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Jóvenes y efectos del consumo de pornografía: una propuesta educativa

Por: Jose Luís García/ eldiario.es

En los últimos 30 años Internet nos ha cambiado la vida, las relaciones o el tiempo libre, tanto a menores como a adultos. Ha sido una transformación extraordinaria en el desarrollo de la sociedad, pero también ha venido acompañada de riesgos importantes de salud que es preciso conocer. Como saben los lectores/as de mi blog, el estudio y la investigación del fenómeno de la pornografía nos ha interesado desde hace muchos años, particularmente los efectos de su exposición frecuente a la modalidad que es representada con diferentes dosis y formas de violencia a mujeres y a chicas aniñadas.

La inmensa mayoría de los menores y jóvenes consumen porno con ese tipo de características en Internet. En España, algunos comienzan a los 8 años, otros incluso antes. Las niñas algo menos, pero en algunos países como Suecia o Australia ya se están igualando hacia los 16 años. Cualquiera que tenga un móvil con acceso a la red puede hacerlo. Tus hijos, nietos o sobrinos, amable lector/a, también lo harán, si no lo han hecho todavía. También las niñas, aunque de momento algo menos. Además, la propia industria del porno tiene recursos sobrados para que se topen en cualquier momento con él y lo consuman. Ese es su objetivo, crear consumidores si son adictos mucho mejor, como en el caso de la industria del tabaco, del alcohol o los cárteles de la droga.

Una buena parte de chicas, tratan de parecerse a los chicos en estas y otras manifestaciones, pero, aunque sean menos consumidoras asiduas de pornografía, sufren en sus propias carnes las consecuencias de que los chicos lo hagan casi a diario. Conocemos algunos de los costes de ese aprendizaje en forma de lesiones anales en niñas o agresiones sexuales de todo tipo, cuando no traumas, aversiones y fobias al sexo.

Por consiguiente, este consumo, a pesar de ser gratis, no es de balde, tiene consecuencias y algunas de ellas muy graves. Diferentes estudios científicos sugieren diferentes efectos: adicción, hipersexualidad, alteraciones cerebrales, disfunciones sexuales, problemas de pareja, trastornos de la conducta, alteraciones de la sociabilidad, consumo de prostitución, riesgos reproductivos y de infecciones entre otros, pasando por el aprendizaje de un modelo de relaciones sexuales agresivo, inaceptable desde todo punto de vista, cuando nos referimos al porno violento.

Nos parece terrible y lamentable que niños y niñas se inicien en la sexualidad con ese modelo que ven en las pantallas de sus móviles, modelo que contribuye a configurar el concepto y el sentido de su sexualidad y de sus relaciones a partir de ese momento. El porno es el manual de instrucciones de las primeras relaciones sexuales de muchos chicos y chicas. Estamos seguros de que la pornografía va a cambiar muchos de los códigos y de las claves sexuales que hasta ahora conocíamos respecto de la estética corporal, la sexualidad y de las relaciones sexuales, con lo que ello supone.

Por todo ello, hablo de generación de #niñosyniñaspornograficos, hashtag que ha tenido una excelente acogida en las RR SS y que sirve de título a una ambiciosa propuesta educativa, bien fundamentada en un análisis exhaustivo de las diferentes implicaciones de la pornografía en la reciente historia y en el momento actual.

 Proponemos una capacitación específica de padres y docentes, en base a 6 temas prioritarios, contenidos que, luego, ellos/as van a aplicar en sus respectivos ámbitos con niños, niñas y jóvenes. La finalidad es que lleven a cabo una adecuada educación sexual que les permita hacer frente a esa vigorosa influencia de la industria pornográfica, ante la que se hallan, demasiado a menudo, sin vigilancia de ninguna naturaleza. La pornografía seguirá existiendo durante mucho tiempo y, en este momento, la formación es el único recurso realista que tenemos. Estos 6 temas responden a las ideas y creencias más significativas que transmite el porno, con el que hay que competir en una lucha desigual.

En consecuencia, con la finalidad de que las familias y profesionales lleven a cabo una educación sexual realista y eficiente con menores y jóvenes, para que afronten con éxito estos nuevos riesgos de Internet, proponemos una “amplia mochila” cargada de conocimientos basados en los avances científicos, al objeto de transmitirles información rigurosa y realista y hacerlo de manera adecuada.

El porno es el manual de instrucciones de las primeras relaciones sexuales de muchos chicos y chicas

José Luis García

Esta propuesta está explicitada en dos libros que se publican estos días y que tienen esa finalidad educativa desde una perspectiva de la salud. Y todo ello desde una perspectiva de prevención y promoción de la salud sexual y relacional, poniendo el foco, un poco más, en los niños y hombres.

En noviembre de 1990 en una entrevista que me realizó el diario canario CANARIAS 7, yo advertía: “Alguien tiene que hablar a nuestros hijos de pornografía”. Me congratuló leer el 9 de diciembre de 2020, en un artículo en EL PAÍS sobre este tema, en el que su autora Eva Bailén, afirmaba: “cuanto más retrasemos la conversación sobre la sexualidad, más necesaria será la charla sobre pornografía”.

Enseñamos a nuestros hijos a comportarse en todos los ámbitos de su vida, excepto en la sexualidad. En lo que concierne a su educación sexual, responsable en buena parte del placer, la alegría, de sus relaciones afectivas, el bienestar o su salud futura, dejamos que lo haga el porno violento. Y eso tiene su coste afectivo, emocional y sexual. Lamentablemente un grupo importante pagará ese precio.

Por tanto, repito, este trabajo está encaminado fundamentalmente a educar y capacitar en la sexualidad a vuestros hijos e hijas para que puedan hacer frente a los desafíos, y sus consecuencias, que plantea el consumo de pornografía en la sociedad actual. También a que puedan analizar con más criterio los argumentos de quienes consideran que ver pornografía a corta edad no tiene ningún efecto, que son tonterías de los fanáticos, religiosos o de aquellos que no aman la libertad, argumentario muy alejado de lo que ocurre realmente como tratamos de mostrar en nuestra novedosa aportación.

La inmensa mayoría de los jóvenes ven pornografía, las chicas menos, pero sufren las consecuencias de que ellos la vean. Gran parte de este porno tiene diferentes dosis de violencia y de violencia hacia la mujer y chicas jóvenes aniñadas. Además, presenta modelos de conducta sexual inadecuados, así como ideas e informaciones con escasa fundamentación científica. Estas circunstancias, en ausencia de educación sexual adecuada, puede provocar muy diferentes consecuencias en otros tantos órdenes de sus vidas, sus relaciones y particularmente en su salud integral.

Dado que las agresiones sexuales a mujeres y a niñas son un drama lacerante en nuestra sociedad, y que se ha señalado a la pornografía como un factor etiológico de este problema, el programa pivota sobre esta esta vinculación. Ya hemos dicho repetidas veces que la violencia es inaceptable y que, en lo que se refiere a la sexualidad, lo es todavía aún más.

Con estos libros, pretendo ayudarles a llevar a cabo su cometido educativo de la mejor manera que yo considero. Necesariamente el conocimiento de la realidad y de los hechos que rodean a la pornografía son condición indispensable para educar de modo más realista y eficiente. De ahí que hayamos apostado por ofrecer conocimientos y datos sobre ello, así como directrices, criterios y orientaciones pedagógicas concretas para la vida diaria.

Las intervenciones educativas frente a los problemas de salud deben basarse en los conocimientos e investigaciones científicas.  “El saber no ocupa lugar”, por tanto, para hablar con los hijos e hijas de esta temática, mejor si tenemos una amplia y fundada formación para transmitirlas y discernir aquello que, por su edad o su desarrollo evolutivo, mejor les convendría. La pornografía es un fenómeno muy complejo y, para hablar de ella, convendría tener claro algunas de las implicaciones más destacadas.

En el primer libro, Niños (y niñas) pornográficos 1, analizamos aspectos conceptuales (¿qué entendemos por pornografía?), históricos (¿cómo ha evolucionado el porno en las últimas décadas?), ideológicos (¿cuál es el debate actual?), modelos de conducta que nos ofrece, así como sus implicaciones económicas, éticas, legales y los diferentes efectos en la salud o en las relaciones, que acompañan al consumo de pornografía. También se analizan otros hechos vinculados directamente a ella (Internet y sus riesgos, violencia y agresiones sexuales, prostitución, etc.).

Libro ‘Niños y niñas pornográficos’, de José Luis García

El segundo, Niños (y niñas) pornográficos 2, se centra en cuestiones más prácticas y sugiere una propuesta educativa, concreta y fundamentada en una investigación exhaustiva, para llevar a cabo en el hogar y en los centros de enseñanza, dentro de la educación sexual. En este momento, pensamos que la capacitación de nuestros hijos e hijas es el mejor recurso para hacer frente a la pornografía on line, promovida hasta la saciedad, sin ningún límite, por la todopoderosa industria que está detrás. Este segundo libro se publica junto al primero.

Todo ello es el resultado de varios años de investigación y estudio, un trabajo intenso y emocionante a partes iguales, sobre este fenómeno -que ofrecemos con gusto a quienes sean sensibles a esta problemática- que está cambiando nuestra manera de ver y vivir la sexualidad, también algunos códigos y claves sexuales, en una sociedad con nuevos y sorprendentes paradigmas que parecen caracterizar inevitablemente al S. XXI.

Nuestros hijos/as, nietos/as o sobrinos/as merecen una mayor consideración y respeto por parte de los adultos frente a la dejación de sus responsabilidades en esta área. Tienen derecho a ser educados adecuadamente en todos los aspectos de su vida, en lugar de ser abandonados a su suerte en manos de la pornografía que es uno de sus principales referentes sexuales.

Es terrible y lamentable que niños y niñas se inicien en la sexualidad con ese modelo que ven en las pantallas de sus móviles, modelo que contribuye a configurar el concepto y el sentido de su sexualidad y de sus relaciones a partir de ese momento. El porno es el manual de instrucciones de las primeras relaciones sexuales de muchos chicos y chicas. ¿Hasta cuándo?

Te invito a que me acompañes en este viaje que trataré de hacerte grato.

*https://www.eldiario.es/navarra/contrapunto/jovenes-efectos-consumo-pornografia-propuesta-educativa_132_6511768.html

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El trabajo, ángulo ciego en la crisis de Covid-19

Por: Laurent Vogel/Viento Sur

A lo largo de la crisis del Covid-19, la cuestión del trabajo aparece de forma paradójica. Es uno de los principales vectores de contagio. Como tal, desempeña un papel inmenso en las desigualdades sociales a lo largo de la pandemia. Y, sin embargo, ha seguido siendo el ángulo ciego de las estrategias públicas. Este es sin duda uno de los factores que han contribuido al fracaso del desconfinamiento en la mayoría de los países europeos.

En Europa se puede considerar de forma sumaria que los poderes públicos han abordado la crisis del Covid en cuatro etapas. Las tres primeras ofrecen múltiples puntos de comparación con el resto del mundo. En el caso de la etapa actual del reconfinamiento, es demasiado pronto para distinguir lo que sería propio de Europa y lo que anticiparía la situación en otros lugares1/.

El tiempo de la gran negación y de la pequeña gripe

El primer momento es el de la negación. La expresión más brutal fue ofrecida por el poder chino al comienzo de la epidemia. El virus aparece en Wuhan, aglomeración industrial que concentra millones de obreros de los que muchos se enfrentan a la condición precaria de “migrantes internos” sometidos al control permanente del Estado y alojados en dormitorios de fábrica. Las primeras reacciones del poder consisten en imponer el silencio y la prosecución del trabajo. Quienes denuncian la situación son reprimidos. Li Wenliang, oftalmólogo en el hospital central de Wuhan, convocado por la policía el 3 de enero de 2020, es obligado a hacer su autocrítica. Cae enfermo del Covid el 10 de enero y muere el 7 de febrero de 2020. Durante semanas cruciales, las autoridades chinas descartaron y luego minimizaron toda transmisión del virus de humano a humano. La explosión de la epidemia entre los miembros del personal sanitario en Wuhan no autorizaba, sin embargo, ninguna duda. El 14 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) comunicaba todavía que “las investigaciones preliminares llevadas a cabo por las autoridades chinas no han encontrado ninguna prueba clara de una transmisión de humano a humano”. El confinamiento de Wuhan se decide finalmente el 22 de enero a las 20h como un giro brutal cuyas condiciones han sido narradas de forma sobrecogedora por la novelista Frang Fang en su diario publicado con el título de Wuhan, ciudad cerrada.

En Europa la negación inicial reposa en otras bases. La visión neoliberal de la salud pública ha jugado un papel importante. Las políticas de austeridad se combinan en Europa con una jerarquía de prioridades en la que la prevención colectiva ocupa el último lugar. La mayor parte de los planes de preparación elaborados tras la pandemia de gripe H1N1 de 2009-2010 fueron abandonados sin ningún debate. La expresión más visible de este error ha sido la no renovación de los stocks estratégicos de mascarillas de protección. El frenado casi total de la financiación de la investigación fundamental sobre los coronavirus se inscribe en la misma tendencia. Esta investigación había conocido un auge tras el SARS (síndrome de afección respiratoria severa) en 2003 y el MERS (Síndrome Respiratorio del Medio Oriente) en 2012. A nivel mundial, ninguno de ellos había superado el límite de las mil muertes. Si se definen las prioridades de la investigación a partir de un criterio de ganancia sobre las inversiones, parecía absurdo asignar medios importantes para una amenaza así. Tal razonamiento solo tiene en cuenta el pasado. Los riesgos podían ser evaluados de forma diferente a la de las compañías de seguros. La crisis ecológica nos pone en contacto de forma mucho más masiva y directa con reservas de virus presentes en la fauna. La industrialización de la producción de la carne crea inmensas unidades de crianza particularmente vulnerables a los agentes patógenos. El recurso masivo al transporte aéreo contribuye a aumentar los riesgos de forma exponencial. Si nada permitía prever la fecha y el lugar de la aparición del SARS-CoV2 (el virus que causa el Covid-19), ya había sido lanzada la alerta por un cierto número de investigaciones sobre el carácter inevitable de pandemias infecciosas mucho más agresivas que en el pasado. En cuanto al sistema de salud pública, está concentrado en instituciones hospitalarias y descuida tanto la atención primaria como los niveles intermedios como la atención ambulatoria. Para las personas de edad avanzada, la segregación en residencias, cada vez más a menudo gestionadas por grupos privados, tiende a imponerse a pesar de la demostración de las ventajas en calidad de vida de las alternativas no segregadas en países como Dinamarca.

Cuando la amenaza se hizo innegable en Europa, el peso de la patronal fue determinante para acumular los retrasos. El ejemplo italiano es el más revelador. Ha sido el país europeo más tempranamente afectado. Los dos primeros casos detectados estaban relacionados con turistas chinos el 31 de enero de 2020 pero, desde la segunda mitad de febrero, numerosos nuevos casos aparecían sin la menor relación directa con China. La circulación interna del virus se ha manifestado muy en particular en las regiones industriales del Noreste (Lombardía y Venecia). La patronal se lanzó a una campaña mediática a gran escala para evitar toda medida de confinamiento. En Bérgamo, que se volverá el epicentro más trágico de la pandemia, la Confindustria (confederación patronal) difundía un video a partir del 28 de febrero para repetir machaconamente contra toda evidencia: “Nuestras empresas no han sido afectadas y seguirán adelante, como siempre”. El hashtag patronal se vuelve obsesivo durante todo el mes de marzo: #yeswework. Serán precisas huelgas masivas para que el gobierno italiano acabe por cerrar una parte de las empresas industriales.

El confinamiento: ¿una vuelta a lo esencial?

A partir de la segunda mitad del mes de marzo de 2020 fueron adoptadas medidas de confinamiento en la mayor parte de los países europeos más afectados por el Covid-19. Estas medidas estaban justificadas por la propagación muy rápida del virus, la ausencia de terapia eficaz y de vacuna, la multiplicación de los fallecimientos. Pero el descalabro de los sistemas de salud pública, golpeados por decenios de austeridad, contribuyó también a ello. El sistema sanitario corría riesgo de naufragio. La tragedia de los fallecimientos masivos en las residencias de mayores se inscribe en este marco. A lo largo de todo el año 2019, huelgas y manifestaciones del personal de las residencias de mayores en Francia habían denunciado la degradación de las condiciones de trabajo y de los métodos de administración fundados en una especie de industrialización de esta actividad de trabajo incompatible con su sentido real. Personal insuficiente, aumento de la intensidad y la estandarización del trabajo, estatus precarios, ausencia de democracia en el trabajo, estos elementos mortíferos estaban presentes.

Apareció un sistema con dos pesos, dos medidas entre la salud en los espacios públicos y la salud en el trabajo durante el confinamiento. Para el espacio público, las reglas de prevención fueron drásticas. Nunca en la historia de la humanidad se han puesto en pie en el mundo durante un lapso de tiempo tan corto medidas tan exigentes de salud pública. En el caso del trabajo, las actividades esenciales fueron mantenidas, incluso en situaciones en las que la prevención era insuficiente. En Europa, la banalización de los riesgos en el trabajo se expresó en primer lugar en la crisis de las mascarillas de protección. En lugar de reconocer su responsabilidad en la no renovación de los stocks estratégicos constituidos en 2009-2010, la mayor parte de los gobiernos pasaron semanas explicando que utilizar mascarillas era algo inútil, incluso contraproductivo, en la mayor parte de las situaciones. Así, el 2 de abril de 2020, Anthony Smith, un inspector de trabajo en Francia, fue suspendido por su dirección por haber querido imponer la distribución de mascarillas al personal de una asociación que efectuaba atención domiciliaria2/. En Dinamarca, durante varias semanas, prosiguió el trabajo en los hospitales mientras la inspección renunciaba a efectuar controles en ellos considerando que habría expuesto a sus agentes a un peligro demasiado elevado.

La definición de lo que eran las actividades esenciales ha sido un tema conflictivo. Nadie ha puesto en cuestión la necesidad de mantener en actividad el sector de la salud o el de la producción de alimentos. Los gobiernos adoptaron criterios demasiado amplios de forma que se mantuviera la actividad de sectores industriales como la producción aeronáutica o se permitiera a gigantes del e-comercio como Amazon desarrollar su actividad.

Para la actividades que podían efectuarse en teletrabajo, esta modalidad ha sido hecha obligatoria o fuertemente recomendada según los países. El teletrabajo constituye un factor de protección efectivo contra la circulación del virus. Presenta sin embargo otra faceta diferente: la de desigualdades muy fuertes que derivan de la posibilidad de adaptar la actividad real a esta organización, de las condiciones de vivienda y de los accesos tanto al material adecuado como a conexiones de calidad, de las dificultades ligadas al cúmulo de trabajo remunerado y del trabajo familiar no remunerado. Este último factor pesa de forma muy particular sobre las mujeres. El cierre de las escuelas, la discontinuidad de numerosos servicios relacionados con las personas con discapacidades, enfermas o de edad avanzada han implicado una fuerte agravación de la doble jornada de trabajo de las mujeres. Las tensiones psicológicas y el “retorno” masivo a tiempo completo de los hombres al hogar han contribuido a exacerbar violencias intrafamiliares.

Dos opciones se ofrecían para las actividades no esenciales incompatibles con el teletrabajo: el paro temporal, con asunción de cargas específicas por la seguridad social, y el mantenimiento de ciertas actividades no esenciales asumiendo el respeto de reglas de higiene (a menudo reducidas solo al mantenimiento de la distancia física).

El fracaso del desconfinamiento: ¿culpa de jóvenes de fiesta?

A partir de mediados de mayo de 2020 la mayoría de los gobiernos europeos opta por una vuelta progresiva a la normalidad. El confinamiento ha producido resultados alentadores. La tasa de reproducción del virus (Ro) pasó a estar por debajo del nivel 1. Las hospitalizaciones y fallecimientos conocieron una disminución muy significativa. A finales de mayo de 2020 la impresión que prevalecía era que Europa salía de la fase más crítica aunque una parte de la comunidad científica pusiera en guardia contra un exceso de optimismo. La pandemia causa estragos entonces principalmente en el continente americano. Es exacerbada allí en parte por factores políticos. Los presidentes de los dos países más poblados de ese continente (Estados Unidos y Brasil) mantienen actitudes de negación mucho más radicales y duraderas que sus homólogos europeos3/. Son sobre todo las muy fuertes desigualdades sociales las que amplían el impacto de la enfermedad. En América latina, para decenas de millones de trabajadoras y trabajadores pauperizados en el sector informal, confinarse es renunciar a comer. Los pocos mecanismos específicos de ayuda social puestos en pie son insuficientes. En los Estados Unidos, las carencias de la seguridad social privan a numerosos trabajadores y trabajadoras de remuneración en caso de ausencia por enfermedad. Esto hace difícil la puesta en cuarentena en cuanto aparecen los primeros síntomas. El peso más masivo de las desigualdades sociales puede contribuir a explicar el contraste entre Europa y América. En Europa, el confinamiento ha producido una caída muy fuerte de la mortalidad en algunas semanas. Del otro lado del Atlántico, se reduce más lentamente. Hay una desincronización entre los Estados Unidos, donde la reducción de la mortalidad es fuerte de finales de abril a mediados de junio, y el resto del continente donde el número de fallecimientos continúa creciendo hasta agosto. Asia y África no presentan un cuadro homogéneo: hay zonas particularmente críticas (India, Medio Oriente y África del Sur) y otras en las que la pandemia prosigue a un nivel relativamente bajo o parece haber sido frenada.

En Europa, si la propagación del virus se ha ralentizado, la pandemia permanece bien presente. Tiende a extenderse geográficamente con subidas en los Balcanes, en Europa central y en Portugal, donde su impacto había sido reducido durante el período precedente. A lo largo del verano, el rol de las condiciones de trabajo y de empleo aparece en múltiples ocasiones. Esas alarmas son constantemente ignoradas. Las políticas públicas tienen a mirar a otra parte: hacia la gente que celebra fiestas, hacia los comportamientos efectivamente poco solidarios de cantidad de personas que intentan compensar la angustia del período precedente. Una parrilla de lectura moralizadora parece superponerse a los datos sobre los contagios. Los lugares de ocio son vistos como focos de contaminación que muestran la inmadurez de mucha gente joven mientras que los lugares de trabajo pasan a un segundo plano. Ahora bien, las infecciones en el medio profesional siguen siendo importantes en todos los sectores que implican una actividad de gran proximidad con las personas. Es evidentemente el caso de los cuidados sanitarios, pero también de los servicios sociales, las prisiones, la policía, los transportes colectivos, etc. A partir de septiembre de 2020, la enseñanza se añadirá a esta lista. Por otra parte, la multiplicación de focos de infección (clusters) en otros sectores remite a la interacción entre malas condiciones de trabajo, formas de empleo precarizado y la infección. En Polonia y en Chequia, el trabajo en las minas ha estado en el origen de importantes focos locales o regionales. En todo el mundo los mataderos han sido señalados como centros de propagación de la enfermedad. El trabajo temporero agrícola que se caracteriza por una extrema precariedad de las condiciones de trabajo, de alojamiento y de transporte está igualmente en el origen de numerosos focos locales4/. La negativa a regularizar incondicionalmente a las y los trabajadores sin papeles en Europa ha jugado un papel tanto en este sector como entre las trabajadoras domésticas.

Es llamativo el contraste entre la progresión de los datos científicos y la insuficiencia de la prevención en el trabajo. Desde le mes de febrero hay estudios que alertan sobre la persistencia del virus en las superficies. La transmisión por aerosol está también establecida en diferentes estudios a partir de abril. El 6 de julio de 2020, 239 científicos y científicas lanzan un llamamiento demandando a la OMS que tenga en cuenta este riesgo en sus recomendaciones. Sobre el terreno, cuando se examinan las prácticas de prevención en las empresas, se ve que estos riesgos raramente son tenidos en consideración.

Si se observa la curva de fallecimientos en Europa5/, ésta había alcanzado su nivel más elevado hacia mediados de abril de 2020. Baja con fuerza a continuación para remontar poco a poco a partir de la segunda quincena de agosto y dispararse en octubre. En el curso de la última semana de octubre se supera la barrera de los mil fallecimientos diarios de nuevo a pesar de una mejora notable de la asunción terapéutica de las afecciones graves.

La voluntad de retomar las actividades económicas a cualquier precio no ha estado acompañada por los medios técnicos y humanos para detectar y trazar los contactos de las personas diagnosticadas como positivas. Numerosas y numerosos responsables políticos han compartido la ilusión de que las aplicaciones informáticas descargadas permitirían reemplazar un trabajo humano minucioso de observación e investigación. Tal trabajo habría también sido una ocasión de intercambio de informaciones sobre las circunstancias precisas de los contagios en el trabajo, la vivienda, los transportes, etc.

La adhesión a la prevención ha sido reducida por la multiplicación de señales contradictorias. El trabajo era generalmente presentado como poco problemático cuando la experiencia cotidiana de éste, en sus condiciones reales, desmentía estas afirmaciones optimistas. De otra parte, se demandaba, con razón, mantener la guardia en el resto de la vida cotidiana tanto si se trataba de actividades festivas como de contactos interpersonales. Si en el trabajo las reglas han sido raramente respetadas, ¿porqué lo habrían sido en las demás actividades? Esta cuestión remite a un problema más fundamental que atraviesa todas las fases de la pandemia: un planteamiento muy autoritario de la prevención.

Reconfinamientos parciales

A partir de comienzos de octubre de 2020, no queda ninguna duda sobre la realidad de una segunda ola en Europa. Está atestiguada por un ascenso de las hospitalizaciones, luego de los fallecimientos, en España desde el mes de agosto. La segunda ola se extiende sobre territorios más amplios que los que habían sido afectados con fuerza por la primera ola. El espectro de un hundimiento de los servicios hospitalarios vuelve a la palestra con una inquietud agravada por la constatación de los estragos ligados a un tratamiento insuficiente de las demás patologías. La mayor parte de los gobiernos europeos se resignan a nuevas medidas de confinamiento. Esta vez, en el terreno del trabajo, todo parece resumirse a una dicotomía entre actividades que pueden ser ejercidas en teletrabajo y las que deben continuar de forma presencial. Cuando unas actividades son suspendidas, la razón de ser de estas medidas no es la protección de las y los trabajadores como tales sino la limitación de los contactos públicos (cierre de establecimientos de comercio no esenciales, de gimnasios o lugares culturales, paso parcial a la enseñanza a distancia…). Si el paso al teletrabajo se ha efectuado de forma precipitada en marzo y sin encuadramiento adecuado en la ley o en las negociaciones colectivas, la situación seis meses más tarde no es mucho mejor.

Un ángulo ciego común

Las políticas sanitarias puestas en marcha han estado centradas en las barreras: distancia entre las personas, mascarillas, desinfección. Lo más a menudo han sido dictadas por las autoridades públicas. El reparto de los roles entre las personas responsables y las expertas ha sido raramente transparente y a menudo ha sido conflictivo. Una de las enseñanzas esenciales de la lucha contra el SIDA ha sido descartada en beneficio de una vuelta con fuerza de un higienismo muy reticente hacia la aportación de los conocimientos no expertos de las personas afectadas. En la mayor parte de los grupos de expertos que han rodeado la toma de decisión de las y los ejecutivos, las ciencias humanas han estado reducidas a su mínima expresión.

En esta óptica, el trabajo se reduce a un lugar de concentración de individuos de la misma forma que puede serlo una ceremonia religiosa o una actividad deportiva. En el caso del Covid-19, el contagio por vía respiratoria implica forzosamente que el trabajo debe ser considerado como un vector importante de transmisión del virus. Es una actividad colectiva por esencia que implica interacciones múltiples entre personas y materias. Una simple utilización de reglas de higiene destinadas a establecer barreras espaciales no basta. Algunas reglas son inaplicables, otras supondrían modificaciones importantes de la organización del trabajo, de las normas de productividad, del margen de maniobra de las y los trabajadores sobre su actividad.

Los dispositivos estadísticos juegan un papel importante en la gestión de la pandemia. Construyen la realidad tanto como la describen. La recogida de los datos ha sido modelada por la OMS. Trata de los datos individuales (sexo, edad, residencia, factores de comorbilidad6/, hospitalización, eventual fallecimiento,…) y no plantea ningún dato sobre la actividad profesional de las personas afectadas u otros indicadores socioeconómicos. Todo ocurre como si se tratara de gestionar una masa socialmente indiferenciada de individuos susceptibles de transmitir el virus de una persona a otra. Los datos sobre la dimensión profesional solo han emergido progresivamente, de forma muy desigual de un país a otro, combinados a veces con otros elementos sobre las desigualdades sociales de salud7/.

Existe, en nuestra opinión, una relación estrecha entre estos límites y la voluntad política de no situar la cuestión de las desigualdades sociales en el centro de la prevención contra el Covid-19. Abrir la prevención a la especificidad del trabajo, es también intervenir sobre la correlación de fuerzas entre las y los trabajadores y la patronal en las empresas.

Dos perspectivas diametralmente opuestas

La protesta desde abajo se ha desplegado en dos vertientes. Una es reaccionaria y se apoya en interpretaciones conspiracionistas. Se encuentra en ella una mezcla de racismo (contra las comunidades asiáticas, sobre todo durante las primeras semanas de la pandemia), de reivindicación de la libertad individual como un derecho absoluto, de exaltación viril de la toma de riesgos, un culto del Producto Interior Bruto (una bajada de éste conllevaría más muertes que el Covid-19 en la versión académica de este discurso) y una desconfianza instintiva hacia toda valoración científica. Los partidos políticos de extrema derecha no han logrado en general encuadrar estas reacciones, salvo quizás en España donde Vox, con sus alianzas regionales con la derecha clásica, ha jugado un papel más activo que la Lega italiana o el Rassemblement National francés. Esta protesta se alimenta de críticas justificadas contra la insuficiencia de los dispositivos de protección social (sobre todo en Italia) o contra la gestión autoritaria de la crisis. No presenta ninguna alternativa de sociedad. Es una queja virulenta por la vuelta al antiguo orden.

La otra protesta ha venido del trabajo. Tiene un potencial radical. En todo el mundo las mujeres han estado en las primeras filas en la lucha contra la pandemia. En los hospitales, en las residencias de mayores, en los supermercados… Ha sido abandonadas en condiciones de prevención desastrosas, han asegurado la supervivencia de las y los demás a menudo al precio de su propia salud. Ha habido gente que ha querido virilizar esta dinámica decretando que se trataba de heroínas. En realidad la resistencia del personal sanitario se apoya en luchas anteriores en las que se forjaron identidades colectivas.

La visión higienista adoptada por los poderes públicos se enfrenta constantemente a las exigencias del trabajo real y a la exigencia patronal de mantener la productividad. El análisis de los clusters aparecidos tras el desconfinamiento muestra que, en ciertas actividades, la protección ofrecida por simples barreras higiénicas es ilusoria. En otras actividades imponen un trabajo diferente. Enseñar, hacer teatro, conducir un autobús respetando los gestos de barrera crean a menudo situaciones insostenibles y una desestabilización de las identidades profesionales. En gran medida, es el trabajo real el que alimenta un inmenso potencial de resistencia.

Éste se ha manifestado de forma intermitente y desigual en función de los países. Aparece, desde el domingo 1 de marzo de 2020, en el Museo del Louvre de París donde el ejercicio de un derecho de retirada colectivo por el personal impone un mínimo de medidas de prevención. En Italia del Norte, estallan muchas huelgas en marzo y obligan a parar un cierto número de fábricas mientras que una revuelta desesperada se apodera de ciertas prisiones. Algunas semanas más tarde, nuevos conflictos se desarrollan en Francia para decidir qué es esencial o no desde el punto de vista de las y los trabajadores. A veces son seguidos por decisiones judiciales como en la fábrica Renault de Sandouville o en diferentes centros de logística Amazon. En Bélgica, es una aplastante mayoría del personal conductor de autobuses y tranvías la que ejerce su derecho de retirada en mayo. La dirección había puesto en cuestión una parte de las medidas de prevención a fin de preparar el aumento del tráfico ligado al desconfinamiento. Otras luchas colectivas se han desarrollado en particular entre las y los obreros agrícolas en Italia para la regularización de las y los sinpapeles. La característica común de estos movimientos es hacer converger las exigencias de la salud en el trabajo con las de la salud pública.

La democracia en el trabajo podría ocupar un lugar singular en la actualidad de los próximos meses. Es una apuesta mucho más que una certeza. El trabajo real no puede ser reducido a un simple espacio en el que se podrían aplicar tal cual barreras higiénicas. Reconocer esto es permitir a los colectivos tomar la iniciativa sobre las condiciones de producción, valorizar su experiencia y repensar el trabajo en todos sus aspectos teniendo en cuenta tanto los imperativos sanitarios como el interés real que representa para la sociedad. Más allá del Covid-19, está en cuestión la esencia de la democracia permitiendo a las personas deliberar y decidir cotidianamente en qué debe consistir su actividad productiva.

HesaMag 22. 2º semestre 2020

Traducción: Faustino Eguberri para viento sur

Notas

1/ La redacción de este artículo terminó el 1/11/2020. Si se consideran las cifras disponibles a finales de octubre, Europa es, con los Estados Unidos, la región del mundo en la que la segunda ola de Covid-19 golpea con más intensidad.

2/ Bajo la presión de los sindicatos, la ministra francesa de trabajo ha autorizado la recuperación de las actividades del inspector el 13/08/2020, pero ha sido trasladado a 200 km de su domicilio. En una queja dirigida conjuntamente a la Organización Internacional del Trabajo, los sindicatos franceses señalan una treintena de casos de presiones ejercidas sobre inspectores de trabajo por su dirección.

3/ En México, tercer país más poblado del continente, la posición del presidente Andrés Manuel López Obrador es mucho menos tajante que la de Trump o Bolsonaro. Concede sin embargo una prioridad al mantenimiento de la actividad económica en detrimento de las exigencias sanitarias.

4/ Desde antes de la apertura de las fronteras en el interior de la Unión Europea, se concedieron derogaciones para hacer venir masivamente personal trabajador temporero agrícola proveniente en particular de Rumanía.

5/ Se dispone de datos de una calidad variable sobre los fallecimientos declarados que son atribuidos al Covid-19. Los excesos de mortalidad global constatados en 2020 en relación a los años anteriores permiten afinar el análisis y tener en cuenta mejor los límites del registro de fallecimientos por Covid.

6/ El papel de las condiciones de trabajo en ciertos factores de co-morbilidad como ls afecciones pulmonares no ha sido objeto de investigación sistemática hasta el momento. Constituye sin embargo un factor potencial importante de desigualdad ante la muerte.

7/ El Instituto Sindical Europeo publicará próximamente un informe sobre los datos disponibles sobre el Covid-19 como riesgo profesional.

*https://vientosur.info/el-trabajo-angulo-ciego-en-la-crisis-de-covid-19/

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Iñaki Barrutia

En estos tiempos convulsos de emergente información relacionada con la pandemia, entre los y las negacionistas y la sumisión futurista que describía Houellebeck, debemos optar por dar espacio al pensamiento crítico.

En 1986 apareció un documento “Armas silenciosas para guerras tranquilas” cuya autoría se atribuyó al grupo Bilderger que reúne a un grupo de personas poderosas en todos los ámbitos. La temática que aborda se centra en la siguiente cuestión: ¿Hasta dónde pueden las sociedades resistir hasta rendirse, sin necesidad de una guerra?. Habla de la necesidad de “crear y utilizar nuevas armas tan sutiles y sofisticadas en su funcionamiento y apariencia pública que sean silenciosas”. Al hilo de este documento, hace una década Noam Ckomsky elaboró un decálogo sobre las estrategias que el poder y los medios de comunicación emplean para manipular a las comunidades.

La incertidumbre y la inseguridad debido a la covid-19, nos obliga a estar atentos y ser críticos con la información que consumimos; se hace necesario analizar las noticias que nos empachan desde los medios de comunicación con el cedazo intelectual de Chomsky. Me refiero a hacerle a la pandemia una prueba para validar e identificar los objetivos que subyacen a las formas comunicativas y a las medidas adoptadas por los gobiernos. Un sano ejercicio de resistencia a la manipulación sería aplicar las advertencias de Chomsky a la situación de pandemia actual y a las actitudes políticas predominantes.

El primer elemento a identificar es la estrategia de distracción que consiste en desviar la atención de la gente de los problemas importantes y de las decisiones que adoptan nuestros gobernantes, con la inundación de otro tipo de información. En el caso de la covid-19 se habla mucho de los contagios y de la irresponsabilidad de las personas, para ocultar los problemas importantes. Estos serían a largo plazo el deterioro del medio ambiente y a corto plazo la privatización progresiva de la sanidad pública y su deterioro, la pérdida de derechos laborales; así como la ausencia de presupuestos para revertir esta situación.

El siguiente elemento que indica este lingüista es crear problemas y después ofrecer soluciones. Se dice que la pandemia desaparecerá, pero el control social derivado de ella se quedará con la consecuente pérdida de libertades. Para ello pueden permitir que se intensifique la violencia urbana promovida por la extrema derecha, para que la gente solicite mayor autoridad y leyes de seguridad que reduzcan nuestras libertades. Asimismo, una supuesta crisis como la del 2008, en la que los ricos multiplicaron sus ganancias, sirvió para que la gente fuese aceptando la pérdida de derechos laborales y la degradación de los servicios públicos. El problema de la gripe aviar con el Tamiflu y el actual virus con su correspondiente vacuna quizás también podría entrar en este supuesto. El foco mediático actual está en la solución, la vacuna.

Otra estrategia que enumera es la de la gradualidad. Para que se acepten medidas inaceptables, que llevan a la precariedad, al desempleo masivo, y a las privatizaciones, hay que hacerlo con cuentagotas, año tras año, como la crisis del 2008 a la que se suma la actual. También es otra técnica para neutralizar la contestación diferir la adopción de medidas, porque para la gente es más fácil aceptar un sacrificio futuro que uno inmediato. Vamos a salvar las navidades para poder reunirnos, aunque el paro, la pobreza, el medio ambiente y las desigualdades sociales sean los problemas fundamentales. En muchas ocasiones se envían globos sonda que más que para testar la reacción de la gente, son para prepararlos para una aplicación futura.

Impactar en lo emocional para bloquear la reflexión racional es otra estratagema interesante que invoca Chomsky. En la pandemia, permanentemente se habla de los afectados, de los muertos habidos, provocando una inundación de nuestra área emocional. Utilizar la vía emocional abre la puerta a nuestro inconsciente para implantar ideas, deseos, miedos o inducir a determinados comportamientos. En esta pandemia el sentido “cívico” de algunas personas les ha transformado en policías civiles, llegamos a justificar la violencia contra los transgresores de normas, y muchas personas bloqueadas por los miedos han transformado su vida en un ritual de compulsiones. Mientras tanto se habla muy poco de la necesidad de un cambio de paradigma de la producción, del cambio climático, de la degradación de la sanidad pública.

La pandemia la superaremos pero el futuro de los y las jóvenes está en riesgo por el cambio climático, por la pérdida de derechos laborales que no se recuperaran sino mediante la lucha; y estructuras protectoras como la enseñanza y la sanidad recuperaran su calidad si presionamos. Cuantos minutos de las noticias se dedican a estos temas tan importantes y determinantes para el bienestar futuro, comparados con la cuantificación continua y permanente de los datos de la pandemia. Bloqueados por el miedo la población en general no realiza un análisis a largo plazo y la mirada general cortoplacista se sitúa en la superación de la pandemia y de nuestras libertades individuales.

Otro artificio eficaz para manipular las mentes es mantener al público en la ignorancia y la mediocridad; asegurándose que la educación que se imparte a las clases inferiores sea lo más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia en la formación entre las clases superiores y las inferiores aumente y se haga inalcanzable. La educación en tiempos de pandemia ha estado condicionada al uso de los recursos telemáticos que hace más elitista la formación. Quizás el próximo año la enseñanza privada ofrezca con ayuda del dinero público, y de cara a las nuevas matrículas, aulas “sanitariamente” más seguras.

Reforzar la auto-culpabilidad también es una técnica de manipulación. Si hacemos creer a la gente que es la responsable de su propia desgracia por su insuficiente inteligencia, capacidad o esfuerzo; hemos asegurado la autoinculpación. En lugar de rebelarse contra el sistema económico, la persona se auto-devalúa y culpa entrando en un estado depresivo al que caracteriza la inhibición; y sin acción no hay revolución. No tenemos más que comparar el tiempo que los medios dedican a responsabilizarnos y a criminalizar a la juventud; y el silencio estruendoso sobre la responsabilidad de las políticas gubernamentales.

Lo que preocupa a la población es su salud. ¿Cuánto ha aumentado en los presupuestos para aumentar la plantilla de las sanitarias? Lo que preocupa a la población es el cambio climático. ¿Cuánto presupuesto se va a invertir para revertir esta situación de desastre ecológico? Mientras tanto se debate muy poco sobre la idoneidad y/o necesidad del gasto vergonzoso de miles de millones para el tren de alta velocidad. ¿Cuánto tiempo invierten los medios de comunicación para informar sobre estos temas?

No será fácil ejercer con honestidad la profesión de periodismo; es indudable la presión que la política en el poder ejerce sobre la prensa; y las dificultades para ejercer libremente la labor de informar. La censura más sutil y eficaz es la autocensura, que incorpora a la información el sesgo que armoniza con la línea editorial. Ante dos versiones contradictorias, una gente dice que llueve y otras que no, muchos periodistas dan una sola versión, y algunos se conforman con repetir las dos versiones. El periodismo ético, de investigación, se moja, sale al balcón y, mojado o seco, verifica e informa.

Iñaki Barrutia. Psicólogo Clínico

https://www.naiz.eus/eu/iritzia/articulos/pandemia-y-manipulacion-mediatica

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Matando a los ídolos: feminismo y la cultura de la cancelación

El problema no es que tengamos opiniones polarizadas. En este escrito no queremos centrar nuestra atención en Maradona ni Tijoux, puesto que ya se ha vertido bastante en el internet sobre la cuestión: hablaremos del debate submarino, que es la cultura de la cancelación, de la censura y la necesidad de pensar un feminismo con perspectiva de victoria.

La muerte de Maradona abrió un agitado debate en el feminismo, sobre si era válido empatizar o no con el dolor popular a raíz de las acusaciones terribles de violencia machista que rodeaban a la exitosa figura del futbolista. Resultó inevitable, al calor de las posiciones en disputa, no recordar una canción titulada Kill yr Idols (Mata tus ídolos) de la banda estadounidense Sonic Youth.

Es evidente que la banda no habla de forma literal: de asesinar a quienes admiramos. Pero sí de “bajar a la tierra” a quienes admiramos y comprender a las personas en sus claroscuros. En el marco del debate público sobre la cuestión, la feminista Cinzia Arruzza, académica de la New School for Social Research, declaraba:

“El feminismo antirracista significa para mí también la capacidad de comprender las complejidades y las contradicciones, de aceptar que las personas siempre tienen defectos de un modo u otro, pero que al mismo tiempo pueden haber contribuido a crear sentimientos de liberación para los oprimidos; (…) de dignidad para los oprimidos y los colonizados (…)”.

Con esta reflexión, entendemos que si alguien es destacado en un área del conocimiento o de la actividad humana, no significa que necesariamente sea una persona destacada en nada más. Y que probablemente sea una persona con bastantes contradicciones en la mayoría de las áreas de su vida. Esto, puede parecer una obviedad; sin embargo, los seres humanos olvidamos que entre nosotros no hay divinidades. Ni ángeles ni demonios. Ni dioses ni monstruos. Y esto opera tanto para quienes divinizan como para quienes juzgan moralmente esta actitud, tan propia además de nuestra cultura colonizada y profundamente signada por lo religioso.

En medio de este debate, aparece impetuosa la censura: no se puede, no se debe reconocer a alguien cuya conducta nos parece reprochable. Notorio fue el linchamiento virtual a la música chilena Anita Tijoux por publicar en sus redes un homenaje a Diego Maradona, que generó también muchísimos mensajes de apoyo y simpatía, mostrando abiertamente el debate en curso.

A ellos respondió con «cancelada, funada, date cuenta hermana, patética, de cartón, vendida, insultos de todo tipo que ni escribiré, patética, desilusionada, amarilla, vergüenza ajena, violadora(…) NO he borrado NINGUN comentario para nunca olvidar… Busquen un culpable. Ahora estimades… Ustedes que aman escribir en sus teléfonos y computadores les pregunto. (…) Han pensado cuantas personas no tienen las herramientas para ver estas violencias? Yo escribí Antipatriarca y la siento cada vez que la canto. Eso nadie me lo puedo cuestionar solo yo al mirarme en mi intimidad…. Conmigo… Y si! como tú estoy llena de contradicciones».

El problema no es que tengamos opiniones polarizadas. Tampoco significa minimizar las actitudes machistas, ni dejar de repudiarlas y enfrentarlas. En este escrito no queremos centrar nuestra atención en Maradona ni Tijoux, puesto que ya se ha vertido bastante en el internet sobre la cuestión: hablaremos del debate subyacente, que es la cultura de la cancelación, de la censura y la necesidad de pensar un feminismo con perspectiva de victoria.

¿Qué es la cultura de la cancelación?

“La miserable respuesta del Estado frente a los brutales femicidios, la violencia sexual y otras formas de violencia patriarcal es el terreno en donde proliferan diferentes estrategias políticas que ponen en el centro la denuncia pública y la venganza individual”.
D’Atri, A. (2018)

Es un neologismo estadounidense (“cancel culture”) que describe el fenómeno extendido de retirar el apoyo,

“ya sea moral, como financiero, digital e incluso social, a aquellas personas u organizaciones que se consideran inadmisibles, ello como consecuencia de determinados comentarios o acciones, o porque esas personas o instituciones transgreden ciertas expectativas que sobre ellas había”.

El término cancel culture o cancelling comenzó a utilizarse en 2015, ganando mayor popularidad a partir de 2018. Comenzó como una actitud hacia personalidades famosas, sin embargo se extendió también hacia las relaciones de personas comunes y corrientes. La cultura de la cancelación tiene sus raíces, no solamente en la impunidad patriarcal con la que funciona el Estado capitalista. También las tiene en la idealización de las personas y organizaciones, transformándolos no en referentes sino en ídolos: cuando idealizamos a personas, les deshumanizamos. ¿Por qué? Porque la facultad de ídolo impide la equivocación. La cultura de la cancelación entonces genera un poder arrogante; cada error se paga con el silenciamiento, en una suerte de “bullying público”.​

La cancelación es un acto inherentemente transaccional: no actúas de acuerdo al comportamiento esperado y eres desechado. El sistema tiene esta práctica en sus cimientos, y nos educa con ella. El sistema capitalista cancela a los jóvenes que han cometido infracciones de ley y les recluye en el Sename; cancela a los miles de presos pertenecientes a los sectores más empobrecidos de la sociedad. Los deja al margen.

Si bien se ha utilizado el concepto de «cultura de la cancelación» para hablar de libertad de expresión y así dar cabida a pensamientos xenófobos, racistas o transfóbicos, la cancelación opera desde la lógica del consumo, donde hay seres humanos aptos para su circulación, y seres que no. Y se cuela en nuestras prácticas. La cultura de la cancelación es la constatación de la impotencia de vivir en un mundo miserable. No resuelve esa impotencia, y tampoco aporta en su resolución. Aislar a las personas no repara el daño que han causado. Tampoco colabora en que estas personas dejen de cometer violencias contra otros seres humanos. La pedagogía de la crueldad con la cual el sistema nos educa, no puede transformarse en nuestra propia didáctica.

¿Y cómo “cancelamos” la violencia machista?

El marco legal impuesto por quienes hoy están en el poder, establece la judicialización de los problemas de la violencia machista y sus repercusiones en la vida de las mujeres y LGTBIQ+ como única vía para enfrentarla, sin poner centro en las víctimas y la reparación de las violencias sino en el castigo al agresor. Y esto ocurre porque para la sociedad burguesa es más rentable llenar las cárceles, hacer productos amigables para el consumo, generar nuevos modelos de mercado, que erradicar de manera efectiva la violencia patriarcal, funcional a su dominio.

Si descartamos que los varones y las personas en general puedan transformar sus prácticas y orientarlas hacia el cuidado, el respeto y la solidaridad, descartamos que la violencia contra las mujeres y LGBTIQ+ pueda alguna vez terminarse. Y el problema es que la violencia no es la excepción a la norma, sino la norma. Si habilitamos la práctica de censurar o anular posturas que escapan de los márgenes de lo que consideramos aceptable, ignoramos que estos marcos están previamente delimitados por las estructuras de poder imperantes: la censura política abre la caja de Pandora de los peores totalitarismos.

En última instancia, de la cultura de la cancelación implica cierta comodidad en tanto decide ignorar que para enfrentar verdaderamente las fuerzas más oscuras de la humanidad y sus miserias más horrendas, es necesaria la experiencia de lucha contra ellas, desplegando fuerza material. Resulta pertinente revisar el planteo al respecto de Cinzia Arruzza:

“Las contradicciones sociales y materiales dan nacimiento a héroes imperfectos, defectuosos y contradictorios. Nosotros, como feministas antirracistas y antiimperialistas, debemos aprender a abordar este hecho inevitable en sus complejidades. No se trata de condonar, sino de entender (…) se debe abrir una conversación más amplia en torno a la justicia transformadora, la práctica de permitir que las personas cambien y se transformen a sí mismas ayudándolas a transformar las condiciones materiales y sociales de sus vidas. Un enfoque que es antitético a la inclinación carcelaria que se asienta en lo profundo de todos nosotros».

A las ideologías opresoras es imposible abolirlas solamente por decreto. Necesitamos, para ello, desarrollar una fuerza social y política capaz de hacerles frente y derrotarlas.
Hoy es posible pensar un feminismo antipunitivista y anticarcelario que ponga por delante la necesidad de las transformaciones estructurales para la erradicación total de la violencia contra las mujeres y de toda práctica de discriminación y opresión. Para quienes reivindicamos el feminismo socialista, esta posibilidad es realizable en tanto echemos abajo todas las viejas formas de relaciones sociales de opresión y explotación. Contra el Estado capitalista, diseñado para mantenernos en el lugar de víctimas y no permitir nuestra liberación total, la única respuesta es organizar nuestra fuerza junto a la clase trabajadora y todos los sectores oprimidos, para conquistar ese horizonte de victoria que merecemos.

*https://www.laizquierdadiario.cl/Matando-a-los-idolos-feminismo-y-la-cultura-de-la-cancelacion?fbclid=IwAR26g5G3Kf2YvNduSfyKqzWK4mvLch6YJYpWf9FyBWOv4IWUqKAnPjwZJhE

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Lo que dejó 2020 para la educación en EEUU

Por: http://eltiempolatino.com

«Que hablen mal de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen», afirmaba el famoso escritor Oscar Wilde. Así, fuera a favor o en contra, con la designación de Betsy Devos como secretaria de Educación del gobierno de Donald Trump y con la llegada de la pandemia, el tema de las opciones escolares (school choice) recibió más atención en los últimos cuatro años que en cualquier otro momento de la historia.

Esta idea, que resultaba desconocida para un gran segmento de la población, de pronto, fue redescubierta y discutida masivamente por los medios de comunicación, en las cortes y en diversos foros públicos tales como paneles y eventos en línea.

Uno de los acontecimientos más sobresalientes ocurrió en junio y fue el caso Espinoza v. Montana Department of Revenue, que sentó un precedente al decidir la Suprema Corte de Justicia a favor de una familia que había elegido poner a sus hijos en una escuela perteneciente a una designación religiosa.

El estado de Montana buscaba negarle a los Espinoza las becas obtenidas a través de un programa subvencionado con donaciones privadas, incentivadas vía un crédito fiscal. El veredicto se amparó en la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos —que protege la libertad religiosa— y dictaminó que toda familia tiene derecho a escoger la escuela de su elección.

Con esta decisión, este tipo de opción escolar fue declarado neutro ante cualquier disposición anti-religiosa, permitiendo así que los padres tengan acceso a todas las posibles escuelas privadas en su comunidad, sean estas laicas o no.

De igual manera, este año la popularidad de educar desde el hogar se duplicó. De acuerdo con la Universidad de Virginia, la modalidad de aprendizaje virtual vino a hacer con la educación lo que Netflix hizo con las tiendas para rentar videos.

En consecuencia, la opción de home-schooling experimentó un incremento del 200%. No obstante, ante la imposibilidad de atender un salón en persona, la pandemia puso sobre el tapete la falta de acceso digital. Muchas familias no tuvieron las computadoras y capacidad de banda (WIFI) para cada uno de sus miembros en edad escolar. De ahí que la brecha digital pasara de ser un fenómeno poco debatido a convertirse en el sujeto esencial de la eterna polémica entre los que tienen mucho y los que tienen muy poco.

A su vez, los grupos de aprendizaje o learning pods entraron en su época de apogeo. La necesidad es madre del ingenio, dice el viejo proverbio. Por eso, ante la urgencia de continuar educando a sus hijos, los padres crearon de forma orgánica grupos guiados por maestros contratados para atenuar la interrupción académica y para garantizar cierto nivel de enseñanza presencial.

Los docentes empleados para dicha tarea reportaron encontrar mayor libertad al elegir horarios, estilo, contenido e incluso tarifas para hacer de su labor algo más innovador y remunerador tanto en lo financiero como en la parte de docente. De nuevo, también en este caso las familias de recursos económicos limitados no pudieron pagar por un maestro privado para implementar la opción de un learning pod.

En lugares como Florida, Arizona, Carolina del Norte, Indianápolis y Wisconsin, donde existe pluralidad de opciones escolares, los programas de becas para asistir a una escuela privada recibieron un mayor número de solicitudes y/o incrementaron el número de participantes.

Es decir, que las inusuales circunstancias impuestas desde marzo y las políticas de gobierno, han producido un auge en el ámbito de las opciones escolares. Ahora que aquello que se daba por sentado (obedecer el mandato de la asignación residencial) ha dejado de ser la norma, tal vez la educación escolar nunca vuelva a ser lo que era. Y las opciones escolares, cada vez más empleadas y conocidas, pudieran pasar a ser en el futuro algo más central que periférico nation-wide.

*http://eltiempolatino.com/news/2020/dec/16/opinion-lo-que-dejo-2020-para-la-educacion-en-eeuu/

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Alergias Alimentarias Infantiles: Incidencia creciente a nivel mundial y una novedosa forma de abordaje multidisciplinario. Invitación a Charla Abierta a la comunidad (Virtual)

Por: Equipo de organizador

Abordamos en esta nota algunas reflexiones sobre una problemática compleja, las Alergias Alimentarias Infantiles, estimamos que estas líneas servirán a otras y otros que sobrellevan con dificultad el diagnóstico de alguno de sus hijos.

Algunos datos de relevancia

Las alergias alimentarias han incrementado considerablemente su prevalencia en los países occidentales en los últimos años. Según la OMS hoy en día 1 de cada 12 niños tiene alergia alimentaria.

En bebés y niños las alergias alimentarias más comunes y frecuentes son la alergia a la proteína de la leche de vaca y al huevo, pero también se presentan casos de alergia a la soja, el trigo, a los frutos secos, al maní y otros casos más raros y menos frecuentes, como la alergia al maíz y a los sulfitos.

Las manifestaciones clínicas varían según el mecanismo involucrado en la respuesta alérgica. Los casos más serios por la gravedad de los síntomas que se presentan, incluido el riesgo de anafilaxia, son aquellos en los cuales la respuesta es mediada por IgE. En estos casos la respuesta es casi inmediata luego de entrar en contacto o haber ingerido el alérgeno. En los casos en que la respuesta no es mediada por IgE, la gravedad e intensidad de los síntomas son menores y aparecen hasta 72 horas luego de ingerir el alérgeno.

Las dificultades que encontramos

El gran problema de Argentina, como de muchos otros países, es la falta de información sobre un tema que, además de síntomas concretos en los niños y niñas, produce trastornos en múltiples esferas de lo cotidiano. Esto implica además la falta de regulación sobre muchas cuestiones relacionadas a las alergias que mejorarían considerablemente la calidad de vida de muchas familias.

El actual estado de desinformación tanto por parte de profesionales de la salud como de la población en general, hace que la vida de las familias de niños con alergias se vea trastocada. Los niños con alergias alimentarias suelen ser víctimas de burlas y bullying al ingresar en las instituciones educativas. Al crecer incurren en conductas de riesgo como es el negarse a comer sus alimentos o incluso comer cosas que no son aptas para ellos sabiendo el daño que con esta conducta se están haciendo a sí mismos.

Las familias suelen aislarse para evitar contactos accidentales, dejan de concurrir a eventos familiares, sociales, lugares públicos, etc., donde el niño podría entrar en contacto con algún alérgeno.

Es incluso difícil que los propios familiares entiendan la seriedad del asunto, y existen numerosos casos de abuelas/os, tías/os, hermanas/os que le dan alimentos “prohibidos” al niño o le insisten a la madre que realiza la dieta para que coma alimentos que no puede.

Equipo AAI Rosario: Charla Abierta a la Comunidad (actividad gratuita con inscripción previa)

Recientemente hemos trabajado en un Taller para Familias con un abordaje multidisciplinario de las Alergias Alimentarias Infantiles. A partir de esa experiencia hemos confirmado la importancia de la información clara y confiable, también la necesidad de los espacios colectivos y el valor fundamental e imprescindible de un entorno familiar que acompañe.

Por eso queremos invitarles a participar de nuestra Charla abierta a la comunidad. “Alergias Alimentarias Infantiles en las Fiestas. Dificultades y Estrategias”     que tendrá lugar el próximo viernes 18 de diciembre 2020 19:30 hs de Argentina.

Allí abordaremos los aspectos principales de las alergias alimentarias infantiles y acercaremos recomendaciones y estrategias para pasar las Fiestas de fin de año en familia. La charla es gratuita y está dirigida a familias convivientes y ampliadas -madres, padres, hermanas/os, abuelas/os, tías/os, primas/os, etc- de niñas y niños con alergias a alimentos.

Con gran alegría anunciamos que en el camino nos hemos encontrado con la inestimable confianza de Red Inmunos, que se sumará a participar de la actividad.

Organiza: Equipo AAI Rosario (Argentina)

Dr. Mauricio Colella

Ps. Eugenia Charreun

Dra. M. Paula Sarraquigne

Ps. Fernando Gómez

Participa: Red Inmunos

Invitada Especial: Lic. en Nutrición Sofía Iachini

Una nota periodística que puede ayudar a orientarse en la problemática fue publicada recientemente en ocasión de nuestro Taller para Familias aquí el enlace: Drástico aumento de alergias alimentarias en niños: el impacto en la vida familiar

IMPORTANTE: para mayor información y para realizar la inscripción a la Charla abierta escribir a: equipoaairosario@gmail.com o buscar perfil de Instagram: @equipoaairosario

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