Cuando dar clase crea un síndrome.

Revelan cuánto afecta el estrés laboral crónico a docentes de Secundaria.

Por:Juan Pablo de Marco.

Agotamiento emocional, falta de realización personal y despersonalización. Estas son las tres sensaciones que padecen el 4,2% de los docentes de ciclo básico de liceos públicos de Montevideo, según una investigación de la Universidad Católica.

El estudio, titulado «El síndrome de Burnout en un grupo de profesores de enseñanza secundaria en Montevideo», analizó a 279 profesionales que completaron un cuestionario que intentaba detectar si padecían algunos de estos síntomas. Este síndrome también es conocido como estrés laboral crónico y provoca un deterioro emocional y físico como por ejemplo insomnio, fatiga, ansiedad o irritabilidad.

«Como soy docente, me parecía importante concientizar sobre la existencia de este síndrome. Muchos profesores se sentían identificados, pero no tenían ni idea que existía», señaló a El País Natalia Colino, magíster en Educación y autora de la investigación junto a Pablo Pérez de León.

Para realizarlo, Colino eligió liceos públicos de diferentes contextos socioeconómicos y con un alumnado adolescente, por lo que no se analizaron clases donde había estudiantes mayores de edad.

Resultados.

Del 4,2% que mostraron tener todas las dimensiones del síndrome, el agotamiento emocional fue el que más se hizo evidente. «Es cuando sentís que no podés más, cuando sobrepasaste tus límites», indicó Colino.

En segundo lugar apareció la falta de realización personal, la cual ocurre cuando una persona siente que da más de lo que recibe o cuando surgen crisis vocaciones y hay deseos de abandonar la profesión. Un sueldo bajo, sumado a un liceo ubicado en un contexto crítico, pueden ser factores que alimenten esta dimensión.

La despersonalización, como tercera característica del síndrome, es cuando el docente empieza a tratar al alumno como un objeto. «En este caso, los estudiantes no reciben una atención personalizada. Y el profesor ya no tiene energías como para tratarlo como se merece», apuntó Colino.

Si bien la despersonalización fue confesada por algunos docentes, no tuvo resultados relevantes. Por eso, el estudio calificó este hecho como «positivo» debido a que es la dimensión que más provoca consecuencias sobre el estudiante.

Otro resultado significativo que arrojó esta investigación realizada durante dos años y publicada en 2015  es que el 42% de los encuestados obtuvieron valores altos en al menos una de estas dimensiones.

Quienes mostraron mayor tendencia a sufrir un agotamiento emocional fueron las mujeres, indicó el estudio, algo que ya han manifestado estudios internacionales que cita la investigación.

Mientras que los profesores con poca antigüedad en la profesión, aquellos que no tienen formación docente y los que trabajan en dos centros educativos son más propensos a manifestar una baja realización personal.

La investigación muestra que las personas que presentan niveles más altos de agotamiento emocional son las que solicitan licencias médicas. Colino contó que decidió averiguar este punto en su investigación porque «en la prensa salen muchos datos sobre la cantidad de faltas» de los profesores. «La pregunta es si muchos de estos docentes están padeciendo un problema como este (y por eso faltan). Es la discusión de qué viene primero: el huevo o la gallina», comentó.

Otros estudios.

Este tipo de padecimientos se presentan, en mayor medida, en trabajos que implican un permanente contacto con personas como la docencia, la medicina y trabajos en cárceles. Por eso, en Uruguay y el mundo se pueden encontrar múltiples estudios científicos sobre los profesionales de estas áreas.

En la salud, se viene estudiando el fenómeno desde 1994. Uno de los últimos estudios fue el que analizó el estrés laboral asociado a la residencia de anestesiología en 2013 y se encontró una prevalencia del 17,3% de los encuestados.

Ese mismo año, una docena de médicos realizaron el estudio a médicos intensivistas y encontraron que el 51% presentaron síntomas severos del Burnout.

Según informó El Observador, la mitad de estos trabajadores encuestados de 12 centros de cuidados intensivos presentaron síntomas severos de un cansancio emocional que les causaba una profunda desmotivación y sentimientos de fracaso.

Un documento para combatir el síndrome de Burnout.

Verónica Morín, docente del Centro de Ciencias Biomédicas en la Universidad de Montevideo, publicó un estudio en 2014 sobre cómo afrontar este síndrome.

A nivel individual, la experta sugiere entrenamientos para mejorar el ejercicio profesional. Por ejemplo, propone gestionar de manera más eficaz el tiempo y dotar a los empleados de técnicas de comunicación asertiva.

A nivel grupal, todo pasa por fomentar el apoyo social por parte de los compañeros de trabajo. En tal sentido, aconseja brindar apoyo emocional al percibir cuando es necesario para el otro.

Finalmente, Morín da consejos sobre cómo intervenir a nivel organizacional. Para ello, proponen reducir la sobrecarga de la tarea que se la adjudica a un empleado y aumentar recursos como dar una mayor autonomía laboral.

Fuente: http://www.elpais.com.uy/vida-actual/dar-clase-crea-sindrome-salud.html

Imagen: http://www.elpais.com.uy/files/article_main/uploads/2016/09/16/57dcaec62e89a.jpg

Comparte este contenido: