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Gobierno de Guatemala y su proyección neomulticulturalista

Gobierno de Guatemala y su proyección neomulticulturalista

Ollantay Itzamná

El gobierno norteamericano puso a Bernardo Arévalo en la presidencia de Guatemala con la finalidad de contener las resistencias indígenas al sistema neoliberal, y restaurar el neoliberalismo “con el apoyo” indígena, si acaso con proyección continental.

Para lograr este objetivo, Arévalo y sus patrocinadores legitimaron movimientos u organizaciones indígenas culturalistas, y colocaron en algunos puestos públicos a figuras mayas. A esto denominan etnopolítica.

Pero, para que lo anterior funcione, Arévalo y sus mandantes, tenían que anular, invisibilizar, o aniquilar a organizaciones indígenas o campesinas que en alguna medida cuestionaban o cuestionan al sistema económico y proponen cambios estructurales para superar el neoliberalismo en el país.

Con este objetivo, las agencias norteamericanas como la USAID, en consorcio con sectores de la cooperación europea, distribuyen financiamiento a las ONG para proyectos de desarrollo apolítico que llaman.

Victimismo electoral de Arévalo

Arévalo, con su victimismo electoral, durante el segundo semestre del 2023, consiguió embaucar a propios y a extraños, e instaló en el imaginario de la gente la idea de: “La democracia está en peligro. Hay Golpe de Estado en curso”. La gente le creyó, incluso el pobrerío originario salió a las calles a defender al “verdugo” que meses después los azotaría con el látigo de mayor hambre y desgracia por su ineptitud.

En esa apuesta de la “supuesta defensa de la democracia” se logró instalar también la idea de: “La única fuerza social, capaz de defender la democracia guatemalteca son los revolucionarios mayas de los 48 cantones y alcaldías indígenas”. Claro, financiados por la USAID, como públicamente es conocido. Y para legitimar y cualificar, desde el Estado, a la “hidalguía maya”, Arévalo coloreó las gobernaciones departamentales y algunas oficinas estatales con colores mayas.

Arévalo, nuevo Fray Bartolomé de las Casas

Así, el gobierno, para los noticiarios nacionales e internacionales, ya no era únicamente la “democracia restaurada”, sino también Arévalo se estaba mostrando como el nuevo Fray Bartolomé de las Casas, en versión neoliberal, en defensa de los indígenas.

De esta manera, la democracia liberal neo multiculturalista aparecía como la solución para “los problemas del indio”, y no había ya razón ni tesón para exigir, mucho menos argumentar, cambios estructurales en Guatemala: como el reconocimiento y defensa de los territorios, proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional, Estado Plurinacional o el Buen Vivir. Arévalo y la USAID, con la agencia de sus originarios permitidos, instaurarían el UTZKASLEMAL (Buen Vivir) en estas tierras mayas.

CODECA, jalón de orejas para Arévalo

Pero, lamentablemente para ese proyecto, las comunidades en resistencia de CODECA se negaron a ser matados en las urnas y en los tribunales. Y, para el mal rato de la oligarquía nacional y la euronorteamericana, CODECA continuó y continúa proclamando la necesidad de los cambios estructurales, mediante el proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional. Continúa mostrando los fracasos de las privatizaciones bajo los contratos de la Alianza Público- Privada. CODECA, como “profeta en su tierra”, aparte de denunciar los males estructurales del país, también señala el camino certero a seguir para resolver lo histórico irresuelto.

No sólo eso. CODECA, con la autoridad moral que le asiste, le convoca, le exige, al presidente Arévalo al diálogo en la Casa Presidencial, para abordar las propuestas de cambios profundos y la modalidad de implementar dichos cambios urgentes. Pero, Bernardo Arévalo, simplemente rehúye al diálogo. Al parecer no le importa la suerte nebulosa que se cierne sobre el país.

Ocurrió, el miércoles, 10 de julio reciente, cuando miles de originarios, campesinos y citadinos articulados en el movimiento CODECA, al finalizar la movilización en la ciudad de Guatemala, buscaron a Arévalo en la Casa Presidencial, pero éste simplemente se negó a atenderlos. Ya había ocurrido en otras ocasiones esta actitud racista por parte del supuesto nuevo Fray Bartolomé de las Casas.

rmh/oi

Fuente de la Información: https://firmas.prensa-latina.cu/2024/07/18/gobierno-de-guatemala-y-su-proyeccion-neomulticulturalista/

 

 

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Descolonizar la cooperación internacional para el desarrollo

Por: Ollantay Itzamná

Los pueblos y la humanidad entera, somos producto del encuentro, de la solidaridad o la cooperación. Sin la cooperación mutua no existiría ningún tipo de vida, menos la vida humana.

Terminada la II Guerra Mundial, el entonces presidente de los EEUU, Harry Truman, en 1949, dividió el mundo entre: los desarrollados (ellos) y los subdesarrollados (nosotros).[1] Y, montado en los “consensos” de Organización de las Naciones Unidas (ONU), Europa y EEUU emprendieron el programa de la Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID) hacia los países subdesarrollados. El objetivo era y es: Desarrollo y progreso para los pueblos.

Casi un siglo después de la vigencia de la cooperación internacional para el desarrollo, constamos que esos programas, en buena medida, fueron mecanismos de recolonización para crear las condiciones socioculturales que posibilitaron la expansión del capitalismo (despojo/destrucción de los territorios). En buena medida, los programas de cooperación internacional desintegraron a nuestros pueblos, y nos empujaron al consumismo y a la ilusión del emprendedurismo.

En el caso de las comunidades campesinas, la cooperación internacional para desarrollo promovió la “revolución verde” que destruyó y destruye los ecosistemas y tramas de vida en nuestros territorios. Desintegró socialmente a las comunidades, y descampesinó a las familias. Ahora, las familias que aún se dedican a la producción agrícola ya no quieren producir sin productos agrotóxicos.

La bicentenaria historia blanca y sangrienta de la intervención o del colonialismo (cooperación) norteamericano tiene facetas nefastas como el Plan para el Progreso en nuestro Continente de Abya Yala. Dicho colonialismo norteamericano, hoy, cobra hegemonía con la cooperación letal de la USAID, que ya no sólo coloniza mentes y sentimientos, sino que incluso fecunda “progresismos norteamericanos” para seguir colonizado a los pueblos, como ocurre con el actual gobierno de Guatemala.[2]

Desde los pueblos de Abya Yala sentipensamos que la cooperación internacional para el desarrollo fue uno de los nuevos mecanismos para la recolonización y perpetuación de la dominación de los “vencedores” de la II Guerra Mundial sobre los pueblos del Sur.

Cuando Truman decía desarrollo y subdesarrollo, anunciaba el horizonte del neocolonialismo del Sur para el (mal) desarrollo del Norte. Sin colonizar la mente y los sentimientos de los pueblos del Sur, mediante la cooperación internacional “apolítico”, era impensable expandir en el globo el capitalismo. En consecuencia, conseguir el desarrollo del Norte sobre las cenizas del Sur.

Pero, el desarrollismo promovido desde el Norte, no sólo puso en “situación límite” el entramado de la Vida en el planeta Tierra, sino que agudizó o “trasladó” el Sur al Norte. Al punto que, ahora, ese Sur empobrecido en el Norte opulento exige la cooperación al desarrollo. Pero, ya no hay tiempo, ni condiciones, para ampliar el “desarrollo” a más gente, mucho menos de manera indefinida. La Tierra, como macro ecosistema de vidas, no da más.

En este contexto histórico y planetario, conversamos con un sureño en el Norte, Eneko Gerrikabeitia, desde Euskal Herría, sobre la urgente necesidad de descolonizar la cooperación internacional y proyectarlo como un “acompañamiento” entre pueblos para los buenos vivires, como hijos e hijas de la Madre Tierra.[3] Ahora más que nunca, los pueblos colonizados en el Norte y en el Sur necesitamos hermanarnos para emprender nuestros caminos de emancipación para la redignificación de nuestra Madre Tierra.

Notas:

[1] Véase, https://civismundi85.blogspot.com/2017/06/el-origen-de-los-terminos-desarrollo-y.html#:~:text=En%201949%2C%20el%20t%C3%A9rmino%20subdesarrollo,a%20las%20ventajas%20del%20progreso%E2%80%A6

[2] Véase, https://www.telesurtv.net/bloggers/Por-que-los-EE.UU.-batalla-por-la-democracia-en-Guatemala-20240103-0002.html

[3] Véase, https://www.youtube.com/watch?v=pPQ081T45ts&t=526s

Ollantay Itzamná. Defensor de Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos desde Abya Yala

Blog del autor: https://ollantayitzamna.com/

@JubenalQ

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No colabores con la prensa que calla el genocidio en Gaza

Por Ollantay Itzamná

En un mes del exterminio de la población civil en Palestina, sobre todo en Gaza, 49 periodistas fueron asesinados por el ejército de Israel, ante la complicidad y el silencio de la gran mayoría de la prensa mundial.

“No podemos soportarlo más, estamos exhaustos. Somos víctimas, somos mártires. Es solo cuestión de tiempo. Vamos a ser asesinados uno por uno y nadie nos está mirando”, dice conmocionado Salman al Basheer, corresponsal de la televisión palestina, frente a las puertas del hospital Nasser, en Khan Younis.

Del otro lado, en pantalla compartida, su colega llora en el estudio del canal local. La luz roja de la cámara encendida, sus palabras: “nadie está mirando”. Al Bassher está retrasmitiendo en directo el asesinato de su compañero, Mohammed Abu Hatab, quién pocas horas antes estaba parado frente a la cámara en ese mismo lugar. “Estos chalecos balísticos, estos cascos, no nos protegen. No protegen a ningún periodista”, expresa con rabia mientras se quita el traje de protección azul con el eslogan de “prensa” y lo lanza al suelo.

Mientras la humanidad sufre el tercer holocausto moderno. Mientras Israel, promovido y pertrechado por los EEUUU, asesina a más de 11 mil palestinos en cuestión de días. Mientras las bombas israelnorteamericanas pulverizan cámaras y micrófonos junto a los corresponsales de guerra. Existen empresas de comunicación y trabajadores de prensa que guardan un cómplice silencio total sobre este macabro suceso que ocurre en vivo y en directo.

Guatemala vivió uno de los últimos genocidios en el Continente. Específicamente la población maya ixil, sobreviviente al holocausto del siglo XVI, a finales del pasado siglo fue masacrada con fusiles de asalto galil de fabricación israelí, pero este país no ha expresado aún solidaridad o protesta contra el crimen que Israel comete en Palestina.

Existe un silencio total sobre el genocidio en Palestina de medios de comunicación alternativa como prensa comunitaria, y de otros, en una atmósfera de agenda noticiosa alternativa y corporativa nacional determinada por la Embajada norteamericana y por la USAID.

Este silencio cómplice con el genocidio contra la humanidad cobra mayor responsabilidad tratándose de comunicadores/as guatemaltecas que saben de lo que es un genocidio en su propio terruño. Responsabilidad que no se justifica, ni se mitiga, por más que las y los trabajadores de la prensa corporativa y alternativa estén en situación límite en la generación de sus medios de subsistencia. No es humano, mucho menos es ético, callar los asesinatos inmunes de nuestros colegas corresponsales en Gaza, o del genocidio en Palestina. Esto no tiene perdón según la ética periodística.

Desde esta sencilla columna de opinión, así como reiteramos nuestros pedido a  gobernantes de los diferentes estados del Continente a desconocer al Estado genocida de Israel, pedimos también a nuestros colegas periodistas e investigadores/as a dejar de colaborar con la prensa callada sobre el genocidio en Gaza. No podemos, ni debemos ser cómplices de la derrota de la verdad y de la humanidad en esta batalla cultural mediática que Israel/EEUU lideran.

Ollantay Itzamná. Defensor de Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos desde Abya Yala

Blog delñ autor: https://ollantayitzamna.com/

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América Latina y el Caribe: Abya Yala no debe permanecer indiferente al holocausto palestino

Abya Yala no debe permanecer indiferente al holocausto palestino

Por Ollantay Itzamná

En la historia moderna que corre de 1492 a 2023, la humanidad sufre tres holocaustos (exterminio de pueblos por razones políticas, religiosas o culturales).

El primer holocausto lo sufrimos los pueblos de Abya Yala, desde 1492 en adelante, cuando nuestros ingratos “huéspedes europeos metalizados”, para apoderarse de todos nuestros bienes, nos sometieron al exterminio biológico y cultural total. Cerca de 70 millones de nuestros padres fueron aniquilados en cuestión de décadas por los hibéricus. A este exterminio sobrevino el comercio europeo de la carne humana, compra venta de esclavos del África.

El segundo holocausto también lo ejecutó Europa en su expresión de la Alemania enferma, durante la II Guerra Mundial (1939-1944). La víctima fue parte del pueblo judío, errante en Europa del norte. Este holocausto fue condenado, y castigado a los culpables, como se debía. Situación que no ocurrió con los impunes responsables del primer holocausto.

Como “parte del resarcimiento moral y político”, promovido por la oligarquía internacional sionista, en las Naciones Unidas se decidió que el pueblo Pelestino acogiese, en una parte de su territorio, al “pueblo elegido” de Israel, en 1948. Y en cuestión de años, el “huésped sionista” ensangrentó a sus anfitriones, ocupó en más del 90% el territorio palestino para convertirlos en campos de cultivo agrícola y extracción del petróleo para el mercado internacional.

Así, ahora, la humanidad es humillada con el tercer holocausto más letal de la historia contra el pueblo palestino. El Estado de Israel (diferente al pueblo judío, porque millones de judíos viven también en Palestina), legitimado por Europa/OTAN y financiado por los EEUU, está “fertilizando” los suelos que cultivará para su agroexportación, con cuerpos y sangre de miles de palestinos.

Antes este tercer holocausto, algunos gobiernos de Abya Yala comenzaron a tomar medidas con sensibilidad histórica. Bolivia decidió romper relaciones con Israel, Colombia impulsa para que los culpables israelís sean juzgados por genocidio en tribunales internacionales, Chile llamó a su embajador en Israel a consulta. Pero, esto no es suficiente.

Los estados y jefes de gobierno del Continente de Abya Yala, como sobrevivientes al primer holocausto moderno, deben de asumir una actitud más consecuente con la historia y con la Vida. La indiferencia o la impunidad del Estado de Israel es y será un premio para que el Hitler israelí, nutrido con sangre palestino, ataque a cualquier otro país del mundo próximamente.

Ahora es el momento para que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y otros espacios, tomen medidas políticas, incluso comerciales contra el Estado de Israel.

Los pueblos originarios, movimientos sociales y sectores populares del Continente debemos continuar con la solidaridad comunicacional y las expresiones de protesta frente a las embajadas de Israel en los diferentes países. No podemos, ni debemos ser cómplices silentes con este tercer holocausto que aniquila a la humanidad.

Ollantay Itzamná. Defensor de Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos desde Abya Yala

Blog del autor: https://ollantayitzamna.com/

@JubenalQ

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/abya-yala-no-debe-permanecer-indiferente-al-holocausto-palestino/

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Guatemala: entre la convulsión social y la solicitud de la intervención extranjera

Guatemala: entre la convulsión social y la solicitud de la intervención extranjera

Se veía venir. En Guatemala se estaban creando las «condiciones de factibilidad» para que el gobierno norteamericano reocupara política o militarmente el país centroamericano.

En los últimos meses, en el marco del cuestionando proceso electoral 2023 que excluyó ilegalmente a organizaciones políticas anti norteamericanas, como es el caso del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), los agentes de los intereses norteamericanos avanzaron culturalmente e instalaron en el imaginario colectivo nacional e internacional, el fetiche de: «La democracia corre peligro» «debemos defenderla  a cualquier costo». Aunque en los hechos, las condiciones de la «democracia oligárquica» no variaron ni un ápice, ni variarán en nada, para beneficio de los pueblos.

Lo que ocurre es que la oligárquica sufre un desencuentro interno circunstancial entre las facciones de los «obedientes» y los «desobedientes» a los intereses norteamericanos. Y el presidente electo, Bernardo Arévalo, se encuentra en la facción de los «obedientes» a Washington, y es explicable que los «desobedientes» le declaren la «guerra» a Arévalo y a los «funcionarios obedientes» del Estado, como es el caso del cuestionado Tribunal Supremo Electoral.

En estas circunstancias político electorales, Árevalo, al verse acorralado por los avances de las investigaciones del Ministerio Público (caso de la falsificación de 8 mil firmas para la inscripción de su partido), bajo el mando de dos fiscales del bando de los «desobedientes», y al ver que incluso dichos fiscales escrutan las actas electorales, por denuncias de irregularidades, viaja a Washington y pide que EEUU, mediante la OEA, intervenga al Estado de Guatemala.

Sí, aunque usted no lo crea. Bernardo Arévalo pidió públicamente que un comando civil de la OEA intervenga a su país. En esto consiste la «aplicación del artículo 20 de la Carta Democrática de la OEA»

¿Qué dice el artículo 20 de la Carta Democrática?

«En caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático…

El Consejo Permanente, según la situación, podrá disponer la realización de las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la normalización de la institucionalidad democrática.» (Art. 20 de la Carta Democrática de la OEA)

En cualquier caso, toda intervención de un comando diplomático o militar «extranjero» a un país es la peor humillación al «principio de su soberanía». Y si tendría que aplicarse esa «intervención», tiene que ser en situación de genocidio, o de masacre a civiles. ¿Acaso existe ruptura del (des)orden constitucional en Guatemala al momento? ¿Por qué se adelantó Arévalo con esta medida?

En el caso de Venezuela, el opositor Juan Guaydó pidió la aplicación del artículo 20 de dicha Carta, pero pudo más la capacidad venezolana de resolver sus problemas internos que el capricho norteamericano para apropiarse del petróleo de Venezuela. Por eso no pudieron intervenir a Venezuela.

A estas alturas,  está claro que el «amor gringo» por la democracia chapina es un amor por anexarse geopoliticamente a Guatemala en el contexto de la nueva geopolítica multipolar. Y para ello opera, ahora, el bando de los obedientes a Washington.

La Revolución Nacional que encabezó el Padre de Bernardo Arévalo, Juan José Arévalo, en 1953, imploró ante la X Asamblea de la OEA la vigencia y aplicación del proncipio de la NO INTERVENCIÓN para Guatemala, pero muy a pesar de dicha súplica, EEUU invadió Guatemala.

70 años después, nada menos que el hijo del Revolucionario, pide LA INTERVENCIÓN NORTEAMERICANA contra este país saqueado y empobrecido por la voluntad norteamericana.

Fuente de la Información: https://www.telesurtv.net/bloggers/Guatemala-entre-la-convulsion-social-y-la-solicitud-de-la-intervencion-extranjera-20231005-0002.html

 

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Guatemala, la batalla de los pueblos originarios por la ciudadanía

Guatemala, la batalla de los pueblos originarios por la ciudadanía

OLLANTAY ITZAMNA

En otras palabras, la negativa del Estado de Guatemala de permitir derechos políticos a indígenas y campesinos, y la acción ante tribunales y en las calles por parte de comunidades y pueblos originarios en Guatemala, es un asunto mucho más trascendente que el “simple” hecho de permitir o no la participación a indígenas en una contienda electoral. El asunto devela la situación real de la ciudadanía o no para las grandes mayorías del país. Y esto, a su vez, manifiesta la condición antropológica o no de las grandes mayorías de Guatemala.

El pasado 16 de febrero, miles de indígenas y campesinos de origen Maya y Xinca, junto a colectivos mestizos, desde las 6 de la mañana, ocuparon y protestaron en cerca de 20 puntos geográficos del territorio nacional exigiendo la restitución del ejercicio de sus derechos políticos de “elegir y ser electos como gobernantes” en un país con mayoría demográfica indígena.

Desocuparon los caminos tomados, al promediar el medio día, anunciando que volverán en unos días con más acciones colectivas de protesta por el reconocimiento de su ciudadanía en un país cuyos ancestros estuvieron desde antes de la Colonia española y, por supuesto desde antes de la actual Colonia republicana.

¿Qué ocurrió?

En Guatemala, con más 44% de población indígena (según censo nacional 2018), están abiertas las elecciones generales para junio del 2023. Allí se elegirá presidente, vicepresidente, 160 diputad@s, 20 representantes al PARLACEN y 340 alcaldes municipales y consejales.

Los pueblos originarios y campesinos de Guatemala, al igual que en el resto de los países del Continente, en los doscientos años de República, jamás participaron con organización política propia, ni candidaturas propias, en ninguna elección general.

En 2016, las comunidades rurales organizadas en resistencia, frente a los abusos de las corporaciones extranjeras en sus territorios, articulados en el movimiento CODECA, decidieron crear su propia organización política para participar en las elecciones, llegar a ser gobierno y realizar “cambios estructurales en el país racista”.

En 2018, las comunidades en resistencia, lograron crear e inscribir en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) la organización política Movimiento para la Liberación de los Pueblos MLP. Lo denominaron instrumento político.

En 2019, sin tiempo y sin recursos económicos, participaron en las elecciones generales, y ocuparon el cuarto lugar con su candidata presidencial Thelma Cabrera, originaria maya mam. Pero, de manera asombrosa, el TSE únicamente les permitió una diputación en el Congreso de la República.

Desde entonces, las comunidades y pueblos en resistencia continuaron organizando, formándose bajo su horizonte del Estado plurinacional y el Buen Vivir, con la ilusión de ser por primera vez en la historia de Guatemala “ciudadanos plenos” con derecho a elegir y ser electos.

Elecciones generales 2023. TSE les impide participar con candidatura propia

Llegó el proceso electoral 2023. MLP, cumpliendo todos los requisitos exigidos por Ley, realizó su Asamblea Nacional para ratificar sus decisiones comunitarias, proclamó a Thelma Cabrera y a Jordán Rodas (ex procurador de Derechos Humanos) como su binomio presidencial. Pero, para sorpresa nacional e internacional, el TSE se niega a inscribir dicha candidatura argumentando: “invalidez del finiquito” de Jordán Rodas.

El finiquito es un documento filtro que Contraloría de Cuentas extiende a funcionarios públicos certificando que el portador carece de cuentas pendientes con la Ley. Y, efectivamente, según portal web, el finiquito de Rodas existe, y está vigente.

MLP coloca al Estado de Guatemala entre la Ley y las calles

Ante esta situación el MLP, decidió colocar al TSE, y al propio Estado, entre la “Ley y las calles”. Realizan todos los procedimientos de amparos legales ante tribunales correspondientes, pero al mismo tiempo, las comunidades en resistencia se autoconvocan para tomar las calles exigiendo el “reconocimiento de la cualidad de ciudad de indígenas y campesinos”.

Ahora, el Estado de Guatemala, mediante su aparato judicial, se encuentra en una encrucijada histórica: O anula legalmente la cualidad de ciudadanía que en teoría había otorgado a indígenas y a campesinos del país en 1953 (Decreto n. 900, liberación de la servidumbre indígena), o ratifica la ciudadanía plena a indígenas y campesinos, permitiéndoles participar en las elecciones 2023, con muchas posibilidades de ser gobierno. En cualquier caso, las élites fácticas del país se encuentran en situación difícil.

Exigen reconocimiento real de su ciudadanía

Indígena campesino, junto a su comunidad, en la toma de caminos, exigiendo inscripción del binomio presidencial de MLP

Portavoces de MLP, en reiteradas oportunidades expresaron: “Nosotros no somos electoreros. No queremos sólo ganar elecciones, y ser gobierno. Nosotros queremos realizar los cambios hacia un Estado plurinacional para el Buen Vivir mediante el proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional”.

Es estas palabras, y en las acciones colectivas que realizan, lo que propugna MLP es el reconocimiento de la ciudadanía plena para indígenas y campesinos que, en los hechos, jamás fueron reconocidos como ciudadanos con derecho a elegir, ser electos y a ejercer función pública. El o la indígena, en los hechos, para existir para el Estado, estaba obligado a guatemaltizarse: dejar su idioma y hablar castellano, cambiar su apellido indígena por uno mestizo, asumir estéticas y hábitus misticriollos…

En otras palabras, la negativa del Estado de Guatemala, mediante el TSE (ente llamado a promover la ciudadanización universal y democratización plena del país), y la acción ante tribunales y en las calles por parte de comunidades y pueblos originarios en Guatemala, es un asunto mucho más trascendente que el “simple” hecho de permitir o no la participación a indígenas en una contienda electoral. El asunto devela la situación real de la ciudadanía o no para las grandes mayorías del país. Y esto, a su vez, manifiesta la condición antropológica o no de las grandes mayorías de Guatemala.

Porque si se les niega la cualidad de ciudadanía (impidiéndoles el derecho a elegir y ser electos, ejercer función pública), se les niega la cualidad humana. En la lógica occidental, sólo los humanos pueden elegir, ser electos, y ejercer función pública. No los animales, ni las plantas… Entonces, en Guatemala, las y los indígenas, ¿Son ciudadanos? ¿Son seres humanos? Ésta son algunas cuestiones de fondo.

 

Fuente de la Información: https://ollantayitzamna.com/2023/02/18/guatemala-la-batalla-de-los-pueblos-originarios-por-la-ciudadania/#more-3696

 

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Guatemala: ¿Nos encaminan hacia la oscuridad violenta del pasado?

¿Nos encaminan hacia la oscuridad violenta del pasado?

OLLANTAY ITZAMNA

En Guatemala y en Perú, países donde el sistema neoliberal depreda todo derecho colectivo y a todo defensor@s de derechos y comunicadores, incluso en nombre de la democracia y el desarrollo, resuena la pregunta. ¿Nos están encaminando hacia las oscuras épocas dictatoriales del pasado siglo?

No necesariamente. No se vuelve a una situación de dónde jamás se salió. Lo que ocurre es que el sistema cultural educativo hegemónico nos hizo creer las falacias de los patrones como verdades. En ese sentido, el oscurantismo criollo colonial bicentenario fue más eficiente que el oscurantismo de la Colonia española.

El oscurantismo criollo, bajo la falacia de democracia, desarrollo, Estado nación, etc., se instaló en nuestras estructuras psicológicas más profundas, configuró incluso nuestra personalidad e identidad, de tal modo que al colonizador criollo o acriollado ya no lo miramos como tal sino como nuestro demócrata, como nuestro inversionista, como nuestro gobernante, cómo nuestro Estado, nuestro Ejército, nuestra policía, nuestra Constitución Política…

En estas condiciones coloniales, ya ni es necesaria la presencia física y externa de la gendarmería colonial. Nosotros somos los gendarmes de nosotros mismos. Auto vigilándonos, auto censurándonos, para no transgredir los principios del orden democrático del Estado nación del patrón.

Manifestantes quechuas en el Cusco, ante la masacre estatal

Ud. dirá: “todo eso es radicalismo, es de resentidos”. Pero, díganos Ud. ¿Por qué el Estado nación mata a mansalva a sectores populares movilizados en las calles, como en el caso de Perú? ¿Por qué castigan en las calles y en las urnas a los pueblos de Guatemala que impulsan su liberación mediante la propuesta de un proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional?

Los pueblos originarios somos seres colonizados

En los hechos, los pueblos originarios y sectores populares de estos y otros países bicentenarios, jamás fuimos emancipados ni por San Martín, ni por Bolívar, ni por Morazán, ni por Sucre… El colonialismo, el despojo y el saqueo en nuestros territorios continuaron y continúan.

No somos, nunca fuimos ciudadanos en las repúblicas bicentenarias

Los estados naciones criollos nos “permiten sobrevivir” a indigenas y a sectores populares en condición de subalternos o siervos.

Pero, cuando los siervos colonizados se organizan, se movilizan, se comunican, ejercen sus derechos sociopolíticos para elegir a los suyos como gobernantes, entonces, las instituciones estatales criollas los bloquean, o los destituyen con artimañas. Ocurre en Perú, ocurre en Guatemala, y en otros lares.

Esto evidencia que las y los originarios, provenientes de sectores populares, nunca fuimos, no somos ciudadanos. Somos siervos colonizados por las repúblicas.

Por eso, cuando levantamos la cerviz para “ejercer nuestra cualidad de ciudadanía” el Estado/empresa/ejército nos reprime, encarcela y asesina con impunidad. Para el Estado nación, no somos ciudadanos, somos sus enemigos internos a aniquilar.

¿Qué procede?

Mirada de mujer originaria desde el Buen Vivir. Asamblea de pueblos en resistencia sociopolítica.

Entender que estamos colonizados por los Estado/empresa nación al mando del imperialismo euronorteamericano. Comprender que la condición de colonialidad nos habita hasta en lo más íntimo. Y en consecuencia, iniciar nuestro proceso de emancipación y decolonización, tanto a nivel individual, como comunidades organizadas. Son algunas tareas urgentes y constantes.

Comprender que no somos, jamás fuimos, ciudadanos de los estados naciones. Somos siervos, “enemigos internos” del Estado. Incluso si portamos títulos académicos, o nos cambiamos los apellidos originarios por los de los criollos o mestizos, no somos ciudadanos. Es otra de las cuestiones que debemos comprender y actuar en consecuencias.

Nuestro desafío es diseñar y construir nuevos estados plurinacionales, con autonomías territoriales, en los diferentes países del Continente para superar a los violentos estados colonizadores de criollos. Y ello implica consensuar nuevos ordenamientos jurídicos, nuevos procesos de asambleas constituyentes para consensuar nuevas constituciones políticas.

Fuente de la Información: https://ollantayitzamna.com/2023/03/

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