La reivindicación de esta estudiante, que desde hace un mes sigue sus lecciones en la calle, se ha convertido en un movimiento extendido en toda Italia y, dice la joven, «no parará hasta que se vuelva a las aulas».
Sentada en el suelo, con su tableta rosa, bien abrigada para protegerse del gélido Turín (noroeste de Italia), cada día Anita, de 12 años, sigue sus lecciones online en la calle como protesta contra la didáctica a distancia, la odiada DAD, introducida debido a la pandemia. Su gesto ya es imitado por estudiantes de todo el país que exigen volver al colegio.
Aunque el presidente de la sureña región de Campania, Vincenzo de Luca, se burló de una de estas niñas que querían volver al colegio -«¿Qué niño quiere ir al cole?. Habrá bebido plutonio en vez de leche», dijo-, la verdad es que la mayoría de los estudiantes quieren regresar y ya no soportan más esta situación.
La batalla de Anita, que desde casi un mes sigue sus lecciones en la calle, se ha convertido en un movimiento extendido en toda Italia y, dice la jovencísima estudiante, «no parará hasta que se vuelva a las aulas».
Ella fue la primera que se plantó delante de su instituto en la calle Sant’Ottavio de Turín para pedir que los colegios fueran los últimos que se cerrasen con las medidas restrictivas aplicadas por el Gobierno para limitar los contagios.
«Se están riendo de nosotros»
En estos días, a pesar del frío, se han unido a Anita muchos otros estudiantes no sólo en Turín, sino en otros lugares como Nápoles o Milán, donde también se han cerrado los colegios.
La chica está ahora junto a sus amigas Maia y Lisa y han cambiado la calle sant’Ottavio, donde se encuentra su instituto, por la plaza Castello, junto al palacio que acoge la sede del gobierno regional, donde la semana pasada su presidente, Alberto Cirio, se reunió con ellas y les aseguró que «reabriría todas las escuelas lo antes posible y de forma segura».
Esta semana, el Piamonte, donde se encuentra Turín, ha pasado de ser zona roja, con las consecuentes restricciones, como el cierre de los colegios, a zona naranja, lo que abría la posibilidad de que al menos los estudiantes de secundaria pudieran volver a las clases presenciales, pero Cirio decidió que no era el momento.
«Se están riendo de nosotros», explica la combativa Anita, que pide que entiendan que esta generación «es el futuro» y que se corre el peligro de «que crear desventajas» respecto a otros estudiantes.
«Al principio apreciamos la didáctica a distancia porque podríamos seguir con las clases, pero tras tantos meses estamos cansados. Y no es sólo el problema de pasar horas delante del ordenador, es que hay niños que han tenido problemas psicológicos y otros que no siguen las lecciones porque no tienen una buena conexión o un espacio donde ponerse», añade.
Aunque algunos compañeros no le apoyan, otros cuatro chicos y chicas de su clase se han volcado con su iniciativa y protestan cada mañana junto a ella. «Algunos profesores también nos apoyan y la directora del instituto está con nosotros», añade satisfecha.
Anita no solo echa de menos «socializar» con sus compañeros, sino también «la relación con los profesores de cada día» y asegura que la escuela es un lugar seguro: «Llevamos siempre las mascarillas, guardamos la distancias, hay gel desinfectante dentro y fuera del aula, las ventanas abiertas…».
Añade que en el resto de países no se han cerrado los colegios y señala la paradoja de que los centros comerciales estén abiertos.
Italia decretó que en las zonas rojas se cierren los colegios a partir del segundo año de la educación secundaria, pero en lugares como Campania se cerraron antes de que lo decidiese el Gobierno.
Ahora el Gobierno está discutiendo si permite que se vuelva a las clasespresenciales ya en diciembre o si se espera a después de las vacaciones navideñas.
La ministra de Educación: «Anita tiene razón»
«Hay estudiantes de secundaria que están frente a un ordenador durante horas y yo estoy haciendo todo lo posible para que puedan regresar gradualmente a la escuela. Anita tiene razón. Anita debería volver al colegio en este momento», dice la ministra de Educación, Lucia Azzollina.
Existe «el derecho a ir a la escuela, un lugar que tiene reglas, normas que nuestros alumnos han interiorizado. Muchas veces son los mismos niños quienes enseñan estas reglas a sus padres, desde la covid hasta el reciclaje«.
Azzolina cita las palabras de la senadora y superviviente al Holocausto Liliana Segre: «una generación muy fuerte».
«Nuestros alumnos son muy fuertes, son excepcionales, no son esos bebés, esos caprichosos, como se los ha definido en el pasado. Parece que siempre los jóvenes de este país deben ser maltratados, siempre humillados, como si fueran siempre la última rueda del carro. Debemos entender que nuestra mejor inversión deben ser los jóvenes», agrega.
La ministra apoya las protestas de estos jovenes, que sólo «piden quedarse en la escuela, estudiar» con «manifestaciones absolutamente pacíficas con sus mesas y sillas frente a las escuelas.
«Creo que el mundo de los adultos debería ser feliz al escuchar a los jóvenes y tal vez incluso tomar ejemplo de ellos», añade.
La página de Internet dedicada a la educación Skuola.net, muy popular en Italia, realizó hace algunos días un sondeo entre 3.000 estudiantes de secundaria y de la universidad: casi la mitad dijo que está viviendo muy mal este momento y alrededor de 8 de cada 10 piensan que el virus tendrá repercusiones negativas en su futuro.
Los últimos nueve meses «han sido devastadores, especialmente desde el punto de vista mental» y uno de cada dos estudiantes, de hecho, está atravesando un período muy difícil y considera que su vida ha cambiado totalmente.
Fuente. https://www.heraldo.es/noticias/internacional/2020/12/03/coronavirus-italia-la-batalla-de-anita-para-reabrir-los-colegios-1408392.html