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Una nueva era, una nueva forma de vivir

Una nueva era, una nueva forma de vivir

Por Federico Mayor Zaragoza | 28/05/2020 | Otro mundo es posible

Ya estaba muy claro, antes de la pandemia del coronavirus, que eran necesarios cambios radicales en la gobernanza mundial para evitar amenazas globales e irreversibles sobre la propia habitabilidad de la Tierra, procurando a todos sus habitantes y no sólo a unos cuantos, las condiciones para una vida digna.

Ahora, después de haber vivido un confinamiento a escala planetaria totalmente inesperado hace tres meses, es imperativo reflexionar y tomar las decisiones a escala colectiva pero, sobre todo personal, que permitan reconducir tan grave situación antes de que sea demasiado tarde.

En febrero de 2012, publicaba en “Reacciona”, un libro de diversos autores coordinados por Rosa María Artal, lo siguiente: “Es tiempo de acción… No se trata de hacer frente a una crisis económica sino sistémica. No de una época de cambios sino de un cambio de época. En los últimos estertores del neoliberalismo, los más recalcitrantes representantes del “gran dominio” intentan convencernos de que volverán a lograr el ‘estado de bienestar’: el consumo, el empleo, los horizontes sociales… Todo ello, bien entendido, aplicable únicamente al 20% de la humanidad, ya que el resto seguiría como hasta ahora, sumido en un gradiente de precariedades progresivas”…

Es innecesario, por tanto, insistir en que ahora, ahora sí, los ciudadanos del mundo ya no vamos a consentir que se repita el agravio histórico que representa para las generaciones venideras dejar irresponsablemente que se alcancen puntos de no retorno.

He aquí, resumidas en la medida de lo posible, las fases que pueden conducir a una nueva era en la que los horizontes actuales se hayan esclarecido:

Toma de conciencia:

  • De la globalidad de las amenazas:
  • Extrema pobreza.
  • Respuestas globales:
    • Solo pueden darlas, como tan lúcida y prematuramente se inicia la Carta de las Naciones Unidas, “los pueblos”, todos los seres humanos convertidos en actores del cambio y nunca más espectadores impasibles de lo que acontece.

Por primera vez en la historia, todos iguales en dignidad, sin discriminación alguna por razones de género, etnia, ideología, creencias…; y capaces de expresarse libremente.

Por fin, “los pueblos” tienen voz y, unidos, pueden tomar en sus manos las riendas del destino común. Después del fracaso rotundo de los grupos plutocráticos (G6, G7, G8, G20) está claro que sólo un multilateralismo democrático puede encauzar la voluntad popular a nivel mundial.

  1. Cambios apremiantes:
  2. Transición de una cultura de imposición, dominio, violencia y guerra a una cultura de encuentro, diálogo, mediación, conciliación, alianza y paz. De la fuerza a la palabra. (Declaración y Plan de Acción sobre una Cultura de Paz, Asamblea General de las Naciones Unidas, septiembre 1999).
  3. Transición de una economía basada en la especulación, deslocalización productiva y guerra -cada día mueren de hambre millares de personas, la mayoría niñas y niños de uno a cinco años de edad, al tiempo que se invierten en armas y gastos militares más de 4000 millones de dólares- en una economía basada en el conocimiento, en la cooperación y no en la explotación, para la eficaz puesta en práctica de la Agenda 2030 (Objetivos de Desarrollo Sostenible, Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas de noviembre de 2015 “para transformar el mundo” ) y los Acuerdos de París sobre Cambio Climático.

Para ello es impostergable reducir los gastos de defensa y aplicar los medios necesarios para la diligente aplicación en todo el planeta de un nuevo concepto de seguridad con las seis prioridades establecidas por las Naciones Unidas:

-alimentación

-agua potable

-servicios de salud de calidad

-cuidado del medio ambiente

-educación a lo largo de toda la vida

-paz

  • Todo ello implica otra forma de vivir. Un estilo de vida que permita llevar a cabo el fundamento general de todos los derechos humanos: la igual dignidad. La actual brecha social y el olvido permanente de los que viven en condiciones de extrema pobreza deben superarse, teniendo siempre la mirada puesta en el conjunto de la humanidad. Ahora mismo, al conocer los datos de los efectos de covid-19, debemos pensar en los que sufren cada día las consecuencias de patologías consideradas por la sociedad saciada como “irremediables” -desnutrición severa, carencia de servicios higiénicos, enfermedades crónicas como el paludismo, el ébola, el dengue… pero, sobre todo, de las guerras (en la guerra de Siria van más de 380.000 muertos, y en la invasión de Irak, basada en la simulación y la mentira, con miles de víctimas o las de la terrible “operación Cóndor” desplegada por los Estados Unidos en América Latina en los años 70).
  • La solución, el multilateralismo democrático dotado de recursos personales, financieros, técnicos y de defensa necesarios. Unas Naciones Unidas actualizadas con una Asamblea General en la que el 50% de los miembros representaran a Estados y otro 50% representaran a la sociedad civil, en la que hubiera voto ponderado pero no veto y en la que al Consejo de Seguridad se añadieran un Consejo Socioeconómico y otro Medioambiental o Ecológico, permitirían, por fin, poner término a las hegemonías que han permitido hasta ahora la aplicación del perverso proverbio de “si quieres la paz, prepara la guerra” y resolver los conflictos, que siempre existirán, a través de la diplomacia y la mediación.

La intervención de un multilateralismo eficiente permitiría no sólo “evitar el horror de la guerra a las generaciones venideras”, sino impedir la extraordinaria influencia de grandes consorcios internacionales, la explotación de los países ricos en recursos  como el litio, el coltán, el cobre, extensiones para el cultivo de soja, carburantes… y, así mismo, pondría fin al narcotráfico que hoy sigue extendiendo su poderío de manera indiscriminada.

  • La nueva era se caracterizaría por el funcionamiento democrático a todos los niveles -¡es incomprensible que la Unión Europea conceda, de hecho, el veto a todos sus integrantes, ya que los acuerdos deben adoptarse por unanimidad!- y permitiría eliminar la corrupción y los paraísos fiscales, atendiendo el asesoramiento de las comunidades educadora, científica, artística… que hasta ahora han sido desoídas, lo que ha resultado en la gravísima situación presente. En efecto, sólo en términos de ecología, la UNESCO ya alertó en los años 70 de la necesidad de limitar las emisiones de gases con efecto invernadero… y lo hizo el Club de Roma en 1972 con su Informe “Los límites del crecimiento”… y la Academia de Ciencias de los Estados Unidos… sin que se obtuviera nunca la respuesta adecuada.

Hace tan sólo tres años, cuando se había logrado la Agenda 2030 y la regulación del calentamiento global, gracias en buena medida al Presidente Barack Obama -¡hasta el Papa Francisco hizo pública una Encíclica Ecológica!-  el Presidente Trump no sólo requirió y ¡obtuvo! más fondos para defensa sino que advirtió que no pondría en práctica los ODS. Frente a esta intolerable actitud, no hubo reacción alguna. ¿Se necesitan más pruebas para que los ciudadanos del mundo, de una vez, tomen las riendas del destino común?

En el artículo que citaba al principio terminaba así. “Ha llegado el momento de replantear el sistema, no de aceptarlo o de adaptarlo. Así se inicia la “Carta de la Tierra”. Nos hallamos en un momento crítico de la historia, un momento en el cual la sociedad ha de elegir su futuro… Hemos de unirnos para crear una sociedad global sostenible basada en el respeto a la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y la cultura de paz”…

En la nueva era, será el multilateralismo, será la democracia vivida por cada ciudadano, será la responsabilidad colectiva, la que permitirá que las generaciones venideras no repitan la terrible frase de Albert Camus, que cito con frecuencia: “Les desprecio porque pudiendo tanto se atrevieron a tan poco”.

Federico Mayor Zaragoza fue entre 1987 y 1999 director general de la Unesco y actualmente es presidente de la Fundación para una Cultura de Paz.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2020/05/una-nueva-una-nueva-forma-vivir/

Autor: Por Federico Mayor Zaragoza

Fuente de la Información: https://rebelion.org/una-nueva-era-una-nueva-forma-de-vivir/

 

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España: No abráis las escuelas, por ahora

No abráis las escuelas, por ahora

 Antonio Rico Y Garcia

(Original en catalán publicado en CRITIC)

Los últimos días se ha ido construyendo desde la izquierda un relato favorable a la apertura de las escuelas. La consigna, formulada de manera imperativa, es ambigua. Tanto, que al mismo tiempo que lo reclama para ahora mismo, las propuestas que hace para conseguirlo son de muy larga duración. De Roger Palà a Ada Colau, pasando por Jordi Muñoz, se han lanzado una serie de ideas en esta dirección. Vayamos por partes y veamos las posibilidades y debilidades de la propuesta. Vaya por delante que a pesar del tono de respuesta del texto, la intención es poner sobre la mesa todos aquellos elementos que, en la necesidad de abrir las escuelas, no se han tenido en cuenta. En el fondo, mantener y enriquecer el diálogo iniciado.

¿Bares, iglesias, centros comerciales … y las escuelas no?

Correcto, las escuelas no. De hecho, fueron los primeros lugares físicos en cerrar. Siguiendo la lógica del confinamiento, para el desconfinamiento deberían ser los últimos en abrir. En los bares, en las iglesias y en los centros comerciales se pueden imponer medidas para conseguir un cierto distanciamiento físico entre las personas. En las escuelas y en los institutos, no. O mejor dicho, sí, pero con unos resultados escalofriantes. Sólo hay que ver el ejemplo del Estado francés estos días. Actualmente nos encontramos ante unas ratios en el aula que sobrepasan, no sólo los mínimos pedagógicos aceptables, sino también aquellos que hacen referencia a una óptima actividad docente. Los centros escolares no han sido pensados ​​para tener 30 alumnos de media por aula. Y en la «normalidad», aquí es donde nos encontramos. Sin tener en cuenta la situación de barracones y patios ridículos que sufren algunas escuelas e institutos. En un bar o un centro comercial, si los obligas a tener sólo un 50% de su aforo, no pasa nada. Entendedme, evidentemente que es un perjuicio para el propietario y los beneficios del negocio, pero a nivel social la afectación no es colectiva, es individual. ¿Podemos hacer lo mismo con las escuelas? Dejamos el 50% del alumnado en casa? El mismo Roger Palà que pide abrir las escuelas califica esta medida como «despropósito». Totalmente de acuerdo. ¿Entonces, abrimos o no?

Habilitar otros espacios de la ciudad para que todos los alumnos puedan ir a «la escuela» no es ninguna solución. Al menos, esto no sería volver a la escuela. Uno de los argumentos favorables a la apertura es el papel igualador y socializador que hace la escuela. Los 15 alumnos de cada aula que, en lugar de incorporarse a su escuela o instituto, lo harían en una sala habilitada del centro cívico de su barrio, ¿se estarían igualando y socializando de la misma manera que los «elegidos» para volver al centro ordinario? Creo que no. A las infraestructuras, debemos sumar las relaciones sociales y afectivas entre los alumnos. ¿Como haremos los grupos, por orden de lista? ¿Por amistades y afinidades entre ellos? ¿Los profesores haremos de policías a partir de ahora también? De hecho, ya lo hacemos. En el caso de los institutos somos los encargados de que no fumen a la hora del patio, por ejemplo. A partir de ahora ¿también seremos los encargados de decirles que no se hagan un beso o un abrazo? ¿Esto es socializarse?

¿Por qué se quieren abrir las escuelas?

En el fondo, las dos grandes preguntas son porque queremos abrir las escuelas y cuando lo podremos hacer. Ahora bien, para poder dar una respuesta más o menos correcta, alejada del idealismo que algunas reflexiones rezuman, hay que partir de las condiciones objetivas y subjetivas del problema. Y lo primero que debemos tener en cuenta es que el «por qué» es una pregunta poliédrica y multidireccional que se hace a partir de diferentes casuísticas. Por un lado, la necesidad del sistema de reemprender la actividad productiva allí donde la dejó. Sin la escuela, el capitalismo no funciona. La incorporación a sus puestos de trabajo de millones de padres y madres exige tener un lugar donde dejar a los niños. Si la escuela, más allá de la docencia y la transmisión de conceptos, es una herramienta de socialización del individuo, debería abrirse cuando cumpla esta función. Hacerlo antes es, por muy buenas palabras que se usen, pasar al sistema educativo una responsabilidad social que no le corresponde. Ya estamos acostumbrados. El papel de ’guardería’ o ’de parking de niños’ es todo un clásico de la percepción que determinados sectores políticos y sociales tienen. Ahora bien, me sorprende que esta lógica venga ahora, de forma consciente o no, de la izquierda. ¿Quizás el problema no es que la gente se está reincorporando demasiado pronto a sus puestos de trabajo? ¿Quizás el problema no es que es más complejo conseguir que las empresas se impliquen en el bienestar de sus trabajadores y en consecuencia de la sociedad, que no encontrar un lugar donde dejar a los niños para ir a trabajar a jornada completa? Como siempre, el gran capital no arrimará el hombro, no participará de la solución. En el corto plazo, más que mirar hacia la Consejería y el Ministerio de Educación, habría que mirar hacia los de Trabajo y Economía.

Por otra parte, el segundo motivo para abrir las escuelas es dar respuesta a las familias más vulnerables. Estas tienen una enorme dependencia del sistema educativo y asistencial. Esto, sin embargo, no es abrir las escuelas. De nuevo, más que mirar hacia la escuela, lo que tendríamos que hacer es mirar a otro lugar. En este caso, servicios sociales. En las próximas semanas, es más importante contratar educadores e integradores sociales que no profesores y maestros. El curso académico está terminado, no nos hagamos trampas al solitario. Pero hay que dar respuesta a todas aquellas familias que han visto como este final unilateral les ha afectado en los aspectos más básicos. Es necesario que educadores e integradores visiten estas familias e inicien un trabajo de acompañamiento, tomando nota de sus necesidades y trasladando a los órganos políticos correspondientes las medidas que habría que tomar para que nadie se quede por el camino. Y eso no es trabajo de un profesor de sociales de 4º de ESO o de un maestro de plástica de infantil. Y es urgente. La escuela, en todo caso, como conocedora de la realidad de las familias de su centro, puede ayudar al acompañamiento o asesorar desde las tutorías y los equipos pedagógicos, pero no puede convertirse en la herramienta que sustituya los servicios sociales.

Finalmente, el argumento de que los alumnos no tienen que perder el contacto con la escuela aguanta lo justo y necesario. Desde las tutorías hemos ido haciendo seguimiento de los alumnos. Desde mails a llamadas telefónicas, pasando por tutorías por vídeo conferencia. No es ni el formato ni la manera de hacer las cosas en una situación de «normalidad». Pero es que no estamos en una situación de «normalidad». Ni lo estaremos durante un tiempo si atendemos a lo que dicen los epidemiólogos y el personal sanitario. Volver sólo unos días, en grupos pequeños y separados en el aula, vigilados de forma anómala durante el recreo, ¿es más beneficioso psicológicamente para nuestros hijos? Permitidme la duda. ¿No es mejor que guarden en su imaginario individual y colectivo la imagen de la escuela tal y como era mientras hacemos todos los esfuerzos para que en septiembre se parezca al máximo? Soy padre y no veo mi hijo traumatizado. Evidentemente que cada realidad familiar es un mundo. Pero, partiendo de esto, volvemos a uno de los argumentos que han sobrevolado el texto en varias ocasiones: no podemos pasar la responsabilidad a la escuela. Y, de hecho, creo que mi hijo quedará más afectado asistiendo a una escuela con la mitad de sus compañeros y amigos, todos con mascarilla y con unas restricciones de contacto enorme, que haciéndole entender que, poco a poco, iremos acabando el curso y que en septiembre intentaremos que todo vuelva a ser como antes. Sin generar muchas expectativas, evidentemente.

¿Cuándo podremos abrir? Tres planes a corto, medio y largo plazo.

Sinceramente no lo sé. Mi expectativa es en septiembre. Habrá que marcar una hoja de ruta consensuado entre las instituciones, los maestros y los profesores que tenga el aval de las autoridades sanitarias. Y que sea realista. Hablar de incorporar sólo el 50% de los alumnos de forma intermitente sin explicar cómo se hará este tipo de docencia, es surrealista. No hay espacios en nuestros centros escolares para incorporar la totalidad del alumnado en estas condiciones. Hablar de que tendremos que hacer enseñanza online sin poner las herramientas necesarias de formación para el profesorado, tampoco es una buena solución. De momento, sólo hemos ido cubriendo el expediente a toda prisa, lanzando ideas poco concretas. Cuenta, y seguramente es lógico, porque la situación le ha venido sobrevenida todos. Pedir abrir las escuelas ahora o antes de que termine el curso no ayuda a buscar las mejores soluciones a los problemas que se nos plantean. Al contrario, nos pone más presión. ¿Qué nos habría que hacer y para cuándo?

Creo que habría que diseñar un mínimo de tres planes. Uno a corto plazo, uno a medio y uno a largo. El plan a corto plazo debe centrarse en diseñar el final de curso 19/20. Abandonar la idea de abrir los centros escolares y dejar de poner presión a la comunidad educativa es el primer paso. Desde los centros ya hace días que estamos modificando el calendario de fin de curso, la forma como evaluaremos los alumnos y la forma en que nos encontraremos para cerrar y diseñar, con la información que tengamos, el próximo curso. En este contexto, abrir las escuelas a lo loco es sólo añadir un problema más a la compleja gestión que hemos tenido que hacer los maestros, profesores y direcciones de las escuelas. Ni ayudará a los alumnos a resituarse ni facilitará el trabajo de imaginar y proyectar el próximo curso. Dejadnos cerrar lo que tenemos abierto.

El plan a medio plazo debe centrarse en pensar y diseñar cómo será el próximo curso. Pensarlo desde la normalidad que las autoridades sanitarias nos cuentan. Y a partir de esta normalidad, pensar las diferentes variables. Lanzar un «globo sonda» tras otro no ayuda. Distorsiona, dificulta las posibilidades que el horizonte de septiembre nos determina. En el marco del diseño del curso próximo, habrá que pensar la escuela con todos sus alumnos, reduciendo las ratios, analizando la realidad de cada municipio y las posibilidades de desdoblar grupos de clase, adaptar espacios que no estaban destinados a la escolarización, planificar una plantilla de maestros y profesores capaz de cubrir esta nueva demanda, pensar en cómo se hará la enseñanza en caso de un nuevo rebrote y confinamiento, qué herramientas tendremos disponibles para afrontar los principales problemas detectados durante estas semanas, etc.

En definitiva, habrá que pensar y diseñar un modelo educativo de transición entre el mundo en que vivíamos y lo que parece que está empezando a surgir. Y en este plan será importante que, durante este verano, el profesorado tengamos a nuestro alcance la formación necesaria en nuevas herramientas y técnicas pedagógicas. Finalmente, el último plan debe ser relativo al largo plazo. Y no estoy hablando de 10 años, sino de un par de cursos. Es decir, el tiempo en que se tarda en construir un centro escolar. Si como sociedad tenemos claro que la educación es, junto con la sanidad, uno de los dos pilares fundamentales, hay que construir más centros escolares. De hecho, lo óptimo sería doblar los que ya tenemos. Y doblar la plantilla. No dejan de ser dos de las grandes demandas de los profesionales de la educación desde hace décadas. Quizás ahora se nos escuchará. Los experimentos de la educación telemática, de incorporar sólo un 50% de forma intermitente … son eso, experimentos. La situación nos ha obligado a enseñar y educar con nuevas herramientas durante estos meses. Ahora bien, estas sólo pueden ser un apoyo más en el proceso educativo y en ningún caso el elemento que servirá para sustituir la educación presencial.

No dudo de la buena voluntad que hay detrás de la demanda de abrir las escuelas ahora. Creo, sin embargo, que se han hecho sin pensar mucho en las consecuencias. Se ha tenido más en cuenta las consecuencias de tenerlas cerradas que no las derivadas de su apertura. Si están cerradas no es por gusto ni porque el profesorado nos guste estar en casa trabajando más horas de las que trabajábamos antes. La situación de emergencia epidemiológica que hemos vivido ha requerido medidas excepcionales. Y habrá que llevar a cabo más. Eso sí, la escuela no puede volver a ser de nuevo la institución donde depositamos, como si fuera el contenedor gris, todos aquellos problemas derivados de las incompetencias e insuficiencias políticas, económicas y sociales.

Si creemos en la escuela pública, querámosla un poco más.

ANTONIO RICO Y GARCIA. Historiador, profesor y miembro de la USTEC

Fuente de la Información: https://vientosur.info/spip.php?article16009

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Eryk Rocha: Brasil vive una doble catástrofe: la política y la de la pandemia

Brasil vive una doble catástrofe: la política y la de la pandemia

Por Daniel Cholakian – Nodal Cultura

Eryk Rocha ha realizado Miragem, su última película, en el año 2019. Sin embargo el clima que impone el relato de Paulo, un desocupado que consigue trabajo como taxista por las noches, es el de una ciudad caótica que bien podría ser el actual Brasil socialmente desarticulado.

La historia es simple. Paulo es un taxista que circula por las noches en Río de Janeiro, una ciudad en cuyas calles se expresa, como el propio Rocha afirma, un “proceso de desintegración o de colapso político, económico y social”. El trabajo y el poco dinero que consigue ahorrar es la herramienta que le permitirá poder volver a su hijo, a quien ama y extraña. En esas noches se encontrará con Karina, una enfermera de hospital con quien van tramando una relación cálida.

Todo es sencillo en el relato, pero la película está construida montando capa sobre capa de sentido. Las lecturas políticas son muchas y lo que queda dibujado, como un mural imaginario que recorre Río de Janeiro, es el proceso político que desemboca en el presente. No hay locuras aisladas, no hay desequilibrados llegando casualmente al poder. El presente se puede rastrear en la derrota del proyecto popular que comenzó con el golpe de estado de 2016.

De Miragem como película y como texto político hablamos con Eryk Rocha.

La película es un recorrido a través de los ojos de Paulo, un taxista que trabaja por las noches, y cuenta cierta disolución de lo social y lo comunitario en Río de Janeiro ¿es esa una lectura posible de Miragem?

Si, claro, esa es una de las capas de la película, que tiene muchas. La película es también un testimonio de ese momento -2019- y de ese proceso de desintegración o de colapso político, económico y social. Es a través de un hombre, Paulo, que es taxista, porque su historia es la historia de millones de brasileños que se quedaron desempleados, en esa crisis que viene ocurriendo en Brasil de algunos años para acá.

Él trata de reencauzar su vida, trata de levantarse con este nuevo trabajo como taxista. Desde ese lugar vive el día a día de esa ciudad caótica como es Río de Janeiro, muy intensa y con mucha desigualdad social. La ciudad es así coprotagonista de la película, es un personaje muy importante.

¿Que en la película conviva el registro documental con la ficción es un recurso para que la ciudad tenga esa presencia tan intensa?

Es un poco lo que decía antes, el proceso político brasileño ha generado muchas transformaciones en muy poco tiempo, y eso es muy notorio para mi generación. Tengo 42 años y desde Lula presidente hace 18 años pasaron muchas cosas en Brasil. Sobre todo con el golpe en 2016 contra Dilma Rousseff. Todo lo que pasó en estos años definió el camino estético de la película.

En 2016 sufrimos un golpe de estado y eso me ha impactado muchísimo como a todos los que participaron de la película. Ese golpe se llevó Brasil a un abismo, un abismo social y un abismo existencial muy fuerte.

Digo esto para comprender la condición del documental en la película. Era fundamental que en la ficción pudiera sentirse la realidad brasileña; que la intensidad de la ciudad y ese caos pudiera transmitirse en la película e incorporarla en la puesta en escena de Miragem.

Es una película de ficción, pero también a través del documental está abierta a la vida, la vida en la ciudad. Eso fue una decisión estética muy importante, por eso tenemos una película de ficción con un método y un espíritu documental muy fuerte. No podíamos hacer una película sobre un taxista, aun cuando es de ficción, desligada de la realidad. La realidad está afectando la película, está afectando la puesta en escena, el trabajo de los actores, el lenguaje completo de la película. Es una forma de romper la frontera entre el documental y la ficción. Sobre todo por el relato mismo de la película y la relación entre el taxista y la ciudad, que lo va transformando.

La película es muy sutil en ese sentido, permite que el espectador mire desde los ojos de Paulo. El espectador recorre esta Río caótica, decadente, solitaria y oscura a través de los ojos del protagonista ¿Cómo fue lograste poner la mirada del espectador en la mirada de Paulo?

El deseo era que el espectador se moviera con Paulo y mirara el mundo con él, que lo escuchara, que tuviera la sensación de estar trabajando en ese taxi y dentro de la ciudad laberíntica, donde todos los niveles sociales que se entrelazan. Pero queríamos poner al espectador junto con Paulo no solo en las tensiones y los sobresaltos y el miedo, sino también ponerlo junto con sus afectos y sus emociones, el extrañamiento y el amor hacia el hijo, su complicidad con Karina. Poner realmente al espectador en la piel y el cuerpo de Paulo, vivir con él intensamente en esa ciudad, por esos caminos y por esa locura cotidiana.

Hay un momento muy sencillo en el que Karina y Paulo están en la playa y ella, que es enfermera, cuenta una situación que le había resultado complicada en el hospital, y Paulo contesta simplemente “que país…” y queda allí flotando una idea. En lo personal no pude sino verla como una frase dicha hoy mismo ¿cómo resuena ese instante en este momento presente de Brasil en el marco de la crisis sanitaria?

Ese momento es clave en la película, que bueno que te dijo algo tan fuerte. Yo creo que la película carga una atmósfera de la soledad, de la noche vacía, de la distancia entre el padre y el hijo, la distancia social, habla de ese personaje muy encerrado en ese auto. Por eso creo que trae una cierta atmósfera de este momento que estamos viviendo en la pandemia. Eso es muy interesante, es un momento donde no nos podemos tocar y entonces las manos de Paulo, que están en toda la película, traen algo muy sutil. Las manos trabajando, las manos del afecto, las manos acariciando a Karina, las manos con el celular.

La película trata a partir de esos pequeños gestos, del afecto, de las miradas, hablar de algo mayor que estamos viviendo, hablar de la cuestión macro política del país vive actualmente. Brasil vive una doble catástrofe: la política, con un gobierno autoritario de extrema derecha, con una actitud completamente asesina y al mismo tiempo la catástrofe de la pandemia. Eso se está cruzando hoy en día y mi país está viviendo una verdadera tragedia.

Fuente de la Información: http://www.nodalcultura.am/2020/05/eryk-rocha-brasil-vive-una-doble-catastrofe-la-politica-con-un-gobierno-autoritario-de-extrema-derecha-y-la-catastrofe-de-la-pandemia/

 

 

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Declaración del Movimiento Obrero Puertorriqueño

Declaración del Movimiento Obrero Puertorriqueño Ante la Lucha por la Justicia y la Dignidad que Desarrollan la Comunidad Negra y las Otras Minorías que Residen en los Estados Unidos de América

1 de junio de 2020

“No puedes separar la paz de la libertad, porque nadie puede estar en paz, a no ser que tenga su libertad”- Malcom X

Los trabajadores puertorriqueños no podemos guardar silencio ante los continuos ataques y asesinatos de los que ha sido víctima la comunidad negra y otras minorías que residen y forman parte del pueblo norteamericano. Estados Unidos vive hoy una de las manifestaciones más crudas de una sociedad que proclama la igualdad y la libertad como valores supremos, pero subsiste alimentando los privilegios, la ausencia de equidad, el discrimen y las diferencias entre los que la componen.

George Floyd, un ciudadano negro, ha sido asesinado a manos de cuatro policías racistas de la ciudad de Minneapolis, Minnesota.

Estos ataques y la contundente respuesta de la comunidad han cobrado proyección internacional y dejan de manifiesto que aún falta mucho para que aquel sueño de equidad que proclamó el Dr. King el 28 de agosto de 1963 cobre realidad.

El racismo es una forma de explotación y le sirve de soporte ideológico a las diferencias y los privilegios. Establece jerarquías sociales. No es, por lo tanto, casual que negros, latinos y pobladores originarios ocupemos las estratas inferiores en las sociedades capitalistas. No es casual que los negros, tras cientos de años de injusticia y lucha, padezcan el discrimen y sean objeto del odio.

La existencia de supremacistas blancos ha recibido un estímulo extraordinario en la retórica racista del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que ha dado lugar a una intensificación de la violación de los más elementales derechos humanos de los sectores más oprimidos de dicha sociedad, multiplicando las agresiones y el asesinato hacia grupos minoritarios.

 

En respuesta a esa violencia irracional, los trabajadores y trabajadoras puertorriqueños y los sindicatos que nos representan, sumamos nuestra voz a la clase obrera norteamericana que ha respondido de forma unánime haciendo un llamado a ponerle fin a los abusos y atropellos cometidos y reclama militantemente en las calles el cese de la violencia institucional y la disparidad en el ejercicio de la justicia.

No podemos pasar por alto que han sido los negros y las minorías los que han pagado el precio más alto en vidas por la desatención a la propagación del coronavirus y en los efectos de empobrecimiento y miseria que ha tenido sobre la clase trabajadora norteamericana el sistema económico neoliberal. Varias generaciones de puertorriqueños en la diáspora en EU han sufrido en carne propia la discriminación e intolerancia de la violencia racista.

Demandamos que los reclamos que hoy hace el pueblo norteamericano en las calles de sus principales ciudades sean atendidos mediante respuestas efectivas que pongan punto final a la disparidad racial, económica y judicial y se establezcan bases firmes para la superación de las falsas premisas raciales que hoy prevalecen.

En Puerto Rico exigimos que se erradiquen las distintas manifestaciones de racismo que incluyen:

1. Las burlas y actitudes despectivas y desvalorizantes con motivos raciales.

2. Un sistema que asigna “de manera natural” las posiciones de menor remuneración y destaque a aquellos que provienen de los sectores marginados.

3. La “coincidencia” entre el origen racial de sectores y la ausencia de apoyo gubernamental para ellos, de escuelas adecuadas, facilidades de salud y oportunidades de empleo.

Hacemos nuestras las aspiraciones de nuestros hermanos y hermanas que hoy luchan por respeto.

Reclamos una sociedad justa, libre del discrimen, la desigualdad y la explotación.

En la tarde de hoy, activistas y dirigentes del Ancón de Loíza convocan una vigilia a las 4:00 p.m. en sus facilidades, en solidaridad con todos los asesinados ante la violencia racista en Estados Unidos y el movimiento de Black Lives Matter.  Exhortamos al pueblo a apoyar, decir presente en este espacio como mecanismo de unidad y sanación.  “Un individuo no ha empezado a vivir hasta que pueda elevarse por encima de los estrechos confines de sus preocupaciones individualistas a las preocupaciones más amplias de toda la humanidad.” Martin Luther King Jr.

 

Esta declaración ha sido endosada por

1. Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR)

2. Unión Nacional de Educadores y Trabajadores dela Educación (UNETE)

3. EDUCAMOS

4. Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU)

5. Hermandad de Empleados Excentos No Docentes (HEEND)

6. Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores y Trabajadoras (SPT)

7. Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER)

8. Unión Independiente Trabajadores Servicios Legales (UITSL)

9. Movimiento Solidario Sindical (MSS)

10. Central Puertorriqueña de Trabajadores (CPT)

11. Unión General de Trabajadores (UGT)

12. Frente Amplio de Camioneros (FAC)

13. FCT-481/UFCW

14. ProSol Utier, Capítulo Autoridad de Carreteras y Transportación

15. Alianza SEIU

16. Unión Independiente de Abogados y Abogadas de la Sociedad para la Asistencia Legal en Puerto Rico (UIASAL)

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Declaración de la Unión de Profesores de Chicago contra la violencia racial en EEUU

La Unión de Profesores de Chicago es una organización que valora y respeta las necesidades de nuestros estudiantes y sus comunidades. Nuestro trabajo como educadores y sindicalistas es impulsado por las condiciones que experimentan nuestros estudiantes y sus familias. La policía racista es parte de esas condiciones, contribuyendo al trauma estudiantil que debemos abordar. Porque ese trauma necesita tratamiento.
Trabajamos en una ciudad donde el 90 por ciento de nuestros estudiantes son de color, y entendemos que lo que ellos y sus familias enfrentan es el resultado de décadas de decisiones políticas racistas e inmorales. Nuestros estudiantes no reciben los recursos que necesitan debido a quienes son, y profesores, PSRP, enfermeras, clínicos y bibliotecarios están encargados de trabajar junto a las familias para asegurar su éxito.
Lamentablemente, también nos encargamos de ayudar a asegurar su supervivencia.
Nuestros estudiantes son tratados de manera diferente debido al color de su piel, por lo que nuestro trabajo es abrumador y interminable debido al racismo. Las políticas del distrito y federales están diseñadas para garantizar la aparición de cumplimiento de los estudiantes de color, pero la realidad es que nuestras escuelas no están financiadas ni tienen recursos suficientes para aliviar condiciones que causan trauma y aumentar la necesidad estudiantil.
Estas condiciones han alimentado el dolor y la ira que muchos sienten hoy, y han establecido el escenario para la desesperación y la rabia que vemos recorriendo por las calles de Chicago y a través de la nación. Pero aquellos que invocan el aspecto no violento del legado del Reverendo. Dra. Martin Luther King Jr. Se han perdido un punto clave: Cuando se le pregunta sobre los disturbios, Dr. King dijo una vez que aquellos que denuncian disturbios deben ser igualmente fervientes al denunciar las condiciones que dieron lugar a disturbios. Desde 1968, en la Universidad de Stanford:
Creo que Estados Unidos debe ver que los disturbios no se desarrollan de la nada. Siguen existiendo ciertas condiciones en nuestra sociedad que deben ser condenadas con tanta fuerza como condenamos los disturbios. Pero en última instancia, un motín es el lenguaje de lo inaudito. Y qué es lo que Estados Unidos no ha oído? No ha oído que la difícil situación de los negros ha empeorado en los últimos años. No ha escuchado que las promesas de libertad y justicia no se han cumplido. Y no ha podido escuchar que grandes segmentos de la sociedad blanca están más preocupados por la tranquilidad y el status quo que por la justicia, la igualdad y la humanidad.
Si vamos a lograr la justicia social y el progreso Dr. King habló de ello, debemos proporcionar los recursos adecuados para nuestros estudiantes y sus familias, y eliminar símbolos del fracaso de nuestra ciudad para escuchar sus gritos. Ahora es el momento de que el alcalde nombrado consejo de educación de Chicago cancele su contrato de $ 30 millones por año con el departamento de policía de Chicago, y usar esos fondos para proporcionar asesoramiento de respuesta de emergencia y apoyo a los estudiantes en crisis La Junta de Educación de Minneapolis ya ha dado este paso, lo que reduciría la tensión que existe entre nuestros jóvenes y las fuerzas de la ley, y aumentaría los recursos que nuestra ciudad necesitará después de la pandemia COVID-19
Aplaudimos a nuestras hermanas y hermanos en la Unión de Profesores de Boston, quienes, para el próximo año y más allá, están promoviendo la formación de equidad racial para todos los representantes electos de construcción, personal y la junta ejecutiva de la Como educadores, parte de nuestro trabajo es informar con hechos y contexto el trauma que está rodando a nuestra nación. Por lo tanto, nuestro propio sindicato ampliará nuestra campaña #WeStillTeach para incluir el plan de estudios de #BlackLivesMatter, y pidiendo a nuestros miembros que presenten lecciones que enseñen sobre violencia policial, racismo y desigualdad sisté
Laquan McDonald. Rekia Boyd. Quintonio LeGrier. Bettie Jones. El dolor que algunas comunidades sienten en nuestra ciudad es real-y ha sido real, durante generaciones.
Nuestra ciudad puede reconstruir. Estas vidas se han ido para siempre.
Debemos movernos a la seguridad, no a la ocupación.
Debemos pasar a la inversión.
La verdadera rendición de cuentas es cuando nuestras comunidades tienen justicia y equidad.
Seguiremos diciendo #BlackLivesMatter, exigir justicia y desafiar la discriminación sistémica que socava las necesidades, aspiraciones y promesa de nuestros estudiantes.
En seguridad y solidaridad,
Jesse Sharkey
Presidente de la CTU
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Chile: científicos envían propuesta a Piñera para “evitar una catástrofe” por la pandemia

Chile: científicos envían propuesta a Piñera para “evitar una catástrofe” por la pandemia

“Propuestas para evitar una catástrofe”: Científicos publican carta abierta al presidente Piñera por pandemia de coronavirus en Chile

Un grupo de 40 expertos, científicos y divulgadores de diversas ramas lanzó una carta abierta al presidente Sebastián Piñera, con el objetivo de “evitar en Chile una catástrofe nacional por la propagación del COVID-19”.

La misiva, firmada entre otros por las directivas de la Sociedad Chilena de Epidemiología, Sociedad Chilena de Microbiologóa de Chile, Asociación Red de Investigadoras de Chile y la Asociación de Investigadores en Artes y Humanidades, señala que “las medidas deben tomarse considerando que el sistema de salud en la Región Metropolitana lleva días al límite de sus capacidades”, llamando a las autoridades a “actuar de forma preventiva y no reactiva”.

“La contención de la pandemia no puede estar basada en la cantidad de nuevos ventiladores mecánicos o camas disponibles. El robustecimiento del sistema hospitalario es importante y positivo para el país, pero se necesita con urgencia un cambio de estrategia que busque cortar la cadena de contagio y que incluya testeo masivo y sistemático, con un enfoque social amplio, integral, intersectorial e interdisciplinario, poniendo en el centro la protección y bienestar de la comunidad”, indica el texto de siete páginas.

Asimismo, los firmantes en la nota exigen “el aislamiento y cierre oportuno de ciudades o regiones, que pronto se verán saturadas por los altos niveles de contagio, para así evitar que no se repita la situación actual de la Región Metropolitana, donde se actuó tarde”.

En relación a las medidas sociales, el documento propone “evaluar que las cajas con mercadería se reemplacen con subsidios directos a las familias que: dependen de trabajadores independientes, que tienen personas desempleadas y que en general vean mermado sus ingresos para llegar a fin de mes, por cumplir el confinamiento. Al mismo tiempo, se pide avanzar en proyectos que evalúen la condonación del pago de servicios básicos mientras dure la emergencia sanitaria y se entreguen subsidios para calefacción limpia que reduzcan el uso de leña”.

“El gasto en medicamentos en Chile es uno de los más altos de América Latina. Por ende, parte de la ayuda económica directa debe ir en apoyo de la compra de fármacos, en especial, para niños, niñas y adolescentes con enfermedades crónicas, cuyos padres y madres se encuentran cesantes o sin posibilidad de trabajar por la cuarentena”.

Asimismo, entre sus propuestas los científicos llaman a mejorar las estrategias comunicacionales, trasparentar datos y el acceso a la información.

Descarga la Propuesta aquí: https://www.nodal.am/wp-content/uploads/2020/05/Carta-abierta-al-Presidente.pdf

“Aún no estamos en el peak y ya estamos entrando en fase de colapso”: Colegio Médico de Calama advierte al Gobierno sobre saturación en sistema de salud

A través de un comunicado, el Consejo Regional Calama del Colegio Médico de Chile criticó las decisiones del Gobierno con respecto a la prevención en la propagación del coronavirus en nuestro país.

Para el Colmed de Calama, las decisiones se han observado con “gran desazón“, ya que “la recomendación de la nueva normalidad no hizo más que confundir a los habitantes y ahora se está pagando un costo altísimo“.

En Calama se han superado los 400 casos de Covid-19 y la muerte de 9 personas. “Las camas UCI de nuestro hospital público están todas ocupadas. La red de la que hablan las autoridades no existen“, escriben en el documento.

Sumado a eso, se critica que se haya levantado la cuarentena en Antofagasta y Mejillones, lo que genera “incertidumbre“, en lo que pueda suceder con Calama.

“Aún no estamos en el peak y Calama ya está entrando en fase de colapso. Nuestros médicos están agotados junto a todo el personal de salud y eso, que aún viene peor”, dice el comunicado.

Con respecto a los exámenes PCR, el Colmed hace el llamado para que el Instituto de Salud Pública (ISP) “agilice la certificación de los dos laboratorios de Calama, para conocer los resultados en corto tiempo y así descongestionar el CON Regional”.

El Colmed Calama también entregó un llamado a la comunidad para que tomen “los resguardos necesarios” aún cuando “la información del gobierno no ha sido la más adecuada“.

“Confiamos en que el gobierno tome la mejor decisión, ya que la capital del cobre en este momento está agónica pidiendo consideración“, finaliza el comunicado firmado por la Mesa Directiva del Colmed Calama.

Ver imagen en Twitter

Chile suma 94.858 contagiados, 997 fallecidos y 40.431 recuperados por coronavirus

El Gobierno confirmó este sábado que Chile ya suma 94.858 contagiados, 997 fallecidos y un total de 40.431 personas recuperadas del coronavirus.

Esta enfermedad “no nos ha dado tregua”, insistió la subsecretaria Paula Daza, quien remarcó en la necesidad de hacer un “aislamiento estricto”.

La autoridad sanitaria confirmó que del total de contagiados, 3736 personas son casos sintomáticos, mientras que 484 casos son asintomáticos.

Asimismo, la subsecretaria informó que en las últimas 24 horas se registraron 53 personas fallecidas, entre ellos una funcionaria de la salud de 53 años, lo  que da un total de 997 decesos desde que inició la pandemia en nuestro país.

En tanto, con respecto a la cantidad de testeos, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, informó que se realizaron 16.814 exámenes en las últimas  24 horas, lo que da un total de 563.320 testeos desde la llegada del Covid-19 a Chile.

El titular de Salud informó, además, que existe un total de 345 ventiladores mecánicos disponibles, haciendo énfasis que en la ex Posta Central -adaptada a un hospital UCI- “tenemos 115 cupos de ventilación mecánica con la tecnología adecuada”.

“En Chile hay 1.371 personas que están en una unidad de tratamiento intensivo por coronavirus (…) Un 83 por ciento están conectados a un ventilador mecánico, y corresponde a 1.151 personas conectadas”, agregó.

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2020/05/chile-cientificos-envian-propuesta-a-pinera-para-evitar-una-catastrofe-por-la-pandemia/

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Racismo, brutalidad policial y COVID-19 en Estados Unidos

Racismo, brutalidad policial y COVID-19 en Estados Unidos

Mientras las muertes por Covid-19 en Estados Unidos superan las 100.000, con un impacto desproporcionado sobre las comunidades de color, el asesinato y la violencia por parte de la policía contra personas de color, perpetrados con legitimación del Estado, continúan aparentemente sin tregua.

Mientras las muertes por Covid-19 en Estados Unidos superan las 100.000, con un impacto desproporcionado sobre las comunidades de color, el asesinato y la violencia por parte de la policía contra personas de color, perpetrados con legitimación del Estado, continúan aparentemente sin tregua.

El pasado lunes, Día de los Caídos en Estados Unidos, George Floyd suplicaba por su vida mientras Derek Chauvin, oficial de la policía de Minneapolis, le apretaba el cuello contra el pavimento con una de sus rodillas. “Por favor. Por favor. No puedo respirar, oficial. No puedo respirar”, jadeaba George Floyd, con sus manos esposadas detrás de la espalda. Los testigos del suceso le pidieron repetidas veces a Chauvin que aflojara la presión, pero el oficial siguió con la rodilla enterrada en el cuello de Floyd. Un devastador video de diez minutos registró este asesinato en cámara lenta, respiración menguante tras respiración menguante. Finalmente, el cuerpo inerte de Floyd fue bruscamente colocado en una camilla, cargado en una ambulancia y llevado al hospital, donde se declaró su muerte.

La indignación fue in crescendo a medida que el video se viralizaba. El hermano de George, Philonise Floyd, declaró a la cadena CNN: “Amo a mi hermano. Todos amaban a mi hermano… conocerlo es quererlo. Él gritaba ‘mamá, mamá, no puedo respirar’ pero no les importó. Realmente no entiendo lo que tenemos que sufrir en la vida. No tenían por qué hacerle eso”. El fiscal general de Minnesota, Keith Ellison, expresó en un comunicado: “Su vida era importante. Tenía valor… Vamos a buscar justicia y la encontraremos”. En declaraciones posteriores, Ellison agregó: “Lo que estamos tratando aquí no es un caso aislado, sino un problema sistémico. Y tanto la investigación como la acusación se están llevando adelante con el objetivo de llegar hasta las últimas consecuencias. Estoy seguro de que se están llevando adelante de manera competente. Pero eso no le pone fin al asunto. El despido de los agentes no le pone fin. El proceso penal que ha comenzado no le pone fin. El proceso de derechos civiles no le pone fin. Necesitamos un cambio sistémico, profundo y permanente”. El alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, opinó tras el asesinato de Floyd: “Ser negro en Estados Unidos no debería implicar una condena a muerte”. Frey demanda el arresto de Chauvin y la familia de Floyd quiere que los cuatro oficiales sean acusados ​​de asesinato.

La reverenda Bernice King, una de las hijas del Dr. Martin Luther King Jr., publicó en Twitter una foto del oficial Chauvin con la rodilla apoyada sobre el cuello de Floyd al lado de una icónica foto de la estrella de la Liga Nacional de Fútbol Americano Colin Kaepernick hincado sobre una de sus rodillas en un campo de juego. El ex mariscal de campo fue expulsado de la Liga por arrodillarse durante el himno nacional en protesta contra la violencia policial y la injusticia racial. El texto que acompaña el tuit dice: “Si no te molesta o te molesta poco la primera rodilla, pero te indigna la segunda, entonces, en palabras de mi padre, estás ‘más consagrado al orden que a la justicia’. Y más apasionado por un himno que supuestamente simboliza la libertad que por la libertad de vivir de un hombre negro”.

Mientras las muertes por Covid-19 en Estados Unidos superan las 100.000, con un impacto desproporcionado sobre las comunidades de color, el asesinato y la violencia por parte de la policía contra personas de color, perpetrados con legitimación del Estado, continúan aparentemente sin tregua . El pasado 23 de febrero, en Georgia, Ahmaud Arbery fue asesinado a balazos por Travis McMichael y su padre, el policía retirado Gregory McMichael, tras salir a correr. El 13 de marzo la policía de Louisville, Kentucky, disparó ocho veces contra Breonna Taylor, causándole la muerte. Taylor era técnica en emergencia médica y tenía 26 años de edad. La policía irrumpió en su hogar en el medio de la noche, al entrar en el departamento equivocado cuando buscaban a un sospechoso que ya estaba bajo custodia.

Afortunadamente, no tenemos que agregar el nombre de Christian Cooper a esa trágica lista. Chris Cooper, afroestadounidense, se encontraba observando aves en el Central Park de Nueva York el Día de los Caídos cuando respetuosamente le pidió a una mujer que también paseaba por allí que siguiera las reglas del parque y le pusiera la correa a su perro. Ella se negó rotundamente, lo que lo condujo a grabar la interacción. La mujer llamó al 911 y le dijo a Cooper: “Voy a decirles que hay un hombre afroestadounidense que está amenazando mi vida”. Christian Cooper le envió el video a su hermana, quien lo publicó en las redes sociales, donde rápidamente llegó a 42 millones de reproducciones. Alguien identificó a la mujer como Amy Cooper (sin parentesco con Christian) y, como resultado de su reacción violenta, fue despedida de su trabajo y el refugio para perros le retiró su mascota.

Ibram X. Kendi, director fundador del Centro de Investigaciones y Políticas Antirracistas de la Universidad Americana, le dio contexto histórico a esta interacción durante una entrevista para Democracy Now!: “Lo que hizo Amy Cooper es un típico comienzo de violencia racista. Tenemos a una mujer blanca que utiliza como arma su privilegio de ser mujer y blanca. En lugar de resolver la disputa con la otra persona y seguir las reglas y ponerle la correa a su perro, se victimiza y llama a la policía, con esa proyección de víctima, para que la policía vaya y la proteja. A menudo, los policías realmente creen que esta mujer blanca está siendo amenazada por este presunto depredador afroestadounidense. Con demasiada frecuencia, esto lleva a que esa víctima desarmada resulte lesionada o incluso asesinada”. En 1955 un suceso similar condujo a la tortura y linchamiento de Emmet Till, de 14 años de edad.

El profesor Kendi lanzó “The COVID Racial Data Tracker”, un sitio web para documentar las disparidades raciales en torno a la letalidad de la pandemia, que afecta de manera desproporcionada a las comunidades de color. Los datos se están utilizando para desacreditar el argumento de que las personas de color se ven más afectadas por la Covid-19 por sus afecciones subyacentes. Kendi explicó: “Al menos hacia fines de marzo, y ciertamente a principios de abril, eran personas latinas, afroestadounidenses e indígenas estadounidenses las que se estaban contagiando y muriendo de forma desproporcionada. Llevó un gran esfuerzo de parte de los movimientos de base, que reclamaron que se expongan los datos raciales, empezar a constatar esto, porque los estados se negaban a verlo. El indicador de predictibilidad fundamental de las tasas de contagio y muerte en la población negra es el acceso a la atención médica, el acceso a seguro de salud, así como la contaminación del aire y del agua y el tipo de empleos. Todas estas determinantes sociales de la salud son indicadores predictivos mucho más fuertes en cuanto a las tasas de muerte y contagio en la población negra que sus afecciones subyacentes”.

Los afroestadounidenses representan el 13% de la población de Estados Unidos, pero han representado como mínimo el 25% de las 100.000 muertes por Covid-19 del país. La misma disparidad en la tasa de mortalidad prevalece entre los 5.000 estadounidenses asesinados por la policía desde 2015: los afroestadounidenses tienen el doble de chances de ser asesinados por la policía en comparación con los blancos. La violencia policial es una de las principales causas de muerte de los jóvenes de color.

La pandemia revela lo que los videos de teléfonos celulares y cámaras corporales han expuesto cada vez más y lo que las comunidades de color han sabido por mucho tiempo: el racismo está bien vivo en Estados Unidos y tiene consecuencias letales.

© 2020 Amy Goodman

Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

Fuente: https://www.democracynow.org/es/2020/5/29/racismo_brutalidad_policial_y_covid_19

Fuente de la Información: https://rebelion.org/autor/amy-goodman-denis-moynihan/

Autores: Amy Goodman – Denis Moynihan

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