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COVID-19: ¿qué ha hecho América Latina para evitar más feminicidios?

En Alemania, España o América Latina, la pandemia de la violencia de género y su extremo, los feminicidios, ya precedían a la del COVID-19. ¿Cómo se ha enfrentado hasta ahora esta «otra pandemia»?

Cada día, en Alemania, una mujer sufre un intento de asesinato por parte de su pareja o expareja. Cada tres días, lamentablemente, más de un agresor lo consigue. El problema se conoce desde mucho antes de esta pandemia de coronavirus. Pero «no se está haciendo lo suficiente» para proteger la vida de estas mujeres, afirmaba un reporte de la cadena pública MDR en junio pasado.

¿Qué debería hacerse, además de reforzar líneas de ayuda y servicios de asesoría y refugio que ya existen, aunque insuficientes? En Alemania, como en la mayoría de los países europeos, falta prevención sistemática y efectiva a nivel nacional, alertan expertas como la socióloga Monika Schröttle, coordinadora del European Observatory on Femicide (EOF).

Según el EOF, la violencia contra las mujeres ha aumentado en todo el mundo en tiempos de confinamiento. Hay países donde los casos han llegado a triplicarse. En Alemania, algunos políticos locales corrieron a alistar plazas de refugio temporal adicionales, por ejemplo, en hoteles vacíos.

Pandemia antes de la pandemia

Ya desde antes de la pandemia, esta potencia europea apenas disponía de datos sobre feminicidios que no fuesen cometidos por parejas o exparejas, así como de asesinatos de mujeres trans o trabajadoras sexuales. Falta, por tanto, información. Falta una red y mecanismos de prevención del delito, para identificar y dar seguimiento a casos de alto riesgo. Y faltan proyectos vecinales, o en instituciones educativas, enumeran Schröttle y otras estudiosas y activistas a la prensa local.

Ya desde antes de la pandemia, Alemania apenas disponía de datos sobre feminicidios que no fuesen cometidos por parejas o exparejas.Ya desde antes de la pandemia, Alemania apenas disponía de datos sobre feminicidios que no fuesen cometidos por parejas o exparejas.

En España, el observatorio y portal de información y periodismo de datos con perspectiva de género feminicidios.net ha registrado ya 51 «feminicidios y otros asesinatos de mujeres» este 2020. De ellos, 42 en el primer semestre. En 2019, los casos ascendieron en total a 99. El observatorio incluye «feminicidios íntimos», «familiares», «infantiles», «por prostitución», «por robo» y «por violencia comunitaria», además de casos «sin datos suficientes».

Pero, «al menos en España, un problema precisamente son los datos de personas fallecidas durante esta pandemia. Y en el cribado de esos datos tenemos que incluir los que corresponden a feminicidios. El gobierno no está siendo todo lo claro que debería. Precisamente uno de los problemas importantes es cómo se cuentan las muertes ocurridas durante estos meses. Eso está siendo objeto de polémica», comenta a DW Chaime Marcuello, uno de los coordinadores del EOF en el país.

Al otro lado del Atlántico, entretanto, «aún no tenemos datos sistematizados sobre el impacto de la pandemia y las medidas de confinamiento en los femicidios o feminicidios, que nos permitan llegar a conclusiones sobre tendencias o hacer comparaciones regionales», explica a DW Yeliz Osman, de la oficina regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe.

«Lo que sí sabemos es que las cifras ya eran de niveles pandémicos antes de la crisis porque el problema de la violencia contra las mujeres no es debido a COVID-19, sino por la desigualdad y discriminación de género, así como las masculinidades nocivas aún vigentes en nuestras sociedades», insiste la experta.

Los últimos datos que registra el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL se remontan a 2018 o, incluso, 2017.Los últimos datos que registra el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL se remontan a 2018 o, incluso, 2017.
México: recortes, pese a más feminicidios

En el caso concreto de México, sin embargo, sí hay datos que apuntan a un incremento en los feminicidios, confirman Osman y sus colegas de ONU Mujeres México, apoyados en datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública. 1.932 mujeres han sido asesinadas entre enero y junio de 2020 -más de 10 cada día, o una cada menos de 2 horas y media-, si se suman presuntas víctimas de homicidios dolosos y feminicidios. Y esto representa un aumento de casi un 5% respecto a las 1.842 víctimas de ese mismo período en 2019.

En este marco, el número específico de presuntas víctimas de feminicidio aumentó en un 9.2%: pasó de 448 de enero a junio de 2019, a 489 en igual período de 2020, confirma ONU Mujeres, de acuerdo con los datos oficiales mexicanos. Vale aclarar que, en México, la tipificación del delito de feminicidio incluye «privar de la vida a una mujer, por razones de género», independientemente de la relación de la víctima con su agresor.

No obstante, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha minimizado estas cifras. «Las mujeres mexicanas nunca han estado tan protegidas como ahora», ha dicho AMLO a periodistas, mientras el Instituto Nacional de las Mujeres enfrenta un recorte del 75% de su presupuesto y se habla de retirar la financiación a los refugios de mujeres gestionados por ONG, como parte del programa de austeridad del Gobierno frente a la pandemia.

Confinadas con su agresor

Obviamente, la pandemia ha generado «riesgos adicionales para mujeres víctimas-sobrevivientes de violencia de género», reconoce la experta de ONU Mujeres. Servicios esenciales de justicia, salud y servicios sociales han sido interrumpidos. Y el hecho de que las autoridades se concentren en hacer frente a la crisis y hacer cumplir medidas de distanciamiento social, «puede generar mayor impunidad para los perpetradores y, al mismo tiempo, puede resultar en un aumento en la severidad y en la frecuencia de la violencia contra las mujeres», advierte.

Esta es, justamente, una de las conclusiones a las que ha llegado «La pandemia invisible», una investigación colaborativa y trasnacional, en 21 países de habla hispana y Brasil, con apoyo de medios de Nicaragua (La Lupa), México (Expediente Político), EE. UU. (Te lo cuento News), Guatemala (La Cuerda), Venezuela (La Tribuna de Todos) y El Salvador (La Brújula): quedarse en casa no solo aumentó el riesgo de sufrir violencia, sino que se expresó en «un incremento de los niveles de crueldad y letalidad por parte del agresor contra las mujeres».

En Perú, durante los dos primeros meses de cuarentena nacional, decretada el16 de marzo, se registraron 12 feminicidios y 26 tentativas de feminicidio, según la Defensoría del Pueblo. Sin embargo, durante los tres meses y medio que duró la cuarentena, hasta el 30 de junio, 915 mujeres desaparecieron. Un dato significativo si se toma en cuenta que Perú registró 166 feminicidios en 2019, y una décima parte de ellos fueron primero catalogados como desapariciones.

En Argentina, 92 mujeres fueron asesinadas en cuatro meses de confinamiento desde el 20 de marzo, reporta el observatorio La Casa del Encuentro. En Paraguay, en lo que va de año, el Observatorio del Ministerio de la Mujer ha registrado 16 feminicidios, aunque la Fiscalía contabiliza, hasta la segunda semana de julio, 18 causas de feminicidios y un total de 21 víctimas.

Bolivia cerró el primer semestre del año con 59 feminicidios, luego de que las mujeres permanecieran al menos tres de esos meses en sus hogares por la cuarentena. La cifra fue menor que la registrada en similar período de 2019, cuando estos asesinatos de mujeres llegaron a 65, un tope que ya se ha alcanzado, sin embargo, en este mes de julio, según registros de la Fiscalía.

Encerradas con el agresor: violencia de género en Bolivia

Una parte importante de estos feminicidios, en las condiciones de aislamiento, ha ocurrido a manos de familiares, parejas o personas cercanas, convivientes con las mujeres. «Se ha continuado verificando que los hogares son o pueden ser un lugar inseguro» para ellas; que son necesarias políticas específicas para afrontar, como problema público, la violencia contra las mujeres, los niños y las niñas en los hogares, comenta a DW la académica y activista feminista Ailynn Torres Santana, radicada entre La Habana y Quito.

«Otra pandemia»

En esta situación, no siempre han aumentado las denuncias, porque también las mujeres están en peores condiciones para hacerlas, para salir de sus casas, aclara. Lo que sí tiende a haber en todos los países es «un aumento en las llamadas de auxilio, o en las consultas a las líneas institucionales dedicadas a este asunto», precisa Torres Santana.

Esta psicóloga, comunicadora e investigadora social llama a prestar atención, además, a indicadores de aumento de la violencia contra mujeres en el espacio público: especialmente contra trabajadoras informales (sector donde ellas son mayoría en América Latina) y contra trabajadoras de los llamados «servicios esenciales».

«En una cuarentena que se supuso un beneficio general, muchas mujeres se encontraron solas, o con niños y niñas, encerradas con su agresor», resume «Violentadas en cuarentena». Esta otra investigación colaborativa de la Red Latinoamericana de Jóvenes Periodistas de Distintas Latitudes y la comunidad global de mujeres en medios de comunicación Chicas Poderosas da cuenta también de las acciones estatales para enfrentar la violencia contra las mujeres por razones de género durante la cuarentena por COVID-19, en 19 países de América Latina.

¿Qué hacer?

«En la región, hemos visto algunas buenas prácticas o prácticas promisorias. Por ejemplo, en Argentina y Uruguay se están prorrogando automáticamente las medidas cautelares para víctimas de violencia de género que vencieron o que vencerán dentro del periodo de la cuarentena», ilustra la experta de ONU Mujeres.

Los distintos países reaccionaron «en el marco de sus legislaciones», y no todas contemplan la violencia contra la mujer o el concepto de género, subraya «Violentadas en cuarentena». Entre los que aún no cuentan con legislación específica ni línea telefónica nacional de ayuda para estos temas, destaca Cuba.

Sin embargo, la isla acaba de anunciar un paso en el tratamiento gubernamental más sistemático al tema: la aprobación de una guía para implementar una línea de atención telefónica específica para casos de violencia de género, señala Torres Santana. Según la corresponsalía de IPS en Cuba, la isla ha registrado al menos siete feminicidios en 2020, cinco desde el inicio de las medidas de aislamiento.

En algunos países, se han generado alianzas con hoteles para brindar espacios gratuitos a mujeres víctimas-sobrevivientes y sus hijas e hijos, cuando no hay acceso a refugios o casas de acogida. «En Chile, Argentina, Colombia entre otros, se han puesto en marcha canales alternativos para realizar denuncias o reportes de violencia por ejemplo a través de WhatsApp, o en farmacias o supermercados. Y en múltiples países se han implementado campañas para generar conciencia y difundir información y números telefónicos sobre los servicios de atención», destaca Yeliz Osman, desde ONU Mujeres.

Sin embargo, para evitar el aumento de feminicidios y otras formas de violencia contra las mujeres se requieren estrategias integrales de mediano y largo plazo enfocadas en la prevención y acompañadas por una inversión adecuada, advierten expertas de todas las latitudes.

De ahí que ONU Mujeres insista en el llamado a todos los actores a priorizar la prevención, atención y sanción de la violencia contra las mujeres y niñas. ¿Cómo? Desde Panamá, Osman enumera estrategias a DW:

Garantizar el acceso a servicios esenciales de atención (de justicia, salud, psicosociales y asesoría legal). Trabajar estrechamente con organizaciones de la sociedad civil y redes de mujeres defensoras de derechos humanos, y fortalecer sus capacidades y recursos. Generar tolerancia cero hacia la violencia contra las mujeres, asegurando que los servicios policiales y judiciales prioricen su atención y sanción. Involucrar a la comunidad. Aumentar la inversión en la prevención a través de programas de educación, campañas públicas, programas para empoderar a las mujeres y niñas y programas que buscan transformar las masculinidades nocivas o las normas sociales que fomentan o toleran la violencia contra las mujeres y niñas.

Fuente: https://www.elmostrador.cl/braga/2020/07/30/covid-19-que-ha-hecho-america-latina-para-evitar-mas-feminicidios/

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La guerra en Afganistán deja más de 100.000 afganos desplazados en los primeros siete meses de 2020

Más de 100.000 afganos han tenido que abandonar sus hogares y convertirse en desplazados dentro de su país como consecuencia de la guerra en el país centroasiático en los primeros siete meses de 2020, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (UNOCHA).

Cerca de 10.000 personas se han desplazado de sus localidades por los intensos combates de la semana pasada entre los milicianos talibán y las fuerzas gubernamentales en las provincias del noreste del país. Otras 600 personas han dejado sus hogares en el sur por los mismos motivos.

A pesar del acuerdo de paz firmado por los talibán con Estados Unidos en Doha el 29 de febrero, la violencia se mantiene en niveles altos en el país centroasiático. Los milicianos han decidido mantener su campaña de ataques contra las fuerzas gubernamentales afganas a pesar de que el proceso de diálogo entre afganos está a punto de comenzar.

El martes, el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, denunció que más de 10.000 soldados afganos han muerto o han resultado heridos desde que los talibán firmaron el acuerdo de paz con Estados Unidos en la capital de Qatar. Naciones Unidas ha documentado más de 1.200 muertes de civiles durante el primer semestre de 2020.

En este contexto, los talibán han anunciado un alto el fuego de tres días de duración con motivo de la fiesta del Eid al Adha (la celebración del sacrificio), que comenzará este viernes. El Ejecutivo de Kabul ha anunciado cumplirá el cese de hostilidades.

Fuente: https://www.notimerica.com/politica/noticia-afganistan-guerra-afganistan-deja-mas-100000-afganos-desplazados-primeros-siete-meses-2020-20200730093648.html

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Cómo una generación de niños sirios en el Líbano fueron despojados de su Educación

El racismo, la xenofobia y la corrupción convirtieron a cientos de miles de niños sirios en «una generación perdida».

l Día Mundial de los Refugiados de este año se celebró en medio de un aumento en los movimientos antirracistas en todo el mundo.

Pero, la respuesta humanitaria a la crisis de los refugiados todavía está muy influenciada por la geopolítica, el racismo y la xenofobia, que fueron explotados por muchos políticos en el Líbano para obtener sus ganancias económicas.

Nueve años después del comienzo de la crisis de refugiados sirios, con cientos

de millones gastados en educación pública en el Líbano por donantes, los resultados son decepcionantes por decir lo menos.

¿CUÁL FUE EL IMPACTO DE LOS ACUERDOS ENTRE DONANTES INTERNACIONALES Y POLÍTICOS LIBANESES SOBRE LOS POSIBLES RESULTADOS DE LA ESCOLARIZACIÓN DE LOS NIÑOS SIRIOS EN EL LÍBANO?

Por desgracia, los niños refugiados sirios fueron víctimas de este acuerdo informal que comprometió sus oportunidades de escolarización.

El periodista libanés Riad Kobeissi realizó una investigación sobre el plan de respuesta educativa dirigido por el Ministerio de Educación y Educación Superior de Líbano (MEHE), que se emitió el 28 de mayo de 2020.

Kobeissi alegó que el ministerio malversó fondos de donantes destinados a la educación de niños refugiados sirios.

Durante su investigación, Riad Kobeissi se centró en el número de estudiantes sirios matriculados en escuelas públicas libanesas que MEHE ha inflado en un intento de obtener más fondos de los donantes. Sin embargo, las tasas de inscripción presentan solo una pieza del rompecabezas.

Si examinamos otros indicadores de la Unidad de Gestión del Programa (PMU), encontramos que el 40% de los niños en edad escolar no tienen educación, mientras que el 1% de los matriculados están en el grado 9, y menos del 4% llegan a la etapa secundaria.

El acuerdo entre los donantes y los políticos libaneses se resume mejor por el ex ministro de Educación, Elias Abu Saab, quien se dirigió al ex primer ministro británico, David Cameron, en su visita a Beirut, declarando: “Una de cada 50 personas que vinieron a Europa era miembro de ISIS «.

LOS PAÍSES RICOS DEL NORTE GLOBAL TIENEN UNA POLÍTICA CLARA, MOTIVADA POR EL RACISMO Y LA XENOFOBIA, DE PAGAR A LOS PAÍSES PARA MANTENER A LOS REFUGIADOS ALEJADOS DE SUS FRONTERAS.

Esta compensación fue bien entendida por los políticos libaneses que ahora podrían exigir cualquier precio para seguir «acogiendo a los refugiados», incluso si esto fue a expensas del derecho a una educación de calidad para muchos niños sirios.

En una entrevista realizada con un funcionario de una agencia de la ONU que pidió permanecer en el anonimato, señaló que un funcionario de la Unión Europea, durante el pico de la crisis de refugiados en 2015, le dijo que la Unión Europea está dispuesta a cubrir los costes del Programa de educación infantil sirio en el Líbano a cualquier coste, siempre y cuando permanezcan allí.

LAS DONACIONES

Si bien la decisión de los donantes de invertir en el sector público puede generar resultados y desarrollo más sostenibles, esto ha sido a expensas de la educación de los niños sirios.

Que la educación llegase a todos los niños fue el primer plan de 3 años desarrollado por agencias de la ONU y el Ministerio de Educación.

Fue financiado por donantes como el Banco Mundial, el DFID, la UE y otras embajadas, lo que sin duda es un paso necesario en la dirección correcta.

El ministerio limitó el acceso a la educación formal a las escuelas públicas, incluso cuando solo podía absorber a la mitad de los niños sirios en edad escolar.

Según el plan RACE I, el ministerio necesita duplicar su capacidad para poder inscribir a la mitad de los estudiantes, lo cual es bastante ambicioso considerando las debilidades que ha sufrido la educación pública libanesa durante décadas.

Para absorber a este gran número de estudiantes, el ministerio lanzó turnos por la tarde en muchas escuelas públicas y cobró a los donantes 600 dólares por estudiante, mientras que el costo de inscribir a los estudiantes sirios por la mañana aumentó de 150 a 300 dólares.

Sin embargo, los padres sirios estaban menos interesados. para inscribir a sus hijos en el segundo turno, que consideraron de menor calidad en comparación con el turno de la mañana, algo que está respaldado por las estadísticas de PMU.

LA EXPLOTACIÓN DE LOS LIBANESES DE LA CRISIS SIRIA

Hasta la fecha, la hegemonía del ministerio, que fue apoyada y financiada por los donantes, dejó al 40% de los niños sirios fuera de la escuela debido a la falta de escuelas, aulas superpobladas y costes de transporte.

Todas estas razones revelan que la participación de escuelas privadas podría haber aumentado la capacidad de las escuelas en el Líbano para inscribir a más niños sirios.

El racismo, la xenofobia y la corrupción, ya sea en el Norte Global o entre algunos políticos libaneses que explotaron la crisis siria para obtener ganancias financieras o ganar favores con su base electoral local, convirtieron a cientos de miles de niños sirios en «una generación perdida».

Una reforma educativa inclusiva y estructural podría haber arrojado mejores resultados para los refugiados y los nacionales.

La magnitud de la crisis siria requiere la colaboración de todas las partes, públicas, privadas, ONGs y la comunidad de donantes.

Fuente: https://timis.es/como-una-generacion-de-ninos-sirios-en-el-libano-fueron-despojados-de-su-educacion/

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Resonancias de El Chavo del 8 en la niñez, educación y sociedad latinoamericana

Reseña:

Daniel Friedrich. Erica Colmenares. [Editores]

Nicolás Arata. Daniel Friedrich. Victoria Parra. Ana Paula Marques de Carvalho. Rita de Cássia Prazeres Frangella. Carlos Aguasaco. Limarys Caraballo. Erica Colmenares. Ernesto Treviño Ronzón. José Carbajal Romero. Dulce María Cabrera. [Autores de Capítulo]


ISBN 978-987-722-620-1
CLACSO. Teachers College. Columbia University.
Buenos Aires.
Julio de 2020

*Disponible sólo en versión digital: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20200716045739/el-chavo.pdf

Resonancias de El Chavo del 8 indaga en las imágenes sobre escolarización y niñez, latinoamericanidad y afectividad, medios de comunicación y clase, que emergen de las experiencias de visionado de la serie creada por el popular comediante Roberto Gómez Bolaño. Al explorar las conexiones entre los estudios de cultura visual y de curriculum transcultural, los ensayos que integran este volumen navegan en un espacio poético transnacional de convivencia con la cultura pop, de la que surgen nuevas vías de interpretación y formas de acercamiento al estudio de uno de los fenómenos globales producidos por la televisión latinoamericana. En efecto, no existen demasiadas instancias en las que un producto cultural se haya expandido a lo largo de toda Latinoamérica y más allá (El Chavo del 8 llegó a transmitirse en continentes tan alejados como Asia y África), dejando una huella que perduró durante décadas y entre generaciones. Este libro invita a una reflexión desde una perspectiva internacional y en clave rizomática en torno a las lecturas e interpretaciones de El Chavo del 8.
Fuente: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2214&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1408&orden=01
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Hablar sobre sexualidad continúa siendo un tabú: los pendientes de la educación sexual en Chile

El Mostrador Braga conversó con Karla Donoso, psicóloga infanto juvenil especialista en sexualidad, quien expone la realidad chilena en torno a la educación sexual en infancia, adolescencia y adultez, las principales problemáticas derivadas de las carencias en educación y comunicación en esta materia, el adultocentrismo y los caminos hacia la construcción de una relación con el cuerpo sexuado autónoma y responsable.

“Llegamos tarde a la educación sexual de nuestras hijas e hijos”, dice Karla Donoso, psicóloga del equipo docente del CESCH (Centro de estudios de la sexualidad de Chile) para manifestar que en el país existe una deuda en torno a este tema. La salud sexual y reproductiva es otra arista de la salud pública que se ha remecido en este periodo. La educación juega un rol central en su prevención, diagnóstico precoz y tratamiento. ¿Nos ha faltado tiempo o espacio para conversar? ¿Cómo, cuándo y quién nos educa para hablar sobre sexualidad? La respuesta a estas preguntas a continuación en reportaje para El Mostrador Braga.

Es un hecho que en los últimos años y en un país que se transforma minuto a minuto, ha existido una apertura a poner sobre la mesa temas que por muchos años fueron cubiertos por el pudor, sin embargo es probable que esta apertura no alcance para establecer programas Ministeriales que fortalezcan la intimidad, autoconocimiento y autonomía de nuestras niñas y niños, por tanto la educación sexual se ha transformado en una verdadera tradición oral, en la que los padres son quienes ponderan la opinión “creo ciertamente que aún para muchos es un tabú. El mundo adulto que hoy está a cargo de hablar sobre estas temáticas fue criado bajo estrictas reglas morales y religiosas que han impactado negativamente en la capacidad de abrirse a estas temáticas”, opina Karla sobre el adultocentrismo aún presente en sexualidad.

Sin miradas reduccionistas, “debemos entender que la sexualidad se refiere a cómo nos relacionamos con un otro y consigo mismos, a las formas en que entendemos el cariño, a cómo son nuestros apegos y vínculos primarios. Implica también el cómo nos comunicamos, cómo resolvemos conflictos, cómo les hablamos a nuestros hijos, todo eso habla de sexualidad. Creo que cuando entendamos la sexualidad desde allí, ese será el momento en que podremos educarnos realmente para tener una vida sexual responsable”, explica.

Carencia de educación sexual en Chile

La psicóloga expone que la existencia de una “seria carencia a nivel país”, esto ya que no existe un programa unificado por el Ministerio de Educación que se encargue de cubrir temas como educación sexual y sexualidad, “muchas veces tiende a confundirse o tratarse como si fueran conceptos sinónimos siendo que la sexualidad es mucho más amplia”, subraya y aclara que en actualmente existen siete programas reconocidos por el Ministerio de Educación organizados por universidades y centros particulares u otro tipo de programas a los que los colegios pueden acceder, sin embargo esta oferta no es suficiente de acuerdo a la evaluación de la especialista, ya que no incluyen a los tres estamentos básicos que son estudiantes, progenitores y profesores  y “sino se trabaja con los tres al mismo tiempo finalmente la educación sexual se vuelve difusa y poco práctica porque, en ocasiones, difiere con los valores morales o creencias familiares, creando un conflicto en los y las adolescentes”, examina.

En este orden, Karla se refiere a los adultos, quienes no se encuentran al margen de esta situación, existiendo muy pocas instancias de formación en esta materia dirigida a ellos, quedando a merced de “algunas charlas que los establecimientos educacionales pudieran entregar”, por tanto plantea que el capital cultural en torno a la sexualidad que los adultos manejan es lo aprendido en su núcleo familiar, quedando sujeto a “las conversaciones, creencias, criterios morales y mitos asociados y que impide la transmisión de información certera hacia los adolescentes”.

Y vislumbra el problema general de la cuestión y el que radica en el foco que se da a la educación sexual,  hoy volcado hacia “lo biologicista”, dice y explica“se reduce al coito, las ITS, el uso del preservativo y los anticonceptivos, pero sin un marco que entregue la real importancia del uso de estos dos últimos elementos”.

Así, la comunicación se encontraría debilitada, ya que a su juicio, las inquietudes no están centradas en las reales necesidades de los adolescentes, abandonándolos al uso de internet en busca de respuestas  lo que representa un peligro, puesto que “ellos tienen acceso a mucho contenido desde la pornografía, el internet o desde lo que sus amigos o amigas les cuentan”, de esta forma el desconocimiento se profundiza como “una bola de nieve”, reduciéndolo al básico uso de preservativos y la falsa creencia de que “a ellos jamás les ocurrirá nada, que es incómodo y no se le toma el real peso en su vida sexual cotidiana”, enfatiza.

“Finalmente, hoy en contexto de pandemia, esta temática ha quedado relegada al olvido pese a su importancia, pues los colegios deben enfrentarse a otras temáticas más urgentes”, sentencia.

Intimidad y autonomía sexual: una mirada desde el adultocentrismo

“No podemos hablar sobre autonomía en ésta área si partimos hablando de educación sexual a los 15 – 16 años, hoy hay niños que ven pornografía desde los 9 o 10 años por lo que tenemos que orientarnos a la realidad actual del país”, dice Karla para iniciar este punto. “También, es importante considerar que la edad de inicio en la vida sexual en nuestro país es muy precoz”, señala y comenta una experiencia obtenida a partir de estudios realizados en establecimientos educacionales donde se ha observado que la actividad sexual se inicia alrededor de los 12 o 13 años, “sin mucho contexto, pero con harta curiosidad y por supuesto sin ningún tipo de protección: ni anticonceptiva, ni de preservativo. Por lo tanto, creo que desde los 12 años es necesario hablar con nuestros hijos e hijas respecto de estos temas, esto con objeto de que puedan tomar decisiones informadas y acompañadas por nosotros como adultos”.

La autonomía es relativa, la especialista no considera pertinente “dejar a un adolescente ser completamente autónomo en esta materia”, siendo fundamental el acompañamiento y la supervisión de los adultos, ya que “la adolescencia es una etapa donde se vive al límite creyendo que a otros les ocurrirán cosas y no a mí, por lo tanto, tienden al descuido, a olvidarse de las pastillas anticonceptivas o del preservativo. Además, aún se tiende a polarizar que en una relación de pareja la mujer debe velar por su anticoncepción y el hombre por el uso del preservativo cuando se debería instar a que ambas partes mantengan una preocupación por la temática de manera global”.En esta línea “Autonomía no es sinónimo de dejarlos sin un soporte”.

Tal vez nos ha faltado tiempo y espacio para conversar, de acuerdo a la opinón de la psicóloga “no es común que las familias hablen abiertamente sobre sexo, prevención y anticoncepción”, es así entonteces que “nunca se trabajó la educación sexual propiamente tal, no se daba espacio a la discusión sobre esta temática”, agrega la especialista para reflexionar que la sexualidad es un tema que “se trataba como algo más bien oculto que se debía aprender desde la experiencia”. Es esa la raíz por la que los adultos“hoy no tienen las herramientas apropiadas para poder hablar sobre sexo, se sienten inexpertos en el tema, les da vergüenza, no saben cómo afrontar las preguntas de sus hijos y se quedan sin responder”, dijo.

Por tanto el adultocentrismo que se vive en torno a la sexualidad no sería sinónimo de orientaciones a la medida de las necesidades de las y los adolescentes que inician su vida sexual. La realidad indica lo contrario, siendo altamente probable que ni la gran mayoría de las madres y padres y/o los adultos a cargo en los colegios se encuentren preparados para abordar incluso su propia educación sexual.

Por otro lado, la psicóloga señala que “los padres se niegan a una realidad que ocurre y que es que la edad de inicio sexual es muy baja en el país y aún así muchas veces prefieren evitar la temática y confiarle al establecimiento educacional ese trabajo, el problema es que allí tampoco se aborda la temática y los adolescentes siguen quedando con las mismas dudas.

Finalmente, la clave estaría en la comunicación y la búsqueda de equilibrios “contar con la opinión de los adolescentes, de lo que ellos quieren saber y también incorporar los conocimientos que como adultos formados en el área tenemos y que son relevantes a la realidad país.Mientras el adulto no considere la opinión de los adolescentes en la temática muchos programas de educación sexual están destinados al fracaso y pasarán a ser otra clase expositiva más”.

Y todo se inicia en casa, la educación sexual en la adultez no es un detalle, “es muy difícil que los adolescentes puedan tener una vida sexual responsable, ya que son los adultos quienes tienen el control de los anticonceptivos y preservativos por un tema económico, quedando a criterio (o descriterio) de los padres, el cómo se incorporará ese tema en la vida de sus hijos”, puntualiza y finaliza manifestando que “Muchos creen que con comprar las pastillas es suficiente, pero no explican cómo usarlas o cuál es la verdadera importancia de su uso, así como también se cree que porque no vemos a la pareja podemos dejar de usarlas y luego volver a ellas, eso sólo habla del desconocimiento que hoy presentamos como sociedad y estamos poniendo en riesgo a nuestros adolescentes por la falta de formación de los adultos”, finaliza.

Fuente: https://www.elmostrador.cl/braga/2020/07/17/hablar-sobre-sexualidad-continua-siendo-un-tabu-los-pendientes-de-la-educacion-sexual-en-chile/

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Uruguay, el suicidio como derrota social. Estudio

Sin bordear ni barrerlo bajo alfombra, el tema del suicidio se visualiza en Uruguay e inclusive se le dedica cada año un día en el mes de julio para reflexionar sobre semejante dolorosa problemática.

 

Tanta atención merece al tratarse del país con mayor tasa de autosupresión de la vida, 20 de cada 100 mil habitantes, en la región de pertenencia.

De acuerdo con integrantes del grupo de especialistas en comprensión y prevención de la conducta suicida de la Universidad de la República (Udelar), Uruguay viene registrando un incremento sostenido en los últimos 30 años.

En los 1990 eran cerca de 500 personas por año las que acometían esos actos extremos, en los 2000 más de 600 y en la actualidad sobrepasan los 700.

Las cifras que registra el Ministerio de Salud Pública y que sigue de cerca el fenómeno apuntado muestran que la incidencia masculina es mucho mayor, con tres de cada cuatro suicidios, pero en una reversión de tendencia el 75 por ciento de los intentos corresponden a mujeres mientras los hombres superan en los consumados.

En el marco del Día Nacional de Prevención del Suicidio de 2020, el ministro del ramo, Daniel Salinas, catalogó esta problemática como ‘una pandemia que se lleva muchas vidas’, que corre pareja a la de Covid-19.

Agregó que parece necesario tratar este tema, en especial, en momentos de pandemia de virus, en los cuales se acentúan sentimientos como soledad, angustia y depresión, y por tal motivo, explicó, se reforzaron las líneas de contención telefónica y otras medidas específicas ‘que tienen impacto significativo en la receptividad por parte de la población’.

A propósito un estudio de la Facultad de Psicología de Udelar señaló que en la pandemia en curso la salud mental de los uruguayos ‘se deterioró, afloró la depresión y la ideación suicida’.

Por lo menos 37,8 de quienes participaron lo manifestaron y aunque los investigadores advirtieron que la cifra ‘hay que tomarla con pinzas’, dejó ‘una pista de que ese malestar es muy alto’.

Pero el profesor adjunto de Psicología Clínica, Hugo Selma, admite que ‘la salud mental, en general, es un agujero negro y no se le da el énfasis merecido’, y reflexiona que ‘se ha paralizado un país por 34 muertes (y probablemente muchas más que se evitaron), pero por año mueren más de 700 por suicidio y el dato nos pasa desapercibido’.

Para el psiquiatra Ricardo Bernardi el virus en sí, las muertes y la pérdida de un familiar describe una primera ola de afectación, le sigue una segunda del miedo a la recesión y el impacto económico y una tercera ola que involucra a la postergación de proyectos o incluso de consultas médicas que no fueran de urgencia.

Y todo esto, dice, va sedimentando para una cuarta ola que es la repercusión mental.

La Organización Mundial de la Salud estima que el 4,4 por ciento de la población padece depresión, y de ahí que según Selma, ‘en Uruguay estamos ante un problema grave’.

Desde el Área de Salud mental del ministerio se registró en 2019 un total de 723 suicidios, un guarismo bastante superior al de las muertes provocadas por siniestros de tránsito, que sumaron 422 en el mismo período.

Otro dato más lamentable refiere a que en los jóvenes menores 29 años, se percibe son unos 150 por año los que se suicidan.

Una de esas prematuras muertes motivó entre otros jóvenes en 2017 un especial movimiento que bajo el nombre de Te veo mañana (TVM) busca hablar del tema de forma más real y cercana con las personas, a partir de interrogantes como ¿estamos haciendo algo para prevenir?

El objetivo de TVM es lograr una prevención en primera instancia, a través de la concientización y desmitificación de todo lo referido a la salud mental, especialmente del suicidio.

Uno de los principales fines es empoderar a las personas, para que sepan que ellas también pueden ser agentes del cambio poniendo el tema sobre la mesa en un espacio libre de prejuicios.

Suele hacer talleres a demanda, en instituciones tanto públicas como privadas en Montevideo y el interior del país, y si bien se apunta primariamente a adolescentes y jóvenes, se realizaron también para personas mayores, e incluso en una oportunidad a profesionales de la salud.

En el enfoque del sociólogo, investigador y docente en la Udelar, Pablo Hein, se debe tratar el suicidio como ‘derrota social’, y que no hay nada que festejar en la tradicional jornada de los 17 de julio en el décimo país con las peores cifras al respecto y el segundo en América Latina.

Durante una reciente entrevista con el semanario Caras y Caretas se mostró profundamente preocupado por ‘esa curva de suicidios que -con algunos altibajos- sube ininterrumpidamente en Uruguay’.

Sostuvo que se cayó en un enfoque cuantitativista y frívolo del tema que ‘nos permite sentirnos más cómodos y golpearnos el pecho un momento y después proseguir sin sacar conclusiones de la enormidad de los que perdemos, que un compatriota se nos vaya cada 11 horas por esa causa’.

El crítico académico aboga por copiar lo que se está haciendo en países de Europa que tuvieron éxito en sus estrategias de contención y les fue bien con el manejo de lo que llaman el ?currículum emocional’ de las personas, en lugar de remitir el tema al ámbito sanitario, a la psiquiatría sin percibir que es un problema de todos.

Con firmeza expuso que ‘si hiciéramos una autopsia psicológica de los procesos que conducen al suicidio, siempre llegaríamos a un fondo social y cultural’ y ante una persona cercana que se suicida ‘siempre hay una claudicación de la solidaridad y de los afectos y debemos sentirlo como una derrota social que nos involucra a todos’.

Sin embargo una reciente encuesta promovida por el Sindicato Médico ante un proyecto de Ley de un diputado del oficialista Partido Colorado para legalizar el suicidio asistido arrojó un 62 por ciento de opinión ciudadana a favor.

¿Otra señal de derrota social?

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=385359&SEO=uruguay-el-suicidio-como-derrota-social
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Tiempos de pandemia: cómo es el acceso a la educación en Ecuador mientras el COVID-19 afecta a la región

El colectivo de fotógrafos y fotógrafas Fluxus Foto presenta su proyecto “Educación por Whatsapp” mediante el cual visibilizan cómo es el acceso a la educación primaria en la provincia de Pichincha durante la emergencia sanitaria.

Nota del editor: Este trabajo fue apoyado por el Fondo de Emergencia por COVID-19 para Periodistas de National Geographic Society.

Durante la primera mitad de marzo, cuando los primeros casos de COVID-19 comenzaron a detectarse en Latinoamérica, el estado de Ecuador tomo una decisión que ya se venía tomando en otros lugares del mundo para hacer frente a la ola de contagios por la pandemia: llamar al confinamiento y suspender las clases presenciales en entidades privadas y públicas.

En el país existen dos ciclos escolares. En la zona insular y en la costa el período de clases se extiende, normalmente, entre abril y febrero. Mientras que en la región amazónica del país y la sierra, el ciclo escolar va de septiembre a junio. Es decir que, los primeros alumnos nunca iniciaron su cursada de manera convencional, mientras que el otro grupo tuvo cinco meses de encuentros presenciales en el aula, hasta que la dinámica escolar cambió debido a la aparición del coronavirus.

Se estima que “unos 4,6 millones de niños y niñas han sido afectados por la cancelación de las clases presenciales”, afirma la fotógrafa Vanessa Terán, miembro del colectivo de fotógrafos y fotógrafas “Fluxus Foto” (Instagram: @fluxus_foto). Y cuenta que, en este contexto, “el Ministerio de Educación ha puesto en marcha el Plan Educativo COVID-19 en una plataforma virtual que reúne recursos digitales, textos escolares, lineamientos y protocolos para estudiantes y docentes”.

Sin embargo, la fotógrafa asegura: “Según UNICEF sólo el 37% de los hogares en Ecuador tiene conexión a internet, lo que significa que 6 de cada 10 niños no pueden continuar sus estudios a través de estas modalidades. La situación es más grave para los niños de zonas rurales, donde solo 16% de los hogares tiene conectividad o acceso a recursos tecnológicos”. Es por esto que la gente “ha tenido que arreglárselas de distintas maneras para continuar con las clases”.

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Roxana, Doménica y Ramona realizan sus tareas escolares en casa. No tienen Internet y sus padres perdieron sus empleos durante la pandemia. Hacen recargas semanales para comunicarse con sus profesoras. Quito, 24 de junio del 2020.

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Roxana, Doménica y Ramona realizan sus tareas escolares en casa. No tienen Internet y sus padres perdieron sus empleos durante la pandemia. Hacen recargas semanales para comunicarse con sus profesoras. Quito, 24 de junio del 2020.
FOTOGRAFÍA DE JOHIS ALARCÓN

Interpelados por esta compleja realidad, Terán junto a otros 6 creadores visuales miembros de su colectivo de fotógrafos, se propusieron retratar “la experiencia del confinamiento de los niños y cómo esto se relacionaba con su estrato económico”, y en esa línea, dar visibilidad a “las desigualdades en el acceso a la educación en la escuela primaria, que se veían intensificadas a partir de la crisis del COVID-19 y el confinamiento”.

Junto con el apoyo que recibieron del Fondo de Emergencia por COVID-19 para Periodistas de la National Geographic Society, iniciaron su proyecto en la provincia de Pichincha, en el centro norte del país, donde se encuentra la ciudad capital Quito. La proyección a futuro de este equipo de trabajo es continuar con la cobertura de esta problemática en otras regiones del país.

“Las personas de escuelas privadas, en su mayoría de estrato medio a medio alto, en general tienen facilidad de acceso a Internet y cuentan con los dispositivos para poder hacer teletrabajo, en el caso de los padres, o acceder a la educación en el caso de los hijos”, comenta Terán, aunque también destaca que para todos los sectores implica desafíos, desde nuevas dinámicas familiares, hasta nuevas interrelaciones con compañeros y profesores.

Proyecto “Educación por WhatsApp”

Vanessa Terán – Educación Privada 

Gabriela Suárez, mamá de Alegría Aguirre (8 años de edad), revisa su tarea el día 28 ...

Gabriela Suárez, mamá de Alegría Aguirre (8 años de edad), revisa su tarea el día 28 de mayo del 2020. Gabriela, le cuenta a la fotógrafa Vanessa Terán, que el cambio a clases en línea significa un gran desafío para las madres que trabajan y que intentan balancear sus responsabilidades del trabajo y el hogar. Alegría solía pasar aproximadamente 9 horas en el colegio entre clases y actividades extra curriculares. En el último tiempo, ha invertido alrededor de 4 horas entre clases y la realización de tareas. Cumbaya, Ecuador.

FOTOGRAFÍA DE VANESSA TERÁN

“Este caso retrata la experiencia de una estudiante, Alegría Aguirre (8 años) de un colegio de educación privada de Quito cuya escuela ha desarrollado una plataforma específica que les permita continuar sus clases vía video conferencias y foros. Por un lado, este caso visibiliza como durante el confinamiento, el acceso a la educación se ha visto en muchos casos condicionado a la capacidad económica de las familias. Sin embargo, esta circunstancia tiene sus propios desafíos. Alegría debe pasar largas horas frente al computador y su madre, Gabriela Suárez debe balancear las responsabilidades del trabajo con las del hogar. Supervisa y asiste la educación de su hija en casa. Por último, el confinamiento ha cambiado las dinámicas familiares de este hogar”.

Instagram: @v_o.vane

Josue Araujo – Educación Privada 

Juan José, de 9 años, tiene deportes por las tardes, es estudiante de primaria del Colegio ...

Juan José, de 9 años, tiene deportes por las tardes, es estudiante de primaria del Colegio de Liga ubicado al noreste de Quito. Este día tenía clases de tenis y comenzaba con un calentamiento por toda la casa. Como la sala es grande no tiene problemas para hacer los ejercicios allí.

FOTOGRAFÍA DE JOSUE ARAUJO

«En mi caso realicé la visita a 5 estudiantes de dos instituciones educativas y a una profesora. Estas escuelas son privadas y cuentan con varias herramientas tecnológicas para continuar con su educación y los docentes han mostrado ser muy recursivos para enfrentar los desafíos de la virtualidad. Las clases incluyen actividades lúdicas para mantener el interés de los niños dura las jornadas educativas. Camila y Juan José, de 11 y 9 años respectivamente, tienen todas las facilidades para poder estudiar y en las tardes reciben clases de educación física las cuales incluyen tenis y gimnasia entre otros deportes. Sus padres han adaptado áreas de su casa para las distintas actividades de estudio». 

Instagram: @la.mala.foto

 

Johis Alarcón – Educación Pública 

Robert Alejandro realiza sus tareas en casa en la mañana del 26 de mayo del 2020. ...

Robert Alejandro realiza sus tareas en casa en la mañana del 26 de mayo del 2020. Estudia en 5to año de primaria en una escuela pública del sur de Quito. La familia Salazar Mujica llegó a Ecuador en 2019, ellos vinieron caminando desde Venezuela. Luisa y Robert, los padres, perdieron su trabajo cuando inició la pandemia, sus hijos Robert Alejandro y Johanna Rosveri de 5 y 7 años respectivamente, han permanecido en casa estos dos meses.

FOTOGRAFÍA DE JOHIS ALARCÓN

Este proyecto abarca la historia de niños y profesores de escuela pública que, en medio de una crisis económica, afrontan la educación desde casa. Padres desempleados y muchos analfabetos hacen lo imposible para conseguir Internet y celulares que les permitan continuar con la educación de sus hijos, quienes viven su infancia en cuarentena. Los maestros invierten su propio dinero para conectarse con sus estudiantes y duplican sus jornadas cumpliendo sus roles en casa y dando clases con videos, llamadas telefónicas o mensajes por WhatsApp”.

Instagram: @johis.alarcon

 

Andrés Yépez –  Educación en Zonas Rurales – @pre_des_ido

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Alex Venegas, de 9 años de edad, y su hermana hacen sus tareas con la ayuda de familiares y con la compañía de algunos animales, la tarde del 22 de mayo de 2020. La cuarentena en las zonas rurales y semirurales se la realiza sin perder el sentido de comunidad, todos se ayudan de alguna manera mientras dura esta emergencia.

FOTOGRAFÍA DE ANDRÉS YÉPEZ

“La mayoría de los niños de las zonas rurales en la provincia de Pichincha, Ecuador, se enfrentan a algunos retos específicos, como la falta de conectividad y las recesiones económicas en sus casas, para continuar su educación a través de la modalidad de tele-educación, durante la crisis sanitaria por el virus COVID- 19. La cuarentena en las zonas rurales se lleva a cabo sin perder el sentido de comunidad con el que viven, y su tiempo de confinamiento no se limita a estar dentro de sus casas. El campo es parte de su hogar y de su vida cotidiana, la cual les exige interactuar con su entorno (animales, sembríos, etc.)”.

Instagram: @pre_des_ido

 

Karen Toro – Educación Alternativa

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Elga Alquinga, de 45 años, es maestra de la Comunidad Educativa Nina Pacha. Es socióloga, pedagoga, y actualmente está realizando una especialización en pedagogía Waldorf. Docente de 7° grado, durante la semana tiene varios encuentros virtuales con sus estudiantes en los que revisan tareas juntos, cantan, leen, realizan ejercicios de movimiento y aprenden temas nuevos.

FOTOGRAFÍA DE KAREN TORO

“En estas comunidades educativas se promueven fuertes sentidos de comunidad, la importancia de los vínculos afectivos y sociales, el desarrollo emocional y autonomía de los niños, el aprendizaje desde experiencias significativas; todos estos aspectos se han visto fuertemente afectados en el contexto de la emergencia sanitaria que obliga al aislamiento social. A pesar de la dificultad para sostener los salarios de docentes (ya que la mayoría de familias se encuentran gravemente afectadas económicamente), el cierre de los espacios físicos, el desafío para los padres que sienten la necesidad de replicar una educación constructivista y libre en el hogar, la frustración de los estudiantes al tratar de sostener aprendizajes y vínculos de manera virtual; las escuelas mantienen el acompañamiento y formación a las familias. Es así que esta parte del proyecto colectivo muestra los desafíos a los que se enfrentan estas comunidades educativas y las iniciativas que han construido”.

Instagram: @karentoroa

 

Ana María Buitrón – Educación Intercultural Comunitaria 

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Laura Santillán hace videos para compartirlos con sus estudiantes vía Whatsapp. Enseña temas relacionados a las partes del cuerpo y a las plantas, en lengua Kichwa.

FOTOGRAFÍA DE ANA MARÍA BUITRÓN

“Las escuelas Interculturales-comunitarias se sostienen a partir de un limitado apoyo del Estado y donaciones de gente particular. Durante la pandemia, el reto más grande de esta educación es acompañar a los estudiantes para que se mantengan estables emocionalmente. Su metodología es experimental, ahí consiste el reto de trascender las redes sociales durante esta emergencia. Estas escuelas acogen a niños indígenas y migrantes de otras provincias; su modelo de educación promueve la diversidad cultural, étnica y lingüística; trabajan sobre la identidad individual y la construcción de colectividades en un espacio de tolerancia y respeto”.

Instagram: @lachuros

David Diaz – Educación en Centro para jóvenes infractores 

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Simón, lleva a cabo sus tareas de Estudios Sociales en una de las aulas de la «Unidad Educativa León Febres Cordero» que opera dentro de un centro para menores infractores.

FOTOGRAFÍA DE DAVID DIAZ

“El Centro «Virgilio Guerrero» para jóvenes infractores en la ciudad de Quito, Ecuador, alberga el corredor de 100 adolescentes que cumplen sus condenas allí. La Unidad Educativa “León Febres Cordero” opera dentro de la institución, que continúa con los estudios de adolescentes que han abandonado la escuela y comienzan la educación para aquellos que no han asistido. Ofrece tres programas educativos: Alfabetización ABC, Educación Básica Intensiva y Bachillerato. Está a cargo de 8 profesores. Según la Constitución del Ecuador, estos jóvenes tienen la condición de doble vulnerabilidad. El Estado debe garantizar la seguridad y la educación. Durante la emergencia COVID-19, sus estudios se vieron afectados, ya que prohibir el acceso a dispositivos electrónicos o Internet ha complicado el aprendizaje, han tenido que recurrir a la información en libros obsoletos, los maestros han visto como la única opción para salir de la cuarentena e ir una vez por semana a entregar la tarea, dar tutoría a los que más la necesitan de esta manera sin interrumpir sus estudios”.

Fuente: https://www.nationalgeographicla.com/fotografia/2020/07/tiempos-de-pandemia-acceso-a-la-educacion-en-ecuador

 

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