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Chile – Dauno Tótoro: «queremos que haya una voz alternativa a los partidos de los 30 años»

Dauno Tótoro: «queremos que haya una voz alternativa a los partidos de los 30 años»

«Queremos participar del proceso constituyente para que exista una alternativa a los partidos de los 30 años, una voz anticapitalista y de las y los y trabajadores». Con estas palabras Dauno Tótoro, dirigente nacional del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR), condensa la postura de su organización ante el proceso que se abre.

Tótoro afirma que en el proceso constituyente es urgente impulsar una tercera alternativa, «que luche por las demandas de la rebelión, por no + AFP, por educación y salud gratuitas, y que también pelee por una verdadera Asamblea Constituyente, que sea libre y soberana; porque sabemos que este proceso constituyente está lleno de trampas y es controlado por los mismo de siempre, incluyendo al Frente Amplio- que votó la ley antiprotestas- y al Partido Comunista- que votó a favor de la ley de suspensión del empleo, que significó un gran ataque en contra de las y los trabajadores», denuncia el dirigente político.

En palabras del joven «debe haber una izquierda que no le deba nada a este régimen heredado de la dictadura militar, que enfrente a los poderosos del país, y para eso nos exigen juntar siete mil firmas, y por eso te pido apoyo en este video», comenta Tótoro en relación al proceso de legalización que están llevando adelante.

Revisa el video completo acá:

https://www.facebook.com/watch/?v=311329810123179&extid=RvmKu4vnkDDmx1g8

Fuente de la Información: http://www.laizquierdadiario.cl/Dauno-Totoro-queremos-que-haya-una-voz-alternativa-a-los-partidos-de-los-30-anos

 

 

 

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Congreso Mundial en defensa de la educación pública y contra el neoliberalismo educativo

 

Congreso Mundial en defensa de la educación pública y contra el neoliberalismo educativo

26 y 27 Septiembre 2020

Documento propositivo

 

La pandemia del COVID-19 generó una situación inédita de parálisis global programada, que desnudó las profundas desigualdades del sistema, pero que también se convirtió en una oportunidad para el gran capital en su propósito de avanzar en una redefinición de sus procesos y dinámicas, con elementos de mayor exclusión y dominación.  La ola de privatizaciones de los servicios básicos y de interés social ocurridas en las últimas décadas, hizo que los sectores sociales más empobrecidos y la clase trabajadora fueran los más afectados por la crisis de la pandemia.

La parálisis en todos los planos generada por la pandemia se imbricó con la crisis económica del capital que venía eclosionando en una nueva recesión económica mundial. En ese contexto vimos surgir gobiernos neo- conservadores con políticas de corte fascista como el de Trump o Bolsonaro, que con sus políticas negacionistas de los riesgos para la salud del COVID-19 llevaron a miles de seres humanos a los hospitales y a la muerte. Muchos gobiernos, siguiendo el ejemplo de Trump y Bolsonaro, privilegiaron las ganancias por encima de la vida humana.  Esto debe ser enfrentando por los pueblos y sus organizaciones sociales y sindicales en el plano de las ideas, la movilización y la organización.

La actual coyuntura mundial es de crisis profunda del sistema capitalista que lo lleva a intentar colocar sobre las espaldas de los y las trabajadores los costes de esta situación. La pandemia del COVID-19 ha servido de pretexto para avanzar en la agenda neoliberal de sociedad educadora, la cual se concreta con novedosas formas de privatización educativa, asociadas al acceso a la conexión a internet y la posesión de equipos para participar en las clases virtuales.

El experimento de la virtualidad en casa está siendo usado para colocar una disputa que no existía en febrero de 2020, entre educación presencial en la escuela versus educación virtual en casa. El capitalismo sabe que no puede suprimir de manera impune y rápida las escuelas, pero está creando el imaginario social sobre la obsolescencia de lo escolar. Ello procura dar entrada a las corporaciones tecnológicas y de contenidos educativos digitales al “mercado educativo”, lo cual va acompañado de una desinversión sostenida en la actualización y formación docente para contextos digitales como el actual.

A pesar de ello el magisterio internacional ha asumido por cuenta propia y con el acompañamiento de sus gremios y sindicatos la tarea de actualizarse para enfrentar los actuales desafíos pedagógicos. Los educadores del mundo somos un digno ejemplo del compromiso con la continuidad del derecho a la educación, en condiciones cada vez más adversas, quienes hemos garantizado de manera real el sostenimiento del vínculo pedagógico con los y las estudiantes.

Ello no oculta la emergencia de nuevas formas de privatización, al transferir a las familias, docentes y estudiantes las responsabilidades de los Estados nacionales de garantizar las condiciones mínimas para ejercer el derecho a la educación. Son ahora las familias, docentes y estudiantes quienes deben comprar o repotenciar computadoras, pagar planes de datos para el acceso a internet e incluso adquirir plataformas privadas para poder dar clases virtuales. Esta privatización está siendo ocultada con una estruendosa cortina de humo comunicacional de los gobiernos que habla del supuesto éxito educativo en la pandemia, con frases oportunistas sobre la mística docente.

Los docentes han sido sometidos a sobre carga en sus horarios y tareas, encerrados en sus casas, resolviendo por su cuenta la continuidad de la actividad educativa. Esto lo ha hecho el magisterio mundial con el mínimo o ningún reconocimiento de los gobiernos.

En solo meses millones de estudiantes en el mundo han sido expulsados de los sistemas educativos. La propuesta de educación virtual, híbrida y multimodal ha encontrado a millones de niños, niñas y jóvenes sin posibilidades reales de continuar sus estudios. No son ellos, los y las jóvenes y los más chicos(as) quienes están dejando los estudios, es el sistema capitalista quien los está dejando fuera, al romperse el papel igualador de condiciones de aprendizaje asignado a la escuela.

Algunos gobiernos de manera irresponsable han convocado a una vuelta a clases en medio del ascenso de los contagios, sin que aún se cuente con una vacuna y sin las adecuadas condiciones de bio seguridad, cuestión que expresa con claridad que sus mayores preocupaciones están en reactivar la economía capitalista en crisis, a costa de la seguridad y vida de les niñes y les trabajadores de la educación.

Mientras el capital hoy defiende la escuela como guardería y sitio para transmitir conocimientos funcionales al modo de producción, nosotros defendemos la escuela del pensamiento crítico, de la solidaridad, del encuentro humano, del vínculo con la transformación social.

La actual crisis ratifica viejas certezas al tiempo de instalar nuevos desafíos. La certeza según la cual la experiencia educativa ineludiblemente se sostiene en una actividad presencial ha recuperado nuevamente valor para el ejercicio docente, tan denostado por la mercantilización educativa neoliberal. Con todo ello, el retorno a la escuela y la presencialidad no puede ser a aquella realidad naturalizada de desigualdades expresadas antes de marzo 2020 y con dramatismo durante la pandemia.

 

El desafío que enfrenta la generación de trabajadores y trabajadoras de la educación en el presente es aún mayor: se trata de pensar y construir respuestas, no solo para la coyuntura, sino que desde el presente de resistencias se pueda trazar un horizonte estratégico, que pasa ineludiblemente por la construcción de alternativas pedagógicas que sustenten una nueva escuela.

Asumir de la manera más consistente y responsable este desafío, supone ir más allá de las fronteras nacionales puesto que lo que está en juego es precisamente la superación de la crisis de un modelo globalizado de educación neoliberal.

Con este propósito y el reconocimiento, solidaridad y confianza de quienes luchamos en defensa de la educación pública, hemos venido construyendo un espacio internacional de encuentro, de carácter abierto, horizontal, plural e inclusivo que denominamos “Grupo de Contacto Internacional” (GCI), para desde ahí continuar pensando juntes estos y otros desafíos educativos.

Desde el “Grupo de Contacto Internacional” propiciamos durante estos cinco meses de pandemia debates, reflexiones, análisis, respecto a las características de la actual ofensiva del capital contra la educación y concluimos sobre la urgencia de convocar al “I Congreso Mundial en Defensa de la Educación Pública y en contra el neoliberalismo educativo”.

Este I Congreso Mundial de Educación 2020 que se efectuará por medios virtuales, se plantea el desafío de enfrentar al neoliberalismo en todas sus formas y expresiones y para ello, avanzaremos en el establecimiento de una Coordinadora Internacional de los y las Trabajadores de la Educación (CITE), como espacio permanente de diálogo, encuentro y organizaciones de quienes luchamos en defensa de la educación pública y contra el neoliberalismo educativo. Invitamos a todas las organizaciones, gremios, sindicatos, movimientos sociales y personalidades que converjan en estas ideas a sumarse a los debates y deliberaciones que estaremos desarrollando el 26 y 27 de septiembre 2020.

 

Firman la convocatoria

 

Mercedes Martínez (Federación de Maestros y Maestras de Puerto Rico, FMPR), Pedro Hernández (CNTE, México), Luis Bonilla-Molina (Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en Educación), Alfredo Velásquez (SUTEP, Perú), Laura Isabel Vargas (UNE, Ecuador), Fernando Abrego (ASOPROF, Panamá), David Lobâo (SINASEFE, Brasil), Eduardo González (MUD, Chile), Luis Tiscornia (CONADU-H, Argentina), Denis Solís (APSE, Costa Rica), Eblin Farage (ANDES, Brasil), Marc Casanova (USTEC, España), Vladimir Laura (CONMERB, Bolivia), Fernando Lázaro (CEIP-H, Argentina), Julieta Kusnir (EEUU), Nelva Reyes (CGTP, Panamá), Luis Bueno (CNSUESIC, México), Eliana Laport (FeNaPes, Uruguay), Sebastián Henriquez (SUTE, Mendoza, Argentina), Yesid González (La Roja, Colombia), Claudia Baigorria (CONADU-H, Argentina), José Cambra (ASOPROF, Panamá), Richard Araujo (APEOESP, Brasil), Luz Palomino (CII-OVE), Ángel Rodríguez (APPU, Puerto Rico), Carolina Jiménez (UN, Colombia), Cássio Sindserv Santos (Rede Pública Municipal, Brasil), Daniel Libreros  (CADTM, Colombia), Diógenes Sánchez (Coalición Panameña por la Defensa del derecho a la Educación), Edgar Isch (Académico, Ecuador), Fernando Gómez (Rosario, Argentina), Hugo Aboites (Académico, México), Laura García Tuñón (ENDYEP, Argentina), Luis Sánchez (AEVE, Panama), Marco Raúl Mejía (Planeta Paz, Colombia), Mauro Jarquín (Investigador, México), Rosa Cañadel (Cataluña, España), Sandra Lario (Colectivos de Educadores populares del Sur, Argentina), Rosemary Hernández (FOVEDE, Venezuela), Toninho Alves (FASUBRA, Brasil), Verónica del Cid (Red Mesoamericana Alforja), Zuleika Matamoros (Movimiento Pedagógico de Base, Venezuela), Estela Gramajo (Intergremial de Formación Docente),    … siguen firmas

 

Para mayor información pueden escribir a congresomundialdeeducacion2020@gmail.com

 

 

 

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América Latina: Países destacan importancia de las estadísticas para visibilizar las vulnerabilidades y grandes desigualdades que caracterizan a la región

Países destacan importancia de las estadísticas para visibilizar las vulnerabilidades y grandes desigualdades que caracterizan a la región

La XIX reunión del Comité Ejecutivo de la Conferencia Estadística de las Américas fue inaugurada hoy con un llamado a fortalecer el papel de las oficinas nacionales de estadística para hacer frente a los desafíos del COVID-19.

Representantes de los países de América Latina y el Caribe destacaron hoy la importancia de las estadísticas para visibilizar las vulnerabilidades y las grandes desigualdades que caracterizan a la región e hicieron un llamado a fortalecer el papel de las oficinas nacionales de estadística para hacer frente a los desafíos que impone la pandemia del coronavirus (COVID-19).

La XIX reunión del Comité Ejecutivo de la Conferencia Estadística de las Américas (CEA) de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) fue inaugurada por Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL; Juan Daniel Oviedo, Director General del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de Colombia, en su calidad de Presidente de la CEA-CEPAL, y Stefan Schweinfest, Director de la División de Estadística de las Naciones Unidas.

En el encuentro, que se extenderá hasta el 27 de agosto, participan 39 delegaciones de los Estados miembros de la CEPAL y de 11 miembros asociados.

Durante su intervención, Alicia Bárcena advirtió que la pandemia del COVID-19 ha evidenciado y pronunciado con mayor fuerza problemas sociales que infelizmente caracterizan a nuestra región, como son la pobreza y la desigualdad.

Precisó que la pobreza se incrementará 37,3% y alcanzará a 231 millones de personas; unas 98 millones de personas vivirán en extrema pobreza (15,5%). Asimismo, la CEPAL proyecta una mayor desigualdad en la distribución del ingreso en todos los países de la región: el índice de Gini se incrementaría entre un 1% y un 8% en los 17 países analizados.

“La pandemia ha evidenciado con claridad que la desigualdad, problema sobre el cual la CEPAL ha insistido recurrentemente desde hace más de una década, no se sitúa solamente en el orden del discurso académico o técnico, sino que tiene consecuencias concretas y degradantes en la vida de las personas”, afirmó la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.

Añadió que la precariedad de los sistemas de protección social ha dejado a la deriva a millones de personas que, ante al cierre de sus fuentes laborales, han debido recurrir a otras alternativas de subsistencia, no pudiendo respetar las medidas de distanciamiento social y exponiéndose a los riesgos de la pandemia.

En este contexto, instó a seguir avanzando hacia formas más comprensivas de medir el bienestar y de visibilizar las brechas sociales a través de información estadística desagregada por características como género, etnia, grupo de edad, lugar de residencia y discapacidades, para no dejar a nadie atrás.

“Necesitamos generar instrumentos que den cuenta de las percepciones que tienen las personas sobre su propio bienestar y experiencias e incorporar elementos subjetivos en nuestra noción del bienestar. Debemos contar con una medición más completa de los ingresos y de la riqueza de las personas, para así generar mejores políticas públicas para disminuir la desigualdad en los recursos económicos. Necesitamos avanzar en sistemas de información que integren la estadística con la geografía y nos permitan visualizar dónde ocurren los fenómenos que nos interesan”, subrayó Alicia Bárcena.

Asimismo, la máxima representante de la CEPAL advirtió que la pandemia ha incrementado el riesgo de no lograr el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que ya venía presentando un avance dispar en la región. De acuerdo a un análisis de 72 series estadísticas de los indicadores de los 17 ODS para la región, se observa que se han alcanzado 4 metas; hay 15 que probablemente se cumplan según la tendencia actual; 8 necesitan más intervención de políticas públicas; 13 requieren una fuerte intervención de políticas públicas; 27 están estancadas y 5 están en retroceso, precisó.

En el caso de los países del Caribe, la pandemia ocurre en momentos en que ya presentan un alto desafío para el cumplimiento de los ODS, debido a su mayor vulnerabilidad ante las crisis externas, sus altos niveles de endeudamiento, sumado a una mayor exposición al cambio climático y eventos externos del clima, con lo cual se requerirá de un esfuerzo adicional al ya realizado.

Alicia Bárcena destacó que, para el seguimiento de los ODS, la CEPAL ha creado la Plataforma regional de conocimiento para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG Gateway), la que tiene por objetivo servir de punto de encuentro y referencia para toda la información relacionada con los ODS, incluidas actividades, recursos de información, estadísticas, datos regionales, instrumentos analíticos específicos y productos de conocimiento desarrollados y puestos a disposición por las Naciones Unidas en respuesta a las necesidades de los países miembros.

Juan Daniel Oviedo, por su parte, subrayó que la Conferencia Estadística de las Américas cumple 20 años y, bajo el liderazgo de la CEPAL, se ha transformado en un catalizador de la modernización de las oficinas de estadística y de innovación en materia de producción estadística en la región.

“El trabajo conjunto de los países de América Latina y el Caribe se vuelve fundamental para aprovechar como región la oportunidad que nos brinda la información estadística de calidad, objetiva y pertinente que nos permita, en el marco de la CEA, orientar la revitalización de los tejidos sociales, productivos y ambientales de nuestros países en el marco de la nueva normalidad”, afirmó.

Stefan Schweinfest, Director de la División de Estadística de las Naciones Unidas, en tanto, felicitó a las oficinas de estadística de América Latina y el Caribe por haber permanecido unidas durante la pandemia y recalcó que la cooperación internacional es ahora más importante que nunca.

Destacó que la región inspira al resto del mundo por la integración de la información estadística y geoespacial, lo que, en medio de la pandemia, nos permite sabes no solo cuántas personas están infectadas, sino también dónde se ubican.

“Toda crisis es una oportunidad. Definitivamente es un momento de datos”, afirmó.

En la XIX reunión del Comité Ejecutivo de la CEA, las y los participantes analizarán los desafíos del COVID-19 como una oportunidad para fortalecer el papel de las oficinas nacionales de estadística, y dialogarán sobre el papel de las oficinas nacionales de estadística como administradoras de datos. También abordarán la década de acción para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y examinarán el progreso en la ejecución del Programa Bienal de Actividades de Cooperación Regional e Internacional 2020-2021 de la CEA.

Fuente de la Información: https://www.cepal.org/es/comunicados/paises-destacan-importancia-estadisticas-visibilizar-vulnerabilidades-grandes

 

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Palestina: La lucha contra la COVID-19 en los territorios ocupados de Palestina

La lucha contra la COVID-19 en los territorios ocupados de Palestina

El brote de la enfermedad coronavirus 2019 (COVID-19) en los territorios palestinos ocupados, y en Gaza específicamente, pone de relieve el efecto de un bloqueo continuado sobre la salud pública. En 2007, tras la toma de posesión de Hamás, Israel y Egipto impusieron un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo a Gaza. De acuerdo con la decisión del gabinete de Israel en ese momento, se declaró que Gaza estaba gobernada por una “entidad hostil” debido a los ataques de Hamas a los ciudadanos israelíes. El bloqueo incluía la prohibición de lo que se conoce como materiales de doble uso (aquellos que pueden utilizarse tanto para fines civiles como militares). Sin embargo, la prohibición incluye artículos que no tienen nada que ver con la seguridad -por ejemplo, ciertos tipos de alimentos- y otros que se prohibieron como castigo -como las limitaciones de electricidad. El carácter extensivo del bloqueo ha tenido un efecto devastador en la salud y el bienestar de los residentes de Gaza.

En el 30 de junio de 2020, se han diagnosticado un total de 2.443 casos de COVID-19 en el territorio palestino ocupado, 72 de los cuales han sido en Gaza /1 (VS: a 16 de agosto se habían acumulado 21.554 casos, 4.225 por millón de habitantes, y 119 personas fallecidas, 23 por millón de habitantes,, y la situación de la transmisión es clasificada por brotes).

Los Ministerios de Salud palestinos, tanto en Gaza como en Ramallah, han reconocido que su capacidad para contener la propagación de la COVID-19 se ve limitada por la escasez actual y preexistente de material de asistencia sanitaria, incluidos los medicamentos y material desechable. Las medidas de salud pública han puesto su énfasis en la precación y han contribuido en gran medida a una tasa de infección muy baja durante los tres primeros meses de la crisis; por ejemplo, Gaza ha recomendado que las personas que regresen de fuera de Gaza por el cruce de Rafah o Erez permanezcan en cuarentena durante 21 días, en lugar de 14 días /2 .

Sin embargo, estos esfuerzos se ven obstaculizados por las restricciones especiales a las que se enfrenta el sistema de salud palestino. Si incluso los sistemas de atención de la salud bien equipados de los países europeos han encontrado difícil el manejo de esta crisis, es probable que el servicio de salud palestino, que soporta la carga de la escasez de presupuesto y una fragmentación desde hace décadas, se encuentre en una situación mucho peor. La separación entre Jerusalén oriental, Gaza y la Ribera Occidental, y las restricciones que Israel impone a la libertad de circulación de los pacientes, el equipo médico y el personal sanitario, obstaculizan estructuralmente el buen funcionamiento del sistema de salud palestino.

El bloqueo de 13 años significa que no se dispone de muchos tratamientos en Gaza y que el personal sanitario local no tiene conocimientos médicos actualizados. En consecuencia, más de 9.000 pacientes necesitan permisos de salida israelíes para salir de la Franja de Gaza cada año con el objetivo de recibir un tratamiento que no está disponible a nivel local, de los cuales una cuarta parte son pacientes con cáncer /3.

La insuficiente cantidad de equipo necesario para tratar la COVID-19 en el territorio palestino ocupado (por ejemplo, 87 camas con ventiladores en la unidad de cuidados intensivos para casi 2 millones de personas, y una escasez de equipo de protección personal) se ve agravada por las deficientes condiciones de salud pública: una crisis de agua y electricidad, una pobreza desenfrenada y una alta densidad de población /4 .

Mientras tanto, los pacientes que necesitan un tratamiento que no está disponible a nivel local se enfrentan a un dilema: seguir sin recibir tratamiento o correr el riesgo de infectarse por la COVID-19 al salir de la Franja de Gaza. A este dilema se suma el regreso obligatorio a los centros de aislamiento de Gaza, los cuales no cuentan con el equipo necesario, lo que supone un riesgo adicional para la salud. La OMS estima que, a finales de marzo, había unos 1.200 pacientes que debían abandonar Gaza para recibir tratamiento, entre ellos docenas de pacientes con cáncer /5.

Médicos de Israel por los Derechos Humanos (PHRI, la organización de salud y derechos humanos en la que ambos trabajamos) ha exigido que Israel actúe de forma transparente y publique las políticas del país para prevenir un brote en el territorio ocupado de Palestina. El Convenio de Ginebra exige que la Potencia ocupante adopte “las medidas profilácticas y preventivas necesarias para combatir la propagación de enfermedades contagiosas y epidemias ” /6. Aunque Israel tiene preocupación por su seguridad, las restricciones que ha impuesto dejan a miles de personas sin acceso a una atención adecuada. Hay indicios iniciales alentadores de que se ha producido una cooperación entre Israel, la Autoridad Palestina y Hamas, al menos indirectamente. Sin embargo, es preciso adoptar nuevas medidas.

Para que los sistemas de salud palestinos puedan gestionar el brote, Israel debe levantar su cierre de la Franja de Gaza para permitir el funcionamiento adecuado del sistema de salud y otros servicios esenciales de Gaza ante la pandemia de COVID-19. El levantamiento del cierre debe incluir la eliminación de las barreras a la circulación de mercancías. En los casos en que no se disponga de medicamentos y equipo debido a la escasez de presupuesto o a argumentos de doble uso, Israel debe ayudar a garantizar el suministro de los materiales que faltan en la mayor medida posible. Simultáneamente, las autoridades israelíes deben trabajar con Hamas y la Autoridad Nacional Palestina para encontrar soluciones para los pacientes que actualmente no pueden salir de la Franja de Gaza pero que deben recibir un tratamiento no disponible en esta.

PHRI presentó una petición al Tribunal Supremo de Israel exigiendo la ayuda mencionada. En su respuesta del 7 de mayo, Israel detalló parte de la muy limitada ayuda que se ha proporcionado hasta ahora. Sin embargo, dadas las mencionadas deficiencias en los sistemas de salud de Gaza y la Ribera Occidental y el alcance de la responsabilidad de Israel, la ayuda que ha proporcionado hasta ahora es en gran medida simbólica. La petición ante el tribunal ha sido retirada, pero PHRI seguirá presionando para que se aumente la asistencia a Gaza, especialmente a la luz de una posible segunda oleada.

 

Referencias

 

  1. WHO. Coronavirus disease 2019 (COVID-19) situation report 27.

 

  1. Palestinian National Authority. Ministry of Health, Unit of Information System

Daily report for COVID 19 virus.

 

  1. WHO. Right to health 2018.

 

  1. WHO. Coronavirus disease (COVID-19) situation report 33.

 

  1. WHO. Health access. Barriers for patients in the occupied Palestinian territory.

 

  1. International Committee of the Red Cross. Geneva convention relative to the protection of civilian persons in time of war (fourth Geneva convention).

 

 

The Lancet, September 2020

 

Fuente de la Información: https://vientosur.info/la-lucha-contra-la-covid-19-en-los-territorios-ocupados-de-palestina/

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Líbano: Socorristas dijeron que ya no encuentran “ninguna señal de vida” entre los escombros de la explosión en Beirut

Socorristas dijeron que ya no encuentran “ninguna señal de vida” entre los escombros de la explosión en Beirut

Los socorristas libaneses, ayudados por un equipo de “topos” chilenos, indicaron este sábado por la noche que no habían encontrado “ninguna señal de vida” en las ruinas de un edificio siniestrado de Beirut, un mes después de la devastadora explosión ocurrida en el puerto.

Un equipo de socorristas chilenos, pertenecientes a la unidad Topos Chile, que ayuda en las tareas de rescate en la capital libanesa detectó el jueves latidos cardíacos débiles bajo los escombros de un edificio gracias a un perro rastreador y escáneres térmicos. Esta noticia suscitó la esperanza de encontrar un superviviente de la trágica explosión en el puerto de la capital, que destruyó el 4 de agosto vecindarios enteros y dejó al menos 191 muertos y más de 6.500 heridos.

Después de tres días apartando una gran cantidad de escombros, sobre todo a mano, Francesco Lermanda, un socorrista especializado chileno, indicó el sábado por la noche que no se había detectado ninguna otra señal de vida entre las ruinas del inmueble.

“Lamentablemente, hoy podemos decir que técnicamente no tenemos ninguna señal de vida dentro del edificio”, declaró a la prensa.

Dos socorristas se introdujeron el sábado por un túnel hasta el último reducto de aire en el que podría haberse encontrado víctimas, pero no hallaron a nadie, precisó.

“Sin perjuicio de eso, la cooperación y los protocolos continúan para poder dejar la zona segura y seguir buscando alguna victima en el interior”, explicó Lermanda.

Por la tarde, el ingeniero que supervisa las operaciones, Riyadh al Asad, comentó que se habían evacuado varias capas de escombros, en vano.

“Llegamos al hueco de la escalera y no había nada”, lamentó. “El perro nos dio esperanzas pero eso también puso de manifiesto los fallos de todo el sistema. Este edificio debería haber sido despejado hace varias semanas”, dijo.

El Líbano no cuenta con material ni con personal capaz de llevar a cabo ese tipo de operaciones de búsqueda y rescate. Por ello, llegaron al lugar expertos procedentes de Chile, Francia y Estados Unidos.

Todavía quedaban escombros por retirar en la escalera pero la operación parecía haberse complicado.

El director de operaciones de la Defensa Civil libanesa, George Abou Moussa, había declarado el sábado por la mañana que las probabilidades de encontrar supervivientes eran “bajas”.

Por su lado, uno de los socorristas chilenos, Walter Muñoz, dijo a los periodistas que la esperanza de encontrar un superviviente es del “2%”.

El gobernador de Beirut, Marwan Abboud, declaró el jueves a la prensa que podría haber uno o dos cuerpos e incluso un superviviente.

Este anuncio, un mes después de la explosión apocalíptica causada por varias toneladas de nitrato de amonio almacenadas durante años en el puerto sin medidas de seguridad, suscitó una esperanza entre gran parte de la opinión pública traumatizada.

“Es nuestro último latido”, escribió el viernes en Facebook Nasri Sayegh, artista visual y actor beirutí.

Con información de Infobae – AFP

Fuente de la Información: https://lahora.com/2020/09/06/socorristas-dijeron-que-ya-no-encuentran-ninguna-senal-de-vida-entre-los-escombros-de-la-explosion-en-beirut/

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Estados Unidos: The Economic Model of Higher Education Was Already Broken. Here’s Why the Pandemic May Destroy It for Good

The Economic Model of Higher Education Was Already Broken. Here’s Why the Pandemic May Destroy It for Good

Zachary Karabell

Karabell is an author, investor, and commentator. He is the president of River Twice Research. His forthcoming book is Inside Money: Brown Brothers Harriman and the American Way of Power.

With the fall semester upon us, colleges and universities unveiled their plans for students—and many are just as quickly upending those plans. The University of North Carolina and Notre Dame recently announced they were changing…

With the fall semester upon us, colleges and universities unveiled their plans for students—and many are just as quickly upending those plans. The University of North Carolina and Notre Dame recently announced they were changing their on campus plans as COVID-19 cases spiked. Many other universities are sure to follow. Already, universities ranging from Syracuse to Ohio State are suspending hundreds of students for violating social distancing rules, while COVID-19 outbreaks are on the rise on campuses such as the University of Alabama. While there is considerable variety in the actual plans, ranging from mostly in-person to all virtual, they all share one imperative: to maintain an economic model that is as imperiled by the pandemic as the hardest hit service industries.

Over the past decade, colleges and universities have taken on staggering amounts of debt to expand their physical plant and justify spiraling fees. The selling point for the most competitive residential colleges has been not just the education and the credential but the experience, and with COVID-19 and health strictures making a “normal” college experience all but impossible for now, these schools are left with the unenviable challenge of trying to ensure enough student revenue to keep the music going for the next year.

The result is failing at so many levels. The way most schools are structuring the next year compromises education, health and student life to the point where the next year is more likely to unravel the model rather than actually preserve it.

Community colleges, which are by and large non-residential can easily go online; students, mostly older and already in the workforce, are looking for a needed credential and can get that online fairly easily. But for the hundreds of selective and expensive four-year colleges and universities, the campus is part of the package. What’s the point of college without dorm life, cheering at sporting events, and soggy lettuce in the dining hall? What’s true for students is as true for the accountants who know that the economic viability of so many schools is determined by what happens out of the classroom.

Without at least some students in residence, the delicate and extraordinarily expensive armature of higher education could collapse. While administrators undoubtedly are also trying to preserve some of the college experience out of a deep commitment to their educational mission, most of these contortions (students on campus but still taking online classes) seem driven more by economic urgency than anything else. They also appear doomed to failure. Students will break the rules and be disciplined; morale will plummet; and even when students do comply, the educational experience will suffer, making all involved question why any of it is worth the vast amount of money require to attend.

Schools seem to be trying to solve the square peg and round hole problem by smashing the peg into the hole in order to shore up a revenue model that was already out of control pre-pandemic. By adopting a short-term approach, colleges are likely to create a backlash that will do nothing for them going forward and could hasten the collapse of their economic model that will be more destructive to students and these schools than just cancelling in person campuses entirely for the fall.

The economics of higher education are byzantine. Without students physically present on campus, it would be impossible to justify tuition, room and board that exceeds $70,000 at private schools and similar levels at state schools for out-of-state students. Much of the cost is not faculty and course offerings, as a recent report by the Century Foundation demonstrated. While many private schools do spend more than $20,000 on academics per student, more spend considerably less.

Yet, the experience for the next year is more punitive than rewarding. At most schools, students will have to sign a lengthy document binding them to an astonishingly restrictive set of rules, which if they violate can be met with immediate suspension or even expulsion. Here’s one sample of what Harvard students must commit to: “I will not have guests in my residential suite. I understand that “guest” herein means anyone not assigned to my residential suite….I will only access my own residential building and will not access other residential buildings.” It would have been more to the point, and more honest, had the document been labelled, “No sex please, we’re Harvard.” These rules are echoed across the country.

These rules run to many paragraphs at most schools, and if followed to the letter, entail a commitment by students attending college in the fall to live monastic lives. Given these pretzel-like contortions, it is hard to see what motivates the schools other than trying to preserve an imperiled economic model with a pseudo-opening. Most private and elite state-school charge between $10,000 and $17,000 a year for room and board. The costs of room and board have risen even faster in the past decade than the cost of tuition, which itself has risen much faster than inflation. While some of the increase is driven by competition (who has the most variety at the school dining halls? You have sushi, well we have a charcuterie…), some is also part of the overall explosion of costs and the relentless demands of growth. And new dorms and residences along with student centers and activities in turn are part of the justification for tuitions of $50K a year. And one of the fastest growing cost-center for universities for the past decade has been layers of administrators to manage these increasingly complex ecosystems., which is then exacerbated by decreasing state-funding over the same period.

Being on campus is the college experience for these schools, without which it becomes difficult to justify and demand those fees. Once that unravels, so does the whole economic model.

Universities have been experimenting with online, streaming courses and lectures for the past decade, and some (such as Arizona State University) have already been implementing hybrid models long before the pandemic in order to make distance and life-long learning more feasible for older students who may be working full-time and trying to finish their degrees. But on-line education as the primary model is a fraction of the cost. A student can earn a degree via distance learning for a few thousand dollars a year.

For hundreds of four-year colleges and universities, the model then depends on residential life (either fully in dorms or in proximate off-campuses housing) and all the attendant bells-and-whistles: clubs, parties, extracurriculars, social life and group learning. On-line fees can never make up the gap. Going virtual is a partial pedagogical solution, but it opens up a host of economic problems that most schools are not yet able to confront.

The result for this fall and into 2021 will be an experience for many students that will be worse than if they stayed home, and if schools try to enforce even stricter rules when there are outbreaks, it will become even worse. The disillusionment combined with the on-again, off-again has already led to declining enrollments this fall. If this year goes as badly as now seems possible, it will likely hasten the very unravelling of the economics of higher education that universities and colleges are so desperate to avoid. Given uncontrolled costs, it may be that this reckoning was long-overdue and could lead to a new, more balanced ecosystem. But getting there will be arduous, and students for these next terms are likely to bear the brunt.

Fuente de la Información: https://time.com/5883098/higher-education-broken-pandemic/

 

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México: Prevén aumento considerable de abandono escolar ante COVID 19

Prevén aumento considerable de abandono escolar ante COVID 19

Las investigadoras Inés Dussel (CINVESTAV); Carlota Guzmán, del Centro (CRIM, UNAM), y Sylvia Ortega (Mejoredu) manifestaron que un gran número de estudiantes de la educación media superior está en riesgo de abandonar la escuela en este tiempo de pandemia por causas socioeconómicas, por lo que recomendaron establecer una nueva generación de políticas públicas con las que se refuerce la coordinación intersectorial para hacer frente a este problema.

Destacaron la pertinencia de las sugerencias emitidas por la comisión para este nivel educativo, las que pueden adaptarse a las condiciones y diversidad de los planteles.

En el foro moderado por Leonel Pérez, consejero técnico de Mejoredu, Inés Dussel, investigadora del DIE-CINVESTAV, señaló que entre los factores que incrementan el riesgo de abandono en la educación media superior están la desigualdad económica y la falta de conectividad.

Resaltó que durante la contingencia por COVID-19 es importante que los actores educativos tengan mejores herramientas, trabajen de cerca con madres y padres de familia y construyan grupos de apoyo en la escuela y señaló que es momento de valorar “qué queremos que siga y qué debemos desechar”.

Destacó que el regreso a clases debe tomarse como una celebración en la que se reconozca el esfuerzo que el Sistema Educativo Nacional ha realizado en favor de las y los estudiantes.

Dijo que uno de los principales retos que enfrentan las y los docentes durante la pandemia es la selección de contenidos y los invitó a no renunciar a los más difíciles y a no descuidar los aspectos afectivo y emocional de alumnas y alumnos.

Carlota Guzmán Gómez, investigadora titular del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, señaló que en la educación media superior 19 por ciento de las y los estudiantes no ha tenido contacto con sus profesoras y profesores, cifra bastante preocupante que orilla al abandono escolar.

Destacó que la insuficiente conectividad, la falta de interés al no poder acoplarse a la educación a distancia y el deterioro económico de sus familias están entre los factores que influyen para que los jóvenes dejen la escuela.

Mencionó que, en términos de política pública, el programa “Aprende en Casa II” realizado a través de la televisión, transmite un mensaje de certeza a las niñas y a los niños, a las y los docentes, y a las madres y los padres de familia, porque hay una estrategia de comunicación mucho más clara de parte de las autoridades educativas.

Resaltó que hay cambios favorables, como la mejor preparación docente y que tanto ellos como las y los estudiantes aprendieron a comunicarse en este tiempo.

Sylvia Ortega, consejera ciudadana de Mejoredu, aseguró que ante esta crisis las comunidades escolares respondieron al organizarse para mantener el aprendizaje de las y los estudiantes y que con base en esa evidencia se puede apreciar lo que funcionó.

Prueba de ello, comentó, fueron las decisiones tomadas para no dejar a nadie atrás y el interés mostrado por las profesoras y los profesores para que sus estudiantes terminaran su ciclo escolar.

Subrayó que la deserción se presenta por motivos socioeconómicos y afecta más a las mujeres. La educación necesita una nueva generación de políticas públicas coordinadas con sectores como los de salud y de trabajo, subrayó.

Informó que la exclusión, la desigualdad y el bajo logro escolar deben atenderse en la educación media superior, pues es posible que empeoren con la pandemia.

Finalmente, destacó que las administraciones anteriores dejaron muchas cosas por hacer en este nivel educativo, por lo que el actual gobierno trabaja para que el sistema educativo esté a la altura de lo que requieren las nuevas generaciones.

Fuente de la Información: http://www.educacionfutura.org/preven-aumento-considerable-de-abandono-escolar-ante-covid-19/

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