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OPINIÓN: Indígenas mexicanos en Nueva York, cercados por el coronavirus

Por: Zósimo Camacho

Maclovio tuvo que cambiar el cielo mixteco por el asfalto neoyorkino. Salió de la región más depauperada de México, la Montaña de Guerrero, hace 19 años. Dejó los acantilados agrestes y las laderas escarpadas de San José Laguna y adoptó las luces de la ciudad que nunca duerme.

Habla cuatro idiomas: nahua, la lengua de su madre; t’un saavi (o mixteco), la de su padre; español, la que le impuso su patria, e inglés, la que le impusieron los patrones.

El contraste entre su lugar de origen y el lugar en el que hoy trabaja no podía ser mayor: labora en un hotel en la Times Square, 42 th Street, una populosa calle de aparadores de modas cercana a la más concurrida estación del legendario Metro neoyorquino. Ahí hace labores de mantenimiento y limpieza. Comparte la sal y las tortillas con paisanos de Guerrero, Puebla y Morelos, indígenas y mestizos.

“Ahorita está grave la situación porque no hay trabajo. Todos los negocios están cerrados, empezando por el hotel, pero también los restaurantes, bares… No hay trabajo para nadie… Sólo algunos pocos que tienen suerte están trabajando en un supermercado…”

Ha cumplido 5 semanas sin poder trabajar, como sus demás familiares. “Vamos a batallar para pagar la renta”, dice. Los “ahorritos” casi se acaban en los alimentos que consume con su familia: esposa y tres hijos.

Aunque en cuarentena –como toda la ciudad de Nueva York– se mantiene al tanto de sus familiares que también se encuentran allá. Tantos son los llegados desde Tlapa de Comonfort, Guerrero, que entre ellos se refieren jocosamente a su ciudad adoptiva como Tlapayork.

Le preocupa no poder reunir los 1 mil 300 dólares (unos 33 mil pesos al tipo de cambio actual) que debe pagar a finales de este mes de abril. Y se dice afortunado de haber arrendado un apartamento pequeño. Otras familias indígenas mexicanas deben reunir de 2 mil a 2 mil 500 dólares (50 mil y 63 mil pesos, respectivamente). “Más aparte los gastos de lo que es luz, gas”, agrega con preocupación.

Al menos, se consuela, él y su familia no han enfermado. Sabe que los casos de Covid-19 se multiplican entre los migrantes mexicanos. “Sé que las cosas están graves; no es un juego, pues”.

Lamenta la muerte, por el virus SARS-CoV-2, de “paisanos que aquí nos topábamos; unos que son de Puebla, un señor y una señora, que fallecieron la semana pasada. Y también falleció el esposo de mi prima, que se encuentra en la [calle] 16. Y hay otros casos, de los que nos vamos avisando por medio del teléfono, porque no podemos salir. No podemos ni ir a dar condolencias ni estar un poco con la familia. Estamos encerrados”.

Explica que incluso no pudo visitar a su hermana –también migrante en Nueva York– que enfermó en días pasados pero que ya se recuperó. No sabe si ella padeció el virus; pero se muestra aliviado porque logró recuperarse “con remedios caseros”.

Ante la condición indocumentada de la mayoría de los migrantes, entre ellos se auxilian con consejos de cuáles “remedios” son los mejores para enfrentar la enfermedad. Además, quienes han regularizado su situación dudan acudir al hospital porque temen morir sin haberse despedido de sus familiares.

“Los que han fallecido, se van [al hospital] con los síntomas. No se van cayendo, nomás van con los síntomas; pero cuando llegan allá los checan, hacen que se retiren los familiares, y a los 2 o 3 días ya están muertos. Los familiares dejan de saber de ellos y cuando se enteran es que ya están muertos. Y como no hay visitas en los hospitales ni explicación… Por eso nosotros, nuestra gente, ya no queremos acudir al hospital porque ahí se enferma uno más, yo creo que por el miedo que uno tiene y eso empeora el problema.”

Nueva York se ha convertido en el mayor brote de la pandemia en Estados Unidos y el mundo. Al momento de redactar estas líneas supera los 275 mil casos confirmados de Covid-19 y las 21 mil muertes por la enfermedad. Según la base de datos en tiempo real Worldometers, en todo Estados Unidos los casos positivos son más de 900 mil y las defunciones más de 55 mil.

La única cifra de mexicanos muertos en Estados Unidos conocida fue dada por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, el martes 21 pasado. Sólo dijo que eran más de 300.

El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, encabezado por Abel Barrera, dio la alerta en las fases tempranas de la pandemia, ha impulsado acciones desde el Tlapa y ha pugnado por un papel más activo del gobierno mexicano para proteger a los indígenas en Estados Unidos o apoyar a los familiares de los fallecidos.

Las familias montañeras han dicho a Tlachinollan que no hay apoyos del Consulado mexicano en Nueva York más que para realizar algunos trámites y para decirles en qué funeraria pueden hacer la incineración. “Pero no han recibido apoyo de recursos económicos”, señala Abel Barrera.

Agrega: “entendemos que no tienen ni el personal suficiente en el Consulado [de México en Nueva York] y lamentamos mucho que no se le esté dando la importancia, sobre todo sabiendo que Nueva York es el foco rojo y donde es más alto el número de personas fallecidas, y el 32 por ciento de estos fallecimientos es de latinos en general. No sabemos cuántos son indígenas. No se está viendo ese gran problema”, advierte.

Tampoco hay apoyos por parte del gobierno de Estados Unidos. Algunos migrantes originarios de la Montaña han encontrado ayudas para alimentación de parte de organizaciones religiosas, fundaciones privadas y escuelas. Pero los indocumentados no alcanzan ni estos apoyos.

“Están totalmente desprotegidos tanto en Nueva York como en la Montaña. Dos polos de la misma discriminación”, concluye Abel Barrera.

Por su parte, Maclovio Arellano quiere lanzar un llamado, desde Nueva York, a todos sus “paisanos” mexicanos: “Cuídense. Esto ya no es un juego. Es una realidad. Nosotros llevamos muchos días encerrados y hemos visto mucho sufrimiento. Vemos lo que pasa aquí y pensamos en qué va a pasar en la Montaña y en todo México cuando esta enfermedad pegue con fuerza allá”.

Fuente e imagen: http://www.tlachinollan.org/opinion-indigenas-mexicanos-en-nueva-york-cercados-por-el-coronavirus/

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Regreso a clases

Por: Luis Hernández Navarro

Gustavo de Hoyos es uno de los críticos más beligerantes de la derecha patronal en contra de Andrés Manuel López Obrador. “Estamos –dijo– ante un gobierno altamente destructivo de la inversión en el país”. El mandatario le respondió describiéndolo, no sin razón, como politiquero disfrazado de empresario y “traficante de influencias.

Está bien que tenga aspiraciones, pero que no use su representación, porque además afecta a los empresarios, le reviró el Presidente de la República en una mañanera al dirigente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

A pesar de ello, el secretario de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma, se reunió virtualmente con la Comisión de Educación de la Coparmex, para explicarle lo que el gobierno está haciendo en el terreno de la enseñanza ante la pandemia.

En plena línea de continuidad con las prácticas de Aurelio Nuño en el sexenio pasado, Moctezuma anunció a los tiburones empresariales que, una vez que se regrese a clases, la SEP aplicará una evaluación diagnóstica para valorar los conocimientos que los alumnos adquirieron con el programa Aprende en Casa.

Satisfecho, Gustavo de Hoyos respondió con un mensaje en su cuenta de Twitter en el que informó sobre la presencia del secretario Moctezuma en su reunión y reconoció al gobierno federal por mantener el servicio educativo en la contingencia sanitaria, a través de programas como Aprende en Casa.

La presencia del secretario en el acto del sindicato patronal es muestra del enorme despiste y la interminable serie de pifias de la SEP para enfrentar la problemática del coronavirus. Aunque, según el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, el gobierno federal se preparó desde el 3 de enero para enfrentar la crisis, las autoridades educativas ni anticiparon ni elaboraron una estrategia para sortear el reto. De manera que, muchas de sus acciones –como ir a rendir cuentas a la Coparmex– han sido, por decir lo menos, fallidas.

El pasado 30 de abril, por ejemplo, fecha en que se celebra el Día del Niño, una actividad tradicionalmente organizada por la SEP, la ceremonia oficial corrió, en los hechos, a cargo del doctor López-Gatell. El evento puso en el centro las preocupaciones de niños y jóvenes ante la pandemia.

En contraste, en lugar de invitar a los niños a celebrar la efeméride a partir de la vida misma, las autoridades educativas mantuvieron la educación a distancia con un plan de estudios que nada tiene que ver con las angustias y los intereses de los estudiantes en este momento, y siguieron exigiendo a maestros enviar diariamente a sus jefes videos, fotografías, listas de asistencia, evidencias y reportes insensatos.

Evaluar los conocimientos que los alumnos han adquirido por medio de Aprende en Casa –como anunció el secretario Moctezuma a la Coparmex– es un absurdo. Porque, a pesar de lo que asegura la SEP en su boletín 114, el plan es un fracaso. No se puede exportar la educación de las aulas a los hogares. Son espacios distintos. Los padres de familia no son profesores. Hay, además, una enorme cantidad de estudiantes que no tiene acceso ni a las herramientas tecnológicas ni a la televisión para seguir los cursos. Peor aún, los contenidos que se trasmiten a través del televisor aportan muy poco a la comprensión de lo que los alumnos están viviendo.

Aprende en Casa es una gran cortina de humo para aparentar que, ante la pandemia, el sistema educativo sigue funcionando, cuando realmente está colapsado. Es una puesta en escena para controlar y vigilar al magisterio. Una demostración de poder de una burocracia que poco conoce la realidad escolar en el terreno.

Qué tan descolocada está la SEP ante la crisis sanitaria puede verse en la danza de las fechas que ha dado sobre el regreso a clases. Las autoridades educativas se comportan como si pudieran manejar el calendario del comportamiento del Covid-19 de la misma manera en la que administran un almanaque escolar. El anuncio de reanudar cursos el 1º de junio es tan improbable como cualquier otro. Tan es así que se acaba de informar que el pico de la pandemia culminará hasta el 20 de mayo.

Retornar a las aulas el 1º de junio será una absoluta irresponsabilidad. Es prácticamente imposible en un sistema escolar como el mexicano mantener la sana distancia e implementar medidas de higiene adecuadas. Los planteles llevan casi dos meses abandonados. Las aulas son reducidas, están sobresaturadas, su mobiliario es básicamente binario y tienen poca ventilación. En promedio, hay 28 alumnos por maestro (más en muchos centros escolares), más del doble de estudiantes que el promedio de los países desarrollados. Además, no hay personal filtro, ni gel, ni cubrebocas, ni Lysol y, en muchos casos, ni siquiera jabón. Más aún: 57 mil 500 escuelas no tienen acceso al agua de la red pública del Estado.

Según el doctor José Elizalde, jefe del Departamento de Neumología del Instituto Salvador Zubirán, el tema de las escuelas es preocupante. Hay un gran número de pacientes asintomáticos. Habría que seguir hasta el fin de año haciendo educación a distancia. Se puede decir más fuerte, pero no más claro. Hay que decretar el fin del ciclo escolar, elaborar programas de educación pertinentes para la cuarentena y a lo que sigue.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/05/12/opinion/015a1pol

Imagen: https://pixabay.com/photos/kids-school-emotions-globe-2835430/

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Artista zapoteco dedica mural a personal medico en pandemia

América/México/13/05/2020/Autor: Diana Manzo/Fuente: desinformemonos.org/

Con un mural de gran formato y una leyenda de agradecimiento en zapoteco “Xquixepe’ laatu saca zaniru tu cudxiilutu guendahuará COVID-19” y que en castellano significa “Gracias a ustedes por estar dándole frente a la enfermedad del COVID-19” , el artista zapoteco Suarte Noriega dedicó su agradecimiento al personal medico que atiende a pacientes en esta pandemia del COVID-19.

Esta obra fue realizada en la ciudad de Juchitán en la quinta sección, muy cerca de una clínica de salud a propósito como homenaje y agradecimiento al personal de salud que ha dado la vida para salvaguardar la salud de los juchitecos en esta pandemia.

La imagen que el artista resalta, es la de un médico con los ojos cerrados y portando su cubrebocas, mientras sus manos entrelazadas piden fuerza para seguir salvando vidas.

Suarte Noriega explicó que es el segundo mural que realiza en esta cuarentena, el primero fue para concientizar sobre el uso de cubrebocas entre los suyos y ahora a raíz de las agresiones que ha visto hacia el personal de salud, pensó que a través de un mural pudiera hacer conciencia.

“La idea surgió para que hagamos conciencia, seamos humanos y tolerantes, los médicos, enfermeras y todo el personal de salud, merecen nuestro respeto y admiración, ojalá que con ese mural pensemos antes de agredir y mejor les agradezcamos todo lo que han hecho”.

Precisó que el mural está dedicado a los “superhéroes con batas” porque son los que están dando todo en esta lucha contra el COVID-19.

Este artista originario de la ciudad de Juchitán siempre ha mostrado su humanidad, en el sismo del 2017 cuando más de 70 mil viviendas colapsaron participó en una colectiva rotulando murales con mensajes de solidaridad y amor.

“La gente mira, observa y siente, por eso decidí elaborar estos murales, para que pensemos en la solidaridad, en que todos debemos contribuir, ellos en lo que saben y obedecer las recomendaciones de quedarnos en casa”, finalizó.

Fuente e imagen: https://desinformemonos.org/artista-zapoteco-dedica-mural-a-personal-medico-en-pandemia/

Fuente original: IstmoPress

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Coronavirus y derecha en México: en vez de solidaridad, intentar construir un golpe

Por: Pietro Ameglio

Coronavirus y derecha en México: en vez de solidaridad, intentar construir un golpe.

Sin duda esta crisis mundial del coronavirus ha evidenciado realidades conocidas y desconocidas de muchas personas y hechos sociales, para bien y para mal, desde niveles personales, familiares, sociales, económicos, políticos, ambientales…La mitad de la humanidad está en cuarentena, muchos aislados sin ver siquiera a sus familiares cercanos. Se ha dicho mucho -por suerte- acerca de cómo el capitalismo neoliberal ha quedado masivamente expuesto en el alto nivel de inhumanidad, destrucción y desigualdad social que genera, de cómo el libre mercado y las privatizaciones han sido erróneamente puestas por delante del bienestar de las poblaciones y la acción estatal, de cómo la “normalidad social” no volverá a ser la misma después de esta pandemia, de cómo la depredación ambiental está a la raíz de posibles catástrofes planetarias si no cambiamos a tiempo. Todo cierto, pero nos parece muy importante no caer en la ilusión que se puede generar por aplicar el deseo de una “consecuencia mecánica” a estas evidencias y creer ingenuamente que el capitalismo se va a acabar, que está en crisis (de conciencia y producción) y que la humanidad futura será mejor en el cuidado de los más empobrecidos, del medio ambiente, de su alimentación e industrialización. Ni por asomo, si no se intensifican las formas de lucha y organización social ciudadana y mucho más masiva. Al contrario, me parece que habrá, por parte de los poderes económicos y políticos, toda una reestructuración que llevará a reforzar más aún una vuelta de tuerca en el modelo de producción, consumo y competencia internacional.

Lo que tampoco significa, por supuesto, que no se esté ante una crisis de fondo, pero que pudiera ser no para extinguirse sino para perfeccionarse. Y algo seguro: toda esta veneración política y mediática hacia los científicos, casi sacralizando sus opiniones, volverá al olvido social de siempre frente a temas de cambio climático, biofauna, cadenas de alimentación animal, armamentismo, energías renovables…Quedará transparente que el orden social mundial se rige por criterios de acumulación capitalista -casi monopólica- y no por criterios humanistas y científicos del bien de las mayorías y la naturaleza. Esa es la “normalidad” que no será trastocada, sino perfeccionada, si es que se puede aún seguir haciéndolo. Aunque, claro, que si hay otra mutación acabando el año, y otra a mitad del próximo, con pandemias incluidas y cataclismas climáticos, si la descomunal crisis económica que ya está y seguirá aumentando se hace incontrolable (¡difícil encontrar un 1° de mayo más triste y dramático!)…etc. etc., ahí sí el “reciclaje capitalista” y la “obediencia ciega a la autoridad” de las mayorías no van a ser tan fáciles de reproducir, sin violencias mayores y más peligrosas para ese orden social.

Lo que sí acabó es la “ilusión de la seguridad”, como una totalidad controlable por la autoridad y el mercado, la paz ya no podrá asociarse mecánica e infantilmente a la seguridad, sino que deberá asociarse con el “bien de las mayorías”, en su esencia vital y forma más simple de la vida, desde una concepción integradora con uno mismo, con la otredad y con la naturaleza: todos como un todo interconectado, interdependiente e integral.

A su vez, el aterrorizamiento, el encierro y la atomización social son los mejores ingredientes de un hecho social que predispone a la entrega hacia los poderes externos de la propia “capacidad autónoma de pensar”. Pensar desde estas condiciones sociales, obedeciendo las órdenes correspondientes -algo, por otro lado, que es indispensable de hacer en la salud-, nos puede fácilmente llevar a la desmemoria histórico-social y al retroceso de derechos y libertades que hemos proclamado y defendido en la vida. De ese tamaño de paradoja y contradicción, pueden ser las consecuencias de un proceso social de este tipo: la “delega incondicional” de nuestra identidad y cuerpo en las autoridades superiores (políticas, científicas, económicas y policiaco-militares), en aras de tener “seguridad” ante un enemigo tan mortal como microscópico e incontrolable. Si no fuera porque la causa externa lo amerita, sería el logro ideal del mayor objetivo de sus vidas para una gran masa de personas y líderes autoritarios -que sobreabundan en nuestras realidades, familias y culturas -descubiertos y encubiertos-. Pero, precisamente, por conocer que una porción mucho más amplia de lo que deseamos de la especie humana, está instalada en esa cultura, no podemos bajar la guardia ni confiar ciegamente en este proceso social como coyuntural y sin nexos con lo “que sigue”. De ahí el postulado por una “obediencia conciente y organizada”.

MÉXICO: ¿GOLPETEO DE FALSEDADES Y MEDIAS VERDADES PARA EL GOLPE?

En México, a partir de la fuerza (moral nula, pero material no poca) del sector empresarial más retrógrado, de varios medios con sus comunicadores y opinólogos/as deleznables por sus moralismos y análisis tendenciosos, y de muy minoritarios grupos políticos, han intentado aflorar campañas que inyectan permanentes noticias falsas o medias verdades descontextualizadas con el objetivo de ir creando un clima social de inestabilidad política, duda, cuestionamiento o directamente dura condena a toda política gubernamental, en el terreno que sea. Ayudados también, claramente, por la enorme crisis económica mundial reflejada en lo nacional. Se busca cualquier situación -por mínima y anecdótica que sea- para magnificarla, sacarla de contexto y lanzar con odio la idea de un “castigo ejemplar”, ese es el modelo de construcción epistémica del “infantilismo social”, en el que ingenuamente tantos caen. Así, si el propio director de la OMS felicita al gobierno se ningunea esto diciendo que esta organización siempre lo hace; si no se responde directamente con el mismo odio al comentarista criminal de TV Azteca -aunque sí se le contesta firmemente por Segob como institucionalmente debe ser- está mal porque no se aumenta la “espiral de la violencia”, y si se le contestara violentamente igual estaría mal también porque polariza; por no querer endeudar al país -causa de las mayores corrupciones y catástrofes históricas recientes y pasadas- se acusa a AMLO de que no le importan los pobres y pequeños empresarios, en algo que sería lo último de lo que pudiera acusársele (es el único político mexicano que podría demostrar con su vida esa solidaridad con los más pobres), cuando hay además un programas de un millón de microcréditos.

Aclaro que ni por asomo estoy en obediencia ciega hacia el actual gobierno y presidente, y esto es muy fácil de demostrar: he criticado claramente el proyecto expansivo capitalista en el sureste del Tren Maya y el corredor Transístmico, en la forma de no tomar en cuenta seriamente a las comunidades directamente afectadas; también los resultados y formas hacia los familiares de desaparecidos, los activistas sociales asesinados, la política hacia los migrantes y la lucha contra el delito organizado. Tampoco me gusta la forma de polarizar que a veces genera López Obrador, con sus sarcasmos, acusaciones o frases irónicas señalando genéricamente o directamente a personas e identidades sociales, creo que esta estrategia no ayuda en las condiciones para una buena construcción de paz y convivencialidad social, lo que aprovechan permanentemente -en un “judo político”- sus opositores más perversos. Pero tengo memoria y sé perfectamente el horror, ilegalidad y basura -de todo tipo- que había antes de este gobierno, y ni por asomo quiero que algo de eso regrese, que es lo que pasaría si no sumamos a que esta nueva cultura y forma de gobernar avancen y corrijan lo necesario, para instalarse mejor en nuestra sociedad. Ni por asomo estamos ante lo mismo que había, empezando por muchas personas que conocemos que encabezan o trabajan en proyectos locales, regionales o nacionales, quienes vienen de largas trayectorias y conocimientos probados.

El presidente y su equipo ejecutivo, seguramente estarán teniendo aciertos –lo testifican la OMS, ONU…- y también algunos errores en el manejo de esta crisis, como la gran mayoría de sus pares en el mundo, pero nada amerita campañas de tan fuerte cuestionamiento, deslegitimación y hasta enfrentamiento con amenazas de desobediencia civil en el pago de impuestos, creando estructuras de salud paralelas, desobedeciendo a las máximas autoridades nacionales de salud, y hasta pidiendo la intervención norteamericana. Una vergüenza y desproporción total con la realidad. Bien decía Gandhi que la desobediencia civil sin un programa constructivo de “swaraj” (autonomía) al lado era una simple “bravuconada”; en este caso muy peligrosa, porque busca la desestabilización social y el regreso a formas ignominosas de impunidad, corrupción y violencia estatal.

El gobierno ha tenido el mérito -desde la cultura de paz, ddhh y noviolencia- de no fomentar el aterrorizamiento social (están “serenos”, se sabe dónde estamos aunque sea en un hoyo peligroso, como el mundo), de no poner a la policía y al ejército en las calles para reprimir, de no caer en ninguna forma de estado de excepción; de delegar el manejo de la crisis a los mejores expertos en salud pública del país que además tienen alto reconocimiento internacional (por supuesto que se podrán equivocar, como lo han hecho los de todo el mundo a cada rato…). ¿Están mal estas acciones? ¿Por qué? En lo personal, valoro mucho este estilo de acción social oficial, que apuesta a la solidaridad ciudadana sin castigos ejemplares, pero claro que en un clima de aterrorizamiento ciudadano que tiende fácilmente al autoritarismo, es fácil ver esto como debilidad, ignorancia y hasta desinterés por la población.

Por qué todos estos comentaristas malintencionados, no han criticado con mayor vehemencia todas las privatizaciones y corrupciones de los sexenios anteriores, a los que no han pagado impuestos y peor aún no lo están haciendo en este momento de crisis brutal, a los que están lucrando con la crisis, a los empresarios que obligan a sus trabajadores a ir a sus lugares de trabajo como las maquilas, Elektra…, al modelo de la producción alimenticia ganadera de macrogranjas que está a la verdadera raíz de esta pandemia… Todo lo “dan por hecho”, lo dicen una vez rápído al pasar como si así quedara ya instalado en la opinión pública; y arguyen además falsamente que siempre han sido críticos, cuando demasiados sabemos bien la tibieza de sus voces en sexenios anteriores, que sólo se alzaban cuando había mayorías y opinión pública que ya estaba en contra, nunca con el valor de hacerlo antes, cuando se arriesgaba mucho.

A lo que apuntan estas campañas de desestabilización social y cambios de gobierno, a través del aterrorizamiento social y las falsas o medias verdades descontextualizadas, es a la emotividad no al “principio de realidad” empírico y más objetivado, trabajando más en el terreno del “odio” que en el de la “ira”. La diferencia es sustancial: “(el odio)… es una emoción secundaria, extrema y continua que se dirige a un individuo o grupo…la valoración o evaluación se centra en el objeto odiado”. La ira, enfado o enojo, en cambio, tiene el “deseo de cambiar las conductas del exogrupo y cambiar las actitudes de sus miembros, es decir, con restaurar normas…”. Asimismo, “el odio se asocia con el deseo de hacer daño e incluso aniquilar o destruir al exogrupo…más que cambiar sus conductas y actitudes, se relaciona con la tendencia a eliminar simbólica y físicamente al exogrupo” (Carlos Martín-Beristain et al. “Agresión, odio conflictos intergrupales….”). La campaña que existe en México está basada en la siembra del odio hacia AMLO, por eso no se debe normalizar ni pasar por alto, ya que es otro virus que destruye y envenena a todo el tejido social, ya lo vimos con la guerra sucia electoral del 2006 y a la falsa “guerra contra el narco” a que nos llevó: más de 250 mil muertos y 65 mil desaparecidos en 10 años. Así, vemos claramente cómo el odio es políticamente “rentable” en el corto plazo, pero en el largo plazo es suicida.

Uno no tomaría tan en cuenta las opiniones de comentaristas y opinólogos/as tan tendenciosos, o de una pequeña parte de la opinión pública que repite en redes ciegamente tamañas falsedades, si no fuera que la experiencia histórica continental reciente nos pone sobre aviso de no banalizar ni tomar a la ligera estas campañas sucias, por ejemplos cómo han sido en los casos de Brasil y Bolivia (en Venezuela no han podido), donde tumbaron en forma ilegal e ilegítima gobiernos de elección legal popular masiva, con la complicidad vergonzosa también de organismos, gobiernos y medios nacionales e internacionales.

Fuente: https://desinformemonos.org/coronavirus-y-derecha-en-mexico-en-vez-de-solidaridad-intentar-construir-un-golpe/

Imagen: www.shutterstock.com

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OVE entrevista a Miguel Erasmo Zaldivar Carrillo: «Hay que mejorar la praxis pedagógica en función de la liberación, la descolonización y el empoderamiento de todes»

Entrevista realizada por Luis Miguel Alvarado Dorry en exclusiva para Otras Voces en Educación.

Miguel Erasmo Zaldívar Carrillo, escuchamos mucho de él y le conocimos por medios de sus importantes artículos antisistémicos en las que devela las distintas formas de poder y dominación del imperialismo y su política neoliberal que impone sus ideologías y, en consecuencia, alienan las subjetividades de las sociedades.

Es cubano de nacimiento y formación, pero también se considera oaxaqueño-mexicano, ya que en estas tierras ha aprendido a vivenciar todo lo que, en su formación académica, conoció.

Asimismo, por su intervención en la construcción del Proyecto de Educación Alternativa (PEA) de la Sección VII del SNTE-CNTE en el estado de Chiapas, México, entre otros, que se lleva a cabo actualmente.

Su insistencia por crear y formar comunalidad ha sido el énfasis en la construcción de éstos proyectos, con el fin de contrarrestar los embates del sistema hegemónico en el poder.

Es Licenciado en Educación en la Especialidad de Física y Astronomía, máster en Investigación Educativa y Doctor en Ciencias pedagógicas por el Instituto Superior Pedagógico «José de la Luz y Caballero» en Holguín, Cuba. Actualmente residen en Oaxaca, México y  trabaja conjuntamente a la CNTE en la construcción y desarrollo de proyectos educativos contra-hegemónicos.

Miguel Erasmo, ¿Cómo llegó a la educación crítica y contestataria y, a la lucha gremial y social? Cuéntenos un poco su historia de vida.

Mi formación como pedagogo se desarrolla completamente en la isla de Cuba.

Yo llego a la pedagogía crítica, bueno, la pedagogía que yo considero crítica desde que comienzo mis estudios universitarios en el año 1989 en el Instituto Superior Pedagógico “José de la Luz y Caballero, en la provincia de Holguín, Cuba. Porque yo estoy convencido que la escuela cubana es una muestra de lo que una escuela crítica debe hacer cuando está al centro de la “Batalla de Ideas” contra el imperialismo. La escuela cubana, en todos los niveles, representa la lucha de David frente a Goliat. La educación cubana ha sabido mejorar permanentemente su educación dentro de unas enormes carencias materiales impuestas desde fuera por el bloqueo imperialista.

La pedagogía cubana, que comúnmente no es considerada como crítica, me enseñó un sentido permanente del antimperialismo y el internacionalismo. “Patria es humanidad”; esta idea martiana es un faro que guía la formación ética de la escuela cubana. La vocación martiana por los pobres es, creo yo, un claro antecedente de la teología de la liberación y las pedagogías críticas de los siglos XX y XXI.

El pensamiento de Fidel Castro es otro referente de la pedagogía cubana que yo considero crítica. Fidel, desde sus inicios imprimió a la educación un sello único; su manera personal de argumentar, de debatir, de educar al pensamiento político del joven pueblo en revolución; su ética personal, su humildad; todo ello participó de la transformación educativa nacional. La existencia actual de miles de jóvenes de todo el mundo estudiando en la isla y del Contingente Médico “Henry Reeve” constituyen pruebas del éxito de esta visión sociológica fidelista de la educación.

La relación escuela y trabajo que Cuba hereda directamente del pensamiento de Martí es otro de los fundamentos básicos de una manera nueva de entender la educación en este hemisferio. No olvidemos que hablamos de una educación que comienza a transformarse inmediatamente después del primero de enero de 1959. La campaña de alfabetización y los asesinatos de maestros en Cuba y Nicaragua resultan evidencias de que el imperialismo veía en aquella educación un enemigo formidable al que había que destruir.

Llegué México en el año 2008 e inmediatamente me incorporo a trabajar con los compañeros que luchaban desde el SNTE-CNTE en la construcción de propuestas educativas alternativas a las imposiciones que emergían del neoliberalismo radical de los gobiernos Fox, Calderón y luego Peña. La experiencia mexicana me hizo madurar en direcciones desconocidas para mí. Por ejemplo, defender al marxismo desde Cuba es muy cómodo, defenderlo acá es un reto enorme. Mucha gente se considera de izquierda y reniegan de Marx. Creo que lo que pasa es que se le desconoce, el efecto de la propaganda enemiga ha sido letal. En Cuba la unidad se cuida como oro, acá debes luchar por unir; todo el tiempo estás dedicado a ello, comenzado por los que están más cerca. Los intelectuales tenemos la tendencia arrogante a separarnos por nimiedades cosas que un campesino o un obrero no harían jamás. Es por ello que considero que he crecido mucho como persona y como intelectual desde que llegué a esta hermosa tierra. Tengo más conciencia de mí y de la importancia regional de la revolución cubana ahora que cuando estaba en la isla. Aquella frase martiana de que “Cuba, al salvarse salva” tiene hoy para mí un sentido totalmente diferente al que tenía.

¿Cuáles considera que son los elementos más significativos de la crisis educativa en el estado de Oaxaca, en México y en toda América Latina?

Me referiré a tres retos sin que pretenda agotar el tema ni priorizar uno sobre otros.

Creo que la crisis de la educación no debe ser analizada independientemente de la crisis del sistema imperialista neoliberal. Primero porque la escuela pertenece a una época y a un contexto histórico concreto. La escuela que heredamos de Prusia y; en el caso mexicano, del sistema lancasteriano: católico apostólico y romano; se ha transformado según las urgencias de cada momento histórico, pero siempre ha estado al servicio de intereses hegemónicos del grupo opresor.

No podemos dejar de reconocer que toda revolución que pretenda superar la pobreza en América Latina se enfrentará, inevitablemente, al imperialismo norteamericano; en primer lugar, éticamente. Siempre que en este hemisferio se quiso paliar el hambre del pueblo (que constituye un serio problema ético) sufrimos las intervenciones de los EUA para impedirlo. Los ejemplos son muchísimos.

Por ello considero que un reto fundamental de la escuela y, en consecuencia, la mayor crisis de la que la aqueja es su falta de objetivos éticos antimperialistas; hablo de una ética contraria al despojo. Nos han conducido hacia una educación castrada éticamente en la que se improvisan los valores del imperialismo neoliberal del despojo sin que se pueda salir del atolladero.

Otro reto sería coordinar la educación antimperialista con la defensa de las culturas madres en peligro de desaparición e ignoradas, incluso, por los revolucionarios. Pero fíjate, no separaría una cosa de la otra. No creo que sea posible asumir un indigenismo congruente sin que este sea, al mismo tiempo, antimperialista. Lo mismo creo para la educación crítica en esta parte del mundo.

El último reto, y creo que el más difícil, sería educar desde y para la necesaria unidad. Siempre nos ha derrotado la falta de unidad frente al enemigo común que nos desprecia. Si buscas los valores que el capitalismo nos sirve en sus proyectos educativos nunca encontrarás a la unidad como un valor. Por el contrario, encuentras la laboriosidad, la honestidad; entre otros. Fíjate; la más deshonesta forma de vivir, que es el capitalismo neoliberal; nos propone la honestidad como valor a educar en las escuelas. Nos proponen la no violencia mientras asesinan a los luchadores sociales.

Y es esta situación de crisis total; las izquierdas se separan por tener ideas diferentes. Tenemos el mismo enemigo y nos distanciamos por ideas. Nos están aniquilando y unas teorías nos alejan unos de otros. Y esas teorías que nos debilitan en la unidad ¿Quién crees que las origina y divulga?

Yo mismo he sido víctima de estos provincianismos. Por pensar diferente respecto a la 4T, algunos viejos camaradas dejaron de dirigirme la palabra, me vieron como un traidor.

Sigo creyendo que la 4T es una excelente oportunidad histórica para que todas las izquierdas mexicanas busquen la definitiva unidad histórica que nos ha faltado. Y creo, además, que esto debe ser buscado, desde el trabajo pedagógico aniquilando de una vez la meritocracia y el distanciamiento cognitivo instrumental.

Miguel Erasmo, ¿La relación entre los gobiernos y los gremios en Oaxaca y en el país es fluida? ¿Por qué?

Considero que, por desgracia, La relación entre gobierno y gremios educativos en México y Oaxaca siempre ha estado a merced de personajes y no de estrategias. Por ejemplo, algunos sindicatos, históricamente muy aguerridos, de momento; cuando cambian sus líderes, son opacados y se tornan reactivos y a destiempo. Luego descubres que alguien se vendió. El imperialismo no ceja en su tarea de dividir y comprar sindicatos y líderes: estudia, analiza, conoce y luego actúa. Con eso hace mucho daño.

Por otro lado, la CNTE, que es probablemente, el sindicato más aguerrido y consciente de este país con una praxis histórica de lucha y resistencia formidable no logra unirse totalmente frente a las embestidas de los gobiernos en turno para hacer una propuesta educativa unificada frente a los modelos neoliberales.  Cuando indagas, lo primero que te responden es que no es posible hacer una propuesta educativa universal porque somos muy diferentes. Se confunde el nivel macro con el micro. Se cree, erróneamente, que el diseño curricular no puede hacerse desde y para la diversidad y ser, a la vez, general. Nos arrebataron la dialéctica marxista con sus categorías y ahora no podemos asumir en una misma idea a los singulares con lo universal.  Que no podamos asumir la diversidad dentro de una misma propuesta educativa universal es parte de los que el sistema desea que seamos porque justifica una mortal desunión teórica y práctica.

Por eso pienso que el falso discurso de defensa a las diversidades nos ha hecho mucho daño en la búsqueda de la unidad frente al enemigo común. Cuando lo diverso entra en conflicto con la necesaria unidad, quiérase o no, sirve al enemigo histórico de nuestros pueblos.  Resulta que ahora, para algunos, no es posible ser mujer, homosexual y marxista a la misma vez sin traicionar al posestructuralismo post- moderno.

En la escuela ocurre algo similar: aguzamos la vista para ver las diferencias (discurso muy caro al neoliberalismo) y se nos pierde el horizonte humano que nos une. “Patria es humanidad” nos decía Martí y esto significa, entre otras cosas, que son más las identidades que las diferencias. Si no salvamos a la humanidad tampoco salvaremos a las mujeres o a cualquier otro grupo que se declare el centro del debate momentáneo.

Hoy mismo, por ejemplo; con un gobierno con tendencia izquierdista, que desarrolla acciones a favor de los pobres, tenemos un secretario de educación que lejos de ayudar entorpece cualquier diálogo. Este secretario de educación debe ser por mucho el más grave error de esta propuesta denominada 4 T, que considero muy buena, en lo general.

Para culminar creo que los sindicatos deben basar su relación con los diferentes gobiernos en estrategias más propositivas y menos reactivas.

Los educadores de Michoacán en unidad con el Centro de Estudios RIUS, muy acertadamente desde mi punto de vista, se han montado en este momento histórico y están construyendo una educación crítica.

Como pedagogo crítico ¿considera que la formación inicial y continua de les docente corresponde a las necesidades del país y los desafíos pedagógicos del siglo XXI? ¿Por qué? ¿Cuáles serían sus propuestas?

No lo considero. El estado imperialista neoliberal nunca dejará en manos de los oprimidos el proceso de formación docente. Quien mueva los hilos de la escuela y los educadores moverá, en alguna medida, las respuestas históricas de los ninguneados.

La formación del profesional es fundamental en cualquier proceso de transformación social, más, si se trata de educadores.

No es casual que miles de profesionales cubanos salgan cada año a brindar servicios a los más oscuros rincones del mundo, allí en aquello lugares en los que el imperialismo norteamericano envía bombas; Cuba envía médicos, maestros y entrenadores deportivos. Ello es resultado de un tipo de educción y de un especial educador: la herramienta de este educador es su conciencia política.

Ahora deseo hacer una muy importante aclaración. Mucha gente se pregunta cuál es el modelo de educación cubano en un intento inútil de encontrar principios psicológicos o educativos que ameriten un premio nobel. Nada más alejado de la realidad. El secreto de la educación cubana es el más divulgado y calumniado de toda la historia. Cuba tiene una educación socialista. La  educación cubana es consecuente con el pensamiento ético de Martí, de Marx y de Fidel Castro. Es la voluntad política de educar al pueblo en el libre pensamiento, en la conciencia histórica, en el antimperialismo y el internacionalismo lo que hace de la educación cubana algo tan exitoso. La educación cubana no es exitosa en los mismos rubros de Harvard. La educación cubana es martiana, antimperialista e internacionalista. En Cuba no se incluye la diferencia porque todos tienen derecho a educarse y todos significa eso: TODES.

Considero, por ejemplo, que el normalismo mexicano es un modelo que debemos defender porque constituye en la teoría y la praxis un tipo diferente de educación frente a la propuesta enajenante del sistema. Las normales constituyen un modelo educativo para todos los niveles por su intransigencia crítica frente a todas las formas de opresión.

Existen en México muchas propuestas educativas que deben ser retomadas si queremos pensar en un modelo nacional: Chiapas, Michoacán, Oaxaca, entre otros estados; se han dado a la tarea de construir propuestas que parten de sus realidades y se enfrentan, en primer lugar, éticamente, al sistema.

¿Qué ha significado el confinamiento por el Coronavirus COVID-19 en lo educativo? ¿Considera que las medidas educativas tomadas en el contexto de la pandemia afectan al derecho a la educación? ¿Por qué?

El coronavirus es una experiencia radical para todas las personas del planeta no solo para la escuela. Estamos viviendo lo que Michel Foucault estudió en “Vigilar y castigar”. Estamos vivenciando los efectos reales del panóptico. Ya el panóptico estaba, pero nunca fue tan evidente, tan descarado.  Es claro que una institución como la escuela que funciona sobre la base de asistir diariamente y desarrollar procesos cara a cara se vea totalmente desorientada frente a esta drástica transformación de su realidad.

Uno de sus problemas centrales es que no es posible formar, educar, valores a través de la pantalla; los valores no se dictan, ni se leen: se viven. A lo más que se puede aspirar la escuela hoy es a informar, a instruir; y eso, con muchas dificultades porque las zonas de desarrollo actual y próximo no entran, fácilmente, en la lógica digital. Estoy diciendo que la escuela ha perdido, en esta nueva realidad, su función educativa y está obligada a centrarse en la pura instrucción a medias. Si ya el instrumentalismo del sistema nos hacía daño imagine cómo estamos en estos momentos.

Creo que dentro de sus históricas limitaciones el estado mexicano ha respondido acertadamente a la pandemia: los datos hablan por sí solos. Frente a la catástrofe europea y norteamericana los mexicanos hemos navegado muy atinadamente; aun cuando debamos sufrir tristes pérdidas de invaluables vidas humanas.

Creo, además, que la respuesta del Secretario de Educación a esta situación ha sido la única posible, dadas sus propias limitaciones personales y la poca visión de su modelo educativo. No debemos esperar soluciones salomónicas de esta gente que dirige la educación: ellos no están interesados en la descolonización. Harán lo más predecible y lo menos trascendental en el sentido liberador. Por otro lado, ni todos los niñes tienen acceso a las nuevas tecnologías, ni al capitalismo eso le preocupó nunca: educar a un ninguneado no es su objetivo.

Si esta crisis sistémica y educativa, nos lleva a algún mejor lugar será de la mano de los maestros que se sumen a la acción y se atrevan a crear. La historia no es un carro que se mueva sobre raíles fijos y predecibles; es un proceso que toma la dirección que los hombres unidos sean capaces de darle.  Los educadores pueden aprovechar este momento para hacer la diferencia pero ello implica unidad, compromiso, inteligencia y voluntad.

La educación en México es un desastre en todos los sentidos. Si uno analiza por ejemplo los 14 principios pedagógicos descubre que esta gente tiene unos treinta años de atraso teórico en cuanto a educación. Se empantanan en el aprendizaje y no dan un paso más allá de ello. Luego dicen que es un modelo integral.

El derecho a la educación en la historia mexicana es la historia del despojo de los derechos. Cuando creamos la escuela pública, universal y gratuita lo hicimos de espaldas a los pueblos originarios. Cuando miramos los pueblos originarios para pensar la educación lo hicimos obviando sus lenguas. Cuando asumimos su lengua nos olvidamos de su cultura.

No habrá derecho a la educación hasta que las naciones originarias no sean reconocidas y tratadas como tales.  México es una nación de naciones y cada una de esas naciones deben pensarse educativamente tomando como referente fundamental su cultura madre, su contexto geográfico y sus urgencias históricas. Esta es una deuda que nunca hemos podido pagar. No olvidemos que, todavía hoy, dentro de las propuestas de pedagogía critica, algunos educadores llegan a las comunidades a imponer su lengua y su cosmovisión.

El derecho a la educación no se agrava con el covid-19 ya estaba grave, en coma total.

¿Cuál es la radiografía de las sociedades en el confinamiento obligatorio y la ponderación de las virtualidades en la vida cotidiana?

No debemos analizar el impacto del covid-19 al margen del carácter histórico concreto de cada lugar. México ya tenía experiencia en educación digital con las Tele Secundarias. Aun cuando se conozca que muchas de ellas ni señal tenían. Cuba también tenía instalada clases por la televisión nacional hace ya varios años. Experiencia ya había, ahora hay que sistematizar y juntar la voluntad política para lograr salir de la crisis lo mejor posible.

La red de redes es un mal necesario que debemos aprender a domar. Nunca lo logramos con la televisión. Un mal, porque ya el sistema imperialista neoliberal del despojo es ducho en manipulación e implantaciones de ideas.  Necesario, porque es inevitable.

Sabíamos del daño de la televisión y nunca propusimos una asignatura escolar que preparara a los niñes para enfrentar la deshumanización televisiva. Sabemos del daño de las redes y nos entretenemos enseñando Excel y presentaciones con dibujos móviles. Es la moda el corta, pega lee; y recibe el 10. Tenemos el reto de humanizar las redes y enseñarnos a contrarrestar sus nefastos efectos tergiversadores y su vocación al entretenimiento banal.

Por el momento las redes perteneces a Barrabás, estamos perdiendo y debemos actuar con rapidez.

 

Estimado Miguel Erasmo, finalmente, desde las pedagogías críticas y, a partir de sus experiencias docentes y sociales ¿cuáles serían algunas de las propuestas que considere importantes para iniciar un proceso de transformación radical del sistema educativo?

Honestamente no creo que los sistemas educativos puedan transformase radicalmente sin pensar en la toma del poder. Aquello que piensan en la escuela como una institución, que, desde su autismo pedagógico, es capaz de transformar a la sociedad están en un error gravísimo.  Usted puede tomar un mango ácido y hacer un delicioso dulce; pero con ello el árbol no cambiará su naturaleza.

Ser radical, en el sentido marxista, es ir a la raíz de los problemas. La raíz del problema educativo está en el sistema al que esa escuela sirve porque es parida por él.  No es posible que la escuela deje su carácter reproductor. No digo que no se pueda hacer mucho por mejorarla, no digo que no podamos oponernos y también resistir, ejemplos hay muchos. Pero la trasformación radical de cualquier institución pública solo llega con la transformación radical de la sociedad a la que pertenece.

A la educación capitalista hay que arrancarla de raíz para que no quede nada de ella, pero para ello, debemos resolver primero el problema del poder. Algunos utópicos no creen en el poder ni desean tomarlo: dices poder y corren a esconderse del debate. Lenin se les antoja demasiado radical. Con, pienso yo, no hacemos otra cosa que servir un mejunje teórico condimentado con la ideología del neoliberalismo en una mesa de ideología supuestamente izquierdistas.

El problema de la escuela está directamente relacionado con el problema del poder. La respuesta de uno lleva a la respuesta del otro.

No hacer algo es el peor de los errores. Hay que mejorar la praxis pedagógica en función de la liberación, la descolonización y el empoderamiento de todes. La escuela debe pensarse en el socialismo, o la comunalidad o el zapatismo para actuar en consecuencia. La inconsecuencia pedagógica nos aniquila, nos debilita y aleja la victoria. Debemos trabajar en las redes, llenarlas de sentido. Nosotros tenemos un pequeño canal pedagógico en el que compartimos algunas reflexiones, temas y análisis y, es triste ver que cualquier banalidad resulta más atractiva para la masa de cibernautas y logra más seguidores. Nos están llenado de basura y la escuela debe tomar partido en ello. Creo que la institución educativa debe moverse hacia la digitalización sin abandonar sus espacios vivenciales por simple responsabilidad histórica.

Debemos educar en la unidad frente al antimperialismo. Debemos educar en la participación ciudadana, democratizar la institución educativa pasa por desarrollar conciencia de mi corresponsabilidad frente al futuro.

No creo tener las respuestas a los problemas que me preguntas. Estoy comprometido con una ideología y trabajaré incansablemente a favor de los oprimidos. Intento ser consecuentemente marxista, leninista, martiano y fidelista.

Muchas gracias.

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Y el monstruo murió en la cama

Por: Francisco González Tejera

Colgar por los pies con soga fina, la que corta la piel y llega hasta los huesos, golpear con bates de béisbol cuerpos vivos, repletos de cicatrices, pasar su sucia lengua por los pechos de mujeres luchadoras, demócratas, destrozadas por la tortura de un sicario del actual régimen español de reyes, panderetas, tortura, fastos y gobiernos corruptos.

18 querellas rechazadas por los juzgados españoles, interpuestas por las víctimas de sus brutales torturas, sucesivos gobiernos cómplices de sus aberraciones indefinibles contra personas que luchaban por la libertad y la democracia, solo retirar alguna mierda de medalla para quedar bien con la prole, cuando lo que se tenía que haber hecho era encarcelarlo y que se muriera podrido entre barrotes. Pero Españistán es diferente, se sigue respaldando desde cada estamento del actual régimen al fascismo más criminal.

El criminal torturador Juan Antonio González Pacheco, más conocido por Billy «El Niño», murió este 7 de mayo en un hospital de Madrid aquejado de Coronavirus, este amigo íntimo de un montón jefazos de la policía española, era un criminal de lesa humanidad, un asesino psicópata condecorado por todos los gobiernos de la democracia, por una monarquía caduca que apesta a franquismo.

Murió tranquilo aferrado a un respirador de los reservados para los hijos del régimen, ese mismo respirador que no existe para los trabajadores que superan los 65 años, a los que dejaron morir por la falta de recursos de una sanidad pública española vendida por políticos mafiosos a la mafia de la sanidad privada.

Esto solo pasa en un país con el fascismo metido en la médula de cada escalafón político y judicial, de una España podrida, con una Constitución absurda que no ha servido para juzgar a quienes asesinaron al pueblo que luchaba por la democracia, los que metieron estacas de madera en las uñas de Lasa y Zabala antes de tirarlos en una fosa común inundada de cal viva.

Gobierna lo mismo está claro, de lo contrario este asesino hubiera muerto en la cárcel, lo más grave es que otros torturadores con placa policial siguen libres, cobrando pastones por sus medallas al mejor criminal, al que mejor metía la picana en testículos y vaginas, al que mejor violaba en la mesa de tortura a muchachas luchadoras.

Esto es España, no hay duda, el último reducto mundial del fascismo y la tortura.

Fuente: https://www.tercerainformacion.es/opinion/opinion/2020/05/09/y-el-monstruo-murio-en-la-cama

Imagen: https://pixabay.com/photos/oppression-women-violence-barbie-458621/

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El sistema aprende

Por: Hugo Aboites

La forma en que está evolucionando la situación anticipa que el sistema educativo saldrá de la presente contingencia con varios discutibles aprendizajes. El primero, que a la sombra de una situación crítica un grupo de autoridades puede tomar decisiones inmediatas, verticales e impensables hasta hace poco. No sólo la del muy justificado cierre indefinido de cientos de miles de escuelas e instituciones, sino la muy discutible decisión de que las decenas de millones de estudiantes de todos los niveles deben continuar con el plan normal de estudios y, para eso, pasar a todo mundo y de un día a otro, a la modalidad de educación a distancia. De un mundo a otro.

Segundo, que esas decisiones se pueden mantener, a pesar de que carecen de sustento educativo. Porque ante un acontecimiento mundial y nacional inédito como es la pandemia, la conducción del sistema está decidiendo no hacer algo adecuado al momento, que permita a niños y jóvenes y sus familias analizar y procesar desde distintos campos del conocimiento ésta que es una experiencia crucial en sus vidas –como en estas páginas se ha propuesto. Decide también, con esto, abandonar educativamente hablando a sus familias y comunidades. Y decide no apoyar ni impulsar a los maestros que plantean alternativas de enfoques educativos, adecuados a la coyuntura y a las necesidades de conocimiento. Es decir, decide no educar.

Tercero, que la educación virtual o a distancia es equiparable a la presencial. Con el afán de impulsar la imagen de que el sistema está funcionando normalmente se olvida la diferencia fundamental que existe entre el mero aprendizaje y la formación integral basada en el conocimiento. Esto último, supone la construcción y apropiación colectiva de conocimientos que dan sentido y solidez a la vida personal, grupal y social y sólo puede ocurrir en un espacio social interactivo como la familia, escuela, universidad, comunidad. Y hoy, cuando cada vez más se entiende a la educación como transmisión de información, la educación a distancia viene a profundizar ese enorme equívoco. Con la contingencia y la experiencia masiva de la educación virtual, se apresura la progresiva integración de la educación a distancia como equivalente a la presencial y la escuela y la universidad como enseñadero. Como decían recientemente las autoridades de la UAM, al plantear la creación de programas a distancia: la modalidad extraescolar debe asumirse como equivalente a la modalidad presencial. (Acuerdo directores 27/2/20: www.uam.mx).

Cuarto, que no se vulnera el carácter público de la educación cuando masivamente se sustituyen todas las aulas (cientos de miles), en su mayoría públicas, por las virtuales (softwares y dispositivos) que rentan o venden las grandes empresas tecnológicas. Un cambio súbito de tales proporciones amenaza con normalizar la presencia de grandes empresas privadas en la educación (el caso de Banca Santander) y ya sin contingencia podrá avanzarse con gran soltura en este proceso de conversión de lo público a lo privado. Y habrá presión de esas compañías a que los planes de estudio sean amigables con el uso de sus tecnologías. Ni siquiera se dará oído a la demanda de que se sea el Estado, mediante las instituciones públicas, el que se encargue de crear estas tecnologías y ofrecerlas gratuitamente como parte del servicio educativo.

Quinto, que la educación a distancia puede utilizarse políticamente. No es difícil imaginar que una vez que el sistema ha tenido la experiencia piloto de la contingencia de 2020, gobernadores, autoridades de instituciones e incluso algún futuro gobierno federal considere utilizarlas para enfrentar las protestas magisteriales, los paros estudiantiles, las luchas por derechos –de las mujeres, por ejemplo– y las huelgas que ellos mismos no aciertan a solucionar. Crear clases extramuros virtuales ante estos movimientos, sin embargo, sólo generaría peores conflictos y caos, pues enfrentará a grupos dentro de las instituciones y el sistema.

Finalmente, fortalece la noción de que es útil sobrevivir con promesas. La promesa implícita que han hecho las autoridades educativas es que con el uso de la educación virtual o a distancia los más de 30 millones de estudiantes no sufrirán retrasos en su formación, que ésta será de calidad, que no habrá exclusión y que estudiantes y maestros funcionarán adecuadamente en este nuevo ambiente. Pero las quejas, denuncias y protestas comienzan a aparecer por todos lados: niños y niñas pobres excluidos, maestros sobrecargados de responsabilidades y de trabajo, hogares de maestros y estudiantes, invadidos y obligados a asumir las condiciones que impone el uso y el costo de una tecnología muy poco eficiente y exámenes SEP, amenazan con generalizar la inconformidad y hacer responsables a quienes los metieron en el atolladero. Erraron el camino, el regreso no será fácil.

*UAM-Xochimilco

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/05/09/opinion/020a2pol

Imagen: https://pixabay.com/photos/child-tablet-technology-computer-1183465/

 

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