El Senado de Chile anunció este miércoles que la Comisión de la Constitución aumentó a 24 los cupos reservados a los pueblos originarios, en la convención que redactará la nueva carta magna.
“Tras revisión final de la reforma, la Comisión de Constitución (con tres votos a dos) aumentó a 24 el total de escaños reservados para pueblos originarios”, informó la entidad legislativa chilena.
El mensaje virtual continúa especificando que, dicha decisión fue tomada por la Comisión de la Constitución “a fin de garantizar la presencia del pueblo Chango, que fue recientemente reconocido por ley”.
⏰Último Minuto | Tras revisión final de la reforma, la Comisión de Constitución (con 3 votos a 2) aumentó a 24 el total de escaños reservados para pueblos originarios en la Convención, a fin de garantizar la presencia del pueblo Chango, que fue recientemente reconocido por ley.
“En consecuencia, con esa y otras modificaciones asociadas a la inclusión del pueblo Chango, el texto será votado la próxima semana en la Sala (del Senado), de acuerdo a lo determinado por los comités parlamentarios”, puntualizó el texto parlamentario.
De este modo, en el caso de ser aprobada dicha propuesta, los pueblos originarios tendrán 24 asientos en la Comisión Constitucional encargada del debate y redacción de la nueva Carta Magna chilena.
Son jóvenes, vienen de África o Latinoamérica, Estados Unidos o Gran Bretaña y han revolucionado la figuración con sus pinturas y telas corales.
La gran sorpresa de la pintura actual, de la pintura más radicalmente contemporánea, es la irrupción de un género que se quería pretérito: el retrato. Y más en concreto, el retrato de grupo o coral, y más en concretísimo aún que este venga de la mano de artistas mujeres, y si seguimos aún tirando del hilo, que sean mujeres de lo que se venían considerando los márgenes: creadoras africanas o afroamericanas, de países latinoamericanos, inmigrantes en Gran Bretaña o Estados Unidos, donde no dejan de exponer en la Tate o en el Whitney neoyorquino. Ellas se pintan solas o acompañadas y lo hacen con la fuerza de su pincel o de su aguja y la estridencia de sus colores. Porque esto, también, va de color.
Y va porque es una evidencia. No se trata de un arte político en el sentido tradicional de la palabra, sino de presencia, o más aún, de comunidad. Y de identidad. Y de realidad: las creadoras quieren mostrar el mundo en el que se mueven, sus familias, sus amigos, sus tradiciones; están enraizadas en lo que les rodea y por eso lo pintan, en otros casos lo tejen y algunas lo fotografían, aunque se trata de un fenómeno, por así llamarlo, más pictórico. Sus retratos pueden ser individuales, de parejas, tríos, grupos o colectivos. Nada que ver con el narcisismo del imperio de la selfie, aquí no abunda el autorretrato, sino el individuo pero no como tal, sino como parte una comunidad.
Una pintura coral que da la vuelta al género y se hace también narrativa, para dar cabida a las escenas de la vida cotidiana convirtiéndose así en una renovada pintura de género. Y una pintura esencialmente figurativa que llega en el momento justo, porque como explica la artista estadounidense Emily Mae Smith, “vivimos una época propicia para el debate de lo que significa ser humano en un tipo de cuerpo u otro”.
En este sentido, el retrato, individual o colectivo, es una de las formas en que las/os artistas responden a cuestiones como el género, la pertenencia a una étnica o la clase social. Figurativo no significa necesariamente realista, así, hay pintoras como Nina Chanel Abney que convierten las figuras en ideogramas, otras como Lynette Yiadom-Boakye las imaginan y un tercer grupo, como la colombiana Alejandra Hernández (1989) o la norteamericana Jordan Casteel (1989), las toman de su núcleo familiar o de conocidos.
Encontramos a artistas que buscan visibilizar a aquellas personas o colectivos que el arte suele dejar al margen, o los trata únicamente a través de lo conceptual o lo reivindicativo. Aquí lo reivindicativo consiste justamente en mostrarlos en igualdad de condiciones frente a quienes a lo largo de la historia del arte han inmortalizado sus rostros y cuerpos, las clases dominantes. Esta es la apuesta de Aliza Nisenbaum (1977), mexicana de origen judío y residente en Nueva York, quien durante años ha retratado a inmigrantes hispanos en Estados Unidos, en ocasiones miembros de diferentes generaciones. Artista consolidada, expondrá sus últimos trabajos a partir del 15 de noviembre en la Tate Liverpool.
El fenómeno
“Vivimos una época propicia para el debate de lo que significa ser humano en un tipo de cuerpo u otro”, explican las artistas
También en la Tate, en este caso Britain, se podrá ver a partir del 18 de noviembre la figuración más simbólica de Lynette Yiadom-Boakye (1977), londinense cuyos padres emigraron desde Ghana y que ha contribuido “al renacimiento de la pintura negra”, como destacó el jurado que la seleccionó como finalista del premio Turner en el 2013. Al contrario que la mayoría de pintoras, sus figuras no se basan en personas reales, sino que las crea a partir de materiales encontrados, con una paleta de colores limitada a verdes, marrones y negros.
Bisa Butler (1973) también parte de materiales encontrados, en su caso fotografías, para sus telas, que han revolucionado la escena artística norteamericana desde la exposición de sus quilts en el Smithsonian; nacida en Estados Unidos de padre ghanés, Butler realiza una completa investigación de las personas de las fotografías para convertirlas en sujetos, “personas de la comunidad afroamericana en ámbitos de vida ordinarios que pueden haberse sentado para una reunión familiar”.
Butler conecta con sus materiales textiles y combinaciones de colores con la tradición africana de su familia y la documentación de sus retratados “para que el espectador los vea como yo, como sujetos propios”. A partir del 16 de noviembre sus retratos podrán verse en el Arts Institute of Chicago, que justamente acaba de comprar obra de esta artista, además de obra de Tschabalala Self (1990) y Amanda Williams (1974).
Self es otra de las artistas que está ganando enteros y cotización–fue seleccionada por la revista Forbes como una de las 30 creadoras más influyentes menores de 30 años–. Nacida en el Harlem neoyorquino, la suya es una reivindicación de la cultura afroamericana a través también de la figura, especialmente de la mujer. Más multitudinarias son las pinturas de Nina Chanel Abney (1982): estallidos de color en telas de grandes dimensiones que ya han entrado en los museos y han protagonizado exposiciones como en el Modern Art Museum de Forth Worth; con un estilo más narrativo, conecta el narcisismo de la sociedad actual con las redes sociales y la violencia en los barrios de color con la policial.
Desde una perspectiva menos abiertamente activista, Njideka Akunyili-Crosby (1983), Lubaina Himid (1954) y Toyin Ojih Odutola (1985) se centran en la intercomunicación de las personas. Nacida en Zanzíbar, Himid parte de una cita de la Nobel de Literatura Toni Morrison: “No eres el trabajo que haces, eres la persona que eres”, para enlazar el hecho de que en la historia del arte rara vez aparecen las figuras de color sin estar desempeñando un trabajo (Himid tendrá una exposición en la Tate Modern en otoño del 2021).Las escenas cotidianas de Crosby beben en su formalidad de la tradición artística occidental, para mostrar, en palabras de la artista, como la vida de los inmigrantes fusiona identidades dispares. El mestizaje cultural también está tras la obra de Toyin Ojidh Odutola, quien sitúa a sus personajes de color en ambientes tradicionalmente considerados blancos. Y es que el color ya no está cerrado en sí mismo.
Al quedar Estados Unidos oficialmente fuera del Acuerdo de París; el resto de los países miembros China, Francia, Italia, el Reino Unido junto a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático emitieron una declaración conjunta llamando a todos los líderes a trabajar en conjunto aunando esfuerzos para reducir los efectos del calentamiento global.
Detener el cambio climático requiere de los esfuerzos en conjunto de todos los líderes mundiales. El comunicado emitido por los países miembros del Acuerdo de París recuerda la responsabilidad de proteger al planeta y a sus habitantes de la amenaza que supone el cambio climático. “La ciencia de hoy en día es clara. Debemos intensificar urgentemente la acción y trabajar juntos para reducir los efectos del calentamiento mundial y asegurar así un futuro más verde y resiliente para todo el mundo”, señala el mensaje que también recuerda que el marco para conseguir este objetivo es el Acuerdo de París.
Del mismo modo, los firmantes reafirmaron la necesidad de dar un apoyo sólido a los países y comunidades “que se encuentran en la primera línea que sufrirá los efectos del cambio climático”, así como de lograr “mantener el aumento de la temperatura muy por debajo de 2 grados centígrados” y de actuar para limitar el calentamiento a 1,5 grados con respecto a los niveles preindustriales.
A poco más de un mes de cumplirse el quinto aniversario del Acuerdo de París -el próximo 12 de diciembre-, los participantes en la declaración “observaron con pesar” la retirada estadounidense que cobró vigencia el día de hoy 5 de noviembre.
El mes de noviembre del año pasado el gobierno de Estados Unidos emitió un comunicado donde confirmó el inicio del proceso para retirarse del Acuerdo de París por parte de la nación norteamericana. Según los términos del tratado, Estados Unidos notificó oficialmente su retirada a las Naciones Unidas, que se hace efectiva un año después de la entrega del aviso. La decisión de retirarse del Acuerdo se debe, según las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump el 1 de junio de 2017, “a la injusta carga económica impuesta a los trabajadores, empresas y contribuyentes estadounidenses en virtud de las contribuciones hechas por Estados Unidos en el marco del Acuerdo”.
Pese a la retirada del gigante estadounidense, el resto de los países miembros continuarán su importante tarea en la lucha contra el cambio climático. “Conforme miramos hacia la COP26 (Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) en Glasgow, seguimos comprometidos a trabajar con todos los interesados y asociados de Estados Unidos en todo el mundo para acelerar la acción climática, y con todos los signatarios para asegurar la plena aplicación del Acuerdo de París”, finaliza el documento.
Los gobiernos deberían tomar medidas urgentes para abordar los abusos en el ámbito educativo.
Gobiernos de todo el mundo deberían intensificar urgentemente sus esfuerzos por garantizar la seguridad de los estudiantes en las escuelas y en los espacios en línea, dijo Human Rights Watch hoy en el primer Día Internacional contra la Violencia y el Acoso en la Escuela, Incluido el Ciberacoso. Muchos gobiernos todavía no prohíben el castigo corporal, y muchos están rezagados en la protección de los estudiantes contra la violencia sexual, el acoso escolar y la violencia en el ámbito educativo.
En la mayoría de los países los estudiantes sufren violencia, acoso escolar y discriminación. Según las agencias de las Naciones Unidas, más de 246 millones de niños sufren cada año violencia de género en las escuelas o sus alrededores, y uno de cada tres estudiantes es víctima de acoso escolar y violencia física. La mitad de los adolescentes del mundo han reportado situaciones violencia por parte de sus compañeros de escuela.
“Es indignante que los estudiantes de muchos países sufran violencia grave en la escuela que puede marcarles para el resto de sus vidas”, dijo Elin Martínez, investigadora sénior de derechos del niño de Human Rights Watch. “Los abusos graves, como la violencia sexual y física, afectan gravemente la dignidad de los estudiantes, su autonomía corporal y su capacidad para aprender y sentirse seguros en la escuela”.
La investigación de Human Rights Watch sobre las barreras a la educación en más de 15 países encontró que los niños, niñas y los jóvenes experimentan muchas formas de violencia de género en el ámbito escolar. Los estudiantes a menudo reportan castigos corporales, explotación sexual, abuso y acoso, violencia física e intimidación. Los docentes y funcionarios escolares, así como otros estudiantes, son con frecuencia responsables de estos abusos.
Las niñas y niños con discapacidades, los menores refugiados y los estudiantes LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transgénero) experimentan con frecuencia altos niveles de violencia y acoso escolar. La violencia contra estos menores a menudo recibe poca atención debido a las actitudes discriminatorias y perjudiciales prevalecientes que perpetúan el silencio y la impunidad.
A pesar de importantes avances, el castigo corporal en las escuelas sigue siendo legal en al menos 67 países, y muchos docentes todavía utilizan la fuerza física para controlar las aulas y ejercer su autoridad. En el Líbano, los niños, niñas y adolescentes son frecuentemente golpeados, abofeteados y humillados. En Sudáfrica, algunos niños y niñas con discapacidades, en particular con discapacidades sensoriales e intelectuales, y menores con autismo, son víctimas de violencia física, abuso verbal y negligencia por parte de maestros y asistentes en escuelas ordinarias y especiales.
La violencia sexual en las escuelas, que incluye violación, abuso sexual y explotación sexual, sigue siendo poco denunciada en muchos países. En Senegal y Tanzania, con frecuencia los docentes y los funcionarios escolares explotan sexualmente a las niñas a cambio de dinero para las tasas escolares, mejores calificaciones y artículos básicos como toallas sanitarias menstruales. Muchas niñas dijeron a Human Rights Watch que no denunciaron los casos de violencia sexual porque los funcionarios escolares no les creen, especialmente cuando los responsables son maestros.
Los estudiantes LGBT se enfrentan al acoso escolar, la discriminación y la violencia en muchos países, pero a menudo son excluidos de las políticas contra el acoso o de las medidas adoptadas para frenar la violencia en las escuelas. En Japón y Vietnam, la falta de formación y rendición de cuentas de los docentes significa que los maestros permiten y contribuyen al acoso de los estudiantes LGBT.
La violencia de género en línea vinculada a su experiencia escolar afecta cada vez más a muchos menores. Se ha convertido en una preocupación cada vez mayor como resultado del aumento en el tiempo que los estudiantes pasan en línea como resultado de los cierres de escuelas vinculados a la pandemia de COVID-19. El ciberacoso también afecta a los jóvenes LGBT, y los abusos pasan de las aulas a los espacios en línea. En Filipinas y Estados Unidos, estudiantes LGBT describieron comentarios e insultos anti-LGBT, así como la rápida difusión de rumores facilitados por las redes sociales. Esta exposición pública y el ridículo tienen consecuencias negativas para la salud mental y el rendimiento académico de los menores, ha concluido Human Rights Watch.
Los países que carecen de políticas claras y vinculantes para que las escuelas aborden todas las formas de violencia y acoso, incluso en línea, a menudo perpetúan malas prácticas similares, dijo Human Rights Watch. Muchas escuelas carecen de políticas para proteger a los menores, así como de medidas de protección específicas para garantizar la seguridad de los niños más vulnerables.
En muchos países, los niños y niñas no reciben una educación sexual de amplio espectro adecuada para su edad. Este tema fundamental proporciona un punto de entrada para que niños, niñas y maestros hablen sobre la violencia de género, permite a los docentes abordar conversaciones delicadas o difíciles de manera no estigmatizante y empodera a los niños y niñas para denunciar abusos o comportamientos dañinos.
Las escuelas también carecen a menudo de orientadores y maestros con la formación adecuada en protección infantil. En los peores casos, los funcionarios escolares no protegen la privacidad de los niños o niñas ni respetan la confidencialidad, lo que expone a los menores al estigma, la humillación y las represalias. Incluso cuando los menores denuncian abusos, los funcionarios escolares no siempre toman en serio las acusaciones, no inician investigaciones o no remiten los casos a las autoridades correspondientes.
Los gobiernos deben adoptar con urgencia políticas nacionales vinculantes que garanticen la protección de los estudiantes en las escuelas y los espacios en línea. Aquellos que ya cuentan con políticas deben asegurarse de que incluyan protecciones para los niños que son particularmente propensos a sufrir abusos, incluidas las niñas, los estudiantes LGBT y los menores con discapacidades. Las escuelas deben tener orientadores, maestros o funcionarios escolares accesibles y confidenciales que actúen como puntos focales de protección infantil y que estén disponibles para brindar apoyo inmediato a los estudiantes que están amenazados o han sido víctima de abuso.
Las escuelas deberían conectarse con los centros de salud y protección infantil locales para garantizar que los niños, niñas y adolescentes que han sufrido abusos sean escuchados adecuadamente y remitidos a los servicios de salud y de salud sexual y reproductiva adecuados, entre ellos la anticoncepción de emergencia y el aborto cuando sea necesario. Deben proporcionar a los estudiantes acceso a servicios psicosociales (de salud mental) adecuados, como la terapia. Los gobiernos también deben garantizar que las escuelas proporcionen educación sexual obligatoria, científicamente precisa y apropiada para la edad.
“Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a aprender en un entorno físico o en línea seguro y deben poder confiar en los adultos que tienen el deber legal y moral de protegerlos”, señaló Martínez. “Este principio fundamental debe guiar los esfuerzos de todos los gobiernos para abordar y, en última instancia, erradicar el flagelo de la violencia y el acoso de las escuelas y los espacios en línea”.
Fuente: https://www.hrw.org/es/news/2020/11/05/el-acoso-y-la-violencia-realidades-comunes-en-las-escuelas-de-todo-el-mundo
Maestros y trabajadores de la salud marcharon este miércoles 4 de noviembre desde la Maternidad Concepción Palacios hasta la plaza Caracas para exigir salarios justos.
“Nosotros vamos a estar en la calle movilizadas, los gremios de la salud le hemos pedido a la administración de Maduro que nos aumenten los salarios y ha hecho caso omiso. No tenemos equipos de protección para la COVID-19: o nos mata el hambre o nos mata el coronavirus”, sentenció la presidenta del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital, Ana Rosario Contreras.
“La crisis hospitalaria esta cobrando vida del sector salud y no hay respuesta. Aquí pueden salir unos aumentos que son una burla para el gremio. Vamos a seguir en la calle. Le decimos a Nicolás que no nos vamos arrodillar”, afirmó.
Contreras indicó que han solicitado en varias ocasiones al gobierno de Nicolás Maduro que se dolaricen los sueldos del sector “pero han hecho caso omiso a esta denuncia”.
«Hago más plata vendiendo tostones que con el salario», dijo una manifestante
«No quiero bono, no quiero Clap la lucha es por salario y dignidad», son algunas de las consignas que corean.
La protesta fue custodiada por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) que siguieron todo el recorrido. Al llegar a plaza Caracas los esperaba un piquete de la PNB, el cual fue dispersado por los manifestantes que se abrieron paso para seguir la movilización.
En Portuguesa, Lara, Aragua y Cojedes ambos gremios también protestaron por los precarios sueldos y el abandono en medio de la crisis económica que se agudiza con la pandemia del COVID-19, asimismo, exigen un salario de $600 y el pago de las deudas.
#4Nov#Caracas#Protesta "Hago más plata vendiendo tostones que con el salario": Trabajadores de la salud en Venezuela son sometidos a un salario Bs. 400.000 al mes, lo que no alcanza ni para un carton de huevos.pic.twitter.com/uVNdwwc9qV – @sincepto
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ratificó hoy en esta capital su apoyo a Angola para impulsar la agroindustria mediante alianzas entre la academia y los productores.
El compromiso quedó suscrito este miércoles en un convenio de colaboración por el ministro de Economía y Planificación, Sérgio dos Santos, y la representante aquí de la FAO, Gherda Barreto, de cara a la implementación del proyecto Prodesi en el sector agropecuario.
Prodesi es el acrónimo de Programa de Apoyo a la Producción, Diversificación de Exportaciones y Sustitución de Importaciones, puesto en marcha por el Ejecutivo para acelerar el rendimiento de esferas que pueden ayudar a diversificar la economía nacional y reducir su elevada dependencia de la rama petrolera, sujeta a los vaivenes del mercado internacional.
El convenio con la FAO deberá contribuir a la mayor participación de la academia en el fomento de la agroindustria y la innovación tecnológica en las cadenas de valor, indicaron las partes.
También prevé facilitar el seguimiento por los centros de educación superior de los procesos relacionados con el desarrollo de capacidades y la formulación de planes de negocios para la agricultura, con el empleo de herramientas creadas por la FAO, entre ellas Rural Invest y My Coop.
Según el documento, es un interés común promover la capacitación sobre la llamada agricultura de contrato, tomando como base los cinco tipos de variantes propuestas por esa agencia de Naciones Unidas.
Coordinado por la cartera de Economía y Planificación, el proyecto AgroProdesi contará, además, con la intervención de los ministerios de Educación Superior, Agricultura y Pesca e Industria y Comercio, así como con entidades de FAO y universidades angoleñas.
Al menos 22 personas murieron, incluidos los tres atacantes, y el mismo número resultaron heridas en un ataque armado este lunes 2 de noviembre que se prolongó durante cinco horas en la Universidad de Kabul (Afganistán), donde se encontraban miles de alumnos.
“El ataque a la Universidad de Kabul terminó con la muerte de los tres terroristas. Lamentablemente, en este ataque otras 19 personas murieron y 22 más resultaron heridas”, afirmó en un comunicado el portavoz del Ministerio de Interior, Tariq Arian.
Entre los muertos hay al menos diez mujeres, detalló posteriormente a EFE, Arian, que celebró el rescate de cientos de alumnos y personal universitario durante las casi cinco horas que duró la operación, mientras las fuerzas de seguridad se esfuerzan ahora en remover los explosivos sin detonar del área.
Entre los heridos hay estudiantes, profesores, empleados administrativos de la universidad y un taxista, explicó a EFE el portavoz del Ministerio de Salud Pública, Akmal Samsour, que reveló que aunque la mayoría de los heridos “tienen heridas de bala”, todos se encuentran “estables”.
Los atacantes eligieron la primera hora de la mañana, en el turno de mayor asistencia a las clases, para entrar en la universidad, cuando según explicó a EFE el portavoz del Ministerio de Educación Superior, Hanif Farzan, se encontraban en el campus unas 15.000 personas, entre estudiantes, profesores y otros empleados.
Videos del ataque en las redes sociales
Las redes sociales pronto se llenaron de videos filmados por los estudiantes con sus teléfonos móviles, en los que se mostraba a jóvenes de ambos sexos saltando muros y huyendo del recinto, mientras de fondo se escuchaban los disparos.
Medios locales han difundido imágenes de la universidad con cuerpos de estudiantes esparcidos por las aulas y pasillos.
Por ahora ningún grupo insurgente ha reivindicado la autoría del ataque.
El principal portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, aseguró en un breve comunicado que los combatientes del Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) no tienen nada que ver con el ataque a la universidad.
Las condenas por el ataque contra una de las principales instituciones educativas de Afganistán no se hicieron esperar, entre ellas las de la oficina del presidente afgano, Ashraf Ghani, o de la máxima autoridad en el proceso de paz afgano, Abdullah Abdullah.
“Condeno enérgicamente el cobarde ataque terrorista de hoy contra la Universidad de Kabul. Atacar instituciones educativas es un crimen atroz. Los estudiantes tienen derecho a estudiar en paz (…) Prevaleceremos sobre las fuerzas del mal”, dijo en Twitter Abdullah, presidente del Consejo Superior para la Reconciliación Nacional.
También el representante de la OTAN para Afganistán, Stefano Pontecorvo, condenó lo ocurrido y recordó que «este es el segundo ataque en 10 días contra un centro educativo en Kabul», después del atentado contra un local de estudios de la minoría chií hazara que dejó 24 muertos, en su mayoría estudiantes, y 57 heridos.
Afganistán vivió también en el pasado acciones insurgentes contra universidades, como la ocurrida en octubre del año pasado en la provincia meridional de Ghazni, en la que 23 estudiantes, la mayoría mujeres, resultaron heridos tras explotar una bomba en un aula.
Además en agosto de 2016, en la capital afgana, un ataque contra la Universidad Americana de Kabul, que se prolongó durante diez horas, causó 17 muertos y 45 heridos.
El ataque de hoy se produce cuando desde septiembre está teniendo lugar en Doha el inicio de las conversaciones de paz entre representantes de los talibanes y el Gobierno afgano, que buscan poner fin a casi dos décadas de guerra en Afganistán.
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