08 de febrero de 2018 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org/
Por: Iliana Carriazo Julio
El propósito del texto: promover el pensamiento crítico en los actores educativos como una estrategia para una educación pacífica, desde la necesidad de transformar los conflictos y formar a los seres humanos de una forma integral, desde un interés emancipador.
Ante el gran reto de dar cumplimiento al acuerdo final de paz, donde se construya una cultura pacífica, es indispensable que se planteen estrategias desde la educación. Con esta perspectiva, el tema de la paz se ha convertido en una prioridad en las instituciones educativa, el punto no es tenerlo organizado en documentos, el punto es que se dé una verdadera transformación de los conflictos y aplicar las estrategias para lograrlo.
Es así como el tema de la paz no se puede limitar a algo netamente político, porque desde esta óptica no se conseguiría mucho, para desarrollarlo en las instituciones, es indispensable que se haga desde lo social, donde cada uno de los actores educativos participen desde su pensamiento crítico, donde se promuevan estrategias que permitan transformar el paradigma y los imaginarios que impulsan actualmente las prácticas de la violencia.
En este sentido, el tema de educación para la paz debe ser visto de una forma holística, basado en los seis principios en los que se centra: educar para vivir con justicia, educar para promover los derechos humanos y la responsabilidad, educar para construir el respeto cultural, la reconciliación y la solidaridad, educar para vivir en armonía con la tierra, educar para cultivar la paz interior y educar para desmantelar la cultura de guerra (Toh, 2007).
Para asumir esta perspectiva, se debe hacer con autonomía y responsabilidad, lo cual se sustenta en Grundy (1991), al plantear que “Un curriculum emancipador supone una relación recíproca entre autorreflexión y acción” (p.134). Esto conlleva a que se desarrolle un currículo a través de la interacción dinámica de la acción y la reflexión donde los participantes en el encuentro educativo se concibe de una forma negociada y nunca impuesta.
Contenidos de una educación para la paz
Para alcanzar el propósito de esta investigación orientado a promover el pensamiento crítico en los actores educativos como una estrategia para una educación pacífica, desde la necesidad de transformar los conflictos y formar a los seres humanos de una forma integral, desde un interés emancipador, se sustenta teóricamente en Habermas. (1972), al señalar que el cognitivo emancipador constituye un tipo de ciencia mediante los que se genera y organiza el saber en la sociedad. A saber, la crítica. (p. 308). Es así como como un tema como la paz que recoge múltiples visiones debe estar dirigido al reconocimiento permanente del otro, la comprensión, cooperación y responsabilidad, lo que quiere decir, que se debe inculcar desde lo axiológico.
Educar para la paz implica generar espacios donde se desarrolle la compasión y el alcanzar la paz interna y esto se puede dar cuando las personas pueden expresar desacuerdos, discutir, deliberar, respetando claro está la idea del otro y donde se pueda adquirir un compromiso social que transforme el mundo individual, lo que lleva a transformar socialmente. Desde esta perspectiva apoyada en autores como Fisas, Lederach y principalmente Swee-Him Toh, quien plantea la propuesta de la metáfora de los seis pétalos de la educación para la paz, se define cada una de ellas:
Educar para vivir con justicia y compasión
Para educar con una vivencia de justicia y compasión, es importante tener en cuenta la teoría de la no violencia de Galtung y el propósito de la comunicación no violenta de Marshall Rosemberg, que buscan crear conexión humana donde sea posible que se den los sentimientos reales de las personas y sus necesidades, basados en la perspectiva de una condición de cooperación y bienestar donde lo más importante es desarrollar una responsabilidad de reconocimiento a las condiciones de violencia estructural para de esta forma se aplique una comunicación empática.
Educar para promover los derechos humanos y la responsabilidad
Es indispensable que cada ciudadano conozca sus deberes y derechos, para ello Jares (1999) propone: que se estudien diferentes declaraciones de protección de derechos humanos, utilizar mecanismos audiovisuales que permitan dar a conocer la temática de derechos humanos o críticas de vulneración (ej: películas) y hacer juegos de simulación y de roles.
Educar para construir el respeto cultural, la reconciliación y la solidaridad
En palabras de Toh (2007), se debe promover una armonía activa para vivir de una manera no violenta en especial si somos un país multicultural y diverso. Desde esta idea Torres (1991) ratifica esta idea, al decir que es indispensable que se valoren las diferencias de todas las personas, donde ellas se sientan orgullosas de la identidad cultural y haya un proceso de aceptación de ellos y de los demás.
Educar para vivir en armonía con la Tierra
Para que exista una armonía con el todo, se debe educar para el desarrollo sostenible, lo que implica cuidar y reconocer todo lo que tiene que ver con la madre tierra. Por lo tanto, la educación ambiental se debe convertir en un estilo de vida y una ideología.
Educar para cultivar la paz interior
Desde esta mirada, es un gran reto, porque cada persona se convierte de su propia historia y es artífice de los procesos de transformación a través de proyectos de emancipación y desarrollo tal como lo plantea Fisas. Esta educación plantea una mirada hacia nuestro propio interior donde se pueda tener una participación con el otro y se asuma que estos actos puedan transformar la realidad. Zurbano (1998) es otro de los autores que sustenta este principio, al decir que un tema o enseñanza clave para la vida es la paz o la convivencia pacífica, y esta se logra a través del ser humano quien necesita aprender a relacionarse con los demás.
Educar para desmantelar la cultura de la guerra
A través de este componente, se deben entender los conflictos y saberlos transformar, tal como lo plantea Galtung (1997) “educar para la paz es enseñarle a la gente a encarar de manera más creativa, menos violenta, las situaciones de conflicto y darle los medios para hacerlo.
Cabe resaltar que se debe hacer una diferencia entre lo que es conflicto y violencia.
El conflicto hacer parte de las relaciones humanas, mientras que la violencia es algo que se puede evitar, debido a que es la supuesta forma de resolver el conflicto. Para poder terminar un conflicto es indispensable que nos centremos en las relaciones, con una mirada a largo plazo para poder transformar la situación que se hace de este un problema recurrente y se debe ver la crisis como una oportunidad para intervenir.
Enfoques que promueven la educación para la paz
Los diferentes enfoques que se abordan, demandan el ejercicio de pensar desde una perspectiva dialógica, participativa y horizontal, en la educación para la paz, donde el pensamiento crítico es el elemento clave. Entre ellos están: a) enfoque participativo y horizontal: garantiza que los procesos sean inclusivos, donde sea necesaria la aplicación de una metodología innovadora que permiten fortalecer y enriquecer los procesos formativos a través del desarrollo de capacidades humanas donde se fomente la participación equitativa a través del diálogo y la escucha.
En ese orden de ideas, b) enfoque vivencial o experiencial, también conocido como enfoque socio afectivo, donde el individuo es un sujeto activo y protagónico de su proceso de conocimiento, acompañado de la reflexión, análisis, critica y síntesis que de acuerdo a Kolb (2015) dan paso a la formulación de preguntas, desarrollo de la creatividad, investigación, curiosidad y construcción de significados. Desde el c) énfasis en las emociones y la neuroconvivencia, Saez, McGeeham y Mora (2015), plantean la importancia de prestar atención a las emociones, debido a que el aprendizaje está atravesado por la emocionalidad y esta es gran aliada para el desarrollo de cualquier proceso o actividad humana.
Por otro lado el d) enfoque apreciativo genera estrategias de trabajo que parten de un propósito común para potencializar los recursos. Se trata de un empoderamiento y fortalecimiento del capital social presente, fomentando la búsqueda de acciones colectivas que llevan a alcanzar ese propósito en común. Otro enfoque es el e) de evaluación formativa, donde la evaluación se realiza desde la persona participante, con indicadores de desempeño cognitivo, valorativo y procedimental, tal como lo presenta Mejía. En ese orden de ideas el f) enfoque artístico y lúdico plantea la importancia de desarrollar las capacidades creativas como elemento fundamental para generar transformaciones sociales, donde se refuerzan y refrescan las habilidades para encender de forma más significativa el cerebro, como lo sustenta Coe (2011).
Otro enfoque g) el reflexivo, busca que el aprendizaje se lleve a través de la reflexión de sus vidas, actividades y cotidianidad. Se debe buscar la participación activa y el análisis de las temáticas, de modo que se pueda activar la curiosidad. Desde el h) enfoque diferencial se reconocen a las personas y los colectivos, sus particularidades y necesidades específicas para alcanzar mejores niveles de bienestar. Desde este enfoque se derivan acciones tendientes a garantizar la equidad e igualdad.
Herramientas para transformar hacia una cultura de paz
Una vez se conocen cada uno de los enfoques que promueven una educación para la paz a través del pensamiento crítico, es indispensable dar a conocer el cómo hacerlo, y esto es a través de herramientas que serán útiles a la hora de promover para que se de esa cultura pacífica. A continuación se mencionan cada una de estas herramientas, cuyos principios son las de generar transformaciones necesarias como aporte a una sana convivencia:
- Preparación y facilitación de espacios de diálogos: los conflictos se pueden transformar a través de diálogos intencionados y bien preparados. Para ello es indispensable que se planee y prepare cuidadosamente tanto el espacio como los propósitos de los diálogos.
- Comunicación no violenta: promover la comunicación efectiva que permita que se transformen los conflictos de forma pacífica. Esta estrategia sigue cuatro pasos que expresan sentimientos y emociones, de la siguiente manera: cuando pasó, yo me sentí, porque yo necesito, quisiera saber si es posible.
- Identificación de tipos de violencia: cuando se reconocen los tipos de violencia, se pueden plantear acciones que vayan a encaminadas a mejorar esa situación que se encuentra identificada.
- Mapeo de actores y relaciones en el conflicto: según Lederach “si eres parte del problema, entonces eres parte de la solución”. Cuando se analiza cómo se desarrolla y se sostiene el conflicto, se puede encontrar la forma de transformarlo pacíficamente.
- Provención: desarrollar en las personas las aptitudes necesarias para afrontar un conflicto. Esta se puede trabajar por niveles: presentación, conocimiento de sí mismo y de la otra persona, aprecio de sí mismo (autoestima), confianza en sí mimo y en los demás, comunicación efectiva, cooperación de grupo.
- Metodologías reflexivas/pensamiento analítico: algunas de estas metodologías son: indagación (generar preguntas que fomenten el debate), investigación, escritura inmediata, autoevaluación, socialización.
- Educación crítica para la paz: se elaboran pautas para desarrollar una línea de educación crítica, que buscan una postura para hacer conciencia a través del dialogo, imaginar alternativas no violentas, proveer modos específicos de empoderamiento, generar acciones transformativas, promover reflexión y compromiso.
- Didáctica viva: busca humanizar el proceso de aprendizaje y generar un espacio en el que las personas lleguen a acuerdos, construyan confianza y usen las emociones como medios de aprendizaje para poder construir tejido social.
- Pedagogía del diálogo: es la estrategia que hace del aprendizaje un proceso recíproco en el que a través del intercambio de ideas, se estimula la reflexión permanente, se favorece la producción de acuerdos, se permite el aprendizaje recíproco, se genera una dinámica de conciencia y responsabilidad social y se reconoce la validez del conocimiento y experiencias de los actores.
Conclusiones
Desde el interés emancipador, se logra comprometer a la comunidad educativa a ser creadores activos que promuevan una educación para la paz con ideas claras, concretas, producto de una construcción que será estable y duradera, donde se estimula la reflexión, el goce de la plena libertades, igualdad y la potenciación de las capacidades individuo. Es así como se genera la transición hacia una cultura de paz, donde el diálogo y el pensamiento crítico son las claves principales para llegar a acuerdos y tomar decisiones que facilitan la transformación de los conflictos.
A través de las diversas estrategias planteadas, se dan elementos que fortalecen significativamente la creación de alianzas para desarrollar capacidades de diálogo e interlocución que lleve a cabo un proceso más asertivo de educar pacíficamente y construir una cultura de convivencia sana donde se respeten los derechos humanos y se promuevan los valores. También se desarrollan capacidades y acciones colaborativas entre la comunidad que reconstruyen la confianza y hacen transformaciones positivas en las relaciones.
Desde la misma educación, el diseño o el contenido curricular debe tener una interacción dinámica de la acción y la reflexión, como un acto para construir o reconstruir reflexivamente el mundo social. Esto quiere decir que el currículo debe ser concebido como algo negociado y nunca impuesto y teniendo en cuenta los pétalos de la educación para la paz, se deben trabajar de manera transversal.
Referencias
Galtung, J. (2003). Paz por medios pacíficos: paz y conflicto, desarrollo y civilización. Bakeaz y Gernika Gogoratuz .
Galtung, J. (1998) Tras la violencia, 3R: reconstrucción, reconciliación, resolución. Afrontando los efectos visibles e invisibles de la guerra y la violencia, Bilbao-Gernika, Bakeaz – Gernika Gogoratuz.
Habermas, J. (1992). Teoría de la acción comunicativa II: Crítica de la razón funcionalista. Trad. Manuel Jiménez Redondo.
Habermas, J. (2005).Teoría de la Acción Comunicativa ii. Crítica a la razón funcionalista (M. Jiménez Redondo, Trad.). México: Taurus.
Oficina del alto comisionado para la paz (2017). ¿Qué es educar y formar para la paz y cómo hacerlo? Educación y pedagogía para la paz – Material para la práctica. ARKO Consult S.A.S. Bogotá D.C. Colombia.
Oficina del alto comisionado para la paz (2017). Acción CaPaz: Estrategias de capacidades para la paz y la convivencia. Tell. Bogotá D.C. Colombia
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Zurbano, J. (1998). Bases de una educación para la paz y la convivencia. [Pamplona]: Departamento de educación y Cultura.
Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/opinion-y-analisis/columnas/estrategia-de-la-educacion-para-la-paz-traves-del-pensamiento-critico