Lección de literatura.

Por: Pilar Galán Rodríguez.

Lo malo de cumplir años no es la pérdida de visión ni de audición, ni tantas otras bajas no computables. Lo peor, sin duda, es la pérdida de la capacidad de sorpresa, esa rutina pegajosa que impregna los días y te hace creer que ya estás de vuelta de todo.

Por eso es maravilloso, como un maná caído del cielo después de un mes de hambruna, cuando la vida te regala otra forma de ver y de mirar lo que llevas contemplando tanto tiempo.

Eso me pasó el sábado en Guadalupe, una joya que ya no valoramos porque la tenemos al lado. Rafael Reig hablaba sobre realidad y ficción, y sus palabras, sensatas, coherentes y lúcidas, me reconciliaron con la profesión que ejerzo.

Cada año, agobiados por un temario que no cesa o un currículum cambiante y sin sentido, los profesores de literatura, al menos yo, vamos perdiendo la esperanza, pero sobre todo, los caminos que nos llevan a dar de beber literatura a unos alumnos que ya no están sedientos.

Pero llega Rafael Reig y nos cuenta la literatura de tal forma que dan ganas no solo de leer, sino de devorar los libros.

Habla de los clásicos, del Cid, del Lazarillo de Tormes, tan moderno en su defensa del poliamor, como él dice entre risas. De la Celestina y Calixto, un loco enamorado que ha leído mal, como Mme Bovary y Don Quijote.

Nos explica la invención del amor, el poder de la lírica popular frente a la culta, la importancia insurrecta de la lectura, los mitos descabezados por todo aquel que se atreve a abrir un libro.

Habla también de la modestia, de formar parte de la historia de la literatura no como escritor sino como lector. Y, escuchándole, vuelvo a tener quince años, y comprendo que no estoy sola, y decido, con la misma convicción de entonces, que no voy a estudiar medicina, caiga quien caiga.

Lástima que la charla acabe, vuelvan a caerme encima los años, y parezca tan difícil mantener la magia que acabo de presenciar ahora.

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/leccion-literatura_1007799.html

Imagen:  https://i0.wp.com/comofuncionaque.com/wp-content/uploads/2015/10/literatura1.jpg?fit=1024%2C681

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Mastuerzos.

Por: Pilar Galán Rodríguez.

Suelo estar de acuerdo con los artículos que Marías publica cada domingo, y espero algunos de sus temas recurrentes con la sonrisa cómplice de una lectora rendida. Entiendo su enfado ante la mala educación reinante, su crítica a ciertas tradiciones, a la incultura, al ruido, a los descabellados planes educativos o las modas que avasallan cualquier lengua. Pero este domingo ni puedo ni quiero estar de acuerdo con lo que escribe.

Cualquier tiempo pasado fue pasado, no mejor. No me gusta esa mirada de abuelo Cebolleta sobre el mundo actual. Y no me apetece compartirla. Me parece un síntoma de impaciencia más que una descripción de lo que de verdad sucede.

No vivimos en una sociedad de mastuerzos ni de jóvenes educados en la molicie sin autoridad alguna. Sí es cierto que la relación entre padres e hijos ha cambiado mucho pero tampoco defiendo la relación antigua. Puede que los padres nos hayamos vuelto más permisivos, pero no querría volver al autoritarismo de hace años.

Ni en casa ni en las aulas. No creo en el porque lo digo yo como medida educativa. Además, no funciona. Puede que se nos haya ido la mano en muchas cosas, en esa creencia estúpida por ejemplo de que todos son capaces de cualquier cosa que se propongan. O en no frustrar a los niños a pesar de que sabemos que un fracaso a tiempo enseña mucho más que cualquier triunfo. Pero no educamos mastuerzos. Haberlos, los ha habido siempre. O Marías tiene mala memoria o su infancia fue diferente a la mía. También entonces decían que los jóvenes eran maleducados, sin respeto por los mayores, sin ideales. Y ahora, lo mismo.

Solo que las redes sociales amplifican cualquier defecto y muestran qué es capaz de conseguir un descerebrado a poco que se lo proponga. Pero al lado de los youtubers más estúpidos conviven jóvenes magníficos.

No todo es negro. Ni siquiera gris. Nuestros jóvenes hablan idiomas, se relacionan, tienen cultura. Y luego, están los mastuerzos, sí, pero como siempre.

Por edad, muchos de los acusados por corrupción han debido de recibir una educación más severa que la de ahora. Y el resultado ya se ve. Menudo ejemplo. No es tanto cuestión de edad sino de ética. Y yo confío en que en ese sentido cualquier tiempo pasado haya sido peor, y en que estos jóvenes de ahora puedan lavar la inmundicia heredada.

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/mastuerzos_1014337.html

Imagen: http://zetaestaticos.com/extremadura/img/noticias/0/981/981272_1.jpg

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Los niños con los niños

Pilar Galán Rodríguez

Hace años escribí una columna titulada Los niños con los niños, una reflexión sobre la educación separada por sexos, una crítica a una segregación que yo suponía pasada de moda. Pero no.

En Madrid, un colegio concertado, además de separar a los niños de las niñas en las aulas, siguiendo criterios ignotos, solo conocidos por la inspección educativa que les deja continuar con su proyecto, separa también a los alumnos en las actividades extraescolares.

Este colegio (financiado con fondos públicos, no se nos olvide) ofrece talleres de ganchillo y visitas a comedores sociales solo para las niñas, y visitas al Bernabéu solo para los niños.

No hace falta ser un lince para sacar conclusiones. Labores para ellas, deporte para ellos. La polémica no resulta nueva para el director del centro, sancionado hace poco por comparar la ley contra la homofobia con el fanatismo terrorista.

Ahí es nada.

Lo preocupante no es que este señor campe a sus anchas por nuestro sistema educativo. Haberlos, haylos, como en todas partes.

Lo vergonzoso es que se haga con mi dinero y que en pleno siglo XXI haya padres que piensen aún como en las canciones antiguas que los niños con los niños deben estar, no vaya a ser que se maleen, se vuelvan blandos y no sirvan como tiburones para los negocios.

Y al revés, que a las niñas, pobres, les dé por pensar, o por ponerse a trabajar, y el orden establecido se resienta.

En la página web del centro se pide respeto para quien ha elegido este ideario con libertad, palabra que el director parece desconocer cuando se trata de educar niños, no estereotipos.

Lástima que haya columnas que nunca pasen de moda.

 Fuente:http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/ninos-ninos_1011659.html
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Los niños con los niños.

Por: Pilar Galán Rodríguez.

La estulticia, al contrario que los yogures, no tiene fecha de caducidad ni de consumo preferente.

Una vez que se instala en un sistema, queda latente pero luego despierta con más fuerza, como las liendres, para invadirlo todo.

Hace años escribí una columna titulada Los niños con los niños, una reflexión sobre la educación separada por sexos, una crítica a una segregación que yo suponía pasada de moda. Pero no.

En Madrid, un colegio concertado, además de separar a los niños de las niñas en las aulas, siguiendo criterios ignotos, solo conocidos por la inspección educativa que les deja continuar con su proyecto, separa también a los alumnos en las actividades extraescolares.

Este colegio (financiado con fondos públicos, no se nos olvide) ofrece talleres de ganchillo y visitas a comedores sociales solo para las niñas, y visitas al Bernabéu solo para los niños.

No hace falta ser un lince para sacar conclusiones. Labores para ellas, deporte para ellos. La polémica no resulta nueva para el director del centro, sancionado hace poco por comparar la ley contra la homofobia con el fanatismo terrorista.

Ahí es nada.

Lo preocupante no es que este señor campe a sus anchas por nuestro sistema educativo. Haberlos, haylos, como en todas partes.

Lo vergonzoso es que se haga con mi dinero y que en pleno siglo XXI haya padres que piensen aún como en las canciones antiguas que los niños con los niños deben estar, no vaya a ser que se maleen, se vuelvan blandos y no sirvan como tiburones para los negocios.

Y al revés, que a las niñas, pobres, les dé por pensar, o por ponerse a trabajar, y el orden establecido se resienta.

En la página web del centro se pide respeto para quien ha elegido este ideario con libertad, palabra que el director parece desconocer cuando se trata de educar niños, no estereotipos.

Lástima que haya columnas que nunca pasen de moda.

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/ninos-ninos_1011659.html

Imagen: http://www.escuelasinfantilesvelilla.com/blog/wp-content/uploads/2014/12/como-educar-en-el-valor-de-amistad-en-ni%C3%B1os.jpg

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