Reforma educativa en la Ciudad,el papel de la tecnología.

Por: Silvia Uranga.

El proyecto presentado en los últimos días por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires constituye una oportunidad histórica para mejorar y actualizar la educación pública de la Ciudad. A su vez, plantea serios desafíos en materia curricular, tecnológica y social.

En un contexto social, cultural y laboral crecientemente mediado por las tecnologías de la información, creo que se hace necesario un debate acerca del papel que deben cumplir dentro del aula. En ese sentido, el proyecto de la reforma educativa constituye un avance al plantear la introducción de las tecnologías, más allá de la mera instrucción en su uso.

Digo mera instrucción ya que es importante diferenciar entre el aprendizaje de uso de cualquier tecnología y su incorporación como un hábito de vida. Desde mi perspectiva, es mucho más importante este último punto, ya que implica dotar a los alumnos de la capacidad de incorporar tecnología de una manera holística y multidisciplinaria, lo cual supone en última instancia una comprensión mucho más profunda de las herramientas y su utilización integral en diferentes ámbitos de trabajo.

En un mundo en donde prácticamente no quedará ninguna esfera del ámbito social y laboral que no se vea afectada por la irrupción de las tecnologías, es importante cambiar el abordaje que se les viene dando dentro del aula. Es necesario pasar de un abordaje enfocado en la herramienta como un fin en sí mismo para entenderlas como un medio para concretar los diferentes proyectos que se les irán planteando a los jóvenes a lo largo de la vida.

Dentro de este aspecto, no se debe caer en el simplismo de pretender capacitar a los jóvenes solamente en lenguajes de programación. No porque estos no sean importantes, sino porque simplemente nadie sabe cómo se verá y qué tecnologías primarán en el mercado laboral cuando ellos terminen de cursar la secundaria. Siguiendo esta línea, considero que es crucial aprender a pensar críticamente y a incorporar el hábito de aprender constantemente en cada uno de los proyectos que se les presenten. De esta manera, las herramientas cambiarán, los lenguajes de programación evolucionarán, pero lo que primará es la actitud que tenemos como profesionales hacia el conocimiento.

Sin lugar a dudas, la discusión acerca del papel de las tecnologías de la información no debe circunscribirse solamente a lo que se enseña dentro del aula, también debe atenderse el rol del docente. En ese sentido, resta un profundo trabajo para capacitarlos y facilitarles la incorporación de dinámicas pedagógicas que valoricen y entiendan el importante papel de las tecnologías en el aula y, a su vez, les permitan establecer un rol crítico hacia ellas.

Por último, debe considerarse la manera en que se establecerá la relación entre la escuela y las empresas. No debemos perder de foco que las prácticas en las empresas constituirán el primer acercamiento de los jóvenes al mundo del trabajo y, por ende, la dinámica escuela-empresas debe ser lógica y fluida. En este aspecto, el desarrollo de proyectos multidisciplinarios que involucren a las tecnologías de la información constituye un buen acercamiento para articular ambos mundos. Sólo a través de la implementación de este tipo de estrategias se podrán establecer puentes y dinámicas que beneficien a los actores involucrados y en última instancia preparen a nuestros jóvenes para el desafiante futuro que les espera.

Fuente: https://www.infobae.com/opinion/2017/11/30/reforma-educativa-en-la-ciudad-el-papel-de-la-tecnologia/

Imagen: https://www.infobae.com/new-resizer/k1GTzIvytb717sWSDBAIXlTPpK0=/1200×0/filters:quality(100)/s3.amazonaws.com/arc-wordpress-client-uploads/infobae-wp/wp-content/uploads/2016/12/12170907/iStock-515276648.jpg

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Los objetivos educativos del G-20 para la próxima década

Por: Silvia Uranga

Recientemente el G-20 nos ha planteado, entre sus objetivos de desarrollo sostenible para el 2025, reducir en un 15% la proporción de jóvenes con mayor riesgo de quedarse fuera del mercado laboral. En Argentina esto nos genera un desafío extremadamente importante en la relación entre educación, comunidad, trabajo y desarrollo socioeconómico. Estos cuatro factores interdependientes son los responsables del proceso de inclusión social en todo país.

Más allá de nuestro territorio, en Europa, según algunos estudios, se dice que la tasa de desempleo de los jóvenes es de 17,2%; en Argentina asciende al 23,7% y de este porcentaje más del 40% de los jóvenes desempleados son extremadamente pobres o con una gran vulnerabilidad económica.

Esta problemática social va a subsanarse cuando los distintos sectores de la comunidad, empresarios, sindicatos, educadores, dejen de lado tantas diferencias y ayuden así a nuestros gobiernos a tomar las decisiones correctas para generar políticas públicas acordes con las demandas del siglo XXI, y así generar una educación y un proceso de desarrollo inclusivo a nivel social. Es ahí que las organizaciones de la sociedad civil juegan un papel muy importante como facilitadores entre los diferentes grupos.

Hay que reconocer que, en estos tiempos, los actores involucrados han sufrido cambios. Las empresas han sido parte de un cambio que quizá no les era propio en su creación y han tenido que absorber demandas que no le eran propias, ya que hoy la falta de mano de obra y recursos humanos es el problema que aparece siempre en todas las mesas de discusión.

La educación se encuentra también tratando de adaptarse a las nuevas realidades sociales que tiene que enfrentar, tales como las necesidades del mercado laboral, el uso de las nuevas tecnologías, las nuevas formas de cómo hoy nos informamos y comunicamos, lo que hace que los docentes necesiten una adaptación y una capacitación permanente. No sólo para dictar contenidos sino también para adquirir las competencias y aprender a aprender junto al joven y al adulto que se forman.

Sabemos perfectamente que, cuando estos diferentes actores no trabajan en un proyecto común, los países no logran un desarrollo sustentable y los que quedan fuera son los que menos acceso económico tienen. Hoy por hoy hay muchas organizaciones que se ocupan de la inclusión laboral como Fundación Para el Empleo, Fundación Pescar, Forge, Conciencia, Cimientos, organismos internacionales y nacionales.

Los problemas que muestran las cifras son muy grandes y se oye permanentemente la palabra ‘escalabilidad’, pero es importante no emprender proyectos que sólo apunten a la cultura del oasis. No son sólo las grandes ideas las que enamoran a la gente.

La juventud, especialmente, quiere ver las ideas encarnadas en ejemplos palpables que sirvan de modelo. Ojalá que el año que viene, cuando el G-20 llegue a la Argentina, tengamos en nuestro país una propuesta muy concreta y de fácil realización acompañada de muchos colaboradores comprometidos.

Fuente: http://www.infobae.com/opinion/2017/07/13/los-objetivos-educativos-del-g-20-para-la-proxima-decada/

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