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Colombia: Estudio sobre el manejo de estadísticas de consumo

Redacción: Julio Andrés Arévalo/Publimetro

Hace dos semanas, un noticiero regional de la ciudad de Bogotá presentó como titular que el 80% de los estudiantes consumen marihuana o cocaína… ¿De dónde sacaron esa cifra arbitraria y malintencionada? Análisis de Julio Andrés Arévalo

Hace dos semanas, un noticiero regional de la ciudad de Bogotá presentó como titular que el 80% de los estudiantes consumen marihuana o cocaína.

Después de hurgar exhaustivamente en la red, no aparece ningún estudio que presente como conclusión esas cifras. Lo que sí se encuentra es una noticia de un periódico de la ciudad de Cartagena, de mediados del año 2018, en la que el sindicato de rectores es referido como productor colectivo de esa afirmación.

Aunque pretende el revestimiento de seriedad investigativa que se asocia al uso de estadísticas, la noticia presenta algunos problemas al intentar entenderla seriamente:

El primero es que la valoración estadística debe, en todos los casos, sustentarse formalmente. La pretensión de quien usa datos numéricos, es que a partir de su análisis se puedan sacar conclusiones de alguna validez. Esto quiere decir que el investigador habrá realizado el estudio del que extrae sus datos; de no hacerlo, referencia una o más fuentes, cuya credibilidad de fuerza a sus conclusiones. Eso no parece ocurrir en este caso.

El segundo, especialmente en el canal que reproduce la noticia, es el tratamiento poco riguroso de la información. Si la afirmación en la que se basan, tanto el periódico como el noticiero, se aplicara a la ciudad de Cartagena,resultaría que la población total, para el año 2016 era de 971,592 habitantes, de los cuales, según la Secretaría de Educación del Distrito de Cartagena, 226.825 fueron contados como estudiantes en 2017; así, 181.460 jóvenes estudiantes serían los consumidores habituales de éstas dos drogas, según el periódico y los rectores.

Cuando el noticiero regional extrapola esa noticia a la ciudad de Bogotá, da pie al equívoco de asumir que se trata de una realidad estadística paralela. En la capital del país, la población escolar, entre 10 y 17 años, fue de 1’235.337, para 2017. 8 de cada 10, totalizaría 988.337 jóvenes. Superando en más de 10.000 el total de la población de Cartagena. Esta cifra, además, estaría muy cercana al dato que suministra la revista Semana, en la edición 22 de 2017, de 1’072.728 consumidores de marihuana, en toda Colombia, para 2015. de ser cierta la aseveración exportada, estarían concentrados en Bogotá y, prácticamente todos, serían estudiantes de secundaria.

La tercera extrapolación posible es tomar la parte, como muestra del todo, es decir que el porcentaje se pueda aplicar a toda Colombia. Según el Ministerio de Educación Nacional, para 2016, en secundaria y media (de 6 a 11), había 10’203.000 estudiantes. 7’000.000 en colegios oficiales, 711.000 en colegios en convenio y 1’889.000 en colegios particulares. De cumplirse la afirmación como sentencia, 8’162.400 jóvenes consumirían habitualmente drogas, cuando para 2015, entre marihuana y cocaína, el número de consumidores en el país, de todas las edades, sumaba 1’326.800. Aunque es una cifra alta, en un universo de 49’292.000, se trata apenas de la 6,15 parte de los jóvenes acusados en la aplicación más amplia de la tendenciosa cifra.

De ahí surge otro cuestionamiento general sobre este tipo de noticias: toda noticia tiene intenciones comunicativas, unas inmediatas, generadas por el impacto que produce en la persona; otras a mediano y largo plazo. Los Consejos Editoriales de noticieros y periódicos tienen una línea a la que se ajustan, no sólo los contenidos, sino la forma en que se redacta, presenta y produce cada noticia. Los énfasis que se logran en cada partícula de información, se derivan de la visión de país que se quiere transmitir al público y, desde ahí, las condiciones en las que se va construyendo la opinión de las personas.

En este caso, se trata de continuar con la estigmatización de los jóvenes, especialmente los que estudian en los colegios públicos; primero de Cartagena, con la carga discriminatoria sobre la pobreza y el racismo histórico que la ha acompañado; luego en Bogotá, donde la lucha por la sobrevivencia es también la lucha por superar diferentes y muy complejos niveles de exclusión.

Noticias como estas, además, siguen satanizando el consumo de drogas, especialmente al recargarlo en jóvenes de colegios oficiales, que finalmente terminan responsabilizados de todo mal de la sociedad. Cuando la escuela es responsable de la drogadicción, se logra que las consecuencias de la desigualdad, sean tomadas como sus causas, asociando adicionalmente, drogradicción y pobreza; para que luego, se infiera, gracias al manejo de estadísticas, el vínculo entre drogadicción y juventud.

Una vez se ha alarmado al público, una vez se alcanza el lugar de verdad generalizada, resulta fácil argumentar soluciones desde la represión y la criminalización. Todo esto, a partir de información sin fundamento alguno, pero con intenciones muy claras y una eficacia varias veces probada.

Fuente: https://www.publimetro.co/co/columnas/2019/02/12/sobre-el-manejo-de-estadisticas.html

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ESI: Educación Sexual vía Internet

Redacción: Pagina 12

Aborto, diversidad, fobias, enfermedades y tabúes: la serie éxito de Netflix condensa problemáticas de riesgo para jóvenes.

La industria del entretenimiento mueve montañas y, lejos de tener algún afán pedagógico, persigue su negocio. Pero a veces una cosa puede mezclarse con la otra y es lo que pasa en Sex Education, la serie británica que Netflix sacó a la luz a principios de 2019. En la época en que reinan las series, en ese universo basto colmado de historias de época, narcos simpáticos o personas normales volviéndose criminales por casualidad y deseperación, puede surgir un héroe a la altura: Otis Milburn (Asa Butterfield).

Adolescente, virgen, con una madre terapeuta sexual (Gillian Anderson, ex agente Scully en los X Files) y un padre ausente, traumado sexualmente en su infancia, el pobre Otis no puede ni masturbarse, pero descubre que es un genio de la sexualidad. De la sexualidad ajena. Y emprende un consultorio sexual para ayudar a sus compañeres –incluso quienes lo detestan y toman por tonto– a mejorar sus caóticas experiencias sexuales. ¿Y cómo llegan allí? Como pueden, consumiendo ese porno que impone modelos alejados de la realidad, probando, errando. Como en la vida real: aunque infinidad de voces conservadoras se levanten para protestar contra la educación sexual en las escuelas –la discusión local con la ESI es solo un dato más de un contexto global–, les jóvenes exigen un cambio.

Sex Education se ha vuelto un éxito en poco más de un mes, es lo más visto en la plataforma y ya ha logrado que anuncien una segunda temporada. Diarios y revistas del mundo entero hablan de la serie e invocan problemas locales en relación a la educación sexual. Otis, muñido de un poco de empatía, un amigo gay y Maeve (Emma Mackey encarna una contrafigura rebelde, sexualmente decidida, feminista, culta y pobre) acaba por encarnar la educación sexual que la familia y la escuela no proveen. Que, incluso, pueden obturar. Otis, entonces, acaba siendo en la serie lo mismo que la serie puede hacer en la vida real: ante la falta de discusión o conocimiento, una porción de entretenimiento acaba cumpliendo un rol educativo. ¿Pero se le puede exigir que esté a la altura de tamaña responsabilidad?

No hace falta ser muy puntillosos para mezclar Sex Education, una de esas series-livianas-pero-no-tanto que agradan a cualquier público, con la actualidad nuestra de cada día: mientras se estrenaba, una nena de 12 años acudía en pedido de un aborto en Jujuy con un embarazo en curso producto de una violación. Una niña (y una familia) que no habían sabido reconocer la posibilidad cierta del embarazo aún a sabiendas de la violación que lo provocó. ¿Qué hubiera pasado si esa chica hubiera tenido ESI vigente y funcionando? Ni hablar de si se cumplían los protocolos para aplicar el aborto no punible, claro. Pero el asunto es la educación, que es incluso un paso previo que debería ser garantizado por el Estado y celebrado por los supuestos adoradores de la vida intrauterina.

La educación sexual global es un problema, y el patriarcado no perdona. Esta serie engloba varias aristas: mecha el discurso de época sin buscar ser un manual ni tener afán pedagógico, y siembra la denuncia sin buscarlo. Les pibes necesitan conocimiento. Que no es no. Cómo manejar contenido sexual que se viraliza, con el sexting a la orden del día. La homofobia como discurso perimido y oxidado, pero con palizas a las sexualidades diversas incluidas. La sombra de la virginidad. La masturbación como tabú. Los estigmas. La sororidad. El feminismo. Y el aborto. Todos los tópicos todos en una ensalada de ocho capítulos que se vuelan en un fin de semana.

No es casual: Laurie Nunn, la autora de la serie, escribió hace tres años un corto (Pregnant Pause) sobre la maternidad deseada o no deseada. Aunque en ese caso se trata de una pareja establecida de adultos que dudan acerca de continuar o no con un embarazo no esperado, la sola mención a la posibilidad del aborto y de la duda sobre el deseo de la maternidad hablan de un cambio de discurso y de época. Ese empoderamiento y esa presencia están durante toda la serie en Sex Education.

Y no es menor la mención. Según datos del Banco Mundial, las Naciones Unidas, Unicef y demás, en Argentina hay alrededor de 100 mil embarazos adolescentes al año. De esos, al menos un 70 por ciento son no deseados. En ese territorio es en donde aún hoy, pleno 2019, se discute si Educación Sexual Integral sí o Educación Sexual Integral no. Bienvenida entonces la serie que alerte a los dinosaurios sobre su inevitable extinción.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/175029-esi-educacion-sexual-via-internet

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“Los dichos del ministro infringen la ley del SIDA”: Las críticas a Santelices por atribuir el aumento del VIH a la población migrante

Redacción: El Desconcierto

Para el abogado experto en materias legales sobre VIH/SIDA, Esteban Arévalo, estas declaraciones «son inaceptables por un ministro que actúa como representante del Estado chileno, infringiendo la norma expresa de la ley y también normas de nivel constitucional, como la igualdad ante la ley».

Durante hoy jueves, el Instituto de Salud Pública (ISP) confirmó 6.430 casos nuevos de personas contagiadas con VIH entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de 2018, una cifra récord en la historia del país.

La mitad de los pacientes, equivalente a más de 3 mil personas, fueron diagnosticados en la Región Metropolitana, seguido por Valparaíso (521), Biobío (396) y Antofagasta (298). Los casos detectados ya están confirmados a través del Test de Elisa, no sólo por el test rápido.

Desde el Ministerio de Salud precisaron que el 95% de los casos ratificados en nuestro país se encuentran con tratamiento y que el 90% está con cargas virales negativas, es decir, con el virus indetectable.

Al respecto, el ministro de Salud, Emilio Santelices, atribuyó el aumento de los casos de VIH a pacientes extranjeros, argumentando un cambio en el perfil epidemiológico, a pesar de que según las cifras entregadas por la cartera de salud, las personas migrantes solo equivalen a un tercio de la población detectada y en tratamiento durante el año pasado.

En este escenario, diversos actores sociales comentaron que los dichos del ministro Santelices son discriminatorios. Esto, tomando en cuenta la ley 19.779, más conocida como “Ley del SIDA” señala en su artículo 1º que: “la prevención, diagnóstico y control de la infección provocada por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) como la asistencia y el libre e igualitario ejercicio de sus derechos por parte de las personas portadoras y enfermas, sin discriminaciones de ninguna índole, constituyen un objetivo sanitario, cultural, social y de interés nacional y corresponde al Estado la elaboración de las políticas que propendan hacia dichos objetivos, procurando impedir y controlar la extensión de esta pandemia, así como disminuir su impacto psicológico, económico y social en la población”.

Para el abogado experto en materias legales sobre VIH/SIDA, Esteban Arévalo, estas declaraciones “son inaceptables por un ministro que actúa como representante del Estado chileno, infringiendo la norma expresa de la ley y también normas de nivel constitucional, como la igualdad ante la ley. Infringe tratados internacionales que han sido ratificados por Chile y que forman parte de nuestro ordenamiento jurídico en cuanto a la no discriminación y a la protección de los derechos de las personas migrantes”.

Respecto al factor discriminatorio de los dichos del ministro, agrega que “está fomentando la estigmatización de un grupo que de por sí ya es vulnerable. Si a eso le sumamos la condición de vulnerabilidad de vivir con VIH,  el ministro ha infringido la norma que obliga a que el Estado no discrimine en las políticas de VIH/SIDA”

Para el activista Víctor Hugo Robles, los dichos del ministro también son errados: “Lo que no dice ahí es que aquella población migrante está diagnosticada y tratada, o sea, ellos no son el problema. El problema sigue estando en los que no son diagnosticados, en los que no son tratados y a esa población en donde el Ministerio de Salud no ha podido llegar. Tratar de atribuirle la crisis del VIH a la población migrante es un error inaceptable en cualquier parte del mundo”.

Según cifras del Ministerio de Salud, entre 2010 y 2017 hubo 32.677 notificados entre el sistema privado y público, en el cual se encontraron a 21.284 personas contagiadas, de las cuales, sólo 1.866 fueron extranjeros (equivalente a un 8,76% del total de los casos). También, según otras cifras del ministerio es que en el año 2015, había un total de 24.039 personas en control del programa VIH/SIDA en el sistema público de salud. De estas, 606 eran extranjeros: representaban solo un 2,5% del total.

En 2016, existió una leve alza, en donde el total de personas correspondió a 26.213, y las extranjeras a un 4,1%. A su vez, en regiones como la III, IV, VI, VII, VIII, IX y XII no existía ninguna persona extranjera contagiada hasta la fecha.

Fuente: http://www.eldesconcierto.cl/2019/02/14/los-dichos-del-ministro-infringen-la-ley-del-sida-las-criticas-a-santelices-por-atribuir-el-aumento-del-vih-a-la-poblacion-migrante/

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Denuncian a más de mil 300 escuelas en Costa Rica

Redacción: La Gente

La Contraloría de Derechos Estudiantiles del Ministerio de Educación Pública (MEP) informó este martes que en 2018 atendió mil 321 denuncias por temas académicos, violencia, negligencia y discriminación en centros educativos de Costa Rica.

Y esa elevada cantidad, precisó la directora de la Contraloría de Derechos Estudiantiles del MEP, Rocío Solís, pese a que el curso lectivo 2018 tuvo casi tres meses menos que todos los anteriores, debido a la huelga general contra el plan fiscal.

Las cifras de esa entidad reflejan que en las denuncias de tipo académico, las relacionadas con la evaluación ascendieron a 110 y las de conducta fueron 80, mientras las de violencia sumaron 85, las de negligencia 42 y las de discriminación 15.

Por otra parte, según una consulta realizada por el Departamento de Convivencia de la Dirección de Vida Estudiantil del MEP en 2018, en un 53 por ciento de los centros educativos de Costa Rica se reconoció la presencia de situaciones de bullying (acoso) y en un 71 por ciento los estudiantes identificaron la presencia de esa conducta negativa.

Ante todas las situaciones que se pueden presentar en los centros escolares, Solís pidió a los padres de familia no esperar hasta las últimas instancias para alzar la voz, sino que deben hacerlo apenas surja la duda.

‘No se tarden, hablen con la institución y si nos les hacen caso acudan a la Contraloría de Derechos Estudiantiles. En cuestiones de niñez y adolescencia no hay que esperar hasta las últimas consecuencias’, subrayó Solís.

Fuente: http://www.radiolaprimerisima.com/noticias/resumen/258424/denuncin-a-mas-de-mil-300–escuelas-en-costa-rica/

 

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Christina Dalcher: ‘VOZ’, el nuevo Gilead que pone un bozal de 100 palabras a las mujeres

Redacción: El Diario

La escritora y lingüista Christina Dalcher publica una distopía ambientada en una nación fundamentalista que controla las mujeres a través de un brazalete que cuenta sus palabras.

Aunque lo comparan con El cuento de la criada, la autora insiste en que su libro trata sobre el valor de un lenguaje que damos por sentado y qué pasaría si nos lo quitaran

Margaret Atwood escribió El cuento de la criada con una banda sonora de estallidos provocados por las fuerzas aéreas de la Alemania Oriental. Cada vez que visitaba los países del otro lado del Telón de Acero, tenía la sensación de convertirse en objeto de espionaje y le invadía la necesidad de mantener la boca cerrada. Era 1984. La autora canadiense se inspiró en el tablero político del Berlín que la acogió para crear Gilead y, en aquel momento, parecía imposible encontrar un escenario más apropiado.

Sin embargo, llegó 2016 y con él la elección del actual presidente de Estados Unidos. La república teocrática y feudal que trataba a las mujeres como vasijas sin derechos recuperó su vigencia treinta años después y un productor televisivo la convirtió en la serie de éxito que es actualmente.

Ha llegado un momento en el que no está muy claro qué inspira a quién. ¿Es Donald Trump el acicate de la adaptación de El cuento de la criada? A veces parece que son los propios políticos quienes toman ideas de estas ficciones aterradoras para lanzar según qué discursos. En el caso deVOZ (Roca Editorial), de Christina Dalcher, es una mezcla de ambas.

Portada de VOX

En medio del auge del populismo sexista de Trump, pero antes del despertar del Me Too y el renacer de la novela de Atwood, la escritora y lingüista empezó a crear una nación en la que a las mujeres solo se les permitiese pronunciar 100 palabras al día.

«Me gustó esta hipótesis porque es una opresión muy verosímil, solo tenemos que retrotraernos a los años 50 para encontrar esa cultura doméstica y del silencio en el seno del hogar», cuenta Dalcher a eldiario.es.

Aún así, entre una distopía feminista y un thriller sobre el lenguaje, a la escritora le gustaría quedarse con la segunda etiqueta. «Soy mujer y tengo una opinión sobre la igualdad. Pero lo primero de todo y lo que soy en esencia, es lingüista. Así que es un poco lo opuesto: hay feminismo en mi libro sobre lingüística», asegura. El amor de la autora por el lenguaje y la aterradora posibilidad de perderlo, es el verdadero motor del libro.

Lo cataliza a través de la figura de Jane, madre de cuatro hijos que se ve obligada a renunciar a su carrera como investigadora sobre la afasia o la pérdida del lenguaje. Dalcher se sitúa en el mismo extremo que Atwood para presentar un Estados Unidos controlado por una cúpula fundamentalista que confina a las mujeres en las casas y las controla a través de un brazalete que cuenta sus palabras. El bolígrafo y el papel son elementos prohibidos, y la lengua de signos es punible. No tienen más opción de comunicarse que dosificando ese centenar de vocablos.

«El número 100 es completamente arbitrario. Pero es que, como media, las personas hablamos 16.000 palabras al día (en inglés)», explica la autora. «Es como dar un vaso de agua a un hombre que acaba de cruzar el desierto. No sacia tu sed. 100 es casi más diabólico que no poder hablar en absoluto».

Además de la protagonista, hay dos hijos que plantean algunas cuestiones espinosas. La primera es Sonya, la pequeña de la familia, que con seis años crece privada de un derecho fundamental: la libre expresión. Dalcher se inspiró en el caso real de Genie, una niña salvaje que en 1973, a los 14 años, fue rescatada de una infancia de abusos y encierro en la que no pudo adquirir ninguna aptitud comunicativa.

«En mi mente, el verdadero horror viene de pensar en la próxima generación. ¿Qué pasará con estas niñas que no están aprendiendo el idioma a tiempo?». Un límite de 100 palabras para alguien que ya puede hablar «no le quita la facultad de idioma, ni le quita la capacidad de pensar, de racionalizar ni de procesar información», expresa. En cambio, «cuando las mujeres mayores mueran y queden las jóvenes, ¿que será de ellas aparte de convertirse en mascotas del poder?».

La escritora y lingüista Christina Dalcher
La escritora y lingüista Christina Dalcher

La otra figura controvertida toma forma en el hijo mayor, Steven, interceptado por los poderosos para convertirse en un esbirro de los fundamentalistas. Los defiende con vehemencia e incluso fantasea con la dictadura machista a la que piensa someter a su prometida con apenas 17 años. Dalcher, para este caso, se fijó en las juventudes que se siguen afiliando a formaciones con ideas extremistas y neonazis, aún más en la llamada «era de la desinformación».

Da igual cuántos libros alerten al respecto, porque «tú y yo leemos distopías como 1984Farenheit 451 o Brave New World. Pero, ¿crees que os chavales que ondean las banderas con esvásticas también las leen? En absoluto. Son movimientos difíciles de parar, a veces ni siquiera los vemos venir, por eso uno de los mensajes de Voz es que tenemos que seguir prestando atención y no bajar la guardia», dice como reflexión.

En relación al lenguaje como herramienta del feminismo para implantar un cambio en la sociedad, Christina Dalcher se muestra escéptica. «Mi especialidad no es la sociolinguistica, pero sin duda hay muchos estudios que analizan la relación entre el lenguaje, el poder y las relaciones de género entre hombres y mujeres. Sin embargo, creo que también hay muchos tipos de feministas», comienza. «En los últimos años las mujeres han expresado en alto lo que opinan, y eso es buenísimo, pero también es inevitable que otra persona, en otro lugar, te rebata. En eso consiste el lenguaje».

Por último, aunque se declara seguidora de Atwood y de su manuscrito original (no así de la serie), duda que Voz sea visto como una reinterpretación moderna de El cuento de la criada«Me encantaría que el lector se lleve algo de lo valioso que es el lenguaje y cómo lo damos por sentado. No hablo solo de la libertad de expresión o el derecho a salir y manifestarse. Me gustaría que los lectores reflexionen sobre cuánto dependemos de nuestra facultad del habla y qué nos pasaría si nos la quitaran».

Fuente: https://www.eldiario.es/cultura/libros/VOX-nuevo-Gilead-palabras-mujeres_0_865463688.html

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La poesía y la tecnología impulsan la «revolución» de las escritoras árabes

Redacción: El Diario

Hablamos con mujeres de la situación de la literatura realizada por escritoras, a raíz de la celebración del Salón Internacional del Libro de Casablanca.

Mientras algunas destacan los cambios en los últimos años y aseguran que no hay «autocensura», otras matizan que todavía «faltan muchas cosas».

Aziza Yahdin Omar habla por teléfono mientras sus compañeras cantan canciones andalusíes. Ninguna usa velo y su ropa es occidental. Están en un pequeño stand arrinconado del Salón Internacional del Libro y la Edición (SIEL) que se celebra cada año en Casablanca y que en este 2019 cuenta con España como país invitado. Destaca la presencia de estas mujeres, puesto que en el pabellón de esta feria, inaugurado en 1949 y uno de los bienes protegidos de Marruecos por su bello techo abovedado, hay stands en los que solo hay hombres. Hojeando libros o haciendo negocios.

Estas mujeres forman parte de la Asociación de Escritoras de Marruecos, fundada en 2012. Aziza es su presidenta. Cuando deja de  charlar por el móvil accede a hablar con eldiario.es. Pero para ello (y para la foto) sí se pone el velo.

«Desde hace cinco años se han editado 6.000 libros escritos por mujeres marroquíes. Y ha habido un gran cambio. Tenemos más libros sobre temas científicos, jurídicos», afirma Aziza que recuerda que hay 57 grupos de la asociación por todo el país con ocho filiales en el extranjero  como parte de la liga de escritoras de Marruecos.

La presidenta insiste en que las cosas han cambiado mucho en el país desde la reforma de la Constitución en 2011, que revalorizó la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y sobre todo, la reforma de la Mudawana –el Código de Familia- que eliminaba, por ejemplo, que las mujeres tuvieran que pedir permiso al marido tener una cuenta corriente en el banco. Sucedió en 2004.

«Las mujeres marroquíes no se autocensuran a la hora de escribir. Lo exponen todo. Ya no tenemos temas tabúes», asegura la presidenta de las escritoras. Para ello habla de las más jóvenes, «que escriben sobre todo, tienen una lengua más moderna y están probando mucho con la literatura en las redes sociales».

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Uno de los stands en la que solo hay presencia masculina PAULA CORROTO

A su lado está Fátima, de la Asociación Marroquí de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos. Ejerce de traductora y se sonríe ante las palabras de Aziza, introduciendo matices. «Es cierto que el país ha avanzado mucho y sobre todo muy rápido en los últimos años, pero todavía faltan muchas cosas. No es todo como se dice», comenta poco después.

Aun así también señala que está habiendo algunos movimientos que proceden principalmente de las autoras más jóvenes. «Hay una modernización muy grande en el cuento y la poesía, quizá lo que más». Esta asociación, de hecho, es una de las que se encarga de traducir a jóvenes escritores marroquíes al español.

El furor de la poesía

Una persona que conoce bien qué está ocurriendo en las letras árabes femeninas –y no solo en Marruecos es la traductora Margarida Castells. Entre sus traducciones, principalmente del árabe al catalán, se encuentran los poemas de Aziza Ahdiya, La confessió de Tantan. Ha trabajado en Egipto, Siria, con autores kurdos, y es considerada una de las grandes especialistas en lengua árabe.

Castells señala que la mujer árabe se enfrenta «a los problemas comunes del patriarcado, que están desde hace milenios»; sin embargo, también recuerda que en los países árabes la mujer poeta tuvo mucha presencia en el ámbito público. «Fue antes del siglo VIII, en la oralidad, porque cuando empieza la escritura se conforman unas élites, que son hombres, y ya ahí la mujer deja de tener tanta presencia», sostiene Castells.

Las escritoras no comenzarán a recuperar un poco de espacio hasta el siglo XIX, aunque no ha sido hasta el XXI cuando ha comenzado una nueva explosión, «gracias a la poesía y la tecnología», afirma la traductora.

¿Por qué estos dos factores? Hay una cuestión política. «La poesía es la más rápida de conectar con la política. Puedes soltar tus poemas en la plaza. Eso lo vimos con las primaveras árabes», recuerda Castells. En el debate político y literario también se ha colado –aunque se intente tamizar- el asunto del velo.

La traductora reconoce que en los últimos tiempos han cambiado las cosas y, si bien antes eran las sociedades más urbanas y las clases medias las que no querían el velo, «ahora está siendo al revés, y hay muchas escritoras que lo justifican. Pero digamos que está en un punto intermedio. Hay quien lo defiende y quién no». A esta voz se suma la de Luz Comendador, que lleva 20 años ejerciendo la traducción del árabe: «Lo cierto es que las árabes no escriben solo sobre el velo. Creo que su compromiso político al final es el mismo que el de las mujeres occidentales».

Aziza, escritora y presidenta de la Asociación de Escritoras de Marruecos
Aziza, escritora y presidenta de la Asociación de Escritoras de Marruecos PAULA CORROTO

Más allá de las más conocidas

Precisamente, a los traductores les pesa que la mirada desde los países occidentales suela ser más política que literaria. De hecho, dos de las autoras árabes más conocidas, como la egipicia Nawal Al Sadawi y la marroquí Fátima Mernissi, son, en gran parte, activistas. «Casi todo lo que llega a España es porque los editores lo han leído del francés o el inglés. Tenemos un muro bastante grande porque lo que prima es si estas autoras son conocidas y tienen ya éxito en otros mercados literarios», se lamenta Castells para quien, al final, no es tan positivo que desde el mundo occidental se reconozca sólo a una o dos escritoras árabes.

«Al Sadawi es una gran luchadora pero cuando te conviertes en ‘la escritora’ es ella ya solo, y eso no va a hacer visibles a las demás. Con Fátima Mernissi pasa lo mismo: parece que ya no hay otras escritoras marroquíes», añade la traductora.

Y, por supuesto que las hay. En el pabellón español de la feria se puede encontrar el libro de Antonio Reyes Ruiz, Antología de la poesía femenina marroquí, editado por Ediciones Alfar en 2007, que recoge los poemas de 18 autoras nacidas a lo largo del siglo XX, más consagradas y otras que eran emergentes. Pero en el prólogo la profesora de la Universidad de Sevilla, Mª Dolores López Enamorado, ya cuenta las dificultades para que las escritoras salten el muro de su propio país: La soledad de la arena, de la poeta Aïcha Bassry fue el primer poemario publicado al español de una poeta marroquí. Y no sucedió hasta 2006. «Marruecos parece un país situado en un remoto extremo de la península arábiga», escribe la profesora.

La cornisse de Casablanca, desde donde se puede observar la enorme mezquita que se inauguró en 1993 a mayor gloria del rey Hassan II –es la segunda mezquita más grande después de la de La Meca- da, sin embargo, buena cuenta de los cambios que se introducen poco a poco en Marruecos. Pandillas de jóvenes –ellas algunas con velo, otras sin él- que pasean y ríen y se comportan como cualquier adolescente. La literatura estará ahí para recoger estas transformaciones.

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Pabellón de España en la feria

España, país invitado

El Salón Internacional del Libro de Casablanca se celebra desde hace 25 años, pero esta es la primera vez que cuenta con España como país invitado de honor. Fue el Ministerio de Cultura marroquí quien lo decidió el pasado mes de octubre y la Dirección General del Libro, junto a Acción Cultural y el Instituto Cervantes, se encargaron de preparar el programa para que estuviera listo estas semanas de febrero.

Entre las actividades, se harán sendos homenajes a Juan Goytisolo, con las exposiciones del viaje por Almería que realizó junto a Vicente Aranda –quien tomó las fotografías y que fueron donadas años después al actual ministro de Cultura, José Guirao- y a José Miguel Ullán. También habrá varias charlas en relación con la traducción, y participarán escritores como Antonio Gamoneda.

Fuente: https://www.eldiario.es/cultura/libros/revolucion-escritoras-arabes_0_867213554.html

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Frei Betto destaca en Pedagogía 2019 la importancia de la conciencia crítica

Caribe Insular/La Habana, 6 feb (ACN)

Sobre la importancia de llegar a las masas, no con consignas, sino con verdadera formación política, habló hoy el teólogo brasileño Frei Betto en la conferencia Educación y conciencia crítica, celebrada en el contexto del XVI Congreso Internacional Pedagogía 2019.
Betto señaló que hay un avance de la derecha en América Latina y que muchas veces eso no se puede atribuir solamente a la agresión imperialista y a las fuerzas extremistas.
De acuerdo con el experto, se trata de desarrollar un pensamiento crítico que pregunte por los errores que han sido cometidos en los distintos gobiernos progresistas de la región que permitieron el ascenso al poder de esa derecha.
Si la Revolución cubana ha durado 60 años es porque siempre tuvo la capacidad de desarrollar la crítica y la autocrítica, y de rectificar los errores, afirmó.
Betto explicó que hay una educación enfocada en el mercado que capacita a la gente para que el sistema siga profundizando la desigualdad social y poner las ganancias al servicio del capital, pero que existe otro sistema de enseñanza fundado en valores éticos, humanistas y solidarios.
El fraile dominico entiende que es fundamental que se haga un análisis sobre el significado que tiene la educación, la intención que se tiene cuando se emprende un proyecto pedagógico, si es formar mano de obra calificada para el mercado, o formar gente feliz con protagonismo político y social.
Aseguró que la educación no puede ser neutral, pues de esta forma se naturaliza la desigualdad.
En su opinión la educación tiene que ser crítica, con el fin de que despierte el protagonismo que se necesita para cambiar la sociedad y hacer que esta se centre en los valores éticos.
Al compartir algunos datos de interés que evidencian la necesidad de un mundo justo, dijo que la diferencia entre los salarios de los ejecutivos de empresas y los trabajadores ha subido, pues, anteriormente, un directivo ganaba 30 veces más que el obrero, y ahora, 321.
Otra información alarmante fue que el 10 por ciento de los más ricos del mundo gana en solo una hora 174 millones de dólares, mientras que en ese mismo lapso la mitad de la humanidad pierde 20 millones de dólares.
En su conferencia se refirió también al principal problema filosófico del neoliberalismo, el cual, según Betto, es la deshistorización del tiempo.
Solo se forma conciencia crítica si la gente tiene la percepción del tiempo como historia, sentenció, y recordó la premisa marxista que afirma que la historia empieza con la actuación del ser humano sobre la naturaleza.
Como parte de su ponencia llamó a profundizar en la educación digital, teniendo la conciencia de que las denominadas redes sociales lo que hacen es acentuar los individualismos.
Invitó a despertar en la gente una postura crítica que no acepte de inmediato los mensajes y las informaciones que recibe, y a mantener una estrecha relación entre la escuela y la comunidad, contextualizada en su momento histórico y lugar geográfico.
Exhortó, además, a recontar la historia desde la lógica de los oprimidos, fundamentalmente las mujeres, los negros, indígenas, y todos aquellos que se han visto marginalizados, y a no hacer divergencia de la diferencia.
Queremos una sociedad digna, honesta, trabajadora, solidaria, que tiene en Cuba un ejemplo de solidaridad que proviene de Martí, Fidel y el Che, concluyó.

Fuente: http://www.acn.cu/cuba/41710-frei-betto-destaca-en-pedagogia-2019-la-importancia-de-la-conciencia-critica

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