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Los niños entrenados

Europa/España/26 de Agosto de 2016/Autora: Lidia Falcon/Fuente: Público.es

Como ya he comentado han sido noticia las nuevas instrucciones que ha impartido el Ministerio del Interior para la “autoprotección” de las mujeres maltratadas.

Unos consejos policiales que se repartirán a las víctimas en función de su riesgo: no apreciado, bajo, medio, alto y extremo. En España hay casi 52.000 mujeres maltratadas que viven en una situación de riesgo, de las que 732 son adolescentes y 139 se encuentran en un nivel alto de peligro para su vida, según las últimas cifras oficiales a fecha 30 de junio.

En lo que va de 2016, aproximadamente un total de 67 mujeres han sido asesinadas y aún los juzgados están examinando 6 o 7 casos más para dilucidar si pueden considerarse violencia de género. Ese eufemismo con que la ley decide si la mujer maltratada o asesinada es merecedora de la protección legal, porque es la esposa o la compañera habitual del asesino. Las demás víctimas no merecen ni siquiera entrar en la estadística.

Las medidas de autoprotección según el riesgo de la víctima

En el primer nivel de riesgo, no apreciado, la Policía recomienda a las víctimas portar siempre un teléfono móvil y una lista con los teléfonos de emergencia. En el nivel de riesgo bajo, se les pedirá además que instalen la aplicación del Ministerio del Interior AlertCops y que realicen cursos de defensa personal.

Mientras, para aquellas mujeres que corran un riesgo medio, se les aconseja: cambiar las cerraduras de las puertas, dejar las llaves puestas por dentro; avisar a los vecinos de más confianza y acordar con ellos señales en caso de que aparezca el agresor (hacer sonar el teléfono dos veces, cerrar la cortina o dejar una luz encendida); cambiar el número de teléfono; utilizar un pseudónimo en redes sociales; informar al colegio de los hijos de la situación y mostrar una foto del agresor en el trabajo, informa Europa Press.

Para casos de riesgo alto, aconsejan a las víctimas que cambien de domicilio, que no utilicen las mismas rutas para ir y volver del trabajo, que planifiquen y practiquen una rutina de escape, que se mantengan alejadas de las habitaciones donde pueda haber objetos peligrosos, y que tengan preparada una bolsa de emergencia con los documentos de identidad, las llaves, libretas bancarias, medicamentos y prendas de vestir.

En el nivel extremo, el protocolo establece que se observarán todas las medidas recogidas en los niveles inferiores además del establecimiento de protección permanente en el entorno de la víctima.

Enseñar a los menores a esconderse y a avisar del peligro

Asimismo, se enumeran algunas medidas personalizadas para los menores que también son víctimas de la violencia machista. Concretamente, se recomienda enseñarles a salir de la habitación cuando se produzca un acto violento; a esconderse en una habitación segura en casa con cerradura y teléfono o en un lugar seguro fuera del domicilio; a llamar a la Policía y dejar descolgado el teléfono; o a hacer señales a los vecinos de confianza.

Además, se especifica que estas guías de actuación deberán ser practicadas hasta que los niños las realicen “con destreza”.

 Me resulta enormemente desconcertante que desde un Ministerio de nuestro país se puedan elaborar semejantes instrucciones y publicarlas. Que, a mayor abundamiento, están siendo alabadas por voceros y comentaristas de varios medios de comunicación.

Estas instrucciones implican la dejación de los deberes de protección de las ciudadanas de nuestro país que tienen que cumplir los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Convirtiendo la prevención y la persecución del delito en un asunto personal de las víctimas, el Ministerio del Interior ha alcanzado su último objetivo: privatizar la seguridad. A partir de ahora será total responsabilidad de la víctima sobrevivir o no a la amenaza de muerte de su pareja.

Pero si es inaceptable que las mujeres tengan que autoprotegerse, resulta absolutamente repugnante que se implique a los menores en su propia supervivencia y la de su madre. Ya se sabe que a los niños se les puede entrenar para cualquier cosa. Los grupos terroristas los entrenan para la guerra y los tratantes de personas tanto para trabajar como para ser esclavos y esclavas sexuales. Pero pensamos que eso sucede en áreas del mundo donde la barbarie domina. En esta muy civilizada Europa, cuna del progreso y el bienestar social, a la que pertenece España, no se había oído hasta ahora que los niños pudieran ser entrenados para considerar el peligro de ser agredidos ellos o su madre, incluso asesinados, por su propio padre en la mayoría de los casos, como una posibilidad habitual.

Imagino la sesión de entrenamiento con la madre gritando algo así como ¡Esconderos, de prisa, ocultaros! Y los niños aterrados chillando mientras corren a encerrarse en una habitación que se habrá destinado de antemano para eso. No sé cuando los pequeños considerarán que es un juego o una película de terror, no imagino que se habitúen al entrenamiento y digan, ¡vaya rollo! ¡Otra vez a correr y esconderse! Tendrán las madres que destinar un rato al día para la clase, y me pregunto, ¿si el maltratador vive con ellos, cuándo podrán realizar los entrenamientos? ¿Mientras el posible asesino está fuera de casa? Y si la madre trabaja fuera del hogar?, ¿a qué hora estará libre para impartir la lección sin encontrarse con el marido? O el Ministerio únicamente contempla los casos en que los cónyuges o parejas están separados, y las madres pueden dedicar su tiempo libre en vez de ir al cine o al parque con sus niños y niñas a entrenarlos para esconderse y defenderse de su propio padre.

Me resulta tan repugnante la posibilidad de que tales instrucciones ministeriales se lleven a la práctica por las mujeres maltratadas, asediadas por el temor a los golpes, al regreso inopinado del verdugo, a la angustia de cómo inculcar a sus hijos e hijas la necesidad de protegerse de aquel que es su padre, cuando lo que debería enseñarles es a amarlo y respetarlo, que no quiero creer que ninguna de las víctimas las siga.

No sé qué ángel, de los que habitualmente le guardan, ha aconsejado al señor Fernández Díaz  para que elabore un tal protocolo de actuación. Yo le pediría que les ruegue a los ángeles y arcángeles que le acompañan que, en vez de invertir su tiempo en buscarle aparcamiento, se dediquen a proteger a las mujeres amenazadas de muerte por sus parejas. A la vista de que las víctimas han de autoprotegerse porque ni las policías varias ni la Guardia Civil están por la labor, será más eficaz la protección angélica que la de las instituciones del Estado español.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2016/08/23/los-ninos-entrenados/

Fuente de la imagen: http://www.salud180.com/maternidad-e-infancia/educacion-mejora-la-calidad-de-vida-de-ninos

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Mujerismo y feminismo

Europa/España/29 de Julio de 2016/Autora: Lidia Falcón/Fuente: Mujeres en Red

El feminismo no es algo biológico, sino una ideología transformadora abierta a cualquier ser humano

Una de las consecuencias de las últimas elecciones ha sido que el número de mujeres elegidas en las listas del PP en las comunidades autónomas y en los ayuntamientos supera al de las del PSOE. Este fenómeno, que apenas ha sido comentado, se explica con orgullo por el partido conservador por su actuación de promoción de las mujeres más dotadas sin tener que recurrir a la artificiosidad de las cuotas. Es sabido que los partidos de derechas pueden situar algunas mujeres en las cúpulas de su dirección, así como llevarlas hasta la presidencia de un Gobierno, como fue el caso de Margaret Thatcher, siempre que sean absolutamente fieles a los planteamientos del partido. Lo que no pueden explicar desde las filas de las mujeres socialistas es cómo después de años de implantación de cuotas femeninas en el partido, de haber hecho de sus señas de identidad la aprobación de las leyes de igualdad y de paridad, de la creación durante un tiempo de un Ministerio de Igualdad y el mantenimiento ahora de una Secretaría de Igualdad -aparte de la campaña continua de sus afiliadas presumiendo de la promoción de mujeres en puestos de dirección política-, en la actualidad la proporción femenina de presidentas de comunidad, de diputadas y de concejalas sea inferior a la de un partido de derechas.

La explicación se encuentra en la forma en que pretendiendo la igualdad se ha rehuido el feminismo. La estrategia socialista, desde hace más de una década, se ha centrado en llevar más mujeres a la política independientemente de su adscripción ideológica, considerando que con aumentar el número estaba resuelta la evidente diferencia de participación femenina en todos los estratos de la política. Mientras, los partidos feministas planteábamos que es imprescindible exigir a quienes nos representen en las instituciones la conciencia de lucha y el compromiso con las reivindicaciones fundamentales del feminismo, ya que de lo contrario lo único que se consigue es duplicar el voto de derechas. Al negarse que la ideología es el eje de toda actividad política y social, se despolitizó la lucha por el aumento de representación femenina en todos los estamentos sociales, que se convirtió, en consecuencia, en un argumento para que también las conservadoras lo hicieran suyo.

Recuerdo que en 1999, cuando una coalición feminista formada por el Partido Feminista de España, el de Catalunya y el de Euskadi nos presentamos al Parlamento Europeo y participamos en un acto electoral en Barcelona, las socialistas y las populares hicieron un frente único femenino que se centraba casi únicamente en exigir a los hombres la corresponsabilidad en el trabajo doméstico. Y siendo este un problema que pesa sobre las mujeres desde tiempos inmemoriales, no es posible reducir el feminismo a la limpieza y el cuidado de niños. El feminismo no es una cuestión biológica, no se es feminista por el azar de haber nacido con ovarios y matriz. Esta condición anatómica será en todo caso el argumento de la sociedad patriarcal para destinar las mujeres solo a la reproducción, pero el pensamiento y la acción para cambiar tal reparto sexual del trabajo y de la sociedad es producto de una reflexión profunda, de una teoría que se ha elaborado en el curso de más de 200 años, de un compromiso sincero y valiente con las luchas transformadoras, que comporta múltiples peligros y marginaciones. Compromiso que, como sabemos, pocas mujeres, y hombres, contraen, mientras una mayoría sigue las normas establecidas, se somete a su papel secundario e incluso lo defiende.

El feminismo es una ideología transformadora de la sociedad para acabar con todas las injusticias -las de clase, las de sexo, las de raza- y a la que, por supuesto, pueden adscribirse todos los seres humanos y sin la que resulta inocuo, cuando no perjudicial, plantear únicamente el frente hombre o mujer.

Recuerdo el rechazo de Dolors Renau y de Anna Balletbó, con otras de sus compañeras, cuando dije que prefiero un hombre socialista a una mujer del Opus, precisamente cuando en la mesa, y después en Bruselas, se sentaba una dirigente de Unió de pública adscripción a la Obra a la que, al parecer, deseaban sumar a su estrategia, a la que me referí como mujerismo en contraposición al feminismo. Plantearse que solo por el hecho de ser mujer se poseen y defienden los valores feministas no solo es equivocado, sino, lo que es peor, enemigo del feminismo, ya que las mujeres que se han colocado en las instancias públicas por las formaciones de derechas están defendiendo la involución en todos los derechos que habíamos logrado implantar, con tanto esfuerzo, desde el movimiento.

La defensa del mujerismo ha servido para que en los parlamentos autonómicos y los ayuntamientos aumente el número de derechistas y opusdeístas que se oponen a la ley de aborto, a la del matrimonio homosexual -ambas recurridas por el PP en el Tribunal Constitucional- y a la inversión económica en los servicios sociales que son fundamentales para que las mujeres puedan entrar en el mercado de trabajo, solución bastante más eficaz y socialista que el reparto privado de las tareas domésticas.

Fuente: http://www.mujeresenred.net/spip.php?article2006

Fuente de la imagen: http://www.animalpolitico.com/click-necesario/encuesta-que-opinas-sobre-el-feminismo/

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La verdad es siempre revolucionaria. El desprecio al feminismo de Unidos Podemos

Europa/España/Artículo/Autora: Lidia Falcon

La causa de que la formación Unidos Podemos no haya obtenido los votos esperados se está atribuyendo, por todos los comentaristas y expertos diversos, a variados factores: desde las características psicológicas y mediáticas de los protagonistas a las convulsiones internacionales producidas con el triunfo del Brexit. Pero lo que ni siquiera se menciona es la ausencia de propuestas que beneficiaran a las mujeres, ni que se obviaran los temas más cadentes que está defendiendo el feminismo desde hace varias décadas. Igual que hace cincuenta años.

Supongo que los “sabios” —todos los que he leído son hombres— pensarán al leerme —si es que alguno me lee— que qué tontería —una más de las mías— creer que el tema de la mujer tenga importancia en unas elecciones y mucho menos pueda atraer votos. Porque esos señores, los políticos y los comentaristas, todavía no se han enterado de que las mujeres conquistaron el derecho al voto en 1931 y que vale la pena atraerlo porque constituimos el 52% del censo electoral.

He repetido continuamente, a unos y otros, durante estos últimos años, que si no poseen la sensibilidad humana para dolerse de las desgracias que afligen a las mujeres, si nunca han asimilado el feminismo, al menos que actúen por egoísmo electoral.

La penosa campaña de Unidos Podemos ha puesto de manifiesto que el criterio de los dirigentes de las formaciones que la componen era que los problemas irresueltos de las mujeres desde hace décadas —alguno como la igualdad de salario denunciado desde hace 220 años— no tenían la importancia suficiente para darles protagonismo ni en sus programas ni en sus mítines y comparecencias públicas. Y no solo los hombres que se muestran absolutos protagonistas de la formación, acompañados, a veces, por un coro de muchachas de buena apariencia siempre mudas, sino que aquellas que alguna vez hablan nunca lo hacen ni como feministas ni en nombre de las mujeres.

La sospecha de que de este tenor iba a ser la campaña la tuve mucho antes cuando escuché declarar a Carolina Bescansa que el “aborto no es un tema que construya potencia política de transformación, por lo que para ellos no era prioritario”. Aparte de la inútil retórica de la frase, en esta definición queda resumido el criterio de Podemos: No queremos enfadar ni a la Iglesia ni a los sectores católicos. El aborto es cosa de mujeres, las mujeres no tienen importancia en la política ni aportan votos, por tanto no vamos a ocuparnos de ellas.

Tampoco el comité electoral de Izquierda Unida admitió representación del Partido Feminista de España ni del Área de la Mujer de la formación, a pesar de que ambas organizaciones lo pedimos reiteradas veces. En razón de este criterio se ha diseñado una campaña masculina, sin participación de las feministas, ni en las listas ni en los actos, y donde los más sangrantes temas como los feminicidios que se cometen cada dos días han consumido 8 segundos del valiosísimo tiempo de Pablo Iglesias, en el debate televisivo más importante, en el que ofreció la broma de las soluciones habitacionales. Es decir que a las maltratadas se las meterá en una habitación mientras el agresor se pasea libremente. Fue un debate televisivo concebido por hombres, desarrollado por hombres y dirigido a hombres.

Mientras los cursis carteles del corazón en technicolor y el eslogan de las sonrisas, no digamos el empalagoso discurso de Mónica Oltra en el final de campaña hablando de besos, y dándolos, y regalándonos unos versos de amor de Miguel Hernández, que no iban a ser de guerra porque Hernández sirve para todo, parecían estar dirigidos a las lectoras del Hogar y la Moda de los años cincuenta, las ofertas de cambio ni atendían la penosa situación de las mujeres españolas de hoy ni proponían soluciones a su miserable vida.

Del mismo modo ninguna de las mujeres que han participado en la campaña ha tenido sensibilidad feminista. No digamos el remedo de debate a cuatro de las que fueron a Antena3, imitando la discusión de los hombres pero eso sí, solo entre mujeres. Pronto harán otro solo entre negros y después uno más entre negras.

La brecha salarial, aún mayor en las pensiones, las esclavas que trabajan con el marido en la agricultura sin cobrar para que este llegue a ganar su jornal, las limpiadoras de hoteles, las cultivadoras de plátanos violadas por el capataz, las amas de casa sin salario ni jubilación, las profesionales marginadas trabajando de telefonistas, no tienen ningún espacio en las denuncias de nuestros políticos.

Pero la violencia, además de golpes, abusos sexuales, acoso en el trabajo, feminicidio, es la entrega de la custodia de hijas e hijos a sus padres maltratadores, a través de infamias depravadas como el SAP o erotomanías que no son admitidas por ninguna organización científica y sí en los juzgados españoles. Las mujeres que padecen durante años esta violencia judicial patriarcal son demasiadas, y es electorado. La candidatura de Unidos Podemos no ha dicho nada al respecto para ese electorado.

Como tampoco ha dicho nada de la violencia salvaje que es la prostitución –Alberto Garzón se pronunció abolicionista sin concretar medidas, mientras Pablo Iglesias en la SER dio a entender que existían mujeres que sí quieren prostituirse, Ada Colau planifica su legalización, y Manuela Carmena no tiene opinión al respecto-. Han podido ganar electorado prostituyente, no ahuyentarlo, pero han quebrantado Derechos Humanos, han pisoteado la educación sexual de un país donde el deseo y el placer han de ser recíprocos y no se han de mercantilizar personas. Con el silencio han abandonado a mujeres sumidas en una vida de pesadilla en un país que está el primero de Europa en el ranking de prostitución.

Tampoco el electorado feminista puede quedar satisfecho cuando ha conseguido que Izquierda Unida no acepte en su programa la “paternidad subrogada”, i.e.: los vientres de alquiler, que conllevan la manipulación –como el peligroso bombardeo hormonal- de cuerpos femeninos mercantilizados, una gestación arriesgada, y una falta de control intolerable respecto al destino de los bebés a diferencia de la adopción, sólo por un narcisismo genético que resulta absurdo y es ilegal en nuestro país. Porque la candidatura Unidos Podemos ni aún ha hecho mención de esta grave explotación de mujeres pobres.

La mujer ha sido abandonada en Unidos Podemos. El lenguaje no inclusivo ya lo auguró desde el inicio. Para los diseñadores de campaña la queja por el lenguaje no implica cuestiones de gran trascendencia. Han tenido que ser las mujeres de las formaciones políticas que pertenecemos a la candidatura electoral las que nos hemos hecho llamar Unidas Podemos, ante la sonrisa paternalista de los hombres que dirigen los comités electorales.

Las militantes del Partido Feminista que llevamos décadas defendiendo los derechos de la mitad de la población no hemos tenido ni participación en las conversaciones de la coalición ni en el diseño de la campaña ni en las listas electorales ni en los actos importantes. Y los resultados les han pasado la factura correspondiente.

Pero estos razonamientos no tendrán protagonismo en los análisis que van a hacer en los próximos días los señores dirigentes de la candidatura.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2016/07/01/el-desprecio-al-feminismo-de-unidos-podemos/

Fuente de la imagen: http://diariomovil.com.ar/2015/10/13/jornada-sobre-mujer-y-politica-en-upcn/

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