México / 7 de octubre de 2018 / Autor: Óscar Muñoz / Fuente: La Jornada Maya
Narciso Bassols no sólo enfrentó las fuerzas reaccionarias representadas por la Iglesia y los conservadores del país, al pretender obligar a las escuelas privadas y católicas a que cumplieran con los dictados del Artículo 3º constitucional, especialmente el laicismo, lo cual desató, junto con otros factores, la segunda Guerra Cristera durante el gobierno de Portes Gil, sino que las volvió a encarar cuando pretendió instaurar en el sistema escolar la educación sexual, ahora en el gobierno interino de Abelardo L. Rodríguez, luego de la renuncia del presidente Ortiz Rubio. La magnitud del problema, luego de publicar el dictamen de la comisión técnica sobre la educación sexual, ocasionó escandalosas controversias acerca de este asunto.
La intención de incorporar la educación sexual en los programas escolares fue motivo de airadas protestas de parte del clero, agrupaciones de padres de familia, la prensa y diversas asociaciones, que exigieron la realización de encuestas para saber si la población estaba de acuerdo o no en implantarla en las escuelas. En realidad, la Secretaría de Educación sólo pretendía sondear la opinión pública y obtener apreciaciones basadas en la ciencia que pudieran despejar los prejuicios de la gente. Sin embargo, el escándalo no cesó y varias escuelas comienzaron a verse vacías debido a los temores de los padres de familia de que a sus hijos se les corrompiera. El alarmismo de las fuerzas reaccionarias fue tal que Bassols se vio forzado a renunciar en 1934.
Habrá que señalar que Narciso Bassols, en los últimos dos años y medio que estuvo al frente de la Secretaría de Educación durante el periodo de Aberlardo L. Rodríguez, tuvo la mejor intención de hacer cumplir el Artículo 3º constitucional, que en diversas épocas ha sido letra muerta o, por lo menos, simulada. Bassols quiso que la difusión de la cultura llegara a las masas populares. Para ello, al llegar a la Secretaría de Educación, solicitó un estudio de los problemas fundamentales del sistema educativo y, a partir de éste, propuso un programa ambicioso compuestos de tres puntos básicos a desarrollar: a) instaurar en la escuela un sistema igualitario; b) federalizar la enseñanza y controlar todas las escuelas, y c) Lograr que la primaria fuera una escuela proletaria que reflejara los ideales de la clase obrera y campesina.
Por otra parte, Bassols quiso que en la escuela rural no sólo ocurriera la enseñanza de la lectoescritura sino una preparación más profunda para hacer frente a los problemas cotidianos. Como se ve, Bassols pretendía que la enseñanza elemental tuviera una orientación socialista. De ahí que, para fortalecer la educación rural, el ministro haya creado el departamento de Enseñanza Agrícola y Normal dentro de la Secretaría de Educación. También se preocupó por las escuelas fronterizas donde los niños corrían el riesgo de perder su arraigo cultural. Además, creó once internados para estudiantes rurales, luego del fracaso de la Casa del Estudiante Indígena.
En cuanto a los materiales didácticos, Bassols tuvo mucho interés en el libro popular y logró distribuir el libro llamado Fermín, que incluía textos de lectura para niños, el primero en su tipo en la historia nacional, que alcanzó un tiraje de 400 mil ejemplares. Otros títulos difundidos fueron Vida Rural, con un tiraje de 150 mil, y el libro Historia, de Alfonso Teja Zabre, con 50 mil ejemplares, según datos del filósofo Francisco Larroyo.
Debido a la preocupación de Bassols porque la educación llegara a todas las masas populares, consiguió fundar una escuela en el penal de las Islas Marías para atender a los delincuentes, que los consideraba parte de las clases más desprotegidas. Sin embargo, la labor de Narciso Bassols no fue nada fácil, si son tomadas en cuenta las reacciones de las fuerzas más conservadoras del país. Además de estas dificultades, tuvo que enfrentar el conflicto que surgió entre la Secretaría de Educación y el sindicato de profesores.
En efecto, no fue nada fácil instaurar reformas educativas y programas innovadores que buscaban favorecer la educación y la difusión de la cultura en las clases populares. Las fuerzas reaccionarias lograron finalmente que Bassols renunciara a su puesto. A pesar de ello, quedaron sembradas las simientes para la educación socialista que impulsó el presidente Lázaro Cárdenas, quien enfrentó nuevas dificultades en su intento por instaurar un sistema educativo nacional favorable a las clases desprotegidas.
Ojalá que lo que se avecina en educación en el próximo gobierno federal sea verdaderamente favorable a toda la población, sin distinción de clase, y que el anunciado titular de la Secretaría de Educación Pública logre contener suficientemente las reacciones de las fuerzas conservadoras y neoliberales que tanto se han opuesto a la revisión de la mal llamada Reforma Educativa y su posible ajuste tan necesario. Junto con ello, habrá que estar pendientes de la forma en que serán creadas las 100 universidades anunciadas recientemente. No bastará la cantidad de escuelas, estudiantes y docente, también será importante la calidad educativa. ¿De qué serviría que el país multiplicara sus egresados universitarios sin calidad profesional?
Fuente del Artículo:
https://www.lajornadamaya.mx/2018-07-31/La-educacion-y-las-fuerzas-reaccionarias
ove/mahv