Este lunes los alumnos de primaria y secundaria de Francia vuelven a clases de forma obligatoria hasta las vacaciones de verano, dentro de dos semanas. Esta medida busca restablecer el contacto con todos los niños, especialmente con el 4 % que se ha quedado descolgado durante el confinamiento.
«No se puede dejar a los alumnos sin clase de marzo a septiembre», explicó en una entrevista a la emisora «France Inter» el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, que se ha marcado el objetivo de que en las dos próximas semanas los 6,7 millones de estudiantes de primaria y los 3,3 millones de secundaria asistan presencialmente.
Para lograrlo, se ha flexibilizado mucho el estricto protocolo sanitario establecido al comienzo de la desescalada en mayo, de forma que en preescolar ya no se exige ninguna regla de distanciamiento entre niños de la misma clase.
En el resto de cursos desaparece la regla que preveía un espacio de 4 metros cuadrados por cada uno y un máximo de 15 estudiantes por clase. A partir de ahora basta con una distancia lateral de un metro en las aulas. Sí se mantiene la obligatoriedad de mascarilla para los profesores y para los estudiantes de más de 11 años.
Blanquer insistió en que el confinamiento ha sido «una catástrofe educativa mundial» por las decenas de millones de estudiantes que se han quedado desescolarizados. El ministro aseguró que Francia es uno de los países que mejor ha respondido a ese problema ya que tiene «una de las tasas más bajas de Europa» de alumnos que se han quedado descolgados del sistema escolar. En concreto, calculó que, si al comienzo del confinamiento eran un 8 %, cuando se inició la desescalada el mes pasado ese porcentaje había conseguido reducirse a la mitad, lo que en números absolutos representa 500.000 alumnos, que constituyen «la primera de las prioridades» de la vuelta a clase y de la preparación del curso próximo.
Aunque solo faltan dos semanas para las vacaciones, Blanquer justificó el retorno de los alumnos a sus centros escolares porque «cada hora, cada día de clase cuenta». Señaló que los profesores deben conocer la situación de sus alumnos ya que «hay una dimensión psicológica que no hay que menospreciar».
En espera de las cifras reales, el ministro francés estimó que alrededor del 90 % de los profesores estarán en los centros escolares. El resto, en su inmensa mayoría han justificado su ausencia por razones médicas o familiares.
Según un sondeo del instituto demoscópico Odoxa-Dentsu Consulting, al menos el 61 % de los padres tenían intención de llevar a sus hijos a la escuela esta semana. Aquellos que no lo hagan, serán contactados por los centros escolares para saber qué ocurre y se aplicarán las reglas habituales en esos casos porque, como recordó el titular de Educación, «la instrucción es obligatoria en Francia».
Fuente de la noticia: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2020/06/22/alumnos-francesesretoman-clases/00031592817940381175265.htm
Noam Chomsky critica el actual sistema de enseñanza. Frente a la idea de que en nuestras escuelas se enseñan los valores democráticos, lo que realmente existe es un modelo colonial de enseñanza diseñado para formar profesores cuya dimensión intelectual quede devaluada y sea sustituida por un complejo de procedimientos y técnicas; un modelo que impide […]
Noam Chomsky critica el actual sistema de enseñanza. Frente a la idea de que en nuestras escuelas se enseñan los valores democráticos, lo que realmente existe es un modelo colonial de enseñanza diseñado para formar profesores cuya dimensión intelectual quede devaluada y sea sustituida por un complejo de procedimientos y técnicas; un modelo que impide el pensamiento crítico e independiente, que no permite razonar sobre lo que se oculta tras las explicaciones y que, por ello mismo, fija estas explicaciones como las únicas posibles.
Transcripción realizada por Luis Rivas para Rebelión
El objetivo de la educación
Podemos preguntarnos cuál es el propósito de un Sistema Educativo y, por supuesto, hay marcadas diferencias en este tema. Hay la tradicional: una interpretación que proviene de la Ilustración, que sostiene que el objetivo más alto en la vida es investigar y crear, buscar la riqueza del pasado, tratar de interiorizar aquello que es significativo para uno, continuar la búsqueda para comprender más, a nuestra manera. Desde ese punto de vista, el propósito de la educación es mostrar a la gente cómo aprender por sí mismos. Es uno mismo el aprendiz que va a realizar logros durante la educación y, por lo tanto, depende de uno cuánto logremos dominar, adónde lleguemos, cómo usemos ese conocimiento, cómo logremos producir algo nuevo y excitante para nosotros mismos, y tal vez para otros.
Ese un concepto de educación. El otro concepto es, esencialmente, Adoctrinamiento; algunas personas tienen la idea de que, desde la infancia, los jóvenes tienen que ser colocados dentro de un marco de referencia en el que acatarán órdenes, aceptarán estructuras existentes sin cuestionar, etc. Y esto resulta, con frecuencia, bastante explícito. Por ejemplo: después del activismo de los años 60, había mucha preocupación en gran parte de la gente educada, porque los jóvenes se estaban volviendo demasiado libres e independientes, que el país se estaba llenando con demasiada democracia. Y de hecho hay un estudio importante que es llamado «La crisis de la democracia», que afirma que hay ciertas instituciones de los jóvenes -la frase es de ellos- que no están haciendo su trabajo adecuadamente; se refieren a escuelas, universidades, iglesias, que tienen que ser modificadas para que lleven a cabo, con más eficiencia, esa idea, que, de hecho, proviene de liberales internacionalistas, de gente altamente educada.
En efecto, desde esos tiempos se han tomado muchas medidas para tratar de orientar el sistema educativo hacia uno provisto de mayor control, más adoctrinamiento, más formación vocacional, con estudios tan costosos que endeudan a los estudiantes y los atrapan en una vida de conformismo.
Eso es exactamente lo contrario de lo que yo describo como una tradición proveniente de la Ilustración. Y hay una lucha constante entre estos dos enfoques, en las universidades y escuelas. En las escuelas ciertamente se les entrena o para pasar exámenes o bien para la investigación creativa, entendiendo esta ultima como dedicarse a intereses que son estimulados por los cursos en los que se profundiza por cuenta propia o en cooperación con otros. Esta lucha se extiende también al posgrado o a la investigación.
Son dos maneras ver el mundo. Cuando uno ve las instituciones de investigación, como esta en la que estamos [Nota de Transcripción: MIT], observa que a nivel de posgrado se sigue esencialmente la idea de la Ilustración. De hecho la Ciencia no podría progresar a menos que esté basada en la inculcación del impulso por el desafío, por el cuestionamiento de doctrinas o de la autoridad, a través de la búsqueda de alternativas o del uso de la imaginación, con el trabajo cooperativo que aquí, en esta institución, es constante. Y para verlo, solo se necesita caminar por los pasillos.
Esto es lo que, desde mi punto de vista, debe ser un sistema educativo desde la educación preescolar.
Pero hay estructuras poderosas en la sociedad que prefieren ver a la gente adoctrinada y formateada sin que hagan muchas preguntas, siendo obedientes, realizar la función que se les ha asignado y no tratar de sacudir los sistemas de poder y autoridad. Son opciones que tenemos que elegir
sin importar nuestra posición en el Sistema Educativo, como profesores, estudiantes, o gente externa que trata de ayudar a darle forma, en la manera que ellos creen que debe hacerse.
El impacto de la tecnología
Ha habido ciertamente un crecimiento muy sustancial en nuevas tecnologías: de comunicación, información (acceso e intercambio) o en la naturaleza de la cultura de la Sociedad. Pero debemos tener en cuenta que los cambios tecnológicos que están ocurriendo, a pesar de ser significativos, no tienen, ni de lejos, el mismo impacto que los avances tecnológicos de hace alrededor de un siglo. El cambio, si hablamos sólo de comunicación, de una máquina de escribir a una computadora o del teléfono al correo eléctronico es significativo, pero no se puede comparar con el cambio de barcos de vela al telégrafo: la reducción en eI tiempo de comunicación, por ejemplo entre Inglaterra y los Estados Unidos, fue extraordinaria comparada con los cambios que están ocurriendo ahora. Lo mismo ocurre con otros tipos de tecnología: algo tan sencillo como el agua corriente y el alcantarillado en las ciudades tuvo enormes consecuencias para la salud; mucho más que el descubrimiento de los antibióticos. Los cambios actuales son reales y significativos, pero debemos reconocer otros que ocurrieron y cuyos efectos fueron mucho más drásticos.
En cuanto a la tecnología en la educación, debe decirse que la tecnología es algo neutro. Es como un martillo: al martillo no le importa si lo usas para construir una casa o si un torturador lo usa para aplastarle el cráneo a alguien. El martillo puede hacer ambas cosas. Es lo mismo con la tecnología moderna. Por ejemplo: internet es extremadamente valiosa si se sabe lo que se está buscando; yo la uso todo el tiempo en mi investigación. Si se sabe lo que se está buscando, si se tiene una especie de marco de referencia, que nos dirige a temas particulares y nos permite dejar al margen muchos otros, entonces puede ser una herramienta muy valiosa. Por supuesto, uno debe estar siempre dispuesto a preguntarse si el marco de referencia es el correcto: tal vez algo que encontremos cuestionará la forma en que vemos las cosas. No se puede perseguir ningún tipo de investigación sin un marco de referencia relativamente claro que dirija la búsqueda y que ayude a seleccionar lo que es significativo y lo que no lo es, Io que hay de que dejar de lado, a lo que hay que darle seguimiento, lo que merece ser cuestionado o desarrollado.
No se puede esperar que alguien llegue a ser, por así decirlo, biólogo, nada más con darle acceso a la biblioteca de biología de la Universidad de Harvard y diciéndole: «léela». Eso no le sirve de nada, y el acceso a internet es lo mismo: si no se sabe lo que se está buscando, si no se tiene idea de lo que es relevante, dispuestos a cuestionarse esta idea, si no se tiene eso, explorar en internet es sólo tomar al azar hechos no verificables que no significan nada.
Entonces, detrás de cualquier uso significativo de la tecnología contemporánea, como internet, sistemas de comunicación, gráficos o lo que sea, a menos que detrás de ese uso haya un aparato conceptual bien dirigido, bien construído, es poco probable que este resulte útil, y hasta podría ser dañino. Si se toma un hecho incierto aquí y otro allá y alguien los refuerza, terminamos con un panorama que tiene algunas bases objetivas, pero nada que ver con la realidad. Hay que saber cómo evaluar e interpretar para entender.
Volviendo a la biología, la persona que gana el premio Nobel no es la que lee más artículos y toma más notas; es la persona que sabe qué buscar. Cultivar esa capacidad para buscar lo que es significativo y estar siempre dispuesto a cuestionar si estamos en el camino correcto, de eso es de lo que debe tratar la educación, ya sea usando computadores e internet o lápiz, papel y libros.
Costo o Inversión
La Educación es discutida en términos de si es una inversión que vale la pena, de si genera un gran capital humano que puede ser usado en el crecimento económico, y esa es una manera muy extraña, muy distorsionada, de cuestionarse el tema, opino. ¿Queremos tener una sociedad de individuos libres, creativos e independientes capaces de apreciar y aprender de los logros culturales del pasado y contribuir a ellos? ¿Queremos eso o queremos gente que aumente el PIB? No es necesariamente lo mismo.
Una educación como aquella de la que hablaban Bertrand Russell, John Dewey y otros, tiene un valor por sí misma. Independientemente del impacto que tenga en la sociedad tiene un valor, porque ayuda a crear seres humanos mejores. Después de todo a eso es a lo que debe servir un sistema educativo.
No obstante, si se quiere ver en términos de costo y beneficio, tomemos por ejemplo la nueva tecnología de la que hablábamos: ¿de dónde viene? Bueno, pues mucha de ella fue desarrollada exactamente donde estamos sentados [Nota de Transcripción: MIT]. En el piso de abajo había un gran laboratorio en los años 50, donde fui empleado de hecho, y donde había muchos científicos, ingenieros, gente con todo tipo de intereses, filósofos y otros, que desarrollaron el carácter básico y aún las herramientas básicas de la tecnología que es común hoy día. Las computadoras e internet estuvieron exclusivamente en el sector público durante décadas, financiadas en lugares como este, donde la gente exploraba nuevas posibilidades; muchas de ellas eran impensables y desconocidas en ese momento, algunas funcionaron, otras no, pero las que funcionaron fueron convertidas en herramientas que la gente puede usar.
Esa es la manera como el progreso científico tiene lugar. Es la manera en la que el progreso cultural tiene lugar, generalmente.
Los artistas clásicos, por ejemplo, son el producto de las habilidades tradicionales que se desarrollaron a lo largo del tiempo con maestros artistas, y a veces con su ayuda se crearon cosas maravillosas.
Todo eso no sale de la nada. Si no existe un sistema cultural y educativo activo, enfocado en la estimulación de la exploracion creativa, con independencia de pensamiento, con disposicion a cruzar fronteras para desafiar las creencias aceptadas… si no se tiene eso, no obtendremos la tecnología que lleva a obtener beneficios económicos. Beneficios, sin embargo, que no creo que sean el objetivo principal del enriquecimiento cultural y la educación.
Evaluación vs. Autonomía
Ha habido, en los últimos tiempos particularmente, una estructuración cada vez mayor de la educación, que comienza a temprana edad y contínúa luego, y que funciona a través de exámenes.
Pasar exámenes puede ser de alguna utilidad tanto para la persona que está pasando el examen -para comprobar cuánto sabe, lo que ha logrado, etc- como para que los instructores se den cuenta qué es lo que hay que cambiar, mejorar, en el desarrollo del curso. Pero más allá de eso no dicen mucho.
Lo sé por mi experiencia de años, he estado en comités de admisión a programas de posgrado avanzado, tal vez uno de los programas más avanzados del mundo, y sí, desde luego, ponemos atención a los resultados de exámenes, pero realmente no mucha. Una persona puede tener resultados magníficos en todos los exámenes y entender muy poco. Todos los que hemos pasado por escuelas, colegios, universidades, sabemos eso. Se puede estar inscrito en un curso que no nos interesa para el que existe el requerimiento de pasar un examen, y se estudia para el examen, se logra pasarlo con la mejor nota y, dos semanas más tarde, no nos acordamos de mucho. Estoy seguro que todos hemos tenido esa experiencia.
Los exámenes pueden ser una herramienta útil si contribuyen a los fines constructivos de la educación, pero si sólo se tratan de una serie de obstáculos que hay que superar pueden no tanto carecer de sentido como distraernos de lo que queremos hacer. De hecho veo esto frecuentemente cuando hablo con profesores: hace un par de semanas estaba yo hablando con un grupo que incluía profesores de escuela y había una profesora de 6º grado, es decir, con alumnos de 10 a 12 años, que vino a hablar conmigo luego y me dijo que en su clase una niña le contó que estaba realmente interesada en un tema: le pedía consejo para aprender más al respecto, pero la maestra se vio obligada a decirle que no podía hacer eso, porque la niña debía estudiar para un examen a nivel nacional que se acercaba y que eso iba a determinar su futuro; la profesora no lo dijo, pero también iba a determinar el de ella, es decir, eso influiría para que la contrataran de nuevo.
Ese sistema no es sino una preparación de los niños para pasar obstáculos, no para aprender, entender y explorar. Esa niña hubiera ganado mucho más si se le hubiera permitido explorar lo que le interesaba y tal vez no sacar una muy buena calificación en un examen de algo que no le interesaba.
Buenas calificaciones vienen por sí solas si el tema coincide con los intereses y preocupaciones del alumno. No digo que los exámenes deban eliminarse, pueden ser una herramienta educativa útil. Pero complementaria, algo que ayude a los estudiantes a mejorar por sí mismos, o para los instructores u otros que necesitemos saber acerca de lo que hacemos e indicarnos lo que debemos modificar.
Pasar exámenes no se puede ni comparar con buscar, investigar, dedicarse a temas que nos atraen y nos estimulan; esto último es mucho más práctico que pasar exámenes. Y, de hecho, si se nos da la oportunidad de este tipo de carrera educativa, el estudiante recordará lo que descubrió.
Un físico mundialmente famoso, aquí en el MIT daba, como muchos catedráticos, cursos a estudiantes nuevos. Un estudiante le preguntó qué temas se iban a cubrir durante el semestre y su respuesta fue: «No importa lo que se cubre, sino lo que se descubre». Y es correcto: la Enseñanza debe inspirar a los estudiantes a descubrir por sí mismos, a cuestionar cuando no estén de acuerdo, a buscar alternativas si creen que existen otas mejores, a revisar los grandes logros del pasado y aprenderlos porque les interesen.
Si la Enseñanza se hiciera así los estudiantes sacarían provecho de ello, y no sólo recordarían lo que estudiaron sino que lo utilizarían como una base para continuar aprendiendo por sí solos.
Una vez más: la educacion debe estar dirigida a ayudar a los estudiantes a que lleguen a un punto en que aprendan por sí mismos, porque eso es lo que van a hacer durante la vida, no sólo absorber información dada por alguien y repetirla.
Fuente de la Información: https://rebelion.org/el-objetivo-de-la-educacion-la-deseducacion/
Not: Si quieres profundizar en el pensamiento de Noam Chomsky te invitamos a participar en esta Conferencia Virtual:
La covid-19 empuja a millones de niños al trabajo infantil
El trabajo infantil se redujo en el mundo en lo que va de siglo, pero la recesión causada por la nueva pandemia puede revertir la tendencia y forzar a millones de niños a duras labores, sobre todo en el sur y sureste de Asia, África y América Latina.
Millones de niños pueden ser llevados a laborar por el impacto económico de la covid-19, un retroceso al cabo de 20 años de avances en la materia, expuso un informe de la OIT y Unicef este viernes 12, Día Mundial contra el Trabajo Infantil.
Guy Ryder, director de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), dijo que “debido a las graves consecuencias de la pandemia en los ingresos de las familias, muchas podrían recurrir al trabajo infantil, con niños obligados a realizar las peores formas de trabajo, lo que causaría un daño significativo a su salud y a su seguridad”.
En tiempos de crisis “el trabajo infantil se convierte en un mecanismo de supervivencia para muchas familias, a medida que la pobreza aumenta, las escuelas cierran y los servicios sociales disminuyen”, expuso Henrietta Fore, directora de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).
A comienzos de siglo 246 millones de niños debían trabajar en el mundo y los avances contra la pobreza redujeron esa cifra a 152 millones hacia 2017, según la OIT, pero la recesión a lo largo de 2020 amenaza con revertir esa tendencia.
Por cada punto porcentual que aumente la pobreza –46 por ciento de la población del planeta o 3500 millones de personas, según el Banco Mundial- el trabajo infantil puede incrementarse en 0,7 por ciento, de acuerdo con la organización.
Conforme con esos cálculos, si como teme el Banco Mundial la recesión lleva a la pobreza a unos 180 millones de personas en el mundo, sobre todo en el sureste y sur de Asia, África al sur del Sahara y América Latina, más de dos millones de niños se incorporarán al trabajo como mecanismo de supervivencia, solo en 2020.
En América Latina al menos 300 000 niños podrían agregarse a los 10,5 millones que trabajan, mayoritariamente en condiciones de informalidad, según proyecciones de la OIT con base en estudios efectuados en Costa Rica, México y Perú.
Los niños que ya trabajan podrían tener que hacerlo durante más horas, o en peores condiciones y lejos de mecanismos de protección, pues 70 por ciento de ellos son faeneros agrícolas en las zonas rurales.
En comparación con los adultos, es más probable que los niños acepten trabajo por menos salario y en condiciones vulnerables. Las empresas pueden reclutar niños deliberadamente para reducir costos y aumentar las ganancias, advirtió el estudio.
Los niños son a menudo la mano de obra más disponible en los hogares. Por ejemplo, el desempleo de los padres debido a las crisis económicas en Brasil ha llevado a los niños a intervenir para proporcionar apoyo temporal y se han documentado efectos similares en Guatemala, India, México y Tanzania.
También al estudiar emprendimientos en Filipinas, Malawi y Zambia, la OIT observó que cuando la producción crece dentro de los hogares, el trabajo infantil aumenta.
La labor infantil crece a medida que las escuelas cierran durante la pandemia, que ha afectado a 1000 millones de alumnos en más de 130 países. Incluso cuando se reanuden las clases, puede que algunas familias decidan ya no enviar a sus hijos a la escuela.
“Muchos padres en mi vecindario se han aprovechado de las ´vacaciones´ para enviar a los niños a la ciudad a vender frutas y verduras”, testimonió un muchacho en Malawi.
Más niños podrían verse forzados a realizar trabajos peligrosos y de servidumbre, y la desigualdad de género puede agudizarse, puesto que las niñas son particularmente vulnerables a la explotación en el sector agrícola y en el trabajo informal o doméstico, según el informe.
El informe Unicef-OIT pide a los gobiernos medidas para paliar el riesgo de que aumente el trabajo infantil, entre ellas ampliar la protección social, conceder créditos a hogares pobres, promover el trabajo decente para los adultos, facilitar el regreso de los niños a la escuela, y realizar inspecciones laborales para hacer cumplir la ley.
Fuente de la Información: http://www.ipsnoticias.net/2020/06/la-covid-19-empuja-millones-ninos-al-trabajo-infantil/
En un momento en que la atención se ha centrado en los esfuerzos para detener la propagación de la pandemia de COVID-19, uno de cada dos niños en el mundo sigue padeciendo violencia física, sexual o psicológica, según un nuevo informe publicado por la UNESCO, la OMS, el UNICEF, la representante especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños y la Alianza para la eliminación de la violencia.
El Informe de la situación en 2020 sobre la prevención de la violencia contra los niños en el mundo – pone de relieve el número creciente de niños que son víctimas de heridas, impedimentos físicos y homicidio porque los países no siguen las estrategias implementadas para protegerlos de estos. Este informe, el primero de su tipo, proporciona un panorama de los logros alcanzados por los países en lo relativo al marco “INSPIRE”, un conjunto de siete estrategias para combatir la violencia contra los niños.
El informe contiene las primeras estimaciones mundiales de los homicidios entre niños de menos de 18 años. Se estima que, en 2017, 40.150 niños han sido víctimas de homicidio. Se basa también en los datos del informe de 2019 elaborado por la UNESCO, Detrás de los números: para poner fin a la violencia y el acoso escolares, a la vez que hace hincapié en que el acoso es un problema considerable en todo el mundo, con el 32% de los alumnos entre 11 y 15 años de edad víctimas de acoso escolar por parte de sus compañeros, al menos una vez durante el último mes.
“Con la pandemia de COVID-19 y el cierre de los establecimientos escolares que esto conlleva, hemos constatado un aumento de la violencia y del odio en línea – incluido el acoso. Ahora que los centros escolares comienzan su reapertura, los niños expresan su temor de regresar a la escuela”, declaró Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO. “Todos debemos responsabilizarnos con velar por que todos los niños se sientan seguros en la escuela. Debemos reflexionar y actuar conjuntamente para poner fin a la violencia en el ámbito escolar y en nuestras sociedades en general.”
Avances desiguales en la aplicación de las estrategias de prevención de la violencia
Según el informe, las leyes que prohíben los castigos corporales infligidos a los niños en todos los lugares, incluida la escuela, tienen el potencial necesario para reducir el número de actos violentos perpetrados contra los niños, así como entre niños. No obstante, mientras el 79% de los países han respondido al informe que prohíbe los castigos corporales, solo el 30% de los que lo han hecho, estima que las personas responsables de los actos violentos contra los niños, independientemente del motivo, y entre los que se encuentran los docentes, serán sancionadas.
“Este informe nos recuerda sin ambages que no es suficiente disponer de buenas políticas y que debemos trabajar constantemente para garantizar que estas políticas se apliquen”, declaró Stefania Giannini,
Subdirectora General de Educación de la UNESCO. “No podremos lograr una educación inclusiva y equitativa para todos si los niños no pueden aprender en escuelas seguras y libres de violencia, incluida la violencia perpetrada por los alumnos, los docentes y otros miembros del personal escolar, así como los castigos corporales.”
La respuesta ante el COVID-19 y su repercusión en los niños
Las medidas de confinamiento y el cierre de los centros escolares han limitado las fuentes habituales de apoyo a las familias y a las personas (los amigos, la familia ampliada, los profesionales). Las víctimas tienen aún menos posibilidades de gestionar las crisis y de reorganizar su vida cotidiana. Se ha observado un aumento considerable del número de llamadas a los centros de ayuda telefónica a los niños maltratados y a las víctimas de violencia conyugal.
Mientras las comunidades en línea se han vuelto esenciales para que numerosos niños sigan aprendiendo, jugando y beneficiándose de un apoyo, se ha observado un recrudecimiento de los comportamientos nefastos en líneas, entre los que figuran el ciberacoso, las conductas de riesgo y la explotación sexual.
A las y los líderes sociales de Colombia nos siguen matando durante la cuarentena
De Danelly Estupiñán
Para mucha gente, la cuarentena representa la primera vez en la vida que su movilidad ha sido restringida. Pero yo ya tengo cuatro años que soy incapaz de caminar a la tienda de mi barrio sola, porque siento que si lo hago me van a matar. Tampoco puedo ir al campo, ni salir a divertirme, pues esto es arriesgar la vida.
Esta es la realidad que las y los líderes sociales amenazados llevamos años viviendo en Colombia. Por defender la vida de todas las personas, no podemos disfrutar de la nuestra. Estamos encerrados, moviéndonos de una casa a otra para escondernos, y solo salimos por lo necesario. Sin embargo, en el actual contexto, estar en casa 24 horas todos los días es una sentencia de muerte, ya que los sicarios saben donde encontrarnos. Ahora somos un blanco aún más fácil para quienes quieren silenciarnos.
La violencia sistemática que enfrentamos no ha disminuido este año, a pesar de la pandemia. Más de 100 líderes y lideresas sociales y personas defensoras de derechos humanos han sido asesinados en Colombia en lo que va de 2020, incluyendo al menos 28 asesinatos desde que se decretó la cuarentena obligatoria el 25 de marzo para prevenir el contagio del COVID-19.
Durante los últimos años he sufrido amenazas de muerte, seguimiento constante y allanamientos. He sido fotografiada en la calle y el año pasado tuve que salir del país por un tiempo cuando se dio a conocer un complot para asesinarme. La violencia que sufro la relaciono con mi labor defendiendo el territorio y los derechos colectivos de las comunidades afrodescendientes de Buenaventura y las denuncias que he hecho a nivel local, nacional e internacional sobre los efectos negativos de la ampliación portuaria en la ciudad.
«Nos siguen matando con mucha facilidad durante la pandemia porque todos estamos en casa cumpliendo con la cuarentena obligatoria «
Unos meses antes de la pandemia tuve que abandonar el sitio donde estaba viviendo porque registramos seguimientos que vulneraban mi seguridad. Por eso, me ha tocado estar en una ciudad que no es la mía durante la cuarentena. Estar en un sitio donde no conozco a nadie me genera incertidumbre y una angustia muy grande. No estoy tranquila, sigo muy preocupada por mi situación y la de otros líderes y lideresas sociales que también están muy expuestos en sus territorios.
Nos siguen matando con mucha facilidad durante la pandemia porque todos estamos en casa cumpliendo con la cuarentena obligatoria y nadie se puede mover. Pero resulta que las personas que quieren acallarnos sí se están moviendo sin problema. Estamos observando un patrón donde los grupos armados al margen de la ley llegan a las casas de las y los líderes sociales y les asesinan frente a sus familias. Incluso, en algunos casos, matan a sus familiares también.
Además, las comunidades han empezado a ver grupos armados repartiendo panfletos con amenazas manifestando que están asesinando a las personas que no acojan la cuarentena y las que supuestamente tienen COVID-19. Están sentenciando a las y los líderes sociales de que no están acogiendo la cuarentena para distraer del real motivo político de los asesinatos. Es como si ahora tuvieran una razón de salud pública para matarnos. En marzo, por ejemplo, la lideresa Yina Paola Sánchez Rodríguez denunció que grupos armados le habían declarado objetivo militar por supuestamente estar contagiando a miembros de su comunidad en el municipio de Montelíbano, Córdoba. La lideresa, quien manifestó estar en perfecto estado de salud, tuvo que huirse del territorio debido a las amenazas.
Lamentablemente, ser líder o lideresa social se ha convertido en una de las labores de más alto riesgo hoy en Colombia. Esta situación no solo pone en peligro nuestras vidas, sino también al sistema democrático y participativo del país, porque jugamos un rol importante en el ejercicio de gobernanza y la promoción y defensa del derecho a la participación, y en promover los derechos constitucionales y defender los derechos humanos.
Pero en vez de reconocer la importancia de nuestra labor y ver una oportunidad de colaboración, el gobierno nos da la espalda, nos vigila como si fuéramos una amenaza al sistema, y nos trata como criminales. No estamos vinculados a grupos armados, pero tratan de relacionarnos con ellos, generando falsos positivos judiciales. La única arma que usamos es nuestra voz, y nuestra voluntad para aportar en la consolidación de los sueños colectivos de nuestras comunidades. Solo estamos defendiendo nuestros derechos y nos preocupa profundamente que en Colombia se tome nuestro trabajo como si fuera un delito.
«No podemos seguir ahogándonos en un océano de impunidad. Cada día trae nuevas amenazas y ataques, y se profundizan los riesgos que estamos viviendo»
El gobierno debe tomar medidas urgentes y definitivas para garantizar nuestra seguridad, y llevar a cabo una campaña de no estigmatización a la labor de las y los líderes sociales. La gente debe ser consciente que cada vez que compre comida en un supermercado está siendo beneficiaria directa de nuestra lucha. Las comunidades étnicas ponemos los muertos por proteger un derecho colectivo como es la tierra y el territorio, pero todo el pueblo colombiano goza de los frutos del territorio gracias a nuestra sangre.
No podemos seguir ahogándonos en un océano de impunidad. Cada día trae nuevas amenazas y ataques, y se profundizan los riesgos que estamos viviendo. Las medidas de protección implementadas por el Estado no desatiban los riesgos, las autoridades no resuelven los casos y no hacen el seguimiento debido a nuestras denuncias. Parece que son intocables las personas que cometen estos delitos que vulneran nuestras vidas y nuestros derechos a la libertad de expresión, participación y organización, tanto en Buenaventura como en otros territorios estratégicos del país.
Las autoridades colombianas también tienen la obligación de garantizar nuestro acceso a la justicia. Deben determinar quiénes son los autores de la violencia que afrontamos y la relación que tienen con el rol político que jugamos las y los líderes sociales. ¿A quién le molesta o a quien le puede perjudicar la labor que hacemos para defender nuestros territorios y los derechos humanos? ¿Quién se beneficia con nuestras muertes?
Danelly Estupiñán es lideresa social y miembro del Proceso de Comunidades Negros (PCN) en Buenaventura
Fuente de la Información: https://www.amnesty.org/es/latest/news/2020/06/lideres-sociales-nos-siguen-matando-durante-cuarentena/
La educación debe ser siempre un compromiso prioritario tanto en el orden institucional como en las áreas personales
Este día, 22 de junio, se celebra anualmente el Día del Maestro, como una tradición de larga data y de gran significado en todos los órdenes de la vida nacional. Pero más allá de una celebración con tantos contenidos simbólicos y emocionales, lo que va envuelto en este recordatorio anual es el reconocimiento de lo que la Educación representa dentro del quehacer humano en todos los tiempos y lugares. Por las características propias de este preciso momento histórico que vivimos con vocación global inescapable, el énfasis en la Educación adquiere perfiles del más alto relieve, y así tenemos que reconocerlo y asumirlo, dentro de los esquemas que a cada nación y a cada sociedad le corresponden.
En nuestro país, desde hace ya bastante tiempo venimos padeciendo una progresiva crisis educativa, que ha hecho que las estructuras nacionales de todo tipo se debiliten y se desnaturalicen en escalada del más alto riesgo. Y no se trata sólo de una crisis en el sistema educativo formal, sino de algo que va mucho más a fondo, porque arranca de lo que pasa en los planos familiares y en los ámbitos sociales de la más variada índole. Puestos en tales perspectivas es inocultable la gravedad de la situación, que por desgracia cada día ha venido recibiendo una desatención creciente, que está en la raíz de prácticamente todos los desajustes que nos agobian.
La disfuncionalidad educativa va vinculada a muchos factores, entre los que podemos mencionar, por su incidencia más relevante, la desintegración familiar, la emigración caótica, el deterioro generalizado de los valores básicos, la irresponsabilidad extendida como una plaga, la tentación negadora que se ha apoderado del sistema y el abandono creciente de los modelos de orden y de pertenencia, entre otros. No es de extrañar, entonces, que ahora nuestra sociedad viva en el filo de lo inevitable.
Y pese a todo ese cúmulo de adversidades que nos atacan a diario, no se advierte ningún esfuerzo serio, organizado y compartido en la línea de las recomposiciones correctivas y reconstructivas. Es como si esa irresponsabilidad a la que acabamos de hacer referencia fuera ganando cada día más posiciones en el ambiente. Y al ser así, lo que toca hoy es emprender una especie de cruzada nacional reeducativa, que no se quede en las ramas sino que llegue hasta las raíces.
Esta fecha, 22 de junio, es especialmente propicia para activar la voluntad de todos, hasta en los más remotos rincones de la realidad, en función de reeducarnos con el propósito de sanitizar –como ahora se dice– todo nuestro sistema de vida en sus distintos planos y niveles. Y es que la Educación no sólo es conocimiento, sino sobre todo disciplina y respeto como normas fundamentales de convivencia. Es mente abierta y corazón dispuesto hasta las últimas consecuencias.
Las condiciones que están prevaleciendo en todos los ambientes, y ya no se diga en el nuestro, inducen con toda urgencia a hacer redefiniciones estructurales y reorientaciones conductuales en cada sociedad, conforme a las respectivas circunstancias. Dejemos, pues, de perder tiempo en lo superfluo y asumamos el desafío que encarna en esa reeducación integral a la que con tanta frecuencia nos referimos. Eso le dará firme sostén a todo lo demás.
En este Día tan representativo se debe aceptar de una vez por todas que el mejor maestro es siempre el fenómeno real en constante movimiento. Y es a partir de tal aceptación vitalizadora que las puertas del futuro pueden abrirse de veras.
Saludamos en su Día a todos los Maestros y Maestras individualizados que ejercen su misión sin descanso, y los ponemos como ejemplo de servicio sin reservas aun en las condiciones más dificultosas y desafiantes.
Fuente de la Información: https://www.laprensagrafica.com/opinion/La-educacion-debe-ser-siempre-un-compromiso-prioritario-tanto-en-el-orden-institucional-como-en-las-areas-personales-20200621-0030.html
Educación y Cuidado de la Primera Infancia en Tiempos de COVID-19
OMEP
Los primeros años son de vital importancia y los Estados Parte deben tomar medidas especiales para proteger a los niños y niñas, y promover buenas
condiciones de vida basadas en el interés superior del niño, de acuerdo con lo dispuesto por la Convención sobre los Derechos del niño (CDN). En este
tiempo dominado por la pandemia mundial hay riesgos adicionales para los niños y niñas pequeños.
La pandemia no es sólo un virus, es una enorme crisis humanitaria y se verifica que los niños y niñas queviven en condiciones de pobreza, pobreza extrema y desigualdad han empeorado su situación.
También hay consecuencias indirectas que afectan profundamente la vida y el desarrollo de los niños y niñas como las muertes familiares, el miedo, el confinamiento, el hambre, el distanciamiento físico, el aumento de la violencia y el abuso, la falta de momentos para el juego y el movimiento, y la exposición
excesiva a las pantallas. Aunque el contexto y la vida cotidiana de los niños y niñas pequeños son muy diferentes, OMEP quiere destacar ciertos puntos
cruciales en nombre del interés superior de todos los niños y niñas, y su bienestar en todo el mundo.
Los Estados Parte son garantes del cumplimiento de los Derechos del Niño y tienen el deber de aplicar las políticas necesarias para proteger y apoyar a los niños, las niñas y las familias, en colaboración con las autoridades y organizaciones locales.
La Atención y Educación de la Primera Infancia (AEPI) desempeña un papel fundamentalen este apoyo.
• Las niñas y niños pequeños son ciudadanos y los Estados Parte deben considerar también sus necesidades específicas en el contexto de la
educación, el cuidado, la salud, la economía y el apoyo social.
• Las niñas y niños pequeños requieren la adopción de medidas específicas en el marco de la CDN. Cada niño y niña tiene derecho a expresar sus puntos de vista libremente en todos los asuntos que les afecten, y a ser tenidos en cuenta. Sus ideas, emociones, perspectivas, intereses y necesidades
deben ser consideradas en el marco de las políticas y medidas públicas desarrolladas durante la pandemia, superando los puntos de
vista tradicionales centrados en los adultos.
La pandemia ha afectado y cambiado las vidas y rutinas de las niñas y niños pequeños, a menudo con enormes limitaciones en la necesidad vital de jugar, moverse y relacionarse con sus pares, y con contactos sociales reducidos más allá de la familia.
• Los niños y niñas tienen derecho a una AEPI de calidad, lo que implica mantener relaciones estables con adultos significativos, cuidadores, maestros
y con sus pares.
• El derecho a la educación durante la primera infancia comienza al nacer y está estrechamente relacionado con el derecho de las niñas y niños pequeños a recibir el máximo apoyo para alcanzar todo su potencial. Para ello, los Estados Parte y otros actores tienen que fortalecer la AEPI garantizando oportunidades ricas, incluso en esta crisis.
• Las niñas y niños pequeños aprenden experimentando, jugando y xplorando, junto con otros niños y niñas y «otros significativos”, utilizando múltiples lenguajes y su contacto corporal y movimiento para comunicarse con los
demás.
• Las políticas educativas deben considerar la importancia de la continuidad de la AEPI, a través de propuestas, estrategias y materiales creativos y amplios; teniendo en cuenta la necesidad del juego y del movimiento de las niñas y niños pequeños, y que ellos no deben estar expuestos durante largas horas a las pantallas, por eso se deben difundir entre los cuidadores ecomendaciones para el uso de herramientas virtuales.
• En respuesta a las características de la etapa, la AEPI desarrolla metodologías centradas en el juego, la participación del cuerpo como una forma de experimentar, descubrir e investigar el medio ambiente, la manipulación de objetos naturales y culturales, y el contacto humano cercano.
• La organización de los entornos y escenarios de la AEPI se caracteriza por actividades multifuncionales provistas de diferentes materiales, juguetes, muebles que permiten la libre circulación, el juego, las expresiones artísticas, la recreación y el juego al aire libre, así como las prácticas higiénicas, la crianza y el descanso.
Debido a las características de los primeros años y los modos en que construyen sus relaciones emocionales y afectivas con sus educadores y
con su grupo de pares, son necesarios los gestos,los abrazos, el contacto físico, el lenguaje corporal y la expresión facial.
El principio de autonomía progresiva implica que el lavado de manos y otros hábitos higiénicos requieren tiempo y paciencia para un desarrollo respetuoso.
Sobre la base de las consideraciones anteriores, los Estados Parte deberían,
• Incluir la consideración de las perspectivas de los niños y niñas en todos los asuntos que les afecten.
Sus ideas, emociones, intereses y necesidades deben ser tomadas en cuenta en el marco de las políticas públicas y las medidas desarrolladas durante la pandemia y la post pandemia, superando los puntos de vista tradicionales centrados en los adultos.
• Asumir que la apertura y funcionamiento de loscentros de AEPI para niñas y niños no puede depender únicamente de una visión centrada en aspectos sanitarios o en respuesta a intereses económicos.
Las decisiones deben considerar la experiencia y saberes de los educadores y las familias, así como otros sectores relacionados.
• Construir soluciones integrales con articulaciones intersectoriales para acompañar y apoyar a las familias, protegiendo el derecho de los niños y la niñas a la salud, la seguridad alimentaria, la recreación y el juego, vitales para su crecimiento y desarrollo, previniendo e interviniendo en situaciones de violencia doméstica y abuso.
• Proporcionar una protección integral de los derechos, abordando medidas especiales para los grupos más vulnerables: niños y niñas en situación de pobreza, desigualdad, hambrunas y conflictos armados; niños y niñas en migración, desplazados, que viven en campamentos o encarcelados; niños y niñas afectados por el cambio climático, la contaminación, la degradación
del medio ambiente y los desastres naturales; niños y niñas afectados por el racismo, la xenofobia y la discriminación de género; niños y niñas que sufren de explotación sexual o laboral.
• Orientar y capacitar a los educadores sobre estrategias de educación a distancia y comunicación con las familias y los niños y niñas, tanto
durante el cierre de los centros, como en la implementación de los protocolos y nuevos enfoques en los proyectos institucionales para la reapertura de las instituciones, asegurando la provisión de los materiales y medios necesarios.
• Garantizar a las niñas y niños pequeños su derecho a la salud, dando continuidad a los controles periódicos, las vacunas y la atención oportuna,
especialmente atendiendo enfermedades eruptivas y respiratorias recurrentes durante las estacionesde frío, como así también, implementando
estrategias de prevención y promoción de la salud basadas en la educación.
• Considerar la importancia de un buen uso de las tecnologías disponibles, a través de propuestas, estrategias y materiales creativos y amplios, teniendo en cuenta, por un lado que los niños y niñas pequeños no deben exponerse durante largas horas a las pantallas, y por otro que existen profundas desigualdades en el acceso de dispositivos tecnológicos y conexiones a internet.
Una NUEVA REALIDAD para la primera infancia
Por último, la crisis del COVID-19 ha demostrado lo conectados que estamos en todo el mundo. Está claro que no podemos continuar sosteniendo este
modelo civilizatorio que nos ha llevado a una inédita crisis humana, social, educativa, económica y ambiental global. Debemos centrar la mirada en
nuestra responsabilidad sobre las vidas presentes y futuras de nuestros niños y niñas, y para ello se requiere un urgente replanteamiento sobre la sociedad
que queremos.
Existe la posibilidad de crear un mundo mejor,pero requerirá un esfuerzo colectivo y solidario que capitalice las lecciones de esta crisis.
Los niños y niñas necesitan de un Estado, de una familia, de una sociedad civil decidida a promover una educación holística y humanista, y la protección
de su dignidad y sus derechos.
La OMEP quiere subrayar la importancia de crear un mundo sostenible, para la humanidad, para el planeta, y especialmente para las infancias. Continuaremos trabajando en solidaridad para defender y mantener el progreso hecho en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el ODS convencidos y convencidas de que la educación es la principal herramienta para construir un mundo mejor para todos y todas, sin dejar a nadie atrás.
Firmado por el Comité Ejecutivo Mundial de OMEP
Fuente de la Información: https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=sites&srcid=ZGVmYXVsdGRvbWFpbnxtaWxlY3R1cmEyMDE2fGd4OjY3ZmMxNWQ1NmMyZTBlZjY
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