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Mejorar calidad e indicadores en educación, otro reto ofrecido por Lenín Moreno y que queda inconcluso en Ecuador

Gobierno saliente propuso para el 2021 subir del 72,25% al 80% la tasa neta de asistencia en bachillerato, pero no se cumplió. Y hubo recortes en presupuesto.

Por ley, como dispone la Constitución, cada año se debe incrementar el presupuesto para el sector educación en al menos el 0,5% del producto interno bruto (PIB). Pero el gobierno de Lenín Moreno termina con reducciones en este rubro. Solo en el 2020 le restaron alrededor de $ 900 millones al sector educación y en este año, la asignación iba a ser menor a la del 2020 por la caída del PIB, se dijo. Esta disminución fue atribuida a la crisis económica que ya se arrastraba y a las consecuencias de la pandemia del COVID-19.

No obstante, las reducciones se proyectaban desde el 2018, como en ese entonces denunció Fander Falconí, quien era ministro de Educación. Él renunció, en noviembre de ese año, por estar en desacuerdo con “el recorte a la educación pública” para el 2019.

El acceso a la educación —gratuita, universal y de calidad— es uno de los derechos garantizados en la Constitución. Y aquello se reafirma en el Plan Nacional de Desarrollo 2017-2021, Toda una vida, que planteó el gobierno de Moreno para los cuatro años de gestión, donde resaltaba los logros de su antecesor en esta materia.

Y por ello en su plan de gobierno habla de incrementar la calidad educativa e inclusiva en todos los niveles, incluyendo el inicial (para menores de 5 años), además de garantizarla, y que los jóvenes puedan acceder a la educación superior. Este último era parte de los llamados “sueños” de Moreno.

En aquel plan de tres ejes programáticos y nueve objetivos nacionales de desarrollo —como se los define—, la educación entra en el primer eje, titulado Derechos para todos durante toda la vida.

Y si bien en aquel primer eje (en los objetivos 1, 2 y 6) —y a lo largo de todo el plan de 132 páginas (sin contar anexos)— se habla reiteradamente de mejorar la calidad educativa, se plantearon metas para el 2021, enfocadas en reducir cifras o brechas como el rezago y la deserción escolar, así como aumentar la matrícula universitaria, fortalecer la educación técnica, rural, entre otras.

Sin embargo, la mayoría no se cumplieron. Aquello lo evidencian las cifras disponibles al momento y lo dicen también expertos y representantes de gremios educativos.

La reapertura de escuelas rurales, como las unidocentes, (que se cerraron en el mandato de Rafael Correa para dar paso a las llamadas Unidades del Milenio); la inclusión de institutos técnicos y tecnológicos en la cuota de cupos para acceder a la educación superior gratuita; el llamado a un solo concurso de méritos y oposición (Quiero ser maestro 6) para el magisterio y la convocatoria para otro ya al finalizar su periodo (Quiero ser maestro 7) son parte de acciones que destacan varios docentes.

Unos le suman “el trabajar con un poco más de respiro” porque paró la “intensa persecución política” que, afirman, tuvieron en el gobierno que antecedió a Moreno y que era parte de su misma tienda política. Otros dicen que la “persecución continúa para quienes piensan diferente”. También resaltan el mantener la entrega de libros gratuitos para estudiantes, el desayuno escolar y otros planes sociales.

Entre las metas que debían cumplirse para el 2021 constaba incrementar del 72,25% al 80% la tasa neta de asistencia ajustada en bachillerato; incrementar del 27,81% al 31,21% la tasa bruta de matrícula en educación superior; incrementar del 5,91% al 9,02% la tasa bruta de matrícula en educación superior de nivel técnico…

“Él (Moreno) tenía un enfoque basado en la universalidad del acceso a la educación… se puso hitos muy claros, incluso con indicadores. Se planteaba en la meta del bachillerato bruto, la tasa neta de bachilleres que tiene el Ecuador, que en el 2017 era aproximadamente de 72%, llegar al 80%. Hasta finales del 2019, antes de la pandemia, iba al 71%, es decir, no logró la meta, sino más bien disminuyó un punto del porcentaje”, expone Max Núñez, director de fundación Edúcate, involucrado en temas educativos.

Cuenta que una de las deudas más grandes que tiene Ecuador en educación es la del aprendizaje, que pasará factura, seguida de la conectividad y otros problemas que se hicieron más evidentes con la llegada de la pandemia. “En Ecuador, en el examen estandarizado que se tomó hasta el 2020, los bachilleres se gradúan con conocimientos elementales e insuficientes en Matemáticas y Lenguaje, son casi 75 de cada 100 (casi 8 de cada 10)… es gravísimo”.

Hilario Beltrán, presidente de la Unión Nacional de Educadores (UNE) en Guayas; y Agustín Lindao, de la Red de Educadores del Ecuador, coinciden en que los recortes del presupuesto del Estado para educación afectaron programas (como los de alfabetización), la reapertura de planteles, la dotación de infraestructura acorde y con servicios básicos, así como la calidad educativa y la conectividad.

Afirman que incluso algunos proyectos, programas y planes educativos se eliminaron y que tampoco se ha podido cubrir el déficit de docentes (ni siquiera de los jubilados, fallecidos y de los que desvincularon) en el sector público, en especial ahora que tienen más alumnos con la migración de estudiantes del sistema privado al fiscal.

Según Beltrán, en el sector urbano, el 25% de los planteles, antes de la pandemia, no lograban tener servicios básicos como agua potable, saneamiento, y mucho menos internet. La situación era y es peor en las zonas rurales.

Lindao sostiene que este gobierno le queda debiendo a la educación, que se ha visto también salpicada por casos de corrupción denunciados.

Mientras, el Ministerio de Educación, en sus rendiciones de cuentas, habla de accesos y mejoras en diversas áreas, incluyendo la calidad, así como la educación virtual que surgió en 2020 por la pandemia.

4′314.777 estudiantes en 16.209 planteles y con 206.304 docentes (entre fiscales y particulares) registraba el Min. de Educación en 2020.

4′374.799 estudiantes en 16.003 planteles y con 215.255 docentes (entre fiscales y particulares) registraba el Min. de Educación en 2019.

76% de alumnado en 2020 fue fiscalcon 161.031 docentes, frente al 74%, con 168.029 profesores del 2019.

Educación técnica no despuntó como se ofreció

El bachillerato técnico representó, en el 2020, el 35% de los alumnos de bachillerato matriculados en planteles fiscales, según el documento preliminar de rendición de cuentas del Ministerio de Educación. Y “potenciar” la formación técnica y tecnológica fue otra de las promesas. Se quiso aumentar de 6% a 9% la tasa bruta del registro en educación técnica, pero antes de la pandemia cayó a 4,15%.

“Lenín Moreno consiguió un crédito con el Banco Mundial de aproximadamente $ 90 millones para hacer once institutos técnicos. Anunciaron que iban a construir 44 en el país…, no conozco de ninguno… Hay cuatro, pero comenzaron en el Gobierno de Rafael Correa”, asegura Max Núñez, de la fundación Edúcate.

Estabilidad laboral y capacitación

Docentes del magisterio aún recuerdan una carta que habría firmado en campaña Lenín Moreno referente a la estabilidad laboral que les ofrecía, a través de la entrega definitiva de nombramientos. Pero aquello, aseguran, quedó en el aire porque solo durante la pandemia del COVID-19 en Ecuador desvincularon a unos 4.000 profesores, según los registros que llevan. Y a eso, dicen, le suman la falta de capacitación exhaustiva y masiva para mejorar la educación.

El Ministerio de Educación, en cambio, enumera cientos de capacitaciones (incluyendo la virtual), como planes, proyectos y becas para docentes, que se dieron incluso en pandemia, resalta informe preliminar de rendición de cuentas. Docentes sostienen que ahora tienen más carga laboral, más alumnos y materias que dictar, así no sean su fuerte.

Parte de las metas en educación que fijó el gobierno de Lenín Moreno para el 2021:

  • Incrementar del 72,25% al 80% la tasa neta de asistencia ajustada en bachillerato.
  • Incrementar del 63% al 65% las personas de 18 a 29 años con bachillerato completo.
  • Incrementar del 27,81% al 31,21% la tasa bruta de matrícula en educación superior en universidades y escuelas politécnicas.
  • Incrementar del 5,91% al 9,02% la tasa bruta de matrícula en educación superior de nivel técnico y tecnológico.
  • Reducir de 12,65% a 11,65% la prevalencia de último año de consumo de droga ilícita en estudiantes de noveno de Educación Básica, primero y tercero de Bachillerato del Sistema Nacional de Educación.
  • Incrementar el porcentaje de instituciones educativas fiscales con oferta intercultural bilingüe en los circuitos con población mayoritaria de una nacionalidad o pueblo, del 65,9% al 75% a 2021.
  • Aumentar la cobertura, calidad, y acceso a servicios de educación, con pertinencia cultural y territorial, en zonas rurales: incrementar de 64,47% al 75% la tasa neta de asistencia ajustada a bachillerato en el área rural.
  • Aumentar la cobertura, calidad, y acceso a servicios de educación, con pertinencia cultural y territorial, en zonas rurales: incrementar del 7,3 a 8 la calificación a la educación pública en el área rural. (I)
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El plan de Japón para crear vehículos supersónicos que conecten las grandes capitales del mundo en menos de 2 horas

  • El Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de Japón (MEXT) ha anunciado recientemente su intención de desarrollar una nave espacial que logre viajes comerciales en poco tiempo, cuyo protagonismo recaerá en las empresas del país para 2040.
  • Japón no es el único país que busca un nuevo modelo de negocio con la tecnología espacial; Estados Unidos tiene sus propias empresas e, incluso España, quiere conseguir esta hazaña.

Aunque Japón haya pasado desapercibido en los logros espaciales de los últimos tiempos, sonando más SpaceX o la agencia espacial de China, el país nipón cuenta con JAXA (Japan Aerospace Exploration Agency), la homónima para la exploración del mundo extraterrestre.

Fruto de la importancia de esta para el país, el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología (MEXT o Monkashō) anunció el  12 de mayo un plan cuyo objetivo pasa por desarrollar naves espaciales intercontinentales comerciales que puedan volar entre ciudades en tan solo 2 horas, haciendo uso de la tecnología de cohetes de la que ya disponen.

Según The Mainichi, este plan parte de la colaboración público-privada y se encuentra dividido en 2 fases: la primera, mediante la reutilización de las piezas del cohete H3, cuyo coste está previsto en 5.000 millones de yenes (unos 38 millones de euros), para lanzarlo este mismo año; la segunda, con la entrada de empresas privadas que hagan viajes frecuentes al espacio, con pasajeros a bordo.

Ilustración de un artista que muestra las naves espaciales que despegarán y aterrizarán horizontalmente.

Ilustración de un artista que muestra las naves espaciales que despegarán y aterrizarán horizontalmente.JAXA

En cuanto a la fase inicial, MEXT ha asegurado que el sucesor de H3 se lanzará al espacio para 2030, reduciendo aún más su coste, hasta un 10%, a principio de la década de 2040.

«Se prevén 2 formas de naves espaciales: una que pueda despegar y aterrizar en pistas como aviones, y la otra que pueda despegar y aterrizar verticalmente, como el vehículo de lanzamiento Starship desarrollado por SpaceX en los Estados Unidos», ha añadido The Mainichi.

La importancia de Japón en el espacio

La realidad es que JAXA ha sido una de las agencias que más ha colaborado con otras a nivel internacional. Tanto es así que, en la Estación Espacial Internacional (EEI) existe un entorno de microgravedad desarrollado por Japón, denominado Kibo. Este, a finales de abril, acumula 4.324 días en funcionamiento, con 276 satélites desplegados.

Kibo.

Kibo.JAXA/NASA

Aparte de este hecho reseñable, JAXA desarrolló un vehículo de transferencia encargado del transporte de suministros entre la Tierra y la EEI, los Kounotori (HTV). Entre los suministros más importantes, se pueden contar dispositivos y equipos de experimentación que han sido indispensables para el funcionamiento de la EEI.

Kounotori (HTV).

Kounotori (HTV).JAXA

En este sentido, realizaron, entre 2009 y 2020, 9 misiones de suministros. Sin embargo, el año pasado el vehículo fue retirado para dar paso a su sucesor, el HTV-X, que servirá como la puerta de entrada a nuevas tecnologías de vuelos espaciales. Por ello, no es de extrañar que JAXA quiera también entrar en el terreno de los viajes de pasajeros.

Los vuelos con pasajeros, cada vez más cerca

Aunque parezca aún algo propio de la ciencia ficción, los vuelos comerciales con pasajeros están muy cerca. Así lo aseguró MEXT, que se encargó de analizar la demanda del transporte de alta velocidad conectando ciudades en tiempos nunca antes vistos.

Más allá de Japón, SpaceX, la compañía de tecnología espacial de Elon Musk, está desarrollando y probando con éxito el Starship SN15, para fletar viajes a la órbita terrestre baja, a la Luna e incluso a Marte, para regresar de nuevo a la Tierra y, así, sucesivamente. Aquí puedes ver este logro de SpaceX:

Por su parte, Jeff Bezos está inmerso en Blue Origin, su propia empresa espacial para vuelos comerciales; por otra, se encuentra Virgin Galactic. Aunque estos 2 últimos caminan algo lejos de Musk en sus objetivos, ya que este ha firmado un acuerdo incluso con la NASA.

Finalmente, en España, existe EOS-X, una startup que aseguró que podría llevar a 10.000 personas a la frontera del espacio, a lo largo de esta década, aunque en una cápsula presurizada impulsada por un globo. Sin duda alguna, la carrera espacial pasará por fletar vuelos comerciales, un negocio que aún está dando sus primeros pasos.

Fuente: https://www.businessinsider.es/naves-espaciales-supersonicas-japon-volar-2-horas-ciudades-868833

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India: las mujeres explotadas de Tamil Nadu en las mil fábricas pirotécnicas

Este estado indio tiene una de las tasas de población activa femenina más alta del país. Ellas representan el 75% de mano de obra, cobran la mitad que los hombres y carecen de seguridad social y derechos laborales.

S. Rathinam, de 39 años, escapó de la muerte por los pelos aquella tarde. El 13 de febrero de 2021 tuvo que correr junto con centenares de personas para salvar su vida cuando una explosión sacudió la fábrica de pirotecnia en la que trabajaba en el pueblo de Achakulam, cerca de Sivakasi, al sur de Tamil Nadu. Un total de 26 personas, la mayoría mujeres, murieron, y varias resultaron heridas.

“Todo sucedió en un instante”, recuerda Rathinam. Como trabajadora en el sector de la pirotecnia en la región de Sivakasi, no era la primera vez que veía la muerte tan de cerca. Y puede que no sea la última.

El incidente se coló en la campaña durante las elecciones a la Asamblea, celebradas el 6 de abril. El líder de la oposición y jefe del Dravida Munnetra Kazhagam (Partido Progresista Dravídico), Mutuvel Karunanidhi Stalin, acusó al Gobierno de Edappadi K. Palaniswami de hacer caso omiso de los problemas crónicos de las peligrosas factorías de fuegos artificiales y cerillas del distrito. Entre febrero y marzo de 2021 hubo al menos cuatro explosiones en varias fábricas. Según datos facilitados por la Administración del distrito de Virudhunagar, 204 accidentes le robaron la vida a 298 personas e hirieron a otras 236 en la última década.

En sus discursos electorales, Palaniswami prometía regularizar el sector si su partido –All India Anna Dravida Munnetra Kazhagam (AIADMK)– resultaba reelegido.

Sin embargo, pocos prestan atención a una particularidad destacada de estas tragedias: las más afectadas son las mujeres mal pagadas, como Rathiam, que constituyen la columna vertebral de la industria pirotécnica. El 95% del trabajo en las factorías es manual e incluye desde el manejo directo de productos químicos al relleno, montaje, etiquetado y empaquetado de los petardos; y el 77% de quienes realizan estas peligrosas tareas son mujeres, según el informe Condiciones socioeconómicas de las trabajadoras de la industria fosforera publicado por el Ministerio de Trabajo en 2014-2015.

Las estructuras económicas, el sistema educativo y las iniciativas de desarrollo social de Tamil Nadu han asegurado durante décadas una tasa de participación femenina en la población activa (30%) superior a la media de India (19%), de acuerdo con los últimos datos disponibles recogidos en la Encuesta Periódica de Población Activa 2018-2019. Las de las zonas rurales del estado representan un porcentaje superior de la mano de obra (35%) que las de las zonas urbanas (24%), cifras que también superan a las medias nacionales de un 20% y un 16%, respectivamente.

Sin embargo, las mujeres de otras industrias de Tamil Nadu que cuentan igualmente con abundante mano de obra femenina (alrededor del 75-80%, según los líderes sindicales), como las de componentes para automóviles, electrónica y confección, también se quejan de que sus salarios son más bajos, sus jornadas laborales más largas y que se les niegan los derechos básicos.

Las empresas pequeñas y medianas situadas en el corredor industrial que rodea Madrás emplean a mujeres con contratos que permiten no aplicar subidas salariales y facilitan la contratación y el despido. Por otro lado, las de confección del oeste de Tamil Nadu, tienen un historial de prácticas de empleo y remuneración que las ponen a ellas en desventaja. Lo que tienen en común es la promesa de empleo remunerado para las mujeres; siempre que sean mano de obra joven, vulnerable y sin apenas derechos laborales.

Sivakasi, fuegos artificiales y falta de lluvia

La industria pirotécnica de Sivakasi nació fruto de la desesperación económica de una región sin apenas lluvias, con pocas reservas de agua subterránea y escasas opciones de empleo agrícola. La primera fábrica de fósforos se levantó en la década de 1920, después de que dos empresarios locales, P. Ayya Nadar y su primo, Shanmuga Nadar, viajasen a Calcuta para aprender cómo funcionaba la industria cerillera. Más tarde, la familia instaló también fábricas de fuegos artificiales y pirotecnia en la ciudad. Pronto surgieron imprentas y talleres de etiquetas para dar servicio a esas manufacturas.

Actualmente, las 1.070 fábricas pequeñas y medianas de Sivakasi representan casi el 90% de la producción de petardos y cerillas de India

Y familias enteras empezaron a trabajar para las factorías. “El resultado fue la generalización de una cultura de búsqueda de empleo no agrícola que involucraba a toda la unidad familiar y se traducía en altas tasas de participación en la población activa”, detalla el periodista Hamish Damoradan en su libro India’s New Capitalists: Caste, Business, and Industry in a Modern Nation. “Ya en el censo de 1991, mientras que el porcentaje promedio de población activa de Tamil Nadu era del 44%, en Sivakasi y en las secciones adyacentes rondaba el 60%, lo cual indica el considerable empleo de mano de obra femenina e infantil para complementar los ingresos familiares”.

Actualmente, las 1.070 fábricas pequeñas y medianas de Sivakasi representan casi el 90% de la producción de petardos y cerillas de India. La industria da empleo directo a 300.000 trabajadores, y a más de 500.000 a través de los sectores afines.

Tras la aprobación de una legislación estricta para reducir el uso miserable de mano de obra infantil, las fábricas de Sivakasi pasaron a contratar sobre todo a trabajadoras. Según el mencionado informe del Ministerio de Trabajo de 2014-2015, por entonces ya las mujeres representaban el 74% del total de las plantillas empleadas en la industria cerillera de Tamil Nadu y Kerala. Solo la primera aporta alrededor del 75% de la producción de fósforos de seguridad del país.

Una mujer cobra alrededor de 300 rupias diarias, (unos tres euros), mientras que los hombres de la familia reciben entre 600 y 800 rupias (entre siete y nueve euros)

Lo normal es que a las trabajadoras de las pirotecnias de Sivakasi se les pague la mitad del salario que cobran los hombres. Hemos comprobado que una mujer cobra alrededor de 300 rupias diarias, muy raramente 500 (entre tres y seis euros), mientras que los hombres de la familia ‒es frecuente que familias enteras realicen este trabajo‒ reciben entre 600 y 800 rupias (entre siete y nueve euros).

Manipular explosivos sin seguro

Las casetas donde se trabaja en Sivakasi son particularmente peligrosas debido a los múltiples incumplimientos de las leyes de seguridad en lo que concierne al alquiler, el número de trabajadores y la utilización de sustancias químicas autorizadas. Las licencias para productos pirotécnicos pequeños las expide el funcionario de ingresos del distrito (DRO, por sus siglas en inglés), mientras que la Organización de Seguridad del Petróleo y los Explosivos (PESO, por sus siglas en inglés), un organismo nodal que regula el uso de sustancias peligrosas como explosivos, gases comprimidos y petróleo, autoriza la producción de fuegos artificiales peligrosos de alta gama pensados para ofrecer un despliegue espectacular de luz y sonido.

Las licencias concedidas a los propietarios de pirotecnias difieren dependiendo de la naturaleza del trabajo que se lleve a cabo, los petardos producidos y los ingredientes utilizados. Las normas especifican el número de trabajadores por sala y el número de salas necesarias en función del volumen del material.

“Solo está permitido que trabajen cuatro personas en una caseta, pero en la temporada alta somos más de ocho”, denuncia G. Shanthi, una trabajadora de 30 años de una de las fábricas de Sivakasi.

Los trabajadores denuncian que las casetas están abarrotadas, y que las bolas de productos químicos se secan al sol, y no a la sombra (los productos con un alto contenido de azufre se tienen que secar antes de las 8.30 de la mañana para evitar accidentes). Durante la temporada álgida de actividad, las manufacturas subarriendan sus instalaciones a un contratista para aumentar su producción por encima del límite estipulado en la licencia, según el testimonio de ellas mismas. Las investigaciones de la explosión de febrero revelaron que los locales habían sido subarrendados a cinco personas. Una práctica ilegal.

Solo está permitido que trabajen cuatro personas en una caseta, pero en la temporada alta somos más de ocho”, denuncia G. Shanthi, una trabajadora de 30 años

La Asociación India de Fabricantes de Fuegos Artificiales (TIFMA, por sus siglas en inglés) reconoce que algunas factorías se saltan las normas de seguridad. “La principal causa de accidentes es, sin duda, el arrendamiento y subarrendamiento sin escrúpulos. Como asociación, lo máximo que hemos podido hacer es advertirles. El Gobierno debería intervenir y tomar medidas severas”, reclama T. Kannan, secretario general de la TIFMA.

En los últimos dos meses se han suspendido las licencias de 90 pirotecnias de Virudhunagar por incumplir las normas de seguridad, afirman los miembros de la asociación.

Un estudio publicado en la revista International Journal of Environmental Engineering and Management, los trabajadores de las fábricas también se quejan de dolores de cabeza crónicos, mareos y úlceras debido a los elevados niveles de exposición al manganeso. Los que trabajan sin mascarillas ni guantes, como ocurre en muchas factorías de Sivakasi, corren el riesgo de inhalar altas concentraciones de cromo, manganeso y plomo, todos ellos metales pesados que, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), conllevan el riesgo de padecer cáncer tras una prolongada exposición.

J. Kanagalakshmi, una trabajadora de 28 años de Kiliampatti, cerca de Sivakasi, se queja de que tiene menstruaciones dolorosas, irregulares y muy abundantes que atribuye al calor extremo y a la exposición a sustancias químicas en el trabajo. “A muchas que solo tienen algo más de 40 años les han tenido que extirpar el útero por esto. En las revisiones médicas en la fábrica nos aconsejan siempre que comamos fruta y azúcar de caña, pero no nos lo podemos permitir. Debería dárnoslo la empresa”, protesta.

“Hago 200 mechas al día por 500 rupias”

Igual que sus padres, Shanthi cobra 300 rupias al día (algo más de tres euros), pero no es un salario estable. Depende del volumen de trabajo que le dé su contratista. La joven es una trabajadora de segunda generación de una pirotecnia de Sivakasi. La educación les habría proporcionado a ella y a su hermana una vida mejor, señala, pero las dos se casaron con hombres del mismo pueblo, y ahora sus familias llevan más de una década dedicadas a esta labor.

Hasta hace un par de años, Kanagalakshmi trabajaba en una fábrica en la que su tarea consistía en rellenar tubitos químicos con barro para producir sofisticados fuegos artificiales con complicados efectos y sonidos. “Solía hacer unas 200 mechas al día, y ganaba 500 rupias (menos de seis euros). Pero el trabajo con el contratista era irregular. Algunos días no había nada”, cuenta. Ahora, en otra empresa le pagan solo 300 rupias diarias, su tarea es más fácil y tiene acceso a los lavabos, algo que no tenía antes.

Ahora trabaja en una fábrica en la que le pagan solo 300 rupias diarias (tres euros), pero el trabajo es más fácil y tiene acceso a los lavabos, algo que no tenía en su trabajo anterior

Eswari, de 32 años, está traumatizada por el recuerdo de una explosión en su antigua fábrica que mató y mutiló a sus amigas y compañeras. No consiguió regresar hasta pasados unos días de la tragedia. “¿Qué puedo hacer? Es el único empleo que he tenido en toda mi vida. No conozco otro. Trabajo mucho para que mis hijos reciban una buena educación y consigan algo mejor”, se resigna. Ese anhelo es lo que une a todas las obreras de Sivakasi.

Pero las familias a menudo “no tienen manera de escapar de la industria que antes ofrecía la tan necesaria movilidad económica ascendente a los trabajadores sin tierra y les ayudaba a abrirse camino por el sistema feudal de propiedad de la tierra”, observa Muniraj, un activista que se dedica a defender los derechos de los trabajadores desde que perdió a dos miembros de su familia en accidentes en las pirotecnias. “No ha habido ninguna mejora en sus condiciones laborales y muchas siguen trabajando en el sector al menos durante dos o tres generaciones”.

Hasta diciembre de 2020 el Gobierno de Tamil Nadu no creó una junta específica para las pirotecnias y las fábricas de cerillas “no organizadas”, como venían pidiendo los trabajadores desde hacía tiempo. El primer paso del organismo consistirá en asegurar que 62.661 obreros ‒tan solo el 12% de la mano de obra del sector‒ que ya forman parte de la Junta de Bienestar de los Trabajadores Manuales del estado, reciban ayudas. El Gobierno anunció que se animará a los trabajadores informales a registrarse gratuitamente. “Cada año recurrimos a los tribunales contra la prohibición de los petardos. Quienquiera que forme el Gobierno de Tamil Nadu debe garantizar una solución permanente a este asunto”, reclama Kannan, de la TIFMA.

A medida que el coro de voces que pide la prohibición de los fuegos artificiales se vuelve cada año más sonoro con múltiples demandas judiciales, crece la preocupación de las trabajadoras por su futuro. “Desde la mera supervivencia hasta la búsqueda de un empleo remunerado, tenemos la sensación de estar viviendo siempre al límite”, se lamenta Shanthi.

El Gobierno tiene que intervenir en representación de los empleados, opina Kannan. “No han hecho nada por el bienestar de los obreros de las pirotecnias, aunque genere un volumen de negocio de 25.000 millones de rupias (casi 300.000 euros)”, se queja el secretario general de la asociación. “Teniendo en cuenta que se trata de un trabajo peligroso, el Gobierno debería garantizar que las fábricas cumplan estrictamente las normas establecidas y proporcionen la seguridad social necesaria”.

Contratos “manipuladores”

En Tamil Nadu también se violan los derechos laborales en otros sectores en los que predomina la mano de obra femenina. En concreto en dos de ellos: la industria auxiliar situada en las afueras de Madrás, y las fábricas de confección de la zona oeste del estado.

Ruby (un nombre ficticio para proteger su identidad) es una contratada en una factoría de componentes para automóviles de Maraimalai Nagar clasificada en la categoría de fabricante de equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés). Ruby, cuya familia vive de su sueldo, trabaja en una cadena de montaje que fabrica los sistemas de cableado de los volantes.

La creciente externalización de la contratación de la mano de obra en India está teniendo como consecuencia el descenso de los salarios, la reducción de las prestaciones y el deterioro de las condiciones laborales

Los trabajadores de estas fábricas, el 75% de los cuales son mujeres ‒como informaron diversos empleados de las OEM‒, son reclutados por agencias externas que les pagan los salarios y se encargan de garantizar otras prestaciones a los empleados de estos centros. Las entrevistadas declararon que sus sueldos se mantienen durante años prácticamente igual de bajos que cuando entraron, y que no tienen seguridad laboral ni oportunidades de progresar. “En la fase de formación cobraba 8.000 rupias (90 euros); cuatro años después mi sueldo es de 10.000 rupias (111 euros) nada más”, afirma.

La creciente externalización de la contratación de la mano de obra en India está teniendo como consecuencia el descenso de los salarios, la reducción de las prestaciones y el deterioro de las condiciones laborales, así como menos responsabilidades para las empresas, a pesar de que estas están aumentando su beneficios, como informaba IndiaSpend en marzo de 2019.

Coser y denunciar

La industria textil y de la confección de Tamil Nadu, concentrada en gran parte en los distritos al oeste del estado, tiene un historial de prácticas de explotación de la mano de obra que han provocado denuncias por los bajos salarios, jornadas laborales excesivas, violencia física y sexual, restricción de movimientos y la denegación del derecho a la sindicación.

Poco después de acabar el instituto, G. Kokila, de 20 años, empezó a trabajar en una hilandería del distrito de Dindigul, en Tamil Nadu, por 230 rupias diarias (poco más de dos euros). Cuatro años después gana 300 (tres euros). Antes, el sector era conocido por su represivo Plan Sumangali, el cual obligaba a las jóvenes solteras a trabajar por un pago único de entre 30.000 rupias (335 euros) y un lakh en concepto de compensación por los gastos de la boda. Las mujeres no cobraban sueldo ni recibían otras prestaciones como el fondo de previsión o el seguro estatal para empleados.

Estas prácticas han sido sustituidas por otras que solo han cambiado el carácter de la explotación. Mediante planes como el Pradhan Mantri Kaushal Vikas Yojana y el Deen Dayal Upadhayaya Grameen Kaushalya Yojana, integrados en la iniciativa India Skill, muchas jóvenes de este y otros estados ‒Odisha, Assam, Bengala Occidental y Bihar‒ son traídas a las hilanderías y fábricas de confección de Tamil Nadu. “Las normas y los métodos en vigor en las décadas de 1980 y 1990 como parte del plan [Sumangali] se han modificado para adaptarlas a estrategias más flexibles, como contratar a chicas de entre 16 y 18 años y mantenerlas solo uno o dos años”, revela S. Thivya, del Sindicato del Textil y el Trabajo Común de Tamil Nadu.

Srinivasan, un trabajador de campo de la Alianza Tamil Nadu, una coalición de organizaciones de la sociedad civil que lucha por la mejora de las condiciones del sector textil, denuncia que a las jóvenes se las contrata como aprendices y se las hace trabajar turnos de más sin remuneración adicional. Según el activista, “en la mayoría de los casos, los guardas de los albergues son los encargados de las tarjetas bancarias de las trabajadoras, en las que se les abonan los salarios”.

Este artículo se realizó en colaboración con Behanbox, una plataforma digital para el periodismo de género, y fue publicado originalmente en IndiaSpend.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2021-05-20/india-las-mujeres-explotadas-de-tamil-nadu-en-las-mil-fabricas-pirotecnicas.html

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México: Los maestros ante el regreso a clases: “Probablemente nos contagiemos, pero con la vacuna no vamos a morir»

Aunque buena parte de los docentes en México ya están vacunados contra el coronavirus, existen incertidumbres sanitarias, emocionales y educativas.

Incertidumbre y emoción, pero sobre todo temor ante un posible contagio de la covid-19 son los principales sentimientos que abundan entre los docentes de México ante un posible regreso a clases de modo presencial. Mientras la Secretaría de Educación Pública (SEP) afirma que ya se han vacunado más de un millón y medio de profesores a nivel nacional, aún persiste un sentimiento de desconfianza para regresar a las aulas.

Campeche, al sureste de México, fue el primer Estado en abrir los colegios tras un año de permanecer cerrados. Actualmente se plantea el regreso a las aulas en algunas comunidades con baja población escolar en el Estado de Coahuila, el próximo 17 de mayo, así como en Chiapas, Veracruz, Nayarit y Tamaulipas, a partir del 24 de este mes, casi todas estas entidades con el semáforo epidemiológico en color verde.

Pero no todos los docentes se sienten seguros de regresar a convivir con los estudiantes. Ana Lilia García, maestra en Educación que imparte clases de Español en un colegio en Oaxaca, cree que aunque ya haya sido vacunada, ni ella ni su familia están exentas de un contagio. “Como se nos ha dicho, quizá nos enfermemos, pero ya no nos vamos a morir, eso nos da tranquilidad emocional aunque no debemos confiarnos y seguir usando cubrebocas y siguiendo las medidas”, comenta la docente al teléfono.

Las más de 265.000 instituciones educativas (públicas y privadas) en territorio nacional aún no cuentan con condiciones necesarias para ofrecer condiciones de seguridad suficientes a maestros y trabajadores de limpieza. Según una encuesta de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), un sindicato que reúne a más de 600.000 trabajadores del sector educativo, cuatro de cada 10 escuelas no tienen agua potable y solo dos de cada 10 cuentan con aulas amplias que permitan guardar la distancia entre alumnos.

La distancia entre alumnos y maestros es uno de los grandes temores de los profesores de las escuelas públicas, quienes en un periodo escolar ordinario cuentan con más de 40 estudiantes por aula. De acuerdo con los acuerdos publicados por la autoridad educativa mexicana antes del inicio de la contingencia sanitaria, las aulas debían contar con por lo menos un metro cuadrado de espacio para cada estudiante, un espacio que ahora resulta insuficiente para poder brindar seguridad a quienes estén inmersos en las clases.

Y aunque mucho se ha hablado de seguir protocolos de seguridad en el regreso a clases, no queda claro si será suficiente para evitar que haya enfermos de la covid-19. “Poner un gel antibacterial a la entrada de la escuela y un tapete en la entrada de los salones no basta”, dice Carmen Morales, profesora de cuarto grado en una escuela de Tlaxcala, en el centro de México. “Pienso que vamos a tener muchos casos de alumnos que se quiten el cubrebocas, algo que tenemos que enfrentar con todo y vacuna”, reflexiona la académica.

Una de las soluciones a la falta de espacio en las aulas es la asistencia de manera híbrida, es decir, separando por grupos a los alumnos para que estudien alternadamente desde casa y asistiendo al colegio. “Hay que ser conscientes de que tenemos grupos de por lo menos cincuenta alumnos, no hay la infraestructura idónea en las escuelas para mantener una distancia idónea”, refiere Carlos Santander, maestro de Historia en una escuela de grado medio superior.

El entorno escolar no se reduce a los colegios, sino a un universo de personas que se encuentran alrededor de los planteles. “Resulta difícil pensar en regresar porque todos los allegados a la escuela deberían de estar vacunados, incluyendo quienes venden comida a la salida”, dice Juan Manuel Raso, profesor de Educación Física en una escuela pública de Chimalhuacán (Estado de México).

Las carencias, tras estar un año estudiando desde casa

La mayoría de los profesores reconoce que el nivel académico de sus alumnos será menor que cuando asistían a clases presenciales. Algunos optimistas, como María Mónica Pérez Mosqueda, directora de un colegio en Tampico (Tamaulipas) creen que se tendrá que compensar con trabajo adicional por parte de los maestros. “Tenemos que ser conscientes de que los niños vienen con un desequilibrio, por muchos esfuerzos que hayamos puesto de nuestra parte”, refiere.

De acuerdo con una encuesta de la consultora EY realizada en varios países de Latinoamérica, 60% de los padres de familia consideran que los alumnos requerirán clases de regularización para recuperar los niveles de enseñanza que se tenían previos al inicio de la pandemia.

Pero la preocupación de los maestros no solo es a nivel educativo o por el grado de conocimientos que tengan sus estudiantes. “Muchos de los alumnos se hicieron más sedentarios que antes, viviendo en departamentos pequeños y saliendo poco de casa, se ha hecho poco en la materia física”, refiere el profesor Raso, de Educación Física. “Muchos de los niños están deprimidos, no podemos esperar que regresen con las mismas ganas que antes”, dice Karla Torres, maestra de Inglés de Ciudad de México.

La hora del recreo a mitad de la jornada ya no será la misma, y ni hablar de sentarse todos juntos en el piso a realizar una actividad recreativa. “Yo solía leer con mis alumnos sentados en círculos, pero esas cosas tendrán que cambiar”, refiere García, maestra de Español. “En mi caso es triste, pero los niños ya no podrán jugar fútbol o básquetbol ni ningún otro deporte de contacto”, refiere Raso.

Foto cortesía de la profesora Ana Lilia García Martínez, profesora de secundaria de Oaxaca. Los maestros reconocen que ante un eventual regreso a clases no se podrán llevar a cabo actividades con contacto físico, como se hacía antes de la contingencia sanitaria por covid-19.
Foto cortesía de la profesora Ana Lilia García Martínez, profesora de secundaria de Oaxaca. Los maestros reconocen que ante un eventual regreso a clases no se podrán llevar a cabo actividades con contacto físico, como se hacía antes de la contingencia sanitaria por covid-19.ANA LILIA GARCÍA MARTÍNEZ

Cada 15 de mayo en México se conmemora el Día del Maestro, en reconocimiento a los 1,2 millones de docentes que imparten clases y que desde hace más de un año han tenido que adaptar sus lecciones para hacerlo de modo remoto. Mientras que algunos se conectan mediante videollamadas, otros incluso se han dado a la tarea de dar asesorías a domicilio, ante la falta de una computadora o una televisión. “La pandemia nos cambió para siempre y tendremos que aceptar que las clases ya no serán las mismas”, reflexiona Morales, quien señala que aún no está del todo lista para volver a su escritorio con la misma seguridad que hace un año.

Fuente: https://elpais.com/mexico/2021-05-15/los-maestros-ante-el-regreso-a-clases-probablemente-nos-contagiemos-pero-con-la-vacuna-no-vamos-a-morir.html

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Entrevista a Patricia Fernández Vicens: «Los niños no se mueven por un efecto llamada, sino por un efecto huida»

Por Guadalupe Barahona 

Hace ya unos años que los grandes medios de comunicación dejaron de hablar de niños y niñas solos para llamarlos ‘MENA’. Este acrónimo técnico ha servido para deshumanizarlos y quitarles, precisamente, su rasgo esencial: ser niños, que les hace sujetos de derechos que toda la humanidad tiene el deber de cuidar y proteger.

Hablamos con Patricia Fernández, abogada en La Merced Migraciones, una organización que lleva tres décadas especializada en asistir y acompañar a adolescentes y jóvenes migrantes en nuestro país.

GUADALUPE BARAHONA: ¿En qué consiste tu trabajo como abogada en La Merced Migraciones?

PATRICIA FERNÁNDEZ: En La Merced Migraciones hemos tenido distintos programas de acompañamiento a la infancia migrante. En 1987 se abre la primera casa de acogida para niños refugiados, después se implementan distintos programas de acogida que se cierran en 2006, cuando empiezan a repatriarse desde los centros de acogida a niños a sus países de origen. La Merced considera que esa política es incompatible con un espacio seguro de acogida y se reconfiguran los programas, para enfocarnos a la juventud extutelada: los jóvenes que salen de los centros de menores y aquellos niños y niñas que están en programas de primera acogida como menores, pero luego son considerados adultos a partir de las pruebas de determinación de la edad y quedan en situación de calle. Nos enfocamos en esa acogida.

Para nosotros es muy importante el enfoque de derechos, entender que todo el trabajo de acompañamiento psicosocial y de promoción a la infancia es un trabajo que se hace desde el punto de vista de los derechos humanos, y por lo tanto, tenemos una oficina especializada en derechos sociales de la infancia. Mi trabajo, desde hace más de veinte años, es la asistencia jurídica con atención especializada a la infancia.

GB: ¿Qué obligaciones tiene el Estado español con respecto a un menor que llega a nuestra frontera no acompañado?

PF: La Convención de los Derechos del Niño no distingue entre niños españoles y niños extranjeros. Precisamente, el gran valor de la convención es que establece la categoría universal del niño y de la niña, como una categoría frente a la que no cabe discriminación. Cualquier niño o niña que esté en territorio nacional tiene derecho a la máxima protección del Estado. Antes de la Convención, teníamos otro texto legal, que era la Declaración de los Derechos del Niño de 1959, que dice en su exposición de motivos que “la humanidad debe al niño lo mejor que puede darle”. Ése es el compromiso del Estado español con la infancia: lo mejor que podamos darle. Y esto después se traduce en el denominado “interés superior del niño”.

Lo que tiene que hacer el Estado español cuando se encuentra con un niño en su territorio -y toda la frontera es considerado territorio español- es darle la máxima protección. En algunos casos, será buscar a sus familiares que están en Europa o en España. En otros, será asegurarle un futuro digno en el país. En algunos casos, menos frecuentes, el niño desea volver con sus familiares al país de origen. Lo que hay que hacer es dispensarle una protección inmediata, asegurarle el máximo ejercicio de los derechos. Mientras esté con nosotros, ese niño tiene que estar en las mismas condiciones que un niño español. Por lo tanto, tiene derecho a la regularidad administrativa, hay que documentarle con un permiso de residencia, porque eso es lo que le va a permitir no sólo estar escolarizado, sino obtener un título. A lo mejor quiere jugar al fútbol, y para federarse necesita una autorización de residencia. Los niños no sólo necesitan techo y comida. Los niños necesitan amigos, formación, ocio. Todo eso se articula a partir de su ingreso en un centro de protección o en una familia de acogida. La atención socio-sanitaria es muy importante, hay niños que llegan enfermos.

La reforma del reglamento que está tramitando el Gobierno prevé que se inicien los trámites de documentación de los niños en el plazo de 15 días. Creemos que es una buena noticia, porque los derechos no sólo hay que tenerlos reconocidos, hay que poder ejercerlos, y para ello es imprescindible estar documentado. La protección que hay que brindarles a estos niños y niñas no es sólo social, es socio-jurídica.

GB: ¿En qué medida la ley de extranjería ha colisionado con esos derechos de la infancia?

PF: Los niños migrantes enfrentan una primera frontera que no enfrentan los adultos, que es el procedimiento de determinación de la edad. A una persona adulta no se le cuestiona su identidad cuando llega a territorio nacional. En cambio, el niño, una vez que llega y expresa su identidad, tiene que probar que es un niño, por el llamado procedimiento de determinación de la edad. Ese procedimiento está recogido en la Ley de Extranjería y es el que da acceso al sistema de protección de menores. Por lo tanto, ahí vemos de qué modo se subordina la condición de menor a la condición de extranjero, lo cual colisiona con esa categoría universal del niño.

Además, toda la configuración jurídica de la protección a la infancia está fundamentada en la presunción de minoría de edad: considerarle como un niño o una niña mientras no se demuestre lo contrario. Pero tanto la configuración de nuestra legislación y del reglamento de Ley de Extranjería como, sobre todo, la práctica cotidiana de todos los operadores jurídicos, lo que hacen es arrojar un halo de sospecha sobre los niños migrantes que invocan su condición de menores de edad. Y esta sospecha persigue a los niños migrantes allá donde vayan.

Esto genera unos procedimientos de determinación de la edad con un sesgo racista, que les somete a unas pruebas médicas que miden el grado de maduración biológica de una persona cuyos estándares de comparación son de población norteamericana de clase media. Por lo tanto, se acomoda muy mal a la realidad de la infancia en movimiento, de los niños y niñas que migran por nuestra frontera sur.

Además, la práctica cotidiana, que está legislada en el protocolo de Menores Extranjeros No Acompañados, establece siempre una prevalencia de cualquier indicio sobre mayoría de edad frente a la presunción de minoría de edad, con lo que ésta se vacía de contenido. Esta alegación se ha hecho desde todos los colectivos que trabajamos en el ámbito de derecho de la infancia y derecho de las personas migrantes, y ha sido rotundamente acogido por el Comité de los Derechos del Niño, que ha sancionado a España en numerosos dictámenes, diciéndole: “su procedimiento no se acomoda a los estándares internacionales en materia de protección de la infancia, están ustedes violentando el Convenio de los Derechos del Niño: el derecho a la identidad, el derecho a la seguridad física, y todos los demás”.

Ojo con esto, porque lo que nos está diciendo el Comité de Derechos del Niño, que es el máximo intérprete de la Convención, es que estamos violentando los derechos de la infancia migrante. Por lo tanto, frente a una legislación que aparentemente debe proteger a la infancia, en la práctica no lo estamos haciendo. Esto genera muchísimo sufrimiento personal en los niños sometidos a este procedimiento de determinación de la edad, que son tratados desde una óptica criminalizadora.

GB: ¿En qué consiste la criminalización de los niños y niñas migrantes?

PF: Cuando yo atiendo a un niño migrante que viene a mi oficina y le recibo, lo primero que tengo que hacer, según el Protocolo de Menores Extranjeros No Acompañados, es llevarle a la comisaría. Lo primero. No es llevarle a un centro de protección de menores, asegurarme de que tenga ropa limpia, no. Lo llevo a la comisaría. En Madrid, lo llevo a la Brigada Judicial de Extranjería en Aluche, donde le van a recibir en un ante-calabozo y le van a tomar las huellas, le van a dar un cartel con un número y le van a tomar fotografías. Ese procedimiento es el mismo que se aplica a las personas que han cometido un delito. Eso es tratar a las personas como criminales. Y además, esto se hace en un espacio que está situado en la puerta del CIE, de tal manera que, mientras el niño está esperando, lo que ve son personas racializadas como él o como ella, que están pasando detenidos, engrilletados. Ese momento es dramático, los niños sufren. Es un procedimiento de criminalización.

Y lo siguiente que hago es llevarlo al médico y desnudarlo. Estamos hablando de niños que han sufrido, en todos los casos, violencia en el tránsito migratorio. En muchas ocasiones esa violencia es física, y en muchos casos, es física y sexual. Y yo lo que hago después de tratarlo como a un criminal, es desnudarlo. Por mucho que yo le diga a este niño que quien le va a ver es el médico forense, es traumático. Hablamos de adolescentes con un concepto del pudor completamente distinto al nuestro. Ya hemos prescindido de la variable de infancia, y ahora no consideramos la variable transcultural. Si el niño supera ese procedimiento de determinación de la edad, va a entrar a un centro de acogida, en muchas ocasiones hacinado, sobreocupado, con educadores agotados, etc. Y además, durante todo el periplo migratorio en España, ha estado sufriendo los mensajes continuos de criminalización y de odio.

GB: ¿Qué consecuencias tiene la aplicación del procedimiento de determinación de la edad?

PF: Si los niños no pasan el procedimiento de determinación de la edad, y son considerados mayores de edad, se ven abocados a la calle. Cuando los niños y niñas migrantes se mueven, no lo hacen sólo buscando una meta económica. Hay niños que son depositarios de una esperanza por parte de sus familias, como rescate familiar y económico, pero muchos niños se ven empujados a salir por otras situaciones: guerra, maltrato familiar, maltrato institucional, etc. También vienen buscando una meta de derechos humanos: ellos ansían un espacio de seguridad física. Cuando ellos, en un lugar en el que piensan que van a recibir atención, cuidado, respeto por sus derechos, ven que estos son violentados, eso quiebra la confianza del niño en el adulto y en la sociedad. Luego restaurar todo ese dolor es muy difícil. Esto lo decía de una manera muy bonita Charles Dickens cuando escribe que “En el pequeño mundo en el que los niños tienen su existencia, sea quien sea el que los eduque, nada hay que se perciba y se sienta tan sutilmente como la injusticia”. Es algo que he comprobado en mi práctica profesional.

GB: ¿Es frecuente que los niños y niñas terminen en un CIE o en un centro de detención de adultos?

PF: Sí, hay muchos casos. Nos encontramos que los niños cuando llegan, manifiestan ser menores de edad, se les hacen estas pruebas de determinación de la edad, y como son considerados mayores de edad, se les aplica el procedimiento de devolución y, por lo tanto, son internados en un CIE, a la espera de poder ser devueltos. Otras veces, los niños, a pesar de tener un aspecto físico de menor de edad, no manifiestan ser menores edad, porque a lo mejor tienen familiares en Francia, o tienen indicaciones por parte de los pasadores de que no manifiesten su edad, y entonces, son tratados como adultos e ingresados en los CIES. Otras veces, y es lo que está ocurriendo sobre todo en Canarias, no se hace un filtrado básico de minorías de edad. Sencillamente, se les traslada a todos al CATE, que no es un centro de acogida, es un calabozo a cielo abierto, son dependencias policiales. En el CATE de Barranco Seco, un abogado detectó un menor y se puso en contacto con la fiscalía de menores, pero no había fiscalía de extranjería de guardia, y ese niño pasó tres días en un calabozo: Nochebuena, Navidad y el día 26. Muchas veces, en el contexto de su llegada, si la asistencia jurídica no es de calidad, si no hay posibilidad de acceder a los detenidos, si no hay intérpretes cualificados, no pueden manifestar efectivamente que son menores de edad. Se ven inmersos en una rueda, que es lo que está ocurriendo en Canarias, y acaban en estos centros para adultos. Actualmente el sistema de protección de menores canario tiene muchos retrasos. Y estos retrasos en el procedimiento de determinación de la edad, de conformidad con la ley, deberían acontecer estando el niño en un centro de protección de menores. Lo que está ocurriendo es que están a la espera en estos campamentos de adultos, que son espacios de opacidad y sufrimiento.

GB: A través de los medios de comunicación se transmite la sensación de avalancha, tanto en el caso de la inmigración de adultos como de menores. ¿A qué responde esta imagen de desbordamiento permanente de las estructuras de acogida?

PF: Que los niños y niñas se mueven es una realidad. Tratamos como una emergencia lo que no es emergente, es sistémico. Esto ha ocurrido siempre. ¿Qué es lo que cambia? Los lugares de salida. Porque, frente a lo que se cree, los niños no se mueven por un efecto llamada, sino por un efecto huida. Por nacionalidades, siempre se ven niños y niñas marroquíes. ¿Por qué? Porque la frontera hispano-marroquí es la más desigual del planeta. Por otra parte, las salidas de los niños y niñas marroquíes están muy vinculadas con la inestabilidad en el país. Cuando Marruecos ve que tiene tensión en las calles, combina la represión con permitir las salidas. Funciona el efecto huida, los niños salen de los lugares del planeta donde hay más sufrimiento. A Canarias están llegando marroquíes, por la crisis de la covid y el incremento de la represión. Es sorprendente que estén saliendo por el Sahara, uno de los lugares del planeta más controlados por las fuerzas y cuerpos de seguridad de Marruecos. Otro país de origen es Mali, un país en conflicto; y recientemente, Senegal, que forma parte del Sahel. Si nos vamos al año 2015-2016, la mayor parte de los niños que llegaban eran guineanos, a raíz de la crisis desatada por el ébola.

Si vemos los números, el movimiento de la infancia desde el año 2001 es sistémico. Cambian las rutas. De repente, decimos: “hay crisis en Ceuta y Melilla”, “hay crisis en Andalucía”. Cuando se cierra la ruta canaria, se abre la ruta de Alborán y el Estrecho. Entonces, nos espantamos por la cantidad de niños que llegan a Andalucía. Ahora mismo, el Estrecho y el mar de Alborán están prácticamente cerrados. Tenemos “la crisis” en Canarias. No es una crisis. Lo que pasa es que si concentramos a todos los niños migrantes en el puerto de Arguineguín, que es lo que ha ocurrido, y hacemos una foto fija, lo que tienes es una masa de personas negras, que no son ni una grada del Bernabéu. La crisis no es real. Contamos la realidad de la inmigración por picos y valles, como el electrocardiograma de un enfermo, desde la patología.

En 2006, cuando la crisis de los cayucos, los negros que llegaban a Canarias suscitaban empatía en la sociedad española. No había problema, se trasladaban. De esto, pasamos a la foto de los negros en lo alto de la valla de Ceuta y Melilla, en el año 2014. Cuando se cierra una ruta, se abre otra. Ahí, empezamos a hablar de “avalancha” y entonces los negros dejan de suscitar empatía para suscitar amenaza. Se ha trasladado que las personas migrantes amenazan nuestro modo de vida. Mercedes Jiménez, una antropóloga que vive en Marruecos, describe a los niños migrantes como “los intrusos en la Europa fortaleza”, que tiene la política de que no salgan; si salen, que no lleguen; si llegan, que no se puedan quedar. Los niños migrantes rompen esa lógica, porque tienen derecho a quedarse. Por eso no es baladí que, si la extrema derecha ha dibujado una diana y ha puesto un rostro contra el que disparar, ese rostro es un rostro de niño migrante, porque es el intruso en la Europa fortaleza.

GB: La palabra MENA tiene origen técnico-jurídico, pero no se usaba en la sociedad, fuera del ámbito especializado en derecho de extranjería. ¿En qué momento se traslada este término al vocabulario cotidiano y se deshumaniza a los niños?

PF: Yo creo que de esto tenemos mucha responsabilidad el mundo de lo social, que se ha ido tecnificando de tal manera, que al final acaba permeándonos. No atendemos personas, sino “usuarios”; los niños ya no son niños en ningún sitio, ni siquiera en los centros escolares: son “menores”. Siempre pongo el ejemplo de un titular de prensa de 2006, a raíz de la aprobación de la ley de responsabilidad penal de los menores que decía: “Menor mata a escolar”, cuando eran dos niños, compañeros de clase. La transposición de términos técnicos al vocabulario es tremendamente dañina. Por ejemplo, en el ámbito del derecho internacional humanitario y del derecho comparado, en otros países no se habla de “menores”, se habla de “niños”. En el derecho anglosajón tampoco, ni en el derecho latinoamericano. Es algo muy circunscrito al Estado español. Es muy sorprendente. Probablemente coincide con la aprobación del Protocolo de Menores Extranjeros No Acompañados (2014).

GB: Además del anuncio del Gobierno de modificar la Ley de Extranjería para que se les facilite la documentación en plazos más cortos, ¿qué cosas hay que cambiar en la normativa por la que se rige el sistema de protección a la infancia migrante?

PF: El procedimiento de determinación de la edad. Hasta que no cambiemos el procedimiento de determinación de la edad, seguiremos restringiendo la protección a la infancia a unos pocos, y seguiremos dejando en la calle a muchos niños y niñas, abocándolos al tráfico de personas, a la explotación y a la servidumbre.

GB: ¿Cómo se debería determinar la edad?

PF: Lo primero que tiene que tomar en consideración el procedimiento es lo que manifiesta el niño o la niña. Escuchar al niño o la niña supone hacer una exploración psicobiográfica completa: ¿quién eres? ¿de dónde vienes? ¿por dónde has pasado? ¿cuándo fue la primera vez que hiciste el Ramadan? ¿hasta dónde has estudiado? Hay muchas maneras de preguntar las cosas, y esto no se hace en una entrevista, sentando al niño en comisaría o con un trabajador social. La identificación de todas las vulnerabilidades es un proceso.

En segundo lugar, tiene que haber un análisis riguroso de la documentación. Eso no significa que analice la documentación de los niños como analizo el contrato de compraventa de una vivienda. Sabemos que Marruecos se queda con muchos pasaportes, a veces los niños solamente traen una foto, hay que hacer un análisis holístico que considere todas las variables.

Las pruebas médicas de determinación de la edad sólo deben ser un recurso de última instancia y teniendo en cuenta que fallan. Lo que está ocurriendo ahora es que teniendo la declaración de un niño que dice que es menor, un documento indicial no concluyente de minoría de edad y una prueba de determinación de la edad, que falla, da como resultado que es mayor, y me quedo con la prueba que falla, se aplique o no el margen de error. Esto es un ataque contra el concepto jurídico de presunción de minoría de edad. Si hicieran estudios de cuántos niños son decretados como mayores de edad en España y luego llegan a Francia o Alemania y son reconocidos como menores de edad, veríamos el sufrimiento que estamos provocando.

Un procedimiento de determinación de la edad tiene que ser holístico, transcultural y garantista, y pivotar sobre la presunción de minoría de edad.

Hay buenas prácticas en algunos países, sobre todo escandinavos, y el Estado español las conoce. El tema es que, mientras sigamos viendo a los niños migrantes como enemigos, es difícil que hagamos un procedimiento de determinación de la edad garantista.Y el Estado español supedita todas sus políticas de protección a personas vulnerables a las políticas de control de fronteras. Lo hace con las víctimas de trata y lo hace con los niños migrantes. Lo hace con las víctimas de tortura y necesitadas de protección internacional, y con el agravante de que los niños migrantes son, además, necesitados de protección internacional, víctimas de tortura y muchas veces, de tráfico.

Fuente: https://rebelion.org/los-ninos-no-se-mueven-por-un-efecto-llamada-sino-por-un-efecto-huida/

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