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Hasta que la dignidad se haga costumbre

Por: Luis Hernández Navarro

Tres mujeres otomíes, Jacinta Francisco Marcial, Teresa González Cornelio y Alberta Alcántara Juan, recibieron en febrero de 2017 una disculpa pública del gobierno mexicano, por encarcelarlas injustificadamente. La entonces Procuraduría General de la República (PGR) la ofreció ocho meses después de que el tercer tribunal colegiado en materia administrativa del primer circuito se lo ordenó.

Las indígenas fueron a prisión acusadas falsamente de secuestrar a seis agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI). Fueron detenidas en 2006 en Santiago Mexquititlán, municipio de Amealco de Bonfil, Querétaro (https://bit.ly/31lzwQ6).

En la ceremonia oficial de disculpa, tomó la palabra Estela Hernández Jiménez, hija de Jacinta, quien luchó incansablemente junto a su hermana Sara por la libertad de su madre, desde que fue detenida en 2006. En un discurso memorable, denunció: “Es lamentable, vergonzoso e increíble que a seis meses de cumplirse 11 años del caso, por fin la PGR reconoce de manera forzada, no por voluntad, que el caso fue un error.

“Este caso –concluyó– nos cambió la forma de ver la vida. Hoy sabemos que no es necesario cometer un delito para ser desaparecido, perseguido o estar en la cárcel. Por los que seguimos en pie de lucha por la justicia, la libertad, la democracia y la soberanía de México, para nuestra patria, por la vida, para la humanidad, quedamos de ustedes, por siempre y para siempre, la familia Jacinta, hasta que la dignidad se haga costumbre.”

Desde que comenzó a luchar por la liberación de su madre, Estela (al lado de su hermana, enfermera de profesión) cayó en la cuenta de que los pueblos originarios en México están abandonados institucionalmente. Cobró conciencia de su historia, cultura y patrimonio.

A partir de ese momento no hubo marcha atrás. Se involucró activamente en la promoción y defensa de los derechos de los pueblos originarios en su comunidad, Mexquititlán, y en la resistencia a los proyectos de gentrificación. Rechazó la reforma educativa de Enrique Peña Nieto. Se volcó en la elaboración de un proyecto alternativo de educación indígena. Se metió de lleno en la recuperación de su lengua y los saberes ancestrales. Impulsó la inclusión en las boletas electorales de 2018 de María de Jesús Patricio como candidata presidencial. Es integrante del Concejo Autónomo de Santiago Mexquititlán y del Congreso Nacional Indígena (CNI).

Su compromiso tiene una línea de acción muy clara. “La dignificación de nuestros pueblos es lo más urgente y lo más importante, porque estamos en vías de extinción –dice Estela–. No estamos dispuestos a morir. Existimos y queremos seguir existiendo, queremos seguir viviendo. Queremos mejores condiciones de vida no sólo para Santiago Mexquititlán, sino para todos los pueblos originarios del país (https://bit.ly/3kcQhnN).” Y añade: Dejar de hablar, vestir y ser otomí no garantiza el éxito. Nuestra meta, nuestro objetivo principal, es el trabajo comunitario, rencontrarnos. Que se nos reconozca nuestro autogobierno y nuestra autonomía como pueblo indígena.

Estela es una de las intelectuales indígenas más brillantes del México contemporáneo. A un tiempo defensora comunitaria, profesora en educación indígena y doctora, es autora del libro, fruto del conocimiento generado en el Programa Nacional Alternativo de Educación y Cultura, El otomí de Santiago Mexquiti­tlán: guía para aprender y enseñar otomí, publicado por la Universidad Autónoma de Querétaro.

La doctora Hernández Jiménez apoya activamente la ocupación del edificio del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), realizada por la comunidad otomí en la Ciudad de México el pasado 12 de octubre. “Esta toma –dijo en el encuentro Nuestra lucecita de resistencia y rebeldía, sigue encendida, efectuado en las instalaciones de la institución el pasado sábado– no es nada comparada a lo que nos han hecho en estos largos años. Esta toma significa que aún existimos, que aún seguimos vivos y que nos resistimos a morir. No nos queda ya mucho: o resistimos o morimos, como cultura, como identidad, como esa dignidad que nos caracteriza. En esta toma les acompañaremos, porque la lucha que ustedes están dando en México también la estamos dando en Santiago Mexquititlán, en contra de la obra de gentrificación, del despojo, en terrenos del templo histórico.

Vamos entrando a este edificio y vemos que nos tienen en las paredes. Nos tienen como objetos de presunción. Es la misma dinámica de explotación a la que nos han sometido: te tengo decorada y ya existes. Existir no es estar en los aparadores. Existir no es que hablen bonito de nosotros o de nosotras. La realidad dista mucho del discurso. Nosotros sabemos el dolor que tenemos en común en todos los pueblos originarios. No hay de otra más que organizarnos, alzar la voz, hablar, ya no callar lo que por muchos años nos han venido oprimiendo, señaló Estela en el evento, recogiendo el sentir de la comunidad otomí en la Ciudad de México y muchos otros representantes indígenas que acompañan la ocupación del edificio.

La biografía y las palabras de Estela Hernández Jiménez, su insistencia en no cesar la lucha hasta que la dignidad se haga costumbre, son la prueba palpable de que, detrás de la ocupación de las oficinas del INPI, hay una causa legítima. Un conflicto que se tiene que resolver por la vía del diálogo.

Twitter: @lhan55

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/10/20/opinion/017a2pol

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El asesinato de don Tomás

Por: Luis Hernández Navarro

 

Tomás Martínez Pinacho se disponía a comer algo en la taquería Los Primos, en el municipio Ánimas Trujano, Oaxaca, cuando un comando fuertemente armado lo balaceó a mansalva. Eran las 18:30 horas del pasado 24 de agosto y regresaba de participar en un mitin de 2 mil 600 personas en la capital del estado. Quedó sin vida sembrado en su silla.

La biografía de don Tomás –como cariñosamente lo llamaban sus camaradas de la Sierra Sur– se cruza con las luchas sociales del distrito de Miahuatlán en los últimos 30 años. Ellos resumen su trayectoria, en una palabra: lucha. Organizó la Unión de Campesinos Pobres; gestionó mejores servicios de agua y recolección de basura; se opuso a la construcción del Cefereso en el municipio; se movilizó para que los recursos gubernamentales llegaran a comunidades, agencias y rancherías y no se quedaran en la cabecera; fue dos veces candidato a presidente municipal y en dos ocasiones regidor; apoyó las protestas de los maestros democráticos contra la reforma educativa y a favor de la enseñanza pública, y se opuso activamente a la minería a cielo abierto.

Nació en Miahuatlán de Porfirio Díaz, el 7 de marzo de 1956, en el seno de una familia muy humilde. Su papá era campesino. De niño, Tomás apoyaba a su mamá en la venta de tortillas en el centro. Estudió unos años de primaria entre 1965 y 1969, en la escuela Leona Vicario, y luego emigró a la Ciudad de México. En Naucalpan, estado de México, siguió sus estudios en la primaria nocturna Manuel Ávila Camacho y en el INEA. Vendió alimentos en el Teatro Blanquita. Trabajó en una empresa abarrotera hasta que regresó a su municipio natal entre 1990.

En Miahuatlán no había calles pavimentadas, ni agua potable, ni drenaje. Al llegar a su comunidad, formó el Comité de Salud de Barrio Abajo y promovió la adquisición del primer camión recolector de basura, junto con el que en esos años era alcalde. Gestionó que el IMSS local contara con un aparato de ultrasonido. Fue presidente de la coordinadora de padres de familia de la zona escolar 25 y veló por las demandas educativas.

La actitud y el compromiso del profesor democrático Germán Mendoza Nube, varias veces detenido y torturado por su participación en las luchas populares, lo marcó definitivamente. Tomás contaba cómo, en una ocasión en que un compañero de Germán fue a buscarlo porque tenía una dificultad, el maestro, a pesar de tener que moverse en silla de ruedas, se levantó de la cama, se montó en su silla y se fue a resolver el problema. La actitud de Germán impactó a Tomás. En ese momento se dijo: Yo tengo dos manos, tengo dos pies. Me regreso a mi comunidad y empiezo a luchar por los compañeros, por la gente.

Así lo hizo. A partir de entonces, Martínez Pinacho se incorporó a la Unión de Campesinos Pobres y al Frente Popular Revolucionario (FPR), en una lucha que sólo su homicidio frenó. Recorrió comunidades, nombró comités de base de la organización, recogió las demandas y las necesidades de las poblaciones, sus conflictos agrarios.

Tomás participó activamente como concejal de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en 2006, en la que se exigió la renuncia del gobernador Ulises Ruiz. Por ello fue perseguido, hostigado y obligado a esconderse.

En Oaxaca hay cerca de 300 concesiones mineras, tres de ellas en la Sierra Sur: en Suchixtepec, otra en los Coatlanes y una más muy cerca de Miahuatlán, en comunidades del Zompantle y el Ocote. Don Tomás desempeñó un papel medular en la resistencia a la minería a cielo abierto en la región, con el ingeniero Bernardo Vázquez Sánchez, asesinado el 15 de marzo de 2012, por oponerse al proyecto de Fortuna Silver Mines de San José del Progreso. En 2018 promovió, después de una labor de información y organización en las comunidades que arrancó en 2016, la formación del Frente Regional de la Sierra Sur en Defensa del Territorio, los Recursos Naturales y la Libre Autodeterminación de los Pueblos, en rechazo a la minería, en el que también participaron organizaciones sociales como el MULT, API-PUP, FPR, sección 22-CNTE, MAS y Coordinadora de Comunidades de Loxicha.

Desgraciadamente, homicidios como el de Tomás distan de ser una excepción en este gobierno. Según la organización Front Line Defenders, México es el cuarto país más peligroso del mundo para los defensores de los derechos humanos. Tan sólo en 2019 fueron asesinados 24 activistas, ambientalistas y defensores del territorio. En mayo, varios organismos, entre los que se encuentra la Coordinación Alemana por los Derechos Humanos en México, documentaron que en el sexenio de López Obrador han sido ultimados al menos 30 defensores de derechos humanos.

Hijo de tortillera y campesino, sencillo, extremadamente humilde, Tomás siempre se preocupó por las personas que llegaban a verlo y por quienes lo buscaban para solicitar algún apoyo. Fue despedido en Miahuatlán por sus camaradas, amigos y familiares, en un masivo homenaje público, en medio de una interminable lluvia, el estallido de cohetes y expresiones inconsolables de rabia y duelo.

El crimen de don Tomás dejó en la Sierra Sur una mezcla de dolor y compromiso de mantener viva su saga. En palabras de su hijo José Alberto: A mí me duele mi padre, me duele mi mentor, me duele mi camarada de lucha, pero la lucha de Tomás Martínez sigue vigente. El Estado pensó que matándolo se acababa todo. Es lo contrario. Tomás Martínez revive en cientos, en miles que hoy piden unidos justicia.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/09/08/opinion/017a1pol?fbclid=IwAR1xK68xaEsMf5udNXh4lmr8tkV-lDOXSt_ETEuUCWqiN7r6DKG4jrQo3jI

Imagen: https://www.educaoaxaca.org/ejecutan-a-tomas-martinez-pinacho-dirigente-del-fpr-en-la-sierra-sur/

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Que la tristeza nunca sea unida a mi nombre

Por: Luis Hernández Navarro

Hay libros que condensan experiencias y obra de toda una vida. Libros que son, simultáneamente, herramienta para comprender parte de la realidad contemporánea, resumen del trabajo teórico de años, síntesis de años de participación política y destilado de experiencias vitales. Pueblos indí genas en tiempos de la Cuarta Transformación, de Gilberto López y Rivas, es uno de ellos.

López y Rivas nace en 1943. Vive parte de su infancia en una vieja privada en la colonia Santa María la Ribera de la Ciudad de México, con tres cuartos y sin regadera. Estudia el bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria, a la que ingresa un año después de llegar del puerto de Veracruz para estudiar. En la prepa sufre una drástica transformación. Su timidez provinciana desaparece, al tiempo que se afilia a la Juventud Comunista y al grupo cultural Pablo Neruda.

Originalmente estudiante de la Facultad de Economía de la UNAM, la abandona para inscribirse en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Se integra a un grupo armado, formado por viejos jaramillistas, maestros del MRM y algunos asesores sindicales, en el que atiende células obreras en los barrios alrededor de la Cervecería Modelo.

Presidente de la sociedad de alum­nos de la ENAH, participa en el movimiento de 1968. Sale vivo de la masacre del 2 de octubre. Elabora su tesis de maestría sobre los chicanos. Se forma en el socialismo ortodoxo, el odio al imperialismo estadunidense, la admiración a la revolución cubana y el apoyo a la Unión Soviética.

Emigrado en Canadá, trabaja como obrero de la construcción, jardinero, cargador de tráileres y pizcador de tabaco. Viaja a Estados Unidos. Ironías de un ateo, en Utah, donde se gradúa como doctor en antropología, los mormones le proponen un cargo en la Iglesia de los Santos de los Últimos Días.

En la ENAH (de la que, años después, sería director) se engancha a las luchas indígenas. Es parte de un grupo generacional que critica el indigenismo y rechaza la utilización de la antropología como disciplina justificadora del colonialismo interno, que da a luz una corriente etnomarxista.

En junio de 1978, regresa a México de manera forzada junto con su esposa y sus dos hijos, por su compromiso internacional con la causa socialista. Se involucra entonces en la solidaridad con las luchas de liberación nacional en Centroamérica. En 1980 participa en la Cruzada de Alfabetización en Nicaragua, en un proyecto de historia oral de la revolución popular sandinista, y después en el traslado de población misquita de la frontera hacia zonas seguras. Comienza a trabajar la cuestión étnica. En 1984, es incorporado a un grupo de análisis sobre las experiencias autonómicas en el mundo que colabora con la dirección del FSLN. De allí surge una propuesta de Estatuto de Autonomía, que se integra en 1987 a la Constitución nica.

Simultáneamente, en 1980, en un seminario sobre la cuestión nacional en el que participa, nace el Consejo Latinoamericano de Apoyo a las Luchas Indígenas. Forma parte de un equipo que investiga la labor contrainsurgente del Instituto Lingüístico de Verano.

En el marco del Movimiento 500 años de lucha y resistencia del movimiento negro, indígena y popular confronta la idea de que el proceso de conquista y colonización de América es un encuentro entre dos mundos. Anima y sistematiza reuniones internacionales sobre autonomía, efectuadas en Nicaragua, claves para pensar la problemática indígena en el continente.

Su paso por la política institucional de izquierda, en la que fue diputado federal y jefe delegacional de Tlalpan, no mella su espíritu crítico ni su compromiso con las luchas emancipadoras.

Cuando estalla el levantamiento zapatista, López y Rivas se convierte en interlocutor natural de los rebeldes. El EZLN lo invita a ser uno de los asesores en los Diálogos de San Andrés. Él pone a disposición del proceso su pericia y reflexión, al tiempo que se abre de lleno al aprendizaje de nuevas experiencias.

Sus viajes junto a otros asesores a La Realidad, Chiapas, entre 1995 y 1997, se hacen frecuentes. Allí, junto al sonido de gallos anunciando el nuevo día, y el de los insectos craqueando, se escuchaban las sonoras carcajadas de López y Rivas.

Para alguien que supone que el buen humor es un estado de ánimo que llega con el sol en el cenit y considera que las primeras horas de la mañana están hechas para ser vividas con seriedad, resultaba poco menos que incomprensible la jovialidad matutina del antropólogo. Sus risotadas se oían cuando apenas despuntaban los primeros rayos de sol, después de una breve noche de mal dormir. Afortunadamente no duraban mucho tiempo, porque Gilberto se marchaba al río para bañarse, rasurase y recibir su bautismo matutino.

Su vivacidad no desaparecía ni con las largas esperas ni con la falta de comodidades; perduraba hasta que la noche caía. Durante el día, López y Rivas entonaba canciones de la guerra civil española, le reclamaba cariñosamente a los curas sus padecimientos en las escuelas religiosas por las que pasó y narraba todo tipo de anécdotas.

¿De dónde venía esa energía inagotable? De un hecho simple y llano. Gilberto encarna plenamente la frase de Julius Fucik, en Reportaje al pie de la horca, que se convirtió en lema de su generación: Que la tristeza nunca sea unida a mi nombre. De este material está hecho su libro Pueblos indígenas en tiempos de la Cuarta Transformación, obra que desmonta críticamente el neoindigenismo del nuevo gobierno.

Twitter: @lhan55

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/09/01/opinion/016a2pol

Imagen: http://centroprodh.org.mx/sididh_2_0_alfa/?p=41042

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El espejo de nuestra derrota educativa

Por: Luis Hernández Navarro

Decía el director de cine italiano Federico Fellini: La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural.

La crítica del ganador de cuatro premios Oscar a la televisión fue implacable. “No es un medio de expresión –sentenciaba–. No es más que un medio de distribución que, aunque difunde películas, las deforma, las mutila; le deja al espectador, en el mejor de los casos, un sentimiento de complacencia algo turbia y un voyeurismo barato.”

La opinión del director de La dolce vita –recordada recientemente por el profesor Juan Carlos Miranda Arroyo– es un escalímetro preciso para evaluar el reciente anuncio del gobierno federal de aliarse a cuatro consorcios mediáticos, Televisa, Tv Azteca, Grupo Imagen y Grupo Multimedios, para transmitir las clases del próximo ciclo escolar 2020-21, a través de seis canales de televisión abierta.

Parafraseando a Fellini, podemos afirmar que la impartición de clases a través de la televisión privada es el espejo donde se refleja la derrota de nuestro sistema educativo. La televisión no es la escuela, no enseña, no forma críticamente. Genera sí, la complaciente ilusión de que no se desperdicia el tiempo, de que, a pesar de la pandemia, el ciclo escolar avanza. En el mejor de lo casos, entretiene. A lo sumo, difunde unilateralmente información, no necesariamente significativa para enfrentar los retos de la época. Proporciona a las autoridades del sector la turbia fantasía de que controlan el proceso de enseñanza. Como ha señalado Gustavo Esteva, el modelo de educación híbrida asociada a la televisión, es como las semillas híbridas: un producto estéril.

El Acuerdo por la Educación tiene implicaciones relevantes en la recomposición del poder en México. Los barones de la telecracia que recién lo firmaron, fueron invitados por el presidente López Obrador a su gira a Washington el pasado 8 de julio, y asistieron a la cena con Donald Trump y sus comensales empresariales. En el salón este de la Casa Blanca estuvieron Ricardo Salinas Pliego, dueño de Grupo Salinas y TvAzteca y segundo hombre más rico del país. Bernardo Gómez, codirector ejecutivo de Grupo Televisa. Olegario Vásquez Aldir, propietario de Grupo Empresarial Ángeles y Grupo Imagen. Y Francisco González Sánchez, de Grupo Multimedios.

El Acuerdo por la Educación entre la Secretaría de Educación Pública (SEP) y los consorcios mediáticos bautizado como Aprende en Casa II es un oasis en el desierto para las televisoras. Tan pronto fue anunciado, los mercados respondieron con beneplácito. Las acciones de las principales firmas de medios treparon vertiginosamente. En 48 horas, los papeles de Televisa acumularon un avance de casi 15 por ciento en dos sesiones, en tanto que los de Tv Azteca sumaron más de 18 por ciento (https://bit.ly/33HOMbN).

Pese a que el Estado mexicano dispone de tiempos fiscales oficiales en radio y te­levisión (que condonó unilateralmente en abril de 2020), la telecracia recibirá como pago del gobierno por la difusión de contenidos educativos, 450 millones de pesos, tarifa que el Ejecutivo considera social. Adicionalmente, se darán contratos por 36 millones de pesos a una empresa outsourcing que labora para el Grupo Elecktra, para elaborar materiales audiovisuales para el regreso a clases.

Sin embargo, más allá de los pesos y centavos por la venta de servicios, la verdadera importancia del acuerdo en términos de negocio no está allí, sino en la audiencia cautiva y el rating que las transmisiones de Aprende en Casa II le acerca a los consorcios mediáticos: 30 millones de niños y jóvenes, más de millón y medio de maestros y un número indeterminado de padres de familia.

Hasta ahora, las televisoras estaban muy lejos de vivir tiempos gloriosos. Éstos desaparecieron desde hace años. La vaca se secó. El modelo de negocio se agotó. Sus ratings cayeron en picada. Perdieron a los jóvenes. Las ganancias multimillonarias se esfumaron. Para sobrevivir, debieron hacer dolorosos ajustes. Ejemplo: la televisión abierta representaba para Televisa hace unos años más de 80 por ciento de sus ventas. Hoy le significa 37.8 por ciento (https://bit.ly/2DRpME4).

El Acuerdo Educativo revierte milagrosamente esta situación. No sólo legitima a la telecracia, disfrazando sus negocios de filantropía. Coloca obligadamente a millones de niños y jóvenes frente a las pantallas. De esta manera, el espacio público escolar será ocupado por empresas privadas.

Con Aprende en Casa II, la SEP ignoró olímpicamente miles de experiencias pedagógicas y didácticas exitosas que profesores de todo el país desarrollaron con imaginación y compromiso durante la pandemia. Despreció su capacidad, vocación y disposición de servicio. Reforzó la concentración de poder de la tecnoburocracia educativa. Simuló el regreso a una normalidad que sólo existe en los deseos de la autoridad, mientras dejó de lado lo que verdaderamente se puede y debe aprender para enfrentar un momento extraordinario como el actual.

Sí, parafraseando a Fellini, podemos afirmar que la impartición de clases por la televisión privada es el espejo donde se refleja la derrota de nuestro sistema educativo. Pero, también, el retorno triunfal de la telecracia, vestida ahora de benefactora pública.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/08/11/opinion/015a1pol?fbclid=IwAR2gvbXB_qYy0VMP7aa3quXauzTHCK_gZE6lhBcqzj_B_TFaTz_IA9jLerY

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Covid-19, el espejo chiapaneco

Por: Luis Hernández Navarro

El doctor José Manuel Cruz Castellanos es un personaje peculiar. Parecería sacado de una película de humor de Monty Python. Cuando le preguntaron si la llegada del polvo del Sahara podría afectar la salud de los chiapanecos, o hacerlos susceptibles a contagiarse de Covid-19, respondió: La llegada de ningún extranjero, de ningún mexicano, de ninguno de los que viene a Chiapas, está vulnerado ni puede vulnerar a Chiapas porque tenemos el gran filtro del aeropuerto.

Ante el desvarío, los periodistas le precisaron que se referían a la nube de arena que entraría a México.

“Sin ningún problema –contestó encarrerado el médico–, todo lo que llega es sujeto de vigilancia epidemiológica y de estudios de laboratorio, de manera tal que tenemos un contexto para proteger a la población. Los filtros sanitarios se establecieron para eso.”

El dislate no tendría importancia, salvo por una cuestión. Cruz Castellanos es el secretario de Salud de Chiapas.

Sus desvaríos dan para escribir un libro. Cuando la periodista Lizbeth Jiménez lo cuestionó sobre las irregularidades en las cifras de pacientes con coronavirus registradas en la entidad, él le espetó: Interpretar cuesta cuando no tiene uno su mente muy clarita en lo que está uno haciendo, como veo en tu caso que no te quedó claro. Grábalo para que no vengas con cuestionamientos absurdos. Nada más que anda con mucha precaución, no te vaya a agarrar por ahí y no queremos eso. Eres muy guapa, muy elegante para que te vaya a pasar algo.

El señalamiento de la reportera era correcto. El secretario de Salud de Chiapas es un mago de las cifras. Desde el pasado l8 de junio, hizo disminuir, literalmente de un día para otro, el número de contagios. Y como buen ilusionista, mantuvo la cifra por debajo de los 100 casos diarios. Un manejo conveniente para que el estado transitara a semáforo naranja.

La danza de los números de Cruz Castellanos ha sido cuestionada por multitud de voces. Una es la del delegado estatal de la Cruz Roja, Francisco Alvarado Nazar –él mismo contagiado de coronavirus–. El delegado informó que el 23 de junio recibieron una llamada de emergencia por hora de personas con problemas de Covid-19, que en 40 por ciento de los casos, la situación de los posibles infectados era crítica y que de urgencia se necesitaba cortar la cadena de contagios en Tuxtla Gutiérrez.

La respuesta del secretario fue fla­mígera. Acusó al delegado de la Cruz Roja de no tener la información correcta y de que los pacientes que se recuperan (como Alvarado) quedan medio chafiretes. Añadió que las críticas a su gestión se le resbalan, porque todas las mañanas me pongo aceitito y se me resbala todo.

Cruz Castellanos es una figura muy cercana políticamente a la tabasqueña Rosalinda López Hernández, administradora general de la Auditoría Fiscal del SAT y esposa de Rutilio Escandón, gobernador de Chiapas. Saltó del PRI, al PRD y al PVEM hasta su incorporación a Morena. En 2015 compitió por el Verde, para ser diputado por el sexto distrito. Construyó allí una alianza con Rosalinda, quien fue candidata por ese mismo partido a la alcaldía de Villahermosa. Ambos fueron derrotados.

El secretario de Salud chiapaneco hizo carrera política en el sector sanitario tabasqueño, durante la gubernatura de Manuel Andrade Díaz (2002-06). La diputada local Olvita Palomeque acusó al funcionario de cometer graves irregularidades en su gestión chiapaneca, beneficiando con obras y contratos por adjudicación directa a tres empresas de Tabasco.

La gestión gubernamental de la pandemia en Chiapas ha sido una calamidad. Cientos de personas han denunciado contagios y muerte de sus familiares, sin atención médica y sin pruebas, cuyos decesos no se cuentan (https://bit.ly/2Wwccg2). Según el magisterio democrático de la seccion 7, los datos que las entidades de salud proporcionan distan mucho de la información que se conoce. No todos los casos sospechosos, confirmados ni las defunciones han sido tomadas en cuenta para el registro estadístico. A diario conocemos historias de personas que resultaron positivas o que tuvieron un tortuoso peregrinar para recibir atención hasta encontrarse con la muerte.

Ignorando la enorme confusión propiciada desde las redes sociales (https://bit.ly/3fR3yjS), las autoridades locales informaron sobre la enfermedad en lenguas indígenas hasta junio, no obstante ser el tercer estado del país con mayor proporción de población hablante de ellas (https://bit.ly/2CQnwMT). El personal de la Secretaría de Salud estatal trabaja sin equipo de protección, con graves riesgos de contraer el mal: 42 han fallecido y 751 han contraído el virus. Los trabajadores de la sección 50 del Sntsa, han denunciado desde hace años la corrupción, el desmantelamiento y la falta de equipos en los hospitales en la entidad.

Los desfiguros del doctor José Manuel Cruz no son accidentales. Son parte sustancial del estilo de hacer política de los cacicazgos que controlan el poder político en Chiapas, amparados desde hace años por una política contrainsurgente. Hoy, esos cacicazgos visten los ropajes de la 4T.

El pésimo manejo de la crisis sanitaria en Chiapas es un espejo en el que el resto del país debe verse. El daño sufrido por la población ha sido catastrófico. La decisión del gobierno federal de ocultar ese desastre las agravará aún más.

Twitter: @lhan55

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La masacre de San Mateo del Mar

Por: Luis Hernández Navarro

Ofensiva de los poderes fácticos regionales

San Mateo del Mar está de luto. El pasado domingo 21 de junio, un grupo criminal segó la vida de 17 habitantes, incluidas dos mujeres, reunidos en la agencia municipal de Huazantlán del Río para efectuar una asamblea. Los matones encapuchados los emboscaron a la altura de la colonia Reforma, usando machetes, gasolina, palos, piedras y armas de fuego. No contentos con la agresión, calcinaron a varias de sus víctimas. Pese a que la gente llamó a la Guardia Nacional y ésta llegó, se retiró cuando comenzó el ataque.

No es la primera arremetida violenta que los defensores de la asamblea sufren. Apenas el 3 de mayo fue asesinado Filemón Villalobos, agente municipal suplente de Huazantlán, sin que el crimen fuera esclarecido ni se haya hecho justicia.

San Mateo del Mar es un municipio ikoot (huave) de alta marginación, en que viven 15 mil habitantes (6 mil de ellos en la cabecera municipal), rodeado de lagunas y mares. Está ubicado en una estrecha barra que separa la Laguna Inferior del Golfo de Tehuantepec, con un solo camino de terracería como vía de comunicación. Entre octubre y marzo fuertes vientos azotan la región en todo el municipio. La mayoría de su población se dedica a la pesca (https://bit.ly/31oPLfW).

El municipio ha sufrido conflictos agrarios desde hace más de 60 años. A lo largo de la década anterior se acentuaron. Grandes compañías eólicas pretenden adueñarse de ese territorio. A diferencia de otras comunidades, en 2008 San Mateo rechazó la instalación de aerogeneradores, que individualizan la posesión de la tierra. Se opuso a la entrada del megaproyecto eólico Preneal. Y, junto a San Dionisio, impulsó la expulsión de Mareña Renovables, que pretendía instalar más de 100 molinos eólicos en la ecológicamente frágil Barra de Santa Teresa, territorio sagrado ikoot (https://bit.ly/31o1yva.

Desde 2017 San Mateo padece un conflicto político electoral que amenaza su sistema normativo interno. El núcleo de pobladores que encabeza la resistencia caracteriza la agresión que sufren como una guerra contra el pueblo y su máximo órgano de toma de decisiones, la asamblea de la cabecera y las agencias municipales, presidida por sus autoridades tradicionales cívico-religiosas.

Hasta ese año, se elegía a las autoridades municipales por rotación, de acuerdo con la división territorial del pueblo y sus agencias. Sin embargo, a partir de entonces, como resultado de la presión de un ciudadano que demandó su derecho a ser elegido autoridad a pesar de no haber servido en el sistema de cargos, el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (Ieepco) ordenó realizar comicios por planillas. Con apoyo empresarial se impuso un candidato por medio de un enorme fraude electoral contra la asamblea, comprando votos. Sin embargo, el presidente municipal espurio no pudo portar el bastón de mando, ni despachar en la alcaldía, aunque dispuso de las partidas presupuestales.

En 2019, los poderes fácticos encabezados por el empresario Jorge Leoncio Arroyo Rodríguez, repitieron el fraude. Ya en la administración se despacharon en grande con los contratos de obra pública y la administración de fondos municipales. Al igual que su antecesor, Bernardino Ponce, el nuevo alcalde, tampoco puede atender las responsabilidades de su cargo en el palacio municipal.

Según denuncian víctimas de la agresión, entre otros, forman parte del grupo de poder embarcado en la guerra contra la asamblea, el constructor Camerino Dávalos, Sofía Castro Ríos. Anabel Sánchez Hernández, Emanuel Bustillo (comandante del Frente Único de Agencias) y Roberto Rueda Velázquez.

Adicionalmente, la delincuencia organizada ha sentado sus reales en algunas agencias municipales. Comenzaron sus actividades con el robo de cable de cobre del tendido de alta tensión, en Santa Cruz. Los malosos locales son una isla de un archipiélago criminal más amplio, que se estableció y expandió en Juchitán y Salina Cruz con la llegada de Gabino Cué a la gubernatura de Oaxaca. Drogas, secuestros, piratería, tráfico de migrantes, extorsión son algunos de los negocios a los que se dedican.

El 23 de junio, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo un diagnóstico sobre el origen de la masacre. “Es –dijo– una confrontación por el gobierno municipal, por un lado son pobladores de la cabecera municipal y pobladores de comunidades. Suele pasar que en los ayuntamientos cuando hay elecciones y queda de presidente municipal alguien de la cabecera municipal, hay el malestar de las comunidades porque se sostiene que lo que llega de apoyo en obras o presupuesto sólo se aplica en la cabecera y no se distribuye en las agencias.”

Sin embargo, en este caso la naturaleza del conflicto es diferente. Los agredidos, además de pertenecer a la cabecera municipal, representan también a otras agencias. La matanza es parte de la ofensiva de los poderes fácticos regionales, funcionales a la industria eólica, para desmantelar o debilitar a los núcleos organizados que se oponen a los megaproyectos y articulan la defensa de su territorio, sus recursos naturales y su cosmovisión, y que han avanzado en una alianza con su vecina Santa María. El asunto se agrava por la construcción del corredor interoceánico.

La masacre de San Mateo del Mar no debe quedar impune. Urge brindar medidas cautelares a la comunidad. El duelo mareño debe encontrar verdad, justicia y reparación del daño.

Fuente: https://www.lahaine.org/mm_ss_mundo.php/la-masacre-de-san-mateo

Imagen: https://pixabay.com/

 

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Regreso a clases

Por: Luis Hernández Navarro.

Gustavo de Hoyos es uno de los críticos más beligerantes de la derecha patronal en contra de Andrés Manuel López Obrador. “Estamos –dijo– ante un gobierno altamente destructivo de la inversión en el país”. El mandatario le respondió describiéndolo, no sin razón, como politiquero disfrazado de empresario y “traficante de influencias.

Está bien que tenga aspiraciones, pero que no use su representación, porque además afecta a los empresarios, le reviró el Presidente de la República en una mañanera al dirigente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

A pesar de ello, el secretario de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma, se reunió virtualmente con la Comisión de Educación de la Coparmex, para explicarle lo que el gobierno está haciendo en el terreno de la enseñanza ante la pandemia.

En plena línea de continuidad con las prácticas de Aurelio Nuño en el sexenio pasado, Moctezuma anunció a los tiburones empresariales que, una vez que se regrese a clases, la SEP aplicará una evaluación diagnóstica para valorar los conocimientos que los alumnos adquirieron con el programa Aprende en Casa.

Satisfecho, Gustavo de Hoyos respondió con un mensaje en su cuenta de Twitter en el que informó sobre la presencia del secretario Moctezuma en su reunión y reconoció al gobierno federal por mantener el servicio educativo en la contingencia sanitaria, a través de programas como Aprende en Casa.

La presencia del secretario en el acto del sindicato patronal es muestra del enorme despiste y la interminable serie de pifias de la SEP para enfrentar la problemática del coronavirus. Aunque, según el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, el gobierno federal se preparó desde el 3 de enero para enfrentar la crisis, las autoridades educativas ni anticiparon ni elaboraron una estrategia para sortear el reto. De manera que, muchas de sus acciones –como ir a rendir cuentas a la Coparmex– han sido, por decir lo menos, fallidas.

El pasado 30 de abril, por ejemplo, fecha en que se celebra el Día del Niño, una actividad tradicionalmente organizada por la SEP, la ceremonia oficial corrió, en los hechos, a cargo del doctor López-Gatell. El evento puso en el centro las preocupaciones de niños y jóvenes ante la pandemia.

En contraste, en lugar de invitar a los niños a celebrar la efeméride a partir de la vida misma, las autoridades educativas mantuvieron la educación a distancia con un plan de estudios que nada tiene que ver con las angustias y los intereses de los estudiantes en este momento, y siguieron exigiendo a maestros enviar diariamente a sus jefes videos, fotografías, listas de asistencia, evidencias y reportes insensatos.

Evaluar los conocimientos que los alumnos han adquirido por medio de Aprende en Casa –como anunció el secretario Moctezuma a la Coparmex– es un absurdo. Porque, a pesar de lo que asegura la SEP en su boletín 114, el plan es un fracaso. No se puede exportar la educación de las aulas a los hogares. Son espacios distintos. Los padres de familia no son profesores. Hay, además, una enorme cantidad de estudiantes que no tiene acceso ni a las herramientas tecnológicas ni a la televisión para seguir los cursos. Peor aún, los contenidos que se trasmiten a través del televisor aportan muy poco a la comprensión de lo que los alumnos están viviendo.

Aprende en Casa es una gran cortina de humo para aparentar que, ante la pandemia, el sistema educativo sigue funcionando, cuando realmente está colapsado. Es una puesta en escena para controlar y vigilar al magisterio. Una demostración de poder de una burocracia que poco conoce la realidad escolar en el terreno.

Qué tan descolocada está la SEP ante la crisis sanitaria puede verse en la danza de las fechas que ha dado sobre el regreso a clases. Las autoridades educativas se comportan como si pudieran manejar el calendario del comportamiento del Covid-19 de la misma manera en la que administran un almanaque escolar. El anuncio de reanudar cursos el 1º de junio es tan improbable como cualquier otro. Tan es así que se acaba de informar que el pico de la pandemia culminará hasta el 20 de mayo.

Retornar a las aulas el 1º de junio será una absoluta irresponsabilidad. Es prácticamente imposible en un sistema escolar como el mexicano mantener la sana distancia e implementar medidas de higiene adecuadas. Los planteles llevan casi dos meses abandonados. Las aulas son reducidas, están sobresaturadas, su mobiliario es básicamente binario y tienen poca ventilación. En promedio, hay 28 alumnos por maestro (más en muchos centros escolares), más del doble de estudiantes que el promedio de los países desarrollados. Además, no hay personal filtro, ni gel, ni cubrebocas, ni Lysol y, en muchos casos, ni siquiera jabón. Más aún: 57 mil 500 escuelas no tienen acceso al agua de la red pública del Estado.

Según el doctor José Elizalde, jefe del Departamento de Neumología del Instituto Salvador Zubirán, el tema de las escuelas es preocupante. Hay un gran número de pacientes asintomáticos. Habría que seguir hasta el fin de año haciendo educación a distancia. Se puede decir más fuerte, pero no más claro. Hay que decretar el fin del ciclo escolar, elaborar programas de educación pertinentes para la cuarentena y a lo que sigue.

Fuente del artículo: https://www.jornada.com.mx/2020/05/12/opinion/015a1pol

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