Page 7 of 8
1 5 6 7 8

El discurso del rey

Por: Lidia Falcón

El mensaje con que  Felipe VI nos  ha obsequiado por Navidad está siendo comentado por los políticos y medios de comunicación mayoritarios, siempre serviles a la monarquía, con el tono y los contenidos de adulación que les son habituales, mientras el pueblo llano parece bastante ajeno a los consejos y admoniciones del monarca, que tuvo la menor audiencia de todos los tiempos.

Únicamente la asociación de la Memoria Histórica ha presentado su queja al Defensor del Pueblo, ante la descarada postura que ha adoptado el rey apoyando la negativa a investigar los crímenes de la  dictadura, “en una España de brazos abiertos y manos tendidas, donde nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas”. Una declaración que únicamente pueden aprobar los fascistas y  herederos de los vencedores de la Guerra Civil, aquellos que difícilmente pueden abrigar rencores ni mantener heridas cuando fueron los asesinos y perseguidores de toda libertad, y que contradice los veredictos de la ONU así como todas las recomendaciones de las organizaciones de DDHH y de Amnistía Internacional. Y aunque tal denuncia no tenga recorrido, dados los blindajes que protegen a tan regia figura, cierto es que no se merece menos.

Algunos medios de comunicación y periodistas le han recordado que no ha hecho mención alguna de la corrupción ni de los numerosos procesos que por tal causa se están instruyendo y juzgando, con lo que el retrato que de nuestro país dibuja el discurso real, queda distorsionado, difuminado como una pintura despintada, que parece la versión que realizó Cecilia Giménez Zueco del cuadro Ecce Homo de Elías García Martínez en el Santuario de Borja. Aunque hay que reconocer más buena intención en la pintora aficionada que en nuestro monarca.

Según las palabras de este,  no parecen existir en España más problemas que los planteamientos secesionistas de una parte de la clase política catalana, superada “esta compleja situación política” que nos ha tenido sin gobierno 10 meses. Por lo que ya no hay ni tensiones ni incertidumbres, obviando la evidencia de que son varios los partidos que están viviendo la convulsión de dimisiones, divisiones y enfrentamientos cuyo resultado sigue siendo incierto, y que sin duda están dificultando el gobierno del país.

Para añadir el sarcasmo al sermón que nos ha endilgado, Felipe VI ha tenido el atrevimiento de mencionar “el gran patrimonio común que compartimos. Un patrimonio que merece el cuidado de todos y que todos debemos ayudar a proteger como lo mejor que tenemos y somos”, cuando en los últimos años la Iglesia Católica ha tenido la desfachatez de apropiarse de una parte inconmensurable de ese patrimonio común, inmatriculando miles de terrenos, edificios, iglesias, basílicas, catedrales, capillas, ermitas y hasta la Mezquita de Córdoba, aplicando una ley franquista, sin que ni el Parlamento, ni los gobiernos, ni los Ayuntamientos implicados hayan actuado con la contundencia debida ante semejante expolio del “patrimonio común”. Ni en estas fechas el representante máximo de  nuestro patrimonio considere ni aún curioso mencionarlo.

En tal retrato disneyano de nuestro país, nos encontramos con la absoluta indiferencia con que el jefe del Estado olvida las terribles situaciones que están sufriendo miles de mujeres y niñas y niños, víctimas de  malos tratos y abusos sexuales, esclavizadas en la prostitución, alquiladas para la reproducción; de las denuncias que se multiplican sobre el calvario que se obliga a padecer a menores sometidos a la custodia compartida;  las sospechas, cada vez más evidentes, de que se sigue ejerciendo tráfico de menores por parte de las instituciones que deberían protegerlos, entre otros horrores que sufre parte del 52% de la población, que son también ciudadanas del país que lidera Felipe VI. Y frente a tal desprecio,  ¿qué tenemos que decir o ante quien podemos denunciar las mujeres?

Nadie más que las compañeras del Partido Feminista han alzado la voz por el inaceptable olvido en el discurso del rey  de lo que han significado las 102 asesinadas por violencia machista del infame año de 2016. En este 12 aniversario de la aprobación de la Ley Orgánica de Violencia de Género, contamos 1.400  víctimas, en un cálculo muy prudente. ¿Y qué significa que miles de maltratadas no accedan a la protección que se pretende con dicha legislación? ¿Y de qué modo se pretende remediar esta masacre continuada?

Según el anestesiante mensaje, hoy, liberado el país de la presión política, con “la serenidad” y la “tranquilidad” recuperadas, el monarca  nos explicó que los ciudadanos pueden centrarse en sus proyectos de vida. Pero las ciudadanas difícilmente podrán centrarse en proyecto alguno cuando su situación económica es tan deplorable como que el 82% de la renta nacional la perciben los hombres y solo el 18% les corresponde a las mujeres. Cuando el trabajo a tiempo parcial, los empleos de más baja cualificación y los salarios miserables hacen que las pensiones de jubilación de las mujeres sean el 38% menores que las de los hombres. Cuando, en fin, todas estas, y más, desgracias femeninas no parecen importar ni conmover a nuestro Jefe del Estado, ¿a quién tendremos que recurrir?

En este panglosiano sermón se insta a que los españoles desarrollen al máximo sus habilidades en la ciencia y en la cultura, “considerando la educación la clave esencial que prepare a nuestros jóvenes para ser ciudadanos de este nuevo mundo, más libres y capaces”, en un año en que el informe PISA ha vuelto a situarnos en la mediocridad derivada de un sistema educativo decimonónico, sometido a la normativa de un gobierno beato y reaccionario,  que ocasiona que el 50% de los jóvenes, los más preparados de todas las generaciones anteriores, esté en paro y deba exiliarse para ganarse la vida.

Ciertamente en poco se parece este discurso de aquel que Jorge VI, del Reino Unido, a pesar de sus dificultades fonéticas, dirigió en 1939 a sus súbditos para hacer frente “a los tiempos oscuros que se avecinaban”. Y bueno hubiera sido que, con un poco de sinceridad, este rey que nos han impuesto  reconociera que ni los tiempos de hoy son tan esplendorosos ni la vida de las ciudadanas y ciudadanos españoles es tan agradable y tranquila como nos la ha descrito.

Aunque cierto es también que estos son los tiempos de la posverdad.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2016/12/31/el-discurso-del-rey/

Comparte este contenido:

¿Cómo erradicaremos la violencia machista?

Por: Lidia Falcón

El 13 de diciembre pasado un hombre asesinó a su madre y a su hermana en un pueblo de la provincia de Sevilla. Con estas víctimas la fúnebre lista de la violencia machista alcanzó las 94 sólo para este siniestro 2016. Mientras el recuento oficial no alcanza más que a 44. Pero es que las últimas asesinadas no adquieren el rango de víctimas que exige la Ley de Violencia vigente porque no tenían relaciones sexuales, estables, con el asesino. Esta caprichosa condición que ha implantado la referida legislación para que se considere a las mujeres dignas de ser protegidas de un asesino. Y así, decenas de ellas cada año: el tío que mata a su sobrina, el hijo que ultima a su madre, el inquilino que acosa sexualmente a su vecina, el empresario que viola a su empleada, los desconocidos que drogan, violan y asesinan a una ingenua asistente a una fiesta.

Las personas no familiarizadas con los extraños vericuetos por los que discurre el articulado de esa ley, no comprenderán estas enormes diferencias en el recuento de las víctimas. Y tenderán a creer antes las cifras oficiales, por su buena fe. Pero les insto a que consulten la web feminicidio.net y encontrarán con todo detalle la macabra lista de las que han perdido la vida a manos de un criminal machista.

Por ellas, y por tantas otras, y por sus hijos e hijas, abusados, maltratados, asesinados, las compañeras y compañeros que representábamos el Frente Feminista nos personamos en el Congreso de los Diputados para pedirles a sus señorías que procedan a aprobar las modificaciones que deberían introducir en la dichosa Ley, según el estudio que habíamos elaborado. Nos entrevistamos con Alberto Garzón, de Izquierda Unida, y pudimos entregarle el documento a diputados del PP, de Podemos, de Ciudadanos y de Coalición Canaria.  En la calle, apoyándonos, se concentraron los activos compañeros de los Yayo-Flautas y otras camaradas, con las pancartas del Frente Feminista.

Sabemos que esta acción, que es la enésima que realizamos en petición de la modificación de la Ley, puede no ser atendida como tantas otras veces, que de serlo quede en una respuesta educada, que si algún partido la toma en serio y procede a estudiar las modificaciones de la Ley que proponemos, incluso a elaborar el proyecto según las estrictas normas que rigen en el Congreso, no hay seguridad ninguna de que otras fuerzas políticas las apoyen. Por tanto, esta iniciativa del Frente Feminista puede acabar en la ineficacia. Pero las mujeres y los niños siguen siendo asesinados y violados, y los políticos no parecen realmente preocupados por parar esta masacre.

Estamos seguras de que únicamente eliminando las discriminaciones entre las víctimas, estableciendo un control riguroso sobre los maltratadores, imponiendo la carga de la prueba al acusado,  dictando órdenes de protección que realmente protejan y formando en feminismo a todos responsables de la policía y la judicatura, podremos tener resultados más satisfactorios en la prevención y la punición de los delitos.

Pero para avanzar hacia este propósito sería imprescindible que el Movimiento Feminista presionara con toda su fuerza en ese sentido, en vez de que cada grupo dirija sus esfuerzos a cobrar protagonismo a costa de los demás.

Desde que el Pacto Feminista se quedó en la inoperancia cuando las que propugnaron que perdiera su nombre y su personalidad lo abandonaron, para más tarde presentar un manifiesto en el que no se contemplaban las modificaciones necesarias de la Ley  ni la abolición de la prostitución ni la prohibición de los vientres de alquiler, las alternativas no tienen la misma fuerza.

El éxito de la Marcha contra todas las Violencias del 7 de noviembre de 2015 pareció impulsar una estrategia en la que la fuerza del MF empujara en el mismo sentido, pero a un año vista los resultados ya los hemos comprobado. En la Comisión de ese 7N, que quiere seguir viviendo de la gloria que le dio la Marcha, convertida hoy en respiración artificial, ni están representados todos los grupos feministas –las valencianas que fueron las que la idearon y la impulsaron se retiraron enseguida-, y muchas otras consideramos que esa bandera está periclitada, ni nos pondremos de acuerdo en los objetivos a alcanzar cuando las dirigentes de esa comisión (que son las de siempre del MF) se comportan como lo han hecho durante toda la historia de nuestro Movimiento: no asisten a las convocatorias de otros grupos, rechazan sistemáticamente las iniciativas de estos, nos escriben agresivamente negándonos representatividad, y cuando el Frente Feminista convoca una concentración, desde mucho tiempo atrás, se presentan el mismo día a la misma hora en el mismo sitio con otras consignas y plantan su pancarta delante de la del FF.

Lo que me causa más tristeza es que las feministas estén actuando como lo hacen los políticos cuando descubrieron que unos minutos de televisión –ahora Facebook les proporciona también imágenes que se difunden- les convertía en famosos.

La exigencia que plantea esa comisión del 7N de que se incorporen las asociaciones de mujeres a la subcomisión que se creará en el Congreso para llegar a un supuesto Pacto de Estado de todos los partidos, sobre la violencia machista, sigue siendo el brindis al Sol que fueron tantas otras iniciativas. Acomodarse a acudir a reuniones interminables, con participantes claramente enfrentados, en las que no se ha clarificado el objetivo, es meridianamente no solo perder el tiempo sino, lo que es peor, convertirnos en cómplices de la falacia de ese Pacto de Estado.

Porque lo fundamental es que sepamos qué vamos a solicitar a ese Congreso que tiene el poder de legislar, y hasta ahora he comprobado que la mayoría de los grupos y plataformas feministas no lo sabe. Ni tampoco quiere debatirlo con las que lo llevamos estudiando diez años. Por no contar con aquellas que están tan satisfechas de una ley que cuenta en su haber con 1.400 asesinadas, 2.500.000 de maltratadas, 15.000 violadas y un número indeterminado de  niños igualmente víctimas, desde que se aprobó.

Pero mientras el MF esté dividido y subdividido, y sus dirigentes –las de siempre, nos conocemos todas- sigan dando codazos a las que pretendemos impulsar una causa absolutamente justa, las mujeres y los niños seguirán cayendo en esta guerra silenciosa y no declarada. Y sigo preguntándome con impotencia, ¿cómo erradicaremos la violencia machista?

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2016/12/19/como-erradicaremos-la-violencia-machista/

Imagen de archivo

Comparte este contenido:
Nicaragua, cooperación genuina, día de la maestra / del maestro

Cómplices necesarios: L@s profesor@s

Por: Lidia Falcón

El último informe PISA ha provocado la habitual tormenta de comentarios en todos los medios y estamentos sociales afectados por el tema. Pero lo cierto es que, dejando aparte que unas regiones tienen mejor enseñanza que otras, que l@s profesores son maltratad@s, que se han recortado recursos y aumentado la ratio de alumnos, situaciones que tod@s conocemos y que se denuncian cotidianamente, la esencia del problema es que la enseñanza de lengua, matemáticas y ciencias,  de nuestros niñ@s está igual de mal –sino peor dado que esos 8 puntos que hemos avanzado se deben a que los demás han empeorado- que hace 16 años, y eso porque el primer informe es del año 2000.  Que de los años anteriores no sabemos nada.

Pero no es un secreto para nadie que desde que el fascismo se enseñoreó de España la educación ha sido una de las principales víctimas. La dictadura arrasó de raíz los programas educativos que desde la Institución Libre de Enseñanza se habían iniciado en las escuelas progresistas de nuestro país y que la II República implantó. Se asesinó a un porcentaje importante de maestr@s, se cerraron los centros educativos privados modernos -se incautó el Liceo Garcigoy en Barcelona y se le entregó a los jesuitas- y las autoridades académicas  se ensañaron con los profesor@s que sobrevivieron, en condiciones penosísimas, durante toda la dictadura.

Pero llegó la democracia con la Transición, y a partir de ese esperanzador momento y el avance democrático que supuestamente le siguió,  se mantuvieron las escuelas religiosas, cambiándole el nombre por concertadas –que en la propaganda del engaño que nos ideologiza todo se basa en cambiar el lenguaje-  con dinero público, se publicaron textos escolares machistas, racistas, xenófobos; la Historia de nuestro país ha sido ocultada, tergiversada, falseada, formando a tres generaciones de alumn@s en la ignorancia, el prejuicio, la superstición y el engaño.

Hace dos años, en 2014, el CIS informó que un 25% de español@s creían que el sol daba vueltas alrededor de la Tierra. Y no oí ni un comentario al respecto del cuerpo docente.

En los cursos de Feminismo y Política que estoy impartiendo en varias ciudades de España, a muchos universitari@s, compruebo que no conocen nada no solo de la historia y el desarrollo del Feminismo sino de los más elementales principios de la política, la sociología, la historia de los movimientos revolucionarios.

Y en cada una de esas experiencias salgo preguntándome, ¿y qué escuela tenemos? ¿Y qué hacen los profesor@s para que se mantenga en tal ignorancia y engaño a los alumn@s?

Oigo ya el estruendo de los gritos con que me van a endilgar las críticas los profesores y profesoras, los maestros y maestras, los catedráticos y catedráticas, recordándome que los gobiernos del PP –como si los del PSOE hubieran sido perfectos- han recortado recursos, despedido docentes, aumentado el número de alumn@s en las clases, etc.etc. Y también, como no, rebajado los sueldos y suprimido las pagas extraordinarias.

Y recuerdo a las maestras de la República, a cuya memoria se dedicó una película, que sin recursos –por supuesto ninguno tecnológico- , en condiciones de vida casi miserables, formaron varias promociones de niños y niñas en la más avanzada teoría educativa. Recuerdo las Misiones Pedagógicas, cuando se copiaron cuadros del Museo del Prado para llevarlos a los más alejados pueblos donde toda la población era analfabeta. Recuerdo que en diez meses se construyeron 6. 000 escuelas, 600 cada mes, en lo que participaron maestros, padres, madres, alumnos. Recuerdo los sistemas de enseñanza de los que todavía yo fui beneficiaria en la academia Condal de Barcelona donde se refugiaron los profesores republicanos expedientados y perseguidos, y me duelo de oír a los muchachos y las muchachas de hoy que no saben, ni les importa, como fue aquella luminosa etapa y el inmenso progreso educativo que significó.

Dirán que los planes educativos los aprueba el gobierno y los impone el BOE, que los colegios y los institutos no tienen medios económicos, que los directores son reaccionarios y coartan la libertad de cátedra de los profesores –y no sé cómo se escogen esos directores ni por qué los aguantan. (Nosotras, las feministas, echamos al Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón cuando pretendió colarnos una ley de aborto que no nos gustaba, y era más que un director de instituto).

Y todo eso es cierto, pero también es cierto que el cuerpo docente –con sus evidentes y escasas excepciones- se ha distinguido en 80 años por aceptar mansamente la represión de la dictadura, los infames planes de los gobiernos fascistas, y ahora demócratas, por ser cómplices de la desinformación y falseamiento de la historia de España. L@s alumn@s me cuentan que nunca tienen tiempo de estudiar la República, la Guerra Civil y la dictadura porque se les acaba el curso. Y nadie dice nada.

L@s docent@s volverán a indignarse aduciendo que están sometidos a la autoridad del Ministerio, del director de la escuela y de la inspección de educación. Y también es cierto. Pero a la autoridad de los gobiernos, y de las porras de la policía hemos estado sometid@s tod@s l@s español@s durante 80 años, y algun@s nos hemos rebelado, y algunas rebeliones las hemos ganado.   Hoy, que no torturan tanto como antes a los disidentes, no veo ese espíritu de lucha, de enfrentamiento, de crítica, en el cuerpo profesoral, que debería caracterizarlo. Mucho más que a los panaderos y a las modistas, porque al final l@s enseñ@ntes son los dueñ@s del pensamiento, del conocimiento, del saber y de la crítica y de su labor depende el futuro de las generaciones.

La elección de Trump como Presidente de los Estados Unidos ha ocasionado una angustia creciente entre las familias de emigrantes en varios de los Estados. En California, con el porcentaje más alto de latinos, se ha producido una reacción indignada de los profesores ante la sospecha de que Trump pretenda expulsar a sus alumnos extranjeros del país. El distrito escolar de Los Ángeles tiene más de 640.000 alumnos y el 74% de ellos son latinos. Es imposible saber cuántos son de inmigrantes indocumentados, o indocumentados ellos mismos. Desde la semana de la victoria de Trump el distrito escolar lanzó un mensaje a los alumnos: “No estáis solos”. El distrito informó de la apertura de ocho centros de atención psicosocial para aquellas familias extranjeras que se sientan angustiadas por las amenazas del futuro Presidente. Han llamado a las familias de sus alumnos enviándoles un comunicado asegurando su negativa a colaborar con las autoridades federales en deportaciones de inocentes. En la web del distrito escolar hay guías en español disponibles sobre derechos civiles y organizaciones a las que acudir.

Apenas una semana después de las elecciones, el Consejo Escolar de los Ángeles votó una resolución en la que declaraba los colegios “zonas seguras” donde no dejarían entrar a los agentes de inmigración. “La ofensiva de California para proteger a sus inmigrantes de Trump llega hasta el ámbito de poder más local que existe en EEUU: la autoridad escolar”.

Esa es la conducta que me gustaría que tuvieran los profesores y profesoras españolas.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2016/12/11/complices-necesarios-v-ls-profesors/

Imagen de archivo

Comparte este contenido:

La violencia machista 364 días

Por: Lidia Falcón

Ante las declaraciones formales de la Ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, que los partidos políticos crearán un subcomisión para elaborar un Pacto de Estado sobre la violencia machista, creo imprescindible que se tengan en cuenta las deficiencias que padece la actual Ley de Violencia de Género y plantearse seriamente de qué forma se va a modificar ésta.

Después de la celebración del día Internacional de No Más Violencia contra la Mujer, que se ha convertido, por fin, en referencia de la sociedad civil, de los medios de comunicación y de las instituciones políticas para repudiar los feminicidios y el maltrato a las mujeres, hemos de plantearnos que política habrá que poner en práctica para que no se repitan anualmente las horribles cifras de feminicidios y maltrato a la mujeres. Para lograr la concienciación social, todavía muy débil, de esta terrible lacra, hemos trabajado incesantemente las asociaciones de mujeres y el Partido Feminista, durante décadas, para denunciar el machismo de una cultura insensible al sufrimiento de los más débiles. Pero, desdichadamente, lo que ha conseguido que se celebren manifestaciones, concentraciones, asambleas y denuncias de esta infame situación, ha sido la montaña de asesinadas que acumulamos en los últimos decenios.

Como no existen estadísticas anteriores no podemos comparar con las cifras del siglo pasado, pero sí tenemos constancia, tristemente, de que desde la aprobación de la Ley de Violencia de Género, el 28 de diciembre de 2004, en estos doce años, se ha asesinado a 1.400 mujeres, aparte de los malos tratos físicos continuados que más de 2.500.000 padecen, y las humillaciones, las violaciones y los abusos sexuales. Con una tolerancia social y una enorme indiferencia, cuando no hostilidad contra las víctimas, por parte de la policía y de la Administración de Justicia.

Por ello, es inadmisible que tanto por los dirigentes políticos del PSOE como del PP se utilicen argumentos que pretenden eludir la responsabilidad de quienes han gobernado largos periodos de tiempo, y han sido los artífices de la aprobación de la Ley. Las declaraciones que últimamente han realizado diversas representantes de ambos partidos suscitan la desconfianza de cual será el contenido final de ese que llaman pomposamente Pacto de Estado.

La primera argumentación que utilizaba una parlamentaria del PSOE es que las mujeres no denuncian el maltrato, y sin que conste la denuncia es imposible que las instituciones se pongan en marcha para protegerlas. Pero eludió explicar por qué el 28% de las asesinadas habían denunciado y en algunos casos hasta tenían orden de alejamiento o de protección, y cómo tanto las fuerzas del orden como los juzgados las abandonaron a su suerte.

Y tampoco se investiga la causa de que ese 72%  de víctimas no hubiera acudido a la policía o a la judicatura para pedir protección. Si realmente, tal como nos cuentan algunas diputadas feministas, en la denuncia estriba la solución, cómo es posible que la mayoría de mujeres que están sufriendo el infierno de los malos tratos habituales no corran a cobijarse bajo el poder omnímodo de policías, fiscales y jueces. Excepto que se remitan al masoquismo femenino que sirve a psicoanalistas y psicólogos para despreciar a las mujeres.

Estas se encuentran en un estado de angustia y depresión extremo bajo la tortura de los malos tratos, pero no dejan de saber que esa supuesta protección institucional, que tanto proclaman políticos y medios de comunicación no es tal. Todas conocen el calvario de la amiga, la pariente o la vecina que acudieron a la Guardia Civil a explicar que su marido la amenazaba de muerte, para que les respondieran que fueran al juzgado civil a presentar una demanda de divorcio, y ser asesinada horas más tarde por su verdugo, como sucedió en Pollensa (Mallorca) el pasado 15 de agosto. Todas han vivido en su propia experiencia las horribles dilaciones de los procesos judiciales, y todas saben que después de una leve condena su maltratador estará en la calle persiguiéndola, acosándola y amenazándola nuevamente. Todas temen, con razón, que a raíz de la denuncia y del proceso consiguiente, el acusado sea más agresivo y peligroso porque seguirá en libertad con total autonomía para perseguirlas. Y todas saben que más del 60% por ciento de las órdenes de alejamiento que se reclaman no se conceden. Hay ciudades, que están catalogadas ya, en donde ningún juez concede ninguna orden de protección.

Pero esta situación no se produce casualmente por la falta de conciencia feminista de los jueces y policías, a los que hay que añadir los psicólogos, psiquiatras y asistentes y trabajadores sociales. La propia legislación está pensada, y así se aprobó, para hacer recaer en la víctima la carga de la prueba, para mantener la presunción de inocencia del maltratador más allá de toda duda razonable, para dar absoluta autonomía a los jueces en eludir su responsabilidad en la protección de las víctimas, para no pedir responsabilidades a los funcionarios de la administración que han abandonado a la mujer a su destino.

Entender por parte de los legisladores, ahora que se habla de un supuesto Pacto de Estado contra la violencia machista, que la primera medida que se ha de adoptar es modificar la Ley vigente para que obligue a jueces, fiscales y policías a detener a los denunciados, a obligarles a probar su inocencia,  a dictar órdenes de alejamiento y protección en la mayoría de los casos, a prohibir el contacto de los menores con el padre maltratador o abusador, es imprescindible para avanzar mínimamente en la prevención y la punición del delito.

Es imprescindible también subvencionar a las víctimas y a sus hijos cuando no puedan mantenerse por sí mismos. Hay que dotar de medios económicos y humanos a los cuerpos y fuerzas de la seguridad del Estado, a la judicatura, a la fiscalía, a las unidades forenses, proporcionándoles no solamente espacios para trabajar y locales para celebrar juicios, con secretarias y ordenadores, sino fundamentalmente una educación basada en el respeto de los derechos humanos. Suponiendo que crean que las mujeres son seres humanos.

Y por supuesto, considerar que la víctima lo es solo por serlo, no por haberse casado o ajuntado con el maltratador como hace ahora la ley, discriminando a las que son género de las que sólo son mujeres.

De otro modo  ese tan publicitado Pacto de Estado no tendrá ninguna eficacia y cada 25 de noviembre conmemoraremos las asesinadas con manifestaciones y pomposas declaraciones de los responsables institucionales, y los otros 364 días del año las enterraremos.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2016/11/29/la-violencia-machista-364-dias/

Foto de archivo

Comparte este contenido:

Centros de infamia españoles

Por: Lidia Falcón

Los treinta hombres encaramados al techo de su prisión ilegal llamada CIE en Aluche (Madrid) nos han dado la imagen exacta de nuestra democracia. Gritaban ¡Libertad! y ¡Dignidad! ¡Que términos tan básicos de  la definición de democracia! Este calificativo que todos los días nuestros gobernantes repiten para, como un mantra, ir introduciendo en las mentes ingenuas de nuestro pueblo la convicción de que vivimos en una sociedad demócrata.

Pero ninguno de ellos, y los más de mil doscientos, creo que mujeres incluidas, ya que a ellas nunca se las cuenta aparte, que están prisioneros en nuestro país, disfruta de tan básicos derechos conquistados por la Revolución Francesa, es decir, hace 227 años. No tienen derecho a disponer de asesoramiento legal, no puede visitarlos nadie –a las ONGs que lo han intentado les han negado la entrada-, no conocen las acusaciones que allí los encarcela, si las hubiere.

En los 8 CIES de que disfrutamos en España se amontonan hombres y mujeres, no se si niños –la información a qué he accedido es incompleta, supongo que el señor Fernández Díaz, ese al que los ángeles le aparcan el coche, no desea que pueda utilizarla-, en condiciones de campo de concentración.

Las ONGs que tan compasivamente se ocupan de los internados -¿deberíamos llamarles secuestrados?- denuncian las pésimas condiciones higiénicas y sanitarias, sin privacidad para nadie, en los que las mujeres padecen, como siempre, las peores situaciones. Sin más lugar donde pasar el día que un patio enladrillado, donde no hay ni intérpretes ni asistentas sociales. Y, ¿qué significa que se mantengan retenidas (encarceladas) a personas que no han cometido más delito que el de venir a esta nuestra tierra de acogida, huyendo del hambre, de la guerra, de los bombardeos, de la diáspora que las agresiones imperialistas provocan en los países? ¿Es posible qué tales injusticias se produzcan legalmente?

Los desvergonzados medios de comunicación y los politólogos de las tertulias, lacayos de este gobierno, han sido capaces de defender la afirmación de la policía de que el 50% de los internos son delincuentes con antecedentes. Y supongo que la desinformada población de nuestro país se lo ha creído. Pero hace falta mucho cinismo para aceptar que en un país democrático y avanzado a los delincuentes se les pueda encerrar en unos establecimientos sin categoría de prisiones, sin acusación del fiscal y sin acreditación del delito, como si se tratara de un secuestro. ¿Y qué nos dicen del 50% restante secuestrado igualmente? Secuestro es sin duda, pero aquí avalado por las fuerzas de seguridad del Estado, dirigidas por el ministro del Interior, y consentido por el Poder Judicial, tan sumiso siempre a las órdenes del ejecutivo. Porque el Estado funciona como una mafia.

Una mafia que obedece órdenes de otra que gobierna esta pomposa Unión Europea, en la que se ha aprobado la que ya se conoce como “la directiva de la vergüenza”, por la que los avanzados y democráticos Estados que la componen pueden “retener” a las personas “ilegales” –ya saben que unas somos legales y otras ilegales, como las drogas- hasta ¡dieciocho meses! sin haber cometidos delitos, sin acusación, sin defensa y sin conocer el tiempo de su retención. Como en la Edad Media, cuando la justicia feudal actuaba de la misma manera al servicio del señor.

¿Y por qué y para qué están encerradas en esos “in pace”? Según me han informado, para devolverlos a sus países de origen. Pero todos saben, la policía los primeros, que casi siempre es imposible saber cuáles son sus países de origen. Las víctimas no van a confesarlo, carecen de documentación y los ignorantes y racistas policías y funcionarios de la Administración de Justicia ni conocen los idiomas que hablan ni son capaces de distinguir a un camerunés de un congoleño. ¿Entonces…? Pues después de 60 días, que es lo que nuestra piadosa legislación permite tenerles retenidos, se les deja en libertad, ahí, en mitad de la calle. Como si fueran zapatos viejos que puede venir a recoger el camión de la basura. Y a mendigar en las esquinas, a dormir en los cajeros, a rebuscar comida en los containers.

O se compra las voluntades de los gobiernos sátrapas y corruptos de diversos países del Tercer Mundo para que admitan a los expulsados, sean de donde sean. Entonces se les droga, se les esposa y se les mete un avión camino de Nigeria o del Congo o de Benín. Como hizo José María Aznar cuando nos gobernó, y después presumió de haber resuelto un problema.

Pero que nadie crea que solamente aquel presidente actuó de tal manera. La policía en nuestro país tiene un poder omnímodo. Puede detener en la calle a cualquier persona que le parezca sospechosa, y por supuesto los negros siempre lo son, llevársela a la comisaría y después a un CIE, mientras el juzgado lo piensa. Y nadie, ni el Ministro ni los altos mandos ni los políticos responden.

Quizá habrá quien no quiera creer que esta es exactamente la actuación de nuestras policías, nuestros jueces, nuestros servicios sociales, dirigidos por los correspondientes ministerios y consejerías autonómicas, cuyos responsables pertenecen a los partidos políticos democráticos. Les aconsejo que se dirijan a los valerosos voluntarios que cada día entregan parte de su tiempo en intentar auxiliar a los emigrantes “ilegales”, en las ONGs: ACNUR la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, Save de Children, Pro Activa Open Arms, Accem, Rescate, UNICEF, y se enterarán con más detalle de estas atrocidades y muchas más.

Refugiados, emigrantes económicos, demandantes de asilo, hombres y mujeres, que provienen de países donde las potencias europeas entraron a saco desde principio del siglo XIX para robarles y expoliarles de sus materias primas, para secuestrarlos y venderlos como esclavos, y convertirse en sus amos. Y cuando esos gobiernos no tuvieron más remedio que retirarse de las tierras ocupadas y permitir que los colonizados declararan la independencia de su país, han mantenido su dominio económico, arrebatándoles las riquezas, apropiándose de los sectores de producción más importantes, petróleo, gas, oro, diamantes, coltán, y organizando las sucesivas guerras que han esquilmado y diezmado a sus poblaciones.

Cuando la miseria y los bombardeos obligan a huir a miles de sus hombres y mujeres, estas tantas veces arrastrando consigo a los niños, y cuando después de una horrible travesía a través de África y Oriente Medio, si no se han ahogado en el Mediterráneo llegan a nuestras avanzadas, ricas y cómodas ciudades los encerramos en los CIES: Centros de Infamia Españoles.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2016/10/21/centros-de-infamia-espanoles/

Imagen de archivo

Comparte este contenido:

Globalización y democracia

Por: Lidia Falcón

Hoy, 11 de septiembre, recuerdo que se cumplen 43 años del asesinato de Salvador Allende en Chile. Cuarenta y tres años en que las oligarquías en Latinoamérica han cometido toda clase de crímenes: asesinatos, torturas, desapariciones, ocupación de tierras, despojo de las riquezas naturales, encarcelamientos y juicios amañados. Estas son las democracias aceptadas por la comunidad internacional, en un mundo globalizado.

Milagro Sala está encarcelada en Jujuy (Argentina) desde el 16 de enero de 2016 sin juicio y bajo acusaciones falsas. Milagro Sala es una indígena que se ha dedicado al activismo de barrio para sacar a muchos jóvenes de la pobreza.

La Argentina que es un país teóricamente federal mantiene un gran desequilibrio entre las provincias ricas y las pobres. La de Milagro Sala, Jujuy, es una de las más pobres y con más proporción de gente miserable. Estas provincias son un  feudo de los ricos del lugar. En Jujuy el poder lo tiene el Ingenio Ledesma, una empresa productora de azúcar y papel cuyos dueños han sido acusados de complicidad con los crímenes de la dictadura. Por ello existe una gran masa miserable y unos pocos ricos que los explotan. Para mejorar la situación de esos pobres Milagro Sala creó la asociación Túpac Amaru (un indio que se rebeló en el siglo XVIII contra los españoles y fue descuartizado como escarmiento). La asociación ha construido viviendas sociales, hospitales, centros de cultura y ha liberado a cientos de muchachos de la droga, el alcohol y la delincuencia.

Milagro Sala ha recibido los siguientes premios: 2010. Mención «Ocho de Marzo-Margarita de Ponce» a la construcción social y política, otorgada por la Unión de Mujeres de la Argentina. 2010. Mención especial de los Premios Podestá. Mención honorífica en la Universidad Nacional de Quilmes. Premios Democracia, de la revista Caras y Caretas (Buenos Aires). Premio “José María Aricó”, de la Universidad Nacional de Córdoba, otorgado durante su encarcelamiento.

Mientras el gobierno de Cristina Kitchner otorgó subvenciones a la asociación, el gobierno de Macri se las ha negado y le ha declarado la guerra. Que los pobres tuvieran otra alternativa que ser siervos de la oligarquía de la región convirtió a Milagro Sala en la enemiga del poder, y en cuanto Macri alcanzó el gobierno se apresuraron a encarcelarla con claro espíritu de venganza. Desde entonces, y a pesar de las protestas que han encabezado los activistas que trabajan con ella, permanece en prisión, ante la complaciente indiferencia de la comunidad internacional que no   denuncia la conducta represiva del gobierno de Macri. Porque al fin y al cabo es un “demócrata”, apoyado por el imperio.

El exjuez de la Corte Suprema y miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Raúl Zaffaroni, calificó la detención como una «provocación de la dirigencia de Cambiemos». Jorge Capitanich (exgobernador de la provincia del Chaco y ex jefe de Gabinete de la Nación) y Agustín Rossi (exdiputado nacional y exministro de Defensa de la Nación), calificaron a Sala de «presa política». El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) calificó el arresto como un «gravísimo precedente de criminalización de la protesta». El 19 de enero de 2016, Amnistía Internacional afirmó que la detención era «un claro intento de criminalizar las prácticas relacionadas con el ejercicio del derecho a la protesta y a la libertad de expresión», exigió su inmediata liberación. En tanto, la CTA nacional publicó un comunicado para exigir la “inmediata liberación” de Sala, cuya detención calificaron como un “hecho gravísimo de violación al derecho de manifestarse públicamente” y un “claro acto de revanchismo” por parte del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales.

Este uno de los miles de casos de la persecución que las “democracias” latinoamericanas cometen cotidianamente contra los activistas medioambientales, sindicalistas, socialistas.

Berta Cáceres fue asesinada el 3 de marzo de 2016 en Honduras, por liderar la lucha ambientalista contra la depredación de las multinacionales que pretenden explotar los recursos naturales del país. En 2015 Cáceres obtuvo el Premio Goldman, un galardón denominado el “Nobel Verde” que se concede anualmente como recompensa a defensores de la naturaleza y el medio ambiente. Al año siguiente fue asesinada en su hogar. Lesbia Yaneth Urquía, compañera de Berta Cáceres, fue a su vez asesinada el 7 de julio.  Su cadáver fue encontrado en el vertedero municipal de Marcala, en el Departamento de La Paz, en Bolivia.

Según los datos aportados por la ONG Global Witness, un total de doce activistas medioambientales han sido asesinados en Honduras el 2014, lo que convierte el país en el más peligroso del mundo, teniendo en cuenta su tamaño, para los activistas en defensa de los bosques y ríos.

En 2009 Berta encabezó protestas contra el golpe de Estado del 28 de junio al entonces presidente hondureño Manuel Zelaya. En varias oportunidades, Cáceres denunció la expropiación de sus territorios y las carencias en los sistemas de salud y agrícola, y rechazó la creación de bases militares estadounidenses en el territorio hondureño. Además fue una dura crítica del gobierno de Juan Orlando Hernández y del Partido Nacional de Honduras.

En 2012 fue galardonada con el Premio Shalom en Alemania y en 2014 fue finalista del Premio Front Line Defenders en Irlanda. En abril de 2015, Berta Cáceres fue galardonada con el Premio Medioambiental Goldman, el máximo reconocimiento mundial para activistas de medio ambiente.

Otra comunidad lenca apoyada por Copinh fue el caserío Güise en Intibucá. El 25 de febrero de 2016 fue desalojada violentamente y destruida. Una semana antes de ser asesinada, Berta Cáceres había ofrecido una rueda de prensa en la que denunció que cuatro dirigentes de su comunidad habían sido asesinados y otros tantos habían recibido amenazas.

La situación de Honduras se repite de manera sistemática en todos aquellos lugares donde se asientan las grandes transnacionales extractivas, hidroeléctricas y de la agroindustria, entre otras. No se trata de casos aislados, como lo demuestra el informe de Global Witness: en 2014 fueron asesinados 116 activistas ecologistas en 17 países. En el mismo sentido, el informe de Frontline Defenders, documenta que, por lo menos, 156 defensoras y defensores de derechos humanos fueron asesinados en 2015. Muchos de estos casos tuvieron relación con los denominados megaproyectos, especialmente mineros.

Este conflicto que antepone los negocios de las multinacionales a la propia vida era descrito con mucha claridad por Berta Cáceres: “A medida que han ido avanzando las grandes inversiones del capital transnacional, con empresas vinculadas al poderoso sector económico, político y militar del país, esas políticas neoliberales extractivistas han provocado también un aumento de la represión, criminalización y despojo a las comunidades, que han sido desplazadas de manera forzada”.

Ni el golpe de Estado ni la violación sistemática de los derechos humanos en Honduras ha sido un problema para que la UE implemente un tratado de libre comercio con Centroamérica. Es más, se financian programas de entrenamiento de la policía hondureña con fondos comunitarios desoyendo las acusaciones denuncias sobre los abusos cometidos por las fuerzas del Estado.

En Colombia se están firmando los últimos acuerdos de paz entre las FARC y el gobierno. Pero este acontecimiento, trascendental sin duda, mantiene en vilo no solo a los guerrilleros y la sociedad colombiana sino a todas las fuerzas de izquierda del mundo, porque aunque los medios de comunicación capitalistas han procurado silenciarlo, este proceso de paz no es el primero que se inicia en el país colombino. A inicios de los años 90 los movimientos guerrilleros: el M-19, el EPL, el PRT, el Quintín Lame y más adelante la Corriente de Renovación Socialista proceden a aceptar desmovilizarse a cambio de convertirse en partidos políticos que concurrieran a las elecciones. En 1990, y después de una larga negociación, se desmovilizó la tercera guerrilla del país, el M-19, fruto de la cual se aprobó una nueva Constitución en 1991 que formalmente consolidaba  el Estado de Derecho. En este último año se desmovilizaron otros grupos (EPL, PRT, MAQL), en 1992 el CER, en 1994 la CRS, MPM, MMM y FFG, y en 1998 el MIR-COAR. Pues bien, entre 1990 y 1993 fueron asesinados más de 5.000 pertenecientes a esos grupos que habían abandonado las armas y pretendieron reintegrarse en la vida civil. Desde Carlos Pizarro Leongómez candidato presidencial  por la Alianza Democrática M-19 ametrallado en un avión el 26 de abril de 1990, hasta 1994 los sicarios contratados por la oligarquía colombiana y el Ejército fueron sistemáticamente eliminando a los miembros del M-19, el más golpeado por la oleada de violencia, el EPL y el PRT.

Estas breves pinceladas de cómo actúan las oligarquías en las naciones latinoamericanas, para defender sus privilegios, negocios y beneficios, a sangre y fuego, deberían movilizar a las fuerzas de izquierda de los países europeos para que exigieran a sus gobiernos que aplicaran a esos infames regímenes las sanciones y bloqueos internacionales que han aplicado a Sudáfrica y a Cuba, para poner un ejemplo, hasta que se implantaran verdaderas democracias.

Pero ya sabemos que  Milagro Sala  -y la cito a ella porque todavía está viva- no importa a los dirigentes españoles que tan contentos se muestran con el gobierno de Macri en Argentina. Y tan molestos con el de Maduro en Venezuela. Porque Milagro Sala no va a provocar la oleada de protestas y solidaridad que nuestros políticos españoles han desencadenado a favor del criminal Leopoldo López.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2016/09/11/globalizacion-y-democracia/

Imagen: http://www.analitica.com/opinion/la-democracia-inerme/

Comparte este contenido:

Y ahora… el burkini

Por: Lidia Falcón

El debate sobre el burkini ha consumido los tiempos muertos de este interminable agosto y ha permitido que nuevamente los temas que afectan a la mujer sean portada y objeto de editoriales y comentarios de los importantes y sesudos intelectuales que no sabían de qué hablar. Lo peor es que también ha encendido nuevamente la discusión entre las tendencias del feminismo. Las partidarias de la libertad de elección, como dicen, y las que pretendemos liberar a las mujeres de su esclavitud corporal.

La libertad, como el nombre de Dios, no debería ser utilizada en vano. El patriarcado que está tan afianzado, que tiene voceros tan preparados y tan listos, sabe manipular desde hace tiempo la categoría de libertad para convencernos de que diversas esclavitudes, opresiones y humillaciones que sufren las mujeres son deseadas por ellas mismas. La prostitución está siendo el tema sacramental, del que ya me he ocupado pero que desdichadamente tendremos que seguir debatiendo. Ha seguido el de los vientres de alquiler y ahora el burkini, que es en realidad el burka y todos los atuendos que el patriarcado musulmán obliga a las mujeres a vestir para demostrar su poderío.

A este debate circular e inacabable se ha unido la brutalidad de los gendarmes franceses –tan propia de ellos- obligando a desnudarse en público a una mujer. ¡Para qué queríamos más! Sobre todo porque el perverso debate se centra ahora no en si el burkini ofende y aherroja a las mujeres, por orden patriarcal, sino si las feministas queremos perseguir y penalizar a las que lo adoptan por propia voluntad. Y aquí no tiene nada que ver la seguridad de los racistas ciudadanos franceses ni los símbolos religiosos. Estamos hablando de la dignidad de las mujeres. Pero aparecen las abanderadas del multiculturalismo, que se han convertido a todas las tolerancias a partir de su sentimiento de arrepentimiento por ser blancas, europeas y ricas. De tal modo nosotras, las privilegiadas, tenemos que aceptar el burka, el velo, el burkini y todas las formas de taparlas como si fueran asquerosas, que los hombres musulmanes imponen a sus mujeres, que se excitan y desmandan con solo verle el pelo a una mujer.

Y ahora tendré que hacer una declaración expresa de que ni yo ni ninguna de las feministas que queremos liberar a las mujeres de las prohibiciones de vestuario pretendemos que los policías desnuden mujeres, ni en público ni en privado. Ya sabemos que los fascismos siguen en activo y encuentran siempre ocasión de actuar. La prohibición del burkini debe cumplirse explicándose, educando y protegiendo a las víctimas, de ninguna manera victimizándolas más. Pero, señoras multiculturalistas, no utilicen esa manifestación de brutalidad y estupidez para defender las vestimentas que marcan y reprimen a las mujeres.

Recuerdo, ¡que rabia tener tan buena memoria! mi batalla de varios decenios contra la cliteridectomía, en lucha contra los machistas que estaban tan contentos en medio planeta de castrar a sus niñas, impidiéndoles el placer sexual, ocasionándoles dolores inacabables y produciéndoles lesiones que las llevaban a la invalidez y a la muerte en el caso de embarazos y partos. Pero ni en España ni en Nairobi fuimos más que unas cuantas del Partido Feminista las que nos manifestamos frontalmente contra tal práctica, mientras Carlota Bustelo, que era la directora del Instituto de la Mujer, se negaba a sumarse a la crítica para no molestar a las africanas y musulmanas, que habían hecho contra las europeas un casus belli del tema. Hizo falta que Nawal al Sadaawui se pronunciara contra la mutilación genital, con el valor de confesar que también a ella se la habían practicado a los 6 años, para que comenzaran a variar su criterio las multiculturalistas españolas. Han transcurrido treinta años y empieza a prohibirse en la mayoría de países africanos.

Me argüirán enseguida que la mutilación genital causa lesiones físicas incurables y atenta contra la salud de las mujeres, pero, ¿es que acaso el burka y el velo y el burkini no atenta contra la salud psíquica? ¿Es que acaso saberte perteneciente a un sexo tan pecador, poseer un cuerpo objeto de toda clase de lascivias masculinas, tener que taparlo completamente porque no puedes exhibirlo inocente y normalmente, no causa trastornos mentales permanentes? ¿Qué clase de conciencia de sí mismas tendrán las niñas que aprenden desde antes de la menarquia que están condenadas a taparse, a ocultarse de todas las miradas porque han sido fabricadas para ocasionar la perdición de los hombres? ¿Qué clase de enfermedad mental es la que ha inventado que todas las pertenecientes al sexo femenino deben ocultarse de las miradas de los demás, so pena de ser consideradas perversas, putas, deshonradas?

El cuerpo de las mujeres es territorio de presa masculino. Al fin y al cabo dominarlo significa disponer de él para el goce sexual exclusivo: se buscan, se compran y se raptan vírgenes, se persigue a la que no lo sea, se mata a las adúlteras. Porque así se garantiza la seguridad de la reproducción propia, porque así se domina totalmente la sexualidad femenina.

Y me dirán que el burkini no tiene nada que ver con esas atrocidades, pero lo cierto es que la ropa es el signo distintivo del lugar en el mundo que te ha designado el poder. Durante toda la historia de la humanidad, la ropa ha señalado la distinción de las clases, de los sexos y de las edades. Ropa para las clases pudientes, para los pobres, para las mujeres respetables, para las prostitutas, para las jóvenes, para las viejas. Nosotras luchamos por poder vestir pantalones -¡las jóvenes no lo creerán!-, por quitarnos las medias de cristal con costura, un invento de tortura de los años 50, por llevar minifalda, por vestirnos como nos diera la gana, por bañarnos con bikini, por tener playas nudistas. Y ahora, las afortunadas que nos han sucedido, que disfrutan de tales auténticas libertades, defienden que otras deban taparse hasta las cejas por mandato de los ayatolás. Si hasta las musulmanas feministas aseguran que no es un mandato de la religión sino un invento de los talibanes modernos.

Recuerdo también como en Marruecos, en Irán, en Irak, en Afganistán, en Egipto, en los años setenta las mujeres vestían con falda corta, pocas llevaban velo y en consecuencia –porque todo está relacionado- estudiaban y trabajaban en una serie de tareas, en público, sin que fueran objeto de agresiones masculinas. Esta regresión en el papel de las mujeres y en consecuencia en su vestimenta se produce a partir de la derrota de las tropas soviéticas en Afganistán y en el desencadenamiento del monstruo fundamentalista, organizado y financiado por occidente para destruir esa área del mundo. Un tema que ha desarrollado magistralmente Nazanin Amidian en las páginas de este mismo diario. Y con esa catástrofe las que más han perdido han sido las mujeres. Degradadas a la condición de esclavas sexuales de los hombres, desde los 10 años y antes -en Irak se ha aprobado el matrimonio de hombres con niñas- despreciadas, humilladas, vendidas y secuestradas, y siempre tapadas como seres detestables. Ver las fotos que exhibe Boro Haram de las desgraciadas secuestradas y convertidas en concubinas de sus militantes, debería ser suficiente para que nadie defendiera ni el burka ni el burkini ni el velo ni las variantes de trapos múltiples que obligan a vestirse.

El discurso de la libertad no puede utilizarse perversamente para justificar y tolerar las humillaciones de los demás, porque ninguna de las que arguyen que esas mujeres pueden vestir de tal manera, lo harían ellas mismas. Ninguna persona de las que disfrutamos de los avances de varios siglos de luchas, en Europa y en América, desearíamos ir enfundadas en esos trajes para tomar el sol en la playa y bañarnos en el mar. Porque no solo le priva al cuerpo de la bendición del contacto con sol, arena y agua, y que debe producir un calor insoportable, sino sobre todo porque acepta la indignidad de ser una persona que debe taparse de las miradas de los demás ya que es diferente. Es tan diferente que no es un hombre, el único que puede lucirse en tanga y vestir tejanos y camiseta mientras obliga a taparse a su mujer con un sudario.

Cuando dentro de un milenio esta polémica se estudie en las cátedras de arqueología espero que nos vean como restos de una civilización destinada a la extinción como los dinosaurios.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2016/09/01/y-ahora-el-burkini/

Fuente de la imagen: http://trib.com/lifestyles/french-uproar-creates-opportunity-for-israeli-burkini-makers/article_9db1aa28-b822-567c-9c80-2dbc77c6e74a.html

Comparte este contenido:
Page 7 of 8
1 5 6 7 8