………………………………………………………………………… Colección Antologías del Pensamiento Social Latinoamericano y Caribeño.
ISBN 978-987-722-205-0
CLACSO.
Buenos Aires.
Diciembre de 2016
Aunque aparecen abordados desde flancos distintos, los temas que configuran la obra ensayística de Fernández Retamar confluyen todos, directa o indirectamente, en uno solo, que yo caracterizaría como el de la lucha contra la razón colonial que hace medio milenio Europasembró en esta ribera del Atlántico para perpetuar su dominio ad infinitum . Dominio que acabó por tener que transferir a los Estados Unidos –o mejor sea decir, estos le arrebataron– a medida que imponían su liderazgo. Y en las raíces de esa lucha se asientan las esencias formativas de una razón opuesta, anticolonial, en la cual el destino cubano se destaca, como ninguno, en rebeldía sin fin, opuesto al que se le quiso y se le quiere definir desde el Norte.
Los quince trabajos que la integran, cuidadosamente seleccionados por su autor, han sido publicados entre 1965 y 1997, e incluyen ensayos, artículos sobre temas puntuales y conferencias, que nos conducen de manera radial al núcleo de su consistente pensamiento anticolonial.
América del Sur/Argentina, 16 de Diciembre de 2016. Fuente: La Nación. Autora: Nora Bär
Da ternura ver a tantas madres y a tantos padres cuyos vástagos todavía no tienen edad para deambular solos por la ciudad apresurarse para llevarlos a actividades extraescolares de todos los colores (yudo, inglés, guitarra, teatro, origami…). No importa en qué escalón social le toque a uno criar a sus hijos, intuitivamente sabe que lo esencial para encarar el futuro es la educación. Los que pertenecemos a la llamada «clase media» queremos ofrecerles, dentro de nuestras posibilidades, un banquete cultural que nutra su curiosidad y sus potencialidades innatas. Son tardes de trotamundos, frecuentemente con varios hermanos, unos haciendo los deberes sentados en el piso mientras otros terminan con sus clases y, al final de la jornada, comentando las novedades del día en el camino que separa las casas de la parada del bus o el subte.
Miles de familias se embarcan en estas epopeyas en miniatura y dejan de lado aparentes comodidades cotidianas con tal de adquirir una formación que puede cambiarles la vida. Si se les preguntara, no se les ocurriría relegar esas actividades por comprarse unas zapatillas de moda o disfrutar de unos días de vacaciones en la costa o la montaña.
Claro que no es una ecuación fácil de resolver. Porque, aunque ayuda, no basta con tener nuevo mobiliario y pantallas para todos. Ya lo dijo Ernesto Sabato en 1998: «El problema de la educación no se resuelve con técnicas más complejas o con la aplicación de modernas computadoras (…) sólo superaremos la crisis (…) fomentando la capacidad de asombro y los grandes cuestionamientos acerca de la existencia». Así como es imposible hacer ciencia de gran nivel sin científicos brillantes, no se podrá enriquecer la educación si carecemos de buenos maestros.
Desde los griegos en adelante, todo sistema educativo expresa los valores de una sociedad. Sin tecnologías digitales, Sócrates enseñaba por medio del diálogo. En La vida cotidiana en el año 1000 (Ediciones Temas de Hoy, 1999), Edmond Pognon cuenta que en las escuelas de las abadías de esa época, abiertas a ricos y pobres, es muy probable que la enseñanza fuera exclusivamente oral, porque sólo se podía leer y escribir en latín, y que consistiera en algunas reglas elementales de cálculo mental, y sobre todo en aprender de memoria textos religiosos. «Las sanciones eran crueles: el látigo por cualquier despropósito -dice-. Si el niño reincidía, lo ataban y lo enviaban al calabozo.»
Es una empresa que excede los retoques administrativos. No basta con desearlo, porque, aunque sea una perogrullada, ya se sabe que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. Tenemos que hacer que ocurra.
Se lo debemos a nuestros chicos y a tantos otros como Efraín, el niño qom que acaba de convertirse en el primero de su familia que termina la escuela primaria. Sus lágrimas y las de su abuelo Ángel, que estremecieron el convencional vanguardismo de las redes sociales, son un compromiso que no podemos soslayar. Perdón, que no debemos soslayar.
Alejandro Grimson. Daniel Mato. Alejandro Maldonado Fermín. Eduardo Domenech. Rossana Reguillo. Marcelo Carvalho Rosa. Eliseo Colón. Pablo Semán. Ruben George Oliven. Victor Vich. Carlos Alberto Steil. Isabel C. M. Carvalho. Myriam Jimeno. Teresa Cáceres Ortega. Caleb Faria Alves. Juan Poblete. Claudia Briones. Lorena Cañuqueo. Laura Kropff. Miguel Leuman. [Autores de Capítulo]
Colección Grupos de Trabajo.
ISBN 978-987-1183-69-2
CLACSO.
Buenos Aires.
Julio de 2007
Neoliberalismo es, generalmente, sinónimo de un tipo de política o modelo económico. En este libro, neoliberalismo se refiere también a la configuración sociocultural que hace posible, y que resulta de, esa forma de la economía y la política. La pregunta que recorre estos textos alude a las condiciones históricas de la imaginación social que tornaron posibles y emergieron como consecuencia de las políticas neoliberales. El desafío consiste en realizar un análisis y balance del período que se abre en diferentes países latinoamericanos entre fines de los años ochenta e inicios de los noventa. Como configuración cultural que excede un tipo de gobierno o de política económica, el neoliberalismo incidió (e incide) en los modos en que el mundo es narrado, en los sentidos adjudicados al pasado y el futuro, en las características de los proyectos intelectuales, en las prácticas de la vida cotidiana, en la percepción y uso del espacio, en los modos de identificación y acción política. Comprender los sentidos comunes como cultura tiene una larga tradición, a la vez que adquiere, en cada circunstancia, una implicancia política. Interrogarse por los sentidos comunes, en plural, implica no sólo preguntarse por la institución de la hegemonía, sino también por su eficacia sobre los sectores que subalterniza. El Grupo de Trabajo Cultura y Poder del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) se propuso, a través de trabajos de investigación, desnaturalizar los sentidos instituidos en nuestros países acerca de cómo debe operar e intervenir un sujeto en el escenario público, con cuáles categorías puede o debe identificarse; acerca de la relación entre lo privado, el consumo y los consensos simbólicos; acerca de los proyectos políticos y el papel de los intelectuales.
Argentina/Diciembre de 2016/Fuente: Misiones on line
Durante la reunión de cierre de las actividades anuales, la coordinadora, diputada Silvana Giménez, hizo un balance de lo actuado durante el 2016. Destacó la gestión de donaciones y créditos, y anticipó los temas sobre los cuales continuarán trabajando.
La legisladora resaltó el rol de los distintos actores de la sociedad civil: “es un lugar de conocimiento e innovación donde asociaciones, escuelas y universidades, vienen y exponen su trabajo”, expresó.
“Desde la Legislatura, este espacio es cedido y apoyado por el presidente, Carlos Rovira”, precisó Giménez.
Contó que, entre las actividades, estuvieron “visitando las ecoescuelas, en el trabajo que vienen haciendo con las huertas escolares y diferentes programas que se han desarrollado”.
“La comisión trabajó también con el programa de pequeñas donaciones, de Naciones Unidas, mediante el cual se brinda apoyo a diferentes cooperativas y asociaciones, que ahora están en pleno proceso de aprobación para obtener fondos destinados a sus proyectos”, informó.
También se gestionaron créditos a través del Consejo Federal de Inversiones, añadió la legisladora.
La coordinadora anticipó que, para el 2017, el eje prioritario seguirá siendo el cuidado del ambiente: “Misiones es vanguardia a nivel nacional con la cantidad de legislación y las áreas naturales protegidas; tenemos más del 70 por ciento de la biodiversidad del país”, resaltó.
“El cuidado de nuestros bosques es emblema de nuestra provincia, así que vamos a seguir trabajando en ese mismo camino”, adelantó.
El gobierno bonaerense derogó hoy la resolución que impedía los dispositivos tecnológicos para uso pedagógico en las aulas, entre ellos los celulares, aunque dejó a criterio de cada establecimiento escolar si habilita o no su utilización, según anunció el director General de Cultura y Educación provincial, Alejandro Finocchiaro.
En 2006, el gobierno bonaerense prohibió la utilización del teléfonos celulares en las escuelas públicas tanto para docentes como alumnos. A través de la resolución 1728, firmada por la entonces titular de la cartera educativa, Adriana Puiggrós, prohibió en todo el sistema educativo la utilización de celulares dentro del ámbito escolar y en el horario de clase.
Las autoridades educativas aseguraban que el uso de teléfonos en el aula “descentra y desconcentra el proceso de enseñanza-aprendizaje” y sostenían que “para cada medio de comunicación existe un espacio propio de utilización”.
En 2006, muchos padres rechazaron la medida con el argumento de que se sentían más seguros si sus hijos portaban un celular, ya que les permite ubicarlos y comprobar si no corren ningún peligro. Las autoridades educativas les respondieron que durante la permanencia de los estudiantes en las escuelas “se encuentran dentro de la esfera de custodia integral de los docentes que conducen el proceso de aprendizaje”.
América del Sur/ Argentina/15 de diciembre de 2016/Fuente: la nación
Se trata de Silvana Corso, candidata al Global Teacher Prize, considerado el Premio Nobel de educación, que entrega un millón de dólares al docente ganador
directora de una escuela secundaria pública de la Ciudad de Buenos Aires a donde van más de 500 alumnos, en su mayoría adolescentes llegados desde Fuerte Apache y chicos con problemas severos como parálisis cerebral, hidrocefalia, espina bífida y esquizofrenia, acaba de ser elegida entre los 50 finalistas al Global Teacher Prize, el galardón que es considerado el Premio Nobel para el mejor maestro del mundo y que premia con un millón de dólares al docente ganador.
Se trata de Silvana Corso, de 46 años, profesora de historia y directora la Escuela de Educación Media Nº2 «Rumania», en el barrio porteño de Villa Real, cercano a Fuerte Apache. Hace más de diez años que Corso llevó a su escuela la preocupación por la inclusión de alumnos con capacidades especiales y desde entonces se convirtió en el foco de su trabajo docente.
Corso llega a esta pre selección junto a docentes de 37 países diferentes, elegidos entre 20 mil maestros nominados en 179 países. Esta es la tercera edición del Global Teacher Prize, una iniciativa de la Fundación Varkey, una organización sin fines de lucro que incentiva la docencia de excelencia con el objetivo de garantizar educación de calidad para los chicos de sectores vulnerables. La Fundación Varkey fue fundada por el multimillonario nacido en India, Sunny Varkey, un emprendedor renombrado en el sector educativo por su cadena GEMS de escuelas privadas.
«En 2030 se necesitarán 30 millones de maestros en todo el mundo. ¿De dónde van a salir si la profesión está devaluada y nadie quiere convertirse en maestro? El premio busca desandar ese camino», le decía el CEO de la Fundación Varkey, Vikas Pota, a LA NACION el año pasado.
El legado de Catalina
«La escuela inclusiva se construye todos los días -le dice Corso a LA NACION, a pocas horas de haber recibido la noticia de su nominación-. Cada día es un desafío lograr que los chicos aprendan y promocionen. En nuestra escuela no hay barreras no importa los problemas con los que los chicos lleguen o vengan de donde vengan. No hay selección alguna. Se los incluye a todos».
«Trabajo en contexto de riesgo, de vulnerabilidad y pobreza -relata Corso-, con chicos judicializados o de familias judicializadas, alumnas adolescentes que ya son madres». Desde que fue fundada en 1990, la escuela Rumania que dirige Corso tuvo como objetivo incluir a poblaciones vulnerables en lo social.
La inclusión de alumnos con discapacidades físicas y mentales, en cambio, fue una preocupación encarada por Corso. «Me propuse ampliar el concepto de vulnerabilidad y de inclusión. Ahora podemos adaptarlo a todos», explica la docente y agrega: «Faltaban las Catalinas y Catalinos»
Corso se refiere a chicos con desafíos similares a los que tuvo que enfrentar su hija Catalina, que murió a los 9 años en 2009. «Cata se asfixió al nacer con el cordón umbilical. Quedó con parálisis cerebral severa.», relata Corso. Finalmente, en plena epidemia de Gripe A, Catalina murió de una infección pulmonar
A pesar de que Catalina respiraba por traqueotomía, comía con botón gástrico, se movilizaba en silla de rueda postural porque no podía sostener la cabeza ni el tronco, no veía ni escuchaba, pudo empezar su escolaridad en un jardín de infantes común, donde pudo integrarse.
No sólo la historia de su hija inspiró a Corso. Su propia biografía, también. Su escuela primaria estuvo signada por el dictamen de sus maestras establecieron que decretaron casi la pequeña Corso no estaba en condiciones de aprender y convenía que se dedicara a aprender corte y confección o cocina en lugar de seguir estudios secundarios.
«Durante toda la primaria fui pasando de grado más por voluntad de las maestras que por aprendizaje real. Yo no lograba entender y aprender», recuerda. «Iba a la escuela a la mañana. Entraba llorando y salía llorando. La tarde era mi único momento de felicidad. A la noche, volvía a sufrir imaginando la mañana siguiente. El problema era que no sabía estudiar», rememora.
A pesar de todo, inspirada por el hogar esforzado donde creció, acompañada por su padre Julio, un pintor de carteles cuya educación terminó con su escuela primaria, y su mamá, Vicenta Ortega, un ama de casa que no sabía leer y escribir, Corso empezó la secundaria y logró terminar, al mismo tiempo que estudiaba corte y confección. Fue la única de los tres hijos del matrimonio Corso que obtuvo el título secundario.
«En primer año me enseñaron a estudiar», remata y reflexiona: «Cuando estaba en primaria, en mi caso que no tenía en realidad ninguna discapacidad real, nadie se preguntaba por mí, porqué no aprendía y cómo podían ayudarme para que aprendiera. Con Cata aprendí todo lo que hago ahora. Yo empecé a preguntarme cómo aprendía Catalina. Entendí que había otras formas de aprender que no eran las convencionales»
La hipertonía del cuerpo de Cata o los cambios en su respiración se convirtieron en la formas poco convencionales de expresar los aprendizajes que la niña lograba. «Todo el mundo puede aprender», sintetiza Corso.
En el camino de la inclusión
Con la muerte de su hija, una pregunta se instaló en la vida de la docente: «¿Qué hago con todo esto?». Así fue que orientó su carrera docente al tema de la inclusión de las capacidades diferentes, con énfasis en los problemas severos.
Ese principio fue el que Corso llevó a la escuela que dirige. Corso misma se especializó en el área. Corso tiene una diplomatura por FLACSO, otra por la Universidad Central de Chile y el Centro de Altos Estudios Universitarios de OEI y una especialización por la Universidad de Salamanca, siempre en el área de inclusión y discapacidades.
La escuela Rumania integra adolescentes con todo tipo de dificultades. Hay alumnos con Trastornos del Espectro Autista, con Trastornos Generalizados del Desarrollo, con síndrome Asperger, síndrome de Tourette, síndrome de Down, alumnos con problemas pisquiátricos como esquizofrenia o psicosis. También con parálisis cerebral, con mielomelingocele, con espina bífida o microcefalia. «En el turno mañana, donde cursan unos 300 chicos, entre 60 y 70 alumnos tienen estos diagnósticos», dice Corso.
«El nuevo ganador se conocerá en Dubai, en marzo de 2017»
Compartilo
Los mismos profesores de las áreas tradicionales se ocupan de adecuar los contenidos. «Ellos ponen el cuerpo literalmente cuando algún chico tiene un brote y se pone violento», comenta Corso. La capacitación en servicio de los docentes se orienta haca el área de la inclusión de las capacidades diferentes.
«En la escuela, además de lo académico, a los chicos les enseñamos que todos somos iguales. El chico que viene del Fuerte es tan valorado que se siente único», explica Corso.
En su proyecto pedagógico, primer año es el año clave. Lo explica Corso: «Ahí todavía se dan las burlas y la discriminación entre ellos. Una vez que maman los valores de la escuela, con tutorías muy personalizadas, los chicos aprenden a cuidarse mutuamente. Los chicos que llegan de Fuerte Apache, cuando ven a sus compañeros en sillas de rueda que la siguen peleando, aprenden a relativizanr sus propias situaciones. Todos aprendemos que todos tienen algo que aportar y eso enriquece la vida de todos. Trabajamos sobre el valor agregado de cada uno y no sobre el disvalor».
Evaluando logros
Por eso, según Corso, las evaluaciones estandarizadas no resultan útiles para sopesar el aporte de su escuela. «No nos va muy bien en relación con la media que maneja el ministerio. Nos va muy bien en relación con nosotros mismos».
Corso se refiere a las historias de sus alumnos, cuyos logros no suelen estar reflejados en las evaluaciones estandarizadas. Cuenta el caso de un ex alumno con parálisis cerebral que estudia derecho en Universidad de La Matanza y es uno de los mejores promedios. O por el contrario, el caso de un adolescente que llegó a quinto año, sólo se llevó sólo dos materias previas a febrero pero algo pasó: «A veces los atraviesa el barrio y los perdemos en un verano. Así pasó con ese alumno: terminó el verano y no volvió. Le cortaron la cara en un boliche. Lo desfiguraron. Se quedó sin proyecto. Le arruinaron la vida».
En la escuela Rumania no festejan antes de tiempo los logros de sus alumnos. «Festejamos con cada alumno que se recibe y se puede insertar -explica-. Recién ahí estamos en condiciones de medir los logros».
Si en marzo Corso gana el premio millonario, planea primero mejorar las condiciones de su escuela. «Nuestra escuela es re pobre -dice-. A los chicos con sillas de rueda tenemos que llevarlos a upa. La rampa que funciona un día y 20 no; el hueco para el ascensor que hace 5 años que espera un ascensor». Entre sus planes también está abrir una guardería en la escuela y financiar viajes para capacitar a otros maestros. Además sueña con una fundación. «Para trabajar con chicos como Catalina que no cuenten con una obra social», detalla.
El nuevo ganador se conocerá en Dubai, en marzo de 2017, cuando se lleve a cabo una nueva edición del Global Education and Skills Forum (GESF), organizado también por la Fundación Varkey.
En la última edición del Global Teacher Prize a principio de 2016, dos maestras argentinas, Inés Bulacio y Gracia Goicoechandia, llegaron a la final. El premio recayó en la maestra israelí Hanan Hroub.
De acuerdo a estadísticas del Ministerio de Justicia de la Nación, la mayoría de los reclusos sólo completó la primaria y tiene menos de 35 años.
Varones jóvenes de nacionalidad argentina sin trabajo y con un bajo nivel de escolarización. Ese es, de acuerdo a las estadísticas del Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena del Ministerio de Justicia de la Nación, el perfil promedio de los reclusos de las cárceles nacionales.
Así, el informe arroja que el 96% de los presos al 31 de diciembre del 2015 eran de sexo masculino, mientras que el 62% tenía menos de 35 años.
De esa población, el 38% finalizó lo la escuela primaria y el 28% la tenía incompleta. Sólo un 26% tiene el secundario completo o incompleto y el porcentaje de universitarios es del 2%.
Mientras tanto, en relación a datos laborales, el 45% de los presos estaba desocupado al momento de ser detenido, el 40% trabajaba a tiempo parcial y sólo un 15% lo hacía a tiempo completo.
En relación a la población carcelaria femenina (que suma 2.963 internas), 140 mujeres viven tras las rejas junto a sus hijos en los penales, cifra menor a la de años anteriores: en 2014 había 162 casos y en 2013, 164.
Robo, homicidio y violación
Robo y tentativa de robo, homicidio doloso, infracción a la ley de estupefacientes y violación son los principales delitos imputados a los reclusos del sistema penitenciario nacional. De acuerdo al informe, esta característica no es trasladable a la estadística general de delitos, sino que responde al funcionamiento del sistema de justicia penal y a la gravedad de las figuras delictivas.
El 50% de los presos del sistema penitenciario argentino no tiene condena firme.
En ese sentido, una situación que se mantiene en los últimos años y que apunta al deficiente manejo judicial de las causas penales, es que el 50% de los presos argentinos no tiene condena firme.
Quizás el costado más alarmante del informe es el que tiene que ver con el constante crecimiento del número de individuos privados de su libertad. El año pasado se registró un incremento del 5% en relación al año anterior, que a su vez representa un 31% en relación con 2005 y un 92% en relación con el 2000.
Tasa de media a baja
La provincia de Buenos Aires, mientras tanto, es la que posee la población carcelaria más extensa, con un 46% del total de detenidos en el país.
La provincia de Buenos Aires tiene la población carcelaria más extensa del país.
Argentina cuenta con 285 unidades penales. El Servicio Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires maneja 54 centros y el Federal suma 33.
En total, 72.693 personas viven en el ámbito penitenciario nacional. Si a eso se le restan las 1.229 personas que están bajo régimen de monitoreo electrónico, la población carcelaria alcanza los 71.464, lo que equivale a una tasa de 166 cada 100.000 habitantes.
Esta cifra, sin embargo, es una de las más bajas de la región: en Chile la tasa es de 241 cada 100.000, en Uruguay de 291 y en Brasil alcanza al 307.
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