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La derecha y su falsa “libertad de prensa”

Por: Patricio Montesinos

Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia y Ecuador son hoy claros ejemplos de que la cacareada “libertad de prensa” es una farsa de la derecha para engañar, manipular y someter a los pueblos, además de atacar sin tregua a los procesos progresistas que perduran en la Patria Grande pese a la feroz guerra mediática de que son blancos.

Los sectores conservadores de Latinoamérica reiteran esa controvertida “expresión”, acuñada por Estados Unidos, con el objetivo de esconder su verdadero propósito: utilizar a los emporios de la información, o mejor dicho de la desinformación, como armas letales mediáticas contra las naciones y gobiernos de Nuestra América que defienden su independencia, favorecen a todos sus habitantes, y batallan por la paz e integración regional.

Por supuesto que la “libertad de prensa” por la cual aboga la derecha no es válida para medios de comunicación progresistas como las afamadas televisoras internacionales TeleSur y RussiaToday, entre otros, que poseen líneas editoriales objetivas y reportan de manera veraz acerca de los acontecimientos en el mundo.

TeleSur y RussiaToday en español ya no podrán verse en Argentina por uno de los tantos decretazos del presidente Mauricio Macri, quien por el contrario siempre ha favorecido al dominante y embustero emporio Clarín, que lo llevó a la Casa Rosada, y para muchos fue el verdadero vencedor en las elecciones del pasado año en ese país.

Macri censuró hace pocos días a ambas televisoras de cobertura mundial por dar a conocer a la opinión pública los desmanes de su régimen, y al mismo tiempo ha despedido a decenas de periodistas argentinos críticos con sus medidas neoliberales y accionar represivo.

Pero Argentina no es el único caso que en nombre de la “libertad de prensa” se esconde la verdad y a la vez se agrede a América Latina. Otros son sin duda alguna Brasil, Venezuela, Bolivia y Ecuador, por citar las naciones más atacadas, las cuales han vivido campañas mediáticas difamatorias sin precedentes dirigidas a destronar a sus presidentes legítimos, y derrumbar sus gobiernos.

La mandataria del gigante sudamericano Dilma Rousseff, destronada temporalmente del poder y sometida a un “juicio político”, fue y sigue siendo diana de constantes embestidas de la “gran” prensa brasileña, que en estrecha complicidad con los sectores ultraconservadores alentados por la administración norteamericana persisten en consumar definitivamente un golpe de Estado en ese país.

Igual ocurre con Venezuela y su presidente, Nicolás Maduro, a quien los medios derechistas nacionales, en contubernio con otros de Estados Unidos, España y Latinoamérica, no le han dado un solo minuto de tregua para conseguir la demolición a la Revolución Bolivariana.

Los Jefes de Estado de Bolivia, Evo Morales y de Ecuador, Rafael Correa, tampoco han escapado de las modernas cañoneras mediáticas patrocinadas por Washington y sus servicios secretos, que utilizan todos los recursos a su alcance destinados a cambiar la correlación de fuerzas en favor de sus intereses de dominación en la Patria Grande.

De Evo injuriaron sin escrúpulo alguno, previo y durante el referendo celebrado en Bolivia para otra postulación suya en el 2020, y no han parado de hacerlo porque los papagayos de la “libertad de prensa” saben muy bien que es un líder autóctono y antiimperialista de Nuestra América.

De manera similar ocurre con Correa, a quien a pesar del devastador terremoto que recientemente sacudió a Ecuador, y sus ingentes esfuerzos en favor de los miles de damnificados, lo continúan asediando, con la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA) a la cabeza.

Acorde con investigaciones difundidas por TeleSur y el diario El Telégrafo, la CIA creó en Ecuador una red de periodistas encargada de materializar acciones subversivas contra la Revolución Ciudadana que lidera Correa.

No es un secreto para nadie que la CIA y sus tentáculos de espionaje como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Fundación Nacional para la Democracia (NED) trabajan abierta e intensamente para aniquilar los procesos de cambios en Latinoamérica y hacer nuevamente de esta región el patio trasero de Washington.

Con ese propósito utilizan a la prensa ultraconservadora, sus redes sociales y las nuevas tecnologías, además de los órganos legislativos y las instituciones judiciales, como sus armas principales para consumar los llamados “golpes suaves o blandos”, que no son otra cosa que una versión de los golpes castrenses del siglo pasado.

Si en nombre de la “libertad de prensa” la derecha y sus patrones de Washington hacen lo que les viene en gana, cabe entonces la interrogante de por qué los gobiernos progresistas de la Patria Grande no responden con medidas severas que incluyan, incluso, la nacionalización de los medios de prensa al servicio de los poderosos.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=213429&titular=la-derecha-y-su-falsa-%93libertad-de-prensa%94-

Fuente de la imagen: http://ecopolitica.net/wp-content/uploads/2014/05/ARTICULOS-LIBERTAD-DE-PRENSA.gif

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Pobre México, tan lejos de Dios y tan violento como Estados Unidos

Pobre México, tan lejos de Dios y tan violento como Estados Unidos

Artículo de Opinión

Por: Patricio Montesinos

La más reciente actuación policial contra manifestaciones pacíficas de maestros en Oaxaca confirmó nuevamente que México sigue siendo uno de los países más represivos y violentos de este continente, como lo son su poderoso vecino fronterizo Estados Unidos, además de otras naciones latinoamericanas, entre ellas Honduras, Colombia, Perú, Paraguay y Guatemala.

Ante las protestas de rechazo esta semana de centenares de profesores a otra reforma neoliberal educativa del gobierno mexicano, los gendarmes respondieron con el acostumbrado uso desmedido de la fuerza, causando 13 muertos, 25 heridos y más de 100 desaparecidos, según informaciones difundidas por medios de prensa.

Esa manera de proceder de las fuerzas del orden es una práctica habitual en México en los últimos años, al igual que los crímenes de estudiantes, periodistas, campesinos, las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones de miles de personas.

El neoliberalismo sin límites aplicado por sus autoridades, el dominio de los llamados poderes fácticos, que actúan al margen de las leyes, y el narcotráfico y la corrupción, han convertido a esa relevante nación de Nuestra América en un verdadero manicomio para sus ciudadanos.

Las administraciones de Estados Unidos, otro de los países más opresivos y violentos del hemisferio occidental, son en buena medida las responsables del caos que reina en México, porque alientan desde su territorio el desorden y la anarquía como método de dominación para continuar con el histórico saqueo y la espoliación de su vecino sureño.

Washington a su vez promueve y respalda el “modelo” mexicano como “ejemplo” para las naciones que conforman la Patria Grande, desde el Río Bravo hasta la Patagonia, el cual impera también en Honduras, Colombia, Perú, Paraguay y Guatemala, y tratan de imponer en Argentina y Brasil con regímenes de derecha “reciclados” al servicio de los intereses de la Casa Blanca.

Estados Unidos lleva a cabo un desenfrenado plan dirigido a hacer de toda la Patria Grande un hervidero similar al mexicano, y con ese objetivo se empeñan en destronar a los gobiernos progresistas que en la región resisten a sus continuas agresiones y patrañas, entre ellos los de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y El Salvador.

Para ello el Pentágono utiliza a los sectores ultraconservadores de América Latina, los emporios mediáticos en su poder, y la moribunda Organización de Estados Americanos (OEA), a la que insisten en revivirla a costa de Venezuela, en detrimento de los bloques autóctonos e integracionistas regionales como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Unión de Naciones del Sur (UNASUR) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

La OEA, o mejor dicho el “Ministerio de las Colonias de Estados Unidos”, su Consejo Permanente y su Secretario General, Luis Almagro, están muy preocupados por la “situación en Venezuela”, pese a que saben muy bien que ha sido creada por Washington y sus peones derechistas y violentos en esa nación.

Precisamente la Ministra de Relaciones Exteriores venezolana, Delcy Rodríguez, afirmó en otro Consejo Permanente de la OEA, celebrado este martes en su sede en Washington, que esa entidad pretende convertirse en un “tribunal de justicia” de la Revolución Bolivariana, y puso otra vez entre las cuerdas y en conteo de protección a Almagro.

Rodríguez expresó asimismo que algunos representantes presentes en la referida reunión parecen desconocer los graves hechos que se escenifican en sus respectivos países.

La canciller venezolana no deja de tener razón porque la OEA mira para otro lado, y por supuesto no convoca a su Consejo Permanente, cuando se escenifican matanzas como las que han tenido lugar en México, o se materializan golpes de Estado, ahora llamados “blandos o suaves” contra gobiernos progresistas de Nuestra América.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=213698

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