Bolívar, la UBV y sus estudiantes

JOSÉ GREGORIO LINARES


En la UBV se está gestando un vigoroso movimiento bolivariano cuyo núcleo central lo constituyen sus estudiantes. La doctrina del Padre de la Patria es su artillería del pensamiento; su arma, la espada de Bolívar; su ideal, reencarnar junto al pueblo el espíritu del Libertador. Bolívar se convierte en antorcha que ilumina los espacios de lucha, estudio y reflexión.

El estudiante Heyfed expresa que Bolívar “despierta la sensibilidad por el prójimo, hombre de corazón noble, de grandes ideas, pero también de grandes amores, más allá del amor a su tierra, a su gente y a sus principios, vivía en el sentimiento puro hacia aquellas mujeres que robaron su corazón y aquellos amigos que se volvieron hermanos. Hoy debemos aprender a luchar y amar como Bolívar. Así, cada grano de arena que coloque cada uno será un fuerte torbellino contra el gran explotador y opresor, el imperialismo”.

Para Caridad, Bolívar es “un libertador de carne y hueso, un líder sentipensante que es imprescindible retomar, ya que una de las premisas de este proceso es la construcción de nuevos paradigmas a partir de la solidaridad, el amor, la sensibilidad”. Destaca la semejanza entre Bolívar y Chávez: “Ambos personajes lograron la trascendencia de su obra por haber consolidado el nivel de conciencia necesario para, como diría Luis Bigott, abrir el alma para comprender el alma del otro”.

Eukarys reflexiona: “Bolívar al morir se queda solo, sin ese pueblo que lo acompañó en las batallas para liberarlo del poder de la Corona. Cuando Chávez muere, su pueblo, ese pueblo que lo apoyó en su proceso revolucionario y lo sigue apoyando en este proceso, lo guía y lo acompaña hasta su sepulcro. El pueblo lo acompaña porque Chávez no sólo liberó a Venezuela de las dictaduras de la Cuarta República, sino que también le recordó a América Latina su historia”.

Asimismo Yurauqui considera que Bolívar nos enseñó que “el bienestar del pueblo está en primera instancia en manos del Estado, éste es el que debe manejar la seguridad y abogar por el bien común.

Además, el Estado tiene el derecho y el deber de promover la agricultura porque la producción del suelo es la actividad de más riqueza, es el motor de la vida misma”.

Raúl expresa: “Bolívar cobró vida cuando todos aquellos que sienten a la patria hasta en las entrañas, como dijera Augusto Mijares, acudieron al llamado para recrear la Venezuela posible. El Libertador bajó a la plaza una y otra vez, vuelto pueblo, y nos dio una nueva Constitución, unas leyes necesarias para la redención de los hombres y mujeres olvidados a su suerte por más de cien años de desidia y pobreza.

Hoy, una vez más, se cierne sobre la patria la sombra de la traición. No deseo que se cumpla la sentencia de Pablo Neruda que dice: “Bolívar despierta cada cien años cuando despiertan los pueblos”. No podemos esperar cien años más, hay que darle vida ahora mismo a Bolívar”.

Los estudiantes de la UBV nos demuestran con sus actos que “hoy, más que nunca, es la hora de Bolívar y está sonando en todos los relojes”. Luchan para “que suene también en todos los corazones”, como quería Chávez. ¡Que vivan los estudiantes!

Fuente del artículo: http://ciudadccs.info/jose-gregorio-linaresletra-bolivarianabolivar-la-ubv-y-sus-estudiantes/

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La Historia y su tribunal

 

La historia es un tribunal implacable. Sus veredictos suelen ser irrevocables. Muchas veces los seres humanos, obnubilados por las pasiones del momento y cegados por el odio, incurren en actos vergonzosos que la Historia reprueba. De modo que debemos andarnos con cuidado si no queremos que el fallo histórico sobre nuestra conducta llene de vergüenza a nuestros descendientes y constituya una mancha en la memoria colectiva.

Un ejemplo: En 1831 en España en la casa de una joven de veintiséis años llamada Mariana Pineda la policía monárquica encontró una bandera a medio bordar donde estaba esbozado el lema republicano “Igualdad, Libertad y Ley”. El hecho fue considerado por las autoridades como “horroroso delito”. Mariana fue acusada de traición, juzgada, condenada a muerte y ejecutada en el garrote vil. Dejó tres huérfanos. Otro caso: En noviembre de 1871 en Cuba alguien rayó el cristal que cubría la tumba de Gonzalo Castañón, conocido periodista enemigo de la independencia cubana. Del hecho fueron responsabilizados ocho estudiantes del primer año de Medicina que casualmente habían pasado por allí. De inmediato fueron procesados en juicio sumarísimo, condenados a muerte y fusilados. Tenían entre 16 y veintiún años. Asimismo, en Venezuela en 1928 un grupo de jóvenes organizó La Semana del Estudiante. Nombraron la reina del evento, Beatriz I, y uno de los organizadores, Pío Tamayo, le leyó un poema tituladohomenaje y demanda del indio” donde se invoca la libertad. Por ese motivo fue encarcelado en el tenebroso Castillo de Puerto Cabello de donde no saldría sino siete años después, muy enfermo, cuando ya estaba a punto de morir.

Por otro lado, en 1937 en nuestro país fueron publicadas en la revista Fantoches unas caricaturas del humorista Leoncio Martínez “Leo” donde denunciaba el apoyo de los jerarcas de la Iglesia Católica a la sublevación franquista contra la República Española. Como respuesta, un grupo de estudiantes derechistas dirigidos por Rafael Caldera le propinó una terrible paliza que casi le causa la muerte. Los responsables del delito no recibieron castigo alguno. Al contrario, fueron premiados: con el apoyo de la oligarquía fundaron el partido COPEI. Igualmente, en 1988 catorce pescadores fueron asesinados en el sector conocido como Caño La Colorada, estado Apure. La operación fue ejecutada por fuerzas militares y elementos civiles de los organismos de seguridad del Estado, quienes alegaron que actuaron en defensa propia pues las víctimas eran guerrilleros que los atacaron. Por fortuna dos pescadores sobrevivieron y contaron la verdad de los hechos: fue una masacre. Pese a las evidencias los tribunales absolvieron a los criminales. Se impuso la impunidad.

En este momento histórico una alianza derechista promueve una ley que impropiamente llaman de amnistía y reconciliación la cual sienta un gravísimo precedente: graves delitos serían exonerados mientras los reclamos de víctimas inocentes serían ignorados. De este modo, cuando los historiadores del futuro estudien este hecho y deban dar su dictamen quedarán convencidos de que se quiso cometer una infamia. Y dirán que afortunadamente un pueblo con sentido de la ética lo impidió. Un pueblo que parafraseando a Fidel Castro puede decir: “La Historia me absolverá”.

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Venezuela:Cátedra itinerante ¡Bolívar Vive!

José Gregorio Linares

Bolívar estaba secuestrado por las oligarquías. Su doctrina y obra fueron tergiversadas u ocultadas. Lo convirtieron en fetiche hecho a la medida de sus intereses antinacionales y antipopulares. El Libertador estaba en los cielos, y nosotros los desheredados en la tierra. Todo esto pasó en los tiempos de la desmemoria.

Pero somos el pueblo de Bolívar. No más tiempo podíamos vivir sin reivindicar su auténtico legado y continuar sus luchas. Entonces el pueblo salió al encuentro del Bolívar vivo e insurgente. Así, entre los hombres y mujeres del pueblo resurgió el Bolívar de los oprimidos. En el Parnaso de la mentira quedó el Bolívar de bronce y mármol. El pueblo en rebelión les enseñó a todos que, como dijera Miguel Otero Silva, “la tempestad no puede ser tallada”.

Ahora esta oligarquía quiere reeditar al gastado Bolívar “clásico”, de polilla e incienso, de efemérides. El Bolívar mármol donde por mucho tiempo aprisionaron el espíritu del auténtico Libertador. Por eso intentan destruir la imagen del Bolívar de carne y hueso que les recuerda al héroe vivo comprometido con las luchas anticoloniales, al líder de los combates al frente de los desposeídos, al alfarero de repúblicas fundadas en nobles principios, al soñador de un nuevo orden mundial basado en el equilibrio del universo, al inspirador de la Revolución Latinoamericana. Quieren evitar que su nombre, como una chispa, encienda la llama de nuestras conciencias.

La poeta Juana de Ibarbourou demandaba: “A Bolívar habría que cantarle con la garganta de los vientos y el pecho del mar”. Y eso es, precisamente, lo que nos proponemos hacer los impulsores de la “Cátedra itinerante ¡Bolívar Vive!”: Divulgar el ideario telúrico del Libertador a lo largo del territorio nacional. Irnos por aquellos montes lejos con Bolívar en las alforjas. Maestros, cantores, poetas, dramaturgos, artistas plásticos y promotores culturales recrearemos al Bolívar cimarrón. Para que el Libertador tome las calles, las plazas y las tribunas, y su espíritu nos acompañe en este momento histórico de grandes desafíos. Para que se cumpla el encargo de Gabriela Mistral: “hacerlo criatura cotidiana, tenerlo como paisaje nuestro hasta que nos corra por la sangre”.

 

Fuente de la noticia: http://ciudadccs.info/jose-gregorio-linarescatedra-itinerante-bolivar-vive/

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El corazón de Luis Antonio Bigott

Decía Unamuno que hay seres sin cuya presencia en este mundo “la humanidad quedaría incompleta”. Luis Bigott es uno de esos seres. Dedicó su vida a hacer el bien. Era un hombre sensible ante las penurias de los otros. Vivió una infancia pobre y muy rica en experiencias. Desde niño comprendió que como dijera Ignacio Martín Baró “hay verdades que sólo desde el sufrimiento o desde la atalaya crítica de las situaciones es posible descubrir”. Siempre insistía en que somos seres “sentipensantes”, personas que como decía Fals- Borda “combinamos en todo lo que hacemos razón y pasión, cuerpo y corazón”.

Por esos motivos, su primer trabajo como maestro lo quiso desempeñar en una escuela del interior del país, en el Mácaro estado Aragua. Daba clases a niños muy pobres. Eran 17 en total, de los cuales cinco iban descalzos. Y como él venía del mundo de la pobreza se identificaba con la pobreza de ellos. Siguiendo las enseñanzas de Simón Rodríguez decidió “convertir el mal ajeno en propio”. Se planteó ayudarlos. Pero todo conspiraba contra sus esfuerzos: la desnutrición, la falta de libros, la manipulación de los partidos, la indolencia del gobierno, la sordidez de la calle, la abulia de los funcionarios, la televisión enajenante.

De este modo fue comprendiendo que el principal causante de la pobreza era el capitalismo neocolonial y que la solución era la acción política, académica y cultural ejercida por el pueblo y sus poderes creadores contra un sistema de ignominia en el cual el educador en vez de ser agente de transformación se había convertido en marioneta de la neocolonización, en reproductor del discurso de la  antipatria. Frente a esta situación solía repetir las palabras de Martí: “Quien tenga Patria, que la honre y quien no tenga Patria, que la conquiste”. Esa y no otra, agregaba, es la función del educador en esta hora de América.

Así ejerció Bigott la pedagogía: desde la sensibilidad y la pasión. Hoy y siempre te recordaremos, maestro. Y «recordar» es la palabra indicada porque sus raíces son «re» que significa «otra vez”, y «cordar» que viene de «cordio», que significa «corazón». Entonces recordarte es acercarte otra vez a nuestros corazones. Así nunca olvidaremos que como lo decías “solo el amor engendra maravillas”.

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