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Ecuador: El Instituto Regional para los Derechos Humanos señaló que el enfoque de “mano dura” del gobierno provocó nuevas violaciones de DDHH

“A la violencia existente en Ecuador se suman nuevas vulneraciones de derechos humanos cometidas por el Estado”, denuncia INREDH

Por Sofía Montoya

El miércoles 10 de diciembre de 2025 se conmemoraron los 77 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en un contexto de profunda preocupación para las organizaciones sociales sobre su vigencia real en el Ecuador.

Para hogares enteros, comunidades empobrecidas y poblaciones históricamente vulneradas, la promesa de dignidad que recoge este instrumento internacional parece cada vez más lejana.

Desde el Instituto Regional para los Derechos Humanos (INREDH), la abogada Ariadne Celi advierte que el país atraviesa “un escenario bastante preocupante”, especialmente respecto a la garantía estatal de derechos y el rumbo de las políticas públicas en materia de seguridad.

“Nos preocupa la vigencia y la garantía de los derechos humanos tal como están siendo manejadas actualmente desde las políticas estatales”, señala Celi.

Militarización y nuevas vulneraciones
El Ecuador vive cifras históricas de homicidios, secuestros y extorsiones. Desde 2024, con la declaración del conflicto armado interno y la militarización de las calles, el Estado ha apostado por un enfoque de “mano dura” para enfrentar al crimen organizado. Sin embargo, para INREDH estas medidas no han dado resultados y, por el contrario, han provocado nuevas violaciones de derechos humanos.

“Estas decisiones no han solucionado el problema de la violencia; al contrario, a la violencia ya existente se suman vulneraciones cometidas ahora desde el propio Estado”, afirma.

Desapariciones, ejecuciones y detenciones arbitrarias
INREDH ha documentado desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias y excesos en el uso de la fuerza, especialmente en operativos militares y policiales en sectores empobrecidos de Guayaquil y otras ciudades.

Durante el último paro nacional también se registraron abusos policiales y militares, criminalización de la protesta, procesos por presunto terrorismo y paralización de servicios públicos, además de la muerte de dirigentes y comuneros indígenas.

“Hubo aprehensiones irregulares, traslados de civiles a manos militares o policiales y procesos judiciales desproporcionados. Muchos casos se han denunciado por vía penal e incluso ante organismos internacionales”, explica Celi.

Obstáculos para la justicia
El acceso a la justicia se ve gravemente limitado. Según INREDH, existe una negativa constante del Estado para entregar información sobre operativos de seguridad, incluso a la Fiscalía. Las recientes leyes de inteligencia han permitido declarar como reservada información clave para las investigaciones.

“Sin acceso a información es prácticamente imposible que las investigaciones avancen. En casos de desaparición forzada, si no se actúa en los primeros días, la información se pierde. Las familias siguen buscando verdad, justicia y reparación”, enfatiza la abogada.
Crisis global y discursos de odio
Celi señala que Ecuador forma parte de un escenario global de crisis de derechos humanos y avance de discursos de extrema derecha que desacreditan los sistemas de protección.

“Nos preocupa que ese discurso también intente instalarse en Ecuador, como cuando se afirma que la Constitución ‘defiende delincuentes’. Las personas privadas de libertad siguen siendo personas con derechos y dependen totalmente del cuidado del Estado”, recuerda.

La abogada destaca que el triunfo del “No” en la última consulta popular evidenció una resistencia social frente al debilitamiento de las garantías constitucionales.

Las poblaciones más afectadas
Niñas, niños y adolescentes, mujeres, personas LGBTIQ+, migrantes, pueblos indígenas y grupos empobrecidos siguen siendo los más golpeados por la violencia y la desigualdad estructural.

“Existe un racismo sistémico en el Estado. Hace falta una mirada interseccional que reconozca cómo se superponen las desigualdades”, sostiene Celi, destacando también la incidencia social en casos como el de los niños de Las Malvinas.

¿Qué son los derechos humanos?
En medio de la desinformación y los discursos de odio, INREDH insiste en recuperar el sentido básico de los derechos humanos.

“Son prerrogativas que tenemos todas las personas por el hecho de ser humanas. Están ligados a la dignidad y a la posibilidad de una vida digna”, explica la abogada.
Estos derechos están reconocidos en instrumentos internacionales y en la Constitución ecuatoriana, que exige políticas públicas y garantías efectivas para su cumplimiento.

“Exigir derechos es necesario, porque cuando se limitan para uno, se limitan para todos”, agrega.
Defender derechos en tiempos hostiles

Ser defensora o defensor de derechos humanos en el Ecuador se ha vuelto una labor de alto riesgo. Miembros de INREDH y de otras organizaciones han sido detenidos durante protestas mientras realizaban tareas de observación legal.

“Ha sido fuerte para el equipo. Por eso es clave tejer redes, hacer comunidad y cuidarnos entre quienes cuidamos a otros”, concluye Celi.

Los derechos se defienden

A 77 años de la Declaración Universal, INREDH llama a la ciudadanía a mantenerse alerta, informarse desde fuentes confiables como la Constitución, rechazar las noticias falsas y los discursos de odio, y sostener la exigencia colectiva por una sociedad más justa.

“Seguir luchando por los derechos humanos es luchar por la dignidad de todas las personas”, remarcan desde la organización.

RADIO PICHINCHA

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Balance 2025: estos son los avances del Gobierno del cambio para la educación superior pública en Colombia

Con un presupuesto histórico y la vinculación de casi 250 mil nuevos estudiantes, el Gobierno consolida su apuesta por ampliar el acceso a la educación superior pública como derecho, fortalecer la infraestructura universitaria y dignificar las condiciones laborales del sector educativo.

El Ministerio de Educación Nacional presentó este lunes los avances del Plan Estratégico de Educación Superior ante el Grupo de Designados de Presidente y Delegados del Ministro, revelando cifras que marcan un giro significativo en la política de educación superior del país. La inversión para 2025 asciende a $10,3 billones, incluyendo $1,2 billones destinados a la política de gratuidad a la base. Adicionalmente, la incorporación de 245.821 nuevos estudiantes representa uno de los esfuerzos más ambiciosos de las últimas décadas para democratizar el acceso a la universidad pública.

El presupuesto para el sector se distribuye entre recursos recurrentes y más de 1,4 billones de pesos en recursos adicionales, de los cuales 778.000 millones se orientan al fortalecimiento de la base presupuestal y a la ampliación de cobertura. Durante los últimos tres años, el Gobierno ha destinado más de 1,8 billones de pesos a infraestructura educativa.

«El programa de gobierno nos indica ampliar la garantía del derecho en todo el país y el objetivo principal es que todos los niños, niñas y jóvenes de Colombia tengan la garantía del derecho a la educación. Debemos pensar, sobre todo, en los jóvenes que están por fuera del sistema», aseguró el ministro Daniel Rojas Medellín en el espacio.

Cobertura sin precedentes

A través de los Planes Integrales de Cobertura se logró una expansión del derecho educativo que alcanzó los 32 departamentos de país; además, las estrategias de regionalización de la educación superior del Gobierno del Cambio ha priorizado municipios con baja cobertura en la tasa de Tránsito Inmediato a la Educación Superior mediante el programa de tránsito inmediato a la educación superior PTIES.

Infraestructura y bienestar estudiantil

El Ministerio avanza con 123 intervenciones de infraestructura en educación superior en 25 departamentos, respaldadas por 6,7 billones de pesos de inversión declarada de importancia estratégica que permitirán que se garanticen las obras con vigencias futuras hasta el año 2038. Actualmente, 27 proyectos están en formulación y 39 en ejecución, incluyendo 62 de infraestructura convencional y 32 de ambientes modulares. Para el bienestar estudiantil se destinaron 63.517 millones de pesos en 2025, de los cuales ya se giraron 49.237 millones a las universidades para programas de bienestar físico, emocional, social y académico, con enfoque inclusivo e intercultural.

Gratuidad y tránsito inmediato

La política de gratuidad «Puedo Estudiar» está presente en los 32 departamentos y 1.122 municipios a través de las 67 instituciones de educación superior públicas del país. El 78,6% de beneficiarios proviene de población vulnerable, incluyendo víctimas del conflicto, población étnica y comunidades rurales.
Además, el Programa de Tránsito Inmediato a la Educación Superior (PTIES) facilitó el ingreso directo de 4.108 jóvenes a través de convenios por 21.947 millones de pesos en 28 municipios de 17 departamentos. La meta es llegar a 27 mil jóvenes de las regiones más apartadas en los próximos cinco años.

Educación Superior en tu Colegio

La estrategia busca ofrecer formación superior en articulación con las instituciones educativas o colegios, articulada desde los grados 10º y 11º o dirigida a bachilleres recientes de territorios focalizados. Su objetivo es facilitar un tránsito inmediato a la educación superior, complementando las trayectorias educativas completas y garantizando el derecho fundamental a la educación sin que los beneficiarios deban abandonar sus regiones. Esto fomenta el arraigo territorial e impulsa proyectos de vida vinculados al desarrollo social, comunitario y productivo local, comprometiendo a las Instituciones de Educación Superior con procesos de nivelación, fortalecimiento socioemocional y orientación socio-ocupacional.

La iniciativa permite a los estudiantes obtener un título técnico profesional mientras cursan la educación media, homologar créditos para adelantar asignaturas de programas superiores y articularse con la Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano (ETDH), reconociendo aprendizajes previos. Esta estrategia se despliega en municipios priorizados como zonas rurales, PDET, ZOMAC e intermedios, aprovechando la agilización del sistema de aseguramiento de la calidad para aprobar nuevos programas y ampliar su desarrollo en estos territorios. Como respuesta, las Instituciones de Educación Superior han fortalecido sus equipos y conformado áreas especializadas para la regionalización de su oferta académica y misional.

El impacto territorial de la estrategia ha crecido de manera progresiva y decisiva. Mientras en 2023 se benefició a 8.221 estudiantes en 209 colegios con 59 programas, para 2024 la cobertura ascendió a 19.772 beneficiarios en 371 colegios con 134 programas. En 2025, bajo el liderazgo del Ministerio de Educación Nacional y en el marco de los Planes Integrales de Cobertura (PIC) y la política de gratuidad, la implementación se ha ampliado sustancialmente. Actualmente, más de 650 colegios en más de 250 municipios ofrecen 343 programas, beneficiando a un acumulado de 48.962 estudiantes (con 20.969 nuevos en 2025) gracias al trabajo articulado de 56 instituciones públicas. La oferta para 2025 hace énfasis en desarrollo rural integral, artes y cultura, educación, transformación y paz, tecnologías convergentes, y ambiente y desarrollo sostenible.


Acuerdos laborales históricos
En abril de 2025 se expidió el Decreto 391 de Formalización Laboral, complementando el marco normativo del sector. El Pliego Unificado radicado el 14 de abril derivó en 25 acuerdos alcanzados entre abril y julio con organizaciones sindicales, incluyendo comisiones de formalización laboral, carrera administrativa, análisis salarial, garantías a la protesta, subsidio habitacional y reformas al sistema educativo.

Más plata para la U pública
El fortalecimiento de la base presupuestal para IES públicas crece sostenidamente. En 2025 alcanzó un 11,0%, frente al 7,0% de 2023, y se proyecta un 13,0% para 2026. Asimismo, los Planes de Fomento a la Calidad han financiado 2.231 proyectos en 63 instituciones de educación superior, con ejecuciones superiores al 93%.

Con estas cifras, el Ministerio de Educación Nacional evidencia que la educación superior pública atraviesa una transformación estructural sin precedentes. La combinación de inversión récord, ampliación de cobertura territorial, modernización de infraestructura y conquistas laborales configura un nuevo modelo educativo que prioriza la equidad, la calidad y la inclusión para garantizar el derecho a la educación en todo el territorio Nacional.

https://www.mineducacion.gov.co/portal/salaprensa/Comunicados/426818:Balance-2025-estos-son-los-avances-del-Gobierno-del-cambio-para-la-educacion-superior-publica-en-Colombia

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La profesora Sonia Díez llama a la sociedad civil a «salvar» la educación en su nuevo libro

Salvador Ruiz
La profesora y empresaria Sonia Díez, reconocida como una de las 25 personas más influyentes de España en la educación y en el ‘Top 100 mujeres líderes’, llama a la sociedad civil a «salvar» la educación, sector al que considera en situación de emergencia, en su nuevo libro.

El fin de la educación tal y como la conocemos es el contundente título de ese libro, que ya en la portada se presenta como ‘Manifiesto por la educAcción que nuestros hijos merecen’ y cuya autora ocupa cargos en diversas entidades y está implicada en numerosos proyectos de variada índole.

Defiende que se está «ante un escenario de reconversión» educativa, «igual que en otro momento lo fue la siderurgia o la banca», ante lo que considera, en una entrevista con EFE, que hay que establecer prioridades porque el mundo «no se parece en nada» al que había cuando se diseñó la educación.

Sostiene que hay una emergencia educativa y alude al primer Barómetro EducAcción, elaborado por Metroscopia con la Cátedra EducAcción de la Universidad Autónoma de Madrid y apoyado por la Fundación Unicaja, que revela un consenso muy elevado en los asuntos que preocupan a los españoles.

Un cambio educativo urgente

Se ha referido al manifiesto EducAcción, coincidente con sus ideas sobre la educación y que recoge la voluntad que refleja el barómetro de que el 90 % de la población española, independientemente de la comunidad autónoma donde se resida y del colegio al que envíen a los hijos -público, privado o concertado-, piensa que «la educación necesita un cambio urgente y profundo».

Propone firmar ese manifiesto, impulsado por el movimiento ciudadano o ‘ecosistema de cambio educativo’ EducaAcción y la Fundación Cultura de Paz, que fundó Federico Mayor Zaragoza, quien defendía -según recuerda- que «el momento de la acción era ahora».

Díez, que fue directora de varios centros de enseñanza, ha explicado que se requiere «que la ciudadanía se ponga en pie de acción, no en plan beligerante, no desde un punto de vista partidista y politizado; sino de propuesta, acción y coparticipación en ese cambio para buscar soluciones conjuntas«. Ve «muy difícil» un pacto de Estado de educación con el actual «ambiente político y social polarizado».

Ocho leyes educativas en la democracia

«Hemos tenido ocho leyes educativas en lo que llevamos de democracia, cada cuatro años ha cambiado la ley, más o menos esa es la media. Un partido llega al poder, genera una ley y el partido contrario se opone y lucha en contra», ha indicado.

«Hemos aprendido que eso no funciona. El cambio educativo que implica a nuestros niños, profesores y sociedades es mucho más urgente que este juego bastardo de a ver quién le dobla el bíceps al contrario», ha añadido.

«Activamos la potencialidad de la sociedad civil para poner énfasis en las cosas que se pueden cambiar», ha precisado.

A partir del próximo año iniciarán proyectos piloto para evidenciar prácticas que pueden ayudar a tomar mejores decisiones y pedir al poder legislativo que actúe.

«Nuestros niños y jóvenes están perdiendo la motivación, perdiendo la sensación de anclaje a sus comunidades y participan cada vez menos en asuntos sociales. Queremos invitarles a formar parte y con esperanza de las soluciones, no solamente ser víctimas de nuestras decisiones como adultos», afirma.

Flexibilización y empoderamiento

Sonia Díez analizó la situación en varios países y comprobó en la educación «una flexibilización, no solamente de contenidos curriculares, sino de modelos organizativos».

«Más allá de las modificaciones incluidas como innovaciones en el aula, pedagógicas, metodológicas; surgen modelos de cambio mucho más radicales en la flexibilización, aprovechando lo que traen las inteligencias artificiales, pero también en la organización y estructura del sistema», ha manifestado.

Menciona modelos de promoción entre cursos académicos o la elección de áreas de interés del alumno para avanzar, independientemente de un currículum estandarizado; su ventaja es que «conecta de forma más natural con el interés de los alumnos y es un incentivo al empoderamiento de su toma de decisiones».

«Supone una reconversión del modelo, tanto la figura del profesor como el contenido académico o la acreditación de credenciales cambian radicalmente. Solo aquellos que no quieran mirar un poquito más allá de su ombligo podrán defender que la educación seguirá siendo como venía siendo», asevera.

«Está terminando un ciclo y empieza otro completamente nuevo, es normal porque también nuestro mundo está cambiando», ha asegurado.

Ante este panorama cree que «no hay recetas», pero sostiene que «todos» tienen que apoyar: «No puedes dejar abandonado un sector productivo porque sea víctima de una concatenación de cambios que no eran esperados».

La profesora Sonia Díez llama a la sociedad civil a «salvar» la educación en su nuevo libro

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Que no te engañen. Proyecto nacional de “Ley de libertad educativa”: ¿Educación vs Libertad?

Para el gobierno de Milei, la educación se contrapone a la libertad. Por ese motivo, presentó recientemente un proyecto educativo. A la “libertad de morirse de hambre” se le suma la “libertad de estudiar dónde y cómo puedas”.

Por: Claudio Vilardo-Docente de Educación Media

Transitamos el claroscuro de la época conviviendo con los “monstruos” gramscianos hace ya varios años. Estos monstruos rememoran un pasado muy muy lejano, soltando proyectos, leyes y discursos agrietados por el tiempo, pero revitalizados por la crisis, tanto económica como de representación política. La “renovación” enmascara su expresión más decadente. Trabajar 12 horas legalmente, puede anunciarse como un proyecto de “modernización”, pero confiesa como el agua clara, la intención del régimen de imponernos un siglo de atraso.

El 9 de diciembre, el Ejecutivo presentó al Congreso un proyecto de ley de “Libertad educativa” trás reuniones con el Consejo de Mayo (Consejo de Mayo) . Muy probablemente filtrado intencionalmente días antes (Reformas en ciernes en educación. Análisis del documento “Ley de libertad educativa”), para medir reacciones opositoras y voluntades allegadas (Tribuna Abierta. “Ley de libertad educativa”: educación a la medida de la reforma laboral). Una suerte de pre-negociación. Con el viento de cola que le dió las últimas elecciones, y un peronismo dispuesto a entregar hasta las más elementales conquistas sociales, el futuro de la posible ley solo puede pesarse en la calle. Por ese motivo, creemos importante repasar de qué trata la reforma y qué objetivos persigue.

El proyecto

En la primera página del proyecto aparece ya su piedra de toque al leerse en el artículo 3, lo siguiente:

b) Rol preferente de la familia, como agente natural y primario que posee el derecho y deber de orientar la formación de sus hijos conforme a su identidad cultural y convicciones;
c) Subsidiariedad del Estado, que actúa como garante del derecho a la educación, asegurando acceso y validez, sin sustituir la responsabilidad familiar ni la iniciativa social;
Y así, los monstruos del claroscuro, arrían la bandera de sus adalides, Sarmiento y Alberdi, para izar la de Estrada, y retrotraernos a un debate pre 1420.

Si hay algo en que el proyecto hace énfasis, es en la subsidiariedad del Estado y el rol primario de la familia como agente natural para la educación. Y esta idea principal se reitera una veintena de veces durante sus 48 páginas. Pero, donde pareciera decir que “el Estado no debe imponer”, debe leerse “el Estado no se va a hacer cargo”. Recordemos que este proyecto sale de las luminarias que decían meses atrás que “Libertad es que, si no querés mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitas en el taller, puedas hacerlo”.

Por supuesto, hace siglos que la formación docente dicta que la escuela es sólo un agente más en la enseñanza. La educación, como la cultura, son eminentemente sociales y, cualquiera sea el núcleo familiar de una persona, tendrá una influencia decisiva en su formación. La escuela nunca suplantó -ni podría hacerlo- ese rol en su totalidad. Lo que sí debería garantizar la escuela es la socialización de las infancias y un crecimiento progresivo de saberes específicos. Y esto es precisamente lo que esta ley busca modificar y poner en lugar subsidiario. En buena medida, el problema es “de caja”.

Desde los discursos libertarianos, suele decirse que “nada es gratis”. Que la educación “gratis” no existe ya que “alguien la tiene que pagar”. Y, en efecto, son los trabajadores quienes producen las ganancias para pagar la educación. De hecho, la escala impositiva es bastante regresiva de modo que son quienes menos tienen los que más aportan a la educación.

Pero, volvamos al proyecto para ver hasta qué punto es un problema “de caja”, que no persigue en nada mejorar la calidad educativa de las mayorías. En primer lugar, se conserva la descentralización del gasto educativo:

Responsabilidad. Reconoce que la financiación de la Educación Básica es un deber de las jurisdicciones. El Estado nacional financia las acciones propias de la política educativa nacional en el marco de la legislación vigente. (Artículo 78, inc. d).

Se habilita a que cualquier institución, pública o privada, pueda formar parte del Sistema Nacional de Educación. Se entiende por Sistema Nacional de Educación al conjunto organizado de iniciativas y acciones educativas promovidas por la sociedad y el Estado, destinadas a que toda persona acceda a una formación integral y continua que la prepare para el ejercicio responsable de su libertad en la vida personal, social y cívica. (Artículo 2).

Para fomentar toda “empresa educativa” paraestatal, la Ley obliga a: Respetar y proteger la libertad educativa, la autonomía institucional y el derecho de las familias a elegir la educación de sus hijos. (Artículo 13, inc. d). Esto promueve a que instituciones que quieran imponer un “ideario” y tengan la capacidad económica para hacerlo, tengan plena libertad de establecer una educación formal. Con el propósito de garantizar el derecho de los padres o tutores a optar por una educación acorde con sus valores y convicciones según el orden constitucional argentino, las autoridades jurisdiccionales deben implementar un sistema de aportes económicos regulares a las instituciones de Educación Básica privadas. (Artículo 80).

Sobre este punto, cabe resaltar que el derecho a la educación debe garantizar la pluralidad de contenidos (que menciona este proyecto una sola vez y al pasar), pero en este caso queda supeditado al ideario familiar. Suponer que la familia es “propietaria” de la educación de los menores, violenta la subjetividad de las infancias y las coloca en un rol completamente pasivo en el proceso de aprendizaje. Muy por el contrario al principio de “libertad” del que gustan esgrimir. Pero, principalmente, traslada a las familias la carga y responsabilidad formal y económica, de la educación.

Y, como todo el proyecto busca transformar un derecho en un bien de mercado, se busca que las escuelas adquieran la forma empresarial: Con el alcance y gradualidad que cada jurisdicción establezca para garantizar una transición progresiva hacia un esquema de gestión institucional y pedagógica autónoma… (Artículo 44). Esta idea responde al principio de “competencia” que, según los teóricos del mercado, haría funcionar mejor a las escuelas.

El Sistema Nacional de Educación podrá implementar dispositivos de financiamiento por la demanda en todos los niveles y modalidades. Las asignaciones otorgadas a las familias o alumnos mediante vales o bonos, becas, créditos fiscales u otros instrumentos equivalentes, están orientadas a asegurar la libre elección de la institución educativa y la equidad en el acceso a propuestas diversas de aprendizaje. (Artículo 83).

En todo el proyecto se explicita la idea de un financiamiento “al mérito”, aplicando indicadores y evaluaciones supuestamente “objetivas”. Pero la escuela no es el mercado. Financiar las escuelas más “demandadas”, genera una brecha, un desfinanciamiento sistemático de las escuelas más desfavorecidas, seguramente de TU escuela, ya que, en el mercado, nunca hay lugar para todos.

Por supuesto, de la mano de la “escuela-empresa” va de suyo el cercenamiento de derechos laborales para sus trabajadoras/es. Parte de esta ley es eso, y declara la esencialidad de la educación. A los efectos de la presente ley, la Educación Básica es considerada ser vicio esencial, debiendo garantizarse durante toda medida de fuerza o conflicto laboral la continuidad mínima del servicio educativo y el derecho de los alumnos a recibir educación. (Artículo 48).

Menos derechos para trabajadoras/es de la educación. Y menos derechos, también, para estudiantes, que verán habilitadas las puertas de salida del sistema educativo para ser reemplazadas por educaciones de segunda categoría.

a) Educación en el hogar, dirigida por los responsables parentales o tutores de estudiantes en edad de escolarización obligatoria, impartida por ellos mismos o por personas por ellos designadas;
b) Educación en Entornos Virtuales de Aprendizaje o Sistema Digitales Integrales… (Artículo 49).

Sumado a esto, las innumerables referencias al “derecho de admisión y permanencia de las y los estudiantes en los establecimientos.

Proyecto flojo de papeles

Es llamativo (aunque perfectamente comprensible) que la centralidad de este proyecto de ley educativa se ubique en “la familia” y no en las y los estudiantes. Y resulta comprensible, porque el proyecto no busca mejorar ninguna educación. Plantea, sin velos, una educación más segregada que la actual. No se trata simplemente de un recorte más, es un salto cualitativo en la futura conformación del entramado social. Por eso, no es una concesión menor cuando Grabois avala la “esencialidad de la educación” o cuando Cristina Fernández propone una “educación dual” para el futuro. Lo que se intenta recortar, es la educación de las hijas e hijos de la clase trabajadora.

En los años que la derecha evoca con nostalgia, de los conservadores de fines del siglo XIX, se saldó ese debate en un sentido completamente opuesto. Y, no está de más recordar que Argentina estuvo a la vanguardia mundial, con la gratuidad y laicidad de la educación. La contradicción resulta en que la escuela hoy “necesita” ser otra cosa de lo que fue. Así como en su momento, se necesitó de un Estado totalizante, que diezmara culturas enteras con tal de garantizar un ejército de mano de obra para el Capital en su época de expansión, hoy en día, los representantes políticos del Capital se golpean las cabezas contra las paredes de los ministerios para intentar administrar un sistema en el que no puede admitirse a todos. Más aún, en un sistema que requiere la expulsión deliberada de una porción muy grande de la sociedad, superflua para el Capital, hacia la precarización y superexplotación y -como contraparte- una minoría que requiere cada vez más científica y mejor preparada.

Se juega, pues, un retorno a la barbarie, un “descenso social”, al que llaman “libertad”. Ejemplos de “su” libertad los han manifestado públicamente: libertad de morirse de hambre, de despedir sin causa, de trabajar 12 o 14 horas. Lo que busca este proyecto, no se basa en ningún anhelo de libertad para las mayorías, sino en desligarse del gasto que implica el derecho a la educación.

¿Educación liberadora?

En todo el proyecto de “libertad educativa”, en ningún momento se emplea la expresión “la educación libera”. Claro que la educación no rompe cadenas de hierro, necesariamente, pero no existe “libertad” sin educación. Como tampoco existe libertad si hay opresión. Creemos que sí debe haber un cambio, pero en el sentido opuesto al que plantea este proyecto. Colocar el lugar del aprendizaje en la órbita de la “competencia” es lo contrario a construir conocimiento. Es, en definitiva, una escuela mucho más precaria. Por eso, es importante partir de rechazar este proyecto con toda la fuerza.

No basta con una oposición, sino que hay que poner en valor los lazos que la escuela genera, así como quedó demostrado en la gran marcha nacional educativa, en defensa de la Universidad Pública y en las tomas de universidades. Y, en paralelo al rechazo del proyecto de “Libertad educativa”, movilizar de manera contundente contra la reforma laboral, corolario necesario de una educación que buscan cada vez más precarizada.

https://www.laizquierdadiario.cl/Proyecto-nacional-de-Ley-de-libertad-educativa-Educacion-vs-Libertad

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Educación y desigualdad: sin docentes, no hay futuro

Marisol Latorre Navarro

La docencia no es talento espontáneo, es una profesión que se construye en la formación y en la práctica, en la conversación entre pares, en la decisión jugada y los argumentos subyacentes.

A las 8:05, la profesora Daniela abre la puerta del 7°B en La Pintana. La clase empieza cuando alguien abre la puerta y pregunta, antes de pasar la lista: “¿Cómo llegaron hoy?”. Varias manos arriba y la posibilidad de interactuar. En esa escena mínima y recurrente -un saludo, un nombre, una pregunta- se expresa algo que tantas veces olvidamos: la igualdad nace en un aula concreta, donde alguien sostiene el mundo por un rato.

La desigualdad sigue siendo una de las principales preocupaciones ciudadanas. En la última encuesta IPSOS (agosto, 2025) una de cada dos personas, en 29 países, la sitúa entre los problemas más importantes; en Chile, seis de cada diez personas comparten esa inquietud. No es una cifra más: es el síntoma de un cansancio social que desafía el sentido. Y si hay un lugar donde el sentido se (re)produce diariamente es en la escuela. La escuela es continuidad y cambio; realidad y potencia. Es el vértice entre lo que somos y lo que queremos ser, tanto para las biografías individuales como para el proyecto común. La desigualdad tiene muchas caras -territoriales, de género, de acceso, de oportunidades y resultados-, pero en la sala de clases se produce algo crucial: la interacción entre personas, que conlleva la posibilidad de ser vistos, mirados sin calificativos, desafiados sin ser expulsados; la posibilidad de fallar sin ser estigmatizados.

La escuela es vínculo y es, también, saber; en la escuela se deben desarrollar intereses, habilidades, capacidades; se debe aprender a leer comprensivamente, escribir con claridad, argumentar con evidencias, resolver problemas relevantes, comprender un texto significativo, un experimento; crear un gráfico, una canción, una imagen. Esos saberes y conocimientos no son accesorios, son lenguajes compartidos que permiten participar de la cultura, el trabajo y la vida pública. Por eso, reconocemos en la sala de clases un espacio de encuentros, interrelaciones, confianzas, desarrollo de competencias y producción de conocimientos complejos. Los vínculos son palanca para que el aprendizaje suceda. Y, ahí está la semilla de una sociedad más inclusiva y menos desigual; ahí es donde un país, una sociedad, aprende a (re)construirse.

Esta es la importancia, y también la complejidad, de los aprendizajes en la escuela. Entonces, cuidar la docencia es cuidar que esos aprendizajes ocurran.

Pero nada de eso es posible sin profesores y profesoras, sin docentes de excelencia no hay aprendizajes; y no hay ciudadanía democrática sin comunidades docentes comprometidas con los desafíos de sus contextos, capaces de traer el mundo al aula, abrir la sala al mundo y cuidar el vínculo, para construir una relación pedagógica basada en la confianza.

La docencia no es talento espontáneo, es una profesión que se construye en la formación y en la práctica, en la conversación entre pares, en la decisión jugada y los argumentos subyacentes. Cada aula es un territorio donde aprendemos a reconocer al distinto, a gestionar el conflicto sin humillar ni excluir, a hacer de la convivencia una responsabilidad compartida. Cuidar y fortalecer la profesión docente es una apuesta democrática; es decidir -como comunidad- que el tiempo de aprender, enseñar y escuchar, valen más que el ruido que nos rodea.

La justicia educativa no es un abstracto. Tiene cara, nombre, voz; tiene tiza, plumones en los bolsillos, tiene música y altas expectativas; y, también, tiene ojeras al fin del semestre, pizarras que no siempre borran, patios con viento y nombres propios que se repiten cada mañana. Y, comienza en el aula a las 8:05, cuando alguien abre la puerta y pregunta: “¿Cómo llegaron hoy?”. Y las voces comienzan a hablar.

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Argentina: Vanesa López “La propuesta de reforma libertaria pone en riesgo el derecho a la educación”

El borrador del proyecto de reforma de la Ley de Educación Nacional (LEN), impulsado por el gobierno de Javier Milei, ha desatado una ola de críticas y preocupación en la comunidad educativa. El documento, que “se filtró”, es señalado por expertos como una amenaza al derecho social universal a la educación que garantiza el Estado.

La propuesta se articula bajo la premisa de priorizar la libertad individual y familiar para elegir la educación, relegando al Estado a un rol subsidiario. Los analistas advierten que esta visión profundizará las desigualdades sociales.

Perfil Córdoba conversó sobre este tema con Vanesa López, profesora e investigadora de la Escuela de Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC. López es especialista en temas del área de políticas públicas y educativas, educación secundaria y educación superior universitaria.

—¿Cuál es el principal cambio de paradigma que introduce el borrador del proyecto de Ley de Libertad Educativa y cómo impacta en la histórica concepción de la educación en Argentina?

—El borrador ha circulado sin mención de autoría y se ha difundido sin ningún tipo de declaración oficial. Propone una serie de innovaciones que expresan un cambio de paradigma desde donde pensar, planificar y diseñar las políticas públicas educativas, basado en los principios de subsidiariedad, desregulación y privatización de la educación. Uno de los principales cambios es el rol que le asigna al Estado: el proyecto de ley plantea su desplazamiento, relegándolo a un rol subsidiario; expresa que el Estado podrá intervenir de manera complementaria para apoyar a las instituciones y/o “iniciativas sociales”. Este posicionamiento es un planteo regresivo para el derecho social a la educación —consagrado en las regulaciones vigentes— al relegar el rol histórico que ha tenido el Estado como Estado Docente. Pone en riesgo la garantía del derecho a la educación delegando, pareciera, la responsabilidad en actores individuales. La regulación del sistema educativo en su conjunto desde una perspectiva federal también se vería afectada, ya que lo que se propone es su desregulación poniendo en pie de igualdad las iniciativas estatales con las privadas, bajo la premisa de la “libertad educativa” y el rol preferente de las familias.

—¿Cree que es necesario reformar la Ley de Educación Nacional?

—No creo necesario reformarla. Es una ley que en todos sus términos avanza y amplía el reconocimiento de todas y todos a la educación, la consagra como derecho social y, principalmente, reconoce el derecho de minorías históricamente relegadas, proponiendo modalidades educativas que contemplen sus singularidades.

—¿Cuáles son los puntos del proyecto de reforma que más le preocupan?

—Para empezar, el énfasis en la autonomía de las familias, las instituciones y las iniciativas sociales para decidir y definir los tiempos del calendario escolar, los contenidos a enseñar, los modos de contratación de los docentes, las modalidades y formas alternativas de enseñanza tales como la educación en el hogar, educación híbrida y educación a distancia que de algún modo prescinden de la escuela como institución de transmisión cultural, de formación de lo común y de construcción de lazos sociales.

—El proyecto plantea la autonomía en términos de libertad educativa, ¿qué opina?

—La autonomía planteada en esos términos, sin la tutela del Estado en sociedades altamente desiguales como la nuestra, contribuyen a profundizar la fragmentación social y educativa. ¿Qué familias cuentan con las condiciones de poder brindar y acompañar la educación en el hogar?, ¿Qué familias acceden a dispositivos electrónicos, conectividad y alfabetización digital para acceder a propuestas de educación mediada por tecnologías?

—El borrador también avanza en la idea del programa de “vouchers educativos”, algo similar al modelo chileno. ¿Cómo lo ve?

—Es otro de los puntos preocupantes. A la vez, se desfinancian programas de apoyo para la finalización de los niveles educativos obligatorios cuyos destinatarios son sectores con mayor vulnerabilidad social. La pregunta es por las condiciones de posibilidad y de equidad respecto al ejercicio del derecho a la educación.

—Es decir que el corrimiento del Estado en un contexto de profundas desigualdades golpearía a los más vulnerables…

—Sí, afecta principalmente a los sectores vulnerables. Porque el ejercicio de la libertad educativa para ellos se vuelve una ficción sin políticas públicas que los interpelen como sujetos de derecho, porque presupone condiciones (materiales, sociales, culturales, etcétera) que en muchos casos no tienen. El derecho a la educación se vuelve privilegio de aquellos que cuentan con las condiciones para poder ejercerlo, sin atender las innumerables variables que entran en juego y hacen posible la escolaridad.

—Volviendo al tema del financiamiento a través de la competencia por la matrícula escolar, ¿qué pasaría en las escuelas en contextos de pobreza, rurales o con pocos alumnos?

—El proyecto habilita mecanismos de competencia por la matrícula a través de evaluaciones estandarizadas, sumado a la transferencia de recursos públicos a la oferta privada; por lo que —y sin ánimos de aventurarnos— los efectos para la escuela pública en general serían poco esperanzadores en un contexto de desfinanciamiento y recortes presupuestarios sistemáticos a la educación pública que el Gobierno nacional viene ejerciendo.

—El proyecto plantea la libertad de las escuelas para contratar y despedir personal, ¿qué efectos tendría?

—Esta es una arista bastante delicada del proyecto en relación al resguardo de los derechos de las trabajadoras y los trabajadores docentes. Otorga a las instituciones la potestad de definir las condiciones de contratación y despido, desconociendo las regulaciones vigentes y los marcos de negociación colectiva establecidos. A lo que se suma la potestad otorgada al Consejo de Padres para la “remoción del director de la institución”. Por lo que uno de los efectos a primera vista es la precarización del trabajo docente y su reconocimiento como profesionales de la educación. Por lo que considero que lo previsto en el documento desampara a las y los docentes como colectivo de trabajadores.

Qué dice el borrador del proyecto de Ley de Libertad Educativa

​Derogación de la Ley de Educación Nacional (LEN): El proyecto busca reemplazar la legislación educativa actual (Ley 26.206) por un nuevo marco legal, lo que implica un cambio profundo en la política educativa.

​Libertad educativa: Se consagra la libertad de enseñar y aprender conforme a convicciones, métodos y proyectos pedagógicos de cada institución.

Rol preferente de la familia: Se establece a la familia como el agente natural y primario de la educación.

Subsidiariedad del Estado: El Estado actúa como garante del derecho a la educación (asegurando acceso y validez), pero sin sustituir la responsabilidad familiar.

Obligatoriedad: La educación es obligatoria desde los 4 años hasta la finalización de la secundaria.

Formas alternativas de enseñanza: Se reconoce el derecho a la educación básica mediante modalidades fuera de los establecimientos educativos, como la educación en el hogar (homeschooling), la educación híbrida y a distancia. La validez se garantiza mediante la acreditación de contenidos mínimos comunes.

Contenidos y autonomía: Se establecen contenidos mínimos comunes a nivel nacional, pero se crea un espacio de autonomía curricular obligatorio que cada institución puede usar para desarrollar sus propios espacios, asignaturas o proyectos.

​​Autonomía para escuelas: Las instituciones de educación básica (estatales y privadas) poseen autonomía institucional y pedagógica, incluyendo la facultad de definir su régimen de gobierno, planes de estudio propios, estrategias didácticas y políticas de admisión, permanencia y disciplina.

Igualdad jurídica entre gestiones: Las instituciones estatales y privadas gozan de igualdad jurídica en cuanto a la validez nacional de títulos y el acceso al financiamiento público.

Financiamiento a privadas: Se busca implementar un sistema de aportes económicos a las instituciones privadas. Se mencionan instrumentos como becas, vales educativos o créditos fiscales orientados a asegurar la libre elección de la institución por parte de las familias.

Educación como servicio esencial: De esta manera se garantiza la continuidad mínima del servicio educativo durante los paros docentes.

Carrera docente: Se organizará por los principios de mérito, calidad, evaluación periódica y formación continua.

Cargos: Los cargos docentes y directivos en establecimientos estatales se cubren mediante concursos abiertos por establecimiento. Para directivos, el concurso incorpora la evaluación de un proyecto de gestión y la participación de las familias a través de los Consejos de Padres.

Evaluación: La autoridad nacional aplicará anualmente una evaluación censal al finalizar la primaria y secundaria, y publicará los resultados desagregados por institución en un portal digital abierto.

​Pérdida de transferencias discrecionales: Si una jurisdicción termina el año calendario sin haber cumplido con el mínimo de clases anuales, quedará vedada de recibir cualquier transferencia discrecional (incluida obra pública) del gobierno nacional.

https://www.perfil.com/noticias/cordoba/vanesa-lopez-la-propuesta-de-reforma-libertaria-pone-en-riesgo-el-derecho-a-la-educacion.phtml

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Deserción escolar: Alertan sobre la peor crisis de educación en México

De acuerdo con Educación con rumbo se debe a los cambios en planes de estudio, las constantes reformas sin plan a largo plazo y la reducción de presupuesto

Patricia Carrasco

Organismos internacionales coinciden en que la mejora educativa requiere continuidad, estabilidad y visión estratégica más allá de los ciclos de gobierno.

De acuerdo con datos oficiales, en el ciclo 2024-2025 la educación básica atendió a 23.3 millones de estudiantes.

A pesar de ello, la tasa de abandono sigue representando una amenaza para la continuidad educativa.

Al cierre del 2025, desde Educación con Rumbo presentó un balance de la política educativa reciente. Aunque se impulsaron cambios normativos bajo la Nueva Escuela Mexicana, los resultados muestran que las promesas de equidad y calidad siguen sin cumplirse.

Deserción en educación básica

Para el cierre del ciclo, la deserción alcanzó 2.8% en primaria y 7.5% en secundaria. En materia de recursos humanos, alrededor de 1.2 millones de docentes trabajan en educación básica en los sectores público y privado.

La educación en México cierra el 2025 con la mayor crisis en su historia debido a los cambios de currículum, las decisiones políticas alejadas de evidencia científica, la falta de evaluación y la reducción del presupuesto educativo.

Sin embargo, la sobrecarga de funciones, capacitación insuficiente y las condiciones de trabajo son factores de precariedad y la desmotivación.

¿Cuáles son las principales causas de deserción escolar?

Este escenario se agrava por diversas “estrategias” que han perpetuado la crisis en el sistema educativo:

1. Cambios al currículum: Desde 2019 hasta la fecha, México ha puesto en marcha al menos dos reformas educativas sin completar ciclos de evaluación ni procesos formales de retroalimentación.

Innovaciones que debieron ser piloteadas se generalizaron de inmediato, y los esfuerzos de capacitación y acompañamiento en el aula quedaron truncos o desarticulados.

En contraste, países como Finlandia, Estonia, Canadá y Corea del Sur han apostado por políticas educativas de largo plazo sosteniendo sus reformas y visiones estratégicas por más de cuatro décadas.

La diferencia es palpable: los cuatro alcanzaron resultados sobresalientes y muy por encima del promedio de la OCDE en las evaluaciones PISA 2022, confirmando que la continuidad y la visión educativa a futuro sí generan impactos medibles.

2. Decisiones basadas en criterios políticos y no técnicos: Aunque existen mecanismos de diagnóstico y evaluación -como PLANEA o los estudios del extinto INEE- su uso en la toma de decisiones ha sido limitada. Las reformas cambian con cada administración y se dificulta consolidar un sistema robusto de seguimiento técnico y ciudadano.

Las consecuencias de esto se ven reflejadas en los resultados que tuvo México en su participación PISA 2022: el tercer país peor evaluado de la OCDE en matemáticas y lectura, y el país con peor puntaje en ciencia.

3. Debilitamiento del sistema nacional de evaluación: Tras la eliminación del INEE en el año 2019 y la reconfiguración de MEJOREDU, las transformaciones impulsadas no cuentan con una evaluación nacional rigurosa ni transparente que permita medir avances en aprendizajes, permanencia, inclusión y calidad educativa.

Es posible mantener sistemas de evaluación nacional periódicos y públicos, y estos representan una herramienta clave para medir la calidad educativa, detectar rezagos y garantizar una educación de calidad.Captura de pantalla 2025-11-10 135751

4. Reducción del presupuesto educativo: La baja inversión y la tendencia a priorizar transferencias económicas (becas) como eje central de la política pública, perpetúa las carencias en infraestructura, equipamiento y formación docente. De acuerdo con UNESCO, los países deberían invertir entre 4% y 6% de su PIB en educación; sin embargo, México se ha mantenido muy por debajo de este rango.

Para 2025, las estimaciones apuntan a que apenas se destinó alrededor de 3.2% del PIB, cifra que compromete la cobertura, calidad y equidad en el acceso a la educación.

5. Eliminación de programas de apoyo directo a las escuelas: La eliminación en 2022 del PETC (Programa Escuelas de Tiempo Completo) dejó inconclusos los avances en equidad y calidad educativa. Este programa beneficiaba alrededor de 3.6 millones de estudiantes de educación básica en más de25,000 escuelas del país (IMCO, 2022).

El país requiere infraestructura digna y equitativa, así como recuperar la evaluación y transparencia como herramienta de mejora. Es fundamental que cada innovación curricular cuente con seguimiento, capacitación y recursos suficientes.

Resulta indispensable implementar políticas diferenciadas con enfoque territorial, fortalecer los programas con evidencia de impacto y establecer mecanismos que garanticen su permanencia, calidad y equidad sin importar los cambios sexenales.

En Educación con Rumbo, afirmamos que México necesita construir una política educativa de largo plazo, basada en evidencia, con metas verificables hacia 2030, que priorice la equidad, la inversión sostenida y la continuidad institucional. Transformar el sistema educativo solo será posible mediante la colaboración entre los distintos niveles de gobierno, las comunidades escolares y la sociedad civil.

https://oem.com.mx/la-prensa/mexico/desercion-escolar-alertan-sobre-la-peor-crisis-de-educacion-en-mexico-27178751

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