Por: José Martínez Olmos.
Conocimos hace unos días en la portada de Granada hoy que uno de cada cuatro alumnos de la provincia de Granada no completa la ESO, según el último informe del menor elaborado por el Defensor del Pueblo Andaluz; y, aunque señala una ligera mejoría sobre los datos de 2014, me parece que refleja una situación preocupante y un signo de mala calidad del sistema educativo.
Tengo que confesar que cada vez que conozco alguna información relativa a problemas del sistema educativo no me resisto a la tentación de hacer la comparación con el sistema sanitario. ¿Como actúa el sistema sanitario ante situaciones de fracaso similares a la del abandono escolar en el ámbito educativo? En la columna de hoy, para polemizar y generar debate, argumentaré que la sanidad reacciona mucho mejor y con más implicación profesional.
Imaginemos que en un determinado grupo poblacional socialmente deprimido y/o geográficamente definido, la cobertura del programa de vacunas o de un screening de cáncer de mama es notablemente inferior al deseable. Este ejemplo permite describir la respuesta típica del sistema sanitario: se elabora un programa de intervención específico que, en general, cuenta con la implicación y el liderazgo de los profesionales y, muchas veces, surge por iniciativa de los profesionales y de sus organizaciones.
De tal forma suele ser así, que es difícil encontrar que el sistema sanitario tenga déficits crónicos de calidad en aspectos de carácter poblacional o preventivos. No quiero decir con esto que no haya problemas e insuficiencias que resolver en la sanidad.
Desde mi punto de vista, la mejor estructuración de las profesiones sanitarias en organizaciones profesionales y la mayor tradición organizativa con una orientación de ética social en beneficio de pacientes y ciudadanos, marca la diferencia con el sistema educativo.
En esta diferencia puede radicar una clave importante que haga más débil al sistema educativo en comparación con el sistema sanitario. En sanidad, es el empuje profesional un elemento esencial que explica muchas de las iniciativas y de las respuestas a los problemas de calidad.
Por eso, me gustaría percibir una reacción del sistema educativo y de las organizaciones profesionales similar a lo que creo que ocurre en la sanidad, para resolver el problema del abandono escolar, que muchos consideramos como un fracaso inaceptable del sistema educativo y de la sociedad. Ahora, a polemizar.
Fuente del artículo: https://www.granadahoy.com/opinion/articulos/Educacion-calidad_0_1381061946.html