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La ballena azul, riesgos, padres y docentes

10 de mayo de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Rafael Orduz

Frente a amenazas como las del juego de la ballena azul, la clave está en el acompañamiento de parte de docentes y padres de familia.

De acuerdo con la información pública disponible, el juego de la ballena azul ha cobrado la vida de más de un centenar de adolescentes en Rusia y, sin que esté confirmado, parece expandirse a otros países y continentes. El juego, coordinado por un tutor virtual, está constituido por una serie de tareas  de corte transgresor que, finalmente, culminan con el suicidio del jugador.

La información sobre los peligros de la ballena azul ya se ha vuelto viral. Se dice, incluso, que algunos de los niños y jóvenes que se comprometen a recorrer las fatales etapas del juego lo hacen bajo amenazas. Los padres de familia, por su parte, están en una encrucijada y, muchos de ellos, desconocedores de los rudimentos básicos de las tecnologías de la información, no saben qué hacer frente a la potencial amenza a sus hijos. Algo similar puede afirmarse de los docentes que, en el caso de la educación básica y secundaria, tienen a cargo suyo a diez millones de niños y jóvenes en Colombia.

¿Qué hacer? ¿Cómo reducir el riesgo?

En primer lugar, hay que tener claro que las actuales tecnologías de la información (TI), como es el caso de cualquier tecnología disruptiva, son, sencillamente, herramientas. El uso depende de los seres humanos, que puede ser constructivo o lo contrario. Una característica de las TI, clave para despliegue y la interacción con “lo bueno” y “lo malo”es la de la ubicuidad: la posibilidad de comunicarse cómo, dónde y cuándo se desee, rasgo inédito en la historia de las comunicaciones.

Segundo, las amenazas en el mundo virtual existen desde el momento en que internet se convirtió en una plataforma comercial, en la primera parte de los años noventa del siglo pasado. Conocidos son algunos de los riesgos en materia financiera, secretos industriales y, en general, de información privada de las personas y organizaciones.  Así mismo, son muchas las víctimas que han caído en manos de redes que promueven la bulimia, la trata de personas, la pornografía infantil, cultos satánicos, para sólo nombrar algunos campos de riesgo para jóvenes y niños en cualquier parte del mundo. Esto significa que las amenazas siempre estarán en el mundo casi infinito de la virtualidad.

Tercero, en contraposición a las amenzas potenciales, las posibilidades de acceso e interacción con otras personas y organizaciones alrededor de contenidos constructivos es también, inmensa, sin precedentes, cosmopolita. La posibilidad de acceder a contenidos educativos, por ejemplo, está causando una revolución en los sistemas educativos, que ven derribarse, progresivamente, el esquema del profesor, que lo sabe todo, frente a los alumnos que nada saben; el docente actual se convertirá, en pocos años, en un articulador y orientador. La adquisición de competencias puntuales, en la forma de los nano – grados, las gigantescas bibliotecas, las posibilidades de autoaprendizaje, son tan sólo algunas de las posibilidades al alcance de cualquiera con conectividad fija o móvil.  Juegos, la creación de contenidos de opinión, el intercambio artístico, el disfrute de la música, se añaden a la lista.

En quinto lugar, queda la disyuntiva de lo que deben hacer padres de familia y los docentes: ¿Prohibir o acompañar? La respuesta es simple: apoyar a niños y jóvenes orientando y acompañando.  Sin embargo, la tarea no es sencilla, dada la brecha digital que se presenta entre jóvenes, de un lado,  y sus padres y maestros, de otro. De ahí que sea imperativo, con apoyo de las autoridades públicas,  que haya opciones de alfabetización digital para padres de familia de manera que puedan convertirse en interlocutores de sus hijos en la materia.

Sin duda, las reglas de juego en los hogares alrededor del uso de internet y, en general, del uso de dispositivos, es necesaria: el establecimiento de horarios de uso, normas mínimas para compartir en familia sin la mediación de móviles. No obstante, sin afecto es imposible construir la confianza necesaria para que padres e hijos compartan información acerca de las incursiones en internet.

Finalmente, sexto, el gobierno nacional y los territoriales, las asociaciones de instituciones educativas, públicas y privadas,  las de padres de familia, deben proveer la información oportuna acerca de riesgos a la salud física y mental que se detecten en la red y las recomendaciones del caso. Los mismos estudiantes, así como una dosis de inteligencia virtual, pueden  colaborar en ello.

Las TI son herramientas; utilizémoslas en formar mejor a nuestros hijos y conjuremos los riesgos con afecto y acompañamiento.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/editorial/la-ballena-azul-riesgos-padres-y-docentes

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Educación de calidad: ¿un lugar común?

03 de mayo de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Rafael Orduz

El tema de la calidad de la educación suele ser tratado por los políticos de manera superficial. ¿A qué tipo de calidad nos referimos? ¿Con qué propósitos?

Hay retos importantes en la sociedad frente a los que algunos personajes reaccionan con fórmulas vacías, particularmente en las épocas cercanas a los debates electorales. Dos ejemplos de retos significativos para la sociedad, a los que se responde de esta manera, son los asociados al llamado pos-conflicto, por un lado, y el de la calidad en la educación, por otro. En el caso de candidatos a ocupar algún cargo en el Estado, sea en la rama ejecutiva o en organos normativos, la lógica parece ser la de incluir las fórmulas, so pena de estar desactualizados.

En particular, con excepciones, el tema de la calidad de la educación suele ser tratado de manera superficial. ¿A qué tipo de calidad nos referimos? ¿Con qué propósitos?

Algunas ideas al respecto:

Un país como Colombia requiere insertarse en el grupo de las sociedades del conocimiento. En forma sencilla, nos referimos a aquellas en las que sus miembros son respetuosos entre sí, democráticos, celosos del cuidado del medio ambiente, productivos, innovadores y creativos. Una sociedad en la que la creación de riqueza y el intertcambio con el mundo global se sustentan en la aplicación del conocimiento.

¿Podemos educar a nuestros niños en la pespectiva de convertir a Colombia en una sociedad del conocimiento?

Una forma de verlo se relaciona con el desarrollo de las llamadas competencias del siglo XXI. La literatura disponible distingue cuatro ámbitos alrededor de dichas competencias:

  1. Las maneras de pensar: la educación que reciban los niños debe desarrollar su sentido de innovación y creatividad, la permanente curiosidad, la habilidad de pensar críticamente y, muy importante en nuestra época, la capacidad de aprender por cuenta propia.
  2. Definitivamente no se puede continuar con el imaginario de los genios y los líderes individuales. A los grandes logros se accede mediante el trabajo en equipo.  Para que ello sea posible, la educación debe generar competencias de comunicación y colaboración.
  3. La revolución tecnológica digital actual, obliga a la adquisición de unos estándares mínimos de alfabetismo digital. Sin embargo, no se trata, simplemente, del manejo de tabletas, ordenadores y de la apropiación de un paquete determinado de software. La gestión de la información en el contexto de la revolución digital juega un papel crítico en el proceso de convertirnos en sociedad del conocimiento. Finalmente, las tecnologías de la información son simples herramientas. Plasmar una idea por escrito, diseñar un proyecto o plantearse preguntas sigue siendo crítico; sólo que, ante la explosión de información (por ejemplo, la suministrada por los buscadores tipo Google o Bing), la gestión de la información adquiere una dimensión inusitada dentro de las competencias requeridas hoy en día. Por otra parte, la comunicación y la colaboración están en la médula de la apropiación de las tecnologías digitales.
  4. Lo anterior sólo tiene sentido si se desarrolla en nuestra vida en sociedad. La conciencia de los deberes y derechos como ciudadanos locales y globales, el respeto por las diferencias, son críticos.

Cuando se hable de calidad en la educación, en consecuencia, hay que preguntarse para qué y a partir de allí darle contenido al propósito. Una visión al respecto es la de educar a nuestros niños y niñas en la perspectiva de insertarnos en la sociedad del conocimiento mediante las competencias asociadas a las dimensiones mencionadas.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/editorial/educacion-de-calidad-un-lugar-comun

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Competencias digitales: ¿Manejo de aparatos o gestión de información?

26 de abril de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Rafael Orduz

No se trata, simplemente, de dotar de tabletas, tableros electrónicos y conectividad a las instituciones educativas; se trata de promover una genuina apropiación del uso de las TIC en los procesos pedagógicos

Ya es lugar común afirmar que las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) deben estar presentes en el aula.  Sin embargo, pueden presentarse malentendidos alrededor de lo que la revolución digital  significa en los procesos educativos. En pocas palabras, no se trata, simplemente, de dotar de tabletas, tableros electrónicos y conectividad a las instituciones educativas; se trata de promover una genuina apropiación del uso de las TIC en los procesos pedagógicos de parte de los actores clave: estudiantes y docentes.

La revolución de las TIC está provocando profundos cambios en la sociedad. El ciudadano de a pie lo puede verificar a diario.  Recibe infomación de lo que ocurre en el mundo y en su entorno inmediato, por un lado; también puede emitir opiniones a través de las redes sociales y crear los más variados tipos de contenidos, por otro.  Con los aparatos móviles puede escuchar la música y descargar los juegos preferidos.  Quien cuente con un vehículo (en Colombia hay ya cinco millones de ellos) puede guiarse por aplicativos que le orientan en los trancones propios de las grandes ciudades.  Puede adquirir bienes y servicios (turismo, por ejemplo), sin intermediación, a través de internet.

También es posible inscribirse a cualquiera de los miles de cursos gratuitos de buena calidad ofrecidos por prestigiosas universidades de todo el mundo. En fin, la presencia de las tecnologías digitales, en todas sus formas, tiende a permear prácticamente todas las actividades sociales y económicas. En la medida en que la conectividad y la disponibilidad de dispositivos avanzan,  las ventajas de lo que ahora se denomina la economía digital pueden ser aprovechadas por la mayoría de la población en un país como Colombia.

Sin duda, la buena conectividad (suficiente ancho de banda por estudiante y docente), así como la disponibilidad de dispositivos (tabletas, PCs) son condición necesaria para el despliegue del uso de las TIC en el aula. La política pública debe velar por el acceso equitativo a la red y la dotación de ordenadores en las escuelas, así como de otros dispositivos electrónicos de inmensa utilidad. (A propósito, el Ministerio de Educación contaba con información detallada acerca del grado de conectividad y dotación de computadores en cada una de las instituciones educativas de todo el país; dicha información no se conoce en la actualidad, particularmente en aquellas zonas en las que la conectividad era provista por vía satelital).

Sin embargo, las tecnologías digitales son tan sólo herramientas. Como tales, su impacto depende de cómo y para qué se las utiliza.

Dada la conectividad a internet, la dotación de computadores y la formación mínima para su manejo, el gran interrogante es el siguiente: ¿cómo gestionar la información en el contexto de las tecnologías digitales?  Es diferente el mundo de la enseñanza analógica, basado en bibliografía impresa y notas de clase, del mundo de los buscadores electrónicos (“google lo sabe todo”) en el que nuevas competencias de carácter son requeridas.

En otras palabras: en cualquier ámbito de conocimiento, el proceso de indagar a través de los buscadores (Google, Bing, Yahoo…) implica nuevos retos de tipo cognitivo. Andreas Schleicher, gestor de las pruebas PISA (OECD)  planteaba alrededor de  las pruebas sobre competencias digitales, en 2009:

“Las competencias digitales que se van a evaluar se refieren al dominio de los recursos necesarios para «acceder, manejar, integrar y evaluar información; construir nuevos conocimientos a partir de textos electrónicos», algo «bastante distinto a hacerlo con textos impresos»… Así, el objetivo de esta prueba trasciende la mera capacidad lectora, tal y como comúnmente se entiende, aunque «no es tanto sobre tecnologías, sino más bien sobre las competencias cognitivas que hacen falta para el uso efectivo de la tecnología.” *

Dichas competencias digitales, que deben adquirirse en la formación básica, se aplican en prácticamente todos los campos: ciencia y tecnología, negocios, salud, justicia, gobierno. No basta, en conclusión, contar con un PC y buen acceso a internet. El secreto está en la buena gestión de la información.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/editorial/competencias-digitales-manejo-de-aparatos-o-gestion-de-informacion

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La paz depende de los docentes

19 de abril de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Rafael Orduz

Decenas de miles de maestros, por fuerza del conflicto, han venido trabajando desde el aula en construir valores para la convivencia en paz.

Las guerras empiezan de muchas maneras y por diferentes razones.  Quienes las terminan son los políticos. Sin embargo, la firma de acuerdos de paz, trátese de conflictos a escala internacional o de guerras locales, es solo un hito en un difícil proceso que puede tomar generaciones. Tiene que ver, principalmente, con el reconocimiento del otro, con la memoria. Puede ocurrir en Bosnia, Irlanda o Colombia.

Un actor clave en contribuir a voltear paradigmas, derribar prejuicios, reconstruir valores, aprender a convivir con los demás, particularmente los “enemigos”, sus descendientes o relacionados, es el maestro.

La polarización alrededor del acuerdo de paz, el resultado del plebiscito, las marchas del 1 de abril, al lado del silenciamiento de las armas y la reducción de muertes por el conflicto, son paradojas que ilustran los enormes retos que hay en adelante, que no son otros que los de construir valores compartidos para la convivencia en paz. Decenas de miles de docentes, por fuerza del conflicto, han venido trabajando en ello desde el aula.

Construir convivencia, recuperar la memoria ha tomado mucho tiempo en todas partes. La Segunda Guerra Mundial, al menos en Europa, terminó, oficialmente, en mayo del 45. Cesaron las actividades bélicas, unos se rindieron, otros vencieron. Alemania, además de la derrota y la destrucción, tuvo que lidiar con una culpa terrible, la del Holocausto. Los nacidos en los años siguientes a la terminación de la guerra, a pesar del “milagro alemán”, no tuvieron la oportunidad de hablar en casa o en el colegio acerca de lo sucedido. ¿Dónde estuvieron mi padre, mis tíos, mis abuelos? ¿Apoyaron a Hitler? Si era malo, ¿por qué le caminaron a la discriminación y el asesinato masivo? Preguntas imposibles de tratar debido a un mecanismo de supresión de la memoria. “De eso no se habla”, parecía un acuerdo tácito en los hogares.

Otra guerra, la fría, terminó con la caída del muro en el 89. Pasada la euforia inmediata, tuvo que pasar una generación para superar enormes prejuicios entre los alemanes occidentales y los orientales.

Treinta años nos demoramos en comenzar a hablar sobre lo ocurrido en Alemania entre el 33 y el 45, recuerda Ilse Schimpf- Herker, nacida en 1947, fundadora y directora del Instituto Paulo Freire de Berlín, dedicado, entre otras, a la pedagogía de la memoria. En el marco de un apasionante foro en el que docentes colombianos fueron los protagonistas*, me quedó claro que ellos han sido actores de primera línea, desde hace rato, de la reconstrucción de valores de convivencia en contextos de violencia.

Lea el contenido completo en Las2Orillas.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/la-paz-depende-de-los-docentes

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