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Por qué hay tantos colombianos estudiando en Argentina.

Unos 10.000 cursan cada año en Buenos Aires, atraídos por la calidad y los bajos costos.

Por: Federico Rivas Molina.

Hasta darse una vuelta por los pasillos de la facultad de Medicina de laUniversidad de Buenos Aires (UBA) o recorrer las aulas donde se dicta periodismo en la Universidad de Palermo (UP) para escuchar la inconfundible tonada colombiana. Llegados desde Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla o Cartagena, 10.000 estudiantes de grado y posgrado han dado un nuevo perfil al ambiente académico local, atraídos, dicen ellos, por la fama regional que tiene la educación en Argentina y menores costos que en Colombia. La mayoría se ha adaptado rápidamente, muchos tienen trabajo y algunos hasta piensan en quedarse.

Las estadísticas indican que hay casi 24.000 colombianos con residencia permanente en Argentina, una cifra que asciende a 110.000 si se le suma las temporarias. De ese total 10.000 viajaron para estudiar. Un sondeo realizado en julio por la Universidad de Tres de Febrero (Untref) y el consulado de Colombia en Buenos Aires determinó que el 42% de los estudiantes colombianos elige la UBA, que es pública y gratuita para las carreras de grado, y el 21% concurre a privadas.
El 77% paga por sus estudios. De los que pagan, 57% lo hace por un posgrado de universidad pública y el 35% por alguna carrera de grado. Tres de cada 10 colombianos cursa una humanística, pero sin duda la gran estrella es medicina, que ocupa al 17% del total de las elecciones. “Medicina de la UBA es una de las facultades más reconocidas de América Latina”, dice Natalia Torres, de 18 años y recién llegada desde Bogotá para convertirse en médica en Buenos Aires. “A eso debo sumar que estudiar acá es más barato que en Colombia, que hablamos el mismo idioma y que puedo convalidar el título sin problemas cuando regrese. Tengo la experiencia de una amiga egresada que ya está ejerciendo en mi país”, explica Torres.
 
Otra carrera muy buscada es psicología, donde las universidades argentinas también tienen buena fama.Julieth Blanco, de 21 años, viajó desde Barranquilla para cursar las prácticas de su último año de carrera en la UBA. Ella debe pagar 120 dólares por materia por ser extranjera, pero dice que el esfuerzo vale por el valor agregado que dará a su hoja de vida el paso por Buenos Aires. “El prestigio internacional de psicología en la UBA es importante, y hasta ahora mi experiencia ha sido muy buena”, cuenta Blanco. “Una vez que me reciba tengo el proyecto de hacer una maestría. Esa sí es paga, pero incluso así la educación es más económica aquí que en Colombia, sobre todo en el campo de la salud”, dice. De hecho, es común acudir a una clínica privada o al odontólogo en Buenos Aires y que el médico sea un colombiano que está sumando horas de residencia.

La cuestión económica es lo primero que motiva a los colombianos a estudiar fuera de casa. Luego se presenta el dilema del país de destino, y es ahí donde Argentina corre con ventaja. “La mayoría de los títulos son compatibles y muchos vienen a la UBA porque es gratis. Chile es más caro que acá y Argentina tiene además el prestigio de sus universidades. Siempre se ha visto a Argentina como la Europa dentro de la Latinoamérica y venir aquí no es tan caro como ir a Europa”, dice Simón Gómez, estudiante de periodismo deportivo en la UP. La ventaja de los costos, sin embargo, se ha deteriorado en los últimos años. Hasta 2015 el cambio de moneda era muy favorable para los colombianos, pero la ecuación se alteró cuando el dólar en Colombia casi duplicó su valor frente al peso. La inflación argentina degradó aún más el beneficios. “Conozco amigos que se han ido con el aumento de los precios en Argentina. Además el dólar en Colombia pasó de 1.600 a 3.000 pesos y eso hizo que sea más caro financiar nuestra estadía aquí”, explica Gómez.

La mayoría de los colombianos que viven en Buenos Aires se mueven dentro de la red de migrantes que encuentra cuando llegan. Si vienen de familias de alto nivel económico seguramente irán a parar a una universidad privada como Palermo, si no será más común encontrarlos en la UBA. Cuando no pueden costearse un piso individual lo comparten con otros estudiantes. Y la mayoría busca algún trabajo que les permita participar poco a poco del mercado local y autoabastecerse sin la ayuda familiar. Pero las aspiraciones laborales no siempre se ven satisfechas. “Es relativamente fácil conseguir un trabajo, sobre todo en el área de los servicios, como camarero, por ejemplo. Pero no tienes la oportunidad de tener trabajos que tengan un perfil más alto”, cuenta Felipe Guevara, nacido hace 32 años en una ciudad pequeña del departamento de Boyacá y alumno de periodismo en la UP. “En Argentina la formación es mejor”, dice, “la educación en Colombia es más complicada y retrograda. Todavía el profesor es ese que no te enseña sino que te llena de conceptos, sabe mucho pero no sabe enseñar. Aquí se centran más en que la persona aprenda a que se saque una buena nota”.

¿Y existe un choque cultural? “Llegué con una idea de los argentinos, pero han sido muy amables y calurosos. Dicen que los porteños son arrogantes o te tratan mal o te van a discriminar y ha sido todo lo contrario, les encanta que seamos extranjeros”, dice Blanco. Los estudiantes coinciden, sin embargo, en que es duro sacarse de encima ciertos estereotipos atribuidos al colombiano, como aquel que los vincula a la cultura del narcotráfico. Para Guevara, “no falta el desubicado que te pregunta que piensan de Pablo Escobar, y eso el colombiano que viene con cierto nivel educativo no lo ve de buena manera. Es como resaltar una imposición que tenemos en todos lados”.

Fuente:http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/12/argentina/1478966878_961145.html

Imagen: http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2016/11/12/argentina/1478966878_961145_1478968004_noticia_normal_recorte1.jpg

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Reseña de Libro: La educación ambiental en la Argentina .

Actores, conflictos y políticas públicas.

Aldana Telias. María Laura Canciani. Pablo Sessano. Sandra Alvino. Ana Padawer. Adriana Puiggros. [Autores de Capítulo]

Secretaría Ejecutiva.
ISBN 978-987-45712-0-5
La bicicleta Ediciones. CLACSO.
Buenos Aires.
Noviembre de 2014

Es preciso comenzar por deconstruir críticamente los cimientos que sostienen los sistemas educativos que promueven estilos de vida insustentables, desafiando sus dispositivos de dominación, así como los discursos y prácticas que los generan. Solo de este modo estaremos construyendo una educación ambiental constitutiva del cambio social; una educación ambiental que empodere a las comunidades organizadas para impedir mediante la insurgencia política, la resistencia cultural, la resiliencia social y el pensamiento decolonial– que sus estrategias sean metabolizadas por el sistema. Una educación ambiental que sitúe la reflexión y la práctica pedagógica en problemáticas concretas, que permitan trascender las usuales medidas cosméticas y los granitos de arena que operan como lavados de conciencia que obstruyen la construcción de ciudadanía. Una educación ambiental generadora de sentidos emancipadores que hagan posible diseñar otros mapas simbólicos para guiar nuestras vidas.

Fuente: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20160823033518/LaEduacionAmbiental.pdf
Imagen: http://www.clacso.org.ar/clacso/novedades_editoriales/img_tapas/1138_Tapa.gif
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Argentina: Alumnos de 1° año de escuelas porteñas tendrán 10 días más de clases desde 2017.

America del Sur/ Agentina/22.11.2016/Autor y Fuente:http://www.novargentina.com/

El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, anunció que los alumnos de 1° año de las escuelas secundarias porteñas tendrán 10 días más de clases desde 2017, a raíz de la implementación de un curso para facilitar la transición desde la primaria con el objetivo de “mejorar la calidad educativa”.

“Una de las situaciones más traumáticas en la vida escolar de un chico es cuando pasa de la primaria a la secundaria”, sostuvo Rodríguez Larreta, y consignó que “en la Ciudad venimos haciendo evaluaciones hace ya cinco años, y lo que surge es que el primer año es la etapa en la que los chicos más dejan la escuela, justamente por este trauma que supone el cambio”.

La iniciativa del Ministerio de Educación porteño, que se realizará desde el 20 de febrero al 3 de marzo y será de asistencia obligatoria, busca fortalecer la equidad del sistema educativo y reforzar los contenidos de materias nodales como Lengua, Matemática y Metodología de Estudio.

Acompañado por el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, y la ministra de Educación,Soledad Acuña, el jefe de Gobierno destacó que la medida busca “acompañar” a los alumnos en el “cambio” que implica “pasar de una escuela primaria, más contenida, a una secundaria, que son más grandes y con más diversidad de temas”.

Además, Rodríguez Larreta inscribió esta iniciativa en el objetivo de “mejorar la calidad educativa”, con medidas como la Jornada Extendida para los alumnos de 6º y 7º de primaria y 1º y 2º de la secundaria, quienes “van a tener 9 horas más de clase por semana”, apuntó.

Por su parte, Santilli, consideró que “estos 10 días previos son muy importantes” porque ayudarán a los estudiantes a adquirir un “mecanismo pedagógico de aprendizaje en el primer año de un cambio de vida como es la secundaria”, por lo que agregó que “hay un paso gigantesco con lo ya anunciando en términos de las jornadas extendidas de clases”.

En tanto, Acuña indicó que “los profesores nos venían contando que siempre es más difícil esta etapa, porque los chicos, en primero y segundo año, se llevan más materias, desaprueban más, repiten y, después, terminan abandonando”.

Para desarrollar el curso, cada escuela designará a los docentes que estarán a cargo, y las clases de articulación tendrán lugar en la misma institución en la que los alumnos realizarán la secundaria.

Durante los 10 días de extensión, los estudiantes trabajarán con el apoyo de un cuadernillo por área, elaborados por especialistas y con actividades que relacionan los contenidos de las asignaturas con situaciones de la vida real y cotidiana.

Fuente: http://www.novargentina.com/nota.asp?n=2016_11_18&id=45533&id_tiponota=1

Imagen:http://www.novargentina.com/data/fotos2/bbx_352006568_clases.jpg

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Argentina: Acompañamiento de la comuna de avellaneda a las instituciones educativas en sus aniversarios.

Esta mañana, el intendente Ferraresi participó de las celebraciones en el Jardín de Infantes 905 y la Primaria 23.

America del Sur/Argentina/22.11 2016/Autor y Fuente:http://agenciaelvigia.com.ar/

El jefe comunal de Avellaneda, Jorge Ferraresi, participó hoy de dos actos en instituciones educativas locales, acompañando los festejos por su aniversario.

En primera instancia, el Jardín de Infantes N° 905, ubicado en Elizalde 12, de Avellaneda, celebró su 50° aniversario, con un acto en el que los chicos del nivel inicial protagonizaron coloridos cuadros musicales.

Allí, Ferraresi destacó en su discurso la importancia de “cuidar todo lo conseguido en el último tiempo en materia educativa, para no retroceder y permitir que los chicos sigan alcanzando todos sus sueños”.

Previamente la directora del Jardín, Analía Cruz, destacó el trabajo de la comuna “para garantizar los derechos a la educación y la inclusión”, además de expresar: “Los sueños de los chicos son el motor de nuestras acciones”.

Un rato más tarde, Ferraresi también concurrió a los festejos del 75° aniversario de la Escuela Primaria N° 23, de Gral. Acha y Pitágoras, en Gerli, donde fue recibido por su directora, Nora Mancuello y toda su comunidad educativa.


Los alumnos presentaron, mediante esquemas musicales y deportivos, las distintas épocas transitadas por el país y por la escuela desde el momento de su fundación.

“Hay que garantizar y poner en valor los derechos de los chicos, trabajando en pos de la igualdad de oportunidades”, expresó Ferraresi ante la gran cantidad de alumnos y padres presentes.

De ambas actividades también participaron la secretaria de Educación de Avellaneda, María Laura De Vincenti, el secretario de Cultura, Hugo Caruso, el presidente del Consejo Escolar, Fabián Díaz y otras autoridades educativas municipales y regionales.

Fuente: http://agenciaelvigia.com.ar/anoticia00071241.htm

Imagen: https://c8.staticflickr.com/6/5590/31094215295_9421e7e780_o.jpg

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Conciencia fonológica: metodología de enseñanza para leer y escribir que se impulsa en Argentina

América del Sur/Argentina/22 de noviembre de 2016/Fuente: Universia

Dada las dificultades de comprensión lectora que presentan los niños, desde el Gobierno se intenta cambiar el modo de enseñar a leer y a escribir.

Dada la dificultad que tienen los niños para comprender textos y aprender los diferentes contenidos académicos, problemática que repercute en la tasa de repetición y abandono escolar en Argentina,  el Ministerio de Educación planteó una nueva metodología de alfabetización llamada “Conciencia fonológica” para llevar a cabo en los primeros años de la enseñanza primaria. Esta nueva metodología se enfoca en la oralidad y en los sonidos de las letras y palabras para luego pasar a dominar la lectura y escritura. Conocé más detalles en esta nota.
Según publicó La Nación, la secretaria de Innovación y Calidad Educativa del Gobierno de la Nación, Mercedes Miguel, aseguró que se está analizando el tema de la lectoescritura desde el Instituto Nacional de Formación Docente (Infod) y se están reuniendo con especialistas. Por otra parte, Miguel confirmó al mismo medio que están interesados en impulsar la metodología conocida como «conciencia fonológica».

Actualmente el sistema de aprendizaje en nuestro país se basa en el enfoque psicogenético, un proceso de alfabetización basado en la interacción con estímulos de escritura, pero que según dijeron especialistas a La Nación, este método genera dificultades en la comprensión lectora que terminan repercutiendo en repetición y abandono de los estudios.

Si al leer, los niños no reconocen rápidamente las palabras, se les dificulta la lectura y no comprenden el contenido. Asimismo, si no reconocen rápidamente las palabras cuando les hablan, tampoco comprenderán lo que escuchan. Ante esta problemática, es por eso que se plantea una nueva metodología de enseñanza de lecto-escritura llamada “conciencia fonológica”.

Según la investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Ana María Borzone, nuestro sistema de escritura es alfabético, es decir, a partir de las letras se representan los sonidos de las palabras. Estas palabras son combinaciones de sonidos o fonemas y el niño cuando aprende a hablar, representa mentalmente los sonidos que forman las palabras. Los sonidos son unidades del habla y las letras de la escritura. Por lo tanto, el principio alfabético es fundamental para aprender a leer y escribir.

La conciencia fonológica acelera el aprendizaje de la escritura ya que a través de la repetición de palabras, se reconocen los sonidos. Este sistema, llevado a cabo en Cuba y Finlandia, establece que para reconocer palabras escritas lo importante será darse cuenta que están formadas por letras y que cada una de las letras representan un sonido.

El debate de cuál es la mejor metodología es mundial y viene desde hace tiempo. En países como Estados Unidos este debate repercutió en que se adoptara la conciencia fonológica en 1997.

A continuación, te presentamos algunas características de ambas metodologías:

Alfabetización y lectura (metodología clásica):

  • Se basa en el contacto de los niños con experiencias de escritura y lectura (cuando escuchan a alguien leer un texto, hablar o ven escribir).
  • El aprendizaje del alumno proviene de estímulos de su entorno.
  • El docente estimulará la escritura en sus alumnos a través de dictados y lectura diaria.
  • Es un sistema educativo basado en los estímulos del entorno, por lo tanto, no logra llegar a los sectores desfavorecidos.

Conciencia fonológica (nueva metodología):

Fuente: http://noticias.universia.com.ar/educacion/noticia/2016/11/21/1146332/conciencia-fonologica-metodologia-ensenanza-leer-escribir-impulsa-argentina.html

Imagen: noticias.universia.com.ar/net/images/educacion/c/co/con/conciencia-fonologica-metodologia-ensenanza-leer-escribir-argentina-universia.jpg

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Micropolíticas del deseo y Macri-políticas del encierro

America del Sur/Argentina/Noviembre 2016/Marino Pacheco/http://www.rebelion.org/

La reciente modificación de la Ley Nacional de Salud Mental, que vuelve a poner el foco en la enfermedad y la reclusión, trajo otra vez a escena una lucha que ya lleva años.

El viernes 7 de octubre, bajo la consigna “La salud mental se planta, que broten nuestros derechos”, una nutrida columna se desplazó por las calles de Córdoba capital, en la tercera edición de la Marcha por el Derecho a la Salud Mental, que este año logró realizarse en coordinación con otras ciudades del país y del mundo.

“Históricamente, las personas con padecimiento mental han sido consideradas y denominadas como locos peligrosos, locos delincuentes, locos incapaces. Por esto han sido objeto de castigos y las respuestas que han dado fueron desde acciones piadosas, de reeducación hasta control por medio del aislamiento, encierro y medicalización”, destacaron desde el colectivo organizador de la Marcha en Córdoba, integrado por psiquiatras y psicólogos, usuarios y estudiantes de psicología, pero también estudiantes de otras carreras universitarias, comunicadores y talleristas, personas sensibilizadas y comprometidas con la situación de la salud pública en general.

Seguramente la reciente derogación de la resolución 1.484 de la Ley Nacional de Salud Mental, llevada adelante por el gobierno de Mauricio Macri, haya reavivado ciertas indignaciones y promovido mayores procesos de movilización, en un sector que viene ejerciendo acciones de resistencia y creación desde hace años. La resolución 1.484 fue aprobada en 2015 y establecía el plazo de un año para reducir el cupo “mínimo de camas” en las instituciones psiquiátricas, tanto públicas y privadas, en el camino hacia sustituir estas instituciones por nuevos espacios, regidos por otras lógicas, sostenidas sobre otros paradigmas.

Esta avanzada del Ministerio de Salud de la Nación sobre una ley que de todos modos no había logrado implementarse plenamente, permite un claro paso adelante de los sectores que promueven la privatización y la medicalización de la salud.

De allí que desde la organización de la movilización realizada el viernes hayan denunciado la disminución del presupuesto destinado a salud mental, así como también que desde el Estado no se haya avanzado en la creación de una red de abordaje integral y una institucionalidad que permita controlar y erradicar las prácticas manicomiales. Plantarse, entonces, sostuvieron desde la movilización, para exigir equipos de salud mental en los barrios, que funcionen con dinámicas interdisciplinarias y comunitarias; para reclamar por la readecuación de los servicios de salud mental en hospitales generales; para exigir dispositivos con participación ciudadana real en la implementación de las políticas públicas; para que se brinde atención infanto-juvenil a través de dispositivos apropiados y para que la medicalización no sea la principal respuesta; para que se diversifiquen las respuestas con dispositivos sustitutivos al manicomio y para que la internación sea efectivamente el último recurso, sin dejar de ser respetuosa de los derechos de las personas y de sus particularidades culturales .

“Todos los abordajes comunitarios en salud que se vienen realizando son los más avanzados. Desde la década del 70 la salud está invadida por la creación de necesidades, la venta de medicamentos y toda una dinámica que sostiene a los laboratorios”, comenta Alejandro Vainer, uno de los editores de Topía. Revista de psicoanálisis, sociedad y cultura, que desde hace 25 años dirige Enrique Carpintero. Para Vainer, el abordaje territorial, comunitario de la salud mental es muy importante, ya que no considera a la salud mental aislada del resto de abordajes en salud comunitaria que puedan hacerse territorialmente, que a su vez están inscriptos “en una concepción de salud no privatista sino pública y universalista”.

Para muchos especialistas, más allá de sus límites, la gran virtud de la Ley Nacional de Salud Mental argentina (promulgada por el Congreso de la Nación en 2010 y reglamentada luego de un decreto en 2013) radica en el hecho de que en ninguna parte del texto se hable de “enfermedad mental” ni de “tratamientos”, sino de “padecimiento mental” y “procesos de atención” a los “usuarios”.

Incluso algunos referentes en la materia, como Vicente Galli (Director Nacional de Salud Mental entre 1984 y 1989), han destacado la eficacia de este tipo de abordajes en contraposición a los sostenidos sobre el paradigma de las “hiper-especialización” y la “medicalización”. Galli, por ejemplo, reivindica el abordaje “Comunitario, Colectivo y Territorial” de la salud mental desde una perspectiva de “interdisciplinariedad” que, lejos de borrar o diluir las responsabilidades específicas, las sitúa en una “perspectiva integradora”, cuyo eje está puesto en las tramas colectivas, en “equipos interdisciplinares” y “saberes no disciplinables”.

Cambiar de paradigma

En el libro Vivir sin manicomios. La experiencia de Triste, publicado hace algunos años por editorial Topía, su autor, Franco Rotelli, destaca la importancia de concretar los derechos consagrados en los textos de las leyes.

El psiquiatra italiano pone énfasis en la necesidad de cambiar de paradigma: no sólo sobre el hospital y la psiquiatría, sino además sobre la mirada que el propio psiquiatra tiene de sí mismo, y de la locura. Porque el cambio de paradigma, dice, implica además un cambio en las relaciones de poder. Y también un abordaje diferente en la agenda de trabajo.

Rotelli rescata de la Ley 180 italiana, que fue un referente mundial en la temática, quince “principios operativos” que, de modo sintético, podríamos resumir a través de una serie de énfasis: en el sujeto y no en la enfermedad; en una crítica al manicomio; en la necesidad de participación ciudadana; en la definición de “no neutralidad” de clase de los “aparatos psíquicos”; en las necesidades concretas de los usuarios y la necesidad de combatir el estigma y la exclusión social; en la posibilidad de definir “la libertad” como un espacio en el que es posible imaginar un “encuentro” más allá de la “enfermedad”; en las modalidades colectivas de los tratamientos; en la dimensión afectiva y el respeto por la diversidad; en el valor “terapéutico” de las múltiples prácticas de la vida cotidiana y, finalmente, en el “valor emancipador general” de las prácticas específicas de la salud mental, que pueden ser pensadas como “laboratorios” para políticas más en general, que apuesten a “un cambio radical de las instituciones”.

Por otra parte, el autor subraya el necesario doble trabajo de deconstrucción de las estructuras psiquiátricas y la construcción del proyecto que, en el caso de Trieste, encontró en las cooperativas un rol central. Grupos de teatro, video, diseño gráfico, limpieza, venta de productos fabricados por los propios usuarios o talleres como los de teatro, danza, música, cerámica o alfabetización, resultaron de vital importancia para el proceso de “desmanicomialización” que aconteció en Italia, junto con lo aquello que Rotelli denomina como “contaminación”, es decir, como una “trama de intercambios” entre el mundo “normal” y el otro. Contaminación que parte de la necesidad de cuestionar el “viejo módulo separado” (del médico/psicólogo) para convertir a las experiencias en “laboratorios de producción de relaciones y de conexiones”. “La empresa social comprende no solamente la activación de cooperativas de formación y de trabajo, sino el conjunto de iniciativas culturales, de conexión entre todas las agencias que construyen gradualmente en la ciudad el derecho de ciudadanía”, especifica.

Ese paradigma que -sólo en parte- la Ley Nacional de Salud Mental contempla (¿contemplaba?), es sobre el que el macrismo, como en otras esferas de la vida social, se propone avanzar para desarticular barriendo la cancha (como se dice popularmente), para abrirle nuevamente paso a las formas clásicas de entender la salud desde la enfermedad como correlato del control social.

Basado en la experiencia de desmanicomialización desarrollada en Trieste, Franco Rotelli argumenta que el desarrollo de una “empresa social” coincide con la necesidad de implementar una “acción habilitadora” y “rehabilitadora”, es decir, que apueste a la emancipación. Para ello, concluye, son necesarias la fuerza “de los movimientos sociales, un nuevo protagonismo de los pacientes y un largo proceso de autocrítica dentro de las corporaciones profesionales”.

Enclaves comunitarios

Durante el último fin de semana de noviembre (los días 25, 26 y 27), en la Copi de Villa Carlos Paz, se realizará el 6° Encuentro de Prácticas Comunitarias en Salud. Dicho encuentro trabaja con “Comisiones Organizadoras Regionales” que funcionan de manera permanente en Buenos Aires, Rosario, Mendoza y La Plata, y suele realizar durante el año pre-encuentros en las distintas ciudades. Hasta el momento se han realizado encuentros en Buenos Aires (2011 y 2012), La Plata (2013), Rosario (2014) y Mendoza (2015).

El Encuentro de Prácticas Comunitarias en Salud es un conjunto de servicios, instituciones, ONGs, agrupaciones políticas, sociales y profesionales, agrupaciones estudiantiles, organizaciones vecinales, micro-emprendedores, equipos de atención y personas del campo de la salud mental de todo el país, articuladas en red en pos del desarrollo de la salud comunitaria.

El mes pasado, cuando visitó Córdoba para participar del Pre Encuentro de Prácticas Comunitarias en Salud, Vicente Zito Lema rescató el “valor de eso” de las prácticas comunitarias frente al “valor de cambio” que propone la medicina hegemónica, que -dijo- “transforma todo en un negocio”, hasta lo más sagrado, “como es nacer y morir”. Frente a esos paradigmas, las resistencias se multiplican y se hacen oír. Movilizaciones como las del viernes, encuentros como el programado para noviembre, no hacen más que evidenciar que hay un creativo reverso de potencia social al “pragmatismo neoliberal” propuesto por el macrismo.

Fuente: http://revistazoom.com.ar/micropoliticas-del-deseo-y-macri-politicas-del-encierro/

Fuente:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=218056

Fuente imagen

https://lh3.googleusercontent.com/aQLLlA8akO-uLmO6fipR9T33-jkcbdBBaTOlSbrPYG7VVE6RFwppVSlEmB5VaKSia5L2Y-g=s85

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“La ética convergente es capaz de eliminar conflictos concretos, nunca la conflictividad”

América del sur/Argentina/Noviembre 2016/Noticias/http://www.telam.com.ar/

Doctorado en Filosofía por la Universidad de Maguncia (Alemania), discípulo de Karl Otto-Apel y presidente de la Asociación Argentina de Investigaciones Eticas, Ricardo Maliandi pasa la mayor parte de sus días en Mar del Plata, ahora coordinando las próximas Jornadas Nacionales de Filosofía Práctica que tendrán lugar muy pronto en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES).

Por Pablo E. Chacón

Maliandi es una de las pocas personas que puede acreditar una titulación como filósofo. Premio Konex 1986 por su especialización en ética, en 2012 obtuvo el Premio Nacional en la categoría Ensayo Filosófico.

Nacido en La Plata en 1930, es el teórico de la ética convergente. Publicó, entre otros libros, dos volúmenes de su especialidad (y un tercero en prensa), Etica: conceptos y problemasValores blasfemos y Volver a la razón.

Esta es la conversación que tuvo con Télam.

T : Cuénteme sobre las próximas Jornadas en la UCES. 
M : Se trata de unas Jornadas Nacionales de Filosofía Práctica, organizadas por dos instituciones a las que pertenezco: la UCES (Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales) y la ANCBA (Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires). En la primera de ellas dirijo la Licenciatura en Filosofía, en la que además dicto la asignatura Ética; en la segunda soy Académico titular y dirijo la Sección de ética del Centro de Estudios Filosóficos. De modo que me he hecho cargo de esto como una actividad de extensión en mi carácter de miembro de ambas instituciones.  Las Jornadas tendrán lugar en una de las sedes de la UCES (Paraguay 1338) los días 9 y 10 de octubre próximo. La idea surgió a través de un diálogo con Guillermo Lariguet, amigo y colega de la Universidad Nacional de Córdoba, donde es Profesor de Filosofía del Derecho. Pensamos que vendría bien un debate filosófico en el que se convocara a diversos especialistas sobre cuestiones que constituyen actualmente motivos de preocupación general, como las de género, aborto, contaminación ambiental, política y economía. Pude haber agregado, desde luego, más problemas y más participantes, pero en estas cosas también es necesario establecer algunos límites, sobre todo de espacio y tiempo. Tenía una larga lista de colegas, tanto de Buenos Aires como del interior, a los que hubiese querido invitar, y en razón de los mencionados límites tuve que restringirme a unos pocos. Les he enviado a los demás invitaciones a que se acerquen por lo menos para intervenir en las discusiones, y espero que algunos concurran. En compensación, tampoco yo presentaré esta vez comunicación. Mi labor ha consistido en armar las diversas mesas (cada una con tres expositores y un coordinador) y espero participar en las discusiones.

Las mesas del primer día tratarán temas más bien generales: las diversas orientaciones actuales de la filosofía práctica: la fenomenológica, la kantiana, la hegeliana, la analítica y la latinoamericana. Tampoco son las únicas, pero entre ellas se puede obtener una imagen aproximada de cómo se mueve hoy la filosofía en su consideración de problemas prácticos. El segundo día se abordarán los problemas concretos ya mencionados. Tengo que mencionar especialmente que el cierre se hará con una conferencia del doctor Bernardo Kliksberg, uno de los mayores representantes de los actuales esfuerzos por mostrar las implicaciones éticas de la economía.

T : ¿Cómo definir en pocas palabras la ética convergente de la cual tengo entendido, está por salir un tercer tomo?
M : La ética convergente es una propuesta filosófica programática en la que he venido trabajando durante décadas, desde cuando era investigador del Conicet, cargo en el que obtuve hace ya tiempo mi jubilación. El sentido de convergencia es aquí doble: alude por un lado al intento de articular aportes de dos teorías éticas elaboradas en el siglo XX: la axiológica de Nicolai Hartmann y la discursiva de Karl-Otto Apel. De la primera he tomado su peculiar percepción de la conflictividad en las cuestiones morales, y de la segunda su criterio de fundamentación ética, precisamente en una época proclive al escepticismo en ese ámbito. La convergencia es a mi juicio el modo racional de resolver conflictos.

Sostengo que los principios éticos son criterios racionales para resolver o evitar conflictos concretos; pero el problema subsiste porque hay al menos cuatro principios, y dado que una actitud moral no puede prescindir de ninguno de ellos, la única alternativa racional es el intento de maximizar la convergencia, que a su vez resulta posible debido a la complejidad de cada principio. Si las exigencias emanadas de ellos fuesen monolíticas, la convergencia quedaría excluida. Pero como son polisémicas (ambiguas), siempre se puede alcanzar algún grado de conciliación. La ética convergente es un intento de mostrar que la moralidad es más compleja de lo que suele creerse, y que no es razonable optar por el cumplimiento óptimo de algún principio determinado, porque ello implica la transgresión de otro u otros. Compárese con  el famoso chiste de Groucho Marx: Estos son mis principios; si no les gusta, tengo otros. Es un modo irónico de aludir a la falta de principios. Pero en ética convergente puede decirse, muy en serio: Cumpliré estrictamente con este principio; por lo tanto, transgrediré los demás. Hartmann vio muy bien que el principal problema ético no es el de la contraposición entre lo bueno y lo malo, sino la que se da entre lo bueno y lo bueno, o entre lo malo y lo malo. Y Apel demostró que hay exigencias normativas necesariamente presupuestas en cada acto de argumentación, pero también que ellas no pueden cumplirse siempre. La ética convergente tiene en cuenta y reelabora ambos aportes.

T : ¿Cómo y cuándo conoció a Karl Otto-Apel, y qué fue lo fundamental de aquel encuentro?
M : Cuando yo trabajaba (hace ya más de 50 años: de1960 a 1964 ) en mi tesis doctoral, sobre Hartmann, en la Universidad de Maguncia, en Alemania, Apel estaba haciendo su tesis de Habilitación con Gerhard Funke, quien era a la vez mi co-director de tesis doctoral (mi director era Fritz-Joachim von Rintelen), y de quien tuve las primeras noticias de Apel. Pero no conocí personalmente a éste sino mucho después, en 1975 (cuando era ya investigador del Conicet y profesor de Ética en la UBA) en un congreso que había organizado en Grecia la Federación Internacional de Sociedades de Filosofía. El encuentro decisivo, sin embargo, fue en 1981, cuando lo visité en su casa en el Taunus y tuvimos un largo diálogo de unas ocho horas.

Por primera vez entendí bien su pragmática trascendental (a su vez un sorprendente modo de articular el trascendentalismo kantiano con la filosofía lingüística) y la ética del discursoque de ella deriva. Lo fundamental fue que me presentó algo que yo buscaba desde hacía años: una fundamentación apriorística de la ética que fuera real y racionalmente sustentable. Era también una prueba de que en filosofía siempre puede aprenderse algo nuevo. Yo tenía ya 51 años y había vuelto a encontrar un maestro. Puedo decir que a partir de aquel diálogo comencé a elaborar mi idea de una ética convergente. Entablamos con Apel una amistad que se mantiene desde entonces, y nos hemos encontrado muchas veces, en Alemania, en Argentina, o en otros lugares en ocasión de congresos, como en Boston y en Moscú. Con dos colegas argentinos, y también viejos amigos, Julio De Zan, de Santa Fe, y Dorando Michelini, de Rio Cuarto, hemos difundido el pensamiento de Apel en nuestro país. Luego fueron sumándose otros, ex discípulos como Alberto Damiani, Andrés Crelier, Gustavo Salerno o Leandro Paolicchi.

T : Leyendo algunas de sus cosas, me entero de sus reflexiones sobre la técnica. Al respecto, dos cuestiones. ¿Qué piensa de su desarrollo respecto de la ética? ¿Está la ética atrasada respecto a la técnica? Y la segunda: su opinión sobre la idea de obsolescencia humana, de Günther Anders.
M : Desde mis reflexiones sobre la técnica, que estuvieron vinculadas a mi interés por la antropología filosófica, ha pasado mucho tiempo. No es que el tema haya dejado de interesarme, sino que la cuestión de la ética convergente logró absorberme con más fuerza. Es cierto que entre la ética y la técnica hay diversas relaciones, y de alguna de ellas he seguido ocupándome. No tanto de la comparación entre los desarrollos de ambas, ni de la influencia que lo técnico ejerce sobre las concepciones morales, sino más bien del tipo de ética aplicada que se ocupa de la técnica. En mi caso, especialmente en el caso de la biotecnología.

Pero vayamos por partes. Actualmente la reflexión sobre la técnica ha llegado a erigirse como una nueva disciplina, la filosofía de la técnica, que exige dedicación especial. Un ex-alumno marplatense, Diego Parente, lo ha hecho, y ahora me discute mi vieja concepción protésica de la técnica, en la que, no obstante, sigo creyendo. Pero tengo que recurrir ahora a él cuando quiero actualizar mi información sobre algún aspecto particular de ese tema. En lo que sí, en cambio, he seguido trabajando (al menos parcialmente) en relación con la técnica, es en la propuesta de lo que he llamado principios bio-tecno-éticos, que son una especificación de los principios cardinales expuestos en mi Ética convergente y de los llamados principios de ética biomédica, de Beauchamp y Childress y ya clásicos en la Bioética.

De Günther Anders había oído hablar ya cuando estudiaba en Alemania, en una época en que aún proseguía el largo proceso de desnazificación. Pero aunque sus ideas (conocidas más a través de comentaristas) me interesaban y me siguen interesando, nunca las estudié sistemáticamente. Me alegra saber que su libro sobre la obsolescencia del hombre se ha traducido al castellano, y trataré de conseguirlo. Sólo leí de él, parcialmente, sus cartas a Klaus Eichmann. En líneas generales, le digo que actualmente en la técnica advierto ante todo los aspectos conflictivos: la técnica se nos ha vuelto imprescindible y peligrosa a la vez. Es tan malo padecer tecnofilia como tecnofobia. Nuevamente, lo razonable tiene que ser alguna forma de convergencia.

T : ¿Cómo pensar al cachorro humano respecto de otros animales superiores y cómo articular su deducción con la ética convergente?
M : En la actualidad, la cuestión de los derechos de los animales ha comenzado a tomarse en serio, y esto implica una ampliación de la tematización ética. Pero creo que hay aún mucho camino que andar todavía antes de arribar a concepciones suficientemente claras. En la ética convergente no he introducido el tema hasta ahora, pero pienso que es algo posible. Por de pronto, la duda acerca de si tenemos derecho a comer animales, y la consecuente asunción del vegetarianismo, abre la puerta a un tema menos frecuente pero asimismo legítimo: el del derecho de los vegetales. Es cierto que hacer diferencias entre la especie humana y las especies animales equivale a incurrir, como dice Peter Singer, en especismo, algo similar al racismo. Pero  creo que el vegetarianismo podría considerarse una forma de reinismo, es decir, de dar privilegio al reino animal sobre el vegetal. Lo que en el fondo ocurre es que la vida misma es esencialmente conflictiva: los seres vivientes viven a expensas de otros seres vivientes. Dicho muy escuetamente, se me ocurre que la única convergencia posible tiene que combinar el respeto a la vida con el reconocimiento de que ese respeto nunca puede ser óptimo.

T : ¿Es usted optimista, pesimista sobre el futuro de la humanidad bajo el despiadado régimen del capital-parlamentarismo extractivo?
M : Ser optimista o pesimista es optar por extremos. Pienso que la actual situación mundial provocada por el neoliberalismo es muy grave, pero también que hay una serie de acontecimientos y signos de que, sin dejar de estar alerta frente a la probabilidad de grandes desastres, aún es posible guardar alguna esperanza. No una esperanza utópica o ingenua, en el sentido de creer que sea posible alguna vez la conciliación y el bienestar generalizados; pero sí la de que las cosas puedan mejorar. O de que, por ejemplo, como dice Galeano, la libertad y la justicia, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, vuelvan algún día a unirse, espalda contra espalda. Ese tema ilustrará la tapa y será mencionado en la contratapa del tomo III de mi Ética convergente, que está en imprenta y espero ver aparecer muy pronto. Para la ética convergente es posible resolver o evitar conflictos concretos, pero no es posible eliminar  la conflictividad, y esto significa que siempre habrá conflictos, porque la solución de cada conflicto es la fuente de algún conflicto nuevo. Es lo que distingue también a los regímenes totalitarios de los democráticos. En aquellos se cree que es posible eliminar la conflictividad, mientras que la democracia tiene como fundamental condición la de reconocer la estructura conflictiva de las interrelaciones sociales.

Fuente:

http://www.telam.com.ar/notas/201309/34565-la-etica-convergente-es-capaz-de-eliminar-conflictos-concretos-nunca-la-conflictividad.html

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/5aVUx93GQ5h_a8qOiaWOZ7DwTO26c6bxttFZ2_Qy7VcctKGDjUEIX87IK8odmKmx104AM6g=s85

 

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