Una guía de lecturas feministas

Por: Susana Reina

 

Escucho en un foro a una joven expositora decir: “ya me he leído todos los catálogos sobre feminismo y aún no me convencen para ser yo una feminista”. Fuera del escenario le recomendé que pasara de las lecturas de catálogos a la de libros a ver si por ahí se informaba mejor. La manía de opinar sin fundamento, de contraargumentar sin haberse leído algo sólido, de porfiar hasta la saciedad un juicio como si fuese una evidencia, es común en mucha gente que actúa por reacción natural sin filtro ni procesamiento previo.

En Twitter pasa muchísimo. La gente lanza su diatriba sin haberse leído siquiera lo que estás publicando. Se quedan en el título, en la primera frase, en quien lo escribe y zuás, ahí te va. Más de una vez he respondido con un “¿se leyó usted el artículo completo?”

Lo cierto es que realizar lecturas no está en las preferencias de muchos opinadores por aquello del enfoque único, apartando lo de la flojera y el poco hábito cultivado desde la infancia. Cuando tú juras que lo que sabes es la verdad absoluta, entonces no escuchas, ni indagas, ni exploras, ni piensas. Tener un enfoque múltiple que con humildad te lleve a pensar que lo que tú sostienes es solo una versión del asunto y que caben tantas explicaciones como seres humanos pensantes hay, es lo que te permite aprender y apreciar las diferencias de visiones, con el debido respeto de trato que ello amerita.

Para quienes critican el movimiento feminista, pero que genuinamente deseen saber más y tener una plataforma de información, les hago una pequeña lista acá de lecturas, libros y autores que a mí me han ayudado muchísimo a hacerme una idea amplia sobre este movimiento, su historia, postulados y principales banderas. Este es un cuerpo teórico en construcción y por lo tanto todos los días está saliendo literatura muy interesante que no se agota en una lista cerrada, pero ahí van los que yo he consultado.

Lecturas para todos los gustos

Miro mi estante. Para empezar, recomiendo leer “Feminismo para Principiantes” de Nuria Varela, española que expone de manera super sencilla e ilustrada (por Antonia Santolaya) todas las olas históricas del feminismo y define conceptos básicos para hablar de igualdad de género.  Luego “Vindicación de los Derechos de la Mujer” de Mary Wollstonecraft; la “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana” de Olimpia de Gouges; “Mi propia historia” de la sufragista Emmeline Pankhurst, son fundamentales para emocionarse, entender de donde viene todo y encender el deseo de lucha.

Desde allí asomarse a las clásicas, sin orden de importancia: “Mística de la feminidad” de Betty Friedan (USA); “El Segundo Sexo” de Simone De Beauvoir (Francia);”Política Sexual” de Kate Millet (USA); “El género en disputa” de Judith Butler (USA); “Todos deberíamos ser feministas” de Chimamanda Ngozi Adichie (Nigeria); “Mujer y Poder” de Mary Beard (UK),  “Mi Vida en la carretera” de Gloria Steinem (USA); “La mujer ciudadano de segundo orden” de Sonia Sgambatti (Venezuela); “Igualdad de género y Desarrollo Humano Sostenible” de Evangelina García Prince (Venezuela), entre otras.

Otras lecturas recientes para nuevas generaciones son “Morder la manzana” de Leticia Dolera; “Las feministas queremos” de Isa Mastro; “Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes I y II” de Francesca Cavallo y Elena Favilli; “Lean In” de Sheryl Sandberg, “Economía Feminista” de Mercedes D¨alessandro; “La Eva Futura” de Lucía Etxebarria. TAmbién está “Confesiones de una mala feminista” Roxane Gay; “Como ser una mujer” de Caitlin Morán; “No soy ese tipo de chica” de Lena Dunham y “Los hombres me explican cosas” de Rebeca Solnit.

Si deseas algo más literario, todo lo de Virginia Woolf, especialmente “Habitación con cuarto propio”, ayuda muchísimo. Los libros de Maya Angelou, Margaret Atwood, Malala, Inés Quintero, Alice Walker, Doris Lessing, Audre Lorde, todos los de Jean Shinoda Bolen, imperdibles.

También en video

En Youtube puedes encontrar videos de charlas y exposiciones académicas gratis de valiosísimas feministas iberoamericanas contemporáneas como Marcela Lagarde, Celia Amorós, Amelia Valcárcel, maestras e investigadoras sociales fundamentales sobre cuyos conocimientos se ha montado el andamiaje de los temas centrales que aun hoy discutimos.

En Madrid, Buenos Aires, CDMX, Barcelona, existen librerías temáticas dedicadas no solamente a ofrecer este tipo de ejemplares sino a promover libros de cualquier género escritos por mujeres. Es una delicia visitarlas una a una y coincidir con foros y tertulias en sus espacios. En Venezuela solo hemos visto un pedacito de estante en El Buscón de las Mercedes, Caracas y algunos sueltos en el resto. Pero para lecturas actualizadas siempre nos queda Amazon y los amigos que viajan…

Como ves, existen muchas opciones para consultar y conocer un mundo maravilloso que aboga por los derechos humanos de las mujeres y dotarnos así de un compendio de razones que avalan y dan soporte sólido a las acciones necesarias para alcanzar igualdad de género. Una vez que descubres todo esto entiendes con toda razón que lo contrario al feminismo es la ignorancia.

Fuente: http://efectococuyo.com/opinion/una-guia-de-lecturas-feministas/

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No somos las mujeres, es el sistema

Redacción: Susana Reina

El movimiento feminista, como teoría política y movimiento social es relativamente reciente. Si bien desde hace unos 7000 años las mujeres hemos vivido bajo condiciones de sumisión y discriminación, el siglo XVII marca el inicio en que el feminismo se manifiesta como proyecto colectivo de lucha.

Amelia Valcárcel, una brillante catedrática madrileña, acuñó lo que ella llamó las tres olas del feminismo, como una forma de estudiar las diversas manifestaciones que las mujeres organizadas realizaron a lo largo de estos últimos 200 años.

La primera ola o “el feminismo ilustrado” (de la Revolución Francesa a mediados del siglo XIX) tiene en la inglesa Mary Wollstonecraft y la francesa Olympe de Gouges, sus máximas representantes. Las banderas de este periodo fueron: educación, ciudadanía y derecho a ser tratadas como iguales.

La segunda ola o “feminismo liberal sufragista”, desde mediados del siglo XIX a mediados del XX, hace énfasis en el derecho al voto de las mujeres y el derecho al trabajo. Figuras notables de este periodo, Elizabeth Cady Stanton en Estados Unidos y Emmeline Pankhurst en el Reino Unido, dieron su vida por estas causas.

Surge hacia los años 50 del siglo pasado, la tercera ola o el “feminismo contemporáneo” con autoras notables como Simone de Beauvoir y Betty Friedan. En esta etapa las banderas fueron la liberación sexual, la violencia de género, aborto, contracepción, la conquista del propio cuerpo. Pero también puso el acento en la visibilización de los aportes de la mujer en múltiples campos del conocimiento, la necesidad de remunerar el trabajo doméstico, la presencia del techo de cristal, el escaso éxito en el ascenso de la mujer al poder, entre otros.

Y ahora, en este siglo XXI, pareciera que estamos siendo testigos de excepción del nacimiento de una cuarta ola para algunas filósofas feministas, como Rosa Cobo Celia Amorós, que consiste en un despertar global de conciencia sobre la verdadera raíz de la opresión femenina, que ha mantenido incólume al machismo como sistema de creencias durante toda la historia, a pesar del lógico reclamo que justifican las reivindicaciones que las mujeres han demandado y exigido.

Es un lugar común sostener que las mujeres no llegan a tener lo que desean porque tienen déficits de algún tipo, buscando que estas encajen en un patrón predeterminado ya dado, y entonces se las “empodera”, para que se adapten a una ilusión de igualdad, lo que hace más dura la lucha, culpabilizando a la víctima de su poco empeño.

Si bien las banderas de esta cuarta ola siguen siendo las mismas que las que le anteceden (aún en este siglo hay países donde las mujeres ni reciben educación, ni votan, ni abortan libremente) el foco en esta ola se pone en el sistema, no en las mujeres. En las reglas de juego que nos ponen a jugar, no en las individualidades.

Y esto es importante porque los cambios y avances de algunos grupos de mujeres en el mundo registrados a la fecha, se han dado al parecer sin que el patriarcado haya cedido como patrón cultural desde donde se educa y condiciona la actuación de hombres y mujeres, dejando a estas últimas por fuera de cualquier esquema de privilegios. Pareciera que son concesiones que se van haciendo bajo la presión de grupos organizados, pero sin que se altere de fondo la estructura que lo sostiene. Involucrar a los hombres en la tarea es fundamental, construir nuevas masculinidades que den paso a una nueva forma organizativa del sistema social, una prioridad.

Por eso la tarea que nos convoca está clara. En este momento preciso de la historia, varias generaciones de mujeres estamos conviviendo y compartiendo una conciencia de género única, mujeres de la segunda y tercera ola, y las más jóvenes que están asumiendo el testigo, sensibilizadas todas por el terrible impacto de la violencia machista, por la inequidad en las oportunidades, y por el desigual reparto del poder. No es una, somos todas. La respuesta es política y sistémica.

Fuente: http://efectococuyo.com/opinion/no-somos-las-mujeres-es-el-sistema/

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Educación contra la Violencia de Género

Por: Susana Reina

Noviembre es el mes contra la Violencia de Género, específicamente el día 25, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, decretado por Naciones Unidas en 1999. El naranja o el violeta son los colores emblemáticos que más se asocian a este terrible flagelo que muchas sociedades estamos viviendo. Lamentable oír y ver en prensa historias terribles sobre mujeres que son asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas, y si no llegan a matarlas, el sufrimiento físico proporcionado puede llegar a ser enorme.

Muchas organizaciones y personas a nivel mundial han elevado su voz contra este fenómeno, y muchos están trabajando activamente para hacer que las leyes que regulan la materia no sean letra muerta, para que se aplique justicia y para que la penalización sea efectiva y ejemplarizante.

Las estadísticas de mujeres asesinadas van en ascenso en muchos países.

Sin embargo, hay mucha frustración entre esas ONGs y expertos conocedores de la materia por los resultados obtenidos a la fecha. Las estadísticas de mujeres asesinadas van en ascenso en muchos países. La misoginia, el machismo, el acoso callejero, acoso sexual y otras formas de discriminación parecen no solo no tener fin, sino que cogen aire y se afianzan. ¿No es un contrasentido esto de que mientras más avanzadas y modernas son nuestras sociedades en términos tecnológicos y científicos, estas conductas de barbarie pervivan y florezcan?

Aquí en Venezuela, Magdymar León, de Avesa (Asociación Venezolana para una sexualidad alternativa) ofrece un panorama nada alentador que da cuenta de la dimensión del problema de la Violencia de Género en nuestro país, que nos ayuda a contextualizar posibles acciones en la materia a futuro: La violencia contra las mujeres es el segundo delito más denunciado en el país, según cifras del Ministerio Público; poseemos altas cifras de impunidad y grandes debilidades en el acceso a la justicia de las mujeres; las mujeres sufren la victimización secundaria de muchos de los delitos ocurridos en el país.

A pesar de contar con una Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LODMVLV), un Ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género, una Defensoría Nacional de la Mujer, con defensoras estatales y municipales y una Defensoría Delegada Especial desde la Defensoría del Pueblo sobre los Derechos de la Mujer, Institutos regionales, estatales y municipales en materia de mujer a nivel nacional, una Subcomisión de la Mujer, adscrita a la Comisión de Desarrollo Social, a pesar de todo ello, siguen los obstáculos para enfrentar el problema de raíz.

La implementación de la LODMVLV, no se ha traducido en verdadero acceso de las mujeres a la Justicia, ni en prevención de la violencia

La implementación de la LODMVLV, no se ha traducido en verdadero acceso de las mujeres a la Justicia, ni en prevención de la violencia, por lo que se siguen vulnerando los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia. Para que existan cambios reales y una disminución de la violencia contra las mujeres, es necesario impartir programas educativos en igualdad de género y cultura de derechos humanos; el abordaje no puede ser solo jurídico. Es necesario desmontar los valores y creencias que sostienen la inequidad de género en nuestro país”, concluye Magdymar León.

De todas las posibles salidas que pueden contribuir a enfrentar la violencia de género, nos quedamos con la educación como estrategia clave. Educación que comienza en casa con madres y padres no machistas, educación para la paz en su sentido más amplio, educación para tolerar las diferencias de criterio y creencias, educación para entender que el poder se pelea en el plano de las ideas y no de la tortura y el acoso físico o psicológico, educación para aprender a controlar impulsos, educación para saber hacer uso de la fuerza con fines constructivos, educación en valores para la convivencia.

Educación para aprender a expresar en vez de dar puños, reclamar asertivamente en lugar de lanzar patadas

Educación dirigida a ambos, niños y niñas, mujeres y hombres. Educación formal en aulas e informal en la calle, en los medios, en los clubes y asociaciones. Educación para niños, jóvenes y viejos. Educación para aprender a expresar en vez de dar puños, reclamar asertivamente en lugar de lanzar patadas, llorar y no insultar, perdonar para no sufrir y hacer sufrir.

Educación para que cada vez más mujeres se atrevan a denunciar a su agresor, o para que otras mujeres y hombres, cuando veamos el sufrimiento en una compañera, amiga, familiar o vecina, lo hagamos por ellas. Educación para entender que esto es un asunto público y que debiera ser prioridad para los Estados. Educación para saber identificar a tiempo las señales de violencia institucional, obstétrica, sexual, familiar, económica, mediática y todas las 21 formas tipificadas en la Ley.

Sensibilizar a todos sobre la forma de identificar violencia a tiempo y poner límites, debiera ser una de las lecciones más básicas en nuestro proceso de formación. Las feministas vivimos señalándolo aún a riesgo de que nos digan exageradas o paranoicas, lo cual es a su modo una forma más de violencia, pero lo seguiremos haciendo. Únete a las actividades que a nivel nacional se están organizando para que esto pare de una vez. Sigue las etiquetas #RedNaranja #Niunamenos #dianaranja #VivasNosQueremos #MachismoMata. Prevenir para no seguir lamentándonos.

Fuente: http://efectococuyo.com/opinion/educacion-contra-la-violencia-de-genero

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