Los derechos humanos y la controversia Cuba-EE.UU.

Por Luis Antonio Gómez Pérez

La Habana (PL) Las diferencias en cuanto al tratamiento del tema de los derechos humanos son en el presente uno de los elementos más controversiales dentro de las conversaciones entre Cuba y Estados Unidos para la normalización de sus relaciones.

Si bien varios en la isla consideran que ese asunto ni siquiera debería ser un punto en la agenda para la regulación de los nexos, el tema amerita discusiones profundas dados los repetidos intentos emprendidos desde la nación norteña para tergiversar el compromiso cubano con la promoción de las referidas garantías y basar en ello parte de su política hostil.

Las discrepancias son relativas tanto a la aplicación a nivel nacional como al ámbito internacional. En esencia, ambos gobiernos divergen en las percepciones y el balance entre los derechos civiles y políticos y los económicos, sociales y culturales. Al margen del limitado compromiso formal estadounidense, Cuba señala a su contraparte hechos y realidades muy criticados globalmente, como la existencia de distintas formas de discriminación racial, la violencia y la pobreza sufrida por aproximadamente el 35 por ciento de la población de aquel país.

Según la mayoría de las definiciones y conceptualizaciones, los derechos humanos buscan proteger del ser humano la vida, la integridad física, la igualdad y diversas libertades en el ámbito político, civil, económico y cultural mediante su reconocimiento en las normativas internas de cada Estado.

De acuerdo con lo consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los Pactos Internacionales de Derechos Civiles, Políticos, así como de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los mismos tienen cuatro principios: la universalidad, la interdependencia, la indivisibilidad y la progresividad.

Al decir del ex secretario general de la ONU Kofi Annan los derechos humanos están en el centro de todo lo que Naciones Unidas aspira a conseguir en su misión mundial de paz y desarrollo.

Por tal razón los Estados han debatido, negociado y acordado varios centenares de principios fundamentales y disposiciones jurídicas encaminados a proteger y promover toda una serie de garantías civiles, culturales, económicas, políticas y sociales, señaló Annan en un documento del máximo organismo internacional fechado en 2002 (cuando ocupaba la Secretaría General).

‘Cuba siempre ha defendido la universalidad, la indivisibilidad e interdependencia de todos los derechos humanos’, aseguró en octubre de este año el subdirector general de Asuntos Multilaterales y de Derecho Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla (Minrex), Pedro Luis Pedroso.

Durante una rueda de prensa a propósito de la segunda ronda de conversaciones entre Cuba y Estados Unidos sobre derechos humanos, efectuada en La Habana, el funcionario hizo énfasis en que la mayor de las Antillas realiza una promoción efectiva de esas garantías a lo interno del país y lo proyecta en muchas otras naciones.

Apuntó, además, que, en contraste con el país norteño, La Habana tiene un alto nivel de ratificación de instrumentos internacionales en la materia.

Cabe señalar que, de acuerdo con documentos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, los tratados internacionales (designados como pactos, estatutos, protocolos, convenios o convenciones) tienen carácter vinculante para los Estados que los ratifiquen o se adhieran a ellos.

Según el sitio web de esa instancia, existen 10 tratados internacionales principales sobre derechos humanos y cada uno de ellos estableció un comité de expertos encargado de supervisar su aplicación por las partes. Algunos de los convenios se complementan con protocolos facultativos relativos a preocupaciones específicas.

Por solo citar unos pocos ejemplos -y con base en la información pública ofrecida en la referida página digital-, mientras que Cuba firmó y ratificó tratados como la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, la Convención sobre los Derechos del Niño, y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad; Estados Unidos aún no los ha ratificado.

En el caso de la Convención Internacional para la Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, la rúbrica de la nación norteña ni siquiera ha tenido lugar. Estados Unidos tampoco ha aceptado el procedimiento de investigación relativo a ese tratado.

Tras la mencionada ronda de conversaciones sobre derechos humanos, la parte caribeña trasladó a sus interlocutores (encabezados por Tomasz Malinowski, secretario de Estado adjunto para Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado) su preocupación por reiterados casos de muertes por armas de fuego y brutalidad policial en territorio estadounidense.

Igualmente mencionó la falta de acceso a la seguridad social, servicios de salud y educación, así como los reportes acerca de casos de trabajo infantil.

No obstante, los mayores cuestionamientos giraron en torno a violaciones cometidas por Estados Unidos contra Cuba, entre ellas la ocupación de un territorio en la suroriental provincia de Guantánamo, donde Washington mantiene una base naval y una prisión en contra de la voluntad del pueblo y el Gobierno de la isla.

Esa última instalación es denunciada internacionalmente como un centro de torturas y violaciones graves de los derechos humanos.

También está el caso del bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos a Cuba desde hace más de medio siglo, el cual es considerado como un obstáculo inmenso para el disfrute pleno de los derechos de los habitantes del país insular.

De acuerdo con informes periódicos del Minrex, no existe un área de la vida cubana que no esté afectada por ese conjunto de leyes, el cual tiene igualmente un marcado carácter extraterritorial pues impide a terceros países relacionarse normalmente con la nación antillana.

‘El bloqueo constituye una violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos’, dijo Pedro Luis Pedroso al término de la ronda de conversaciones.

Si el ejecutivo estadounidense quiere realmente impulsar políticas que ayuden a los cubanos, el imperativo es que se eliminen las restricciones en vigor para contribuir decisivamente a desmontar el bloqueo, añadió.

Aunque aquel intercambio evidenció las diferencias entre los dos gobiernos en relación con las concepciones y el ejercicio de los derechos humanos, Cuba hizo énfasis en que la puerta para el diálogo sobre cualquier tema está abierta, eso sí, en todo momento sobre la base de la igualdad y el respeto.

Tomado de: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=36951&SEO=los-derechos-humanos-y-la-controversia-cuba-ee.uu.

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