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El cinismo ante Afganistán

Por:  Olga Rodríguez/ el diario.es

En 2001 miles de periodistas, analistas y políticos clamaron en favor de una intervención militar en Afganistán como respuesta a los ataques del 11S que Al Qaeda perpetró en Estados Unidos.

La propaganda estadounidense, para convencer a la comunidad internacional, aseguró que además liberaría a las mujeres afganas de la opresión del régimen talibán. Si viviéramos en un mundo idílico podríamos creer que los Ejércitos armados no arrojan bombas, solo construyen paz. Pero como no vivimos en un mundo idílico es obligación analizar la realidad para no caer en la trampa de cualquier propaganda.

Los mismos que defendieron aquella intervención militar, la ocupación del territorio afgano, la imposición de la fuerza armada e incluso los múltiples ataques estadounidenses que en todos estos años han matado a población civil, son los que ahora lamentan la situación en la que queda el país con el avance de los talibanes. De forma asombrosa desvinculan por completo la presencia de EEUU y su aliados de la OTAN durante veinte años en el país de todo lo que ha ocurrido en Afganistán desde 2001.

Nada alcanza el horror impuesto por el régimen talibán en su día, cuando las mujeres no podían salir a la calle sin la compañía de un hombre, ni estudiar, ni reír en público, ni hacer ruido al andar. Pero en dos décadas de ocupación militar ni EEUU ni sus aliados lograron evitar que Afganistán siga siendo uno de los peores países del mundo para las mujeres, como han advertido organizaciones de derechos humanos, activistas y periodistas afganas, sin conseguir nunca suficiente reacción internacional. Ahora la toma del país por los talibanes amenaza con empeorar aún más sus vidas.

Dos tercios de las jóvenes afganas no están escolarizadas y el 75% afrontan matrimonios forzosos, en muchos casos antes de cumplir 16 años

Uno de los peores países para las mujeres

«No uso el transporte público, evito la calle y los lugares públicos, el acoso es continuo o incluso diría que ha aumentado últimamente, tanto verbal como físico», denunciaba en 2019 en una conversación una activista afgana que me pidió mantener su anonimato. Dos tercios de las jóvenes afganas no están escolarizadas, el 80% de las mujeres siguen siendo analfabetas, más de la mitad han sufrido violencia machista en el seno de su propia familia y el 75% afrontan matrimonios forzosos, en muchos casos antes de cumplir 16 años. Todo ello, cuando aún estaban las tropas de la OTAN en el país, antes de que los talibanes conquistaran territorio y llegaran hasta Kabul.

Durante los veinte años de presencia militar extranjera se han seguido registrando ataques a mujeres cuando se desplazan a la escuela o al trabajo. Los porcentajes de violaciones y de casos de violencia machista son muy elevados, así como los índices de abusos sexuales cometidos por las fuerzas de seguridad.

Hay quienes solo elevan su voz ahora que EEUU se marcha. Pareciera que quisieran aceptar el argumento falaz de que las cosas solo empiezan a ir mal cuando las tropas estadounidenses se van

ONG, activistas y periodistas han denunciado durante años la situación de las afganas, pero Europa consideró que Afganistán era un país seguro para ellas y prefirió no aceptarlas como personas refugiadas que asumían riesgos si eran deportadas. Casi nadie puso el grito en el cielo entonces, a pesar de que muchas huían de agresiones sexuales, violencia de género sistematizada, discriminación y ausencia de futuro. Hay quienes solo han querido elevar su voz ahora que Estados Unidos y sus aliados se marchan. Pareciera que consciente o inconscientemente quisieran aceptar el argumento falaz de que las cosas van bien con la presencia de tropas estadounidenses y solo empiezan a ir mal cuando estas abandonan.

Lo cierto es que en 2015 y 2016 miles de personas refugiadas afganas llegaron a Europa, desesperadas, en busca de una salida. Superaban en número a los refugiados sirios e iraquíes. En Grecia, en Macedonia, en Serbia o Hungría nos rogaban a los periodistas que contáramos sus historias. Salvo excepciones, los países europeos consideraron que no eran merecedoras de ayuda. Durante cuatro décadas Afganistán ha sido uno de los países que más personas refugiadas ha generado. Pero los Gobiernos europeos apenas han aceptado a medio millón.

Mujeres afganas a las puertas de un colegio electoral, en 2004. Kabul. Créditos: Olga Rodríguez

Despilfarro en ‘seguridad’ y violaciones de derechos humanos

En 2021 casi la mitad de la población afgana está en situación de necesidad humanitaria. En veinte años miles de millones de dólares de EEUU han ido a parar a la compra de armamento y la inversión en ‘seguridad’. Mucho menos se invirtió en educación, sanidad pública, gobernanza, desarrollo, democratización, infraestructuras. Cada vez que he estado en Afganistán me he topado con decenas de historias de mujeres maltratadas, viudas abandonadas, jóvenes violadas o menores que han intentado suicidarse porque no les permiten estudiar y son obligadas a casarse a temprana edad. La emancipación de las mujeres se limita a las grandes ciudades, y de forma parcial. Aún así, en áreas urbanas como Kabul o Herat muchas han podido acceder a la universidad.

En todos estos años de atrás la corrupción era palpable para cualquiera: eternos proyectos que recibían millones de dólares y que no terminaban de ver la luz, cargos altos y medios que viajaban en cochazos blindados despilfarrando dinero y oportunidades y que tras ello se iban del país y, sobre todo, una estrategia centrada excesivamente en la militarización, en la guerra, en armamento. No hacía falta ser un lince para darse cuenta de ello. El caos era evitable, pero ¿querían todos los participantes en esa guerra evitar el caos?

La honestidad de muchos empleados de organismos internacionales que han trabajado en Afganistán se ha topado de bruces una y otra vez con evidentes dinámicas de corrupción –proyectos fantasma, retrasos perpetuos en los planes, desvío de fondos, debilidad de las instituciones– que podíamos detectar quienes íbamos y veníamos. Si testigos externos eran capaces de percibir el saqueo y el despilfarro en el ámbito militar frente a necesidades mucho más cruciales, ¿cómo no iban a verlo los responsables de la ocupación?

Como ha pasado en tantos países ocupados o intervenidos militarmente por tropas extranjeras, Afganistán se convirtió en un polvorín con demasiadas armas que ahora están tomando los talibanes. Ya en 2004 la población se quejaba de que los tanques estadounidenses que se paseaban por pueblos y ciudades apuntaban sus cañones hacia abajo, hacia la calle, hacia la gente. Las tropas estadounidenses han sido percibidas en sectores importantes de la población como elementos hostiles. No en vano, la cárcel secreta de Bagram, gestionada por EEUU, fue escenario de torturas y violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Entre sus paredes se generaron traumas y enorme sufrimiento, al igual que en Guantánamo, por donde pasaron algunos de los hombres que ahora engrosan las filas de los talibanes.

Hace unas horas la afgana Fatima Ayub recordaba que ‘hace 11 años las fuerzas estadounidenses asesinaron a 8 miembros de mi familia mientras dormían’

Ataques de EEUU y sus aliados contra civiles

En estos veinte años de ocupación militar se han registrado multitud de ataques contra civiles perpetrados por las tropas de Washington y sus aliados. Solo entre enero y mayo de 2019 los ataques de EEUU y la OTAN mataron a 145 civiles, la mitad de ellos mujeres y niños. En total las fuerzas estadounidenses y sus aliados –incluidas las fuerzas afganas– mataron en ese periodo a más civiles –305– que los talibanes.

Entre enero y noviembre de 2008 los ataques de las fuerzas internacionales –principalmente los bombardeos estadounidenses– provocaron la muerte de unos cuatrocientos civiles, muchos de ellos mujeres y niños. Buena parte de los casos, dados a conocer por testigos directos, fueron denunciados por oficiales de la Administración afgana y reconocidos por la propia OTAN. En algunas operaciones durante estas dos décadas de atrás los aviones estadounidenses han matado a más de noventa civiles en un solo ataque.

Hace unas horas la activista afgana Fatima Ayubrecordaba en las redes sociales que «hace once años las fuerzas estadounidenses asesinaron a ocho miembros de mi familia, mientras dormían en plena noche. ¿Qué nueva miseria aguarda ahora?». Y añadía: «La mayoría de la gente es incapaz de darse cuenta de que 20 años de guerra produjeron el peor resultado posible. Entonces, ¿por qué ayudaría más violencia y muerte?».

La paz solo llega con inversión en educación y sanidad públicas, con libertad, con democracia, con políticas de igualdad. No con injerencias militares al servicio de intereses ajenos a los de la población, ni con «inversiones» corruptas, ni con bombas, ni con el suministro de armamento. Eso solo perpetúa la violencia.

En 2004 Abdul, un refugiado afgano alojado en la periferia de Kabul –cuya historia relato en el libro El hombre mojado no teme la lluvia– me decía que «si Estados Unidos gastara menos en esfuerzos militares y más en planes humanitarios, quizá esta población aceptaría mejor a sus tropas». En 2006, en la capital afgana, entrevisté por segunda vez a Massuda Jalal, una médica que se había presentado un par de años antes como candidata en las elecciones presidenciales:

«Las afganas siguen sufriendo como siempre –me dijo Massuda– Son víctimas de matrimonios forzados a muy temprana edad, muchas soportan la violencia doméstica y apenas tienen acceso a un asesoramiento legal. Es para alarmarse: Hay una expresión que aún se usa en las áreas rurales que dice que una mujer debería tener su primera regla en casa de su marido, y algunos padres se empeñan en hacer que sus hijas lo cumplan».

Esos señores de la guerra han sido, en muchos casos, los aliados de Estados Unidos en el país

Los ‘señores de la guerra’ aliados de Washington

Ese mismo año la diputada Malalai Joya recibió insultos y amenazas en el propio Parlamento después de que ella acusara a algunos diputados de haber sido criminales de guerra. En 2007 fue inhabilitada por un periodo de tres años. Varias organizaciones internacionales mostraron su apoyo a Malalai, así como seis mujeres Premio Nobel e intelectuales como Naomi Klein o Noam Chomsky. La asociación Paz Ahora emitió un comunicado en el que señalaba que «el 21 de mayo de 2007, con una amplia mayoría, el Parlamento dominado por señores de la guerra y narcotraficantes inhabilitó a Joya por un periodo de tres años y ordenó al Tribunal Supremo que abriera diligencias contra ella». Esos señores de la guerra han sido, en muchos casos, los aliados de Estados Unidos en el país.

En estos años, con las tropas extranjeras en suelo afgano, mujeres emprendedoras y pioneras han recibido continuas amenazas y agresiones. Muchas fueron asesinadas. Entre ellas, la periodista Zakia Kaki, directora de una radio en la provincia de Parwan, con programas dedicados a los derechos humanos, la educación y la emancipación de las mujeres. En junio de 2007 le dispararon siete tiros delante de su hijo de ocho años. Ser mujer y libre en Afganistán es difícilmente compatible. Las integrantes de la organización afgana RAWA llevan denunciándolo desde 1977. Algunas viven en Afganistán; otras muchas han optado por refugiarse en el extranjero.

Niñas y niños afganos refugiados en la periferia de Kabul. Créditos: Olga Rodríguez

En 2008 lamentaron en un comunicado que tras la invasión de su país «los sufrimientos y actos depravados contra las mujeres no se han reducido; es más, ha aumentado el nivel de opresión y la brutalidad que día a día afecta a la población más débil de nuestra sociedad. El gobierno corrupto y mafioso y sus guardianes internacionales están jugando de manera desvergonzada con el intolerable sufrimiento de las mujeres afganas, al que usan como su instrumento de propaganda ante la gente engañada de todo el mundo».

En 2019, dieciocho años después de la invasión y ocupación estadounidense de Afganistán, justificada por muchos porque iba a «liberar a las mujeres», Estados Unidos inició una negociación con los talibanes, excluyendo la presencia de mujeres en las reuniones y sin poner encima de la mesa la necesidad de luchar contra la violencia machista a través de medidas legislativas.

En ese momento diputadas y activistas afganas exigieron participar, pero Washington las mantuvo fuera en los primeros encuentros. «Están negociando a puerta cerrada, sin transparencia, los talibanes quieren aplicar la sharia, estamos muy preocupadas», me dijo entonces Sima Samar, directora de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán. El cambio de Gobierno en Washington no ha significado una modificación en los planes. El presidente Joe Biden apostó por proseguir con lo trazado por el Gobierno de Trump: negociación con los talibanes y retirada de tropas.

La situación geográfica de Afganistán explica que a día de hoy siga siendo un tablero clave de lo que en el siglo XIX se llamó el Gran Juego

Afganistán, como ‘una cabra entre dos leones’

Afganistán, punto estratégico de Asia Central, importante lugar de paso para posibles rutas de hidrocarburos, comparte frontera con Irán y China, entre otros países. Su situación geográfica explica que a día de hoy siga siendo un tablero clave de lo que en el siglo XIX se llamó el Gran Juego, cuando Reino Unido y Rusia se disputaban la influencia en la región. Londres no logró dominar del todo aquel territorio y su tropas terminaron derrotadas y expulsadas en 1919. En los años setenta Estados Unidos no dudó en financiar a muyahidines para que lucharan contra la URSS en territorio afgano. Aquellos señores de la guerra que recibieron millones de Washington se convertirían posteriormente en el germen de los talibanes.

Desde entonces Afganistán, un Estado bisagra, es un escenario en el que ya no solo Moscú o Washington, sino China y algunos países de la región –Irán, India, Pakistán– se disputan intereses y liderazgo. En 1897 un por entonces joven periodista llamado Winston Churchill, futuro primer ministro británico, destinado en Afganistán con las tropas inglesas, escribió que aquel era un país en el que «todo hombre es un soldado» y en el que «la mano de todo hombre está contra la del otro, y todos a su vez contra el extranjero».

En 1900, el emir afgano Abdul Rahman Khan, tras veinte años en el poder –y con un país en el que se habían librado ya dos guerras contra los ingleses y que servía de escenario para el pulso que mantenían Londres y Moscú– se preguntó cómo Afganistán, que se encontraba «como una cabra entre dos leones o como un grano de harina entre dos enormes ruedas de molino, podría sostenerse en medio de las piedras sin ser reducido a polvo».

Ayer Europa rechazaba aceptar a refugiadas afganas, ante demasiados silencios. Hoy la hipocresía pública lanza SOS por ellas

Washington invadió Afganistán porque quería demostrar que respondía ante los atentados del 11S. Su objetivo no fue mejorar la vida de los afganos o democratizar el país. En veinte años de ocupación lo ha dejado claro. En un mundo idílico podemos creer en los unicornios. Pero en la vida real las invasiones con ejércitos buscan intereses propios que a menudo chocan con los de la población autóctona. Y en medio de todo ello, las mujeres suelen ser un argumento de quita y pon para justificar operaciones militares y estrategias geopolíticas.

Ahora parece que las afganas preocupan, al fin. Veinte años tarde. No son las únicas que viven una terrible opresión. Pero la geopolítica decide quiénes merecen atención y quiénes no (ahí están las saudíes, por ejemplo). Las personas refugiadas en Europa son estigmatizadas en demasiados sectores, algunos de los cuales ahora se echan las manos a la cabeza ante la situación de Afganistán. Ayer Europa deportaba a la población afgana o la encerraba en centros de internamiento, ante demasiados silencios. Hoy la hipocresía pública lanza SOS por ella. Esperemos que ahora sí toque.

Fuente: https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/cinismo-afganistan_129_8223398.html

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Colombia: Continúa el regreso a clases presenciales este lunes tras acuerdo entre el Ministerio de Educación y Fecode

Por: Infobae 

El sindicato de educadores y el Gobierno nacional lograron un convenio para continuar el retorno gradual a las clases presenciales en el país.

Tras 26 sesiones de diálogo en la Mesa de Negociaciones que instalaron el Ministerio de Educación y la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) el pasado 22 de junio, este fin de semana se logró el acuerdo para mejorar las condiciones de los maestros y continuar el proceso de retorno a las clases presenciales.

Según informó el Ministerio de Educación, “las partes ratificamos el compromiso ético y la responsabilidad que nos corresponde como servidores públicos con la prestación del servicio educativo de manera presencial en las aulas de clase en todas las instituciones educativas oficiales”.

En ese sentido, los maestros y el Gobierno nacional reconocieron que el retorno a las aulas de clase se continuará realizando bajo las condiciones de bioseguridad que ha definido el Ministerio de Salud y Protección Social para la comunidad educativa. “La presencialidad para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que acceden a los colegios oficiales, es un compromiso muy importante para promover su salud mental, desarrollo integral, fortalecer los aprendizajes y la construcción de proyectos de vida”, agregó la cartera de Salud.

Fecode, en su comunicado sobre los nuevos acuerdos firmados en la madrugada del 7 de agosto, no se pronunció sobre la presencialidad. Ese punto ocupó todo un capítulo de la negociación, llamado La Escuela de la Presencialidad, y se había firmado en las semanas previas entre ambas partes, en el cual se acordó mantener el retorno a las aulas para el segundo semestre de 2021, pero bajo condiciones previas y verificables establecidas en las Resolución 1721 de 2020.

El acuerdo es clave, pues una de las denuncias de Fecode para oponerse a la presencialidad, era la falta de condiciones y garantías de bioseguridad en algunas instituciones educativas. Quedó acordado que la presencialidad se suspenderá únicamente en casos excepcionales, en los que no haya capacidad de las aulas, no haya vacunación total del personal o la ciudad o municipio afronte una situación epidemiológica de gravedad.

En las instituciones donde no se cumplan los protocolos de bioseguridad establecidos por las autoridades, el acuerdo establece que las Secretarías de Educación del lugar donde se ubique el colegio conformará una mesa de seguimiento con un representante de Fecode, un rector y un padre de familia, que rendirá informe, a su vez, al Ministerio de Educación. Se agilizarán las acciones para retomar a la presencialidad.

Los demás acuerdos entre maestros y el Gobierno

Los maestros esperan que los recursos para la educación aumenten de manera gradual y progresiva, después del acuerdo sobre una reforma constitucional al Sistema General de Participaciones que quedó firmado en los acuerdos. Un proyecto que deberá presentar el Gobierno en los próximos seis meses para generar mayores partidas presupuestales e inversiones que mejoren la calidad de la educación en el país.

El proceso de ascensos de los maestros también tendrá modificaciones. Se acordó modificar el modelo y enfoque de la evaluación docente para que “responda a las exigencias actuales del sistema, a los retos en materia de calidad, evaluación y viabilidad financiera y que se proyecte como una estrategia de mejora continua de la misma carrera”. Se generará una nueva lista para ascensos y reubicaciones bajo el nuevo esquema.

Adicionalmente, el Gobierno nacional cofinanciará y convocará un curso de formación para 8.000 docentes y directivos docentes para aquellos que participaron en la tercera cohorte y no lograron el puntaje exigido para el ascenso o la reubicación. Quienes aprueben el curso podrán acceder a los beneficios de promoción.

Se mejorarán las condiciones de los docentes a través de un reconocimiento de la proporcionalidad de la prima de vacaciones, con un incremento de la bonificación pedagógica del 15% al 19% del salario. Además, se hará una revisión del Manual de Calificaciones de Pérdida de Capacidad Laboral, implementar el Sistema General de Seguridad y Salud en el Trabajo, selección de defensor del usuario, con el fin de garantizar calidad en el servicio de salud para los maestros.

“Por el respeto de la vida, la integridad física y los derechos humanos en la labor docente y sindical, se reiteró la voluntad del Gobierno de generar garantías para el ejercicio de la actividad sindical y apoyar activamente los procesos para la reparación integral, colectiva e individual”, informó el Ministerio de Educación sobre los acuerdos.

Finalmente, se acordó continuar con los Juegos Deportivos Nacionales y el Encuentro Folclórico y Cultural del Magisterio Colombiano para 2021, que contará con los recursos requeridos para la planeación de los mismo y la inclusión de las nuevas medidas deportivas y modalidades culturales.

https://www.infobae.com/america/colombia/2021/08/09/continua-el-regreso-a-clases-presenciales-este-lunes-tras-acuerdo-entre-el-ministerio-de-educacion-y-fecode/

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Honduras: Centros educativos iniciarán clases semipresenciales de forma gradual.

Hondudiario 

Los centros educativos públicos estarán iniciando el retorno gradual a clases semipresenciales el próximo 26 de agosto.

El ministro de Educación Arnaldo Bueso, manifestó que el proceso de retorno a clases semipresenciales será gradual, tanto para centros gubernamentales como no gubernamentales.

El funcionario indicó que el regreso a las aulas será de manera paulatina debido a que hay que seguir todo un proceso que incluye vacunación y medidas de bioseguridad.

Bueso agregó que los maestros ya cuentan con la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus, y esperan a que llegue la fecha de la segunda dosis para un retorno a clases semipresenciales de forma gradual.

“El 26 de agosto es la fecha para que los centros educativos gubernamentales inicien; que de igual forma no significa que el mismo 26 todos arranquen va a ser un proceso gradual”, sostuvo.

Algunos de los centros educativos que van a iniciar clases semipresenciales están en Choloma, Comayagua, San Pedro Sula, Distrito Central, La Ceiba y Copán Ruinas.

 

https://hondudiario.com/covid-19/centros-educativos-iniciaran-clases-semipresenciales-de-forma-gradual-reitera-educacion/

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Uruguay. Cambios en la educación: Silva dijo que preparan experiencias piloto para 2022

Por: El País 

El presidente del Consejo Directivo Central (Codicen), Robert Silva, dijo este lunes a El País que en el año 2022 habrá “experiencias piloto” que se darán en el marco de una “gran reforma del sistema educativo” que empezó a cultivarse el año pasado, pero que quedará efectiva entre 2022 y 2023.

“Toda la reforma curricular comienza en el 2023. En el 2022 tendremos experiencias piloto o algunas acciones concretas en algunas áreas, pero todo comienza en el 2023. Se va a habilitar todo un proceso de diálogo, de consulta, con toda la sociedad, porque el tema de la reforma curricular no es solo de los docentes, es también de los estudiantes, de la familia”, dijo Silva a El País.

Uno de los cambios incluidos dentro de esta hoja de ruta, aprobada por la ANEP para concretar la transformación curricular, es la creación del Bachillerato Interdisciplinario General propuesto por Secundaria. Este nuevo plan propone que los estudiantes de este nivel educativo tengan la opción de elegir una orientación en sexto año de liceo, y no en cuarto como funciona actualmente.

La directora de Políticas Educativas de la ANEP, Adriana Aristimuño, dijo en agosto del 2020 a El País, que los cambios en bachillerato se darían “en principio” en el año 2023. “Hay un pre-acuerdo con la UdelaR en tender a que se pueda ingresar a más carreras sin tener que optar por una orientación en el bachillerato. La idea es que sea un bachillerato general”, sostuvo.

Al ser consultada este lunes sobre este tema, Aristimuño agregó: “Esto no es nada más que una experiencia para ver cómo sale y en realidad sobre la reforma curricular hay muy pocas cosas decididas. Por eso tenemos que hacer una consulta. Estamos lanzando muchos grupos de trabajo, esto no es algo que está cerrado, para nada”.

En ese sentido, Aristimuño explicó que “la idea más importante que tiene esta experiencia es ir hacia un bachillerato general, transversal, igual para todos los estudiantes, en el cual al final se puedan elegir algunas opciones”. Sin embargo remarcó que esto no era nada más que una “propuesta experimental que va a estar a estudio, para evaluar, su pertinencia y su conveniencia”. “En todo caso la tomaríamos como parte de la reforma, si consideramos que es viable y adecuada en lo que la reforma propone”, sostuvo.

“Va a ser algo acotado, que se va a hacer de manera experimental el año que viene por iniciativa de Secundaria. Nosotros estamos haciendo un proceso global, integral, que comprende todo el sistema educativo”, concluyó.

Estos cambios previstos para el 2022 y 2023 ya generaron reacciones en diversos sectores de la educación. El expresidente de Fenapes, Marcel Slamovitz, dijo que esta reforma en Secundaria «prohibe a los alumnos de la Educación Pública estudiar los saberes de la humanidad».

«El verdadero motivo de la persecución sindical: eliminar la resistencia ante esta reforma que elimina el asignaturismo, prohibe a los alumnos de la Ed. Pública estudiar los saberes de la humanidad. Reduce las orientaciones en bachillerato. Modelo chileno 100 por 100», escribió en su cuenta de Twitter.

Por otra parte, el exdirigente de Fenapes y expresidente de Ades(Asociación de Docentes de Educación Secundaria de Montevideo) Emiliano Mandacen se refirió a esta reforma como una «escandalosa pauperización de los contenidos, del concepto de formación integral», y la calificó como una «municipalización de la educación, vestida de autonomía de los centros, para favorecer los sectores empresariales».

«La educación al servicio del mercado. La ductilidad, y la obediencia de la mano de obra barata , alienada. Mientras las élites, se apropian del conocimiento universal para sus cuadros. El resto de la sociedad, debe “cultivar” habilidades para servir a ese status quo», escribió en su cuenta de Twitter.

Mandacen también atacó contra la «hoja de ruta» de la que habló Robert Silva y dijo que «el problema de fondo» de esa reforma no era la hoja en sí misma, sino que lo eran «los marcos conceptuales que la estructuran». «No hay que subestimar a la sociedad. Un debate serio, sin falsas neutralidades, donde se esconde un profundo conservadurismo», escribió.

https://www.elpais.com.uy/informacion/educacion/cambios-educacion-silva-dijo-preparan-experiencias-piloto.html

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Paulo Freire: a 100 años de su nacimiento, una lectura en tiempos de pandemia

Por Gladys Rodríguez Jourdan*

Conocí a Paulo Freire en una fría mañana de junio de 1989. Fue la única vez que visitó Uruguay. El frío se transformó pronto en un encuentro cálido. Entre la muchedumbre que lo acompañó, el diálogo amoroso, término que utilizaría muchas veces para referirse a la acción educativa, logró que el frío se transformara en calor humano, en emoción al tenerlo ahí cerquita, con esa barba blanca y esa entrante calva que lo inmortalizó. Fue en el entonces Instituto de Psicología de la Universidad de la República, en la calle Leguizamón.

En los 100 años de su nacimiento, recordarlo en la Casa del Maestro, en la calle Soriano, fue haber vivido algo de su pedagogía. Estaba previsto que fuera al interior de la casa sindical, pero la multitud hizo que se dirigiera al público presente en la calle, desde el balcón, una experiencia que como lo mencionara él, no había vivido ni siquiera en su propio país. Presentado por Reina Reyes, se volvió un diálogo con educadoras y educadores, una experiencia pedagógica para repensar en los tiempos que corren.

En este 2021 se cumplen 100 años de su nacimiento y se le hacen homenajes en buena parte del mundo, en particular en América Latina. Se trata del más notorio referente de la pedagogía latinoamericana del siglo XX, pero la trascendió: no sólo tuvo una importante participación en los procesos descolonizadores en África, sino también en Estados Unidos y Europa.

Su pedagogía fue una construcción desde la praxis; pensaba mientras andaba, y mientras andaba junto a los desposeídos de todo, los desharrapados del mundo, como los definía. Creaba la pedagogía de hombres y mujeres oprimidas. No delante ni detrás, sino junto al hacer de personas luchadoras, los condenados de la tierra, favelados, indígenas, afrodescendientes, blancos pobres.

Creo que un aspecto esencial a considerar es que hoy Paulo Freire merece ser leído teniendo presente lo que él mismo decía en cuanto a que no repitiéramos su pensamiento sino que lo recreáramos, lo rehiciéramos, no a la luz de nosotros sino del mundo y de las circunstancias históricas en las que nos situáramos. Como bien escribe en Grito Manso: “Tenemos que comprender que las luchas de los pueblos atraviesan etapas diferentes y esas etapas tienen dificultades diferentes”.

Paulo Freire: un pensador de oposiciones superadoras

Cuando se habla de transformaciones, Peter McLaren, su amigo y uno de los principales referentes de la pedagogía crítica norteamericana, nos invita a captar las oposiciones a las que recurre en sus obras de tal modo que esas oposiciones no se transformen en categorías fijas, ya que vivimos en un mundo muy complejo en el que los humanos están siempre interrelacionados. Aludiendo a una de sus obras más conocidas, McLaren se pregunta: “¿Quiénes son los oprimidos hoy?”.

Son esos “nadies” que, desde hace más de 500 años, en medio de una pandemia de ribetes universales, en el continente más desigual del planeta, decidieron salir a defender su memoria colectiva, su lengua, sus atuendos, su comida, su alegría danzarina y su polifonía musical como el más hermoso acto de rebeldía ancestral. Ellos, como nadie, aprendieron esa máxima freiriana de que las formas de acción política se reinventan. Como lo expresa Adriana Puiggrós, en estos tiempos de fatalismo neoliberal que nos condenan al inmovilismo de que nada se puede hacer, fatalismo neoliberal del discurso cerrado y único que no se abre al conjunto de la sociedad, que ha maltratado el concepto de libertad, que no dialoga, que no integra, los pueblos oprimidos se abren y muestran la esencia de su rostro a esa parte de la sociedad que los silencia.

Son esos millones de jóvenes colombianos que, cansados de tanto no tener nada, salieron a las calles en todos los rincones del país, en ese gran Paro Nacional, para denunciar a los despojadores de siempre y usurpadores de la riqueza del pueblo colombiano. Son la Minga indígena que sale con orgullo del ostracismo al que fueron condenados. Salen a luchar con su resistencia acumulada por siglos en bandas musicales, con sus danzas tradicionales, a gritar al mundo la alegría de su reserva cultural resguardada en sus comunidades.

Son los jóvenes estudiantes chilenos hartos de que les vendieran todo a los capitales multinacionales enriqueciendo a unos pocos de la élite oligárquica y tuvieran que pagar por algo tan elemental como el derecho humano a la educación pública y gratuita. Dijeron basta al aumento de 30 pesos del boleto, que no eran 30 pesos, eran 30 años de represión, de abuso pinochetista al servicio de los grandes capitalistas. Son los pobres de las poblaciones, los mapuches que alzaron sus voces y lograron sentarse a una mesa para pensar juntos como ciudadanos y ciudadanas dignos, con derechos. Asumieron la unidad en la diversidad para dialogar en sentido freiriano y escribir una nueva constitución para que sea posible entablar nuevas relaciones y construir un Chile plurinacional. Un diálogo que no cosifique al otro sino un diálogo en el que se crea en los que han sido silenciados, en los que han sufrido el asalto deshumanizante.

Con el asesinato del afroestadounidense George Floyd en Estados Unidos, son los protagonistas de las movilizaciones antirracistas, dice Peter McLaren. Él trata, siguiendo el pensamiento freiriano, de integrar estos movimientos a la pedagogía crítica. Se intenta prohibir la historia de la esclavitud porque los euroestadounidenses blancos tienen miedo a lo que llaman “un invierno demográfico” en el que sean suplantados por población afrodescendiente o inmigrantes latinos, descalificados, según ellos.

Esos movimientos antirracistas surgen desde el territorio, se enfocan en lo colectivo, movilizan a los actores que viven en campamentos, lugares ocupados en los barrios, los desplazados por razones étnicas, ecológicas, para pensar en algo que Freire llamó la ecopedagogía y la geopedagogía.

Siguiendo con la lógica de las oposiciones: “¿Quiénes son los opresores hoy?”, se pregunta McLaren. A modo de ejemplo, en “las entrañas de la bestia”, como suele decir, durante la era Trump se expandieron los movimientos evangelistas pentecostales que siguen difundiendo la idea de que Donald Trump es una especie de elegido de Dios y en la que mucha gente cree. Aprovechando la pandemia, fuerzan a las familias a continuar con la educación en el hogar y así enseñar la religión conservadora. Como ya planteamos, siguen siendo los capitales transnacionales, las élites dominantes, los latifundistas que arrasan la Amazonia, que se adueñan y mercantilizan las reservas de agua y gas natural, los generadores del extractivismo, los que contaminan el ecosistema y obligan a grandes desplazamientos humanos.

Como manifiesta Carlos Rodríguez Brandão, el mal gobierno y el gobierno del mal de Jair Bolsonaro y sus aliados poderosos quieren borrar la figura de Freire. La descalificación es permanente, quieren desaparecerlo de la pedagogía de Brasil, así como Mauricio Macri lo mandó sacar de la bibliografía de la formación de los educadores en Argentina. Sin embargo, está más vivo que nunca. La pandemia virótica y el pandemonio no han impedido que universidades públicas y privadas, cooperativas, las comunidades de las favelas, el Movimiento de los Sin Tierra, en todo el país y fuera de él, lo recuerden, lo homenajeen y recreen su pensamiento.

Freire nos invita a pensar que la pedagogía es política y la política es pedagógica. La pedagogía como política de reflexión y acción y la política como pedagogía de transformación.

La educación a la que llamó bancaria sigue siendo la educación de los ricos, de los poderosos, donde el otro no existe. Es la educación que ignora a los educadores, a los pueblos originarios, a los pueblos afro, a los trabajadores, a los desocupados, a los inmigrantes pobres. Es la educación de la sociedad del espectáculo neocolonizador, profundamente enraizado en nuestras subjetividades, que desconoce la identidad cultural de los pueblos, la naturaleza, el cosmos, las actividades productivas de los colectivos aborígenes, de las cooperativas, de los talleres de telares.

En cambio, la educación liberadora, la educación problematizadora, la educación dialógica que propone el pedagogo brasileño es el sustento para romper hoy con el colonialismo y el neocolonialismo, que trajo consigo el patriarcado al que enfrentan hoy los movimientos feministas y LGTB en gran parte del mundo o la revolución de las viejas en Argentina.

Hemos visto hace poco tirar monumentos de Cristóbal Colón en Colombia como símbolo del colonialismo instaurado desde hace más de 500 años y, en su lugar, subirse a su basamento como afirmación simbólica de que los desposeídos siguen siendo, quieren ser sujetos de la historia y no objetos deshonrados. Freire nos deja la posibilidad de aprender a leer la realidad desde la propia historia de los pueblos que han sido desconocidos para escribir la historia desde ese desconocimiento, desde esa invisibilización. Aprender cómo hablan esas voces que nunca han sido escuchadas. Aprender a leer los límites cuando las condiciones son adversas para los desharrapados, pero también aprender a leer las posibilidades de transformación desde esas condicionantes que se pueden transformar.

Freire y el mundo de la pandemia

Como bien expresa el pedagogo chileno Jorge Osorio Vargas, en el mundo de la pandemia se vive en la extrañeza, en la inseguridad de la incertidumbre. Al mismo tiempo que la pandemia desnuda las desigualdades y las injusticias ya existentes, nos enfrenta al desafío de dar cuenta de cómo las personas y comunidades construyen estrategias a los riesgos que vivimos. La excepcionalidad de la pandemia –dice– es un agregado a la falta de vivienda, de salud, de educación, de posibilidades de vivir en un vecindario con dignidad básica.

La epidemia nos ha puesto frente a la precariedad y la injusticia, pero Freire nos deja pistas, porque él fue un alternativista, nos deja la posibilidad de construir alternativas teniendo presente las realidades actuales que se viven. Vivimos un contexto de vulnerabilidad que no es un pensamiento miedoso –dice Osorio–, sino que hay que mirar el sufrimiento, la extrañeza y desde ahí afrontar los desafíos transformadores. La metaexclusión de la pandemia radicaliza la vulnerabilidad, los miles y miles de muertes evitables, los niños y niñas que no pueden ir a la escuela y que no tienen formas de conectarse a la virtualidad, los padres y madres que pierden sus trabajos ya precarios, sus viviendas, sus tierras.

Paulo Freire fue un latinoamericanista, él nos invitó a no perder la capacidad de soñar, sobre todo en tiempos difíciles como los que vive América Latina hoy. Basta observar cómo responden las comunidades que están sufriendo: una pedagogía desde la pobreza, desde el riesgo, pero una pedagogía de la resistencia para que las comunidades sean gestoras de vidas más dignas. Son justamente las adversidades, y es por ellas que no hay que perder la capacidad de soñar con cambiar las condicionantes adversas.

Siguiendo con Osorio, estamos viendo nacer las semillas de las comunidades desposeídas que prometen germinar algo incierto aún, un futuro que no podemos definir a ciencia cierta. Las comunidades, los barrios, los estudiantes han asumido el sufrimiento y están gestando procesos de resistencia.

Y aquí creo que vale tener presente que Freire nos habla del miedo de los poderosos y del miedo de los dominados como miedos diferentes. En las luchas que se dan en América Latina, en Estados Unidos, vemos cómo los pobres, los estudiantes, la ancestralidad africana van perdiendo el miedo a la libertad puesto que, como dice Freire, “se sienten capaces de asumir el riesgo de asumirla”, de ahí nace la valentía que les permite enfrentar las represiones de la élite dominante. Élite que tiene miedo, pero el miedo es otro, es el miedo de perder sus privilegios, y apela a la represión y al lenguaje del terror.

Cambiar es difícil pero posible

Cambiar es difícil pero posible, nos advierte Paulo Freire. No estamos determinados por las realidades históricas que nos imponen los poderosos, estamos condicionados por esas realidades que ellos imponen. Pero los pueblos son capaces de tomar conciencia de esos condicionamientos, unirse y luchar para cambiar esas condiciones en favor de los postergados de siempre. “Es precisamente la relación entre la dificultad y la posibilidad de cambiar el mundo lo que introduce la cuestión de la conciencia en la historia”, afirma Freire.

Se reitera en los homenajes la idea del inédito viable como un concepto importante para comprender los estallidos sociales. La miseria, el hambre, la desocupación se transformaron en situaciones límite que estimularon la necesidad de manifestarse, provocando muy diversas formas de expresión que se recrean en formas colectivas de concientización desde su condición de oprimidos. Van dejando al descubierto lo inédito de esas movilizaciones colectivas, que es lo que precede a descubrir las posibilidades de la viabilidad de cambios más profundos. Cambios que aún no se percibe cómo serán, pero van haciendo camino, como la retirada de la reforma tributaria y la intentona aún más privatizadora de la salud pública en medio de una pandemia que deja sin atención a millones de personas en Colombia.

Es el plebiscito para nombrar los y las constituyentes que redactarán la nueva constitución en Chile y que acaban de elegir a una activista y académica mapuche como presidenta de la Convención Constituyente.

Son los indígenas y campesinos, ronderos, jóvenes y viejos que se sintieron identificados con el lápiz y un sombrero de campesino de un maestro de escuela rural como símbolo de la unión entre la educación y la tierra y salieron a defender su voto en las calles de Perú, compartiendo abrigo, ollas populares y la esperanza en que uno de ellos llegara al gobierno. Es la lucha de todas las sangres, expresan los campesinos peruanos.

En América Latina, en Estados Unidos, en África, es la misma lucha, pero no es la misma lucha. Paulo Freire acompañó los procesos de descolonización europea en África, pero la decolonialidad es hoy una noción que hay que deconstruir a la luz de las realidades actuales. No me sigan, recreen mi pensamiento –nos advertía–, porque la historicidad es un principio fundamental que recorre su obra. Los seres humanos somos seres situados en una historia, en una cultura, en un tiempo y espacio determinado.

Y no olvidar que Freire nos invita a pensar que la pedagogía es política y la política es pedagógica. La pedagogía como política de reflexión y acción y la política como pedagogía de transformación.

A modo de cierre, traer a luz una experiencia que le pasó a él, narrada al inicio de Pedagogía de la esperanza. Allí Paulo Freire deja bien claro que la naturaleza de la educación es política. “Eso fue lo que ocurrió en un encuentro realizado recientemente en la Unesco, en París, según me contó uno de los que participaron en él, en que representantes latinoamericanos me negaban la condición de educador. Que obviamente no se negaban a sí mismos. Criticaban en mí lo que les parecía mi politización exagerada. No percibían, sin embargo, que al negarme a mí la condición de educador, por ser demasiado político, eran tan políticos como yo. Aunque ciertamente, en una posición contraria a la mía. Neutrales no eran ni podrían serlo”.

*Gladys Rodríguez Jourdan es docente y licenciada en Ciencias de la Educación por la Universidad de la República, Uruguay

Paulo Freire: a 100 años de su nacimiento, una lectura en tiempos de pandemia – Por Gladys Rodríguez Jourdan

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Argentina: Crear dos, tres, muchas universidades públicas

Por Horacio Raúl Campos/Pagina12

Ya avanzan los proyectos para establecer casas de estudios superiores en Cañuelas, Pilar, Tigre y Saladillo, y nacionalizar la que funciona en Ezeiza. Desde distintos sectores coinciden en la necesidad de ampliar derechos en materia educativa, una política de Estado ignorada por el gobierno anterior.

La creación de nuevas universidades nacionales en la provincia de Buenos Aires ya cuenta con el apoyo político y académico para convertirse en realidad en un futuro cercano. El impulso definitivo lo dio el presidente Alberto Fernández cuando en abril pasado ratificó la intención del Gobierno de respaldar el nacimiento de universidades en Cañuelas, Pilar y Tigre, y la nacionalización de la de Ezeiza. Los proyectos se encuentran en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, donde se sumó una iniciativa para fundar una casa de estudios superiores en Saladillo. En consonancia con esa situación, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) aprobó hace un mes esas iniciativas durante un plenario de rectoras y rectores.

“A diferencia de lo que otros creían, que los pobres no estudiaban, nosotros creemos que si les damos oportunidades a los que menos tienen, a cada oportunidad la aprovechan”, aseguró el Presidente en aquella ocasión y aprovechó también para marcar distancias ideológicas con el macrismo: “Esas universidades del conurbano, que otros decían que no servían para nada, están llenas de primeras generaciones de estudiantes universitarios e hijos de trabajadores, y eso es lo que nos diferencia”.

Los referentes que impulsan la instalación de nuevas universidades son los intendentes e intendentas de cada uno de los municipios bonaerenses involucrados y referentes políticos de las regiones, quienes ya tuvieron reuniones con el ministro de Educación, Nicolás Trotta, y con el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

“Como las universidades públicas se crean por ley, los casos están adquiriendo estado parlamentario y al momento son todos proyectos que están ingresados en la Cámara de Diputados”, explicó a este suplemento el secretario de Políticas Universitarias, Jaime Perczyk, y señaló que “al día de hoy no se pueden dar mayores precisiones sobre fechas de inauguración o inicio de clases, porque son proyectos”.

Con respecto a la Universidad Provincial de Ezeiza (UPE), Perczyk precisó que “el camino a recorrer es el mismo” que con las otras casas de estudios proyectadas, aunque el fin sea “crear una universidad nacional a partir de la base de una institución ya en funcionamiento”.

El circuito que debe atravesar la creación de una universidad nacional es el siguiente: en el Congreso, un legislador presenta un proyecto de ley; después la Comisión de Planeamiento del CIN evalúa sobre su factibilidad; la iniciativa vuelve al Parlamento para su tratamiento y una vez convertida en ley el Ministerio de Educación designa a un rector organizador, que es “el encargado de presentar el proyecto institucional a la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU)”, explicó Danya Tavela, que integra el directorio de ese organismo y es vicerrectora de la Universidad del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA).

En declaraciones a este suplemento, Tavela precisó que “una vez que la CONEAU se expide, vuelve al Ministerio de Educación, que dicta la resolución para que la universidad empiece a funcionar”.

Dinamizar cada región

El proyecto de la Universidad Nacional de la Cuenca del Salado, cuya sede central estará en Cañuelas, es el que llegó más lejos: en octubre de 2015 tuvo aprobación de la Cámara de Diputados, pero al año siguiente quedó frenado en el Senado, que debía convertirlo en ley cuando Mauricio Macri ya era presidente.

“Lamentablemente, durante 2016 perdió el estado parlamentario por el desinterés de llevar adelante políticas públicas de educación superior inclusivas que brinden iguales oportunidades a aquellos que menos tienen”, explicó a este suplemento la intendenta de Cañuelas, Marisa Fassi.

Entre 2007 y 2015 “se abrieron 16 nuevas universidades nacionales y ninguna de ellas le restó matricula a las existentes; eso explica a las claras la necesidad de invertir en la creación de nuevas instituciones de educación superior”, destacó Fassi.

“La descentralización propone la radicación de sedes en diversos municipios, respondiendo de forma orgánica a la sede central, que se encontrará emplazada en el municipio de Cañuelas”, argumentó.

El plan de estudios de la futura universidad de la Cuenca del Salado contempla carreras relacionadas a las ciencias agrarias y veterinarias, de la salud y empresariales.

Los partidos donde se asentarán las nuevas universidades poseen realidades sociales, laborales y económicas disímiles, y los referentes de cada uno de los lugares apuran el debate parlamentario, que recién podría concretarse el año próximo.

El intendente de Pilar, Federico Achával, dijo que la creación de la universidad “es un sueño de la comunidad que está cerca de concretarse para que nuestro jóvenes e hijos de trabajadores tengan la posibilidad de trabajar y estudiar en el mismo distrito”.

“Pilar tiene el parque industrial más grande del país y con la universidad tendrá aún más un perfil productivo e industrial y dará lugar a nuevas tecnologías, con una mirada humana”, aseguró Achával a este suplemento. Y destacó: “Asumí con el compromiso de zanjar la profunda desigualdad que hay en el distrito y este proyecto político sabe que la educación implica generar más oportunidades. Además, la universidad funcionará en el Instituto Pellegrini, que es símbolo de lucha por la educación en Pilar”.

Quienes hacen fuerzas para que el Parlamento apure los proyectos de ley confían en los referentes proclives a ese tipo de iniciativas. “Estamos entusiasmados porque Trotta y Massa han dado un enorme impulso al proyecto, así como también confiamos en el apoyo que dará Cristina Fernández” en el Senado, se esperanzó Achával.

Subsedes y zonas de influencia

El proyecto de la Universidad Nacional del Delta incluye a los partidos de Tigre –donde estará la sede central–, Escobar y San Fernando. En esos dos últimos distritos se prevé instalar sedes regionales. En la iniciativa se destaca que esos tres municipios albergan en conjunto, según el Censo 2010, poco más de 700 mil habitantes.

“Las características de esos municipios, principalmente por la ubicación geográfica de la zona, las localidades lindantes, su fácil acceso y circulación regional, son variables que permitirán que concurran estudiantes de toda la región”, se argumenta en el proyecto de ley.

En cuanto a la nacionalización de la UPE, la diputada Cristina Álvarez Rodríguez había presentado un proyecto de ley en 2020 y lo propio hizo la exdiputada y concejal de ese distrito Dulce Visconti. Ese tipo de iniciativas, si no son tratadas por algunas de las cámaras del Congreso durante el año legislativo, pierden el estado parlamentario y tienen que volver a presentarse en comisión.

El área de influencia de la universidad de Ezeiza abarca gran parte de la zona sur del conurbano bonaerense. Los municipios aledaños de Esteban Echeverría, Cañuelas, Lobos, Presidente Perón y San Vicente, y con menos incidencia en localidades de la zona sur de La Matanza.

Acerca de la futura Universidad Nacional de Saladillo, la zona de influencia contemplada en el proyecto de ley está conformada por los distritos de Bolívar, Chivilcoy, Bragado, Tapalqué, Lobos, San Miguel del Monte y 9 de Julio, cuyas distancias oscilan con respecto a la sede central entre 100 y 150 kilómetros.

Desde hace alrededor de 30 años, en Bolívar y Saladillo existen extensiones áulicas de distintas universidades. En 1991, por ejemplo, comenzó a funcionar el Centro Regional Universitario Bolívar-CRUB de las universidades de Quilmes (UNQ) y Tres de Febrero (UNTREF). Cuatro años después, comenzó a gestionarse el Centro Universitario Regional Saladillo “Dr. Hugo Daniel Salomón”, que funciona desde 2018 con la participación de la UBA, la UNLP y el municipio.

Desde la experiencia

Para el titular de la Comisión de Planeamiento del CIN y rector de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), Ernesto Villanueva, el nacimiento de una universidad “crea efectos en la población y no sólo entre los jóvenes, sino que dinamiza lo cultural y productivo”.

“Las experiencias en estos años de las nuevas universidades, como la Arturo Jauretche, fueron todas positivas. Incluso estas nuevas instituciones a crearse no les quitarán estudiantes a otras universidades”, justificó el rector de la UNAJ, que fue creada en 2010.

En declaraciones a este suplemento, subrayó que otro de los aspectos que se analiza en un proyecto “es ver cómo una universidad favorece el desarrollo científico y tecnológico del propio territorio, porque en las casas de estudio se encuentra mucha investigación que se va generando y en varios años se mejora la región”.

“En estos casos, en sus ciudades, existen instituciones que son subsedes de otras. Por los tanto, no se parte de cero. Es decir que no se crean desde la nada, porque ya hay académicos y profesionales en condiciones de cubrir los cargos. Lo digo por experiencia propia. Hay muchos profesionales en las cercanías”, argumentó Villanueva.

Consultado sobre los plazos de concreción, aclaró que “para crear una universidad se necesita una cierta maduración y lleva tiempo”, y recodó que “en el mundo ha sido así, porque se van creando desde la comunidad, desde abajo”.

Página 12

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Valores de democracia en la escuela

Por: Enrique Del Teso/Viento sur 

«El que no se movió fui yo», dijo en 1982 Francisco Fernández Ordóñez. Había estado en el ala socialdemócrata de la UCD. El PSOE de aquella éooca levantaba el puño en los mítines y en la izquierda no estaba bien visto que te viesen con socialdemócratas. Pero la UCD implosionó, el PSOE se fue moviendo a la derecha y así en el 82 Fernández Ordóñez se encontró con que sin moverse del sitio ahora estaba dentro del PSOE. En el lenguaje ordinario decimos que algo es ideológico si es discutible. Por eso la forma ordinaria de negar los hechos es considerar ideológica su enunciación. Los alérgicos al conocimiento, por ejemplo, llaman ideología a la teoría de la evolución. Llamamos ideología a todo lo que se puede discutir en democracia, no a la democracia en sí. Decimos que hay políticos que suben o bajan los impuestos por su ideología. Pero no llamamos ideología a que haya elecciones, aunque lo sea, para que no parezca algo opinable. Tratamos a la democracia como no discutible. Y a la democracia le pasa como al conocimiento. La forma ordinaria en que atacan a la democracia los que le tienen alergia es llamar ideológicos a sus principios definitorios. Y a la democracia también le pasa como a Fernández Ordóñez. La democracia, sin moverse de su sitio, quedó en la izquierda. La derecha se derechizó y se va de ella.

La educación es un ámbito en el que hay que trenzar con finura la complicidad de los poderes públicos con las familias, un ámbito con una fuerte capacidad de agitación social y a la vez con poca incidencia electoral. Es un ámbito donde los intereses económicos e ideológicos son intensos y que está dominado por compulsiones emocionales (miedos, aspiraciones, ansiedades por el futuro), porque la relación con los hijos bloquea como ninguna la racionalidad y la visión de conjunto. No hay acuerdos de Estado ni los habrá. En la educación, la democracia es atacada por sus alérgicos como en ningún otro ámbito.

Ningún autoritario ataca la democracia atacando sus valores, sino en nombre de sus valores. Se ataca la cultura democrática en la educación aplicando uno de los principios de propaganda de Goebbels, que es el de atribuir al rival los errores y defectos propios. La forma de atribuir a otros los defectos propios se basa en el principio de acción y reacción. Si coges carrerilla y pegas un cabezazo contra la pared, fuiste tú quien pegó a la pared, pero la experiencia es idéntica a la que se tiene cuando alguien nos golpea la cabeza. Si quieres imponer tu dogma religioso, la resistencia de los demás es una experiencia idéntica a la de que te impongan un dogma. Si crees que debe reprimirse la homosexualidad, sentirás como una imposición cruzarte por la calle con hombres cogidos de la mano. Como la fuerza de acción y reacción es idéntica, así es como puedes decir que fue la pared la que te golpeó la cabeza y que adoctrinan quienes se resisten a que los adoctrines.

Se prevé una asignatura de educación cívica y la correspondiente guerra. No sé si debe haber tal asignatura, pero sí sé  que es materia de la escuela enseñar esos valores cívicos, en una asignatura o diluidos transversalmente en otras. Las emociones grupales prenden con facilidad y el ambiente está cargado de agitadores de prejuicios y odios. Naturalmente que la escuela debe familiarizar a los alumnos con la diversidad racial, sexual o lingüística y fomentar la tolerancia, más que el respeto, a tal diversidad. El respeto es la inhibición que cada uno acepta en su conducta por el efecto o perjuicio que cause a otros. La tolerancia es la capacidad que cada uno desarrolla para no afectarse por lo que otros hagan o sean. Las dos cosas se requieren en la convivencia, cada una en su sitio. Si te apetece poner música a las tres de la mañana debe imperar el respeto e inhibirte. Si te resulta raro que dos mujeres se besen, debe imperar la tolerancia y no afectarte. La diversidad no impone inhibiciones, solo hay que tolerarla (por cierto, el capitalismo explota la diversidad pero no la inventó, no enredemos). Y claro que la escuela debe sensibilizar con la salud y el medio ambiente. Cuando mis hijos empezaron a ir a la escuela, volvieron diciéndonos que fumar era malo y que había que reciclar la basura. No sé qué perjuicio se les hacía. «Chica follada y humillada con la cabeza metida en el váter». Busquen al azar los vídeos porno que los chicos miran en su móvil cuando aún no practican sexo. ¿De verdad es malo que alguien más que esas páginas les hable de sexo con un poco de buen juicio?

Son valores que afectan a la convivencia y a la felicidad de la gente. No es el tipo de cosas por los que se mejora en el informe PISA. Este informe solo mide el efecto del sistema educativo en el desarrollo económico. Quien escribe tiene un sobrepeso de unos 15 kilos. Si adelgazase lo que debo, yo no sería mejor profesor. Hay muy pocos oficios en los que 15 kilos de más perjudiquen la productividad del sujeto. Por eso, si el informe PISA fuera sanitario, el sobrepeso no figuraría como un índice de calidad de salud. Así de claro.

Es definitorio de la democracia que la gente no sea perseguida o marginada por lo que piense o sea. Atacar planes para que la escuela enseñe la igualdad de derechos entre razas o entre hombres y mujeres es atacar a la democracia de la manera habitual: diciendo que eso es ideológico; diciendo que es la moral religiosa lo que es atacado, pretendiendo confundir la reacción con la acción. La religión es un factor clave en la presión ultraderechista internacional. La religión es una emoción muy ligada a la identidad de las personas y al vínculo familiar e intergeneracional. Atacar a alguien por su religión puede sentirse tan violento como hacerlo por su nacionalidad. Por eso se protege la religión más que cualquier otro credo. Precisamente por eso y porque la intuición común así lo comprende, la religión se viene usando como el caballo de Troya de la democracia en EEUU, Brasil, Hungría, Italia o España. Hay agrupaciones fundamentalistas religiosas muy financiadas que utilizan la emoción religiosa legítimamente respetada por la sociedad para impostar ataques al credo católico, que no son más que la resistencia de la democracia a su sectarismo, por mucho que ellos pretendan que fue la pared quien les golpeó la cabeza. La Iglesia oficial, y no solo los sótanos de agrupaciones fanáticas, lleva mucho tiempo con este discurso tratando de controlar la enseñanza con el dinero público. La extrema derecha desquiciará más el debate aplicando otro de los principios de Goebbels: simplifica a tus enemigos en un solo enemigo. Así que los veremos diciendo que la tolerancia racial en la escuela persigue la ruptura de España, la imposición del catalán y la conversión del país en una colonia islámica de Venezuela. Lo que va en el caballo de Troya como libertad religiosa son los contenidos ultras que socavan las democracias. Brasil y EEUU ya dieron ejemplo.

No hay que engañarse con la educación. Una educación pública integradora y de calidad en democracia molesta a la derecha reaccionaria (en España no hay otra) por cinco razones: 1. garantiza una población formada y con igualdad de oportunidades; 2. es un servicio caro que requiere impuestos; 3. restringe el negocio que se podría hacer con un servicio tan esencial; 4. puede evitar que la educación se reduzca a un potente y caro instrumento al servicio de las empresas; 5. es lo que impide la extensión del adoctrinamiento sobre todo religioso. Y sigamos no engañándonos con dos apuntes. El PSOE lleva desde los 80 volcando la perspectiva neoliberal en los currículos. Prima el interés de las empresas (la mayoría de los think tanks educativos son de los bancos) y se reducen las materias que educan el pensamiento, el análisis y las artes. El segundo apunte es que la razón por la que no podrá ser nunca una cuestión de Estado es la Iglesia y los lobbies ultracatólicos, su entente con los partidos conservadores y su estrategia organizada y financiada para inyectar en la democracia ciertas intransigencias que en estos tiempos son ya abiertamente odios. Democracia laica es una redundancia. Si es democracia, es laica.

https://vientosur.info/valores-de-democracia-en-la-escuela/

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