Page 980 of 6179
1 978 979 980 981 982 6.179

EDUCACIÓN HONDURAS: Por la covid-19, un millón de jóvenes abandonaron las aulas

Centroamérica/Honduras/Noviembre 2020/https://www.oncenoticias.hn/

La covid-19, al igual que en muchas otras naciones, golpeó duro a todos los sectores del país, la educación no fue la excepción y más de un millón de niños perdió el año escolar por culpa de la pandemia.

Aproximadamente un millón de niños y adolescentes abandonaron el sistema de educación en el país por la suspensión de clases y el “encierro” aplicados para contener el virus.

“Casi un millón de jóvenes renunciaron a la escuela en Honduras este año”, alertó la organización Casa Alianza, en un informe presentado.

En el mismo, la organización que vela por la protección de menores en América Latina, anunció que, de casi 1.8 millones de alumnos matriculados, más del 60% dejó sus estudios en el abandono.

Se detalló además, que la “deserción escolar”, afectó principalmente a las escuelas y colegios públicos de zonas de bajos recursos económicos.

Por otro lado, se aclaró que las escuelas privadas también sufrieron esta problemática, ya que los padres de familia perdieron sus empleos y no pueden pagar una “educación virtual”.

Honduras que ya suma más de 105 mil contagios y más de dos mil fallecidos, impuso el confinamiento obligatorio en marzo cuando aparecieron los primeros casos de coronavirus en la población.

Los países del triangulo norte, mantienen las tasas de homicidio más altas del mundo, producto de las pandillas y el crimen organizado que siembran el terror.

Casa Alianza concluyó que el abandono estudiantil  “es grave”, pues los menores están en riesgo de caer en exclusión social o unirse a estos grupos criminales que operan en el país.

Fuente: https://www.oncenoticias.hn/educacion-por-la-covid-19-un-millon-de-ninos-abandono-las-aulas/?

Comparte este contenido:

Refugiados etíopes en Sudán temen por la educación de sus hijos

África/Sudán/Noviembre 2020/https://www.rfi.fr/

Sentado en el suelo en un campamento de tránsito en la región sudanesa de Gedaref, el maestro etíope Tadros Bay lee en voz alta una historia a cuatro niños reunidos a su alrededor.

Tiene en su mano un libro usado que logró salvar milagrosamente en su huida de Mai Kadra, una localidad de Tigré de la que es originario y que abandonó a toda prisa cuando, según él, los militares del ejército federal cometieron exacciones.

Los niños escuchan con atención a este profesor, de 32 años, pero sus esfuerzos son irrisorios ante las enormes necesidades de estos refugiados que huyeron precipitadamente de la guerra en Etiopía.

«Intento ayudar a estos niños, pero no tenemos libros ni espacio para estudiar», lamenta.

En esta localidad de tránsito en el este de Sudán, fronteriza con Etiopía, se encuentran 17.000 refugiados, de los cuales 5.000 son niños según la comisión sudanesa para los refugiados.

Construida hace cinco años para realojar a los habitantes de un poblado engullido por un embalse, esta aglomeración lleva el nombre de «Aldea número 8» y sólo tiene una escuela para los sudaneses.

En las calles, una bandada de niños corren, juegan y gritan, pero no estudian. Sus padres temen que se conviertan en una generación sacrificada, porque todos están convencidos de que la guerra va a durar.

– Temor por el futuro de los niños –

El 4 de noviembre, el primer ministro etíope Abiy Ahmed envió al ejército federal al asalto de la región disidente de Tigré (norte), dirigida por el Frente de Liberación de los Pueblos de Tigré (TPLF).

Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 4.000 personas cruzan diariamente la frontera con Sudán desde el 10 de noviembre, es decir, hasta ahora, unas 27.000 personas.

«Es una afluencia como no se ha visto en las últimas dos décadas en esta parte del país», según la organización.

Iessa Burhano, de 29 años, tenía un hotel con su marido en Mai Kadra, en el sudoeste de Tigré, donde hubo una «masacre» y abusos, según los testimonios y Amnistía Internacional.

La oenegé cita testigos que acusan a las fuerzas leales al TPLF de se responsables de una «masacre» que «probablemente» causó centenares de víctimas civiles en Mai Kadra.

Sin embargo, varios refugiados etíopes entrevistados por la AFP en el campamento de Oum Raquba, en el estado de Gedaref, afirman que los militares del ejército federal cometieron abusos.

«Los soldados del ejército federal atacaron nuestro hotel y saquearon nuestras propiedades», explica Iessa Burhano.

Además, se queja de que sus tres hijos de 8, 10 y 13 años, que debían volver a la escuela este mes, son «ahora refugiados y no podrán reanudar sus estudios».

«Es trágico que mis hijas no tengan ninguna posibilidad de ir a la escuela en un futuro próximo», asegura por su parte Setim Zum, madre de familia, de 31 años.

Tasfai Gabro, originario de Humera, al oeste de Tigré, también tuvo que huir de su aldea. Este conductor de camión, de 60 años, es padre de cuatro niños, uno de ellos en la escuela secundaria y el resto en la escuela primaria. «Ahora que estamos en Sudán temo por el futuro de mis hijos. Creo que la guerra va a durar mucho tiempo», lamenta.

Fuente: https://www.rfi.fr/es/20201118-refugiados-etiopes-en-sudan-temen-por-la-educacion-de-sus-hijos

Comparte este contenido:

Reconstruyen más de 140 escuelas en Deraa, Siria (+Foto)

Asia/Siria/Noviembre 2020/prensa-latina.cu

Las autoridades de educación anunciaron que concluyeron las obras de reconstrucción de 147 escuelas en la provincia de Deraa, en el sur de Siria.
Asimismo, 36 centros escolares están en proceso de rehabilitación, mientras organizaciones no gubernamentales llevan a cabo labores de restauración en otras 12, declaró el jefe del departamento provincial de ediciones escolares, Radi Al-Wana.

Detalló que el número de escuelas reabiertas en Deraa hasta la fecha ascendió a 747 de un total de 953.Deraa fue liberada de las agrupaciones terroristas en el verano del 2018, fecha en que el gobierno sirio se movilizó para restablecer los servicios, particularmente de salud y educación.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php/component/content/?o=rn&id=413954&SEO=reconstruyen-mas-de-140-escuelas-en-deraa-siria
Comparte este contenido:

La infancia en el antiguo Egipto

África/Egipto/Noviembre 2020/https://historia.nationalgeographic.com.es/

El crecimiento en el antiguo Egipto no era ningún juego. La tasa de mortalidad infantil era muy alta y la edad adulta empezaba apenas se llegaba a la pubertad, por lo que la infancia era vista como un periodo muy importante en el que había que dar a los niños y niñas las herramientas para poder valerse por sí mismos.

En el Egipto de los faraones, uno de cada tres niños no llegaba a su primer cumpleaños. De los que sobrevivían, la mitad llegaba a cumplir cinco años y poder disfrutar de su infancia. Pero por poco tiempo, ya que llegados a los doce o catorce años se esperaba que se casaran y empezaran su vida adulta. En ese breve periodo debían aprender todo lo necesario para abrirse paso en la vida, a menudo limitados por el entorno familiar en el que el azar les había hecho nacer.

UNA INFANCIA PELIGROSA

La razón de la alta mortalidad es que el antiguo Egipto era un país ya muy peligroso de por sí, pero más aún para un niño, debido a su fauna; escorpiones, serpientes venenosas, cocodrilos o hipopótamos, entre otros. Por ese motivo las madres llevaban casi siempre a sus bebés consigo, incluso cuando estaban trabajando, sujetos en cabestrillos de tela, para tenerlos siempre vigilados; o si tenían hermanos mayores, se les dejaba a su cuidado. Y esto sin contar las enfermedades o las carestías, que se cebaban especialmente con los más jóvenes.

Para protegerlos de tales peligros, los niños solían llevar amuletos consigo, como el famoso ojo de Horus o udjat, que supuestamente alejaba el mal de ojo y las enfermedades y ayudaba a sanar las heridas. Los padres también solían consultar a un astrólogo profesional para darle a su recién nacido un nombre propicio: este solía constar de al menos dos partes, una de las cuales reflejaba una cualidad y otra a un dios protector; por ejemplo, el nombre Meret-Net, “amada de Net” (la diosa de la sabiduría), ayudaría a la niña a convertirse en una mujer inteligente.

En sus ratos libres, los niños se divertían con juguetes –habitualmente de madera, cáñamo o papiro–, muñecas, pelotas, peonzas, juegos de mesa –el más popular era el senet– o, en el caso de los niños, diversiones “masculinas” como luchas y carreras. Pero siempre sin alejarse demasiado de los adultos, ya que existía el peligro de toparse con animales salvajes. Las mascotas eran habituales, sobre todo gatos y perros –que además mantenían a raya a escorpiones, serpientes y otras alimañas–, y en menor medida pájaros y monos. Si tenían hermanos menores, se esperaba que les cuidaran.

LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN

A partir de los cuatro o cinco años y hasta llegar a la pubertad, la vida de los niños y las niñas se desarrollaba en función de la familia en la que habían nacido. Si tenían la suerte de formar parte de una casa rica podían estudiar escritura, ciencias, literatura y religión, para convertirse en profesionales cualificados. Los niños eran enviados a la escuela o, si se trataba de una familia noble o especialmente pudiente, al templo, donde tendrían la oportunidad de prepararse para acceder a puestos administrativos o religiosos. Algunas niñas también iban a la escuela, pero era más común que recibieran una formación particular en su propia casa a cargo de tutores.

En cambio, si se era de familia pobre, lo normal era que empezaran a ayudar a sus padres en su trabajo, ya fuera en el campo, en un negocio o en su oficio. Al morir sus progenitores –lo que en Egipto solía suceder a una edad muy temprana, antes de los cuarenta años si se era pobre– heredarían su negocio y sus bienes, teniendo preferencia los hijos sobre las hijas. Y si el padre o la madre tenía un oficio, convenía que empezaran a aprenderlo cuanto antes.

Desde que tenían uso de razón se enseñaba a los niños y niñas a tener respeto por los dioses, a obrar el bien y a actuar con rectitud, para prepararlos para el juicio de Osiris.

La religión ocupaba un lugar muy importante en la educación, independientemente del sexo y de la condición social. Desde que tenían uso de razón se enseñaba a los niños y niñas a tener respeto por los dioses, a obrar el bien y a actuar con rectitud. Todo esto era una preparación para el momento más importante de la vida, que irónicamente tenía lugar después de esta: el juicio de Osiris, el señor del Más Allá. Cuando alguien moría su corazón era pesado en una balanza junto con la pluma de Ma’at, símbolo de la verdad y la justicia universal: si el difunto había obrado correctamente en vida, se le permitía pasar a los Campos de Iaru, donde viviría eternamente; pero si su conducta no había sido recta, su corazón era devorado por una bestia monstruosa llamada Ammit y su alma dejaba de existir. Por ello, era vital inculcarles desde pequeños la importancia de llevar una vida correcta.

EL PASO A LA ADULTEZ

En el antiguo Egipto no había una edad específica que marcara el paso de la infancia a la adultez, pero esta tenía lugar durante la pubertad, generalmente entre los doce y los catorce años. A esa edad no sucedía ningún cambio legal (no existía el concepto de menor o mayor de edad), pero se consideraba que ya podían casarse. En el caso de las niñas, la primera menstruación era celebrada como una señal de fertilidad y a esa sangre se le atribuían propiedades mágicas, por lo que se guardaba para ser usada en caso de necesidad: por ejemplo, si una mujer tenía dificultades para concebir, se la podía frotar por los muslos, la barriga y los senos.

Elegir oficio era una de las decisiones más importantes en la vida de los egipcios. Escriba, médico, arquitecto o astrónomo eran algunas de las profesiones más bien consideradas.

Si se había tenido la suerte de recibir una educación era el momento de elegir oficio, una de las decisiones más importantes en la vida de los egipcios, como da fe la literatura –por ejemplo, la llamada Sátira de los oficios–. Una de las profesiones más importantes y codiciadas era la de escriba; muy poca gente en el antiguo Egipto sabía escribir, por lo que esto le abría las puertas a trabajar en casi cualquier lugar que desease –preferentemente, para la nobleza o los sacerdotes–. Otras elecciones magníficas eran arquitectura, astronomía o medicina, si su familia podía permitirse la formación. Todas estas profesiones requerían una enseñanza especializada que generalmente solo los más ricos podían permitirse.

A la mayoría de la gente, sin embargo, no le quedaba otra opción que ocuparse de los campos, del ganado, o aprender un oficio sin gloria, como herrero, panadero o alfarero. Todas estas profesiones eran duras y no ofrecían ninguna esperanza de ascenso social. Los hombres tenían la posibilidad de alistarse en el ejército, algo peligroso pero que tenía perspectivas mejores: un salario fijo, alimento garantizado, botín y posibilidades de ascenso social. Las mujeres bienestantes podían permitirse una vida más tranquila, dedicada solamente al hogar, pero a las más pobres les esperaba una vida doblemente dura; una opción para escapar a ello era ir a servir a casa de una familia noble.

La sexualidad en el antiguo Egipto

FORMAR UNA FAMILIA

En el momento del matrimonio, la mujer se iba a vivir con su marido y la familia de este, que a partir de entonces pasaba a ser también la suya. Las distintas generaciones convivían bajo el mismo techo, que a menudo era también el lugar donde tenían su negocio o sus tierras.

Se esperaba que las mujeres empezaran a tener hijos desde la adolescencia, ya que la vida en Egipto era difícil y en cualquier momento podía llegar la muerte. Los partos eran momentos especialmente peligrosos en la vida de una mujer, ya que podía fallecer por hemorragias o infecciones; de nuevo, los amuletos y los hechizos jugaban un papel importantísimo. Generalmente la madre se ocupaba ella misma de las criaturas hasta los tres o los cuatro años.

Muchas costumbres ligadas a la familia cambiaron con la llegada de los faraones ptolemaicos, de origen macedonio; y especialmente cuando Egipto se convirtió en provincia romana durante el principado de Augusto, momento en el que empezaron a migrar familias de otras partes del Imperio. Así, por ejemplo, las mujeres ricas adoptaron la costumbre de encargar la crianza de sus hijos a las nodrizas. En un fragmento de papiro de finales del siglo III d.C., una madre reprende a su yerno que permita a su esposa –“mi dulce hija Apolonia”– dar el pecho a su hijo recién nacido, porque implica que no tiene dinero para permitirse una nodriza o peor aún, que es un tacaño. Las mujeres también perdieron la libertad que habían tenido en la época de los faraones, que fue posiblemente la más igualitaria de la Antigüedad mediterránea por lo que respecta al género.

Fuente: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/infancia-antiguo-egipto_15886

Comparte este contenido:

¿Quiénes son los «Malos Estudiantes» de Tailandia y por qué sus protestas desafían a la monarquía de su país?

Asia/Tailandia/Noviembre 2020/https://rpp.pe/

Alentados por el movimiento pro-democracia que sacude a Tailandia, estos jóvenes organizaron su propio grupo, los «Bad Students» (Malos estudiantes).

Con su simpático flequillo, sus gafas redondas y margaritas pintadas en las uñas, Benjamaporn «Ploy» Nivas no tiene pinta de ser una estudiante rebelde.

Y, sin embargo, la adolescente de 15 años es una de las figuras destacadas del movimiento estudiantil de los «Bad Students» («Malos Estudiantes»), que ha convocado una nueva manifestación en Bangkok, en la que reclamarán una reforma del ultraconservador sistema escolar tailandés.

«Los estudiantes de secundaria deberían poder pensar por sí mismos y ser ellos mismos», declaró a la AFP Ploy en una concentración anterior.

En Tailandia, los centros escolares imponen reglas muy estrictas para la indumentaria. Las niñas deben llevar el pelo atado en una coleta y retirado con una cinta y los niños, corte militar. Pero ahora, envalentonados por el movimiento prodemocracia que está agitando el reino, los estudiantes de secundaria han empezado a reclamar más libertades.

Sus reclamos afectan a todos los pilares del sistema, desde la renovación de los programas escolares a una flexibilización de las normas, además de más igualdad y el derecho a la libertad de expresión.

En la escuela «nos lavan el cerebro… nos enseñan a no hacer ninguna pregunta, únicamente a memorizar y recitar hechos de cara a los exámenes», afirmó.

Los manuales de historia son especialmente una fuente de discordia en un país que ha vivido una docena de golpes de Estado desde el fin de la monarquía absoluta, en 1932.

Ningún manual escolar recoge acontecimientos como la masacre de estudiantes prodemocracia de los años 1970, y todos se concentran en la vida y obra de los monarcas.

Algunos profesores «están en mi mismo bando, en el bando de la democracia, y me admirarán», explicó Ploy. «Otros quieren el statu quo, esos me odian».

– Desafiar el peligro –

Las manifestaciones prodemocracia de los jóvenes han sacudido Tailandia desde julio y, en su mayor parte, han sido pacíficas.

Sin embargo, el martes, durante una concentración, la policía utilizó cañones de agua y gas lacrimógeno contra los congregados y seis personas fueron heridas de bala.

Pero, a pesar del peligro, «no podemos permitirnos tener miedo, porque no podremos cambiar nada», afirmó Ploy.

Desde agosto, los «Bad Students» exigen la dimisión del ministro de Educación e incluso organizaron un simulacro de su funeral.

«Hace mucho tiempo que se está pidiendo una reforma de las escuelas del reino, pero los avances han sido mínimos», recalcó Pumsaran Tongliemnak, experto del Fondo para una Educación Igualitaria.

Según él, el gobierno tailandés debe mejorar el acceso a la educación y mejorar la calidad de los centros, tanto públicos como privados. «La brecha entre los ricos y los pobres es importante», señaló Pumsaran a la AFP.

En las evaluaciones internacionales, los alumnos tailandeses obtienen puntuaciones inferiores a la media de la OCDE en matemáticas y ciencias.

Se les da especialmente mal la lectura y un informe del Banco Mundial de 2015 apuntaba el «analfabetismo funcional» de los alumnos.

El documento destaca que, sobre todo, los alumnos aprenden de memoria y que los castigos físicos siguen a la orden del día pese a que fueron prohibidos hace poco.

Además, según Ploy, son las chicas las que están encabezando el movimiento, pues son ellas las que sufren más discriminaciones.

«Creo que las chicas y las personas LGTB están reprimidas por el sistema patriarcal en casa y en la escuela. Eso es lo que me empujó a luchar, por mí y por los demás», aseguró.

– «Las escuelas son pequeñas dictaduras» –

Durante una protesta a principios de octubre delante de un centro de secundaria de Bangkok, decenas de chicas ataron sus cintas blancas a la verja del instituto.

Llevaban la cara tapada, así como también su número de identificación escolar, bordado en su uniforme.

Una joven dirigente estudiantil pronunció un encendido discurso desde lo alto de un camión, delante de la escuela, y pidió a los profesores que respetasen a los alumnos, en lugar de «predicar reglas».

Este sentimiento de asfixia lo padeció especialmente Vegas, una estudiante transgénero de 16 años que se vio obligada a cambiar de escuela al ser víctima, según cuenta, de discriminaciones e intimidaciones.

Con instituciones donde está prohibido contestar, prohibido cuestionar a la autoridad y lo importante es perpetuar el sistema, «las escuelas son como pequeñas dictaduras, con todas sus normas», concluye Vegas.

OLA DE PROTESTAS DESDE JULIO

Desde el pasado julio, los manifestantes prodemocráticos han organizado protestas pacíficas casi a diario, muchas de ellas multitudinarias y en las que la Policía ha usado cañones de agua en al menos tres ocasiones.

Los estudiantes exigen una nueva Constitución, ya que la actual fue redactada por la antigua junta militar (2014-2019) liderada por el general Prayut Chan-ocha.

Los estudiantes también piden la dimisión de Prayut, quién revalidó su cargo de primer ministro el año pasado tras unas controvertidas elecciones, y una reducción del poder de los militares, que han tomado el poder en 13 golpes de Estado desde el fin de la monarquía absoluta en 1932.

La demanda más audaz es la reforma de la monarquía para reducir el poder del rey Vajiralorgkorn, lo que está creando fricciones con los sectores más conservadores de Tailandia, que protagonizado algunos enfrentamientos con los manifestantes antigubernamentales.

Fuente: https://rpp.pe/mundo/actualidad/quienes-son-los-malos-estudiantes-de-tailandia-y-por-que-sus-protestas-desafian-a-la-monarquia-de-su-pais-noticia-1305617

Comparte este contenido:

Declaración final de la XI Asamblea de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación

Por: CLADE

Luego de un proceso de reflexión llevado a cabo mediante siete encuentros virtuales temáticos y la posterior sistematización de los contenidos surgidos, para poder evaluarlos y ponderarlos en intensos días de trabajo desarrollados mediante asambleas también virtuales durante esta última semana, la CLADE (Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación) ha sacado su documento final que -de algún modo- constituye la hoja de ruta para los próximos dos años. Acá publicamos el texto completo:

Carta en cuarentena  –  Declaración Final de la XI Asamblea Regional CLADE  –  Noviembre, 2020

La XI Asamblea de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), realizada de modo virtual entre el 13 de octubre y el 26 de noviembre, contó con más de 100 personas de organizaciones miembros de la CLADE, representantes estudiantiles y docentes, movimientos, organizaciones de la sociedad civil, investigadores y académicos, en un contexto en el que en nuestra América Latina y Caribe y en el mundo entero, estamos viviendo las consecuencias de la pandemia provocada por el Covid-19. Esta crisis sanitaria tiene graves impactos en lo económico, educacional, ambiental, político, en el cuidado de la vida y de la naturaleza; poniendo aún más en evidencia las débiles políticas públicas de salud, educación, empleo, entre las más importantes.

La pandemia impacta de manera diferente a las distintas poblaciones, exacerbando las desigualdades estructurales históricas de nuestra región, herencia de la colonización, el patriarcado, las políticas neoliberales, y genera nuevas desigualdades que vuelven a impactar en las poblaciones históricamente excluidas como las mujeres, la población empobrecida en zonas urbanas y rurales, los pueblos indígenas, andinos y amazónicos, la población afrodescendiente, las personas con discapacidad, personas migrantes y refugiadas, campesinos, la población LGBTIQ+, las primeras infancias, la niñez en situación de trabajo infantil, las y los jóvenes y las y los adultos mayores. Por otra parte, también puede implicar una oportunidad para que reaccionemos y encontremos alternativas a este modelo agotado de vida y consumo, esencialmente injusto y profundamente destructor.

Las desigualdades e inequidades históricas en el ejercicio del derecho humano a la educación se ampliaron y profundizaron en este período. Las consecuencias para todos los actores de las comunidades educativas, desde la primera infancia y a lo largo de todos los trayectos educativos, las vulneraciones a este derecho se han multiplicado y profundizado. Adicionalmente, las y los docentes, especialmente las mujeres, han visto sus derechos laborales vulnerados y las tendencias privatizadoras de la educación se han profundizado, amenazando aún más la educación pública, gratuita, laica, para todos y todas.

Conocimos un nuevo modelo de privatización (familias, estudiantes y docentes asumiendo el coste de equipos y conexión), estratificación estudiantil (a partir de las posibilidades o nó de conexión) y cientos de miles de estudiantes imposibilitados de continuar su trayecto educativo en estos contextos. Esta situación amenaza con mantenerse y expandirse con los anuncios de modelos híbridos de enseñanza.

La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación, sus foros nacionales, redes regionales y ONGs internacionales que la integran han realizado un gran esfuerzo desde que comenzó la presente crisis, para acompañar procesos que garanticen los derechos de los pueblos, para reflexionar sobre las consecuencias de la pandemia, para denunciar la profundización de la desigualdad y para alentar el compromiso de la comunidad educativa a no bajar los brazos ante la difícil situación que se fue agravando.

En este contexto, desde nuestra XI Asamblea Regional,

AFIRMAMOS

Que el derecho a la educación es una obligación central de los Estados nacionales. Esa exigencia debe ser actualizada en un contexto de desembarco de los medios virtuales, contenidos digitales y de asedio a la escuela presencial.

Que desde la CLADE asumimos como nuestro deber la elaboración de propuestas para garantizar que los Estados cumplan en estas circunstancias con su responsabilidad de acelerar la innovación científica-tecnológica.

Que la democracia política debe tener un correlato educativo pleno. Democracia educativa abierta es un desafío para docentes, familias y estudiantes en la tercera década del siglo XXI, en armonía con los seres humanos y la naturaleza. Democracia para el encuentro, la justicia social, el diálogo intercultural, el cuidado de la vida y para la constitución de sujetos creativos y críticos.

Que una educación decolonial es indispensable para desmontar el sistema de dominación en el que vivimos, y construir proyectos educativos propios inspirados en el legado de Paulo Freire.

Que la pandemia demostró la importancia de la presencialidad en la educación y en los aprendizajes a lo largo de toda la vida, porque aprender es un acto relacional, que necesita del diálogo, del abrazo y del hacer en los territorios y que, cuando la virtualidad es indispensable, debe también garantizar el derecho humano a la educación, en todo lo que este significa.

INSTAMOS

A que los Estados asuman su rol de garante de los derechos humanos, considerando la indivisibilidad de los mismos y a la educación como factor habilitante para el ejercicio de otros derechos, para disminuir las desigualdades y para lograr que nuestras sociedades sean más justas e igualitarias.

Que cumplan con los compromisos internacionales acelerando el desarrollo de políticas que buscan lograr las metas de la Agenda de Educación 2030 y de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Que emitan políticas intersectoriales e interseccionales para avanzar en inclusión, equidad y calidad, considerando las múltiples dimensiones de la diversidad (género, religión, etnia, cultura, lengua, discapacidad, ubicación geográfica, condición socioeconómica, orientación sexual, entre otras), que son fuentes de discriminación. Es imperativa la educación antidiscriminatoria que conlleve a la emancipación de las personas, sus pueblos y movimientos.

Que garanticen el acceso universal y público al internet como un derecho, y no como una mercancía. Desarrollando plataformas virtuales propias y abiertas, que garanticen nuestra soberanía en materia de tecnología educativa.

Que aseguren una formación docente basada en un enfoque de derechos y actualizada en términos de los avances en ciencia y tecnología, el conocimiento y respeto a la naturaleza como fuente de vida, sustento y el cuidado del planeta Tierra, nuestra casa común.

Que se garantice un planeamiento estratégico para la construcción de conocimiento sobre el derecho a la educación y el cuidado en la primera infancia, y se reconozca la importancia de las diversas experiencias de la sociedad civil.

Que valoren las propuestas de las niñas, niños, jóvenes y adolescentes en la formulación de políticas y normas que protejan su derecho a la educación, la salud, la protección integral y la participación.

Que reconozcan la importancia de la educación comunitaria que responde con pertinencia territorial a sus necesidades, comparte saberes y estrecha los vínculos de solidaridad entre las diversas instituciones que operan en su entorno, incluyendo las educativas.

Que garanticen el financiamiento necesario para asegurar una educación pública, suficiente y pertinente desde la primera infancia y para toda la vida, y que para ese fin pongan en marcha mecanismos de justicia tributaria y no de endeudamiento.

PROPONEMOS

Que se retome la centralidad y refuercen los servicios públicos no solo educativos, sino también de salud, protección social, vivienda, entre otros, con miras a evitar la exacerbación de las desigualdades. Es urgente y necesario que los distintos movimientos sociales se articulen para luchar colectivamente por la realización de todos los derechos.

Que se adopten políticas intersectoriales con énfasis en:

●Educación política y ciudadana para todos los actores de las comunidades educativas.

●Educación en Derechos Humanos.

●Educación con perspectiva de género.

●Educación centrada en la vida y en los derechos de nuestra “Madre Tierra”

●Educación popular y pedagogías críticas.

●Educación basada en la territorialidad.

●Educación para el cuidado y atención de la primera infancia.

●Educación de Personas Jóvenes y Adultas.

Que para la reapertura de las escuelas, que deberá ser progresiva y decidida participativamente, los Estados se comprometan con el fortalecimiento de las políticas de alimentación escolar como estrategia para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de los niños, niñas, adolescentes y sus familias.

REAFIRMAMOS

Nuestro compromiso irrenunciable con el fortalecimiento de las democracias y la participación permanente de la sociedad civil en la toma de decisiones en los asuntos públicos, que debe incluir a las mujeres, los niños y las niñas, las personas jóvenes y estudiantes, a los grupos históricamente discriminados por razón de género, etnia, edad, lengua, orientación sexual y discapacidad, entre otros.

Nuestro compromiso a favor de la decolonización, despatriarcalización y, en general, por el fortalecimiento de las visiones humanistas y emancipadoras de la educación, que incluyen la promoción de la convivencia pacífica en todas las comunidades educativas, la deconstrucción de los patrones machistas, la promoción de los entornos colectivos de aprendizaje, la educación popular y la apertura de las escuelas a sus comunidades.

Nuestro compromiso con los espacios educativos presenciales, tecnológicamente actualizados, reafirmando nuestra voluntad de trabajar para exigir presupuestos justos, dotación de equipos e infraestructura tecnológica que permita sostener estos espacios de encuentro en condiciones de igualdad.

Nuestro compromiso con la juventud, sus demandas, sus luchas y sus procesos organizativos, en defensa de todos sus derechos.

Nuestro compromiso en la construcción de redes y la articulación de los movimientos sociales en la promoción y defensa del Derecho Humano a la Educación.

¡¡Por una educación emancipadora, actualizada y garante de derechos!!

Comparte este contenido:

Colombia: “Si usted no tiene salud, educación, una buena productividad, una vivienda… pues no va a haber nunca paz en la vida”

América del sur/Colombia/Noviembre 2020/eldiariodelaeducacion.com

  • Resiliencia, organización y acción por la paz con perspectiva de género entre los cafetales del sur del Tolima, Colombia.

Los arbustos de café mezclados con los plátanos perfilan el color rojizo de las carreteras, planas solo de vez en cuando. Al girar la ladera, por encima del camino, un cartel estampado con numerosos logos institucionales da la bienvenida a “Planadas, Municipio de Paz”. A su lado, diversos plafones publicitan la calidad de los cafés especiales de Planadas, ganadores de la Taza de la Excelencia en varias ocasiones.

Anuncios que resumen toda una declaración de intenciones de una localidad con más de 50 años de conflicto en su historia, y que está cansada de que únicamente se la conozca como “la cuna de las FARC”.

Una de las mujeres supervivientes y resistentes a la violencia de décadas es Leonoricel Villamil Toro. En 2020 desarrolla su tercer período como concejal en Planadas por el Partido Verde, en representación del corregimiento de Gaitania, uno de los dos corregimientos rurales del municipio del sur del departamento del Tolima, a unos 1.500 metros de altitud. Leo, como se le conoce en toda la región, ejerce de 2ª vicepresidenta del Concejo, siendo ella la única mujer entre los trece miembros de la asamblea municipal. En 2015, después de asistir a un encuentro de Mujeres por la Paz en Bogotá, vio claro lo que tenía que hacer. «Me tomé el atrevimiento de vincularme, participar y representar a la mujer planaduna. Empecé a ir a las veredas a decirles cómo debíamos comenzar a articularnos, mostrar que sentimos un dolor pero que ya debemos dejar los miedos y hemos de reclamar los derechos que tenemos según la Constitución», declara Leo al recordar sus primeros pasos en la organización de mujeres. Es muy sencillo.

Además de dedicarse a la función pública y al trabajo por la comunidad, Leo también se hace cargo de la finca y los cafetales familiares. Mientras recorre la finca paterna, repasa su dura historia familiar, ligada al devenir del conflicto. “Me he visto afectada tanto y de tal manera que… una de ellas fue la terminación de mi familia, que constaba de cinco hermanos varones y mi persona. De ellos ya no queda ninguno”. Después de tomar aire, Leonoricel reflexiona: “Cuando a una le tocan es cuando siente y sabe el valor de las demás mamitas”.

Parir en medio de la guerra

La campesina llegó a Gaitania con tres años y desde ese entonces allí se crió, se educó y tuvo tres hijos, de los cuales solo le quedan dos. “El hijo me lo asesinaron el 27 de septiembre de 2015, a la edad de 28 años, junto con mi hermano y otro campesino”. Mientras clava la mirada en las montañas lejanas que los cafetales pintan al estilo puntillista, Leo habla del “temor de la gente a venir” durante años y años, y recuerda “cuando los helicópteros pasaban por encima de nuestras cabezas mientras el Ejército se desplazaba por tierra, y uno no sabía a quién ponerle cuidado; estábamos en medio de las balas, pero se seguía recolectando café”.

Según rememora la campesina: “A nosotras nos tocó parir a los hijos en medio de la guerra. Con lo que vivimos acá en la región —porque nosotros vivimos tomas guerrilleras— nos ha tocado salvar vidas, intermediar por personas, enterrar gente que quizás su familia nunca supo qué pasó… Asimilamos eso, y con mucha prudencia y cautela hemos aprendido a vivir en esta región donde nos hicieron mucho daño. A mí, y a las demás mujeres de Planadas, y más que todo, en la vereda Marquetalia, que fue en la que nacieron las FARC».

Según recoge la historiografía fariana, los fundadores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, nacidas en 1964, fueron “48 campesinos que habitaban en la región de Marquetalia, una colonia agrícola fundada por ellos mismos, 10 años atrás, a principios de los cincuenta”. Leonoricel narra que entre los desplazados de esas primeras guerras de la Violencia en Colombia estaba Pedro Antonio Marín, que se hizo llamar Manuel Marulanda Vélez. De él, Leo recuerda que se presentó como ingeniero y que fue el que trazó la vía hacia el municipio de Neiva: “Ese señor ya tenía también unas ideologías buenas, tampoco era todo malo”.

Vistas de la cordillera donde se ubica Gaitania, Planadas. Además de los núcleos urbanos, una buena parte de la población reside en veredas rurales alejadas. | Imagen: Leider Guerrero

​Como las otras zonas de colonización de mediados del siglo XX ubicadas en Planadas, “las colonias agrícolas fundadas por el campesinado desterrado de sus zonas de origen pasaron a ser consideradas Repúblicas Independientes a las que había que aniquilar”, según recoge la página web de la organización guerrillera. El relato de las FARC continúa: “El Ejército Colombiano, bajo la orientación de la misión militar yanqui” lanzó la Operación Soberanía u Operación Marquetalia, con la que combatió el comando guerrillero que dirigía el propio Marulanda, alias “Tirofijo”, quien después sería Comandante en Jefe de las FARC. El también fundador de las FARC, Jacobo Arenas, explica en el libro Diario de la resistencia de Marquetalia que “es de esta agresión contra las colonias de Marquetalia, el Pato, Riochiquito y El Guayabero que nacen las FARC como respuesta armada”. En el Programa Agrario de los Guerrilleros, proclamado el 20 de julio de 1964, los campesinos revolucionarios justificaban su lucha explicando que se alzaron en armas porque en Colombia estaban cerradas las “vías de la lucha política legal, pacífica y democrática”.

Más allá del mito fundacional

La historia aún sigue viva en la memoria de los y las habitantes de las veredas y casas de Planadas. “Aquí hay gente todavía que vivió y vio la Operación Marquetalia —remarca Leo—, y hay gente que combatió obligatoriamente contra la guerrilla, porque en ese entonces prestaban su servicio militar y todavía están acá”. Pero esta historia narrada desde la distancia y la falta de empatía se ha convertido para muchos en una marca que desean olvidar. “Aún hoy día todavía sigue el estigma de que aquí nació la guerra… Y eso es lo que nosotros estamos tratando de borrar”, dice Leo, a la vez que su mano derecha hace un gesto de borrar una pizarra.

 

Pese al mito fundacional, el conflicto en los montes del sur del Tolima venía de antes. De hecho, cuando hablan del conflicto armado en el Tolima, los expertos del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y de las instituciones académicas locales hablan de “una estructura endógena de largo aliento” y unos “orígenes asociados al período de La Violencia (1946-1958)”. En ese entonces, el conflicto armado era entre liberales y conservadores. Según la terminología local, Gaitania se clasificaría como un “municipio rojo”, aludiendo a su composición mayoritariamente liberal, en términos del bipartidismo tradicional.

“Aquí tildaron, aquí juzgaron. Aquí señalaron, pero ellos nunca supieron cuál era verdaderamente el conflicto, y nadie sabe por qué nació verdaderamente la guerra”, prosigue Leo, que corrobora que “no fue solamente la guerrilla”. La represión de las fuerzas militares, los falsos positivos y los montajes contra campesinos para ganar unas recompensas por haber capturado a unos supuestos guerrilleros atemorizaron la población civil del mismo modo, tal y como recoge el Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo” (CAJAR), entre otras organizaciones defensoras de derechos humanos. “Nos tocó vivir una etapa muy dura porque tanto el gobierno como las Fuerzas Militares también causaron mucho daño”.

Planadunas organizadas por la reconciliación y la paz

Pese a toda la violencia sufrida, Leo no duda que “hay que seguir, hay que dejar esos resentimientos, esos dolores, y hay que tratar de reconciliar. Ese es el ejemplo que tenemos que dar nosotras como mujeres, que somos las que generamos vida, que somos las que procreamos, las que parimos hijos. Ninguna madre quiere perder a un hijo ni quiere seguir trayendo hijos a este mundo para una guerra”, recuerda la concejal. Precisamente, fue en septiembre de 2015, después de la muerte de su hijo, cuando Leonoricel dio el paso de organizarse y luchar por los derechos de sus vecinas, especialmente por las mujeres víctimas del conflicto.

Los murales que enmarcan el parque infantil de Gaitania dan cuenta de la movilización de las mujeres planadunas por la paz. | Imagen: Helena Rodríguez

En el primer encuentro que organizaron participaron más de 500 mujeres, e hicieron una videoconferencia con Victoria Sandino, directora de la Subcomisión de Género de los diálogos de Paz de La Habana (Cuba), y durante la cual todas las mujeres de las veredas presentaron una propuesta. Así nació el Consejo de Mujeres por la Paz de Planadas, y según reporta Leo, hoy en día hay otras ocho asociaciones de mujeres en el municipio. Durante los últimos 5 años, las mujeres de Planadas han interactuado también con las mujeres del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de El Oso, la zona veredal para el proceso de desmovilización de la guerrilla de las FARC ubicada dentro de la jurisdicción de Planadas.

Sobre las mujeres de la zona veredal, Leo destaca que “ellas hoy en día tienen sus hijos, quieren que estudien, que se formen, y no quieren que vuelvan a la guerra”, eso, para ella, es todo un triunfo de la paz. Por otra parte, Leo reconoce que, tal y como las excombatientes denuncian, el Gobierno les está incumpliendo. “Por eso nosotras tenemos que aprendernos bien los cinco puntos, los puntos recogidos en los Acuerdos de Paz para uno poder hacer un reclamo”. Esos puntos a los que la concejal hace referencia son la implementación de una política de desarrollo agrario integral, la mejora de la participación política, el fin del conflicto con el cese de hostilidades bilateral, la solución al problema de las drogas ilícitas y la reparación de las víctimas, más un sexto punto referente a los mecanismos de implementación, verificación y refrendación de los acuerdos.

En busca de una verdad reparadora y una vida digna

Pese al reconocimiento de la fortaleza que les ha supuesto que los Acuerdos de La Habana hayan incluido en uno de sus principales puntos la equidad de género, Leonoricel opina que ellas, las mujeres víctimas supervivientes, sólo están representadas en parte. “En parte sí, porque hemos trabajado para que la paz continúe, y la inclusión de la equidad de género ha sido vital para nosotras salir a reclamar y mostrar que lo podemos hacer. Pero en parte no, porque nosotros también hemos sido afectados por el gobierno nacional, y en eso uno no ve justicia, uno no ve nada. Por eso nosotros hacemos parte y reclamamos el esclarecimiento de la verdad, que tanto los Acuerdos como la JEP (la Jurisdicción Especial para la Paz) recogen. Si usted cuenta la verdad, está sanando. Y a eso es a lo que nosotros hacemos un llamado”.

A su vez, la lideresa denuncia que hay gente que aún vive con temor, porque “todavía siguen los señalamientos”, que “la gente no sabe por qué fue víctima de la guerra” y que “todavía después de este Acuerdo de Paz, hay muchas irregularidades”. No fue hasta mediados de febrero de 2020, casi cuatro años después de la firma de los acuerdos, que la Comisión de la Verdad instaló la primera Mesa Técnica de No Repetición, como recogen los documentos publicados por la propia alcaldía de Planadas.

De igual forma, la concejala llama la atención sobre el acoso a los líderes sociales, una situación que también se siente en Planadas. “Hay mucha incertidumbre, no sabemos lo que está pasando”, explica Leo, que habla de la amenaza de los llamados “grupos posdesmovilización”: “Hablan de disidencia, de grupos que no sabemos quiénes son, de dónde son, cómo son… Con la guerrilla se sabía quién era el guerrillero, pero uno ahoritica no sabe quién es quién”. “158 armados con fusiles en Ataco-Planadas. ¿Y eso es delincuencia común?”, Ironiza Leo mientras conversa con las vecinas. “El último que mataron fue dentro, aquí en el pueblo, en plena calle, y las mujeres no nos estamos escapando de la muerte, lo asesinan por callarlo o callarla a uno”, lamenta la lideresa.

​El camino hacia la paz: la superación de la pobreza

En su acción política, Leonoricel denuncia especialmente las condiciones de empobrecimiento en las que viven muchas de las campesinas de Gaitania. Por eso, Leo reclama que las mujeres “que se levantan a las 3 o 4 de la mañana y son las últimas que se acuestan, pero no tienen remuneración ni una vivienda digna”, sean reconocidas, recompensadas y visibilizadas, “porque en el campo y en el hogar lo fundamental es la mujer”. En la misma línea, Leo exige “que el gobierno cumpla y haga realidad los proyectos productivos y todo lo recogido en el acuerdo de paz”. Tal y como la lideresa remarca, “si usted no tiene salud, no tiene educación, una buena productividad, comercio, una buena vivienda… pues no va a haber nunca paz en la vida”. Pero si hay una necesidad que Leo destaca por encima de las demás es la de fortalecer la educación y ampliar la oferta formativa, para que los niños y niñas del municipio tengan la oportunidad de acceder a carreras universitarias.

Pese a su fortaleza externa, Leonoricel reconoce que no es fácil ser lideresa, y no es fácil ser una concejal entre doce hombres. “El machismo todavía sigue reinando en Colombia y en todo el mundo, y creen que las mujeres no somos capaces de administrar y manejar. Pero se equivocan, porque las mujeres somos más conscientes y más organizadas, y lo hemos demostrado”. Por eso, Leo está convencida de que las charlas y capacitaciones de equidad de género y empoderamiento a las mujeres y a las familias son fundamentales. “Esto es lo que más reclaman las mujeres. Que lleguemos a las veredas, a lo más profundo del campo”. La concejal tiene clara cuál es su perspectiva de futuro en cuanto a la organización de las mujeres en Planadas: “Las quiero ver bien, viviendo bien, educadas y empoderadas como mujeres».

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/educacion-por-la-paz/2020/11/25/si-usted-no-tiene-salud-educacion-una-buena-productividad-una-vivienda-pues-no-va-a-haber-nunca-paz-en-la-vida/

 

Comparte este contenido:
Page 980 of 6179
1 978 979 980 981 982 6.179