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La educación superior y su diversidad

JOSÉ DE JESÚS REVELES

Una reflexión reciente de los sistemas nacionales de educación superior se moviliza en torno a dinámicas simultáneas de diversificación, diferenciación y convergencia. No es de extrañar, en consecuencia, que el reconocimiento del papel estratégico de estas instituciones en el enfrentamiento de los retos del siglo XXI se acompañe de preocupaciones acerca de la calidad, la eficiencia, la pertinencia y el potencial de respuesta de la formación educativa superior.

Para nadie es nuevo que existen instituciones que atraviesan diferentes problemáticas, que van desde los temas de control, supervisión y coordinación de los sistemas universitarios en sus diferentes modalidades.

En las últimas tres décadas el sistema de educación superior en México ha desarrollado profundas dinámicas de cambio en prácticamente todas sus dimensiones y componentes. Un primer rasgo de transformación está relacionado con los procesos de crecimiento, expansión, descentralización y diversificación del sistema.

Entre los elementos relevantes de tal dinámica cabe mencionar la creación de nuevas IES públicas en los estados. A través de la creación de los sistemas de universidades tecnológicas, universidades politécnicas, universidades públicas de apoyo solidario y universidades interculturales, la oferta de educación superior pública en México incentivó procesos de diferenciación de la oferta y de diversificación institucional.

A la par del crecimiento y la diferenciación del sistema, se han registrado modificaciones importantes en el ámbito de su gestión, las cuales guardan estrecha relación con las fórmulas que se han desprendido de la transición política nacional bajo las pautas del federalismo democrático.

Además de la renovación de los métodos y fórmulas de asignación del gasto público para las instituciones de educación superior, un proceso de gran importancia en la renovación de enfoques en el ámbito de las políticas de educación superior coordinadas por la Federación, se ha derivado del trabajo de formulación de propuestas, de mediano y largo plazo, elaborado por la ANUIES.

A partir de esa visión, la Asociación plantea líneas estratégicas de desarrollo a mediano y largo plazos, que coadyuvan al fortalecimiento de las IES asociadas y del sistema de educación en su conjunto.

En conclusión, el conjunto de instituciones que integran el sistema de educación superior en México tiene como rasgo principal la heterogeneidad y la diversidad. Incluye instituciones de diferente tipo, con distintos regímenes y formas de sostenimiento, como las autónomas y no autónomas, públicas y particulares, estatales, federales, universitarias, tecnológicas, normales e interculturales; incluye el nivel de licenciatura y el de posgrado.

Estimado lector, agradezco de antemano la atención prestada al presente y espero que haya sido de su interés. ¡Viva la Vida!

Fuente: https://www.elsoldezacatecas.com.mx/analisis/la-educacion-superior-y-su-diversidad-1989127.html

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Neurociencia y aprendizaje

Autor: josé de Jesús Reveles

Hoy en día el estudio de la conducta y de los hábitos del ser humano, así como del funcionamiento completo de nuestro cerebro, ha permitido encontrar algunas respuestas y ha colaborado con una mejor implementación en el campo educativo. Los grandes avances de la neurociencia han consentido develar los mecanismos cerebrales que hacen posible el aprender, el recordar y el grabar la información de manera permanente en el cerebro.

Las neurociencias dentro de la educación permiten entender, y conocer de que manera el aprendizaje se hace más efectivo. Es bien sabido que el aprender es un proceso innato del ser humano y siempre estamos en constante aprendizaje.

Hoy por ejemplo Judy Willis, neurocientífica e investigadora de la relación entre educación y neurociencia, en el proceso de aprendizaje, argumenta que es necesario valorar el estado de ánimo del alumno, es decir, la predisposición que éste tenga hacia la captación de una información novedosa.

Estamos en el entendido, que, si el alumno está emocionalmente positivo, la información recibida será aprendida con mayor facilidad, de lo contrario, las horas frente al profesor poco o nada habrán valido la pena.

Por eso, a juicio de quien les escribe, resulta fundamental e importante la metodología dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje, ya que depende en gran parte de la manera cómo el estudiante se predisponga para aprender.

Entendemos entonces, en éste primer momento, que como lo arguye Willis, son las emociones las que conducen la memoria, esto significa que, si las emociones son placenteras, el rechazo a información novedosa será menor, y, por ende, el aprendizaje más efectivo.

Otro aspecto que no se debe dejar de lado es que, para la neurociencia, al cerebro agiliza el aprendizaje cuando se incorpora mediante esquemas, mapas, gráficos y cualquier otra herramienta que permita la formalidad y el orden. Dicha información se maximiza cuando ésta se relaciona con aprendizajes previos, es decir, vivencias personales que los alumnos tienen y que permiten entender mejor lo aprendido.

Ahora bien, para mejorar la calidad de la educación, el sistema educativo mexicano necesita adoptar propuestas innovadoras. Es allí donde surge como posibilidad inmediata la Neuroeducación como una de las propuestas a ser tomada en cuenta.

Por tal razón, es de vital importancia que, en las aulas de los diferentes niveles educativos en nuestro país, se implementen nuevos componentes que abran camino a un modelo de práctica pedagógica, que considere la armonía entre el cerebro, el aprendizaje y el desarrollo humano.

Fuente: https://www.elsoldezacatecas.com.mx/analisis/neurociencia-y-aprendizaje-1848418.html

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La educación Normal como pilar de transformación educativa

JOSÉ DE JESÚS REVELES

La educación normalista, como sistema de educación superior en México enfrenta varios desafíos, uno de ellos es transformarse a efecto de ser parte de la sociedad mundial del conocimiento y la información; dicha transformación tendrá que contar con un eje basado en una visión innovadora y un nuevo paradigma para la formación de los futuros profesores de educación básica.

Tal paradigma debe incluir, entre otros elementos, la educación a lo largo de la vida, el aprendizaje autodirigido, la formación integral con una visión humanista y la inclusión y atención a la diversidad como eje neurálgico.

En pocas palabras, la educación normal requiere cumplir sus funciones con calidad, entendiendo a ésta como la generación de espacios adecuados para llevar a cabo una relación pedagógica rica en experiencias e innovadora en su práctica.

Existen, a juicio del que escribe, dos condiciones para alcanzar esta tan anhelada calidad educativa: romper los esquemas paradigmáticos decadentes y aprovechar adecuadamente los recursos humanos que aporten mayor esfuerzo en tareas educativas innovadoras.

Dicho esfuerzo debe derivar del convencimiento personal, del compromiso de cada uno de los miembros de la institución educativa, especialmente de lasautoridades, alumnosy profesores.

El mundo exige hoy en día, flexibilidad y creatividad para adaptarse a una vida profundamente cambiante, y la escuela no debe estar al margen de ésta realidad; es necesario asumir currículos cada vez más flexibles y transversales, cuyos enfoques educativos respondan a las necesidades del entorno social, económico y cultural.

Este referente nos hace obligada una reflexión que ya expertos cognitivos del aprendizaje, hacían años atrás; Pozo y Monereo (2009), expresaban que “no podemos conformarnos con que todo proceso educativo innovador quede en propuestas normativas y en discursos de los políticos y académicos, sino que este intento valiente de modernizar a la educación y que este enfocado a promover y fomentar el aprendizaje a lo largo de la vida; garantice la calidad, mediante la puesta en marcha de sistemas que permitan nuevas formas de aprender”

Es así, que hoy en día, se cuenta con un plan estratégico de fortalecimiento y transformación de las escuelas normales, en donde como acción transformadora, se avecinas nuevos planes de estudio para el próximo ciclo escolar 2018-2019; esperemos que estén a la altura de las circunstancias y los futuros docentes que se formarán en éstos, cubran las necesidades de las nuevas generaciones de estudiantes del nivel básico de nuestro país.

Fuente: https://www.elsoldezacatecas.com.mx/analisis/la-educacion-normal-como-pilar-de-transformacion-educativa-1795097.html

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La estructura emocional, el aprendizaje y la tarea docente

Por: José de Jesús Reveles

A partir de los años sesenta cuando la psicología empírica comenzó a otorgar mayor valor a los aspectos cognitivos y su influencia en el comportamiento y personalidad; trabajos del canadiense Albert Bandura (1982), y otros autores, demostraron el impacto que nuestros pensamientos y creencias ejercen sobre nuestras actuaciones y proporcionan herramientas terapéuticas eficaces en el control de la ansiedad y la depresión.

Martin Seligman (1981) sostiene que el pesimismo es un estilo de pensamiento, caracterizado por la explicación que la persona se hace de la adversidad como algo permanente universal y personal.Esta forma de pensamiento lleva a la indefensión y a la desesperanza.

Por el contrario, el estilo optimista de pensamiento explica la adversidad como transitoria, específica y externa a la persona. Esto permite mantener viva la esperanza y sentir que el cambio es posible. La esperanza hace que la persona esté dispuesta a ponerse en pie, a continuar esforzándose, a buscar alternativas y a persistir frente a la adversidad.

La mayoría de los niños y jóvenes encuentran en su entorno familiar y en los contextos en los que viven, las condiciones de protección y los modelos que necesitan para desarrollarse. Sin embargo, en algunos casos no reciben la atención necesaria por parte de las personas encargadas de su cuidado.

En estas situaciones, el desarrollo evolutivo no se produce adecuadamente, afectando esto tanto a su competencia y adaptación social, como a los aprendizajes escolares.

Hoy en día, las instituciones educativas son los lugares propios de socialización de los niños y jóvenes, y es en ellas donde manifiestan con más claridad sus dificultades en las tareas y competencias de cada una de las etapas de crecimiento académico y social.

Los profesionales de la educación cumplen un papel importante en la prevención, detección e intervención, cuando alguno de los niños o jóvenes está sufriendo una situación de riesgo o se están vulnerando sus derechos desde cualquiera de los contextos donde vive.

Es así que en los diferentes procesos educativos se tienen un compromiso con el bienestar de éstos y les obliga a tomar postura activa en aquellos casos en los que los niños están siendo víctimas de situaciones de desprotección, o no están siendo satisfechas de forma adecuada sus necesidades básicas, y a notificar estas situaciones para poner en marcha las actuaciones de protección oportunas.

En tal sentido, los aprendizajes significativos son producto de la interacción que fluye entre el docente y el estudiante permeados por emociones gratas, los cuales internalizados en un proceso entre la razón y la emoción garantiza un efecto deseado.

Así, se ha demostrado que las emociones representan junto a los procesos cognitivos un factor determinante en la adquisición del conocimiento, tomando en consideración que, si la experiencia de aprendizaje es agradable a los estudiantes, ellos lograran aprendizajes significativos, de lo contrario propiciarán procesos emocionales negativos que generará una conducta de huida hacia la disciplina que administre el docente en su momento y entre los diversos estudios generados sobre ella.

En este sentido, es importante señalar que los procesos emocionales deben ser considerados en el campo educativo, puesto que estos no solamente ocurren en el interior del sujeto, sino que también son parte de la interacción social. Circunstancia por la que se suelen llamarse procesos psicosociales, los cuales conforman la base central de la educación.

Fuente: https://www.elsoldezacatecas.com.mx/analisis/la-estructura-emocional-el-aprendizaje-y-la-tarea-docente-1587687.html

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La investigación y las líneas de generación de conocimiento en la docencia

Por: José de Jesús Reveles

A juicio de quien les escribe, la investigación educativa permite no solo generar un camino con el cual podamos analizar las necesidades que como docentes se tienen, tanto en el quehacer dentro del lugar de trabajo como en el progreso profesional, con el fin de mejorar la calidad educativa y por ende, de los servicios educativos en sus diferentes niveles.

Desafortunadamente entre la comunidad docente en México no ha existido una verdadera cultura de investigación. Dos de las razones fundamentales han sido la falta de recursos tecnológicos y el desconocimiento en cuanto a metodologías de investigación que sean pertinentes dentro del campo de la educación.

La investigación en el campo de la educación, y especialmente en un país tan rico en diversidad como el nuestro, no puede quedarse nada más en un cientificismo teórico que satisfaga las necesidades intelectuales de investigadores individuales o de instituciones específicas.

Es necesario tener presente que la investigación educativa en México tiene un compromiso social. Este hecho pone de manifiesto la necesidad de que investigadores educativos y sus proyectos respondan a las necesidades del entorno social y educativo; esto hará posible que exista una cultura de investigación y se generen líneas de investigación que de manera permanente serán precursoras de generación de conocimiento.

Para que esto sea una realidad, es necesario que el diseño de la investigación educativa en México cuenta con criterios de pertinencia, integridad, flexibilidad y pluralidad.

Es así como los programas educativos y sus contenidos necesitan adaptarse a la realidad del maestro, del alumno y de las condiciones regionales y locales de los centros educativos. Deben incluir el saber científico general y también popular, relacionándolos con el fin de ayudar al estudiante a interpretar su entorno desde lo local, a lo nacional, hasta una concepción de su lugar como individuo en el mundo.

Hoy en día la investigación educativa se encuentra principalmente fundamentada en la necesidad de plantear, crear y desarrollar proyectos referentes a la investigación, con el fin de analizar y evaluar la calidad de la educación que se desarrolla dentro de las instituciones formativas en el proceso de aprendizaje.

Es decir, se concibe a la docencia y a la investigación como prácticas del conocimiento humano, cuyos términos se refuerzan mutuamente. La vinculación docencia-investigación adopta diversos y variados grados en cada una de las dependencias académicas.

Así una parte indispensable de la labor de docencia que se desarrolla en las facultades y escuelas normales requiere de la realización de investigación y sea ésta considerada una faceta de su propio trabajo.

Sin embargo, la investigación desarrollada en estas instituciones no debe significar únicamente un atractivo para el logro de personal académico altamente calificado, sino además, debe concebirse como un estímulo a la capacidad creativa de los profesores y como un medio para introducir a los alumnos en el conocimiento y manejo de la metodología científica, la cual contribuye de manera importante al enriquecimiento de su formación y al desarrollo de habilidades como son la capacidad de análisis, síntesis, deducción, inducción, evaluación, etcétera.

Fuente: https://www.elsoldezacatecas.com.mx/analisis/la-investigacion-y-las-lineas-de-generacion-de-conocimiento-en-la-docencia-1570670.html

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La docencia y el aprendizaje centrado en el alumno

Por: José de Jesús Reveles

En la actualidad hablar acerca del enfoque educativo “centrado en el alumno” considera la individualidad de los estudiantes en el proceso de aprendizaje. Es necesario y fundamental tomar en cuenta a cada alumno con sus rasgos heredados, sus perspectivas, experiencia previa, talentos, intereses, capacidades y necesidades.

Esta perspectiva asume que los docentes deben comprender la realidad del alumno, apoyar sus necesidades básicas de aprendizaje, así como las capacidades existentes. Se requiere entonces conocer a cada alumno y comprender el proceso de aprendizaje.

La labor docente debe tener presente hoy en día como punto de partida el aprendizaje del alumno, al que se considere sujeto de la educación. La finalidad no es solamente que el alumno adquiera una serie de conocimientos (como en el modelo centrado en el profesor), sino también que desarrolle procedimientos autónomos de pensamiento. La actividad espontánea del alumno es, a la vez, meta y punto de partida de la acción educativa actual.

Entonces, no se trata de una educación para informar (y mucho menos para conformar comportamientos) sino que busca formar al alumno y transformar su realidad. Parte del postulado de que nadie se educa solo, sino que los seres humanos se educan entre sí mediatizados por el mundo.

La educación se entiende como un proceso permanente en el que el alumno va descubriendo, elaborando, reinventando y haciendo suyo el conocimiento. El docente acompaña para estimular el análisis y la reflexión, para facilitar ambos, para aprender con y del alumno, para reconocer la realidad y volverla a construir juntos.

Es fundamental pugnar por un cambio de actitudes, pero no debe basarse en el condicionamiento mecánico de conductas sino en el avance del alumno acrítico a un alumno crítico, con valores solidarios.

La docencia hoy en día debe procurar apoyar al estudiante y lograr que aprenda a aprender, razonando por sí mismo y desarrollando su capacidad de deducir, de relacionar y de elaborar síntesis. Debe proporcionar instrumentos para pensar, para interrelacionar hechos y obtener conclusiones y consecuencias válidas.

En esta realidad es vital la participación del alumno en el proceso educativo y la formación para la participación en la sociedad, pues propone que, solo participando, investigando, buscando respuestas y problematizando se llega realmente al conocimiento contextual.

Los expertos educativos en el mundo coinciden en que existen tres nuevas competencias relevantes para llevar a cabo esta nueva forma de enseñanza, que serían: el diseño de tareas de aprendizaje, la forma de evaluar como condicionante de la forma de estudio del alumno y como ayuda al aprendizaje, y competencias relacionales, para la comunicación con los alumnos y con los padres.

Ante esta realidad educativa el docente de hoy debe facilitar el aprendizaje, no debe concentrarse en enseñar, sino ayudar a aprender. La enseñanza se debe concebirse como “una tarea que facilita el aprendizaje” y esto llegará a un feliz término si los alumnos han logrado aprender, no si se ha logrado enseñar.

Actualmente existe conciencia de esto, pero es bien sabido que muchos docentes piensan que su tarea es enseñar y si el alumno no aprende es su problema, y en la realidad es de los dos, ya que una buena docencia implica dominar técnicas de aprendizaje que sean eficaces para el proceso, y solo lo serán si el alumno aprende, si no se estaría fracasando profesionalmente.

Estimado lector, agradezco de antemano la atención prestada al presente, y desear a cada uno de ustedes una Feliz Navidad en compañía de sus seres queridos. Nos leemos en la próxima ocasión y espero haya sido de su interés.

Fuente noticia: https://www.elsoldezacatecas.com.mx/columna/la-docencia-y-el-aprendizaje-centrado-en-el-alumno

Fuente imagen: https://entreeducadores.files.wordpress.com/2010/03/alumno-y-profesora.jpg

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La barbarie pedagógica en el siglo XXI

Por: José de Jesús Reveles

“Todos hablan de paz, pero nadie educa para la paz. Hoy en día se educa para la competencia y la competencia es el principio de cualquier guerra”.  (Lipnizka, 2012)

El conductismo es una corriente que se desprende de la psicología, su referente teórico es John B. Watson (1913), quien se basó en los estudios de Pavlov. El conductismo en la educación toma al alumno como si éste fuese una tabula rasa, es decir, que los alumnos vienen sin conocimientos previos al aula y que el docente es quien posee ese conocimiento y debe transmitírselo, por lo tanto, el rol del docente suele distorsionarse, en lugar de establecer un vínculo positivo con el alumno.

Según Los Santos (2004) el profesor debe dejar de ser un transmisor de información para convertirse en un facilitador del aprendizaje, debe dejar de ser el único portador de verdades inamovibles, haciendo del alumno un protagonista de su propio aprendizaje. Es decir que el ambiente de la clase debe ser un proceso de relaciones y vínculos, que encuentre un equilibro dinámico permanente.

Pero en los últimos años la relación entre alumnos y docentes ha tomado un rumbo que no favorece a la educación, ya que quienes tienen el control de la clase resultan ser los alumnos y no necesariamente la conducción paradigmática de los profesores.

Por lo tanto, hoy en día la incógnita que se presenta dentro de lo aquí explicado es; qué rol debe cumplir el docente frente al alumno, si teniendo una relación simétrica, donde existe un vínculo entre el estudiante y el profesor, los alumnos en la actualidad actúan de manera agresiva y no es privativo de un lugar en específico en el mundo, es una situación globalizada.

Por ejemplo, en la película “La educación prohibida”, uno de los docentes entrevistados expone que, en teoría todas las leyes nos hablan de objetivo de desarrollo humano, profundo: tales como cooperación, comunidad, solidaridad, libertad, paz, felicidad y se llenan de palabras hermosas.

La realidad es que cada vez más se tienen ejemplos en los que la estructura básica del sistema promueve justamente los valores opuestos: la competencia, el individualismo, la discriminación, el condicionamiento, la violencia emocional, el materialismo, cualquier idea que se promueve del discurso es incoherente con la estructura que se sostiene.

Por lo tanto, existe un doble discurso pedagógico, ya que genera una controversia que resulta visible no sólo en la relación alumno-profesor, sino también en la relación alumno-alumno.

Actualmente es fundamental preguntarse si estas actitudes son producto de la competencia que se genera dentro del aula mediante el proceso de la evaluación del conocimiento, si son producto de la teoría conductistas donde el alumno no es un individuo, sino como se suele entender en muchos de los casos, es sólo un número que asiste a clase, adquiere conocimiento y luego se enfrenta a un conjunto de profesores donde será evaluado.

Es decir que el alumno no importa cómo sea, sino que es solamente una esponja que debe absorber lo que se enseña en clase y ese conocimiento será extraído al momento de la evaluación, tal como lo explica Freire en su concepto de pedagogía bancaria.

En este contexto surge la necesidad de preguntarse si el constructivismo o la cognición serán capaces de resolver los problemas planteados anteriormente, generando así un discurso único e indiscutible basado en la paz y el compañerismo.

Pero para que este ideal de educación se construya y sea ejercido en su totalidad, tanto alumnos como profesores deberán provocar un cambio que tendrá resultados fructíferos a largo a plazo, con el fin de generar un discurso único donde la violencia y la competencia estén suprimidas.

Estimado lector, agradezco de antemano la atención prestada al presente y espero que haya sido de su interés… y como siempre y para siempre ¡VIVA LA VIDA!

Fuente noticia: https://www.elsoldezacatecas.com.mx/columna/la-barbarie-pedagogica-en-el-siglo-xxi

Fuente imagen: http://1.bp.blogspot.com/-CmTLEfZFp1o/Uo_pNteLK_I/AAAAAAAAABM/iKTCoWZzKqM/s1600/Cultura1.jpeg

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