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Entrevista a Boaventura de Sousa Santos «La posibilidad de pensar de otra manera: otro modelo civilizatorio»

Por:  Bernarda Llorente

Se considera un «optimista trágico» , por eso cree que la pandemia es una gran oportunidad para replantear el modelo neoliberal, que considera agotado.

El sociólogo y ensayista portugués Boaventura de Sousa Santos es el gran pensador actual de los movimientos sociales, autor de una extensa obra en la que se destacan títulos como «Una epistemología del sur», «Democracia al borde del caos: Ensayo contra la autoflagelación» y «El fin del imperio cognitivo» se ocupa desde hace décadas de radiografiar la vida y los modos de subsistencia de las comunidades más vulnerables, un radio de acción que lo llevó a documentar desde las condiciones de un campo de refugiados en Europa hasta las formas de organización de las comunidades originarias de Amazonia o los barrios populares de Buenos Aires.

Sousa Santos nació hace 80 años en la ciudad portuguesa de Coímbra, donde reside la mitad del año tras haberse jubilado como docente de la Facultad de Economía. Obtuvo un doctorado en sociología de la Universidad Yale y dio clases también en la Facultad de Derecho de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos), donde pasa la otra mitad del año. En sus textos desmenuza los conceptos clásicos de las ciencias sociales para entender el mundo y los revitaliza con el objetivo de construir saberes «que otorguen visibilidad a los grupos históricamente oprimidos».

«El capitalismo no funciona sin racismo y sin sexismo -destaca el pensador-. Por el contrario, la resistencia no está articulada, está fragmentada, es por eso que muchos partidos de izquierda, con vocación anticapitalista, han sido racistas y sexistas. Incluso algunos movimientos feministas han sido racistas y han sido pro-capitalistas. El problema que enfrentamos es una dominación articulada y una resistencia fragmentada. Así no vamos a salir adelante porque sabemos que la intensificación del modelo es lo que agrava la vida de la gente».

Con un lenguaje directo que atraviesa toda su obra, propone un modelo de intelectual como agente de cambio, Sousa Santos analiza la refundación del estado y la democratización de la democracia . Se considera un «optimista trágico» , por eso cree que la pandemia es una gran oportunidad para replantear el modelo neoliberal, que considera agotado.

–¿Qué futuro podemos esperar después de la pandemia? ¿Cómo seremos capaces de pensar y de construir el mundo post pandemia?

–La pandemia ha creado tal incertidumbre que los gobiernos, los ciudadanos, los sociólogos y los epidemiólogos no saben qué va a pasar. Acabo de publicar «El futuro comienza ahora: de la pandemia a la utopía» y lo que planteo es que esta pandemia marca el inicio del siglo XXI. Tal como el siglo XIX no empezó el 1 de enero de 1800, sino en el 1830 con la Revolución Industrial, o el siglo XX en 1914 con la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa de 1917, el XXI comienza para mí con la pandemia, porque va a inscribirse como una marca muy fuerte en toda la sociabllidad de este siglo. Y lo será porque el modelo de desarrollo, de consumo, de producción que hemos creado, ha llevado a que no sea posible en este momento, por más vacunas que existan, poder salir de ella.

Entraremos en un período de «pandemia intermitente»: confinamos-desconfinamos, donde el virus tendrá mutaciones, habrá una vacuna eficaz y otra no, vendrán otros virus. El neoextractivismo, que es una explotación de la naturaleza sin precedentes, está destruyendo los ciclos vitales de restauración, y por eso los hábitats se ven afectados con la minería a cielo abierto, la agricultura industrial brutal, los insecticidas y pesticidas, la contaminación de los ríos, el desmonte de los bosques… Esto, junto al calentamiento global y la crisis ecológica, es lo que hace que cada vez más los virus pasen de los animales a los humanos. Y los humanos no estamos preparados: no tenemos inmunidad, no tenemos cómo enfrentarlos.

–Hay conciencia sobre la gravedad? ¿Hay salidas?
–Veo tres escenarios posibles y no sé cuál resultará. El primero es el que pusieron a circular fundamentalmente los gobiernos de derecha y de extrema derecha -desde el Reino Unido a los Estados Unidos y Brasil- sosteniendo que esta pandemia es una gripe, que no tiene gravedad, que va a pasar y la sociedad regresará rápidamente a la normalidad. Claro que esta normalidad es el infierno para gran parte de la población mundial. Es la normalidad del hambre, de otras epidemias, de la pobreza, de las barriadas, de la vivienda impropia, de los trabajadores de la calle, de los informales. Es un escenario distópico, muy preocupante. Porque esa «normalidad» significa regresar a condiciones que ya la gente no aguantaba y colmaba las calles de muchos países gritando «basta».

El otro escenario posible es lo que llamo el gatopardismo, en referencia a la novela de Lampedusa, de 1958; la idea es que todo cambie para que todo siga igual. Las clases dominantes hoy están más atentas a la crisis social y económica. Los editoriales del Financial Times son un buen ejemplo de este segundo escenario. Dicen muy claramente que así no se puede continuar. Habrá que moderar un poco la destrucción de la naturaleza y cambiar en algo la matriz energética. Es hacer algunas concesiones para que nada cambie, y que el capitalismo vuelva a ser rentable. Por ello la destrucción de la naturaleza continuará y la crisis ecológica podrá ser retrasada pero no resuelta. Europa se encamina un poco por ese escenario cuando se habla de una transición energética, pero me parece que no va a resolver las cosas. Va a retrasar quizás el descontento, la protesta social, pero no va a poder saldar la cuestión pandémica.

El tercer escenario es, quizás, el menos probable, pero también representa la gran oportunidad que esta pandemia nos ha dado. Es la posibilidad de pensar de otra manera: otro modelo civilizatorio, distinto del que viene desde el siglo XVII y que se profundizó en los últimos 40 años con el neoliberalismo. Con el coronavirus, los sectores privilegiados quedaron más tiempo en sus casas, con sus familias, descubrieron otras maneras de vivir. Claro que fue una minoría, el mundo no es la clase media que puede cumplir con el distanciamiento social, lavarse las manos, usar las mascarillas… la gran mayoría no puede. Esta es la gran oportunidad para empezar una transición hacia un nuevo modelo civilizatorio, porque es imposible hacerlo de un día para otro. Y esa transición empezará en las partes donde haya más consensos. Hace mucho tiempo que este modelo está totalmente roto, desde un punto de vista social, ético y político. No tiene futuro. Es un cambio social, de conocimientos, político y cultural.

Difícil saber cuál escenario prevalecerá. Quizás tengamos una combinación de los tres; en algunas partes del mundo el primero, en otras el segundo, y en algunos países mayores avances. La política del futuro dependerá, fundamentalmente, de qué escenario prevalezca. Es el conflicto vital en las próximas décadas.

–El modelo de transición alimenta la esperanza de una sociedad distinta, pero presupone también replanteos y construcciones políticas diferentes, en términos ideológicos, económicos, modelos de desarrollo, sociales, culturales, diversos. ¿Cuáles serían las utopías frente a tantas distopías?

–Lo peor que el neoliberalismo nos ha creado es la ausencia de alternativa. La idea de que con el fin del socialismo soviético y de la caída del muro de Berlín solo queda el capitalismo. E incluso el capitalismo más antisocial, que es el neoliberalismo dominado por el capital financiero. En Argentina tuvieron una experiencia muy dolorosa con los fondos buitres. Hemos vivido estos 40 años en confinamiento -pandémico y político- encerrados en el neoliberalismo. La pandemia nos da una esperanza de que podemos salir del confinamiento. Nos obliga a confinarnos y simultáneamente nos abre las puertas a alternativas. Porque devela que este modelo está completamente viciado; hay un capitalismo corsario que ha hecho más millonarios a quienes ya lo eran. El dueño de este sistema que estamos usando (Zoom) puede ganar 1500 millones de dólares en un mes y hasta el confinamiento poca gente lo usaba o conocía. O el caso de Jeff Bezos, con Amazon. El aumento de las compras online lo convirtieron en el primer trillonario del mundo. Él y otros siete hombres de Estados Unidos tienen tanta riqueza como los 160 millones más pobres de ese país, que conforman más de la mitad de su población. Esa es la actual concentración de la riqueza en un capitalismo sin conciencia ética. La palabra que se me ocurre en este momento es robo. Hubo robo. Y las falencias de este modelo obligan a cambiar la política y eso nos da una esperanza. Lo que más me molesta hoy en día es la distribución desigual entre el miedo y la esperanza. En las barriadas del mundo las clases populares tienen sobre todo miedo. Luchan, siguen luchando, creativamente. Por ejemplo durante la pandemia protegieron sus comunidades. Pero abandonadas por los estados en gran parte de los países, tienen muy poca esperanza.

–Hablaba del peso que hoy tienen las empresas digitales al haberse convertido en las mayores empresas del planeta, incluso superando en dimensiones económicas y poder a muchísimos países. ¿Las GAFA significan un cambio en la matriz del neoliberalismo actual de cara al futuro? ¿Cómo influye este cambio en nuestras vidas?

–Antes de la pandemia ya estábamos todos hablando de la cuarta revolución industrial, dominada por la inteligencia artificial, la robótica y la automoción. Con las impresiones 3D, la robotización, el enorme desarrollo de las tecnologías digitales, nos volvemos cada vez más dependientes de ellas. El tema es determinar si estas tecnologías son de bien público o de unos pocos propietarios. Ese es el problema ahora. Hay sistemas públicos –por ejemplo el de la ONU- que están impedidos de ser ofrecidos al mundo. Las empresas se niegan porque pretenden seguir con sus negocios. Y son muy pocas… Google, Apple, Facebook, y Amazon (GAFA) y Ali baba en China. Son estas las grandes compañías tecnológicas que hoy dominan el mundo y que no aceptan ser reguladas por nadie. En este momento, por ejemplo, la discusión en el Congreso en los Estados Unidos es clara: Mark Zuckerberg ha dicho que no acepta ser regulado. Y como tienen tanto poder, estas empresas desde su arrogancia pretenden autorregularse de acuerdo a sus intereses.

–Al mismo tiempo su poder traspasa el económico y juega un papel fundamental en la política. Las fake news desparramadas en las redes sociales y la desinformación colaboran a la degradación de pilares estructurales de las democracias.

–Claro, por supuesto. Y además la contradicción es esta… en muchas partes del mundo, por ejemplo en Brasil, en Reino Unido con el Brexit, en el Parlamento Europeo, las fake news y el uso de las tecnologías digitales para producir noticias falsas tuvieron un papel fundamental en los resultados electorales. Bolsonaro -por ejemplo- nunca sería presidente de Brasil sin ellas. ¿Twitter intervino en ese momento como hoy lo hace con Trump en Estados Unidos? No, porque el dueño de Twitter no era brasilero. Twitter intervino cuando era la democracia de Estados Unidos la que estaba en juego. Si fuera la de Bangladesh, la de Sudáfrica, o de Portugal, no importa… es libertad de internet. Pero si estamos en los Estados Unidos, ahí no, ahí vamos a cerrar. Eterna contradicción. Claro que eso puede llevar a una regulación más amplia a nivel global de las redes, pero obviamente que estamos en otro paradigma, en el que tenemos que trabajar con estas tecnologías y al mismo tiempo luchar contra todo el sistema de noticias falsas.

–¿Es posible lograrlo? ¿Desde qué mecanismos?

–Esa es la pregunta. Nosotros partimos en esta transición muy desgastados, muy empobrecidos políticamente, porque la política se empobreció muchísimo en los últimos 40 o 50 años. Porque la política es construir alternativas. En su momento el socialismo y el capitalismo tenían cosas en común, por ejemplo, su relación con la naturaleza. Pero había una opción; con la caída del muro de Berlín nos quedamos sin opción, y entonces los políticos se confinaron al capitalismo y se volvieron mediocres. La política dejó de tener interés -incluso para los jóvenes-, la gente se distanció bastante de ella. Hace poco hablé con algunos que trabajan en vivienda en Brasil, que están interesados en darle una casa digna a la población que está sin techo, casi no participaron en las últimas elecciones municipales. Porque decían mira, vamos a elegir uno u otro, no cambia nada, y ese es el peligro. Que la gente piense que los cambios políticos no cambian nada, que son una forma de gatopardismo. La política tiene que volver a construirse. Pienso que de ahora en adelante lo que deberá diferenciar a la izquierda de la derecha será la capacidad entre los grupos políticos de crear alternativas frente a al capitalismo, alternativas de una sociedad distinta, que puede ser de diferentes matices. Quizás sea una sociedad que vuelva a los intereses de los campesinos y los indígenas del continente. Que tenga una relación más armónica con la naturaleza. El capitalismo no puede tener una relación armónica, porque el capitalismo tiene en su matriz la explotación del trabajo, la explotación de la naturaleza. Entonces la izquierda tiene que tomar una dimensión paradigmática de cambio para otra civilización; la derecha, en cambio, va a gerenciar el presente siempre con los dos primeros escenarios. Esa va a ser la diferencia a futuro.

–Usted habla de varios conceptos que ayudarían a transformar las formas de construcción política. Salir de la idea de la utopía como un «todo» para reemplazarla por la de muchas y variadas utopías acordes a la diversidad de realidades y sueños. ¿Cómo se hace para diversificar, segmentar, construir distintas utopías y al mismo tiempo potenciar un proyecto global, que sea capaz de estructurarlas, potenciarlas, unirlas?

–Para mí lo crucial de nuestro tiempo es exactamente esa asimetría entre la dominación que no es simplemente capitalista, sino también colonialista y patriarcal. El capitalismo no funciona sin racismo y sin sexismo, a mi juicio. Por el contrario, la resistencia no está articulada, está fragmentada, es por eso que muchos partidos de izquierda, con vocación anticapitalista, han sido racistas y sexistas. Incluso algunos movimientos feministas han sido racistas y han sido pro-capitalistas. Y algunos movimientos de liberación anti-racial han sido sexistas y han sido pro-capitalistas. El problema que enfrentamos es una dominación articulada y una resistencia fragmentada. Así no vamos a salir adelante porque sabemos que la intensificación del modelo es lo que agrava la vida de la gente, de un modo de dominación que lleva a los otros. En Brasil cuando se intensifica la explotación capitalista, con Temer y después con Bolsonaro, se incrementó de una manera brutal el genocidio de los jóvenes negros en las periferias de las ciudades. Aumentó la violencia doméstica en contra de las mujeres y el feminicidio. O sea, la dominación es particular. Necesitamos de sujetos políticos globales además de los locales, y además de los nacionales. Esta articulación es posible porque cuando los movimientos -Chile o los Black Lives Matter por ejemplo- parten de una demanda, sea feminista o anti-racial, al mismo tiempo, cuando ganan importancia, traen las otras demandas, el hambre o de la desigualdad social. Hoy el movimiento Black Lives Matter tiene una dimensión feminista también, y obviamente de oposición a este modelo capitalista tan desigual e injusto. Yo pienso que tiene que haber un cambio. En la dimensión local hay que volver a las barriadas. Hoy son los pastores evangélicos quienes hablan con la gente y les dicen que hay que votar a la derecha. Por eso pienso que no es solo la organización, sino tambien la cultura politica la que necesita cambios.

–¿Qué prácticas y estrategias deberían modificar o reforzar los partidos y los movimientos sociales frente a esta nueva etapa? ¿Están preparados para el cambio?

–¿Si me preguntan si los partidos opositores tienen ese perfil hoy? No, no lo tienen. Deben cambiar. Los partidos de izquierda se acostumbraron a esta dialéctica oposición-gobierno, ¿no? Y durante 40 años esa dinámica no tuvo alternativa civilizatoria, no se pudo pensar nada más allá del capitalismo. Independientemente del perfil ideológico de los gobiernos, hasta marzo las primeras páginas de los periódicos eran ocupadas por los economistas y las finanzas. Ahora con la pandemia son los médicos, los epidemiólogos, los virólogos. La pandemia nos obligó a cambiar. Entonces, creo que hay que ver otro modo de hacer política y otra manera de gerenciar la política. Yo pienso que parte de las izquierdas deben acostumbrarse a ser oposición para luego saber reconstruir. Tienen que ayudar a mejorar la vida de la gente. Pero las instituciones actualmente no permiten eso, porque tenemos todo un entorno global que no te deja, por ejemplo el capitalismo financiero. Entonces tendremos que encontrar otra forma de gobierno y hay que empezar a pensar en esa dimensión global.

Conversación entre la socióloga Silvia Rivera Cusicanqui y el director del proyecto ALICE, Boaventura de Sousa Santos. 

— ¿Y cuál sería el rol de las oposiciones? ¿Cómo construirse desde otras lógicas?

–La política de gobierno es una parte de la política: fuera de eso tienes que tener otra política que es extra institucional, que no está en las instituciones sino en la formación de la gente, en la educación, en las calles, en las protestas pacíficas. Miren lo que está pasando en Chile antes de esta pandemia; fueron las mujeres, sobre todo, y los movimientos sociales. Ellos tuvieron un papel fundamental para traer a las calles cosas que la política misma no estaba dispuesta a hacer. Los partidos de izquierda, por increíble que parezca, no habían incluido en sus proyectos la causa mapuche cuando los mapuches habían sufrido con huelgas y asesinatos, y habían sido la oposición a los gobiernos de Chile. Y todavía están abandonados. Es necesario una protesta y un movimiento popular constituyente, donde las mujeres tengan un papel muy importante para tener en la política una gestión plurinacional. Los partidos son importantes pero los movimientos son igual de importantes. Tiene que haber una relación mas horizontal entre ambos.

–¿La protesta, la calle, sigue siendo una de las principales herramientas de visibilización y resonancia política?

–Las comunidades siguen teniendo una gran creatividad y esto forma parte de un movimiento de izquierda reconstruida, más abierta a toda esta creatividad comunitaria. No son simplemente las calles y las plazas, es la vivencia comunitaria que tendremos que intensificar. Porque las calles no son un emporio de las izquierdas, en esta década vamos a ver calles llenas de gente de extrema derecha. Yo vi a la extrema derecha entrar en las manifestaciones en Brasil. Las consignas de la izquierda, aprovechadas por la extrema derecha, y después dominando toda la protesta. Aquí en Europa sabemos muy bien eso, los Estados Unidos hoy, la gente contra Biden que no es propiamente de izquierda, y por otro lado los Prat Boys de la extrema derecha organizada y militarizada que ocupa las calles, y que va a hacer la política extraconstitucional, de las calles, de las protestas.

–En Argentina se ha hablado mucho de «la grieta» como si fuera un fenómeno «nacional», único. Cuando se mira al mundo la polarización, sin embargo, parece ser el signo de estos tiempos. ¿Cómo afecta esta situación el funcionamiento de la democracia?

–A mi juicio, durante mucho tiempo la teoría democrática, la idea más valiente, más segura, era que las democracias se sostienen en una clase media fuerte. Claro que yo, estando en Portugal, trabajando en África y en América Latina, no veía clases medias fuertes, lo que realmente veía era desigualdad social. Siempre me sentí como un demócrata radical, o sea, la democracia es mala porque es poca. Hay que ampliar la democracia en las calles, en las familias, en las fábricas, en la vida universitaria, en la educación. Entonces esta idea de que la polarización es contraria a la democracia, me parece que es cada vez más evidente cuando hablamos de democracia liberal. Sólo tiene sentido, o se refuerza, con una democracia participativa, con otras formas de participación de la gente que no sean democracias electorales, porque si son solo democracias electorales van a seguir eligiendo anti demócratas como Trump, Bolsonaro, Iván Duque, como tantos otros. Por eso la democracia muere democráticamente, por elección, por vía electoral. Hitler ganó dos elecciones en 1932, antes de su golpe. Creo que hay que fortalecer esa democracia con democracias participativas. La polarización, la desigualdad, provienen de esta polarización de la riqueza sin precedentes que hoy tenemos. A mayor desigualdad en la vida económica y social, más racismo, más discriminación y más sexismo. Entonces estamos en una sociedad en retroceso a nivel mundial, en retroceso reaccionario, donde el capitalismo es cada vez más desigual, más racista y más sexista. Esta es la realidad que tenemos hoy.

–¿Como sería la forma de avanzar hacia una mayor participación, imprescindible para recomponer las democracias, con la exclusión social que arroja un modelo tan concentrado y desigual?

–Tenemos que pensar en la transición. Y hoy debemos contar con políticas sociales, romper con el neoliberalismo, y para eso es necesario una reforma fiscal. Es inaceptable que los pobres y la clase media paguen 40% de impuestos, y los ricos el 1%. Que Trump haya erogado de impuestos federales 765 dólares, es impensable. Tiene que haber una reforma fiscal para dar políticas de educación, de salud. La otra cuestión es política, necesitamos una reforma constituyente. Las constituciones que tenemos congelaron una sociedad segmentada, no solo desde un punto de vista capitalista sino también racista y sexista. Tenemos que refundar el Estado. Los únicos países que tuvieron reforma política fueron Bolivia y Ecuador, e igual fracasaron. La misma idea fracasa muchas veces antes de tener éxito, antes de hacer historia. Los derechos de la madre Tierra, por ejemplo, no tuvo muchos resultados en Ecuador, pero veamos lo que pasó en Nueva Zelanda. Jacinda Arden, la primera ministra, una mujer fabulosa, la líder mundial en este momento después del Papa diría yo, esta señora promulgó una ley sobre los derechos humanos del río sagrado de los indígenas, y no fue simplemente eso, ha dado plata para regenerar, revitalizar los ciclos vitales del río. Es una revolución que no logró efecto en Ecuador, en Bolivia, en Colombia, como sí en Nueva Zelanda. Debemos articular los conflictos sociales con esa idea de Naturaleza porque esta es territorio, cultura, memoria, pasado, espíritu, conocimiento, incluso sentimiento paisaje».

Pienso que las constituyentes van a ser un marco del futuro para deslegitimar el neoliberalismo y volver a la soberanía popular que va a permitir la soberanía alimentaria, que muchos países no tienen hoy. soberanía industrial, ¿cómo es posible que los Estados Unidos no produzcan mascarillas ni guantes, ni respiradores? Por eso, ¿es un país desarrollado? No sé. Sudáfrica ha defendido mejor la vida de la gente que los Estados Unidos.

–El gobierno de Alberto Fernández comenzó en diciembre y tres meses más tarde debió enfrentar la pandemia, a la que se sumó la herencia de un país endeudado y una economía destruida. ¿Qué nos recomendaría a los argentinos, a los latinoamericanos, en este momento?

–Yo soy un intelectual de retaguardia, no de vanguardia. No doy consejos: mi solidaridad, que es grande, es conversar con la gente. Yo pienso que es un continente en el que siempre ha habido una creatividad política enorme, y estas experiencias han dejado cosas muy interesantes. He hablado de Chile, también Bolivia, las elecciones ahora en Brasil. Alberto Fernández es un caso muy interesante y los describe mi último libro, porque es el único presidente que llega al poder y después viene la pandemia. Viene con un programa, pero el programa se vuelve la pandemia. Alberto Fernández tuvo un coraje enorme para enfrentarla. Un gran problema es la herencia brutal de neoliberalismo, de destrucción del Estado, de las políticas sociales, de la economía. Esa herencia es brutal y lleva tiempo la reconstrucción. Además, es una sociedad muy movilizada, con movimientos sociales y populares fuertes, el de mujeres es fortísimo y en estos días se expresa en la lucha por el aborto legal. Hay toda una sociedad muy creativa, y eso se nota. Esta es una gran oportunidad para repensar un poco la política y para volver a una articulación continental; yo pienso que la idea de matriz de articulación regional, como el ALCA, o UNASUR, fueron muy interesantes. Esta semana mirá lo que China y los países asiáticos están haciendo: el más grande conjunto de libre comercio, de articulación económica. Sin los Estados Unidos, y sin Europa; es mucho más grande que cualquier acuerdo europeo, mucho más grande que el tratado entre Estados Unidos, México y Canadá. Entonces, ¿por qué no entender que el continente no es el patio trasero de los Estados Unidos? Y tiene que tener más autonomía, porque son todos de desarrollo intermedio, de mucha población. Hay que reinventar y en este momento, sobre todo, hay que hacer una autocrítica. A las personas de izquierda no les gusta, porque viene de la época de Stalin, pero la autocrítica es la auto reflexión, es repensar las izquierdas.

América Latina: el patio trasero

Para entender los procesos políticos latinoamericanos, Boaventura de Sousa Santos pone la lupa en las asimetrías, en lo cultural. Estudia las democracias tribales, mira las economías urbanas, critica los sistemas educativos, se enfoca en lo múltiple, lo pluricultural. Sostiene que el Estado tiene que ser refundado porque esta democracia liberal ha llegado a su límite. Dice que las izquierdas del Norte global sean eurocéntricas no es novedad, pero que las izquierdas del sur sean racistas con los pueblos indígenas y afrodescendientes, es producto de la exclusión que produjo el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado.

–¿Cómo deberían plasmarse estos cambios en América Latina, la cual aparece como una Región en disputa?

–Es esperanzador lo que está ocurriendo y nos tiene que llevar a reflexionar. Por ejemplo, el caso de Bolivia, es el único país que tiene la mayoría indígena del continente, 60% de la población. Yo pienso que los occidentales de izquierda, nosotros los blancos de izquierda, intelectuales, no entendemos los pueblos indígenas. Hay que ser muy humildes, porque no tenemos conceptos. Cuando ganó el MAS de nuevo, la sorpresa fue enorme, porque no imaginaban que los indígenas volverían tan rápido al gobierno. Porque no entienden el alma indígena. Después de la salida de Evo reconstruyeron el MAS, los liderazgos, se animaron de otra manera, con otra gente.

–¿Hubo reflexión? ¿Hubo aprendizaje?

–Estamos repensando todo y las cosas están cambiando. El contexto internacional de esos años hasta el 2014 permitió que en algunos países de América Latina como Brasil o Argentina la gente fuera menos pobre, sin que los ricos dejaran de enriquecerse. Hubo políticas de redistribución por parte de los gobiernos populares pero el ciclo de las comodities cambió y los modelos entraron en crisis. Cualquiera que hayan sido los errores cometidos en los procesos populares, sabemos que no pueden repetirse. Porque los precios de los commodities no están como estaban, porque las condiciones son muy distintas, y porque hay una deslegitimación de todo el modelo neoextractivista. La agricultura industrial tiene que disminuir, puede ser una transición, pero debe lograrse; si no diversificamos la economía, es un desastre. Eso ya lo sabemos. Me parece que ahora estamos en un punto de repensar las cosas. Con Alberto Fernández en Argentina, AMLO en México, son las dos esperanzas. AMLO es un poco más complejo que Alberto, a mi juicio. Tenemos bastantes avances en Chile, y la corriente para iniciar el proceso constituyente, que va a ser muy conflictiva de aquí en adelante. Entonces me parece que las cosas están cambiando, y que de alguna manera en América Latina se están dando respuestas porque la gente está, los movimientos sociales siguen luchando, aunque sea en pésimas condiciones como en Colombia.

Bernarda Llorente es la presidenta de la agencia Télam.

Fuente: https://rebelion.org/el-capitalismo-no-funciona-sin-sexismo-y-sin-racismo/

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Foro permanente de formación de la UNEM. Documento. Venezuela

Prólogo por Julio Valdez

En la Universidad Nacional Experimental del Magisterio Samuel Robinson (UNEM), desde el Vicerrectorado Académico Territorial (VAT), estamos generando una nueva dimensión literaria. Desde la premisa de ir desplegando acciones formativas, investigativas, de interacción comunitaria, que sean situadas, localizadas, territorializadas, hacia una educación pertinente, productiva, solidaria, en el marco de la pandemia que limita los encuentros físicos y nos obliga a inventar nuevas formas de comunicación; sentimos que estamos fundando nuevas formas de expresión literaria. El VAT, en el que nos ha tocado militar, en dialogo constante con colectivos de maestras, maestros, profesoras y profesores en todo el país, impulsamos y coordinamos acciones creativas, militantes, de alto compromiso ético y social, por vías multimedia (WhatsApp, correo electrónico, mensajes de texto y de audio, Facebook, etc.). Al efecto, estamos generando textos y documentos multigeneros (donde combinamos y alternamos ensayos, reseñas de actividades, cantos, poemas, artículos científicos, historias imaginarias), para interpretar nuestras acciones, sus sentidos, su relevancia y trascendencia, sus posibilidades de invención de métodos y metódicas pertinentes y transformadoras, y las compartimos cual protagonistas colectivos de acción y conocimiento.

Descarga en: entreformándonos

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Menos niños de color regresan a escuelas en ciudad de Nueva York debido a COVID-19, la brecha racial se ampliará: Medios

Cuando las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York reabrieron esta semana para 3-K, Pre-K y K-5, muchas familias blancas han regresado en grandes número a las aulas, mientras que la mayoría de las familias de color han optado por aprender desde casa por tiempo indefinido, lo que ampliará la brecha racial, informó hoy The New York Times (NYT).

La disparidad queda evidenciada en una estadística alarmante: cerca de 12.000 niños blancos más están regresando a las escuelas públicas que estudiantes negros, aunque hay muchos más estudiantes negros que niños blancos en el sistema en general, indica el reporte.

«En Nueva York y en todo el país, los políticos y los funcionarios de educación han descubierto que muchas familias no blancas no están listas para enviar a sus hijos de regreso a las aulas, a pesar de sus luchas con el aprendizaje a distancia, en parte debido al impacto desproporcionadamente severo que ha tenido el virus en sus comunidades «, agrega.

El hecho de que tantos estudiantes de color hayan optado por el aprendizaje remoto en lugar del aprendizaje presencial está generando alarmas de que las disparidades existentes en el sistema escolar más grande del país se ampliarán, ya que el aprendizaje remoto ha sido mucho menos efectivo, dijeron padres, educadores y funcionarios en decenas de entrevistas.

Más que nunca, dicen, la ciudad debe reforzar rápidamente la instrucción en línea, o corre el riesgo de que los niños más necesitados se queden irrevocablemente rezagados.

Los problemas de Nueva York con la instrucción a distancia comienzan con la falta de infraestructura básica para que los estudiantes aprendan desde casa. Muchos estudiantes de bajos ingresos, incluidos algunos que viven en refugios para personas sin hogar, ni siquiera pueden iniciar sesión en las clases porque todavía no tienen dispositivos o Wi-Fi, dijo NYT.

Los educadores también dijeron que estaban luchando por hacer que las lecciones fueran más atractivas para los estudiantes sin mucha orientación útil de la ciudad. Entonces, aunque los maestros y las escuelas individuales han perfeccionado estrategias creativas para mejorar la instrucción en línea, no existe un plan claro para toda la ciudad para hacer lo mismo, lo que deja un sistema de aprendizaje desigual en las 1.800 escuelas de la ciudad, agregó.

Existen alrededor de 1,1 millones de estudiantes en el sistema de escuelas públicas de Nueva York, lo que constituye el distrito escolar más grande de Estados Unidos. Las aulas de 3-K, Pre-K y K-5 se reabrieron para el aprendizaje presencial esta semana, mientras que las aulas de la escuela intermedia y secundaria aún están cerradas debido al impacto de la pandemia de la COVID-19.

El esfuerzo de varios meses del gobierno de la ciudad para reabrir las aulas de la ciudad de Nueva York se complicó por importantes desafíos logísticos, una fuerte resistencia política y una serie de crisis que culminaron en un breve cierre de todo el sistema el mes pasado.

Hasta el martes por la tarde, las muertes por coronavirus sumaban 24.416 y los casos confirmados ascendían a 337.232 en Nueva York, según The City, un proyecto que rastrea la propagación de infecciones confirmadas de la COVID-19 y muertes en la ciudad de Nueva York, según la información proporcionada por el el Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York, la oficina del gobernador, el Proyecto de Seguimiento de la COVID y el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-12/10/c_139576966.htm

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Suecia ve «muy grave» la situación epidémica, pero niega crisis en las UCI

Las autoridades suecas calificaron este jueves de «muy grave» la situación en el país por la pandemia de coronavirus, después de registrar un nuevo récord de contagios, pero resaltaron que hay capacidad libre en las UCI y que es ampliable.

Suecia, que ha optado por una estrategia más laxa contra el coronavirus que el resto de países nórdicos, notificó en las últimas 24 horas 7.935 nuevos casos y 58 muertes (en total, desde marzo, ha habido 312.728 y 7.354 muertes), con una incidencia de 727 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días.

 

 

«La situación es muy grave, hay muchos casos en todo el país», admitió en rueda de prensa Karin Tegmark Wisell, jefa de departamento de la Agencia de Salud Pública (FHM), aunque resaltó que la subida se ha ralentizado en los últimos días.

Ocho de las 21 regiones suecas han reforzado el personal médico y aunque ninguna está en situación de alarma, todas menos una esperan un empeoramiento, según datos de la Dirección General de Asuntos Sociales.

Las autoridades regionales de Estocolmo habían alertado ayer de que están al límite de la capacidad en las UCI y que necesitaban refuerzos, pero Asuntos Sociales matizó hoy que todavía hay un 22 % de capacidad disponible en todo el país y que se pueden habilitar más plazas si fuese necesario.

«Estamos intranquilos por la situación, pero no hasta el punto de que esté fuera de control. Las UCI están sobrecargadas y el personal tiene mucho trabajo, pero podemos ampliar la capacidad. No es una situación de crisis urgente», afirmó Iréne Nilsson-Carlsson, de Asuntos Sociales, en la misma comparecencia.

Nilsson-Carlsson resaltó además que se ha reducido de forma «significativa» el tiempo medio de los ingresos hospitalarios por covid-19 con respecto a la primera ola la pasada primavera y que solo el 11 % de los pacientes de esa enfermedad necesitan UCI ahora.

«Tenemos una capacidad mucho más baja de UCI ahora que en primavera», explicó Nilsson-Carlsson, destacando que no ha sido necesario establecer prioridades para el ingreso de pacientes.

GIRO ENLA ESTRATEGIA SUECA

Suecia ha sido el país más afectado en Escandinavia, aunque lejos de países como España, Italia, Francia o Reino Unido: su tasa de mortalidad de 71,65 por 100.000 habitantes es cinco veces superior a la de Dinamarca y diez a la de Noruega y Finlandia.

De acuerdo con la tradición de autonomía de las agencias estatales, el Gobierno siguió la estrategia marcada por la FHM, con muchas recomendaciones apelando a la responsabilidad individual y alguna prohibición aislada, pero manteniendo abiertas escuelas, restaurantes, bares y locales nocturnos.

La llegada de la segunda ola el mes provocó un giro en la estrategia sueca, con un papel más activo del Gobierno, que ha prohibido las reuniones públicas de más de 8 personas, vender alcohol a partir de las 22 horas y fijado el cierre a las 22.30 de bares, restaurantes y clubes nocturnos.

Los institutos y enseñanzas superiores pasaron desde el lunes y hasta principios de enero a la enseñanza virtual, mientras la FHM ha endurecido el tono de sus recomendaciones, aunque sigue sin aconsejar el uso de mascarillas por la falta de evidencia científica.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/vida/20201210/6110578/suecia-ve-grave-situacion-epidemica-niega-crisis-uci.html

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Las diez principales causas de muerte en el mundo, una lista que varía entre países ricos y pobres

En los países más desarrollados la principal causa de muerte sigue siendo la cardiopatía, seguida por el alzhéimer; en los menos desarrollados, muchos niños no alcanzan siquiera a crecer, con la principal causa de muerte siendo las afecciones neonatales, seguidas por las infecciones al sistema respiratorio. El COVID-19 podría alterar la lista el próximo año, aseguran los expertos de la agencia de salud de la ONU.

Las enfermedades no contagiosas ahora constituyen siete de las diez principales causas de muerte en el mundo, cuando en el 2000 sólo eran cuatro, revelaron las Estimaciones de Salud Mundial de 2019 de la Organización Mundial de la Salud.

La enfermedad cardíaca se ha mantenido como la principal causa de muerte a nivel mundial durante los últimos 20 años. Sin embargo, ahora está matando a más personas que nunca aumentando de dos millones al comienzo de este siglo, a casi nueve millones en 2019. Las afecciones cardíacas ahora representan el 16% del total de muertes por todas las causas.

La segunda causa de muerte en el 2019 fueron los infartos cerebrales. A falta de los datos completos de 2020, el COVID-19, que ha causado más de un millón y medio de muertos, podría contribuir a un fuerte aumento en los fallecimientos por enfermedades pulmonares y respiratorias, que fueron la tercera y cuarta causa en 2019.

La enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia se encuentran ahora entre las 10 principales causas de muerte en todo el mundo, ocupando el tercer lugar tanto en las Américas como en Europa. Las mujeres se ven afectadas de manera desproporcionada: a nivel mundial, el 65% de las muertes por Alzheimer y otras formas de demencia son mujeres.

Las muertes por diabetes aumentaron en un 70% a nivel mundial entre 2000 y 2019, con un aumento del 80% en las muertes entre los hombres. En el Mediterráneo oriental, los fallecimientos por diabetes se han más que duplicado y representan el mayor aumento porcentual de todas las regiones.

La OMS alerta también sobre el ascenso de las muertes por consumo de drogas en América, la única región donde esta causa se encuentra entre las diez principales de mortalidad y donde los fallecimientos por este motivo se han multiplicado por tres desde el año 2000.

Niño enfermo de neumonía. Foto: UNFPA

Neumonía, VIH, tuberculosis

En 2019, la neumonía y otras infecciones de las vías respiratorias inferiores fueron el grupo más letal de enfermedades transmisibles y, en conjunto, se clasificaron como la cuarta causa principal de muerte. Sin embargo, en comparación con 2000, las infecciones de las vías respiratorias inferiores cobraron menos vidas que en el pasado, y el número mundial de muertes disminuyó en casi medio millón.

Esta reducción está en consonancia con una disminución global general en el porcentaje de muertes causadas por enfermedades transmisibles. Por ejemplo, el VIH / SIDA pasó de la octava causa principal de muerte en 2000 a la 19 en 2019, lo que refleja el éxito de los esfuerzos para prevenir la infección, realizar pruebas del virus y tratar la enfermedad durante las últimas dos décadas. Si bien sigue siendo la cuarta causa principal de muerte en África, el número de fallecidos se ha reducido a más de la mitad, pasando de más de un millón en 2000 a 435.000 en 2019.

La tuberculosis tampoco se encuentra ya en el top 10 mundial, pasando del séptimo lugar en 2000 al decimotercer lugar en 2019, con una reducción del 30% en las muertes mundiales. Sin embargo, sigue estando entre las 10 principales causas de muerte en las regiones de África y el sudeste asiático, donde es la octava y la quinta causa principal, respectivamente. África experimentó un aumento en la mortalidad por tuberculosis después de 2000, aunque ha comenzado a disminuir en los últimos años.

Las nuevas estimaciones también enfatizan el precio que las enfermedades transmisibles todavía causan en los países de bajos ingresos: 6 de las 10 principales causas de muerte en los países de bajos ingresos siguen siendo enfermedades transmisibles, incluida la malaria (sexta), la tuberculosis (octava) y el VIH / SIDA (novena).

Los datos de la OMS también destacan una desaceleración o estancamiento general preocupante del progreso contra enfermedades infecciosas como el VIH, la tuberculosis y la malaria.

OMS/Yoshi Shimizu
Un anciano recibe terapia de rehabilitación en Japón.

Las personas viven más, pero con mayor discapacidad

Las estimaciones de la Organización confirman aún más la tendencia creciente de la longevidad: en 2019, las personas vivían 6 años más que en 2000, con un promedio mundial de más de 73 años en 2019 en comparación con casi 67 en 2000. Pero en promedio, solo cinco de esos años adicionales se vivieron con buena salud.

De hecho, la discapacidad va en aumento. En gran medida, las enfermedades y condiciones de salud que están causando más muertes son las que son responsables de la mayor cantidad de años perdidos de vida saludable.

Las enfermedades cardíacas, la diabetes, los accidentes cerebrovasculares, el cáncer de pulmón y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica fueron colectivamente responsables de casi 100 millones de años de vida saludables adicionales perdidos en 2019 en comparación con 2000.

UNICEF/Giacomo Pirozzi
Un muchacho de 19 años se sienta en su cama en un refugio para niños que viven o trabajan en las calles, en Odessa, Ucrania. El joven consume de drogas y tiene VIH, pero no tiene acceso a medicamentos antirretrovirales.

Los accidentes y las drogas

Las lesiones son otra causa importante de discapacidad y muerte: ha habido un aumento significativo de heridas causadas por el tránsito en la región africana desde 2000, con un aumento de casi el 50% tanto en muertes como en años perdidos de vida saludable.

También se observaron aumentos similares, pero ligeramente menores (alrededor del 40%) para la región del Mediterráneo oriental. A nivel mundial, las muertes por traumatismos causados por el tránsito se ven en un 75% entre hombres.

En las Américas, el consumo de drogas se ha convertido en un factor importante que contribuye tanto a la discapacidad como a la muerte. Hubo un aumento de casi tres veces en las muertes por trastornos por consumo de drogas en las Américas entre 2000 y 2019.

Esta región también es la única en la que el trastorno por consumo de drogas es uno de los diez principales contribuyentes a la pérdida de años de vida saludable debido a muertes prematuras y discapacidad. mientras que, en todas las demás regiones, el consumo de drogas no figura entre los 25 primeros.

OMS/Yoshi Shimizu
La pulmonía puede prevenirse con vacunación, nutrición adecuada y mejores condiciones ambientales, señala la Organización Mundial de la Salud.

Un mensaje para los países

Las estimaciones  revelan tendencias durante las últimas dos décadas en la mortalidad y morbilidad causadas por enfermedades y lesiones y destacan claramente la necesidad de un enfoque global intensificado para prevenir y tratar las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y las enfermedades respiratorias crónicas.

“Estas nuevas estimaciones son otro recordatorio de que necesitamos acelerar rápidamente la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades no transmisibles. Destacan la urgencia de mejorar drásticamente la atención primaria de salud de manera equitativa y holística. Una atención primaria de salud sólida es claramente la base sobre la que descansa todo, desde la lucha contra las enfermedades no transmisibles hasta la gestión de una pandemia mundial”, explicó el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud..

El COVID-19 se ha cobrado trágicamente más de 1,5 millones de vidas. Las personas que viven con afecciones de salud preexistentes (como enfermedades cardíacas, diabetes y afecciones respiratorias) tienen un mayor riesgo de complicaciones y muerte debido a COVID-19.

Las autoridades sanitarias de todo el mundo dependen de datos oportunos, fiables y procesables para tomar decisiones informadas; esto es especialmente cierto durante una pandemia mundial. La próxima actualización de estas estimaciones incluirá una evaluación del impacto directo e indirecto de la pandemia COVID-19 sobre la mortalidad y la morbilidad, informó la Organización.

Las diez principales causas de muerte en general

En 2019, las 10 principales causas de muerte representaron el 55% de los 55,4 millones de muertes en todo el mundo. Las causas de muerte se pueden agrupar en tres categorías: transmisibles (enfermedades infecciosas y parasitarias y condiciones maternas, perinatales y nutricionales), no transmisibles (crónicas) y lesiones.

  1. La cardiopatía isquémica
  2. Accidente cerebrovascular
  3. Enfermedad pulmonar obstructiva
  4. Infecciones del sistema respiratorio inferior
  5. Afecciones neonatales (nacimiento, asfixia, trauma al nacer, parto prematuro)
  6. Cánceres de tráquea y bronquios Enfermedad de Alzheimer y otras
  7. Enfermedades diarreicas Diabetes melitus
  8. Enfermedades renales
  9. Diabetes melitus
  10. Enfermedades renales

Las diez principales causas de muerte en los países de bajos ingresos

  1. Afecciones neonatales (nacimiento, asfixia, trauma al nacer, parto prematuro)
  2. Infecciones del sistema respiratorio inferior
  3. La cardiopatía isquémica
  4. Accidente cerebrovascular
  5. Enfermedades diarreicas
  6. Malaria
  7. Accidentes de tránsito
  8. Tuberculosis
  9. VIH/SIDA
  10. Cirrosis

Las diez principales causas de muerte en los países ricos

  1. La cardiopatía isquémica
  2. Enfermedad de Alzheimer y otras
  3. Accidente cerebrovascular
  4. Cánceres de tráquea y bronquios
  5. Enfermedad pulmonar obstructiva
  6. Infecciones del sistema respiratorio inferior
  7. Cáncer en el colon y el recto
  8. Enfermedades renales
  9. Enfermedad cardiaca por hipertensión
  10. Diabetes

¿Por  qué saber las razones por las que muere la gente?

Es importante saber por qué mueren las personas para mejorar su forma de vida. Medir cuántas personas mueren cada año ayuda a evaluar la eficacia de los sistemas de salud y a dirigir los recursos hacia donde más se necesitan. Por ejemplo, los datos de mortalidad pueden ayudar a centrar las actividades y la asignación de recursos entre sectores como el transporte, la alimentación y la agricultura, y el medio ambiente y la salud.

COVID-19 ha destacado la importancia de que los países inviertan en sistemas de registro civil y estadísticas vitales para permitir el recuento diario de muertes y los esfuerzos directos de prevención y tratamiento. También ha revelado una fragmentación inherente en los sistemas de recopilación de datos en la mayoría de los países de bajos ingresos, donde los responsables de la formulación de políticas aún no saben con certeza cuántas personas mueren y cuáles son sus causas.

Para abordar esta brecha crítica, la OMS se ha asociado con actores mundiales para proporcionar las herramientas y la orientación para la vigilancia rápida de la mortalidad, para que así los países puedan recopilar datos sobre el número total de muertes por día, semana, sexo, edad y ubicación, lo que permite a los líderes de la salud impulsar esfuerzos más oportunos para mejorar la salud.

La recopilación y el análisis de rutina de datos de alta calidad sobre muertes y causas de muerte, así como datos sobre discapacidad, desglosados por edad, sexo y ubicación geográfica, es esencial para mejorar la salud y reducir las muertes y la discapacidad en todo el mundo.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2020/12/1485362

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Tulio Ramírez: Planteles educativos deberían decidir retorno a las aulas. Venezuela

Señaló el educador que para algunos países de la región es más sencillo plantearse la presencialidad por las condiciones de recursos, pero en Venezuela resulta complejo por las deficiencias en materias de servicios básicos, combustible y salarios.

El doctor en Educación, Tulio Ramírez, considera que los directores y maestros de los centros educativos deben ser quienes decidan si pueden retomar la presencialidad en las aulas de clases, refiere el portal web de noticias unionradio.net

«La primera directriz que deberían tomar las autoridades educativas es dejar que los planteles tomen la decisión, haciendo una revisión previa de sus condiciones para el retorno a la presencialidad, ese debería ser el primer lineamiento porque el control excesivo puede generar decisiones no apegadas a la realidad, los directores son los que conocen a sus escuelas y los maestros a sus alumnos», dijo.

Precisó, en entrevista con Eduardo Rodríguez en el programa A Tiempo de Unión Radio, que los colegios que cuentan con una infraestructura virtual, plataformas sólidas de conectividad pueden seguir desarrollando actividades de carácter mixto y habrá otros donde la presencialidad será total sobre todo en los grados más bajos y en zonas con fallas de conexión «porque si no la brecha va a seguir aumentando».

Señaló que para algunos países de la región es más sencillo plantearse la presencialidad por las condiciones de recursos mientras que para Venezuela resulta complejo por las deficiencias en materias de servicios básicos, combustible y salarios.

Comentó que un estudio en Ecuador reveló que en la red de colegios privados, los estudiantes solo han aprovechado 25% de los contenidos en confinamiento.

«Eso sí lo llevamos a la educación oficial donde no hay aulas virtuales, la conectividad es precaria, en zonas rurales y que no hay cobertura ese 25% puede reducir aún más».

Alertó que a pesar que los estudiantes están aprobando los grados pareciera que están avanzando sin adquirir las competencias necesarias para su formación.

«Esto supone un problema grueso (…), luego cuando lleguen a la universidad van a tener serias dificultades de éxito académico, eso está atacando a toda América Latina, esto no es exclusivo de Venezuela , en Venezuela se agrava».

El experto en educación sugirió implementar políticas de Estado que apoyen a los planteles a garantizar las medidas de bioseguridad para que a su vez se minimicen posibles consecuencias en las generaciones que se están formando hoy en día.

 

Fuente: http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:235285/Tulio-Ram%C3%ADrez_-Planteles-educativos-deber%C3%ADan-decidir-retorno-a-las-aulas

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El eclipse total de Sol, clave para la ciencia y los astrónomos chilenos

El próximo lunes a mediodía las miradas del mundo se volverán hacia Latinoamérica, donde se podrá observar un eclipse solar que solo en algunas zonas de Chile y Argentina será total, un fenómeno fuera de lo común que brindará a los astrónomos una oportunidad para divulgar sobre el universo.

Durante 24 minutos, la Luna nueva pasará por la cara del Sol y lo cubrirá completamente durante no más de 120 segundos, un fenómeno que ha sido descrito por la NASA como una “coincidencia celestial».

Lo interesante será observar la corona solar, el resplandor alrededor del Sol eclipsado por la Luna, que en esta ocasión será mucho más asimétrica que en otras ocasiones, explicó el astrónomo Hugo Messias, miembro del observatorio ALMA, el más grande del mundo, ubicado en el Desierto de Atacama, al norte de Chile.

Además, detalló el experto, esta será una ocasión única para los científicos pues será una oportunidad de que puedan observar los campos magnéticos saliendo de los polos del Sol.

“Un fenómeno como este también nos ayudará a los investigadores a trasladar la realidad astronómica al día a día de las personas”, agregó en una rueda de prensa virtual.

El evento podrá observarse parcialmente en varios países de América del Sur como Perú, Bolivia, Uruguay o Paraguay, pero será en Chile y Argentina donde se podrá apreciar en su totalidad.

En Chile, uno de los lugares que posee los cielos más limpios del mundo para la observación estelar, las zonas más adecuadas para observar el eclipse se ubican en el sur del país, en las regiones de la Araucanía, los Ríos y Biobío.

La astrofísica de la Universidad Autónoma de Chile, Angie Barr, explicó que será necesario que se den unas condiciones climatológicas favorables y que no llueva para que pueda observarse este fenómeno, algo que se confirmará en los próximos días.

“Si el tiempo lo permite, el sur del país será ideal para hacer astroturismo por su baja contaminación lumínica, y un lugar idóneo para que la gente pueda aprender sobre ciencia”, sostuvo.

En lo que respecta a la investigación astrofísica, es más conveniente el norte del país, agregó la académica, una zona que ya se ha consolidado como el punto de observación más importante del mundo con la inauguración de ALMA en 2011.

Este centro de observación, que cuenta con gigantes instrumentos ópticos, submilimétricos y de microonda, es el mayor proyecto astronómico del mundo y nació como una asociación internacional entre Europa, Norteamérica y Asia del Este, en colaboración con Chile.

Eclipse en pandemia

El 2 de julio de 2019 tuvo lugar otro fenómeno similar, con un eclipse que en Chile cubrió en su totalidad desde la región de Coquimbo hasta Atacama, al norte del país y reunió a cientos de miles de turistas que vinieron de todas las partes del mundo.

En esta ocasión, el fenómeno tendrá lugar en plena pandemia de la covid-19, por lo que las autoridades ya prepararon protocolos para evitar aglomeraciones en puntos clave como playas, parques y cerros desde los que se tiene una buena panorámica.

“Queremos tener un evento que no se empañe con las restricciones sanitarias, pero que no suponga un riesgo para los ciudadanos de nuestra región”, afirmó Pía Bersezio, portavoz gubernamental del eclipse.

Para poder observarlo no es necesario acudir a un lugar público, recordó Bersezio, sino se podrá hacer de las casas particulares, siendo imprescindible proteger los ojos con una gafas adecuadas que bloqueen la luz ultravioleta e infrarroja que no podrán compartirse para evitar la propagación del nuevo coronavirus.

“Este fenómeno histórico nos permitirá ver cómo el astroturismo cobra aún más relevancia para nuestro país”, concluyó.

Fuente: https://eldia.com.do/el-eclipse-total-de-sol-clave-para-la-ciencia-y-los-astronomos-chilenos/

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