabilidad, lo cual se sustenta en Grundy (1991), al plantear que “Un curriculum emancipador supone una relación recíproca entre autorreflexión y acción” (p.134). Esto conlleva a que se desarrolle un currículo a través de la interacción dinámica de la acción y la reflexión donde los participantes en el encuentro educativo se concibe de una forma negociada y nunca impuesta.

Contenidos de una educación para la paz

Para alcanzar el propósito de esta investigación orientado a promover el pensamiento crítico en los actores educativos como una estrategia para una educación pacífica, desde la necesidad de transformar los conflictos y formar a los seres humanos de una forma integral, desde un interés emancipador, se sustenta teóricamente en Habermas. (1972), al señalar que el cognitivo emancipador constituye un tipo de ciencia mediante los que se genera y organiza el saber en la sociedad. A saber, la crítica. (p. 308). Es así como como un tema como la paz que recoge múltiples visiones debe estar dirigido al reconocimiento permanente del otro, la comprensión, cooperación y responsabilidad, lo que quiere decir, que se debe inculcar desde lo axiológico.

Educar para la paz implica generar espacios donde se desarrolle la compasión y el alcanzar la paz interna y esto se puede dar cuando las personas pueden expresar desacuerdos, discutir, deliberar, respetando claro está la idea del otro y donde se pueda adquirir un compromiso social que transforme el mundo individual, lo que lleva a transformar socialmente. Desde esta perspectiva apoyada en autores como Fisas, Lederach y principalmente Swee-Him Toh, quien plantea la propuesta de la metáfora de los seis pétalos de la educación para la paz, se define cada una de ellas:

Educar para vivir con justicia y compasión

Para educar con una vivencia de justicia y compasión, es importante tener en cuenta la teoría de la no violencia de Galtung y el propósito de la comunicación no violenta de Marshall Rosemberg, que buscan crear conexión humana donde sea posible que se den los sentimientos reales de las personas y sus necesidades, basados en la perspectiva de una condición de cooperación y bienestar donde lo más importante es desarrollar una  responsabilidad de reconocimiento a las  condiciones de violencia estructural  para de esta forma se aplique una comunicación empática.

Educar para promover los derechos humanos y la responsabilidad

Es indispensable que cada ciudadano conozca sus deberes y derechos, para ello Jares (1999) propone: que se estudien diferentes declaraciones de protección de derechos humanos, utilizar mecanismos audiovisuales que permitan dar a conocer la temática de derechos humanos o críticas de vulneración (ej: películas) y hacer juegos de simulación y de roles.

Educar para construir el respeto cultural, la reconciliación y la solidaridad

En palabras de Toh (2007), se debe promover una armonía activa para vivir de una manera no violenta en especial si somos un país multicultural y diverso. Desde esta idea Torres (1991) ratifica esta idea, al decir que es indispensable que se valoren las diferencias de todas las personas, donde ellas se sientan orgullosas de la identidad cultural y haya un proceso de aceptación de ellos y de los demás.

Educar para vivir en armonía con la Tierra

Para que exista una armonía con el todo, se debe educar para el desarrollo sostenible, lo que implica cuidar y reconocer todo lo que tiene que ver con la madre tierra. Por lo tanto, la educación ambiental se debe convertir en un estilo de vida y una ideología.

Educar para cultivar la paz interior

Desde esta mirada, es un gran reto, porque cada persona se convierte de su propia historia y es artífice de los procesos de transformación a través de proyectos de emancipación y desarrollo tal como lo plantea Fisas.  Esta educación plantea una mirada hacia nuestro propio interior donde se pueda tener una participación con el otro y se asuma que estos actos puedan transformar la realidad. Zurbano (1998) es otro de los autores que sustenta este principio, al decir  que un tema o enseñanza clave para la vida es la paz o la convivencia pacífica, y esta se logra a través del ser humano quien necesita aprender a relacionarse con los demás.

Educar para desmantelar la cultura de la guerra

A través de este componente, se deben entender los conflictos y saberlos transformar, tal como lo plantea Galtung (1997) “educar para la paz  es enseñarle a la gente a encarar de manera más creativa, menos violenta, las situaciones de conflicto y darle los medios para hacerlo.

Cabe resaltar que se debe hacer una diferencia entre lo que es conflicto y violencia.

El conflicto hacer parte de las relaciones humanas, mientras que la violencia es algo que se puede evitar, debido a que es la  supuesta forma de resolver el conflicto. Para poder terminar un conflicto es indispensable que nos centremos en las relaciones, con una mirada a largo plazo para poder transformar la situación que se hace de este un problema recurrente y se debe ver la crisis como una oportunidad para  intervenir.

Enfoques que promueven la educación para la paz

Los diferentes enfoques que se abordan, demandan el ejercicio de pensar desde una perspectiva dialógica, participativa y horizontal, en la educación para la paz, donde el pensamiento crítico es el elemento clave. Entre ellos están: a) enfoque participativo y horizontal: garantiza que los procesos sean inclusivos, donde sea necesaria la aplicación de una metodología innovadora que permiten fortalecer y enriquecer los procesos formativos a través del desarrollo de capacidades humanas donde se fomente la participación equitativa a través del diálogo y la escucha.

En ese orden de ideas, b) enfoque vivencial o experiencial, también conocido como enfoque socio afectivo, donde el individuo es un sujeto activo y protagónico de su proceso de conocimiento, acompañado de la reflexión, análisis, critica y síntesis que de acuerdo a Kolb (2015) dan paso a la formulación de preguntas, desarrollo de la creatividad, investigación, curiosidad y construcción de significados. Desde el c) énfasis en las emociones y la neuroconvivencia, Saez, McGeeham y Mora (2015), plantean la importancia de prestar atención a las emociones, debido a que el aprendizaje está atravesado por la emocionalidad y esta es gran aliada para el desarrollo de cualquier proceso o actividad humana.

Por otro lado el d) enfoque apreciativo genera estrategias de trabajo que parten de un propósito común para potencializar los recursos. Se trata de un empoderamiento y fortalecimiento del capital social presente, fomentando la búsqueda de acciones colectivas que llevan a alcanzar ese propósito en común. Otro enfoque es el e) de evaluación formativa, donde la evaluación se realiza desde la persona participante, con indicadores de desempeño cognitivo, valorativo y procedimental, tal como lo presenta Mejía. En ese orden de ideas el f) enfoque artístico y lúdico plantea la importancia de desarrollar las capacidades creativas   como elemento fundamental para generar transformaciones sociales, donde se refuerzan y refrescan las habilidades para encender de forma más significativa el cerebro, como lo sustenta Coe (2011).

Otro enfoque g) el reflexivo, busca que el aprendizaje se lleve a través de la reflexión de sus vidas, actividades y cotidianidad. Se debe buscar la participación activa y el análisis de las temáticas, de modo que se pueda activar la curiosidad. Desde el h) enfoque diferencial se reconocen a las personas y los colectivos, sus particularidades y necesidades específicas para alcanzar mejores niveles de bienestar. Desde este enfoque se derivan acciones tendientes a garantizar la equidad e igualdad.

Herramientas para transformar hacia una cultura de paz

Una vez se conocen cada uno de los enfoques que promueven una educación para la paz a través del pensamiento crítico, es indispensable dar a conocer el cómo hacerlo,  y esto es a través de herramientas que serán útiles a la hora de promover para que se de esa cultura pacífica. A continuación se mencionan cada una de estas herramientas, cuyos principios son las de generar transformaciones necesarias como aporte a una sana convivencia:

  • Preparación y facilitación de espacios de diálogos: los conflictos se pueden transformar a través de diálogos intencionados y bien preparados. Para ello es indispensable que se planee y prepare cuidadosamente tanto el espacio como los propósitos de los diálogos.
  • Comunicación no violenta: promover la comunicación efectiva que permita que se transformen los conflictos de forma pacífica. Esta estrategia sigue cuatro pasos que expresan sentimientos y emociones, de la siguiente manera: cuando pasó, yo me sentí, porque yo necesito, quisiera saber si es posible.
  • Identificación de tipos de violencia: cuando se reconocen los tipos de violencia, se pueden plantear acciones que vayan a encaminadas a mejorar esa situación que se encuentra identificada.
  • Mapeo de actores y relaciones en el conflicto: según Lederach “si eres parte del problema, entonces eres parte de la solución”. Cuando se analiza cómo se desarrolla y se sostiene el conflicto, se puede encontrar la forma de transformarlo pacíficamente.
  • Provención: desarrollar en las personas las aptitudes necesarias para afrontar un conflicto. Esta se puede trabajar por niveles: presentación, conocimiento de sí mismo y de la otra persona, aprecio de sí mismo (autoestima), confianza en sí mimo y en los demás, comunicación efectiva, cooperación de grupo.
  • Metodologías reflexivas/pensamiento analítico: algunas de estas metodologías son: indagación (generar preguntas que fomenten el debate), investigación, escritura inmediata, autoevaluación, socialización.
  • Educación crítica para la paz: se elaboran pautas para desarrollar una línea de educación crítica, que buscan una postura para hacer conciencia a través del dialogo, imaginar alternativas no violentas, proveer modos específicos de empoderamiento, generar acciones transformativas, promover reflexión y compromiso.
  • Didáctica viva: busca humanizar el proceso de aprendizaje y generar un espacio en el que las personas lleguen a acuerdos, construyan confianza y usen las emociones como medios de aprendizaje para poder construir tejido social.
  • Pedagogía del diálogo: es la estrategia que hace del aprendizaje un proceso recíproco en el que a través del intercambio de ideas, se estimula la reflexión permanente, se favorece la producción de acuerdos, se permite el aprendizaje recíproco, se genera una dinámica de conciencia y responsabilidad social y se reconoce la validez del conocimiento y experiencias de los actores.

Conclusiones

Desde el interés emancipador, se logra comprometer a la comunidad educativa a ser creadores activos que promuevan una educación para la paz con ideas claras, concretas, producto de una construcción que será estable y duradera, donde se estimula la reflexión, el goce de la plena libertades, igualdad y la potenciación de las capacidades individuo. Es así como se genera la transición hacia una cultura de paz, donde el diálogo y el pensamiento crítico son las claves principales para llegar a acuerdos y tomar  decisiones que facilitan la transformación de los conflictos.

A través de las diversas estrategias planteadas, se dan elementos que fortalecen significativamente la creación de alianzas para desarrollar capacidades de diálogo e interlocución que lleve a cabo un proceso más asertivo de educar pacíficamente y construir una cultura de convivencia sana donde se respeten los derechos humanos y se promuevan los valores. También se desarrollan capacidades y acciones colaborativas entre la comunidad que reconstruyen la confianza y hacen transformaciones positivas en las relaciones.

Desde la misma educación, el diseño o el contenido curricular debe tener una interacción dinámica de la acción y la reflexión, como un acto para construir o reconstruir reflexivamente el mundo social. Esto quiere decir que el currículo debe ser concebido como algo negociado y nunca impuesto y teniendo en cuenta los pétalos de la educación para la paz, se deben trabajar de manera transversal.

Referencias

Galtung, J. (2003). Paz por medios pacíficos: paz y conflicto, desarrollo y civilización. Bakeaz y Gernika Gogoratuz .

Galtung, J. (1998) Tras la violencia, 3R: reconstrucción, reconciliación, resolución. Afrontando los efectos visibles e invisibles de la guerra y la violencia, Bilbao-Gernika, Bakeaz – Gernika Gogoratuz.

Habermas, J. (1992). Teoría de la acción comunicativa II: Crítica de la razón funcionalista. Trad. Manuel Jiménez Redondo.

Habermas, J. (2005).Teoría de la Acción Comunicativa ii. Crítica a la razón funcionalista (M. Jiménez Redondo, Trad.). México: Taurus.

Oficina del alto comisionado para la paz (2017). ¿Qué es educar y formar para la paz y cómo hacerlo? Educación y pedagogía para la paz – Material para la práctica. ARKO Consult S.A.S. Bogotá D.C. Colombia.

Oficina del alto comisionado para la paz (2017). Acción CaPaz: Estrategias de capacidades para la paz y la convivencia. Tell. Bogotá D.C. Colombia

Oficina del alto comisionado para la paz (2017). Facilitación de diálogo y trnaformación de conflictos: conceptos y herramientas básicas para la práctica. www.grafoscopio.co. Bogotá D.C. Colombia

Zurbano, J. (1998). Bases de una educación para la paz y la convivencia. [Pamplona]: Departamento de educación y Cultura.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/opinion-y-analisis/columnas/estrategia-de-la-educacion-para-la-paz-traves-del-pensamiento-critico

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Calidad docente: 21 aspectos a revisar para el maestro del siglo XXI

09 de agosto de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Iliana Carriazo Julio

Mucho se habla de la calidad educativa pero es importante aclarar qué aspectos hacen que un docente sea un profesional de calidad para alcanzar dicha meta.

“Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.” 
Pitágoras

La calidad es un tema de moda que hoy en día es muy mencionado en la Educación, bajo el nombre de calidad educativa. Aunque la calidad es un aspecto muy macro, para poder hacer parte de ese andamiaje es indispensable que uno de los actores principales para que esto se dé, en este caso los docentes, estén comprometidos con la causa. Es por ello que se requiere hacer un análisis más profundo, que podría ser denominado calidad docente, con el fin de conseguir escuelas efectivas.

Al estar en la docencia, no hay distinción si es pública o privada, si es formal o informal, es una opción de vida. Para ser docente requiere tener vocación. Esta es la que hace que día a día esté motivado y motivando al estudiante con un sentir social y con una capacidad de inspirar para que ellos hagan parte de una forma activa en el proceso educativo. No cabe duda que si queremos calidad en la educación, el docente requiere tener calidad en su labor diaria y una alta motivación. Aquí el punto es determinar si definitivamente quien se dedica a esta labor es consciente del rol tan importante que representa y que hace parte del desarrollo de una sociedad. Lo más significativo es garantizar que exista un compromiso individual, del yo, en primera instancia, donde se influya en el desarrollo de competencias en el ámbito personal y profesional a través de formación permanente, tal como se da con las TIC, el mundo está cambiando, por ende los que se dedican a esta gran profesión, también.

Esta afirmación planteada, lleva a quien se dedica a la docencia a cuestionarse si en realidad realiza su profesión con calidad, para ello es indispensable hacer un proceso de reflexión sobre 21 aspectos que encierra ciertas características que son necesarias para llevar a la efectividad de los procesos formativos, ellos son:

1. ¿Sabes los que significa la palabra docente o maestro?: Según el diccionario de la Real academia de la Lengua, docente se define como: “Individuo preparado y capacitado con estudios superiores que ejerce o enseña una disciplina, asignatura o ciencia”. De esta manera se puede afirmar que ser docente es una acción individual que se enfoca en actividades de tipo pedagógico, con un compromiso imprescindible el de educar verdaderamente y eso solo se consigue si se tiene un conocimiento previo. Querer ser docente viene de una convicción, la de ser maestro, y esto contribuye a que se den varias acciones de tipo social, intelectual, afectivo, que día a día se debe perfeccionar.

Lo anterior lo podemos complementar con lo que dice Gibran, Khalil: “Aquel que desee convertirse en maestro del hombre, debe empezar por enseñarse así mismo antes de enseñar a los demás; y debe enseñar primero con el ejemplo antes de que lo haga verbalmente. Pues aquel que se enseña a sí mismo y rectifica sus propios procedimientos, merece más respeto y estimación que el que enseña y corrige a otros, eximiéndose a él mismo”. 

2. Eres un docente comprometido: en realidad eres consciente de la gran responsabilidad que tienes con el rol docente. Un docente comprometido lo primero que debe hacer es reflexionar sobre su práctica, si se esfuerza con sinceridad en ser cada día mejor, si se  preocupa por su estudiante, por sacar lo mejor de él, por preparar sus clases sin ir a improvisar, si se renueva y tiene la capacidad de involucrar al estudiante al proceso formativo con pasión.  Si su compromiso con la enseñanza le permite admitir que se equivocó e inclusive que desconoce algo.

3. Sabes leer: muchos dirían que es absurdo hacer este tipo de reflexión, si se “supone” que haber terminado una secundaria o una profesión, lo mínimo requerido es que se sepa leer, pero esto va más allá, el problema no es que sepa que la m con la a es ma, la real preocupación es que tanta comprensión lectora tengo. Es alarmante que un docente no sepa interpretar el pensamiento de otros, y peor aún, se le dificulte el leer un libro o un artículo que sea de  interés, no solo a nivel profesional, sino a nivel personal.  ¿Cómo queremos inspirar a nuestros estudiantes para que lean y comprendan si nosotros no somos ejemplo?

4. Sabes escribir: al igual que el aspecto anterior, se “supone” que escribimos. La pregunta va más allá: ¿redactamos bien? ¿hacemos un escrito que tenga hilo conductor? Exigimos y criticamos a los estudiantes, pero que tanto doy yo con mi ejemplo. Y lo más impactante que tan buena ortografía tengo: ¿sabe la diferencia entre ves y vez? Suena que es lo obvio y las personas que estén leyendo este escrito, pensarán que estoy desenfocada al plantear estos aspectos, pero lo anterior  está basado en la realidad de algunos docentes. No son todos pero es importante que nos cuestionemos y garanticemos que nuestra labor está enfocada en lograr la efectividad en el aprendizaje.

5. Estoy comprometido con el saber convivir: al ser docente no es solo enseñar y lo que me toca, hay un aspecto de índole transversal que hace parte del proceso enseñanza – aprendizaje y es el saber convivir. Se debe fomentar el sentido de los valores como el respeto, la tolerancia, la responsabilidad, la humildad, la solidaridad que hoy en día son tan necesarios y que se están perdiendo. No es hacer una asignatura que los trabajes, es que todos estemos comprometidos por fomentar el saber convivir desde mi práctica.

6. Soy puntual: como estoy en la posición de formar a otros, ser impuntual podría generar indisciplina y mala disposición del estudiante para su proceso de aprendizaje.  El ser puntual genera certidumbre en el estudiante, proyecta respeto hacia él y no se debe dar el lujo de permitir que se piense lo contrario.

7. Evalúo o califico: que tanto estoy comprometido con el proceso de aprendizaje, si lo más importante es que se dé un resultado cuantitativo o si estoy comprometido con ‘cualificar’ el aprendizaje y la comprensión de cada uno de los conceptos. El evaluar no debe ser sinónimo de terror o de coacción.

8. Mejoro mis estrategias pedagógicas: me preocupo por un aprendizaje autónomo que me permita actualizarme en cuanto a las estrategias pedagógicas que puedo aplicar y ser innovador a la hora de transferir el conocimiento.

9. PHVA para los ambientes de aprendizaje: utilizo el ciclo PHVA (Planear – Hacer – Verificar – Actuar) a la hora de desarrollar la práctica pedagógica en ambientes de aprendizajes, propicios e indicados que permitan una mejor aprehensión.

10. Formación: me preocupo por actualizarme sea a través de formación constante y continua o de manera autónoma, desarrollando competencias profesionales que promoverán más adelante en el estudiante el experimentar, indagar,  construir un pensamiento crítico y reflexivo.  Si tengo una profesión diferente a la educación y soy docente, debo preocuparme por aprender aspectos esenciales de la pedagogía, que me van a permitir ejercer mejor mi rol y no desmeritarme frente a la calidad educativa.

11.  Soy ecológico: valoro el medio ambiente, promuevo la responsabilidad ambiental que tenemos con el planeta y la vida misma en armonía con la naturaleza. Por ejemplo: qué hago con un papel que deseo botar  y no hay una caneca cerca. La respuesta que me dé a este interrogante, promoverá el hecho de la enseñanza que imparto a través del ejemplo.

12. Uso de las TIC: qué tan comprometido, actualizado y responsable soy con el uso de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) y qué promuevo con mis estudiantes estando en el aula. Me apoyo en las TIC con videos, internet, documentales, evaluaciones virtuales para el proceso de enseñanza – aprendizaje.

13. Promuevo proyectos: con mis estudiantes promuevo nuevos proyectos que trabajen el conocimiento de una forma didáctica, que trasversalmente promuevan el sentido de responsabilidad y emprendimiento.

14. Hago reconocimiento individual: reconozco y valoro el desarrollo individual, observando comportamientos y procesos de aprendizaje.

15. Me preocupo por el bienestar integral: todos debemos estar comprometidos con el bienestar integral, no con el protagonismo y el yo-ismo, que tal vez produzca una satisfacción personal, pero no contribuye para nada en el bien común y por ende en entregar calidad al proceso educativo.

16.  Me preocupo por aprender o saber una segunda lengua: es imprescindible que en la actualidad nos enfoquemos en desarrollar esta competencia que es muy necesaria para las condiciones de globalización.

17. Equilibrio: debemos preocuparnos por estar en armonía con nosotros mismos, con nuestra familia, con nuestro hogar, con nuestros compañeros, con los estudiantes y con la misma comunidad educativa. Si no consigues esto, no puedes dar, lo que no tienes y lo que puedes proyectar y enseñar es incertidumbre y angustia. Recuerda que tú haces un aporte al estudiante, no importa si es grande o pequeño, lo que importa es que ese aporte influye en la vida de alguien, de manera positiva o negativa.

18. Comunicación asertiva: debemos lograr que el contenido del mensaje no se pierda. A la hora de querer transmitir un mensaje, debemos ser coherentes con lo que queremos decir y expresar, sin atacar o que la persona se sienta atacado. Es llegar a la solución del aspecto que se quiera tratar.

19. Saber para servir: nuestro conocimiento no es para medir a la hora de ser docente que se más que otro, es de lógica que es así, sino no podrías ser docente. Nuestro saber es una oportunidad de impactar de manera social a alguien. De servir (dar algo en beneficio de otro) y nuestra vocación no debe permitir que esto se olvide. No soy docente para demostrar qué tanto sé, soy docente para servir, inspirar, convocar, al llamado de alguien sediento de conocimiento.

20. Tolerancia: un buen docente mantiene la calma o serenidad en situaciones difíciles. Ser tolerante en ningún momento te hace perder la autoridad. Lo importante es dejar las reglas claras. El punto es ejercer una práctica docente donde se dé calidez, consejos, comprensión, el saber reflexionar y mostrar caminos.

21. Disposición para enseñar: no es solo que sea una persona culta o que sepa expresar sus conocimientos de forma verbal. Un docente con calidad debe ir más allá, debe estar ligado a la vocación y al sentimiento, su disposición a la enseñanza es la que define su práctica. Se logran mejores resultados con pasión, placer al realizar la práctica y compromiso.

A modo de conclusión, nuestra profesión docente es un gran compromiso social, no es fácil, en especial si te propones cumplir con cada uno de los aspectos que aquí se mencionan. Es preciso que edifiquemos en primera instancia nuestro futuro, pensando siempre que inspiramos a otros para que edifiquen el suyo. Un buen docente, educa, descubre, investiga, se sorprende, reconoce y sabe convivir. Pensemos en ser recordados por la pasión que transmitimos, las estrategias que aplicamos, la vocación que impartimos y el extraordinario profesional que podemos ser despertando en nuestros estudiantes y compañeros, cariño, respeto y admiración, convirtiéndonos en un docente con calidad, lo que nos llevaría a la calidad educativa.

Bibliografía

Gracia, D. La vocación Docente, Universidad Complutense de Madrid.
Diccionario de la Real Academia española: lema.rae.es
Fuentes, T. La Vocación Docente: Una experiencia vital. Ars Brevis 2001
Larrosa Martínez, Faustino (2010). Vocación docente versus profesión docente en las organizaciones educativas. REIFOP, 13 (4). (Enlace web: www.aufop.com)

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/calidad-docente-21-aspectos-revisar-para-el-maestro-del-siglo-xxi

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Una óptica de por qué la Investigación en el contexto Educativo

02 de agosto de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org/

Por: Iliana Carriazo Julio

La praxis pedagógica en Colombia no tiene conexión con el punto de vista investigativo.

Una gran falencia que se vivencia y evidencia hoy en día en la educación, es la praxis pedagógica desde el punto de vista investigativo, y es claro que la educación en Colombia no tiene esa conexión.  La investigación debe constituirse como parte fundamental de la formación integral de los estudiantes, ya que es  una poderosa herramienta de transformación emocional e intelectual del ser humano, en la medida que se siga fomentando su inclusión en los diferentes programas académicos a todo nivel y se cambie la concepción de la misma.

En el contexto educativo, se ve la necesidad de comprender los distintos fenómenos que se presentan en el quehacer pedagógico,  tanto en el interior como en el exterior de las aulas, en la vida institucional y en la vida  comunitaria. Logrando, de este modo, generar innumerables interrogantes que pueden llegar a opacar a los métodos que se utilizan en el proceso de enseñanza e incluso las hipótesis que se plantean, debido a que las respuestas que se buscan tal vez se dan pero sin sentido o con estadísticas huecas que no tienen fundamentación.

Concluyendo puedo decir,  que una motivación de un  proceso investigativo,  es la comprensión de los aspectos personales y académicos,  que pueden influir en la vida de los estudiantes, tales como: las experiencias previas asociadas a su propia vida como estudiantes, a la educación y a la relación con sus docentes y la comunidad.

Lo importante en todo proceso de enseñanza – aprendizaje, es garantizar un desarrollo formativo significativo que pueda trabajar con parámetros verdaderos. Es de anotar que la  investigación educativa  indaga desde una perspectiva interna, es decir, parte de la propia práctica docente y considera a los docentes y estudiantes como participantes activos. Es necesario fortalecer la presencia de docentes  que investiguen sus propias prácticas desde una acuciosa observación y reflexión crítica sobre su actuación, preocupándose  por la innovación educativa y por su propia autoformación como profesionales. El carácter investigativo de la práctica del docente, adquiere significado cuando esta práctica proporciona elementos para descubrir las causas de los problemas con los cuales trabaja en el aula, en la escuela, en la comunidad y avanza en aproximaciones sucesivas hacia una acción  de carácter transformador. Se trata no sólo de que el docente conozca esa realidad, sino que enfrente la dinámica de  su transformación y se abra a una experiencia distinta y renovada. Las situaciones problemáticas  que surgen del trabajo cotidiano constituyen una fuente rica en oportunidades para generar investigación  en torno al carácter de las prácticas pedagógicas.

(Martínez, 2007) lo resume de la siguiente manera: “La investigación educativa se hace conveniente y necesaria porque facilita realizar las siguientes acciones: 1. Dar respuesta a la necesidad de conocer y mejorar una determinada realidad educativa. 2. Innovar en educación y analizar los resultados y eficacia de dichas innovaciones para avanzar en la mejora de los resultados educativos. 3. Formular juicios de valor sobre la situación estudiada (evaluación), y establecer las causas que inciden sobre ella (diagnóstico). Esto facilita poder intervenir para potenciar, modificar y mejorar las situaciones educativas. 4. Tomar decisiones y, en su caso, generalizar conclusiones que puedan estar afectando por igual a muchos sujetos o situaciones, lo que amplía la posibilidad de actuar sobre ellas y de rentabilizar los recursos y las inversiones que se hacen en tiempo, esfuerzo y presupuesto al investigar. 5. Valorar el grado en que se alcanzan determinados objetivos educativos.”

El docente siempre se encuentra en  ambientes complejos donde se da la diversidad de los sujetos que aprenden. Ello implica que como base de su actuación, se encuentra la continua indagación para sustentar la necesidad de perfeccionamiento de su trabajo. De esta forma se puede decir que se presentan dos pilares esenciales sosteniendo este proceso: uno la ciencia pedagógica contemporánea y otro la  investigación científica desde modelos alternativos.  Ese docente que investiga será un modelo de actuación  para  sus  estudiantes, le encomendará tareas variadas y fundamentalmente, no estructuradas, para que pueda florecer la libertad en la búsqueda,   en las acciones y resultados, de modo tal que al presentarse diversas realizaciones, todos crezcan desde una visión que asuma la dialéctica relación entre lo individual y lo social, intrínseca a toda educación bien entendida.

Concluyendo puedo decir,  que una motivación de un  proceso investigativo,  es la comprensión de los aspectos personales y académicos,  que pueden influir en la vida de los estudiantes, tales como: las experiencias previas asociadas a su propia vida como estudiantes, a la educación y a la relación con sus docentes y la comunidad.  Luego de la investigación y la obtención de resultados, se implementan las estrategias necesarias, para que los estudiantes mejoren en el proceso de aprendizaje, sin olvidar la transversalidad con el aspecto  convivencial, porque irían de la mano.

Bibliografía

López y Farfán. La Investigación Educativa Como Base De La Nueva Educación. Congreso Estatal de Investigación Educativa Actualidad, Prospectivas y Retos 4 y 5 de Diciembre del 2006

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/una-optica-de-por-que-la-investigacion-en-el-contexto-educativo

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Un cambio de Chip para el concepto de evaluación

26 de julio de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Iliana Carriazo Julio

Es necesario analizar el propósito de la evaluación para poder replantearla de una forma constructiva, que vaya más allá de lo cuantitativo

En pleno Siglo XXI existe una gran confusión como es el caso del concepto de la evaluación, que vale la pena traer a colación debido a que repercute en la transformación que queremos en la educación. Cuando pensamos en evaluación, inmediatamente surge la parte cuantitativa, llega a la mente calificación y de hecho este aspecto si está relacionado, pero, es trascendental que se tenga una claridad como docentes de qué y para qué evaluamos a nuestros alumnos.

Según (Morales, P), “este tipo de confusión (evaluar=calificar, aprobado=objetivos conseguidos) puede llevar a conclusiones equivocadas, a las que se puede llegar de manera casi inconsciente, e impedir, dificultar o rescatar eficacia a la reflexión crítica sobre todo el proceso; y con más razón si consideramos que esta reflexión (evaluación) debe ser el punto de partida para la toma de decisiones, cambios, etc.”.

Una vez planteado esta errónea identificación entre lo que es evaluar y calificar, surge una gran expectativa: “todo aquel que ejerza la práctica docente debe tener un cambio de chip con lo que se refiere al concepto de evaluación y sus implicaciones, si quiere detectar dificultades y establecer mecanismos de mejora que ayuden al proceso de calidad asociado a excelentes resultados”.

Se debe acabar la obsesión por la calificación, lo que implica esto, la nota, una medición,  y la práctica pedagógica debe estar proyectada a realizar evaluación con un fin específico, el aprendizaje. Hay un gran reto, y es el de  romper el paradigma de las prácticas evaluativas. El concepto de evaluación no debería estar asociado a control, selección o exclusión (evaluación del aprendizaje), ahora debemos enfocarnos en algo más profundo: evaluamos para el aprendizaje. De acuerdo a (Lopez, V), evaluar para  el aprendizaje, implica que se dé la Evaluación Formativa, que busca:

  1. Evaluar para que el alumno mejore y aprenda más
  2. Que el docente aprenda y mejore en el proceso formativo
  3. Mejorar y orientar los procesos de aprendizaje 

(Tapias, J), lo resume de una forma muy concreta “si queremos mejorar la forma en la que evaluamos lo que nuestros alumnos saben y no saben en un momento dado, es necesario revisar que es lo que supone todo el proceso de evaluación, esto es, qué decisiones implica, qué factores afectan a esas decisiones y que efectos e implicaciones tiene evaluar de un modo u otro”.

El concepto de evaluación no debería estar asociado a control, selección o exclusión (evaluación del aprendizaje), ahora debemos enfocarnos en algo más profundo: evaluamos para el aprendizaje.

Ese cambio de chip que se requiere, debe conseguir que en la planeación del proceso pedagógico, el alumno se involucre de una forma democrática donde exista un intercambio de información, participación, diálogo y respeto.  Cuando el estudiante se implica en el proceso de evaluación, se desarrolla el aprendizaje de una forma crítica, se hace un proceso transversal al incluir en el proceso formativo los valores de responsabilidad y una educación democrática y se da una coherencia muy necesaria hoy en día, entre las convicciones educativas y los proyectos curriculares.

De todo este planteamiento, surge entonces una pregunta ¿Qué hay que hacer para lograrlo?  Una propuesta que me parece interesante y a mi juicio no está desenfocada con la innovación en la evaluación, la propone (Touron, J), esta consiste en:

  1. Redefinir el aprendizaje: lo importante no es saber las cosas, sino saber gestionar la información que hoy en día se tiene y que está a la mano de todo el mundo. A partir de aprender a seleccionar la información que realmente es importante, es que se deben plantear situaciones, problemas y nuevos modelos que permitan ser resueltos con la ayuda de la información que se tiene. Si se plantea de esta forma se puede decir que esto es una forma de evaluar.
  2. Redefinir la enseñanza: se replantea el hecho de que lo significativo no es lo que se enseña, sino como lo enseña. El docente ya no es el protagonista del proceso de la enseñanza, ese protagonismo debe transferirse al estudiante, quien debe hacer que la información fluya y luego la transforme en conocimiento. Lo verdaderamente sustancial es fomentar hábitos intelectuales.
  3. Redefinir roles: es necesario que el docente cambie su rol de expositor y pase a ser un orientador y/o asesor.  El estudiante pase a ser de espectador a protagonista del proceso.

Se puede concluir que la innovación en la evaluación es una consecuencia del planteamiento que se le dé al proceso formativo, que debe buscar el desarrollo de competencias, las cuales están asociadas a lo que se quiere hoy, la calidad educativa. La evaluación en el Siglo XXI, se puede resumir en una frase bien significativa:

 “Dime cómo evaluar y te diré como aprenden tus alumnos”

C. Monereo.

Bibliografía

  • Morales, P. La evaluación académica: conceptos y planteamientos básicos. Serie didáctica N°2, Bilbao, Universidad de Desto, 1995.
  • Tapias, J. Evaluación del conocimiento y su adquisición. Volumen II, Universidad Autónoma de Madrid, 1997.
  • Webinar #6: Personalización del aprendizaje, por Javier Tourón. Disponible en: www.youtube.com
  • Webinar #7: Nuevos modelos de evaluación, por Víctor M. López Pastor. Disponible en: www.youtube.com/

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/un-cambio-de-chip-para-el-concepto-de-evaluacion

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La nueva perspectiva de los maestros desde la interacción con la neurociencia cognitiva

19 de julio de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Iliana Carriazo Julio

La perspectiva del maestro de hoy está relacionada principalmente por el dinamismo en el aula, compromiso y futuro.

“Aun cuando el actor del comportamiento es la totalidad del sujeto y ningún cerebro aislado del resto del cuerpo puede tener actividad mental, es esta víscera el órgano fundamental en la elaboración y gobierno del comportamiento humano”

García y García (2001, p. 197)

Se deben establecer pautas que permitan formar criterios para la comprensión de la interacción que existe entre la Neurociencia Cognitiva aplicada y los procesos de enseñanza-aprendizaje. Es así,  como desde el Conversatorio de actualización pedagógica en la Universidad CUC de Barranquilla, el Dr. Juan Fernando Martínez Pérez de Braxton, Puerto Rico, que estuvo como invitado, realiza de una manera dinámica la explicación de esta interacción.

El conferencista inicia resaltando dos aspectos importantes de la temática a tratar, en primera instancia el valor agregado que se genera al trabajar los procesos formativos que tienen que ver con la neurociencia cognitiva aplicada y en segundo lugar lo que significa la vocación docente, que muchos quieren formarse como tal, pero antes se debe responder a un cuestionamiento, ¿qué lo mueve a enseñar?, si es que le gusta o simplemente lo hace porque es un empleo.

Desde la neurociencia cognitiva, se puede establecer que algunas dinámicas en el aula, encuentran sus orígenes en las actividades neuronales que puede tener un ser humano y que es el docente quien las desarrolla y potencializa,  teniendo en cuenta el acto educativo que promueva.  Es así como el docente se convierte en un actor esencial para el proceso de enseñanza aprendizaje, y el significado que encierra esta palabra va mucho más allá de las respuestas rápidas que normalmente se dan cuando se pregunta qué lo mueve a ser parte de la docencia. Desde esa óptica, se inicia con una reflexión del sistema educativo, en especial en lo que tiene que ver con la evaluación del proceso de enseñanza-aprendiza, la cual independientemente de cómo se trabaje (de forma cuantitativa o cualitativa), al final se termina dando un valor numérico.

En coherencia con lo anterior, se llega a una respuesta y es que desafortunadamente para el docente,  el estudiante bueno es aquel que se acerca a la mayor nota y es así como el maestro se vuelve ciego ante las necesidades especiales que pueda tener un individuo que está aprendiendo.  Para sustentar lo dicho, el Dr. Martínez, muestra un video de David Westery,  quien se presentó al programa ‘Anderson’s Viewers Got Talent  como «el pintor más rápido»; tenía un minuto y medio para dibujar algo en un lienzo preparado de color negro, y al ir realizando la pintura, tanto el jurado como el público se reían y murmuraban al no descifrar lo que Westery estaba haciendo, hasta que al final  el artista le da vuelta al lienzo y lo que se visualiza es el rostro de un hombre, dejando a todos con una reacción de sorpresa.

Es desde esa apreciación que se le da sentido a la siguiente frase: “cuando uno hace cosas que la gente no entiende, la gente se burla”. Este joven en particular, quien en el aula se dedicaba a dibujar y entregar una cosa distinta de lo que debía darle al docente, no le interesaba la lectura, fue exitoso en la competencia que desarrolló, la pintura, se convirtió en el artista rápido más talentoso del mundo, y es allí donde surge el siguiente cuestionamiento ¿Quién es más exitoso, quien tiene la inteligencia racional o el que tiene la inteligencia emocional? Lo primero que se destaca de la anterior inquietud, es que no existe una relación entre las dos inteligencias, una persona se hace exitosa cuando asume su vida con grandeza y esto desde la escuela se puede lograr, cuando el docente consigue que el estudiante se comprometa con el aprendizaje, que es la verdadera razón de estar en un proceso formativo.

Del anterior argumento surge otro interrogante ¿cómo puede el docente comprometer al estudiante en el proceso de aprendizaje?, la respuesta es, siendo un Maestro dinámico. Se le da significado a la palabra dinamismo: a. “Energía Activa y Propulsora” (RAE); b. “Actividad, destreza y diligencia grande” (RAE); c. Fuerza que produce movimiento” (RAE); al tener los diversos significados de la anterior palabra, se establece ahora el rol del Maestro,  quien modela y entrena a los estudiantes en las destrezas y actitudes, además de guiarlos y monitorearlos en su progreso. De allí se establece que un Maestro dinámico es el que desarrolla el pleno pensamiento y por tanto la creatividad para lograr el aprendizaje significativo y consigue que los estudiantes entiendan que son ellos los que deben aprender.

Partiendo de esa idea, el Dr. Martínez preguntó a los participantes ¿qué características se necesitan para que un maestro sea efectivo en el aula de clase?, parte de las respuestas fueron: domina la materia; promueve el aprendizaje significativo; son creativos, entre otras. Una vez se consiguió la respuesta del público, el mediador mostró las características, que él tiene identificadas: domina la materia; es flexible; acepta retos; promueve cuestionamiento; asume riesgos; creativo; posee buen humor; logra los objetivos; motiva asertivamente; es gentil y es considerado.

Lo anterior se fundamenta con las bases epistemológicas con autores como Piaget quien hace una investigación para demostrar cómo el desarrollo mental incluye la asimilación de nuevos hechos a estructuras mentales, que al asimilarlo experimentan un proceso de acomodación; en pocas palabras el estudiante tiende a pensar, pero las formulaciones de este autor, fueron criticadas por no explicar el papel social en el desarrollo mental, es así que desde otras investigaciones surge el constructivismo, donde se enfatiza en la actividad del sujeto, pues el aprendizaje se da como un proceso de construcción personal, que está mediada por la escuela y la construcción de significados, la cual está ligada a la idea de aprendizaje significativo de David Ausubel.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/la-nueva-perspectiva-de-los-maestros-desde-la-interaccion-con-la-neurociencia-cognitiva

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Diferentes visiones desde la educación para transformar socialmente

12 de julio de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Iliana Carriazo Julio

La escuela tradicional quedó atrás, se debe ajustar la forma de enseñar, con la atención centrada en el educando.

“Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él».

Kant, Emmanuel

La educación de hoy tiene una gran necesidad y compromiso, y es la de propiciar desde las escuelas procesos de transformación social. Es así como desde las alternativas educativas y pedagógicas se busca desarrollar competencias y generar una formación integral que apunte a que los ciudadanos hagan cambios sociales como respuesta a las nuevas demandas que se están dando por la globalización. Para abordar este nuevo reto, es imperioso conocer la visión que tienen distintos pedagogos reconocidos a nivel nacional e internacional, que aportan propuestas y estrategias enmarcadas en replantear las concepciones que se tienen de la educación. Es por ello,  que se trae a colación la perspectiva de cinco grandes pedagogos, así:

Giovanni Ianfrancesco (2003) plantea que los fundamentos educativos, los lineamientos curriculares, los roles que desempeñan cada uno de los actores educativos y los estándares de calidad, se conciban con una visión de cambio,  que él llama escuela transformadora. Su propuesta enfatiza en actualizar los fundamentos educativos, hacer un reajuste de los estándares de calidad y de los roles de los actores educativos, donde el educando sea un sujeto constructor de aprendizajes significativos y el educador actúe como mediador, facilitador del aprendizaje y promotor del desarrollo humano. Para el logro de estos propósitos, la escuela transformadora debe estar inspirada en lo filosófico – antropológico, psicológico – cognitivo, sociológico, epistemológico, científico – tecnológico y pedagógico.

Esta educación transformadora, se basa en organizar el Proyecto educativo institucional (PEI), los espacios, escenarios, programas, procesos, proyectos y  un modelo pedagógico holístico que desarrolle en el educando,  las dimensiones: antropológica, axiológica, ético – moral, formativa,  bio – psico – social, espiritual, cognitiva, estética,  científica, epistemológica, metodológica, tecnológica,  sociológica, interactiva y ecológica.

En coherencia con lo anterior, se espera formar al ser, desde el saber, para el saber hacer, donde la persona esté preparada para  dar respuestas novedosas a las condiciones que se presenten en el día a día; que sean agentes de cambio, promotores de progreso y es allí donde el papel del docente es fundamental, porque es él quien se debe comprometer a ser un líder transformacional, que participa activamente en el ajuste del PEI,  para responder a las necesidades de innovación educativa y pedagógica  y esté abierto a desarrollar sus dimensiones:

  • Investigativa: para describir, delimitar, definir, plantear, formular y caracterizar los problemas a los cuales deben darse solución con la formación integral de los educandos.
  • Pedagógica: para inspirar la acción educativa al interior de la institución y crear el estilo educativo particular a través del cual se formarán integralmente los educandos.
  • Didáctica: investigando sobre las mejores formas de realizar el trabajo en el aula en las distintas áreas del conocimiento, en las diferentes disciplinas y asignaturas.
  • Curricular: Contextualizando los programas, definiendo los enfoques, formulando los objetivos formativos y académicos, caracterizando los perfiles y estructurando el plan de estudios.
  • Administrativa: velando por el cumplimiento del direccionamiento estratégico en la institución, participando activamente en él.
  • Evaluativa: aplicando de forma clara los criterios, procesos, formas, instrumentos y formatos para recoger, procesa, analizar y divulgar la información.

Es desde toda esta conceptualización, que el autor afirma que se necesitan escuelas transformadoras, con un modelo pedagógico holístico, la cual tiene una misión “formar al ser humano, en la madurez de sus procesos, para que construya el conocimiento y transforme su realidad socio – cultural, resolviendo problemas desde la innovación educativa” (Ianfrancesco, 2003)

Por otro lado, Teodoro Pérez Pérez manifiesta que para vivenciar los procesos de transformación social, se requiere de un compromiso personal y profundo de la Institución y del docente. Se inspira en las frases  de Paulo Freire “La Educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo».  ” y de John Ruskin (1819-1900) “Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía” . 

Afirma la crucial importancia del ambiente escolar en la formación del cambio social y de una cultura de paz. Es desde el  clima escolar que se propicia la calidad en la educación, la cual impacta a los agentes involucrados en el acto educativo: en los educandos,  al incrementarse la motivación por aprender y la autoconfianza, mejorando sustancialmente la convivencia escolar; en los docentes, al innovar y ser diseñadores de ambientes de aprendizaje, que consoliden su liderazgo y respeto ante los educandos, propiciando una cultura democrática y una obtención de mayores desarrollos profesionales y personales.

Es así que  la educación de la calidad,  es vista como aquella que cumple a cabalidad los fines de la educación: aprender a ser (cuando se desarrollan criterios y son autónomos), aprender a vivir juntos, aprender a conocer (desarrollar capacidades para encontrar conocimiento), aprender a hacer y aprender a emprender y transformar y es desde la escuela se construye cultura ciudadana y cultura de paz. En este sentido, la educación debe  cumplir un papel clave en la transformación cultural, que haga posible una convivencia pacífica y armónica, centrado en la confianza social. No hay que desconocer que somos seres sociales y por ende cambiamos con la interacción, lo importante es que este proceso se dé a través de una comunicación efectiva.

Para que el ambiente escolar inspire una construcción de paz, se debe trabajar por el desarrollo humano y social, donde las personas tengan la capacidad de atender las diferencias a través del dialogo, lo sustenta Johan Galtung, al decir que la paz debe ser entendida como la relación social centrada en el ejercicio de los derechos humanos. Aprender a convivir pacíficamente es todo un reto, y generar una conciencia de cultura de paz, depende de cada persona, como lo dice  la Unesco, (1945), “Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”, por eso es imprescindible que se cambien las prácticas educativas que permitan la construcción de climas escolares y de aula incluyentes, acogedores, respetuosas y participativas y la sugerencia es que el docente se pregunte ¿estoy siendo capacitador o formador?.

Si se desea  obtener resultados diferentes, hay que cambiar prácticas, no se puede seguir haciendo lo mismo, para ello el docente debe estar actualizado (saber disciplinar), hacer una autoevaluación en cuanto al saber pedagógico y didáctico (me observo en mis prácticas de aula), ser respetuoso  e incluyente (reconozco la pluralidad), promover la convivencia armónica (genero acuerdos), gestionar las propias emociones para actuar con empatía y autorregularse para cumplir con las reglas y compromisos.

Desde la perspectiva de Julián de Zubiría, se hace necesario que para conquistar la paz, haya una educación pública robusta.  Para iniciar este proceso, como docentes, antes de hacer los ajustes a los fundamentos educativos y lineamientos curriculares, debemos dar respuesta a los siguientes interrogantes:

  1. ¿A qué deben ir los niños a la escuela?
  2. ¿Cambian los estudiantes sus estructuras profundas para pensar, sentir o actuar después de su tránsito por la escuela?
  3. ¿Qué entiende y qué no entiende un estudiante cuando está sentado en un salón de clases?
  4. ¿Por qué son tan bajos los niveles de interés de los estudiantes a medida que asciende en el sistema educativo?
  5. ¿Quién resuelve actualmente mejor los problemas, los que van a la escuela o los que no?

Con estos cuestionamientos y el análisis reflexivo que se dé, hay algo inmodificable y es la necesidad de un cambio de paradigma en la educación. No hay que olvidar que el papel esencial en la actualidad de los procesos formativos es desarrollar competencias de carácter integral y esto  se puede dar  trabajando las competencias transversales.

Hoy existe una gran oportunidad  en Colombia y es la de  consolidar la educación pública, la democracia y la paz. Una propuesta para ello es:

  1. Fortalecer las universidades regionales crear nuevas, con  rigurosos procesos de selección de docentes. Así se lograrán nuevos polos de desarrollo regional y se garantiza  que los jóvenes formados en ellas retornen a sus lugares de origen para impulsar y liderar procesos de desarrollo regional.
  2. Que exista  el apoyo a las universidades públicas y privadas de forma equilibrada.  Esto se puede dar trasladando a los nuevos “pilos” a las universidades públicas,  garantizando así un impulso a la educación superior mediante el giro del valor real de las matrículas por parte del Estado.

La otra oportunidad es la de fomentar las manifestaciones de afecto, que tanto se han perdido, además se debe promover el perdón y la reconciliación, ya está bueno de tanta guerra y conflicto, se debe aprovechar la visita del Papa para que seamos parte de la construcción de una cultura de paz, de transformación social y para ello se hace una invitación, que el 30 de  agosto de 2017, realicemos actividades extracurriculares  desde las diferentes instituciones educativas, que trabajen estos aspectos, es un inicio y sigamos desarrollándolas, porque es a partir de la educación que lograremos grandes cambios.

Para comprender la educación de calidad más allá del rendimiento escolar, Abraham Magendzo, es un pedagogo que plantea una  propuesta enfocada en generar controversia en el aula, para desarrollar procesos de transformación. Se sustenta en Aguerrondo (2005), quien afirma que la educación de calidad debe tener una postura integral y crítica, que desafortunadamente tiene hoy una gran falencia y es la de relacionar el  termino calidad, exclusivamente con rendimiento.

Es de anotar que la calidad no es exclusiva del rendimiento, esto ha llevado a una gran carencia y es que actualmente somos incapaces de formar ciudadanos que se comporten adecuadamente, porque tienen un rol pasivo y de escucha y lo que se requiere, de acuerdo a Magendzo, es que se den los espacios en que los estudiantes adquieran protagonismo. A través de los temas controversiales, se pretenden formar ciudadanos que sean capaces de intercambiar dialógicamente argumentos opuestos fundados en diferente interpretación de hechos y situaciones.

Con la anterior estrategia y teniendo en cuenta el entorno controversial en que se vive hoy, se deben acostumbrar a aceptar y asumir que la vida social es en sí misma controversial y, por lo tanto, tienen que aprender a asumir los valores y riesgos que esto implica. Esto conlleva a  un cambio de visión de la educación tradicional, en el que el papel del docente es controlador y solo estimula la repetición, a una postura,  donde se desarrollen habilidades de razonamiento, que capacitan para justificar opiniones y acciones, hacer deducciones, usar lenguaje apropiado para explicar sus puntos de vista, y tomar decisiones. Así mismo las habilidades para investigar, donde se hacen preguntas relevantes, planificación del qué hacer y cómo investigar, buscar soluciones y generar conclusiones; también las habilidades de pensamiento creativo, que amplían ideas, sugieren posibles hipótesis, para usar la imaginación y la búsqueda de resultados alternativos;  y por último las habilidades de evaluación que capacitan a los educandos para evaluar lo que leen, oyen y hacen, para aprender a juzgar el valor de su propio trabajo o ideas y el de los otros. (Oxfam, 2006). Es así que desde los temas controversiales, se enriquece la calidad  educativa, debido a que se crean oportunidades para los educandos, al construir una comprensión más amplia y profunda de sí mismos y de los demás; de su mundo.

Otra postura sobre la educación es la que presenta Francisco Cajiao, con la reinvención de la escuela. Hace una breve introducción desde la paleontología, haciendo la pregunta de ¿Por qué los Dinosaurios no sobrevivieron?, y la respuesta es porque el mundo cambió y los dinosaurios no.  Esto da pie para replantear la educación y los procesos de práctica educativa, no debemos ser dinosaurios.

Existe una premisa y es que hoy no sabemos bien comunicarnos con nuestros estudiantes,  nos encontramos en dos dimensiones  distintas, muchas veces existe la idea que ellos no están aprendiendo, pero esto es  errado, ellos si aprenden la pregunta es ¿Qué es lo que aprenden?.  La propuesta de  Cajiao ante esta disyuntiva es que la escuela debería servir para aprender, actuar, pensar y expresar, uno no va a la escuela a memorizar cosas.

Es de anotar que aprender no es lo mismo que enseñar, el aprendizaje es el resultado de una relación con el mundo, por eso es que debe quedar claro que los niños aprenden, pero no necesariamente lo que queremos enseñar. El aprendizaje es mucho más que información, se aprende lo que es útil, siempre se aprende lo que se necesita para sobrevivir y el docente no tiene la capacidad de saber cuál es el conocimiento que el estudiante tiene, por eso es indispensable que se reconstruya la identidad, y esto se logra cuando estamos en capacidad de dar  sentido a la vida.

En ese orden de ideas, el pensar es mucho más que aprender, implica encontrarnos con nosotros mismos y saber quiénes somos y que queremos; el expresar, es la posibilidad de compartir significados con el otro, es la base que permite hacer comunidad; y el actuar, es la acción o el camino para aprender. Se fundamenta en Celestin Freinet, desde la escuela moderna quien comprendió que el trabajo era el camino para la mejor educación, transformar la realidad y darle sentido. Desde esta perspectiva la educación colombiana debe estar enfocada en fortalecer la identidad y esto se logra  con desarrollando el pensamiento lingüístico, matemático, científico e histórico.

Se concluye entonces desde cada una de estas visiones, que debemos ser agentes de cambio social, renovando la espiritualidad, la fe y el amor, para lograr una cultura de paz.  La escuela tradicional quedó atrás, se debe ajustar la forma de enseñar, con la atención centrada en el educando. Se requiere hoy de una formación holística e integral, porque es desde la educación que se puede lograr transformar socialmente.

Referencia

Cajiao, F. (2017). La educación, la formación y la pedagogía hoy. Conferencia, Encuentro pedagógico internacional Secretaría de Educación Distrital, Barranquilla.

de Zubiría, J. (2017). ¿A qué deberían ir los niños a la escuela? Conferencia, Encuentro pedagógico internacional Secretaría de Educación Distrital, Barranquilla.

Iafrancesco V.,G. (2003). Nuevos fundamentos para la transformación curricular. A propósito de los estándares. Serie Escuela Transformadora, Libro 4, Editorial Magisterio, Bogotá, Colombia.

Magendzo, A. (2017). Comprendiendo la educación de calidad más allá del rendimiento escolar: Incursionando en una visión integral y crítica que considera a la formación ciudadadana. Conferencia, Encuentro pedagógico internacional Secretaría de Educación Distrital, Barranquilla.

Pérez Pérez, T. (2017). El ambiente escolar y la construcción de cultura de paz. Conferencia, Encuentro pedagógico internacional Secretaría de Educación Distrital, Barranquilla.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/diferentes-visiones-desde-la-educacion-para-transformar-socialmente

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