Page 12 of 25
1 10 11 12 13 14 25

Educación: Transformación sin cambios

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

Si la Mtra. Delfina Gómez, próxima secretaria de Educación Pública del gobierno del presidente López Obrador, dice; “no vengo a cambiar nada”, entonces ¿todo está bien en la SEP? ¿La educación pública en México no requiere de cambios?

Algunos observadores y observadoras críticos de las políticas públicas educativas en México, dijeron al respecto que no era prudente, en su primera declaración pública, que la Mtra. Delfina se pronunciara en un tono radical ni que provocara una idea de ruptura institucional (la declaración se hizo durante una reunión virtual de la CONAEDU). Que eso era lo “políticamente correcto”. Pero ¿Es posible impulsar, desde el gobierno, una “transformación sin cambios”?

Y sí, en parte eso del “lenguaje político correcto” es cierto, pero hay formas y, sobre todo, hay contenidos de por medio. Pienso, en especial, que durante la emisión de los discursos que se lanzan, no desde cualquier tribuna, hay que cuidar tanto el cómo se dicen las cosas como la sustancia (el qué) de lo dicho. La Mtra. Gómez está en la antesala de ocupar el más alto cargo de la administración pública en materia educativa; además, se trata de asumir el liderazgo de la dependencia cuya cartera ejerce el más voluminoso presupuesto del gobierno federal, esto debido al alcance que tienen los procesos educativos en la sociedad actual. Se estiman poco más de un millón 200 mil trabajadores de la educación, y poco más de 40 millones de personas (niñas, niños, jóvenes y adultos) que, directa e indirectamente, están involucradas e impactadas por las decisiones que se toman a nivel de políticas públicas educativas en nuestro país.

A unos días de ser ubicada en la cima de la burocracia educativa nacional, me parece que a la Mtra. Delfina le hicieron falta asesoras y asesores, durante su primera declaración y durante la gestión, para imprimir su propio sello sin alterar el orden institucional; careció, en otras palabras, de tacto político y sensibilidad para ejercer o dar a conocer su estilo de trabajo como mujer de poder público (aunque implícitamente con su dicho, nos mostró su personalidad política: convalidar la gestión anterior). En este caso la declaración se hizo pública a través de las redes sociales digitales.

Lo políticamente correcto, considero, sería decir: “Voy a evaluar cómo se encuentra la educación en México. Y luego, lanzaré las iniciativas de cambio que requiera el país en un contexto complejo, pero convencida de la Cuarta Transformación de la vida pública de México”. Y más allá. Hoy son necesarias declaraciones más esperanzadoras y realistas por parte de las y los gobernantes, especialmente en un contexto donde, al parecer, se prolongarán las crisis sanitaria y económica actuales. Hizo falta, pues, una declaración equilibrada, sin romper el orden institucional, y en sintonía con las demandas sociales actuales en el ámbito magisterial y educativo.

La frase de “no vengo a cambiar nada” también puede interpretarse de dos maneras:

1) No hay necesidad de hacer cambios, puesto que éstos ya se hicieron (“la mesa ya está servida”). Como sabemos, el gobierno de la “4T” impulsó, desde 2018, reformas o cambios al texto constitucional y a las leyes secundarias relacionadas con el Artículo Tercero, luego concretadas en 2019. Mediante nuevos consensos con la oposición, la bancada de Morena y aliados políticos en el Congreso, empujaron dichas reformas constitucionales a efecto de modificar el marco legal que se había impuesto, en 2013, con la llamada “Reforma Educativa estructural” (Pacto por México). De aquellos tiempos en que el PRI, el PAN y el PRD eran las fuerzas parlamentarias hegemónicas o dominantes.

2) El papel como funcionaria pública del más alto nivel, que ocupará la nueva titular de la SEP, es de transición. Algunos observadores y observadoras han señalado que la Mtra. Gómez se perfilará nuevamente, después de su paso por la SEP, a la candidatura para ocupar la gubernatura del Estado de México. En mi colaboración anterior, donde abordo el tema de la sucesión en la SEP (1), señalé que, en los hechos, la Mtra. Delfina se encuentra también en la antesala de la disputa por la candidatura presidencial para el 2024, por Morena.

De cualquier forma, la declaración inicial me pareció desafortunada a pesar de las justificaciones que se quieran encontrar o acomodar.

¿Qué cambios urgentes se requieren en el plano educativo?

Retomo a continuación dos puntos abordados en mis colaboraciones anteriores (2), debido al corto espacio, acerca de los “cambios” que requiere la educación pública en México. En otros momentos analizaré diferentes temas urgentes y prioritarios.

1. Debido a que la administración de Esteban Moctezuma (2018-2021), en la SEP, mantuvo intacto el Modelo Educativo que se impuso durante la Reforma Educativa de 2013, son necesarias su revisión, discusión y, en su caso, un replanteamiento.

El Modelo Educativo (de 2016-2017) en sí mismo ha puesto una barrera, ya que su diseño y redacción son abstractos y relativamente complejos.

Como ruta de navegación es denso en su organización, estructura y significados, pero no por ello pierde su robustez pedagógica (habría que reflexionar sobre su pertinencia). Las y los maestros, sobre todo de Educación Básica, desde entonces se preguntan, por ejemplo, ¿qué diferencias y semejanzas tiene este modelo educativo con respecto a la propuesta anterior, de 2011, que versaba sobre la articulación de la Educación Básica? Si bien queda claro que el actual Modelo está diseñado para reorganizar a la Educación Obligatoria (Básica y Media Superior), aún quedan dudas acerca de los cambios conceptuales y operativos que se han introducido durante los últimos años, tantos en el papel como en las prácticas docentes.

¿Qué ventajas o desventajas tiene para la práctica docente un cambio de este calibre en el diseño pedagógico y curricular? ¿Qué implica moverse de un modelo basado en el desarrollo de competencias, a otro que hoy se ha “refinado”, pero que conserva el mismo molde, y que tiene como centro a los “aprendizajes clave”? ¿Qué relación tiene esta concepción de lo educativo con las concepciones gerencialistas que se han establecido durante las últimas décadas, en el seno de la educación pública?

2. También se requieren cambios, en consecuencia, en la estructura y operación de los subsistemas de formación inicial de docentes (Escuelas Normales, CAM y UPN) y en los programas de formación continua para docentes en servicio. Fortalecimiento y transformación de procesos, son las propuestas que se han hecho durante los últimos años. Pero, para lograrlo, se necesitan recursos financieros, visión y voluntad política. No se pueden hacer oídos sordos acerca de estos tramos esenciales de la educación, como sistema.

No es ni será suficiente sólo con “capacitar” (por primera vez) a los docentes y demás figuras educativas, sino que también habrá de desplegarse todo un programa permanente de “actualización” (una y otra vez), con un sentido profundo y de amplia discusión informada y reflexiva, tanto en la parte conceptual como en la parte instrumental o de procedimientos a seguir, y situarse en un esquema de participación “crítica y activa” de las y los docentes, lo cual implicaría, sin duda, el despliegue de todo un esfuerzo institucional para preparar a verdaderos “líderes de la transformación educativa”. Pero para ello se necesita que la cima de la burocracia educativa asuma también un papel de liderazgo, con rumbo claro.

3. La estructura burocrática de la educación. Hoy en día tanto en el gobierno federal como en las entidades federativas, las estructuras administrativas de la educación pública están anquilosadas e integradas por profesionales que no están adecuadamente preparados para atender los asuntos educativos.

Muchos grupos de funcionarios y colaboradores, no todos, de las instituciones educativas están ahí gracias a coyunturas políticas o como retribución por haber colaborado en alguna campaña electoral, pero son inexpertos o carecen de las calificaciones profesionales para llevar a cabo tareas de corte pedagógico o de apoyo a la educación. ¿Qué va a hacer la Mtra. Delfina Gómez con los grupos de trabajo que el Mtro. Moctezuma instaló en la SEP? ¿Cuál será su posición con respecto a las ambiguas nociones de “excelencia educativa” y de “Nueva Escuela Mexicana”? ¿O no hay pensamiento crítico al respecto?

Finalmente pienso que, directa o indirectamente, la nueva titular de la SEP está en una posición privilegiada, al frente de la principal institución donde se define el diseño y aplicación de las políticas públicas educativas, que es la SEP; y desde ahí puede convertirse, o no, en una catalizadora o en una resistencia al cambio educativo que requiere la nación.

Sin embargo, no hay que olvidar que más allá de las élites dirigentes (o a pesar de ellas), el papel de las maestras y los maestros en la escuela pública (presencial o a distancia), así como de las y los directivos escolares, son esenciales en el éxito o fracaso de cualquier “transformación educativa”, de acuerdo con la experiencia nacional e internacional.

Fuentes consultadas o referencias:

(1) Ver: Delfina Gómez: Las clases de la “Clase Política”, SDP Noticias.com, 8 de enero, 2021.

(2) Ver: Cuatro obstáculos de la Reforma y el Modelo Educativo 2017, SDP Noticias.com, 6 de julio, 2017.

Fuente:  http://www.educacionfutura.org/educacion-transformacion-sin-cambios/

Comparte este contenido:

Educación, ciencia y tecnología como mercados

 Juan Carlos Miranda Arroyo

La educación, la ciencia y la tecnología de nuestro tiempo corren el riesgo de quedar a la merced del comercio internacional y de las grandes corporaciones supranacionales. El caso de la producción, contra reloj, de las vacunas para humanos para prevenir, mas no curar, la enfermedad del Covid-19, da cuenta de la alta posibilidad de que ello suceda. ¿Al servicio de quiénes están orientados los trabajos de los corporativos farmacéuticos trasnacionales generadores y comercializadores de las vacunas? ¿A favor del bienestar social, al servicio del mercado global o al servicio del Estado-nacional? (¿Vacunas rusas?).

¿En unos meses, o quizá años -después de que se supere la crisis sanitaria- el enfoque de las grandes empresas internacionales de la medicina se dirigirá a la terapéutica (paquetes de medicamentos que podrían, a la postre, erradicar la enfermedad provocada por el coronavirus o la influenza), y a perfeccionar las prácticas clínicas o de intervención hospitalaria de segundo y tercer niveles de atención (terapia intensiva)?

Entiendo que la relación entre la producción de conocimientos derivados de las ciencias médicas y la comercialización de los hallazgos en ese campo, no es lineal ni simple; hay combinaciones de factores y vínculos que se incluyen mutuamente y que hacen más complejo al fenómeno. Sin embargo, será conveniente seguir la pista a los desarrollos de la medicina institucional oficial (mal llamada medicina “neoliberal”), durante los siguientes años.

No cabe duda que la medicina en todo el mundo se rige con criterios que plantean la posibilidad de que ésta opere en forma de bloques hegemónicos, que legitiman una visión dominante de la medicina mediante la participación de los gobiernos y las sociedades, que aquellos representan, en los llamados organismos internacionales (WHO, por sus siglas en inglés u OMS, OPS, entre otras), que definen las directrices y las orientaciones planetarias o regionales en materia de salud pública.

Los convenios que firman o suscriben los gobiernos, con el noble afán de conseguir resultados favorables en el ámbito de dicha salud pública, los llevan a establecer ese tipo de vínculos y dependencias multilaterales. Ciertamente, es necesario establecer criterios científicos y tecnológicos en la medicina a nivel global y sus respectivas aplicaciones, para el bien de la humanidad, pero ello no descarta la presencia de fuertes intereses económicos y políticos.

En el terreno de lo educativo, las tentaciones de los gobiernos locales también se aprecian el filo de la navaja. Me explico: sobre todo en las naciones periféricas, es decir, no centrales -en términos de los poderes económicos, científicos, económicos, culturales, de la información y militares- existen planes de los estados nacionales, a través de las llamadas “alianzas estratégicas”, para ampliar el poder de las grandes corporaciones de la información y la comunicación, por medio de la inscripción de las sociedades en plataformas digitales o electrónicas.

Dicho en otras palabras: se corre el riesgo de que nuestras maestras y maestros, así como las y los estudiantes (millones de ellas y ellos), queden prácticamente registrados como potenciales consumidores de los productos, insumos, accesorios y sistemas (tanto en arquitecturas de software como de hardware) que ofrecen y generan los grupos industriales de las comunicaciones digitales, cuyo poder e influencia se extiende a través de plataformas y sitios convertidos en redes sociales. Todo ello sobre la certeza de que existe una enorme brecha digital y su consecuente desigualdad en el acceso a las nuevas tecnologías.

Como lo escribí en abril pasado. En la actual etapa del capitalismo industrial global, neoliberal, (menos proteccionista y más liberal en mercados internacionales; menos Estado de Bienestar y mayor participación privada o “privatización” de los servicios públicos), que, entre otras cosas, se ha caracterizado por su alta intensidad tecnológica, los espacios centrales o periféricos del poder científico y tecnológico mundial se encuentran ocupados por empresas trasnacionales, dicho esto en términos esquemáticos. (1)

Dejo algunas preguntas para continuar más adelante, en futuras colaboraciones, con estas reflexiones: Siglo XXI, año 21, estamos en plena tercera década del siglo. ¿En qué medida la ciencia hegemónica está dispuesta a convivir con otras opciones “no científicas”? ¿Cómo influyen los sistemas científicos sobre los sistemas de creencias? ¿Por qué las resistencias hacia la medicina de patente y hacia las vacunas? ¿Cuál es el lugar que ocupan y ocuparán las vertientes alternativas de la medicina frente a las enfermedades que afectan a la humanidad?

Antes, quizá, sea conveniente revisar las otras historias de contradicciones y hegemonías existentes sobre el conocimiento y la solución de los problemas locales, y luego voltear a ver estas últimas preguntas.

Nota:

(1) Sugiero revisar mi texto: La Educación Pública en “la nube”, SDP Noticias.com, 23 de abril, 2020, donde abordo el poder cultural y económico que ejerce en el mundo una de las trasnacionales de la información y la comunicación.

jcmqro3@yahoo.com


Publicado en SDPnoticias

Fuente: https://profelandia.com/educacion-ciencia-y-tecnologia-como-mercados/

Comparte este contenido:

Educación, Covid-19 y la vida

 Juan Carlos Miranda Arroyo

I

Hace unas semanas, una empleada de una empresa que repara laptops, en Querétaro, me dijo: “Esto de la pandemia es como la ruleta rusa”. Ella lo decía al mismo tiempo en que colocaba una hoja trasparente sobre el teclado de mi lap, como protección, poco antes de revisar el equipo. La mujer portaba tapabocas, mascarilla, guantes y se aplicaba constantemente alcohol en gel. Le pregunté por qué tantas medidas de seguridad e higiene. Esto me explicó: “Hemos tenido experiencias cercanas tanto leves como graves. Personas de la familia que se han ido y otras que no, algunas por fortuna se han recuperado…”

El panorama de salud pública, hoy, nos lleva a plantear muchas preguntas: ¿La epidemia-pandemia nos ha enseñado a valorar la vida, al medio ambiente, al planeta en su totalidad? ¿Nos ha invitado a valorar a la naturaleza y su complejidad, pero sobre todo nos ha conducido a revalorar la convivencia social y a aquilatar eso que llamamos, en términos amplios, “lo social”? ¿Hasta qué punto esta enfermedad del Covid-19 es un fenómeno natural? ¿Las dinámicas sociales la han convertido en un fenómeno natural-social? ¿Cuáles son las regularidades que permiten hacer predicciones acerca del comportamiento de la enfermedad? Las ciencias médicas, hoy, indican que hay incertidumbre y escasa información tanto en los procesos de prevención como en el tratamiento de la misma, en vista de los casos que se han presentado, mismos que no obedecen a un patrón único o definido sobre el curso de la enfermedad. Parece ser que el abordaje clínico y hospitalario es más del tipo “estudios de casos” que de manera estandarizada.

De cualquier modo, la crisis sanitaria de los años 2020 y 2021, cuyos efectos serán prolongados sin duda, nos lleva a reflexionar acerca de la vulnerabilidad humana frente a las nuevas condiciones naturales y sobre los riesgos que traen consigo las mutaciones de los virus y demás patógenos. Nos plantea también, quizá, más dudas que respuestas certeras. ¿Somos seres biológicamente estructurados, pero vulnerables, y socialmente limitados? ¿Se han puesto al desnudo las capacidades científicas y tecnológicas, en el mundo entero, para combatir estos fenómenos naturales-sociales del tiempo actual? ¿Cuáles son los alcances de las capacidades institucionales, públicas y privadas, para contender esta epidemia- pandemia?

En fin, me pregunto: si los sistemas de salud (sobre todo la capacidad hospitalaria) están a punto de colapsar, en México y en el mundo ¿cuáles son los escenarios inmediatos y de futuro que se proyectan y qué medidas tomaremos, como sociedad, para evitar que la peligrosa enfermedad se generalice? ¿Tendríamos que esperar a la solución que han planteado los epidemiólogos y médic@s en las mesas de expert@s? En el sentido de que se tendría que dar la “inmunidad de rebaño” para ver el fin de esta crisis (ello significa que se tendría que enfermar entre el 70 y el 80 por ciento de la población). ¿Así será esto?

II

La probabilidad de que las personas, aparentemente sanas, contraigan la enfermedad del Covid-19 es baja, si se toman las medidas indicadas por el sector salud. Ese hecho, quizá, ha llevado a mucha gente a excederse en confianza; a no creer en los altos riesgos de la enfermedad. En México, un país con más de 120 millones de habitantes, se ha reportado, según cifras oficiales, a más de un millón 500 mil personas o casos confirmados con esta enfermedad, de los cuales entre el 80 y el 85 por ciento se ha recuperado; sin embargo, el resto la cursan o la han enfrentado con cuadros de gravedad. Lamentablemente, se han registrado más de 133 mil fallecimientos en todo el país.

La probabilidad de contagio o transmisión depende de diversos factores: Índice de movilidad de las personas en las ciudades grandes y pequeñas; participación de los gobiernos y la sociedad en las campañas del sector salud para prevenir o contener la epidemia-pandemia; qué tanto se multiplican, o no, los cuidados de las personas, de las familiares, de los grupos cercanos y se aplican las medidas que establecen a nivel de la organización social en general.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS o WHO, por sus siglas en inglés), “La mayoría de las personas (alrededor del 80%) se recuperan de la enfermedad sin necesidad de tratamiento hospitalario. Alrededor de 1 de cada 5 personas que contraen la Covid-19 acaba presentando un cuadro grave y experimenta dificultades para respirar. Las personas mayores y las que padecen afecciones médicas previas como hipertensión arterial, problemas cardiacos o pulmonares, diabetes o cáncer tienen más probabilidades de presentar cuadros graves. Sin embargo, cualquier persona puede contraer la Covid-19 y caer gravemente enferma…” (1)

Cómo se ha podido observar durante los casi 10 meses en que se ha desarrollado la epidemia-pandemia, la sociedad ha sido notablemente repelente a los llamados de las autoridades federales y locales. Le llamamos coloquialmente “el llamado a misa”. A pesar de que cada uno de nosotros hemos tenido la triste noticia de personas fallecidas, que pertenecían a nuestro círculo social más cercano. Eso significa que no se ha aprendido suficientemente, en “lo social”, de qué trata esta enfermedad: No se han suspendido reuniones multitudinarias, eventos sociales, etc., y en ellos no se han usado, de manera estricta, los accesorios de prevención y protección adecuados.

¿Hay una baja valoración de la salud y de la vida por parte de quienes trasgreden las indicaciones sanitarias de las autoridades federales y locales? Como sucede con diversos fenómenos sociales, me parece que la respuesta tiene que ver con las creencias vagas, como lo señalé antes, pero también con la educación informal que se lleva a cabo en los hogares. Sin embargo, el fenómeno de la “rebeldía social” ante los llamados de los gobiernos a “quedarse en casa”, obedecen a factores educativos y socio culturales, cuyos procesos son complejos. Además del factor económico, claramente objetivable: la necesidad, evidente, en la mayoría de la población, de obtener un ingreso en el día a día. Se ha hecho popular la frase callejera que dice: “Prefiero morir de Covid que de hambre”. De ese tamaño es la tragedia social, hoy.

III

Una de las preguntas y respuestas básicas que aborda la OMS señalan lo siguiente: “¿Pueden los niños o los adolescentes contraer la Covid-19? Las investigaciones indican que los niños y los adolescentes tienen las mismas probabilidades de infectarse que cualquier otro grupo de edad y pueden propagar la enfermedad. Las pruebas hasta la fecha sugieren que los niños y los adultos jóvenes tienen menos probabilidades de desarrollar una enfermedad grave, pero con todo se pueden dar casos graves en estos grupos de edad. Los niños y los adultos deben seguir las mismas pautas de cuarentena y aislamiento si existe el riesgo de que hayan estado expuestos o si presentan síntomas. Es particularmente importante que los niños eviten el contacto con personas mayores y con otras personas que corran el riesgo de contraer una enfermedad más grave.”

La apertura de escuelas y el regreso a las condiciones de enseñanza presenciales, sin duda, aumentarían la probabilidad de que niños, jóvenes y adultos sean potenciales enfermos y transmisores del virus. Pero al mantenerse los recintos escolares cerrados, los riesgos de aumentar los índices de rezago educativo aumentan. Gran dilema. ¿Los factores económicos y socio culturales terminarán por imponerse a las recomendaciones de especialistas de la medicina y de los y las profesionales de la salud?

Dejo hasta aquí sólo algunas reflexiones y cuestionamientos breves en torno a las valoraciones que observo acerca del Covid-19 y la vida. Cuídense. Salud.

Fuente consultada:

(1) https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public/q-a-coronaviruses

jcmqro3@yahoo.com


Publicado en SDPnoticias

Fuente: https://profelandia.com/educacion-covid-19-y-la-vida/

Comparte este contenido:

Delfina Gómez: Las clases de la “Clase Política”

 Juan Carlos Miranda Arroyo

Una de las preguntas que me planteo con frecuencia, para no caer en el pesimismo ni en el determinismo social durante los análisis de coyuntura, es: ¿Cuál es el papel que juegan las y los docentes, sobre todo de la escuela pública, en la definición de las decisiones que se toman en materia de políticas pública educativas?

Me parece que la respuesta a esa pregunta tiene que ver con las dinámicas que se generan durante los procesos de formación y constitución estructural, institucional, de las élites dirigentes, así como con la organización de los colegiados magisteriales que se crean y se recrean en las comunidades educativas. Por ello, y si vamos por partes, en esta oportunidad haré una breve caracterización sobre las élites que gobiernan en México, y describiré algunas de las lecciones que éstas nos dejan y que son recuperables para entender las dinámicas complejas de la formación y ejercicio del poder público.

Observo, de entrada, que las dirigencias políticas y económicas son élites proclives al “mimetismo” (1). Más que una “clase política” con una cierta unicidad, hay personajes y grupos de las élites políticas y económicas -en plural- que se acomodan para mantener el poder y privilegios… Observo que no hay, en contraparte, un empoderamiento ciudadano, ni una construcción ciudadana del poder político, sino élites políticas que buscan cíclicamente la legitimación social. Para el caso de la caracterización del empoderamiento de las y los docentes de la escuela pública en México, se da una negación o una anulación sistemática de estos actores sociales y sus proyectos alternativos.

Vamos a un caso específico: Delfina Gómez. Sin desacreditar de antemano el trabajo que pueda realizar en su paso por la Secretaría de Educación Pública (SEP), al ocupar próximamente el más alto cargo en la cima de la burocracia educativa, observo que la trayectoria de la Maestra Delfina da pistas acerca de su ubicación como miembro de la élite política emergente del régimen de la “4T”.

Como se sabe, Delfina “se desempeñó como maestra de educación primaria durante la mayor parte de su carrera profesional, desde 1982 hasta 1999; de 1998 a 2012 fue además Subdirectora Auxiliar de Proyectos en la Secretaría de Educación del estado de México.” (WP) Ha sido dirigente sindical del magisterio mexiquense; ha formado parte de una agrupación política con intencionalidades partidistas electorales (el GAP de Higinio Martínez); se ha desarrollado también como política de carrera, pues ha sido presidenta municipal de Texcoco, diputada federal y senadora; fue candidata de Morena a la gubernatura de su estado natal; enlace del gobierno federal actual para coordinar los programas sociales en el Estado de México, y hoy es claramente un personaje cercano al presidente López Obrador.

Pero no solamente con nombramientos en altos cargos del gobierno federal o de las entidades se podría hacer la reconstrucción histórica de las élites, sino también con la movilidad de personajes y grupos que forman parte de la llamada “clase política”, -o dicho en términos más amplios: del “establishment” político nacional o local-, se podría también mirar cómo estas élites dirigentes operan, (lo digo como fenómeno de estudio sociológico o politológico), en diferentes naciones y sistemas políticos.

En México, se podría dar seguimiento a las trayectorias políticas de personajes como Elba Esther Gordillo, del mismo Esteban Moctezuma; o de Marcelo Ebrard, de Ricardo Monreal, Manuel Barttlet y un largo etcétera, que se han beneficiado de su condición de miembros privilegiados de la élite política nacional, tanto con el anterior régimen político hegemónico priista como con el actual, de la “4T”. Queda claro que algunas y algunos de ellos han cerrado filas o han establecido acuerdos cupulares con el presidente López Obrador, como parte de los impulsos políticos de la “4T” y su movimiento social, pero queda pendiente analizar de qué manera estos personajes se vinculan con la ciudadanía y sus demandas sociales, o no, pues sólo servirían al poder o se servirían de él.

Sin duda alguna, podríamos estudiar a personajes que han construido una trayectoria, individual y social, es decir, que han participado en la lucha de las élites dirigentes para ocupar espacios de poder público, los cuales provienen de distintas tradiciones ideológicas o movimientos sociales diversos, lo mismo desde el Partido de Acción Nacional (PAN) que en organizaciones que intentaron romper la alternancia bipartidista, como en su momento lo hizo el Partido de la Revolución Democrática (PRD), junto con otras agrupaciones menores como el PT, MC y Partido Verde. Ahí hay mucha tela de dónde cortar para realizar una sociología de las élites políticas en México.

¿Hasta qué punto estas élites dirigentes son representativas se conectan con y atienden efectivamente a las demandas sociales? El sociólogo estadounidense, Alvin Gouldner, que se ha referido en sus obras a la dinámica de las élites burocráticas, tanto en su base como sus liderazgos, ha sugerido algunas ideas interesantes al respecto: “…analiza -por ejemplo- el conflicto que se genera en la burocracia a partir de la resistencia, la falta de consenso e incluso oposición a los lineamientos generados por las autoridades superiores de la organización.”… “muestra que la burocracia puede tener elementos positivos a condición de que se la aplique en un universo técnico-económico estable.” (2) En esta misma línea, sugiero analizar, como escenario inminente o de futuro, las resistencias que opondrá el magisterio de base, (con esto me refiero a las maestras y los maestros, así como a las y los directivos escolares que integran cotidianamente las comunidades educativas), frente a las decisiones que tome la nueva autoridad educativa nacional, el Congreso y los gobiernos de los estados.

Con todo esto, lo que quiero decir es que una de las lecciones que nos deja el nombramiento de la maestra Delfina Gómez, como titular de la SEP, es que importa su trayectoria y no solamente su origen social. Interesan las formas y los contenidos acerca de la carrera política que se ha generado y le han abierto, para convertirla en lo que es hoy: un personaje importante de la nueva élite gobernante. Y si me permiten el atrevimiento, la Maestra Delfina se encuentra, en los hechos, en la antesala de la lucha por la candidatura presidencial del 2024.

Las clases que nos da la “clase política” local pasan por los caminos del devenir histórico, sociológico y político, sin duda. Por los mimetismos, las concesiones y las anulaciones.

Con el nombramiento de la maestra Delfina Gómez al frente de la SEP, se ratifica así, una vez más, la dinámica política compleja del empoderamiento de las élites dirigentes en México.

Notas o fuentes consultadas:

(1) Se entiende por mimetismo al fenómeno que consiste en una “habilidad que ciertos seres vivos poseen para asemejarse a otros organismos y a su propio entorno para obtener alguna ventaja funcional. El objetivo del mimetismo es engañar a los sentidos de los otros animales que conviven en el mismo hábitat, induciendo en ellos una determinada conducta” (WP). Obviamente al escribirlo entre comillas, (“mimetismo”), hago alusión a una metáfora aplicable, libre o arbitrariamente, al ámbito social.

(2) Según Alvin Gouldner: “En la burocracia representativa las normas y reglas son promulgadas por expertos cuya autoridad es en general aceptada por todos los participantes organizacionales. En esta situación se obtiene cumplimiento organizacional con algún tipo de conflicto, pero poco conflicto manifiesto. Bajo este tipo de burocracia existe una razonable compatibilidad entre los valores de la organización y los del personal. El conflicto se diluye para fortalecer el consenso, aunque no está ausente totalmente el conflicto (Gaynor, 2009).” En: José Manuel Juárez Núñez y Sonia Comboni Salinas. Introducción al pensamiento sociológico de Alvin Gouldner. Veredas especial. UAM-Xochimilco. México, 2010, páginas 87-114.

jcmqro3@yahoo.com


Fuente e imagen:  SDPnoticias

Comparte este contenido:

Educación: Adiós al 2020

 Juan Carlos Miranda Arroyo

Este año que concluye, hoy, se llevará el recuerdo de los días difíciles de la Epidemia-Pandemia del Coronavirus que generó la enfermedad Covid-19. El periodo en que la cuarentena se volvió cincuentena. Los días, las semanas y los meses, poco más de nueve, se han vuelto interminables. Los ritmos de la vida social se han alterado a grado tal que se han multiplicado las pérdidas de empleo, los cierres de empresas, de todos los tamaños y trayectorias. Año en que la vida se ha sacudido como producto de una crisis sanitaria prolongada.

Pero quizá lo que más llama la atención de este 2020 que se extingue, es la manera en que nuestras instituciones nacionales y locales fueron rebasadas por dicha crisis. La Pandemia de este 2020, nos dejó aprendizajes, pero también un sentimiento de tristeza por los más de 122 mil muertes que ha traído consigo, hasta el momento. La versión optimista de nuestra realidad tendería a decir que también se han registrado más de 990 mil personas recuperadas, después de cursar la nefasta enfermedad. Unas con el apoyo de las instituciones de salud. Otras con el apoyo solidario y cercano de las familias. Como quiera que sea, más de 122 mil personas fallecidas son muchas y cada una de ellas ha dejado una huella significativa para cada una de las familias que han sufrido su pérdida.

2020 ha sido el año en que las escuelas se detuvieron, en su formato presencial, y cuando han intentado continuar la marcha mediante un formato extraordinario, improvisado, a distancia (con y sin apoyo de las nuevas tecnologías de la información), en México y en el mundo, a causa de la Pandemia.

La relación escuela-familia se ha tensado hasta su máximo nivel o su máxima expresión, ello se ha dado en la medida en que el propio sistema educativo no contaba con dispositivos de emergencia para hacer frente a la crisis, ni tenía los protocolos pertinentes, que le dieran la flexibilidad (o la plasticidad, dirían los tecnicistas), que le permitiera adaptarse rápida y organizadamente a las condiciones impuestas por la crisis sanitaria.

Sin duda, la Pandemia puso al descubierto nuestras limitaciones institucionales. Sobre la marcha, el conjunto de instituciones, programas y proyectos que soportan al sistema educativo, por ejemplo, se tuvo que redefinir a través de un primer eje de conexión y operación: “Aprende en Casa I”, para concluir el último tercio del ciclo escolar 2019-2020. Luego vino el programa “Aprende en Casa II” para iniciar y dar continuidad al actual ciclo escolar 2020-2021. Ambos programas fueron montados sobre medios tecnológicos improvisados y a través de alianzas que terminaron por fortalecer a las corporaciones, nacionales y trasnacionales, de las comunicaciones y la información, pero que no fueron poderosamente atractivas ni efectivas para las y los estudiantes.

Las limitaciones institucionales, constituyen un hecho reconocido por las autoridades responsables de los sistemas de salud y de educación, tanto en el plano del gobierno federal como de los gobiernos de los estados. Sin embargo, aún no se hace un ejercicio profundo, amplio e integrado de autocrítica sobre los efectos de las estrategias puestas en marcha. ¿La sociedad debía ir atada a una cuerda, unida a los programas que sobre la marcha delimitaban las autoridades?

Al no contar con estrategias de participación y de respeto a las reglas mínimas de organización frente a la pandemia, por parte de las autoridades educativas, a la postre el resultado ha sido desastroso. Mientras los gobiernos hacen sus llamados a misa, en términos de procurar el confinamiento para controlar la transmisión de la enfermedad, la población desata las cuerdas que les habían sido impuestas sin su consulta ni su consentimiento. ¿La sociedad optó por romper filas? ¿La sociedad es desobediente y sus actos se deben leer sin ninguna responsabilidad de las autoridades civiles?

La estrategia oficial nuevamente tendió a circular “de arriba hacia abajo”, en forma vertical, sin matices de intermediación. La SEP de EMB, por ejemplo, perdió la oportunidad de convertir a los Consejos Técnicos Escolares (CTE) en Consejos de Emergencia y Atención Escolar, orientados a dar apoyos básicos (de salud, socioemocionales o para tender redes de distribución de materiales didácticos), así como para estrechar los vínculos entre la Escuela y la Familia.

El 2020 nos enseñó también que las autoridades educativas, federales y estatales, fueron incapaces de impulsar una cruzada nacional por la educación en situación de crisis sanitaria. Le apostaron más a la pasividad, pues pusieron a las niñas y los niños, así como a los y las jóvenes, frente a un aparato de televisión, como prioridad; o a sesionar de manera virtual a través de las plataformas electrónicas. ¿Acaso no era factible y más significativo, entregar miles o millones de libros a las familias y a sus integrantes? ¿No fue posible establecer un programa nacional de fomento a la lectura en los hogares, en vez de condicionarlos a usar diariamente un control remoto? ¿Dónde quedó la creatividad de las y los docentes durante el duro confinamiento? ¿Por qué no fueron consultad@s las maestras y los maestros para echar a andar un programa más amigable y de carácter cultural-educativo para apoyar de manera más sustantiva a nuestras jóvenes generaciones?

En fin, el año 2020 se convirtió, así, en el año en que las instituciones educativas nacionales perdieron la oportunidad, lamentablemente, de generar cambios significativos, “desde abajo”, es decir, desde las comunidades educativas, para innovar y para crear opciones pedagógicas propias, singulares, por zonas escolares, por escuelas, por materias o por asignaturas. No, nada de eso. Por el contrario, el lineamiento burocrático y “desde arriba” consistió en colocar a las y los estudiantes a jugar papeles pasivos, y al magisterio a esperar indicaciones centrales y, en el peor de los casos, a reportar las incidencias sobre las actividades a distancia (importan más las formas que los contenidos), y a dar mantenimiento acrítico a los sistemas de controles escolares. Lo administrativo por encima de lo académico. Ese fue el sello de la casa de la Nueva Fundación Escuela Azteca Mexicana.

Adiós al 2020 que nos trajo la mal llamada “nueva normalidad”, como si de lo que se tratara fuera salir de una “normalidad” para entrar a otra, igualmente estandarizada e impersonal. “Nueva normalidad” fue una expresión desafortunada que no pudo evadir la “nueva realidad”.

En un contexto de desnudos institucionales; con una carencia manifiesta y elocuente de creatividad por parte de las autoridades, así como por excesos en las prácticas burocráticas (centralismo y trayectorias verticales en el actuar) durante el ejercicio de las políticas públicas educativas durante la pandemia, le decimos adiós al 2020. Espero que los cambios anunciados, en la cima de la burocracia educativa, para el 2021 venidero, sean propicios para pensar y hacer las cosas de manera diferente.

jcmqro3@yahoo.com

Fuente: https://profelandia.com/educacion-adios-al-2020/

Comparte este contenido:

Delfina Gómez y los desafíos del cambio educativo

Por:  Juan Carlos Miranda

Sobre la designación de la Profesora Delfina Gómez como nueva titular de la SEP.

Algunas líneas que escribí esta mañana en las redes sociales digitales, sobre el nombramiento anunciado, hoy, por el presidente López Obrador, en el sentido de que la Profesora Delfina Gómez Álvarez se convertirá en la nueva titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), son las siguientes:

Sobre la designación de la Secretaria de la SEP @delfinagomeza habría que observar sus acciones, sus intenciones, sus recursos, sus vínculos políticos y sus discursos. Prefiero hacer un análisis sobre los hechos, no pronósticos.

Dos puntos a favor de @delfinagomeza en la SEP, son: Es mujer (y no es Elba Esther); y es profesora de base. Conoce a la escuela pública a ras de tierra. Cabe recordar que una parte muy importante del magisterio mexicano (y quizá en el mundo) se integra por mujeres profesionales de la educación. Así que el nombramiento de la Profesora Delfina representa, también, un toque de doble simbolismo como reivindicaciones gremial y de género.

La designación de la Profesora @delfinagomeza es una oportunidad para que la voz de las maestras y los maestros se escuche en serio; hace falta un movimiento educativo desde abajo en este país. Ojalá que su gestión esté por encima de los discursos vacíos y la retórica del “reformismo educativo” (tan deslegitimado), que ha surgido “desde arriba”, y que no sólo ha derivado en un verdadero fracaso, sino que también, por demagógico, ha terminado en el diseño y ejecución de políticas públicas educativas de simulación.

Son lamentables, por misóginos y clasistas, los comentarios atropellados y prematuros que he leído sobre el nombramiento de la Profesora @delfinagomeza, quien estará al frente de la SEP.

La Profesora Delfina @delfinagomeza es egresada de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). No recuerdo un nombramiento de una profesora de escuela pública, y de la UPN, al frente de altos cargos en el gobierno federal, como lo es éste. No sólo en la SEP. Interesante apuesta, y posibilidad de cambio de fondo, hace el presidente López Obrador.

Veo, de bote pronto, a las élites empresariales; de especialistas (sobre todo académicos que han vivido del poder público); funcionarios de la burocracia dorada y de la aristocracia tecnocrática (dentro y fuera de la SEP); de mujeres y hombres dedicados profesionalmente a la política; de la cúpula sindical burocratizada; y voceros de los medios de comunicación asociados con el “establishment” PRIPANPRDista, entre otros, que levantan la ceja luego de haber escuchado el anuncio del nombramiento de @delfinagomeza

Más allá de las reacciones o los comentarios, expresados durante la mañana, de forma un tanto improvisada, me parece que hay diez puntos, de entrada, que la futura funcionaria pública, integrante del gabinete legal y del equipo de trabajo más cercano al presidente de la república, podría considerar en el corto y mediano plazos.

1. La SEP es la dependencia del gobierno federal con el presupuesto más grande del presupuesto anual que se ejerce. Como sabemos, la mayor parte se destina a salarios del magisterio. Y probablemente es la proporción más grande del presupuesto que aplican las entidades federativas. Ello significa que se habrán de multiplicar las acciones para que esos recursos no se dilapiden ni se desvíen, sino que se apliquen correctamente a favor de la educación de las niñas, los niños, las y los jóvenes y adultos de México.

2. La cantidad de docentes, directivos, escolares, personal de apoyo a la educación y demás personal que labora, directa o indirectamente, para el sistema educativo nacional, rebasa los más de un millón 200 mil trabajadoras y trabajadores. Ello implica poner en marcha un sistema de atención federal y estatal, efectivo, que dé respuesta rápida y desburocratizada al magisterio, y que favorezca las condiciones laborales, generalmente adversas, en que trabaja el magisterio mexicano.

3. Es urgente crear una o varias mesas para atender a los casos específicos y prioritarios que tienen que ver con pagos retrasados o incumplidos sobre trabajos realizados por docentes y directivos escolares. Me refiero a las y los docentes de la Prepa en línea; a los profesores y las profesoras del Programa Nacional de Inglés (PRONI); así como a las maestras y los maestros que han participado en el programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC), a quienes se les adeudan ingresos complementarios o incentivos adicionales por trabajar en jornadas ampliadas.

4. He recibido comentarios en el sentido de que la Profesora Delfina pertenece al grupo político de Higinio (Martínez). Considero que tendrá que cortar cables o reestructurar sus vínculos políticos, en el contexto del cargo que, de ahora en adelante, le confía el presidente AMLO. Aunque, como lo escribí esta mañana, prefiero a ese grupo que al “elbismo” o al grupo “Atlacomulco”, que gobierna el EDOMEX.

5. Por otra parte, una compañera que trabaja en el sector educativo, en programas compensatorios, nos escribió lo siguiente, con respecto al nombramiento: “Será un aparador para la contienda del 2023 e irá por la gubernatura del Edo. de México.”. Mi respuesta fue: Habría que ver el trabajo que realice la Profesora Delfina al frente de la SEP, de ahora en adelante, y hasta ese entonces se podrá valorar qué tan adecuada sería su candidatura para que, por primera vez, gobierne una mujer no priista en Toluca, previa elección constitucional, claro.

6. Otro de los grandes retos de la futura titular de la SEP, será resolver los más añejos y complejos problemas generados por el burocratismo y el centralismo inoperantes que han padecido tanto la SEP como las secretarías de educación en las entidades federativas, así como en los organismos desconcentrados que se encargan de la administración de la educación básica en el país. En especial, sería conveniente emprender cambios en la Unidad del Sistema para Maestras y Maestros, que se creó y que mandata la ley aprobada en septiembre de 2019.

7. Un reto o desafío no menor, será la interlocución que habrá de realizar la Profesora Gómez Álvarez, de manera directa, asertiva y basada en la ley, con las dirigencias del oficialista SNTE y de las fuerzas magisteriales disidentes, agrupadas en la CNTE.

8. Lograr una ruptura ante el discurso hegemónico que se ha distribuido en la escuela pública, sobre todo me refiero al “gerencialismo”, que ha permeado o que ha llegado a ocupar eventualmente el lenguaje y las acciones de docentes y directivos escolares. Menos gerencialismo y más pensamiento pedagógico sería quizá la premisa. Ese será también uno de los más grandes y profundos desafíos que enfrentará, como obstáculo, la futura responsable de la educación nacional.

9. Combatir el rezago educativo, que cada año aumenta en el país (hace dos años se tenía un registro de alrededor de 32 millones de compatriotas en esa condición, fenómeno que incluye al analfabetismo). Obviamente en época de crisis sanitaria y económica, ese será uno de los principales desafíos de la gestión de la Profesora como titular de la SEP.

10. Retomar la discusión, desde abajo, acerca de los contenidos, los métodos, los enfoques y las prácticas educativas-pedagógicas, que habrán de movilizar a la escuela pública en México de ahora en adelante, es quizá otro de las principales prioridades del siguiente tramo de la gestión de la SEP a partir de 2021.

Fuente: https://www.sdpnoticias.com/amp/columnas/delfina-gomez-y-los-desafios-del-cambio-educativo.html?__twitter_impression=true

Comparte este contenido:

El currículo oculto de “Aprende en Casa II”

 Juan Carlos Miranda Arroyo

¿Dónde aprenden las niñas y los niños a levantar la mano para hacer uso de la palabra? ¿Dónde aprenden a decir “presente” al momento en que la maestra, desde preescolar, pasa lista? ¿En qué contexto social se aprende, por primera vez, a formarse o a hacer fila y a esperar a que un adulto dé indicaciones? Esos y muchos otros episodios de vida cotidiana, se generan en la escuela, no en la familia ni en ninguna otra institución social. Ahí (la escuela) es donde se desarrolla el conjunto de aprendizajes que se requieren para sobrevivir en la vida, tanto en la escuela como fuera de ella. Son los aprendizajes que forman parte del currículo paralelo u “oculto”.

Relacionado con ello, en el año 2019 escribí un artículo sobre la aplicabilidad del concepto de currículo paralelo u “oculto”, en las prácticas docentes, hoy. (1) Ello en el contexto social de la escuela pública en época de no pandemia. ¿Qué aspectos podrían recuperarse cuando hablamos del currículo “oculto” en época de pandemia, y cómo se da su aplicación en la base del sistema educativo?

Uno de los primeros exponentes del concepto de currículo paralelo u “oculto”, P. W. Jackson (2) señala que “…el currículo oculto sirve como mecanismo de adaptación a la sociedad y consiste en una introducción a las exigencias de las relaciones sociales del trabajo… la multitud, el elogio y el poder se combinan para dar un sabor específico a la vida en el aula, y generan colectivamente un currículum oculto o paralelo al currículo formal (académico o explícito), que cada alumno y cada profesor debe dominar para desenvolverse satisfactoriamente” en el medio escolar.

Esto nos lleva a analizar al currículo escolar en dos dimensiones claramente diferenciadas: Lo académico o explícito y lo “oculto” o implícito. Si la escuela es, por definición, una institución binaria, es decir, conservadora e innovadora a la vez, los actores de los procesos educativos que entran en acción en las escuelas (sobre todo los docentes, estudiantes, directivos, personal de apoyo y responsables de las familias), tienden a preservar no sólo las tradiciones sociales y culturales, sino también las relaciones sociales escolares dominantes, que dan soporte a la vida en las instituciones educativas (los llamados patrones de la “cultura escolar”), mismos que se producen, se reproducen e invariablemente se aprenden, se “interiorizan”, se asumen o se subjetivan por parte de dichos actores.

Por esa razón, (debido a la inercia conservadora y a la reproducción de patrones culturales), la realidad de la escuela pública, al menos lo que se observa en México, muestra que no han existido cambios profundos o sustantivos en ella a lo largo de los últimos 40 años, sino que se preservan ciertas rutinas escolares que no cambian al paso del tiempo, en todos los niveles de la educación escolar.

En época de pandemia, los patrones socio culturales se crean y se recrean

Hoy, en tiempos de pandemia, la expresión ampliamente divulgada y conocida –por patética y cotidiana-, de una madre que envía un texto a la maestra de Primaria, por medio del teléfono celular, con un mensaje como el siguiente: ”Cuando tenga dinero para comprar tiempo aire, con mucho gusto le enviaré la tarea de mi niño”. Expresión que da cuenta de los aprendizajes de la vida cotidiana que están vinculados de manera orgánica con las “relaciones escolares extraordinarias” que se desarrollan con la puesta en operación, en México, del esquema “Aprende en Casa II” (AEC-II de la SEP), como dispositivo que lanzaron las autoridades educativas federales para dar continuidad a las actividades educativas del ciclo escolar 2020-2021, en curso.

Lo interesante de este desarrollo de las prácticas escolares “sin escuelas abiertas”, es que el currículo paralelo u “oculto” se crea y al mismo tiempo se recrea, en vista de los contextos, las circunstancias sociales, económicas y culturales que se viven en las comunidades educativas, cuyo avance pende sobre un hilo en un contexto de crisis sanitaria y económica prolongada (estamos en el último día del mes de noviembre de 2020 y los reportes de las autoridades de salud, indican que la pandemia no tiene fecha clara de terminación o de control).

Por otra parte, si en cada una de las escuelas del esquema AEC-II, los propios actores educativos hicieran un ejercicio de autocrítica acerca de los patrones que se reproducen o se ponen en movimiento y en contradicción en el ámbito de las actividades de aprendizaje a distancia, como parte de sus culturas escolares idiosincráticas o diversas, singulares, se obtendrían hallazgos interesantes que darían pie a alternativas o ideas para la acción, las cuales generarían cambios significativos, concretos, a fin de sustituir las prácticas educativas caducas o ajenas a las necesidades planteadas por los estudiantes y sus familias, hoy, en las actividades escolares, a distancia, dentro del esquema AEC-II.

Un eje de gestión educativa y escolar orientado hacia el cambio, por ejemplo, (que deslegitime y desmonte la lógica del “control de grupo” por parte del docente, y del “control del docente”, por parte del directivo escolar), consiste en revisar las actitudes y los valores que son asumidos como “inamovibles” o “irremplazables” en la práctica docente y directiva, los cuales se viven a través de las prácticas educativas cotidianas, que podrían de ser tomadas en cuenta para abonar a favor de dichas aspiraciones de cambio educativo (antes desde el aula; hoy desde las interacciones a distancia).

Precisamente, un caso concreto que se repite como “irreductible”, hoy, es la aplicación de exámenes de conocimientos a distancia (en la lógica de evaluar a los aprendizajes de los estudiantes como acciones ligadas a un producto y no como a un proceso complejo y multifactorial); exámenes que se complementan con la colección de “evidencias de aprendizaje” (tareas a realizar en casa, mapas de conceptos, presentaciones digitales, llenado de cuadernillos o manuales, etc.), por parte de las y los docentes en estas condiciones adversas. ¿Dónde entra aquí la noción o concepto del currículo paralelo u “oculto”? Precisamente en las prácticas paralelas, informales, que acompañan a las actividades formales del currículo académico explícito u oficialmente prescito.

En la experiencia de la educación superior y en el ámbito de la formación de profesionales de la educación, una de las rutinas que más se registran como aprendizajes paralelos que regulan y marcan el paso de las interacciones escolares a distancia, son las ausencias discontinuas o intermitentes de las y los estudiantes en las sesiones virtuales (en tiempo real o asincrónico), y por lo tanto, para participar y realizar las actividades de aprendizaje sugeridas. Esto sucede con frecuencia a pesar de que las y los estudiantes universitarios son relativamente independientes en cuanto al uso de las nuevas tecnologías de la información y el conocimiento. ¿Cómo se darán las intermitencias o ausencias discontinuas en la educación básica, donde las y los estudiantes son, en su mayoría, tecnológicamente dependientes?

Por ello, considero que las innovaciones educativas tendrían que pasar, primero, por la crítica a los esquemas autoritarios que prevalecen (centrados en el control de las y los estudiantes), que cambian de manera gradual o que se trasforman discretamente, esto sobre todo en la escuela pública; sin descartar la idea, como alternativa, de la autogestión, del sentido de responsabilidad social, de la fraternidad y la solidaridad entre los miembros de la comunidad educativa; una educación como espacio social y cultural que establezca los equilibrios necesarios en sus relaciones con el entorno natural y social.

Pero también, y en segundo lugar, la dinámica del cambio educativo implica el extensionismo, es decir, que no solamente se queda en el ejercicio del cambio por parte de los actores educativos principales (docentes y directivos), sino que también habrá de abarcar a los estudiantes y a los familiares de éstos, puesto que sus propias dinámicas están orientadas hacia el “no cambio” o hacia la conservación del “estado de cosas”. Y en ello también está concentrada la inmovilidad educativa.

Así, dicho esto como una primera conclusión, tanto el currículo académico como el currículo paralelo, “social” (u “oculto”), demandan de un ejercicio de autocrítica y de revisión por parte de los diferentes actores o miembros de la comunidad escolar, en un sentido amplio y profundo. Y ahora, con la pandemia, de una manera más generalizada y continua.

Sin duda existen muchos otros temas en la agenda de discusiones sobre lo que podríamos cambiar en las escuelas “desde abajo”, y no como movimientos que vienen “desde arriba”, y atender a las necesidades esenciales de las comunidades educativas. Por ello pienso que el modelo verticalista del cambio educativo, “desde arriba”, está agotado y en franca crisis o decadencia. Como alternativa, el debate que habrá de desplegarse es el que nace desde la escuela pública, como entidad social y cultural de base. Así, los actores principales de ésta habrán de discutir acerca del qué, el cómo y el por qué generar cambios en la vida cotidiana escolar; más allá incluso de las iniciativas “reformistas”, generalmente impuestas a la escuela por parte de las cúpulas políticas, económicas, culturales y sindicales, que han demostrado ser, una y otra vez (por decir lo menos), un verdadero fracaso.

Fuentes consultadas:

(1) Aprendizajes curriculares explícitos y “ocultos”, SDP Noticias.com, 23 de octubre, 2019.

(2) El término en inglés del currículo “oculto” es hidden curriculum, y se escribe entre comillas porque no hay nada oculto o escondido en él. Jackson, en 1968, decía que ese currículo había estado oculto de la investigación educativa hegemónica de los años 60´s del siglo XX. Algunas de las notas tuvieron como referencia al siguiente sitio: http://abhb.blogspot.com/p/philip-w-jackson.html

Fuente:  https://profelandia.com/el-curriculo-oculto-de-aprende-en-casa-ii/

Comparte este contenido:
Page 12 of 25
1 10 11 12 13 14 25