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Colombia: Denuncia Pública. Rechazamos el homicidio de la docente pensionada Beatriz Moreno Mosquera, líder social y sindical del SUTEV

América del Sur/Colombia/14-05-2021/Autor(a) y Fuente: www.fecode.edu.co

La Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación – FECODE – denuncia ante el Ministerio del Interior, Ministerio de Justicia y el Derecho, Ministerio de Educación, Ministerio del Trabajo, Unidad Nacional de Protección, Procuraduría General de la Nación y Defensoría del Pueblo, demandando de ellas en el marco de sus funciones y competencias las acciones pertinentes que permitan esclarecer los hechos y judicializar a los responsables del asesinato de la docente pensionada BEATRIZ MORENO MOSQUERA.

BEATRIZ MORENO MOSQUERA entregó su vida al ejercicio magisterial, al servicio de la lucha sindical, social y comunitaria. El pasado 3 de mayo, su cuerpo sin vida con posibles signos de tortura, fue encontrado en la Playa de Ladrilleras, municipio de Buenaventura, según comunicado de rechazo y denuncia del SINDICATO ÚNICO DE TRABAJADORES DE LA EDUCACION DEL VALLE -SUTEV-.

FECODE condena y rechaza este posible feminicidio y exige de la FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN la más pronta y exhaustiva investigación que permita esclarecer los hechos y dar con los presuntos responsables.

FECODE expresa su más sentida solidaridad con la organización sindical –SUTEV- con el movimiento ADEP, con la comunidad y con los familiares de la lideresa social; exhortándolos a mantener en alto las banderas de la lucha por la defensa de los DERECHOS HUMANOS y la consolidación de la PAZ para todos los colombianos.

Ver Boletín de Prensa No. 06 en PDF

Fuente e Imagen: https://www.fecode.edu.co/index.php/denuncia-publica-rechazamos-el-homicidio-de-la-docente-pensionada-beatriz-moreno-mosquera-lider-social-y-sindical-del-sutev.html

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Tregua talibán tras la matanza de 85 niñas en una escuela de Afganistán

El ataque al colegio Seyed Al Shuhada puede ser obra del Estado Islámico.

La tregua de tres días anunciada ayer por los talibanes no oculta el drama que ha vivido Afganistán después de diversos ataques que han dejado casi un centenar de muertos. El domingo murieron once personas y 28 quedaron heridas como consecuencia de la explosión de dos bombas dejadas en una carretera en el sudeste del país. Ese ataque llegó un día después de una de las matanzas más grandes y más dolorosas de los últimos meses, con más de 85 jóvenes muertas.

Sucedió el sábado en Kabul cuando tres bombas explotaron a las afueras del colegio Seyed Al Shuhada, situado en el sector conocida como Dasht-e Barchi, habitado mayoritariamente por la minoría chiíta hazara. A esa hora más de dos mil alumnos, la mayoría mujeres, abandonaban la institución. Después de la primera explosión, llegaron otras dos detonaciones. Las víctimas fueron mayoritariamente niñas y mujeres de entre 13 y 18 años que se disponían a volver a sus casas para celebrar el Iftar, la ceremonia con la que se rompe el ayuno del mes del Ramadán.

 

 

Las mujeres, sobre todo las de la minoría hazara, pueden pagar un precio muy alto en el nuevo escenario

En Afganistán no son extraños los ataques a colegios o centros de maternidad, como el que sucedió en este mismo barrio de Kabul hace un año y en el que murieron 15 personas, la mayoría madres y sus bebés. Una multitud de padres y vecinos se apresuraron a buscar a sus pequeñas en medio de un escenario caótico. Muchos no tuvieron éxito. Ayer la cifra ascendía a 85 fallecidos y más de 147 heridos.

El atentado no ha sido reivindicado pero muchos en Afganistán señalan al Estado Islámico, responsable de otros ataques contra los hazara, aunque el Gobierno ha acusado a los talibanes. El portavoz de esta organización lo niega y asegura que no llevan a cabo ataques en Kabul desde febrero del año pasado. “Han atacado tantos civiles a lo largo de su historia que la desconfianza hacia ellos es infinita, por eso ya nadie les cree cuando lo niegan”, aseguró ayer por teléfono Shaharzad Akbar, directora de la comisión independiente de derechos humanos afgana.

La tregua de los talibanes se iniciará el miércoles y se extenderá hasta el próximo sábado. A diferencia de otras treguas donde los combatientes pudieron visitar a sus familias, esta vez tienen la orden de mantenerse en sus puestos. El comunicado advierte que si son atacados por el “enemigo” tienen que estar listos para defenderse.

La tregua no ha sido suficiente para amainar el temor de muchos en el país que han visto con horror cómo la violencia se ha disparado desde el primero de mayo, cuando las tropas estadounidenses empezaron a retirarse. Desde entonces ha habido enfrentamientos en un gran número de provincias con decenas de muertos, aunque la cifra exacta sigue siendo incierto. “Su alto el fuego no tiene sentido. Se toman tres días de descanso para matar de nuevo. Váyanse al infierno”, aseguraba en un tuit la activista Samira Hamidi, que forma parte del equipo de Amnistía Internacional en el sur de Asia.

Desde hace semanas las mujeres que integran la red de mujeres de Afganistán, incluida Samira, advierten de los riesgos que corren las mujeres, incluidas las jóvenes estudiantes, en el nuevo escenario al que se enfrentará Afganistán desde el próximo 11 de septiembre cuando las tropas estadounidenses y de la OTAN se hayan retirado del país. “Ellos dicen que han cambiado, pero lo que vemos en áreas que están bajo su control es totalmente diferente”, aseguró Akbar. Puntualiza que para la mayoría de los afganos todavía es un misterio la opinión que tienen los talibanes sobre la participación de las mujeres en el Parlamento o en la industria.

El jefe del consejo de paz afgano, Abdullah Abdullah, respondió ayer a través de un comunicado al anuncio de los talibanes y dijo que el país necesita un alto el fuego permanente. “Creemos que la mejor solución para salir de la crisis del país es acelerar las conversaciones de paz, la declaración de un alto el fuego duradero y poner fin a los combates para siempre”, dijo. El acuerdo firmado entre Washington y esta organización en febrero del año pasado contemplaba que las tropas tendrían que haber salido este primero de mayo lo que ha llevado al líder talibán, Haibatullah Akhunzada, a acusar a Washington de violar el pacto.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/internacional/20210511/7444252/tregua-taliban-matanza-85-ninas-escuela-afganistan.html

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Argentina: Alesso plantea suspender de manera «temporal» las clases

La titular de AMSAFE sustentó su pedido en los resultados de un informe del Observatorio sobre casos Covid de Ctera, que advierte sobre un incremento “exponencial” de los contagios. El crecimiento se detecta también en franjas etarias de edad escolar obligatoria.

Durante la reunión de la paritaria docente de este miércoles, Amsafé presentó los resultados de un análisis de casos Covid en la provincia de Santa Fe, realizado por el Observatorio de Situación Sanitaria constituido en en el ámbito de Ctera. Allí se advierte acerca de “un aumento exponencial” de contagios en el ámbito de la provincia. “Planteamos nuestra preocupación por la circulación comunitaria  y  la  aparición de nuevas variantes  del  virus. Los contagios se van multiplicando a lo largo y ancho de la provincia. El crecimiento se está dando de manera exponencial, provocando  la  saturación  del  sistema  de  salud”, sostiene el informe. “Las escuelas -se acota- son lugares donde todos sus miembros hacen esfuerzos denodados por cumplir y sostener los protocolos,  pero  la  escuela  sola  no  puede. La escuela es parte de una comunidad y si esa comunidad tiene un alto nivel de casos positivos,  los niños, niñas, docentes y asistentes escolares están en riesgo”.

El informe reporta el aumento significativo de casos entre febrero y abril, y advirte que en las últimas semanas a nivel provincial según datos del Ministerio de Salud, se pasó de 400 a 1700 casos diarios.

“Se observa un incremento exponencial de casos diarios a partir del 21 de febrero -insiste el reporte-. En las últimas semanas de abril, el crecimiento se vuelve más abrupto y es seguido de un amesetamiento pero con niveles  cercanos  al  pico observado en octubre del 2020”.

El informe se detiene en el análisis de los casos según la franja etaria. “El rango entre 0 y 17 años presentó el aumento relativo más alto”, sostiene el escrito.

Según los datos, la franja de 1 a 4 años registraba en febrero 18 casos y en abril, 61. De 5 a 9 años; 15 en febrero y 153 en abril; de 10 a 14, 56 casos en febrero y 422 en abril; y de 15 a 19, de 226 en febrero a 900 en abril. Se destaca que todos los rangos etarios corresponden a edades escolares obligatorias.

Sobre la base de esos datos, la titular de Amsafe, Sonia Alesso, consideró que debe evaluarse la suspensión de la presencialidad. “Pensamos que hay que suspender temporariamente la presencialidad en aquellos departamentos o ciudades en los que se presente la situación sanitaria más crítica”, dijo la dirigente en diálogo con El Litoral. “Nos preocupa en Santa Fe que toda la provincia está teniendo un crecimiento homogéneo de casos, a diferencia de lo que sucedía el año pasado con la primera ola. Ello lleva a saturar el sistema de salud con dos problemas: la falta de camas críticas, y los contagios que se están registrando en todos los órdenes y ámbitos. Por ello es necesario disminuir la circulación; no se trata de cuidar a la escuela, sino de cuidar a la población infantil”, alertó.

“Salvo las excepciones remarcadas, la situación de emergencia es generalizada en la provincia,  teniendo  a  la  gran  mayoría  de  los  departamentos  en  una  condición  de  riesgo  muy  alta. Por ello, es necesaria la toma de medidas urgentes para disminuir aún más los contagios con el fin de evitar muertes”, concluyó.

Fuente: El Litoral (www.ellitoral.com) [Link:https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/297824-alesso-plantea-suspender-de-manera-temporal-las-clases-se-trata-de-la-presencialidad-en-los-departamento-mas-criticos-politica.html]

 

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42 organizaciones y personalidades lanzan la iniciativa “Somos Colombia”

(Recortes Cero) En el acto realizado ayer por Recortes Cero y el Comité Nacional del Paro de Colombia en apoyo al pueblo colombiano, un día antes del paro nacional convocado para hoy en el país

El acto ha sido una muestra de solidaridad con la lucha del pueblo colombiano, en el cual, desde Recortes Cero y las organizaciones de Colombia, Argentina, México y Ecuador, se ha remarcado “la importancia de la unión” entre los pueblos hispanos; así como la condena a la represión y el apoyo a las movilizaciones.

En el acto realizado de forma telemática, vía Zoom, han participado representantes de MORENA, el partido del presidente de México, López Obrador; representantes de Unión por la Esperanza, el partido de Rafael Correa, de Ecuador; y organizaciones sindicales y sociales de Colombia y Argentina. Desde España, además de Recortes Cero, organización anfitriona, han participado personalidades como el economista Juan Torres, el escritor y premio Planeta Fernando Schwartz; y organizaciones como FeSP, la Federación de Sindicatos de Periodistas; la FELGTB, Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales; la Fundación Internacional Baltasar Garzón; Asociación de Mujeres Juristas THEMIS; las JOC, Juventud Obrera Cristiana; y ACE, Asociación Colegial de Escritores; entre otras. El acto se ha emitido en directo en streaming en el canal de Youtube de Recortes Cero.

Victoria Avendaño, de la Ejecutiva de la Federación Colombiana de Educadores (FECODE) y de la CUT, Central Unitaria de Trabajadores de Colombia, ha agradecido el apoyo recibido: “Es fundamental para mantener los ánimos de todos los sectores sociales que nos estamos enfrentando a las políticas del gobierno de Duque” las cuales, afirma, “cercenan los derechos del pueblo colombiano.” Avendaño ha denunciado que las “élites”, como el FMI, a través de recortes y una reforma laboral y pensional del Gobierno colombiano “están haciendo recaer la crisis sobre la población”, provocando así las protestas. Avendaño ha facilitado los datos de pobreza en Colombia durante su intervención: “La pobreza ha subido en un 42,5%, más de 3 millones de colombianos no tienen cómo cubrir sus necesidades básicas y 1,7 millones de familias no tienen acceso a tres comidas diarias.”

Iván Rengifo, del Comité Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles (ACREES) ha hablado de un problema social “generalizado”, el cual “ya venía de antes”. Ha afirmado rotundamente que “las manifestaciones inicialmente han sido pacíficas” y que el caos ha empezado por “la represión del Gobierno”.

Adolfo Aguirre, secretario de relaciones internacionales de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma), ha afirmado que Duque y Uribe (actual y anterior presidentes de Colombia), “representan los intereses de las élites, de EEUU y la UE”. “Nosotros apoyamos la lucha popular. Es el pueblo movilizado expresando hartazgo”. Ha condenado a “los enemigos del pueblo colombiano”y “de la humanidad” y ha agradecido la solidaridad internacional “como la que estamos viendo en este acto”, llamando a “una solución de paz y justicia social”.

Bertha Luján, Presidenta Nacional del Consejo Nacional de Morena, de México, ha expresado la “solidaridad del pueblo mexicano” con el pueblo colombiano.

Nuria Suárez, portavoz de Recortes Cero, ha citado a Gabriel García Márquez: “La solidaridad de las naciones hispanas no puede ser retórica”. “Tiene que ser activa” ha continuado la portavoz. Suárez ha defendido que los pueblos iberoamericanos “somos hermanos” y la lucha del pueblo colombiano “también es nuestra”. Ha puesto énfasis en que tras los intereses de ejecutar recortes y reformas laborales “están los mismos”, tanto en España como en América Latina.

Violeta Tercedor, portavoz de Unificación Comunista de España, se ha mostrado de acuerdo con el resto de intervenciones: “quieren cargar las consecuencias de la pandemia sobre la población”. “El pueblo avanza a pesar de la represión” – ha afirmado la portavoz de UCE – “La lucha de los pueblos hispanos avanza en todo el continente”.

Por su parte, Baltasar Garzón, quien no ha podido estar en el acto, ha enviado un vídeo en apoyo “a la lucha del pueblo colombiano”, la cual ha defendido como “justa y necesaria”.

Listado de participantes al acto

Diógenes Orjuela secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT)

Edilberto Castro Juventudes de la Central Unitaria de Trabajadores

Victoria Avendaño de la Ejecutiva de la Federación Colombiana de Educadores (FECODE) y de la CUT

Iván Rengifo miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles (ACREES)

 

Bertha Luján presidenta nacional del Consejo Nacional de Morena

Adolfo Aguirre secretario de relaciones internacionales de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma)

Emilio Villar líder Nacional de Movimientos Sociales de Morena

Susana Prieto abogada que encabeza el movimiento laboral 20/32 de trabajadores en Matamoros

Franklin Samaniego asambleísta, director provincial en Pichincha de la Revolución Ciudadana y vocero de Unión por la Esperanza en Pichincha

Juano Villafañe director artístico del Centro Cultural de la Cooperación y vicepresidente de la Sociedad Argentina de Escritores

Nuria Suárez portavoz de Recortes Cero

Javier de Vicente Secretario Confederal de Acción Internacional y Desarrollo Sostenible de la Unión Sindical Obrera

Violeta Tercedor Portavoz de Unificación Comunista de España

Mané Fernández vicepresidente de la Federación de Gays, Lesbianas, Trans y Bisexuales (FELGTB)

Agustín Yanel secretario general de la Federación de Sindicatos de Periodistas

Alfonso Armada presidente de Reporteros Sin Fronteras

Fanny Rubio escritora y vicepresidenta de la Asociación Colegial de Escritores

Esther Barba presidenta de la Juventud Obrera Cristiana

Clara Fdez-Merino presidenta de la Juventud Estudiante Católica

Alejandro Roldán portavoz de la Asociación Cívica y Social Ciutat Solidaria de Hospitalet, Barcelona

María José Jiménez portavoz de la Vía Andaluza

Julián Martínez portavoz del Partido Castellano – Tierra Comunera

Maribel Mesón activista en defensa de las pensiones y miembro de la Asociación de Mayores por la participación Ciudadana

Manuel Redal a título personal, miembro del Consejo del Sindicato de Técnicos de Hacienda GESTHA

Eduard Tobaruela portavoz de Vecinos Municipalistas

Pedro Carretero Verdes – Independientes de Soto

Ángeles Jaime presidente de Mujeres Juristas Themis

Nadia Zeryhou Centre d’Investigadors i Professionals Euro-Arabs

Juan Torres economista

Fernando Schwartz escritor

Rosa Regàs escritora

Ricardo Cano Gaviria escritor colombiano, de Medellín, pero en España

Jorge Eines Foro de la Cultura de Recortes Cero

Fuente: https://www.alhaurindelatorre.com/42-organizaciones-y-personalidades-lanzan-la-iniciativa-somos-colombia/

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España: Los sindicatos exigen al Gobierno que no eche a los profesores contratados para hacer frente a la pandemia

El documento que el Ejecutivo pone sobre la mesa a las comunidades contempla, por ejemplo, la posibilidad de reducir las distancias de 1,5 metros a 1,2 metros (lo que llevará al aumento de ratios) en 3º y 4º de la ESO, Bachillerato, FP, enseñanzas oficiales de idiomas, artísticas y deportivas para garantizar la presencialidad.

El sindicato de profesores Anpe mostró su descontento con las medidas propuestas por el Gobierno en el borrador de vuelta a las aulas para el próximo curso.

Cuestionan que el documento elaborado por los Ministerio de Educación y Sanidad, al que ha tenido acceso ABC relaja las medidas. Por ejemplo, se contempla ahora la posibilidad de reducir las distancias de 1,5 metros a 1,2 metros (lo que llevará al aumento de ratios) en 3º y 4º de la ESO, Bachillerato, FP, enseñanzas oficiales de idiomas, artísticas y deportivas para garantizar la presencialidad.

Esta reducción de la distancia la justifican en que «la evidencia científica recoge que, en la edad adolescente, si la transmisión comunitaria es baja o modearada, se puede mantener en los centros educativos una distancia interpersonal de al menos 1 metro, aunque en espacios cerrados con gente se recomienda aumentar esta distancia de manera que sea superior a más de un metro», señala el documento.

Anpe ha señalado en un comunicado que «incomprensiblemente, relajan las actuales medidas sanitarias y los protocolos establecidos para los centros durante este curso. En este sentido, cabe recordar que solo se ha previsto la vacunación del profesorado. ANPE exige que finalice antes de que termine este curso, mientras que el resto de la comunidad educativa, siendo los alumnos el grupo más numeroso, no estarán vacunados para el inicio del próximo curso».

Para Anpe « es imprescindible no solo mantener los desdobles actuales y el profesorado contratado en las distintas comunidades, manteniendo las actuales medidas sanitarias, sino también incrementar los desdobles y el profesorado contratado para hacer posible un doble objetivo: asegurar la presencialidad en todas las enseñanzas y compensar los déficits de aprendizaje producidos durante la pandemia».

En la misma línea, desde el Csif advirtieron de que «no es razonable reducir la distancia de 1,5 a 1,2 metros» y exigieron al Gobierno que les aclaren los criterios científicos que justifican este tipo de medidas.

Al igual que Anpe piden que se mantengan y aumenten todos los refuerzos Covid (los docentes contratados para reducir las ratios en el marco de la pandemia) y, por último, que se aclare la vacunación del colectivo docente.

Fuente: https://www.abc.es/sociedad/abci-sindicatos-educativos-exigen-gobierno-explique-relaja-medidas-para-proximo-curso-202105140053_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F

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País Vasco: Junta y sindicatos comienzan a negociar la equiparación salarial de los docentes andaluces

Las diferencias con otras comunidades pueden llegar a los más de seis mil euros anuales en el caso del País Vasco.

La Consejería de Educación y los sindicatos con representación en la mesa sectorial han comenzado a negociar un acuerdo que debe desembocar en una equiparación salarial de los docentes andaluces con los del resto del país. El lunes se celebró una primera reunión, de la que ha salido una mesa técnica que deberá avanzar en los estudios y cálculos de estas diferencias salariales, que se presentarán en una nueva reunión prevista para el lunes 17.

Diferentes estudios elaborados por los sindicatos de la enseñanza han puesto en evidencia la mala situación retributiva del profesorado andaluz. Este colectivo se sitúa entre los peor pagados de todo el Estado. El cálculo de la diferencia retributiva con respecto a la media es un proceso complejo dado la variabilidad de complementos retributivos que hay entre los 18 pagadores a docentes en España (las 17 comunidades autónomas y el Estado en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla).

Las retribuciones de los docentes varían también a lo largo de su vida profesional ya que, las cantidades vinculadas con la antigüedad varían entre las comunidades (sexenios, quinquenios…). Estas diferencias retributivas se van agravando cada año dado que, a diferencia de Andalucía, se van sucediendo diferentes mejoras retributivas en distintas comunidades autónomas para el colectivo docente. Recientemente Navarra, Madrid, La Rioja, Galicia…

Según los cálculos de ANPE, la diferente retributiva en Andalucía con respecto a la media, bruta al año, es de 2.011 euros para los Maestros; 2.188 para los maestros de taller de Artes Plásticas y Diseño y para profesores de Formación Profesional; 2.482 para profesores de Secundaria, de Artes Plásticas y Diseño; de Música y Artes Escénicas y Escuelas Oficiales de Idiomas; y de 2.608 euros brutos al año para los catedráticos.

Según el sindicato CSIF, si tomamos como referencia las retribuciones anuales de comunidades como País Vasco, Cantabria, y Castilla la Mancha, la diferencia respecto a Andalucía sería de 6.853 euros, 2.9204 y 2.471 respectivamente.

Cinco años

La Administración educativa andaluza ha planteado para la posible subida salarial un plazo de pago de 4 o incluso de 5 anualidades, aunque supeditándolo a la situación económica por la que se atraviese.

Fuente: https://www.diariosur.es/malaga/andalucia-educacion-equiparacion-salarial-docentes-20210513113039-nt.html

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Entrevista a Pablo Servigne «Nuestra civilización es un coche sin frenos y con el volante bloqueado»

El autor de Colapsología apuesta por el apoyo mutuo para afrontar la catástrofe social y climática que, según todos los datos, se nos avecina.

Dejémoslo claro desde el principio: el colapso no es el fin del mundo. Es el fin de este mundo, tal y como hoy lo conocemos. No es el apocalipsis. Un colapso, según la definición de Yves Cochet, es “el proceso a partir del cual una mayoría de la población ya no cuenta con las necesidades básicas (agua, alimentación, alojamiento, vestimenta, energía, etc.) cubiertas [por un precio razonable] por los servicios previstos por la ley”.

Pablo Servigne (Versalles, 1978) es el autor, junto a Raphaël Stevens, de un best seller que mira de frente al futuro: Colapsología (Arpa, 2020). Son muchos los datos (climáticos, pero no sólo) que indican que caminamos hacia el hundimiento de nuestra civilización. “Aunque hiciésemos un parón total e inmediato de las emisiones de gases de efecto invernadero, el clima seguiría calentándose durante algunas décadas. Se necesitarían siglos, incluso milenios, para emprender la vuelta a las condiciones de estabilidad climática preindustrial del Holoceno”, escribe Servigne. Así pues, el desmoronamiento parece ciertamente inevitable. Lo que no sabemos es cómo será la vida humana tras la desaparición de los casquetes polares, el agotamiento de las materias primas energéticas, la escasez de agua dulce, de alimentos, de suelo fértil y de aire limpio por culpa de la contaminación, la multiplicación de epidemias y de fenómenos meteorológicos extremos, las migraciones masivas…

La famosa serie El colapso (2019) tomó el libro de Servigne como punto de partida para imaginar ese futuro (con resultados desiguales). El marco cultural dominante (el neoliberalismo) nos induce a pensar que será una competición a muerte al estilo Mad Max. La historia natural y la ciencia nos indican lo contrario: la ley del más fuerte suele quedar suspendida en periodos de crisis para dar paso al apoyo mutuo, tal y como señaló Piotr Kropotkin, para asegurar la supervivencia de la especie.

De todos estos temas charlamos con Servigne aprovechando su paso por Barcelona para dar una conferencia en la Escola Europea d’Humanitats, de la Fundación La Caixa.

Se puede considerar su trabajo como una continuación del que hicieron Jay Forrester, Donella Meadows y otros muchos académicos en los años setenta. Ellos ya avisaron de Los límites del crecimiento. ¿Por qué, después de 50 años, nadie quiere escucharles? ¿Hay un obstáculo de carácter psicológico más allá del político o el económico?

El psicológico es un obstáculo más. Ciencia y creencia toman caminos diferentes. Ha pasado medio siglo y los trabajos científicos han aportado una enorme cantidad de datos. Sin embargo, no hemos conseguido que se crean. Ahí hay un gran problema: no acabamos de creer lo que, efectivamente, ya sabemos. Hay una gran variedad de obstáculos, de cerrojos, que podrían explicar ese fenómeno. Cerrojos políticos, económicos, psicológicos, jurídicos, financieros… Hay cerrojos individuales, por el simple hecho de tener miedo o de no comprender lo que está pasando, y también cerrojos colectivos. Hay gente que recibe millones de dólares a través de sus think tanks para fabricar y propagar dudas. Son los llamados mercaderes de la duda. Pero, a pesar de todos esos factores, después de 50 años de trabajo, la ciencia se va abriendo paso poco a poco. Hoy la gente sabe más y cree un poco más. Ese umbral de miedo y dudas va quedando atrás, también porque hemos visto cómo se suceden los desastres naturales.

Usted es doctor en Biología, ingeniero agrónomo y especialista en mirmecología [la ciencia que estudia la vida de las hormigas] pero un día decidió dejar su trabajo como investigador universitario. Se alejó de las publicaciones científicas y de la competición que las caracteriza para tomar partido por un activismo popular. ¿Se siente más útil que en su trabajo anterior?

No sé si soy más útil. Lo que sí soy es más feliz. Dejé la competición de la investigación científica hace ocho años, me aparté de todo eso del publish or perish [‘publica o perece’]. Adoraba ese oficio pero tenía que alejarme de ese ambiente. No quería permanecer en la torre de marfil de nuestro laboratorio. Lo que quería de verdad es informar al máximo de personas. Y al hacerlo me sentía cada vez más contento y más útil al poder escribir para el gran público, en francés o en español, en vez de escribir complicados artículos académicos en inglés que, a la postre, nadie leía. Para mí fue muy satisfactorio ir al encuentro de un público popular, de diferentes clases sociales y con diferentes actividades, para adaptar el discurso científico y hacerlo más accesible.

Usted está entre los expertos que dicen que el colapso no se producirá sólo por causas climáticas sino también por la desigualdad. ¿Por qué incide tanto en ese punto?

Esa es una parte importante de nuestro libro Colapsología. Hay muchos estudios que muestran hasta qué punto la desigualdad es tóxica, corrosiva para una sociedad. Destruye la confianza, la democracia, el bien común, el concepto de un relato, de un horizonte común. Es un factor decisivo para el colapso. Hay un modelo estadístico muy interesante, el modelo HANDY [Human and Nature Dynamics, desarrollado en 2014] que establece la relación entre la sociedad y su medioambiente. Por primera vez se ha incluido la desigualdad en sus parámetros y lo que indica es que cuanto más desigual es una sociedad más posibilidades tiene de colapsar, y de hacerlo, además, más rápidamente. ¿Y por qué? Es muy sencillo. Porque la desigualdad crea una casta de ricos que extrae recursos del pueblo y de la naturaleza, y esa explotación combinada de bienes, recursos humanos y recursos naturales propicia un riesgo irreversible de colapso. Dicho de otra manera, la prioridad hoy para evitar riesgos y daños mayores es compartir, es reducir las desigualdades.

Lógicamente, la mayoría de la opinión pública, en todo el mundo, ha recibido la vacuna contra el coronavirus con alegría y alivio. La gente quiere volver al mundo de antes, tal cual, sin cambiar nada. ¿Ha reflexionado usted sobre esto?

Difícil cuestión. Aún nos falta mucho por conocer de la COVID-19. Como biólogo, yo diría que tenemos que aprender a vivir con el virus como antes lo hicimos con la gripe. La vacuna ayuda a minimizar la conmoción, por decirlo así, pero la sociedad va a cambiar. Existe la tentación de pensar que volveremos al mundo de antes, pero es difícil. Sobre esta cuestión me cuesta hablar de crisis porque los desastres se superan y las crisis pasan. En el relato del colapso lo que provoca miedo es precisamente su lado irreversible. Para mí, el miedo está en el núcleo de este problema, y lo importante es saber de qué manera afectará a la gente. A las personas mayores puede turbarles hasta el punto de congelar su vida. En el caso de los jóvenes, en cambio, el miedo puede ser una motivación, puede activarlos.

¿Pero por qué provoca tanto sufrimiento pensar en que, inevitablemente, caminamos hacia otro tipo de sociedad? Este ansia por volver al mundo de antes, ¿no es un síntoma de nuestra adicción al capitalismo?

Sí, claro. Hay una adicción al crecimiento económico, a los recursos naturales, al petróleo, a la energía… No sé si todo el mundo sufre, pero lo que es indudable es que el cambio siempre provoca miedo. Hay gente que no quiere cambiar porque tiene miedo y otra que no quiere cambiar por su propio interés económico. El mundo se ha hecho demasiado grande y está demasiado interconectado. La menor perturbación puede provocar daños considerables en toda la economía. En inglés se usan las expresiones too big to fail [‘demasiado grande para caer’] y too big to jail [‘demasiado grande para ir a la cárcel’]. Ese es uno de los principales problemas de la transición ecológica. El capitalismo es uno de los cerrojos de los que hablábamos antes. En el libro utilizamos la metáfora del coche sin control: nuestra civilización industrial es un coche con el depósito a punto de agotarse; es de noche y estamos rodeados de niebla; los frenos no funcionan, no podemos levantar el pie del acelerador, nos salimos de la carretera y los baches debilitan la estructura del vehículo; y, por último, nos damos cuenta de que el volante no funciona. Ese volante bloqueado que nos impide cambiar de dirección es el capitalismo.

En su libro usted recomienda consumir productos culturales que hablen del cambio climático. Se trata, a su juicio, de aprender a imaginar el futuro a través de documentales, películas, novelas, cómics… Ha pasado algún tiempo desde que escribió esto¿Ha cambiado su opinión? ¿No le inquieta el miedo y la ansiedad que esos relatos, casi siempre apocalípticos, puedan generar?

No, sigo opinando lo mismo. El miedo forma parte de la vida y es lógico que esté en esos relatos. Pero también hay que imaginar otros futuros mejores, otros horizontes, y sobre todo hablar de clima, de biodiversidad.

La serie El colapso se centra en cosas más siniestras. Muestra fundamentalmente el lado violento y egoísta del ser humano.

Los creadores de la serie [el colectivo Les Parasites] son amigos. La historia surgió a partir de una entrevista que nos hicieron al astrofísico Jacques Blamont y a mí y que ellos dirigieron para Thinkerview. Escribieron el guion tratando de ser positivos, la intención inicial no era dar miedo pero… no lo consiguieron. Entiendo que es difícil cuando se habla de colapso, porque en esa tesitura el miedo ocupa todo el espacio. El tema del clima, por ejemplo, no está demasiado presente en la serie. Hay un autor indio, Amitav Ghosh, que hace ficciones sobre el clima y que ha escrito un ensayo titulado The Great Derangement en el que se interroga por la ausencia de este tema en la literatura. Como científicos, los que hablamos de colapsología llegamos sólo a las cifras, al plano mental, pero para el gran público eso es difícil de digerir. También hay que hablar desde el corazón, desde las emociones, desde la imaginación. Las lágrimas están prohibidas para el científico. Es difícil ver lágrimas cuando terminas de dar una conferencia. Pero cuando tocas el corazón provocas una toma de conciencia mucho más poderosa que la que se puede conseguir con cifras. Lo ideal es combinar el rigor científico con el calor del relato. Los dos elementos son necesarios para lograr lo fundamental: mover a la acción.

¿Puede decirse que usted empezó escribiendo directamente al intelecto y que luego, en libros posteriores como L’entraide : l’autre loi de la jungle [‘El apoyo mutuo: la otra ley de la selva’], toma un camino más emocional y más político?

No exactamente. El plan inicial era hacer una trilogía. El primer tomo, que es Colapsología, es efectivamente un libro macizo, frío, seco, racional, compuesto fundamentalmente por datos que hablan antes a la cabeza que al corazón. A Raphaël [Stevens] y a mí nos sorprendió muchísimo que tuviera una acogida tan emocional, que haya conmovido a tanta gente. El plan seguía después con un segundo volumen que sería la colapsosofía, que hablaría de la sabiduría, de las historias y las emociones. Porque no se trata sólo de sobrevivir a la tempestad: hay que aprender a vivir en la tempestad. Se tituló Une autre fin du monde est possible [Otro fin del mundo es posible]. Y el tercer volumen es la colapsopraxis, en el que estamos trabajando ahora y que será un libro más colectivo y de orden práctico dedicado a la cuestión política y la organización. En él hablaremos del cuerpo en una doble vertiente: la personal, la de quien sufre el shock en su propio cuerpo, y la del cuerpo social. Al concebirlo así, en una trilogía, queríamos seguir la célebre estructura de Gilles Deleuze: concepto, afecto, perceptoL’entraide fue un libro que surgió en paralelo a estos y que ha contribuido a que el público tenga una imagen del futuro un poco más positiva y que acepte el discurso del colapso.

El confinamiento provocado por la COVID-19 despertó una cierta solidaridad entre la gente de los barrios y de las pequeñas comunidades rurales. ¿Cree que este apoyo mutuo puede ser un comportamiento permanente o está limitado a momentos de crisis?

Las dos cosas. La experiencia nos demuestra que cuando hay catástrofes puntuales e inesperadas la gente colabora de manera altruista. Y no sólo eso: reacciona de una forma extraordinaria. Surge una autoorganización casi perfecta y se actúa con una calma increíble. Es decir, ocurre todo lo contrario a lo que esperamos. Creemos que tras la catástrofe cunde el pánico, se abre una lucha de poder para manejar la organización de las cosas y se actúa de forma egoísta. Es falso. Es científicamente falso. Eso sí, cuando los efectos de la catástrofe se alargan en el tiempo el apoyo mutuo se derrite. Nosotros hemos escrito sobre los mecanismos que el ser humano ha adoptado a lo largo de miles de años para estabilizar estas redes de apoyo. El apoyo mutuo es muy poderoso pero también muy frágil. También puede colapsar en un instante. La desigualdad, obviamente, forma parte de los factores de disolución, de disgregación social. La pérdida de confianza, el sentimiento de injusticia, el sentimiento de inseguridad, todos estos son factores que pueden arruinar la solidaridad y la cooperación. Por eso, aunque surja de forma espontánea en los peores momentos, hay que trabajar en una cultura cotidiana del apoyo mutuo. Y también, claro, dejar atrás la cultura de la competición y del egoísmo que hoy es la dominante por culpa de la ideología neoliberal.

Cuando suframos la primera crisis climática grave, lo normal será que la ciudadanía reaccione con ira por la inacción de los gobiernos. ¿Ese enfado, políticamente hablando, puede traducirse en un ascenso de los movimientos fascistas?

Es muy probable, sí, pero no inevitable. Aún hay margen de maniobra. Pero si nos fijamos en la historia vemos, en efecto, que el autoritarismo suele ser una de las etapas habituales en los colapsos. En los momentos de caos siempre hay una búsqueda colérica de culpables. Se inventan chivos expiatorios para canalizar la violencia, como los judíos, los refugiados, los extranjeros… Y también se busca la protección paternal de un hombre fuerte, con el agravante de que este dictador no calma la situación sino todo lo contrario: participa del caos y trae más desigualdades, más conflicto y más violencia. Pero la cólera también puede tomar otros derroteros. La rabia es lo que anima, por ejemplo, a los y las jóvenes de Extinction Rebellion. Tienen dos eslóganes muy descriptivos: “Amor y rabia” y “Cuando la esperanza muere, la acción comienza”. Ellos pasan de promesas y de esperanzas. Ya no tienen tiempo para eso. En Francia despiertan la memoria de la lucha contra los nazis, de esos chavales que se alistaban a la Resistencia con 15 o 16 años. Hay algo muy bello en esta desesperación o en la rabia que representa, por ejemplo, Greta Thunberg. Políticamente hablando, hay que cultivar el lado bueno de la cólera, del miedo y de la desesperanza. Apelar a las emociones es arriesgado, lo sé, el éxito no está garantizado, pero tampoco tenemos muchas más opciones.

Dado que el colapso parece inevitable, su labor de activismo se basa en decirle a la gente que debe prepararse para el sufrimiento que está por venir. ¿Alguna vez tuvo dudas sobre este punto? ¿Se planteó la posibilidad de rebajar el tono para explicar esta realidad de una forma menos dura?

No. Como científico siempre he tenido pasión por la verdad. Además, intento compartir la mayor parte de la información de una forma benévola, aunque es cierto que no suelo ser muy emocional en las conferencias. Y sí, hay que aceptar el sufrimiento, la muerte, el duelo, el miedo. En el budismo, y también en otras escuelas espirituales, se enseña precisamente eso: a vivir con el dolor para vivir mejor. Yo prefiero no mentir e intentar aprender a gestionar el sufrimiento. Lo curioso de esto es que los niños, las niñas, los y las adolescentes que forman parte habitual del público me dan las gracias. Eso me emociona mucho. Me agradecen la sinceridad y la franqueza, y de repente el problema pasa a ser una cuestión de coraje, no de miedo o de dolor.

Vaya, a priori uno diría que no estamos en una época muy proclive al sacrificio y a la aceptación del dolor, y menos entre los jóvenes. La generación de nuestros padres y de nuestros abuelos sí estaba más acostumbrada a lidiar con el sufrimiento. A ellos no les asustaría un discurso como el suyo.

Tampoco creo que yo tenga un discurso tan severo. Hay otros mucho más duros y más sombríos que yo. En cualquier caso, creo que desde hace 50 años el discurso ligero no ha cambiado demasiado las cosas. En este tiempo lo único que hemos logrado es hacernos oír. Nuestro discurso antes era inaudible y ahora es audible. Y antes estaba dirigido al futuro, ahora no. Se trata del presente, de nosotros. La actual generación ha hecho clic. Los jóvenes han despertado, con amor y con rabia, y quieren hacer las cosas de otra manera, aceptando el combate, el sufrimiento, la resistencia. Ha pasado en otros momentos de crisis. Piense en las juventudes de la CNT o en los jóvenes que se alistaron a las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil. No estaban pensando en el hedonismo y en la alegría. Sabían, por convicción moral, que había llegado la hora de luchar. En este momento la metáfora del incendio es muy útil. Imagine que ve humo cerca de su casa. Usted intentará saber de dónde viene ese humo, si las llamas pueden llegar hasta su domicilio, si los vecinos que hay dentro de ese edificio son vulnerables, cómo puede ayudarlos, cómo se organiza la evacuación… Evidentemente, tendrá miedo, ¿pero qué va a hacer? ¿Acostarse? No. Bueno, pues la colapsología es exactamente eso. Hace décadas que estamos viendo el humo y sabemos que ya hay gente que está muriendo.

Fuente: https://rebelion.org/nuestra-civilizacion-es-un-coche-sin-frenos-y-con-el-volante-bloqueado/

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