Ginebra / Nueva York / 31 de mayo de 2017 / Fuente: https://www.unicef.org/
El conflicto, la pobreza y el bajo desarrollo están impidiendo a los niños de las partes más remotas de Myanmar beneficiarse de las iniciativas de reforma y reconciliación puestas en marcha por el gobierno.
Según un informe de UNICEF lanzado hoy, las medidas sociales y económicas impulsadas por el gobierno desde 2010 están empezando a fortalecer los sistemas de salud, educación y protección para los niños.
El borrador de una ley sobre infancia y el aumento de la financiación pública de la educación y de los programas de vacunación muestran un mayor compromiso para promover en el país los derechos de los niños.
Sin embargo UNICEF señala que, pese a estos progresos, la vida sigue siendo muy difícil para muchos niños en Myanmar: más de 150 niños menores de 5 años mueren cada día, y el 30% sufre desnutrición moderada o severa. Más de la mitad de todos los niños viven por debajo del umbral de la pobreza.
“Myanmar afronta un auténtico reto para garantizar que todos los niños, estén donde estén –no solo los de áreas urbanas- se beneficien del rápido desarrollo del país”, explica Justin Forsyth, director ejecutivo adjunto de UNICEF. “Hay un riesgo de que muchos niños y sus familias queden excluidos, especialmente los niños más pobres que viven en zonas remotas o están atrapados en situaciones de tensión y conflicto”.
La atención internacional se ha enfocado en gran medida en el estado de Rakhine, donde 120.000 personas desplazadas internas –entre las que hay muchas de la etnia rohingya- viven en campos como resultado del conflicto entre comunidades que estalló en 2012. La violencia se intensificó de nuevo el año pasado tras unos ataques a puestos de guardia fronterizos.
La situación de los estados remotos de Kachin, Shan y Kayin es menos conocida. Allí, los choques recurrentes entre el ejército de Myanmar y las organizaciones étnicas armadas siguen obligando a muchas familias a huir de sus casas. Los civiles se encuentran sin Estado, en riesgo de pobreza y de sufrir trata, y con un acceso muy limitado a los servicios básicos de salud y educación.
El informe hace un llamamiento para que se mejore el acceso humanitario a 2,2 millones de niños afectados por la violencia y para que finalicen las violaciones de sus derechos, incluyendo su uso como soldados.
UNICEF recuerda que en el estado de Rakhine los niños rohingya y de otras minorías étnicas necesitan ayuda y protección. Además apoya las recomendaciones de la comisión consultiva dirigida por el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, para realizar una campaña integral de registro de nacimientos y otras inversiones en servicios sanitarios y educativos abiertos a todos los niños.
El informe se lanza la víspera de la convocatoria de la segunda Conferencia de Paz nacional en Myanmar el 24 de mayo, que para UNICEF es una oportunidad de comprometerse a una mayor protección de los niños frente al conflicto.
Otra de las ideas que destaca el informe es que si algunos de los beneficios financieros logrados por Myanmar durante este reciente crecimiento económico se invirtieran en servicios para los niños y jóvenes, esto contribuiría a llevar al país a un futuro más estable y próspero.
Fuente noticia: https://www.unicef.org/spanish/media/media_96021.html