Por: Perla Yvette Estrada González.
La realidad que durante años a aquejado al sistema educativo a nivel internacional no ha sido distinta, por el contrario, cada vez existen muestras e indicadores que permiten visualizar el estancamiento de la educación, en pocos lugares se intenta proponer algo diferente para afrontar esta terrible problemática que por demás está decirlo, es alarmante.
En el instituto Mclaren, se lleva a cabo investigación y propuestas sobre la pedagogía crítica y lo que pretende alcanzar y lograr para todos en un bien común y hacia una postura socialista.
La pedagogía crítica como alternativa, tiene una visión de futuro la cual consiste en establecer por medio del trabajo y el estudio un bien común entre los centros escolares y la comunidad, entre los maestros, los alumnos y los padres de familia, para resolver distintas problemáticas de cada una de las sociedades y sus contextos.
En una entrevista realizada por internet, el Doctor Luis Bonilla entrevistó a uno de los grandes iniciadores de la pedagogía crítica, al cuestionar a Mclaren sobre los desafíos para defender la educación pública sosteniendo que es un derecho para todos, Mclaren sostiene que los desafíos son verdaderamente grades y profundos, que se necesita tener resistencia con una visión que permita mostrar a la educación como una luz al final del túnel, que se necesita con urgencia volver á Marx, y que la pedagogía crítica se visualice como un movimiento social trasnacional.
Con una postura dialéctica, Mclaren sostiene que no se necesita poner al socialismo frente al capitalismo, que es fundamental ver y analizar ambas posturas para poder conocer y proponer la pedagogía crítica, pues el capitalismo no puede ver nada más que eso, es imposible para los capitalistas salir de ese contexto, por lo cual sostiene que no es que sean malas personas, incluso a conocido excelentes personas que verdaderamente están preocupadas por la educación y efectivamente quieren participar para proponer y realizar grandes cambios, sin embargo su realidad y contexto no se los permiten.
Maclaren, afirma que la educación debería ser entonces ese alivio al sufrimiento innecesario que logre entonces cambiar esas estructuras de represión, para lo cual se necesita que los maestros sean autónomos y con alternativas de cambio.
Por su parte Ramírez sostiene que en las universidades, existe una gran producción científica, pues es donde emerge debido su realidad, sus docentes y sus estudiantes. Esta producción científica se encuentra en un 80%.
Sin embargo en cuanto a las universidades es importante centrarse y ubicarse en dos de sus necesidades, la transformación y la investigación, visualizar, valorar e identificar qué está pasando en estos dos escenarios y cómo pueden ser mejorados.
En cuanto a la transformación es interesante analizar desde qué postura se quiere definir este término pues no todos lo comprenden igual, para algunos transformar es simplemente quitar lo que no sirve, para otros, transformar implicaría cambiar lo académico de cada una de las universidades. Sin embargo la transformación debe de tomar lo que ya hay, lo que ya existe para de ahí partir, y construir.
Ramírez, plantea cuatro cuestionamientos sobre la trasformación en las universidades, que dan pie a una buena discusión y un gran debate sobre estas preguntas son:
¿Qué se está enseñando en las universidades?
¿Cómo se está enseñando en las universidades?
¿Quién está enseñando?
¿Se cuentan con los recursos necesarios?
Cada una de las interrogantes es una oportunidad para abordar de manera reflexiva y crítica cuestionamientos sobre la realidad de las universidades de América Latina. Yo me ubicaría en el tercer cuestionamiento ¿Quién está enseñando?, es ahí en donde yo veo una gran oportunidad en cuanto a la educación de calidad, se necesita estar bien atentos en los docentes que están frente a grupos de cualquiera de los niveles educativos, pues como tutores se tiene una gran responsabilidad de los aprendizajes, de la atención y el cuidado de cada estudiante, de brindarles las oportunidades necesarias, de satisfacer sus necesidades cognitivas, y lo más importante de acompañar cada uno de los procesos de los alumnos, es necesario entonces que ahí se encienda un foco de alerta y de esperanza, ¿qué docentes están enseñando? Y bajo que estrategias, herramientas, valores, y actitudes.
Para la enseñanza cuenta mucho la formación la profesión, los ideales, las motivaciones, el entorno, las experiencias y las vivencias de cada uno de los profesores, pues, sin duda alguna esto es lo que lo caracteriza como sujeto, más allá de su rol, le da una verdadera identidad.
Cuando Mclaren menciona que el docente debe crear propuestas y alternativas desarrollando su creatividad, compromete grandemente a cada uno de los profesores pues no se trata de cumplir solo su rol, o ser muy profesional se tendrá que ir más allá y visualizar el entorno y el contexto en el cual se encuentran sus estudiantes así como la comunidad que les rodea, por ello es importante que el docente cuente, construya y potencie cada una de las capacidades a las que Mclaren hace referencia.
Qué se espera entonces de los docentes pasivos, que carecen de motivaciones, aspiraciones, e ideales, que se han acostumbrado o los acostumbraron a ver con solo una mirada y hacia una sola dirección, ¿acaso no es alarmante que estos docentes estén enseñando?, es una de las tantas realidades que han frenado la calidad educativa en cada uno de los países, lo cual es verdaderamente lamentable.
Sin embargo no se trata solo de señalar a los docentes que ya no tienen estas características porque su rol los ha rebasado, ni de aplaudir a aquellos que si las tienen y tratan diariamente de hacer algo diferente que abone a la calidad educativa, se trata de preocuparse verdaderamente por apoyar a los docentes, que sientan ese acompañamiento, esa confianza y esa credibilidad de que efectivamente se espera algo mejor en ellos, se trata de poner el ejemplo, los medio, la disposición y la motivación para despertar en ellos la consciencia del compromiso, la responsabilidad y la autonomía para tener esa creatividad que les permita visualizar una educación posible
Ramírez, argumenta que la mayoría de los docentes investigadores emigran de algunas universidades en busca de mejores oportunidades que mejoren sus salarios, y, ante esto algunos docentes también no pueden radicar en otros países pues no podrían sostenerse familiarmente en el extranjero, este es un hecho lamentable pues los que se quedan en su país pierden la intención de seguir su pasión por las limitaciones que van encontrando, y los que logran emigrar ayudan a otro país que no es el suyo a crecer y progresar, si todo se comprendiera en un fin común, si verdaderamente se centrarán las miradas en una sola hacia el final del túnel como menciona Mclaren todo sería diferente y la educación sería parte fundamental de esa diferencia.
Ante esto Mclaren propone tres ideas fundamentales para comenzar a realizar estos cambios:
Núcleo común.- En el cual los padres y los maestros sean trabajadores de la educación para sus propias comunidades, es decir que la misma educación resuelva esos pequeños problemas inmediatos y todos se beneficien de ellos.
La evaluación de los conocimientos tendría que ser diferente.
Las corrientes de creatividad deberían de traer trabajo para realizar verdaderos cambios estructurales que permitan romper con estas posturas comunistas con paciencia, compromiso, trabajo e ideales comunes.
Mclaren pide con esto a los maestros no desesperarse y tener muy claros los ideales, las convicciones y las visiones sobre la educación que queremos, porque los cambios serán lentos a largo plazo y tal vez varios de nosotros no los veamos, sin embargo mantengamos la mirada en esa luz al final del túnel.
Referencias….
«https://www.youtube.com/watch?v=rT4
Entrevista de Luis Bonilla a Tulio Ramírez, “Educación en Venezuela