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Rafael Bautista: “Vemos la decadencia de un sistema-mundo que empieza a mostrarnos sus límites”

Redacción: Rebelión

Correo del Alba entrevistó al filósofo Rafael Bautista, quien nos concedió un tiempo generoso para hablar de la coyuntura internacional, la hegemonía occidental en decadencia, además de la guerra comercial entre EE.UU. y China, entre otros temas.

Pensador agudo y acucioso, Bautista analiza desde la historia a la hora de explicar las causas del declive del mundo moderno y la emergencia de una nueva correlación de fuerzas que unidas podrían ser una alternativa que rompa con la lógica imperial de dominación.

Asistimos a una pugna entre EE.UU. versus China y Rusia. ¿Qué ocurre en el mundo actual? ¿A qué se deben tales diferencias y cuál es el peligro potencial de que se profundicen?

El contexto es el de la decadencia hegemónica, ya no solo de EE.UU., sino de la disposición centro-periferia, la puesta en escena de nuevas hegemonías, potencias emergentes que no responden a la creación occidental. La única de esas potencias que podría reclamar pertenencia occidental sería Rusia, pero incluso el canciller ruso, Serguéi Lavrov, hace dos o tres años atrás –en una conferencia en Múnich– señaló ya la posibilidad inevitable de pensar un orden postoccidental.

La decadencia estadounidense no simboliza el declive hegemónico del imperio solamente, sino de todo aquello que ha hecho posible esa preeminencia imperial y eso es la constelación geopolítica centro-periferia, la determinación espacial geopolítica de la dominación moderna que empieza en 1492, con la conquista, la invasión y el despojo del “Nuevo Mundo”, de América.

Tal es la importancia principal para ver cómo esta beligerancia entre potencias no es exclusiva al interior del sistema-mundo moderno, por el contrario, se da desde la exterioridad, porque China también fue relegada y excluida de la preeminencia occidental; la India, lo mismo. Entonces, aparece China, India y Rusia. Claro, que esta última reclame un nuevo orden postoccidental es lo que nos permite sugerir que la decadencia imperial, en última instancia, es civilizatoria y afecta la preeminencia moderno occidental.

En los términos y contexto descrito es que cobra valor el concepto de crisis civilizatoria. Solo desde esa perspectiva es posible advertir que China esté trasladando o empujando la economía global hacia el Pacífico, desde un punto de vista histórico, más allá de la noción occidental. De tal manera que estaríamos advirtiendo la recuperación de la hegemonía china que solo hace dos siglos –y menos– fue relegada del concierto mundial. En efecto, vemos la decadencia de un sistema-mundo que empieza a mostrarnos sus límites y que, como dijo alguna vez Enrique Dussel, dará lugar a un orden transmoderno que no tenga como referencia a la modernidad, sino que, básicamente, sea superación de ella y por eso la emergencia de estas hegemonías o de estas potencias que no son precisamente occidentales.

Pero esas potencias, como China e India, tienen un sistema capitalista de producción.

No podemos comprender el proyecto chino desde categorías occidentales, esos son los prejuicios eurocéntricos que nos llevan a creer que China es un imperio o competencia imperial.

Para los hindúes y para los chinos ni el capitalismo ni el socialismo son fines, sino mediaciones de un proyecto nacional. Es otra vuelta para alcanzar su proyecto nacional, lo que llamaron ellos “la gran tierra”. Ciertamente China ha adoptado el neoliberalismo, pero estratégicamente ha mantenido un sistema financiero estatal y la transferencia tecnológica la ha sabido aprovechar muy bien. Pensar a China es sumamente complejo. Se sirven del capitalismo porque lo comprenden plenamente. Por eso los anglosajones en EE.UU., al creer que es meramente un remedo de lo hecho en Occidente, no saben a quién se están enfrentando en verdad.

¿Cómo ve el panorama mundial con la guerra comercial entre EE.UU. y China?

Ahora estamos viendo una guerra arancelaria. El antecedente inmediato de esa guerra es la que protagonizaron Alemania y EE.UU. antes de la Segunda Guerra Mundial. Pero eso es una aproximación bastante inmediatista o mecánica, porque también hubo muchos pormenores, lo que se estaba definiendo era la disputa imperial, quién iba a reemplazar la decadencia británica. Constituir su periferia para asegurar su centralidad es lo que pretendió Alemania para disputarle su condición de centro a Gran Bretaña. En la actualidad las cosas se complican aún más, porque si China y Rusia fuesen competencia imperial estaríamos asistiendo a un reemplazo de hegemonía en el propio sistema-mundo moderno, pero como ni Beijing ni Moscú se reclaman occidentales, es decir, están rescatando de su propia historia un proyecto nacional, lo que vemos es una descomposición de todo el orden geopolítico que ha hecho posible al mundo moderno, esto significa que ni a China ni a Rusia le interesan ese tipo de disposición centro-periferia que, en definitiva, cuesta caro.

Por ejemplo, ¿cuánto cuesta mantener un ejército norteamericano –con más de 900 bases repartidas en el mundo–? Los chinos dicen: es mucho el costo. Los chinos son comerciantes por naturaleza, tienen una lucidez al respecto de que la sangre cuesta dinero, por lo tanto es mejor pactar. En eso son bien diplomáticos. Por supuesto que requieren materias primas, necesitan expandirse comercial y económicamente, pero los chinos no están dispuestos a asumir los costos que le ha significado a Occidente mantener su centralidad.

En esta guerra arancelaria entre China y EE.UU., Occidente no tiene posibilidades de ganar. Chinos, rusos e hindúes están reconfigurando el mundo y por eso nuestros procesos deben pensar una geopolítica de modo urgente para ingresar al nuevo tablero global de modo soberano, y eso es legado de Chávez.

Hasta hace poco, el Mercado Común del Sur (Mercosur) con Venezuela representaban la sexta economía mundial –si no la quinta– y podía hablar de igual a igual con cualquier centro; ese fue el momento preciso de consolidar una apuesta de independencia, pero lo desaprovechamos, nadie entendió el proyecto de Chávez y ahora no contamos con las mejores condiciones para realizarlo.

¿Estamos en la periferia nuevamente o nunca dejamos de estarlo?

Nunca dejamos de estarlo, hoy lo estamos mucho más porque el imperio ha recuperado a Argentina, Brasil, Chile, Perú, Colombia, entre otros. Estamos rodeados. Con el triunfo de Jair Bolsonaro en Brasil, prácticamente Venezuela quedó cercada.

El capital no tiene nación”, dicen algunos…

Bueno, el capital no tiene nación, pero tiene color. Como dijo Fausto Reinaga: «Lo que importa no es el color de la piel, sino el color de la razón». En este caso la razón tiene color y el capital también, o sea, es un proyecto que tiene un locus de enunciación, es una experiencia histórica que impulsa un proyecto determinado, nace desde una experiencia que es la europea y que es la consolidación de la ciudad en detrimento del campo. El proyecto burgués moderno es citadino en contra del campo, la industrialización del campo es la negación del campesino y en nuestros países eso se ve de modo lacerante cuando el proyecto criollo-mestizo se traza desde la ciudad en contra del campo. El campesino se nos presenta como lo peor; y sin embargo, es productor de la vida.

El capital nace en la ciudad y para consolidarse tiene que negar al campo. En nuestras investigaciones estamos constatando que el proyecto moderno literalmente desprecia la vida y por eso ha reproducido una economía de la muerte en contra de la vida. Y esto es lo que hay que pensar en esta crisis geopolítica.

En ese plano, ¿Estados Unidos no mide qué es China?

No sabe qué es China y no atina en ninguna de sus opciones para bajar la preeminencia que está adquiriendo en todos los órdenes. Dicen que para el 2030 China va a superar en lo cultural, tecnológico, científico y militar a la suma conjunta de Europa y EE.UU; como puede notar, estamos a casi diez años a que supere en todo a Occidente.

Por cierto, la guerra comercial y política que está dando EE.UU., por ejemplo contra Huawei, le está jugando en contra por las tierras raras con metales preciosos que tiene China y que demanda la industria tecnológica, entre otras. De hecho, Xi Jinping ya ha amenazado al Gobierno norteamericano diciéndoles: “Si nos siguen imponiendo sanciones, no les vamos a exportar más tierras raras”. Y sin tierras raras toda la tecnología norteamericana se viene al piso, porque son minerales estratégicos, son como 19 elementos básicos para la tecnología de punta.

Eso no lo mide Donald Trump.

Mucha gente dice que Trump y compañía añoran: Make America Great Again (Haz que América sea grande otra vez). Pero no pueden lograrlo porque un proyecto económico, en primera instancia, es también cultural, y sin esta base cultural fuerte no sabes qué tipo de economía emplear. Tendrían que estar a la altura del tiempo presente para ver que lo multicultural de su sociedad se nutre de lo negado por ellos mismos y por tanto tendrían que redimir su propia historia reconociendo que esta tierra es tanto de indios, negros, inmigrantes, como de los colonizadores originales Pilgrims de los Wasp. Pero como una mentalidad colonizadora nunca va a admitir que su sojuzgado sea su igual, entonces tienen las de perder.

Trump es simplemente un portavoz de esa idiosincrasia, porque él mismo dice que es antiglobalización y de paso señala que representa al capital productivo, no al capital financiero. Ha dicho: “Han sacado nuestras empresas y toda nuestra población [se refiere a la población blanca empobrecida] se ha quedado sin trabajo, entonces vamos a hacer volver a nuestras empresas”. El problema está en que eso es imposible, porque una empresa piensa en ganar más y si retornan a EE.UU. van a perder en la competencia internacional y a nivel mercado mundial, perder es morir.

Trump ha sido atrapado por el Estado profundo. Si antes estaba asesorado por el sector marginal de la banca financiera de Wall Street, cuando ya es gobierno se nutre, para su programa económico, de Goldman Sachs. Es el Gobierno que más cambios ministeriales ha tenido, está rodeado de los más recalcitrantes y straussianos neo halcones que tiene la derecha para jugarse sus últimas cartas en una reposición hegemónica; está mostrando sin ningún tipo de diplomacia lo que realmente quiere EE.UU. Ahora, por ejemplo, Juan Guaidó y compañía han hecho que el Congreso norteamericano apruebe un proyecto de ley que –suponemos será ratificado por Trump– minará la posibilidad de que sigan funcionando los Comité Local de Abastecimiento y Producción (Clap) en Venezuela. El asedio a la Embajada venezolana en Washington es un golpe de Estado al derecho internacional. EE.UU. está revelando que nunca ha sido respetuoso de ninguna regla ni legislación internacional. Prácticamente se burlan de todos, porque ya están jugando en la sobrevivencia y cuando alguien apuesta a la sobrevivencia, la pelea es a muerte.

¿Con China y Rusia también?

Ahí tiene las de perder, porque Rusia es la cobertura nuclear de China y esta es el colchón económico que necesita aquella. El error de Barack Obama fue acercar a China y Rusia de tal modo de que ahora ambos están agarrándose de las manos porque saben que separados EE.UU. los puede hundir, pero juntos no puede hacer nada contra ellos.

¿Qué podría pasar si escala la guerra comercial?

EE.UU. siempre saldría perdiendo, porque empresas como Huawei no solamente venden celulares, sino además implementos de tecnología para muchos rubros y competencia en el mercado. Se sabe que todas las empresas apuestan por generar un margen de ganancia que les permita sobrevivir en la competencia, subvencionar. Pero Trump y el Gobierno norteamericano tendrían que subvencionar toda la producción tecnológica y eso sería a expensas de la economía nacional, la más endeudada de toda la historia de la humanidad.

Tiene que haber una salida…

Todas las salidas a esta crisis apuntan a una Tercera Guerra, que solo puede ser nuclear. Por eso pienso que es un tiempo de no pensar en salidas al estilo clásico; hay que pensar alternativas, no salidas.

¿Qué papel juega América Latina y el Caribe en este orden mundial?

Nuestro papel se ha diluido diluido desde que desaparece la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y desde que Mercosur es cooptado por Brasil y Argentina, aliados a la geocolonia del dólar. Nuestro margen de acción es muy limitado. Solo Venezuela y Bolivia quedamos como baluartes de un proceso independentista, pero no tenemos peso; entonces hay que generar las mejores energías para que en Argentina y en Brasil haya un cambio, son las dos potencias económicas de Suramérica que pueden inclinar la balanza ya no a la derecha.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=256985

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Las «escuelas de cuencas» donde los niños en Venezuela aprenden a ‘sembrar el agua’

Redacción: Actualidad

Un grupo de profesores y ‘conuqueros’ forman niños en los centros educativos para recuperar las cuencas hídricas, como vía para desarrollar un modelo comunitario en armonía con el ambiente.

Desde hace tres años, en Venezuela se realizan encuentros  de las ‘escuelas de cuencas’. Se trata de un proyecto comunal incipiente que crece con la participación de algunas instituciones educativas en el país suramericano.

La iniciativa está conformada por profesores, conuqueros y colectivos ecológicos que promueven lo que denominan la ‘siembra del agua’, una antigua técnica que en otros países es utilizada exclusivamente para mejorar la producción agrícola industrial.

No obstante, en este país el propósito es otro: formar a niños en diversas escuelas, tanto públicas y privadas, para recuperar las cuencas hídricas, como vía para desarrollar un modelo comunitario en armonía con medioambiente.

«Lo primordial es que aprendan a cuidar, recuperar y a mantener los afluentes que llevan agua hasta las comunidades», comenta Neris Barboza, una de las coordinadoras del plan concebido desde «la cultura ancestral conuquera en resistencia e insurgencia».

En Venezuela, el conuco es un término indígena para nombrar una parcela de tierra donde se cultivan alimentos y se siembran plantas. Los ‘conuqueros’ son aquellas personas con conocimientos empíricos para labrar la tierra en equilibrio con la naturaleza, de acuerdo a la tradición de los pueblos originarios.

¿Cómo se siembra el agua?

Para sembrar el agua hay diversos métodos, pero el más efectivo es mediante la reforestación, puesto que las plantas luego sirven de canales naturales para infiltrar las lluvias al subsuelo, o preservar los mantos acuíferos ya existentes.

No puede ser cualquier plantación. Por esa razón, el proyecto de ‘escuela de cuencas’ en Venezuela ha estudiado y contabilizado «un total de 39 plantas específicas» que sirven para sembrar agua, según detalla Libio Rangel, uno de los promotores.

¿En qué beneficia esto a los ecosistemas? Los coordinadores del plan explican que enriquece a las fuentes de aguas superficiales, reduce el recalentamiento de la superficie del suelo y evita la erosión de las cuencas de ríos, lagos y manantiales. En otros países, agrega Rangel, estas características son estudiadas y aplicadas solo con afán de lucro.

Niños participantes en el proyecto para ‘sembrar agua’. Cortesía Escuela de Cuencas

Sin embargo, en Venezuela los promotores de la siembra de agua se enfocan en aplicarlo en las escuelas por su»impacto directo en las comunidades» donde se encuentran las cuencas.

«Creemos que la institución en la sociedad que puede sembrar agua es la escuela, no hay duda», refiere Rangel, quien asevera que si logran diseminar en un niño la cultura de cuidar cuencas, ya es suficiente para que el pequeño se convierta «en un guardián de ríos y manantiales».

En un primera etapa, el proyecto ha beneficiado aquellos lugares de la nación caribeña donde escasea el agua debido a fallas en el servicio o por ausencia de tuberías que la lleven a los hogares.

«En algunos lugares se ha recurrido a los manantiales para servirse de agua para su uso y consumo», indica Rangel, y destaca que las comunidades donde han puesto en práctica la ‘siembra de agua’ se hace un uso apropiado de los afluentes.

¿Cómo funciona?

En la actualidad, el proyecto se divide en tres bioregiones: escuela de saberes Turimiquire, en el estado Sucre; escuela Cumbe Adentro, en Yaracuy; y en la escuela Karive, en Miranda.

«No se trata de sembrar, decir a las cámaras que se cuida el ambiente y olvidarse de eso, como muchas veces pasa», explica Rangel, quien enfatiza que el objetivo es realmente promover hábitos de cuidado medioambiental a través de acciones concretas en las escuelas.

Lo primero es seleccionar un recinto educativo situado cerca de un ‘ojo de agua’, que es como le llaman a un afluente o una zona donde existe evidencia de acuíferos subterráneos.

Recorrido pedagógico en busca de afluentes. Foto cortesía Escuela de Cuencas

Una vez hallado, organizan un recorrido pegagógico con los alumnos. El paso siguiente es hacer un diagnóstico en el aula para la recuperación y aprovechamiento comunal de agua. Con la participación de los alumnos, los promotores del proyecto construyen lo que llaman un ‘curriculum social’, que incluye la participación de la comunidad más cercana.

«Eso implica intercambiar información sobre saberes, servicios, semillas y sabores locales» de la comunidad, detalla Rangel. Sobre la base de esa información, los encargados del proyecto establecen un propuesta, vinculada con la siembra del agua, que beneficie al colectivo.

Finalmente, su puesta en marcha depende las condiciones singulares del entorno social: «Puede ser aprovechamiento para el conuco de una escuela o para preservarlo como cuenca hídrica de donde se puede servir la comunidad», cuenta Barboza.

Los ‘libros vivientes’

No todos pueden ubicar un ‘ojo de agua’. Esa labor, ilustra Barboza, solo la ejecutan los llamados ‘libros vivientes’, conformados por conuqueros, campesinos y agricultores con «comprobada sabiduría popular» sobre cómo cuidar las cuencas hídricas.

Este ‘libro viviente’ es quien levanta, junto a la escuela seleccionada, un mapa de posibles afluentes. En la evaluación se toma en cuenta qué tipo de planta típica se siembra en la comunidad.

Los niños y niñas siembran tallos en un vivero y, una vez que crecen, son plantados en las laderas o cerca de los ‘ojos de agua’ previamente elegidos. «Todo ese proceso de semillas, germinación, siembra, traslado, es entre la escuela y el ‘libro viviente’«, acota Barboza.

Otra figura principal es el ‘alumno enlace’. Rangel lo define como el estudiante con «evidente vocación conuquera» que sistematiza «las condiciones particulares de cada escuela y la comunidad». También es el encargado de llevar las familias al aula para que lo aprendido sea parte de los hogares.

«Es el alumno que gestiona el proyecto no solo en la escuela sino en la comunidad que lo rodea», expresa Rangel.

Desde 2016 hasta la fecha, se han abordado más de 200 escuelas entre los tres estados donde el programa tiene presencia. De ese total, 50 centros educativos se mantienen activos con la iniciativa.

Para Barboza, la escuela de cuencas ha tenido un «avance lento» que se justifica porque la tarea no puede hacerse «de la noche a la mañana». «Esto lleva su tiempo, hay que tener paciencia con el aprendizaje», agrega.

Modelo venezolano será replicado

El proyecto de ‘escuelas de cuencas’ de Venezuela fue presentado durante el I Encuentro Internacional de Sembradores y Guardianes del Agua, efectuado en noviembre de 2018 en Cochabamba, Bolivia.

En la resolución final del foro aprobaron replicar la experiencia venezolana en otros países, empezando en Bolivia. «La verdad es que las escuelas de cuencas en muchos países no están sembrando agua, de esta forma, no», enfatiza Rangel.

Barboza agregó que la propuesta fue acogida, sobre todo por la incorporación de los niños en edad escolar. «Todos los participantes estaban involucrados con la defensa del agua, pero nadie lo había implementado desde lo educativo, y eso llamó mucho la atención», señaló.

I Encuentro de sembradores y guardianes del agua en Bolivia. Cortesía Escuela de Cuencas.
Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/318642-escuelas-cuencas-ensenar-ninos-venezuela
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Colombia: Más de 300 niños están sin clases en la zona rural, luego de que docentes fueran asaltadas y retenidas

Redacción: Diario del Norte

A casi tres meses de que siete docentes de la sede Maimajasay, adscrita a la Institución Educativa Indígena No. 6 en zona rural de Maicao fueran despojados de sus pertenencias y retenidos contra su voluntad por espacio de dos horas, cuando se disponían a cumplir con su jornada académica, las directivas de la institución aún están a la espera de que la Secretaría de Educación y el alcalde realicen un pronunciamiento, así como tampoco han tomado las acciones necesarias para que los maestros retornen a sus labores.

Se conoció que los docentes desde el día del atraco cumplen su jornada laboral en la sede de Paraguachón, pero por temor a sus vidas no se han atrevido a regresar, ya que nadie les garantiza su integridad.

En entrevista con Diario del Norte, Georgina de Luque, rectora de la institución educativa, informó que más de 300 niños se están viendo perjudicados, y pese a que los docentes no han vuelto, los pequeños siguen presentándose para recibir sus clases. Indicó que esa sede solo tiene 55 niños nativos de la zona, y los demás son de diferentes comunidades aledañas como La Lucha, Santa Lucía, Cuatro Bocas, La Frontera, La Loma, Guadalajara, El Jobo, entre otros.

Agregó que las comunidades de La Frontera, La Lucha, Berlín y Caujalito son de territorio venezolano, pero como los niños tienen documentos de Colombia, han accedido al sistema educativo ante la crisis del vecino país.

“Allá podrán ir otros maestros, pero quién les va garantizar la seguridad a ellos y la preocupación es para dónde van a coger esos niños a los que hoy se les están vulnerando el derecho a la educación”, dijo.

Georgina de Luque, rectora de la institución educativa.

 

La directora también hizo un llamado a las autoridades tradicionales indígenas para que se pronuncien ante esta situación. “Dónde están los concejales, acaso no son ellos los padres del municipio, no son ellos los que deben velar por los intereses del pueblo en conjunto con el alcalde y no vemos su pronunciamiento. Cuántos docentes de la zona rural han sido atracados, cuántos han perdido la vida el año pasado. A un docente le quitaron la vida para robarle la moto y no pasó nada”, aseveró.

Afirmó que los maestros tienen toda la voluntad de volver. “En estos momentos están en una encrucijada porque están en el deber de cumplir su función, pero también está la exigencia de su familia a preservar sus vidas”.

La rectora dijo que lo que se necesita es que el alcalde y las autoridades tomen acciones. “Somos conscientes que así estemos dentro de nuestras casas, nuestra vida está en riesgo. Nosotros debemos tomar los cuidados necesarios para proteger nuestra integridad y que la seguridad solo nos la da Dios, pero por lo menos que se empiece a hacer una dinámica entre todos y que se le envíe un mensaje contundente a los delincuentes”.

Fuente: https://www.diariodelnorte.net/caribe/99-la-guajira/3851-mas-de-300-ninos-estan-sin-clases-en-la-zona-rural-luego-de-que-docentes-fueran-asaltadas-y-retenidas.html

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Los daños sociales de la desinformación

Por: Fernando Buen Abad

No se tipifican ni penalizan, con los rigores éticos o jurídicos más obvios, los daños que produce la desinformación y que son siempre muy severos contra el tejido social todo, ocurran donde ocurran. No hay atenuantes. A estas alturas de la historia la agenda temática indispensable para cualquier sociedad no es un misterio ni un enigma indescifrable. No hay territorio en el planeta que no tenga urgencia de saber qué pasa (verdaderamente) con la economía, no como la trama de negociados procaces culpables de la miseria sino como la realidad cruda y dura del paradero de las riquezas producidas por los trabajadores. Y sobre eso reina la inanición informativa. No hay territorio que no requiera saber, con nitidez escrupulosa, qué hacen los “políticos”, no por el entramado tóxico del trafico de influencias, favores u odios entre ellos, sino por la calidad y la cantidad de los problemas sociales que deben atender bajo mandato democrático. No hay palmo de planeta que pueda confiar en su estructura social sin conocer la dinámica completa del avance de sus derechos y sus responsabilidades frente a la complejidad misma de su dialéctica histórica, en las ciencias, en las artes, en la conflictividad y principalmente en la evolución de sus luchas, todas y cada una, en el espectro complejo de las conductas en comunidad. Y eso es de lo que más se silencia y tergiversa. Desfigurar los hechos es también desinformar.

Hace mucho tiempo, en los métodos y los instrumentales científicos de la producción informativa, dejó de tener valor la excusa de la ignorancia. Lo que se publica -o lo que se silencia- tiene la marca de los grupos de “inteligencia”, públicos o privados, que operan dentro y fuera de los medios de información. Ahí se cuecen los datos, su extensión, su profundidad su calidad y su cantidad. Ahí se definen los temas y se define el “canon” informativo obligatorio que una sociedad requiere para su desempeño cotidiano. Pero, bajo el capitalismo, que ha convertido la información también en mercancía, secuestrada para tribulaciones políticas o mercenarias, el “canon” (el conjunto mínimo obligatorio de información) no obedece a la producción social de conocimiento colectivo sino a la lógica de la ignorancia de mercado.

Tal “canon” y su dialéctica histórica, son hoy una referencia ineludible para medir la calidad y cantidad de la producción, la distribución y la interlocución con la información ofertada. Hay perfiles etarios, de género, de oficio, de orientaciones políticas, estéticas o científicas. Hay datos poblaciones suficientes, relevamientos geográficos, climatológicos económicos, políticos y culturales abundantes, como para proveer a las sociedades enteras con informaciones pertinentes, oportunas, amplias y críticas. Sin excusas, sin pretextos y sin omisiones. Y, sobre todo, proveer al “canon” con verdad científica, diversa, rica, consensuada y enriquecida permanentemente. Hay métodos avanzados para garantizarlo a pesar de que la niebla de mediocridad y servilismo que cubre a la mayoría de los “medios” no permita que se conozca la fuerza de la ciencia al servicio de la información social cotidiana.

Desinformar no sólo es suspender la “transmisión” de “datos”, es también sepultar un canon social informativo obligatorio. Es reducir el acto de informar al capricho convenenciero de los fabricantes de “noticias”. Es redactar corpus cercenados, al antojo de una ofensiva contra la consciencia de los interlocutores, para entregarles una visión (o noción) de la realidad deformada, desfigurada, desinformada. Es un fraude de punta a punta. No es una “omisión” más o menos interesada o tendenciosa…no es una “falla” del método; no es un accidente de la lógica narrativa; no es un incidente en la composición de la realidad; no es una “peccata minuta” del “descuido”; no es una errata del observador; no es miopía técnica ni es, desde luego, “gaje del oficio”. Es lisa y llanamente una canallada contra el conocimiento, un delito de lesa humanidad. Es como privar a los pueblos de su Derecho a la Educación.

A estas alturas de la Historia y, especialmente de la historia de los “medios de comunicación”, es insustentable e insoportable cualquier escusa para informar oportuna, amplia y responsablemente. No hay derecho que justifique la acción deliberada de silenciar lo que ocurre y, en el poco probable caso de que un medio de información no se entere de los que ocurre, ese medio realmente no merece respeto alguno. La excusa de “no saber”, de “no conocer”, de “no tener información” para, por ello, no asumir la responsabilidad profesional y ética que le compete a un medio informativo… es francamente sospechosa y ridícula. ¡Renuncien! Ningún pueblo debería soportar la ineficiencia inducida de un medio, concesionado por tal sociedad, para el ejercicio profesional y obligatorio de transmitir la información que es propiedad social. Hay tecnología y metodología suficientes que invalidan toda palabrería esmerada en excusar las intenciones míseras de los que desinforman. Incluso si lo hacen mintiendo con emboscadas finamente elaboradas en laboratorios de guerra psicológica.

Artículo: 19 Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.” Declaración Universal de los Derechos Humanos. A la vista de todas las canalladas inventadas por el capitalismo para violar el legítimo derecho de los pueblos a la mejor información evaluada ética y científicamente por las sociedades, bien vendría instruir una revolución jurídico-política hacia una nueva Justicia Social irreversible que tuviera como ejes prioritarios los que competen a la Cultura y a la Comunicación como inalienables. O dicho de otro modo, que nunca más la Cultura, la Comunicación ni la Información puedan ser reducidas, retaceadas ni regateadas por el interés de la clase dominante contra las necesidades de las clases oprimidas, impunemente.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=257419

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Chile: Galería HD. Las mejores fotos de la marcha de los docentes de educación parvularia

Redacción: The Clinic

Por primera vez, los tres sistemas de educación inicial: Integra, Junji y VTF (Vía Transferencia de Fondos) se unen para rechazar la privatización del sector. La movilización de 24 horas surge en contra del proyecto del Gobierno que establece un sistema de subvención para los niveles medios de dos a cuatro años. Son cerca de 4 mil jardines infantiles paralizados, que se mantienen con turnos éticos.

Fuente: https://www.theclinic.cl/2019/06/18/galeria-hd-las-mejores-fotos-de-la-marcha-de-los-docentes-de-educacion-parvularia/

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Nicolás Pimentel: Pedagogía inversa. Cuál es el anti manual de la innovación

Redacción: La Nación

¿Qué tiene que hacer una empresa cuando quiere innovar? Quizás lo primero es evitar ciertas fórmulas que trascienden de grandes empresas pero que no necesariamente llevan a la innovación salvo que seas Google.

Sobre esto habló Nicolás Pimentel, co fundador de +Castro y consultor en innovación, en la quinta edición del evento «Innovación», organizado por LA NACION, donde dio tips sobre lo que no hay que hacer para innovar en una especie de «anti manual de la innovación».

«El primer capítulo es que tener una sala lab canchera no te transforma en Google . No porque tengas una mesa de ping pong tus empleados se van a poner pimponear ideas. El segundo capítulo sería que el laboratorio de gente aislada tipo Elida Pond´s Institute tampoco sirve para la innovación porque esta tiene que permear en la forma que la compañía opera», explicó.

En tanto, el tercer capítulo es que no hay que decir que se busca un cambio cultural y después hacer un cambiecito chiquito: «cinco workshops en x cantidad de semanas no implica un cambio cultural sino que hay decisiones de fondo y un montón de cosas que implica».

El cuarto capítulo es no esperar que la innovación llegue de abajo porque, si no hay convicción top down de cambio, se va a «taclear todo lo nuevo». El quinto puesto, es que si el design thinking no se transforma en hacer se convierte en «design cajoning» porque todo se cajonea.

«El sexto capítulo es que es mentira que las buenas ideas encuentran su camino porque sin apoyo y presupuesto quedan huérfanas, olvidadas. El séptimo capitulo es que no tenemos que confundir adjetivo con sustantivo. Una idea innovadora no necesariamente es una innovación», señaló.

Por último, en octavo puesto dijo que aprender a colaborar no implica decir siempre «yes and» a todo: «Si todos hacemos eso terminamos chocándonos contra un pino». Y en noveno lugar dijo que innovación no implica tecnología necesariamente.

«El consumidor es el corazón. Innovación es buscar una solución a demandas insatisfechas. La solución correcta no implica siempre una solución con tecnología», concluyó y dijo que en el camino de la innovación hay tres certezas: lo único seguro es el cambio, el peor pecado es quedarse quieto y que falta mucho para llegar al punto b porque se vienen años de cambio.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/pedagogia-inversa-cual-es-anti-manual-innovacion-nid2259455

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Walter Rogulich: “No son parches ni reformas, la palabra es descolonización pedagógica”

Redacción: Desalambrar

La convocatoria para el pasado lunes 17 de junio a las 9:30 horas en el Nuevo Moreno Antiguoofrece las exposiciones de figuras que conocen el mapa público de la educación, tal los casos de Mario OportoAlberto Sileoni, más el profesor Alejandro Schvartzman y las licenciadas Silvina Gvirtz y Laura Penacca. Como el llamado es abierto, expresa un mensaje desde la base: Aportes desde Moreno para un Nuevo Proyecto de País.

Con el profesor Walter Rogulich, integrante del grupo ANCLADesalambrar busca conocer de qué manera, forma, método y sistema se inicia otro proyecto de País con y desde lo pedagógico más que lo educativo institucional: «Creemos que hay que ir hacia una profunda transformación educativa. No son parches ni reformas, la palabra es descolonización pedagógica porque entendemos que el problema de la trama educativa es ético y político. La educación tendría que empezar a conversar, entrar en conversación entre el docente y el alumno, aunque no es un palabra que me gusta”.

Para comenzar a discutir ese plan es prioritario transformar la formación docente:

Fuente: http://desalambrar.com.ar/no-son-parches-ni-reformas-la-palabra-es-descolonizacion-pedagogica/

 

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