Por: Abdelghani Aichoun/Vientos Sur/12-06-2019
Anuladas las elecciones para el 4 de julio
El Consejo Constitucional formalizó ayer [2 de junio] la anulación de las elecciones presidenciales del 4 de julio, pero al mismo tiempo prolongó el mandato del actual Jefe de Estado interino, Abdelkader Bensalah, «hasta la elección del Presidente de la República». Otra victoria para el hirak [movimiento], cuya movilización interrumpida desde hace más de 3 meses, desafía a las autoridades del país en la necesidad de encontrar soluciones políticas a la altura de las exigencias populares.
Otra victoria para el hirak. Incluso a pesar de que, a raíz de este acervo, el Consejo Constitucional ha autorizado a Bensalah permanecer en el cargo hasta la elección del nuevo Presidente de la República. De este modo, la instancia que preside Kamel Feniche rechazó a los dos únicos candidatos que se habían presentado: Abdelhakim Hamadi y Hamid Touahri, cuyos nombres ni siquiera se mencionaron en el comunicado en cuestión:
«El Consejo Constitucional, reunido los días 26 y 29 de mayo y 1 de junio de 2019 para deliberar sobre los dossiers de candidatura para la elección del Presidente de la República prevista para el 4 de julio de 2019, se ha pronunciado a favor del rechazo de los dos dossiers de candidatura depositados en el Consejo, en virtud de dos decisiones individuales nº 18 / D.CC/19 y nº 19/D.CC / 19, fechadas el 1 de junio de 2019».
Por ello, declara «la imposibilidad de celebrar las elecciones presidenciales el 4 de julio de 2019, y la reorganización de las mismas«. Y aquí es donde el Consejo Constitucional anuncia la prolongación del mandato del Jefe del Estado, Abdelkader Bensalah, dando una interpretación no compartida de ciertos artículos de la Constitución. En el comunicado se hace referencia al párrafo 12° del preámbulo y a los artículos 7, 8,102 apartado 6, 182 y 193 de la Ley Fundamental del país.
El Consejo Constitucional considera que «dado que la Constitución establece que la tarea esencial de la persona a la que se asigna al cargo de Jefe de Estado es organizar la elección del Presidente de la República, es necesario que se reúnan las condiciones adecuadas para la organización de esta elección en transparencia y neutralidad para preservar las instituciones constitucionales, que contribuyen a la realización de las aspiraciones del pueblo soberano». Por lo tanto, «corresponde al Jefe del Estado convocar nuevamente al electorado y completar el proceso electoral hasta la elección del Presidente de la República y la realización del juramento constitucional«.
En otras palabras, el Jefe de Estado interino, pese al revés que ha experimentado con respecto a la organización de las elecciones presidenciales del 4 de julio, se mantendrá contra la voluntad del pueblo y especialmente de la legalidad constitucional (cuando su mandato debía terminar el 9 de julio), poniendo de hecho al país frente a un cierto vacío constitucional.
«Es una victoria importante pero no es definitiva, porque lamentablemente el poder continuará imponiendo su hoja de ruta con otro posible aplazamiento de estas elecciones con los mismos mecanismos y símbolos de este sistema rechazados por el pueblo, mientras que la Constitución argelina no prevé esta situación, sin precedentes en Argelia», declaró, presidente de RAJ, antes de agregar: «El gobierno debe darse cuenta de que la elección presidencial no es un fin en sí misma y no es una solución a la crisis política que vive Argelia».
Según Abdelwahab Fersaoui, «el período de transición democrática es ineludible». Por su parte, si bien considera que «este retroceso significativo de quienes toman las decisiones es la consagración de varias semanas de movilización y de la determinación popular», el Frente de Fuerzas Socialistas (FFS) [que pertenece a la Internacional Socialista y a la Alianza Progresista] insistió en denunciar la «tentación del poder de ganar más de tiempo» prolongando el mandato de Bensalah.
Por otra parte, algunos académicos han cuestionado abiertamente la interpretación de los artículos [citados] de la Constitución dada por el Consejo Constitucional. El universitario Rachid Zouaimia se refirió a una «interpretación de textos legales fuera de su contexto global».Para él, «si las elecciones no pueden organizarse el 4 de julio de 2019, no es debido a circunstancias imprevisibles e irresistibles», sino porque «el pueblo rechaza esta elección, no por el placer de rechazar la presidencia sino esencialmente porque el Jefe de Estado, el primer ministro y su gobierno son rechazados de la manera más explícita porque no pueden garantizar elecciones transparentes sin fraude».
«El Jefe de Estado ha fracasado en la organización de las elecciones del 4 de julio. Su mandato ha finalizado hoy (el 2 de junio, ndt) y no es necesario que siga ejerciendo este cargo hasta julio.Si se le vuelve a confiar la misma tarea, está claro que las mismas causas tendrán los mismos efectos», ha estimado.
Hay que decir que la elección presidencial del 4 de julio estaba condenada al fracaso desde que se planteó. Las y los ciudadanos argelinos, que han salido por millones a las calles de las diferentes ciudades del país para exigir el cambio del sistema, se han enfrentado a un poder que, obstinadamente, sólo plantea la aplicación estricta del artículo 102 de la Constitución. Así, el día de su investidura, el último 9 de abril, Abdelkader Bensalah, cuadro del RND, ex presidente de la APN y después del Senado bajo Bouteflika, convocó al electorado.
Pero el proceso fue fuertemente cuestionado y los argelinos rechazaron unánimemente una elección organizada por los símbolos del antiguo régimen y con las mismas condiciones. A lo largo de las semanas, se hizo cada vez más claro que la cita del 4 de julio no podía celebrarse, incluso si durante cada una de sus intervenciones el Jefe de Estado Mayor de la ANP, Ahmed Gaïd Salah, insistía en el respeto de lavía constitucional.
¿No se daba cuenta que las elecciones del 4 de julio estaban comprometidas de antemano? ¿No ha perdido el país todo este tiempo para nada? Incluso hoy en día, el poder actual parece querer ganar aún más tiempo, tal vez apostando por el debilitamiento del movimiento popular durante el verano para imponer su hoja de ruta. Pero, si la elección solo se retrasa dos o tres meses, sin proyecto para reformas profundas en el funcionamiento del Estado, ¿no se arriesga el país a estar nuevamente en la misma situación? ¿Los argelinos aceptarán mañana lo que han rechazado hoy? Está claro que con las mismas condiciones, la elección presidencial sufrirá la misma suerte.
Y el país habrá perdido, en dos o tres meses, incluso más tiempo, con todos los riesgos que ello podría implicar. Durante su último discurso, en el que llamó al diálogo, el Jefe de Estado Mayor de la ANP habló de «concesiones recíprocas«. La primera concesión que tal vez debería hacer el poder para probar su buena fe es desprenderse de Bensalah. De lo contrario, es poco probable que la población argelina, aparte de los partidarios tradicionales del sistema, puedan aceptar participar en este diálogo liderado por los símbolos del antiguo régimen.
Fuente de la Información: https://vientosur.info/spip.php?article14896