De acuerdo con Educación con rumbo se debe a los cambios en planes de estudio, las constantes reformas sin plan a largo plazo y la reducción de presupuesto
Patricia Carrasco
Organismos internacionales coinciden en que la mejora educativa requiere continuidad, estabilidad y visión estratégica más allá de los ciclos de gobierno.
De acuerdo con datos oficiales, en el ciclo 2024-2025 la educación básica atendió a 23.3 millones de estudiantes.
A pesar de ello, la tasa de abandono sigue representando una amenaza para la continuidad educativa.
Al cierre del 2025, desde Educación con Rumbo presentó un balance de la política educativa reciente. Aunque se impulsaron cambios normativos bajo la Nueva Escuela Mexicana, los resultados muestran que las promesas de equidad y calidad siguen sin cumplirse.
Deserción en educación básica
Para el cierre del ciclo, la deserción alcanzó 2.8% en primaria y 7.5% en secundaria. En materia de recursos humanos, alrededor de 1.2 millones de docentes trabajan en educación básica en los sectores público y privado.
La educación en México cierra el 2025 con la mayor crisis en su historia debido a los cambios de currículum, las decisiones políticas alejadas de evidencia científica, la falta de evaluación y la reducción del presupuesto educativo.
Sin embargo, la sobrecarga de funciones, capacitación insuficiente y las condiciones de trabajo son factores de precariedad y la desmotivación.
¿Cuáles son las principales causas de deserción escolar?
Este escenario se agrava por diversas “estrategias” que han perpetuado la crisis en el sistema educativo:
1. Cambios al currículum: Desde 2019 hasta la fecha, México ha puesto en marcha al menos dos reformas educativas sin completar ciclos de evaluación ni procesos formales de retroalimentación.
Innovaciones que debieron ser piloteadas se generalizaron de inmediato, y los esfuerzos de capacitación y acompañamiento en el aula quedaron truncos o desarticulados.
En contraste, países como Finlandia, Estonia, Canadá y Corea del Sur han apostado por políticas educativas de largo plazo sosteniendo sus reformas y visiones estratégicas por más de cuatro décadas.
La diferencia es palpable: los cuatro alcanzaron resultados sobresalientes y muy por encima del promedio de la OCDE en las evaluaciones PISA 2022, confirmando que la continuidad y la visión educativa a futuro sí generan impactos medibles.
2. Decisiones basadas en criterios políticos y no técnicos: Aunque existen mecanismos de diagnóstico y evaluación -como PLANEA o los estudios del extinto INEE- su uso en la toma de decisiones ha sido limitada. Las reformas cambian con cada administración y se dificulta consolidar un sistema robusto de seguimiento técnico y ciudadano.
Las consecuencias de esto se ven reflejadas en los resultados que tuvo México en su participación PISA 2022: el tercer país peor evaluado de la OCDE en matemáticas y lectura, y el país con peor puntaje en ciencia.
3. Debilitamiento del sistema nacional de evaluación: Tras la eliminación del INEE en el año 2019 y la reconfiguración de MEJOREDU, las transformaciones impulsadas no cuentan con una evaluación nacional rigurosa ni transparente que permita medir avances en aprendizajes, permanencia, inclusión y calidad educativa.
Es posible mantener sistemas de evaluación nacional periódicos y públicos, y estos representan una herramienta clave para medir la calidad educativa, detectar rezagos y garantizar una educación de calidad.![]()
4. Reducción del presupuesto educativo: La baja inversión y la tendencia a priorizar transferencias económicas (becas) como eje central de la política pública, perpetúa las carencias en infraestructura, equipamiento y formación docente. De acuerdo con UNESCO, los países deberían invertir entre 4% y 6% de su PIB en educación; sin embargo, México se ha mantenido muy por debajo de este rango.
Para 2025, las estimaciones apuntan a que apenas se destinó alrededor de 3.2% del PIB, cifra que compromete la cobertura, calidad y equidad en el acceso a la educación.
5. Eliminación de programas de apoyo directo a las escuelas: La eliminación en 2022 del PETC (Programa Escuelas de Tiempo Completo) dejó inconclusos los avances en equidad y calidad educativa. Este programa beneficiaba alrededor de 3.6 millones de estudiantes de educación básica en más de25,000 escuelas del país (IMCO, 2022).
El país requiere infraestructura digna y equitativa, así como recuperar la evaluación y transparencia como herramienta de mejora. Es fundamental que cada innovación curricular cuente con seguimiento, capacitación y recursos suficientes.
Resulta indispensable implementar políticas diferenciadas con enfoque territorial, fortalecer los programas con evidencia de impacto y establecer mecanismos que garanticen su permanencia, calidad y equidad sin importar los cambios sexenales.
En Educación con Rumbo, afirmamos que México necesita construir una política educativa de largo plazo, basada en evidencia, con metas verificables hacia 2030, que priorice la equidad, la inversión sostenida y la continuidad institucional. Transformar el sistema educativo solo será posible mediante la colaboración entre los distintos niveles de gobierno, las comunidades escolares y la sociedad civil.
https://oem.com.mx/la-prensa/mexico/desercion-escolar-alertan-sobre-la-peor-crisis-de-educacion-en-mexico-27178751






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