Los estudiantes de Corea del Sur comenzaron a regresar a las aulas el miércoles aunque la nación reportó 32 nuevos casos de coronavirus.
Fue la primera vez en nueve días que el incremento diario de contagios superó los 30. Corea del Sur relajó gran parte de sus medidas de distanciamiento social a principios de mayo pero después registró un repunte de nuevas infecciones ligadas a clubes de ocio nocturno en la capital, Seúl.
Cientos de miles de estudiantes de secundaria pudieron regresar a clase, aunque con nuevas normas: someterse a controles de temperatura antes de entrar al centro y la obligatoriedad de llevar mascarilla a todas horas. Algunos colegios instalaron separadores de plástico en cada mesa.
Los estudiantes de cursos inferiores regresarán en fases en las próximas semanas, señaló el Ministerio de Educación.
El nuevo año escolar debía comenzar a principios de marzo, pero se demoró varias veces. Alrededor de 5,4 millones de estudiantes han estado tomando clases online en este tiempo.
La virología desempodera a la teología. Todos escuchan a los virólogos, que tienen soberanía absoluta de interpretación de la pandemia por coronavirus, afirma Byung-Chul Han.
La pandemia por coronavirus ha significado un parteaguas para la sociedad actual, ha obligado a replantear los modelos económicos, educativos y sociales que actualmente imperan en las naciones. Debido a ello un reconocido filósofo asegura que “Sobrevivir se convertirá en algo absoluto, como si estuviéramos en un estado de guerra permanente”.
Se trata de Byung-Chul Han, una de las mentes más innovadoras en la crítica de la sociedad actual, a sus 61 años ha estudiado Filosofía, Literatura y Teología en Alemania, donde reside. Y ha afirmado durante una entrevista al portal EFE que su mayor temor es que el coronavirus imponga regímenes de vigilancia y cuarentenas biopolíticas, pérdida de libertad, fin del buen vivir o una falta de humanidad generada por la histeria y el miedo colectivo.
Han compartió con el medio internacional 9 definiciones de la pandemia, que de acuerdo con su criterio filosófico seducen al mundo del 2020:
Primera definición
“El coronavirus está mostrando que la vulnerabilidad o mortalidad humanas no son democráticas, sino que dependen del estatus social. La muerte no es democrática. La Covid-19 no ha cambiado nada al respecto. La muerte nunca ha sido democrática. La pandemia, en particular, pone de relieve los problemas sociales, los fallos y las diferencias de cada sociedad. Con la Covid-19 enferman y mueren los trabajadores pobres de origen inmigrante en las zonas periféricas de las grandes ciudades. Tienen que trabajar. El teletrabajo no se lo pueden permitir los cuidadores, los trabajadores de las fábricas, los que limpian, las vendedoras o los que recogen la basura. Los ricos, por su parte, se mudan a sus casas en el campo».
Segunda definición
“La pandemia no es solo un problema médico, sino social. Una razón por la que no han muerto tantas personas en Alemania es porque no hay problemas sociales tan graves como en otros países europeos y Estados Unidos. Además el sistema sanitario es mucho mejor en Alemania que en los Estados Unidos, Francia, Inglaterra o Italia”.
Tercera definición
“El segundo problema es que la Covid-19 no sustenta a la democracia. Como es bien sabido, del miedo se alimentan los autócratas. En la crisis, las personas vuelven a buscar líderes. El húngaro Viktor Orban se beneficia enormemente de ello, declara el estado de emergencia y lo convierte en una situación normal. Ese es el final de la democracia”.
Cuarta definición
“Con la pandemia nos dirigimos hacia un régimen de vigilancia biopolítica. No solo nuestras comunicaciones, sino incluso nuestro cuerpo, nuestro estado de salud se convierten en objetos de vigilancia digital. El choque pandémico hará que la biopolítica digital se consolide a nivel mundial, que con su control y su sistema de vigilancia se apodere de nuestro cuerpo, dará lugar a una sociedad disciplinaria biopolítica en la que también se monitorizará constantemente nuestro estado de salud”.
Quinta definición
“El virus es un espejo, muestra en qué sociedad vivimos. Y vivimos en una sociedad de supervivencia que se basa en última instancia en el miedo a la muerte. Ahora sobrevivir se convertirá en algo absoluto, como si estuviéramos en un estado de guerra permanente. Todas las fuerzas vitales se emplearán para prolongar la vida. En una sociedad de la supervivencia se pierde todo sentido de la buena vida. El placer también se sacrificará al propósito más elevado de la propia salud”.
Sexta definición
“La pandemia vuelve a hacer visible la muerte, que habíamos suprimido y subcontratado cuidadosamente. La presencia de la muerte en los medios de comunicación está poniendo nerviosa a la gente. La histeria de la supervivencia hace que la sociedad sea tan inhumana. A quien tenemos al lado es un potencial portador del virus y hay que mantenerse a distancia. Los mayores mueren solos en los asilos porque nadie puede visitarles por el riesgo de infección. ¿Esa vida prolongada unos meses es mejor que morir solo? En nuestra histeria por la supervivencia olvidamos por completo lo que es la buena vida”.
Séptima definición
“Por sobrevivir, sacrificamos voluntariamente todo lo que hace que valga la pena vivir, la sociabilidad, el sentimiento de comunidad y la cercanía. Con la pandemia además se acepta sin cuestionamiento la limitación de los derechos fundamentales, incluso se prohíben los servicios religiosos. Los sacerdotes también practican el distanciamiento social y usan máscaras protectoras. Sacrifican la creencia a la supervivencia. La caridad se manifiesta mediante el distanciamiento. La virología desempodera a la teología. Todos escuchan a los virólogos, que tienen soberanía absoluta de interpretación. La narrativa de la resurrección da paso a la ideología de la salud y de supervivencia. Ante el virus, la creencia se convierte en una farsa”.
Octava definición
“El pánico ante el virus es exagerado. La edad promedio de quienes mueren en Alemania por Covid-19 es 80 u 81 años y la esperanza media de vida es de 80.5 años. Lo que muestra nuestra reacción de pánico ante el virus es que algo anda mal en nuestra sociedad”.
Novena definición filosófica sobre la Covid-19
“La Covid-19 probablemente no sea un buen presagio para Europa y Estados Unidos. El virus es una prueba para el sistema. Los países asiáticos, que creen poco en el liberalismo, han asumido con bastante rapidez el control de la pandemia, especialmente en el aspecto de la vigilancia digital y biopolítica, inimaginables para Occidente. Europa y Estados Unidos están tropezando. Ante la pandemia están perdiendo su brillo. El virus no detiene el avance de China. China venderá su estado de vigilancia autocrática como modelo de éxito contra la epidemia. Exhibirá por todo el mundo aún con más orgullo la superioridad de su sistema. La Covid-19 hará que el poder mundial se desplace un poco más hacia Asia. Visto así, el virus marca un cambio de era”.
Asia/ South Korea/ 03.02.2020/ Source: www.koreaherald.com.
According to the Ministry of Education, 245 kindergartens, 53 elementary schools, 21 middle schools, 16 high schools and one special-education school postponed reopening following the month-long winter vacation or halted operations to rein in the spread of the coronavirus.
Most of the schools affected by the virus are in Suwon, Bucheon or Goyang in Gyeonggi Province, Gunsan in North Jeolla Province and in Seoul, where those infected with the virus have come from or visited.
Schools in areas considered to be vulnerable to the spread of the virus are now allowed to make a decision at their discretion on whether to temporarily close doors through prior consultations with regional educational authorities.
Education authorities in Suwon and Bucheon ordered all kindergartens and some elementary and middle and high schools in the cities to close for a week.
Authorities in Goyang recommended closure for all its kindergartens in the city for one week. However, only nine out of 157 kindergartens were closed, which led the ministry to revise the total number of kindergartens from 393 to 245 in the afternoon.
In Seoul, a total of nine schools — one kindergarten, three elementary schools, two middle schools and three high schools — were temporarily shut.
In Gunsan, all kindergartens, elementary, middle and high schools were ordered to close for two weeks.
Nurseries in Taean in South Chungcheong Province, Gunsan in North Jeolla Province and cities in Gyeonggi Province — Suwon, Bucheon, Pyeongtaek, Anyang and Goyang — were closed starting Monday.
Amid growing fears over the further spread of the virus upon Chinese students’ return to Korea for a new semester, the ministry said it plans to review whether to delay the reopening of universities this week.
There were an estimated 71,067 Chinese students studying at universities in Korea as of 2019, accounting for 44.4 percent of all foreign students here.
A total of 112 students and school officials are currently in self-imposed isolation after visiting the province, according to a survey of 242 universities by the ministry.
Meanwhile, 21 Korean students and school officials who visited China’s Hubei province, the epicenter of the new coronavirus, less than two weeks ago remain in self-imposed isolation, as they are not showing any symptoms of the virus, according to the ministry.
Korea has confirmed 15 cases of the coronavirus that is believed to have originated in the central Chinese city of Wuhan, with 913 people having come into contact with those infected with the virus, according to health authorities.
Starting from Tuesday, South Korea will temporarily ban foreigners who have visited Hubei province within 14 days from entering the country, and everyone who came in contact with those infected with the virus will be required to quarantine themselves for two weeks.
The coronavirus outbreak has killed at least 362 people and infected more than 17,300 globally. There are now at least 179 confirmed cases of the virus in more than 27 countries and territories outside mainland China.
One person outside mainland China, a 44-year-old Chinese man in the Philippines, has died. Sweden and Spain reported those countries’ first cases over the weekend.
Source of the notice: http://www.koreaherald.com/view.php?ud=20200203000896
La llegada de la inteligencia artificial apunta a cambiar muchos sectores y uno de lo más probables es el de recursos humanos. En Corea del Sur, por ejemplo, empresas como SK Innovation o Hyundai Engineering & Construction, dos de los grandes titanes del país, ya usan esta tecnología para contratar a personal, así que surge una nueva necesidad: aprender a enfrentarse a la IA para conseguir un puesto de trabajo, y como dicta la ley de oferta y demanda, hay gente dando clases a los estudiantes para conseguirlo.
Apuntan desde Reuters que, según la consultoría People & People, este tipo de clases «están creciendo rápidamente» y que hay empresas que ofrecen un paquete de tres horas de formación por 100.000 won, que son unos 78 euros al cambio (el salario medio en Corea del Sur es de 3.090 euros mensuales, para poner la cifra en contexto). Tiene sentido, puesto que el paro juvenil en el país supera el 10% y las escuelas de refuerzo escolar son bastante populares (ocho de cada diez estudiantes han accedido a ellas alguna vez).
No siempre es qué dices, sino cómo lo dices
Una de las personas que dan este tipo de clases es Park Seong-jung, de People & People, que reconoce que las entrevistas en vídeo con reconocimiento facial son clave. En estas, el software analiza las expresiones faciales como el miedo o la alegría, además de las palabras elegidas para la respuesta. A lo largo de la entrevista, la IA hace preguntas como «Estás en un viaje de negocios con tu jefe y ves que usa la tarjeta de crédito de la empresa para comprarse algo personal. ¿Qué le dirías?»
Es un sistema de gamificación en toda regla. De acuerdo a Chris Jing, de la empresa de software Midas IT, «a través de la gamificación, los empleadores pueden verificar 37 capacidades diferentes de un solicitante y qué tan bien encaja la persona en el puesto». La clave no está en dar la respuesta correcta, porque algunas preguntas, como la anterior, no tiene una respuesta correcta, no es A o B. La clave está en cómo se afronta el problema.
Solo en 2019, Park Seong-Yung dio clases a más de 700 estudiantes, graduados y profesores, una cifra relativamente baja si tenemos en cuenta que en Corea del Sur hay 51,47 millones de habitantes, pero parece ser un fenómeno en auge. De hecho, en una sola sesión de formación pueden llegar a juntarse hasta 600 personas en una sala de chat.
Casi el 25% de las empresas más grandes de Corea del Sur usan o planean usar IA en el proceso de contratación
Ahora bien, el éxito no está garantizado, porque no siempre es posible vencer a la inteligencia artificial. Reuters cita el caso de Kim Seok-wu, un estudiante de 22 años. Este no consiguió pasar la entrevista con una IA para una empresa minorista y decidió volver a estudiar. Según él, «creo que me sentiré desesperado si todas las empresas recurren a la IA para la contratación».
Opina que este tipo de entrevistas con «demasiado nuevas, por lo que los solicitantes de empleo no saben para qué prepararse y cualquier preparación parece no tener sentido, ya que la IA leerá nuestras caras si nos inventamos algo«. De acuerdo al Instituto de Investigación Económica de Corea, casi el 25% de las 131 empresas más grandes de Corea del Sur ya usan o planean usar inteligencia artificial en el proceso de contratación.
No hace falta irse a Corea del Sur
Aunque el caso de Corea del Sur es llamativo, no hace falta coger un avión para conocer casos de uso de inteligencia artificial aplicada a los Recursos Humanos. En España también se usa, por ejemplo, en L’Oreal, que afirma que «nos puede ayudar a mejorar la experiencia del candidato y también a ser más eficaces en nuestros procesos de reclutamiento a la hora de manejar un alto número de candidaturas» Por el momento, en L’Oreal usan la IA en una primera fase de cribado que da pie a una entrevista personal.
En Unilever España también aprovechan la IA para los procesos de selección, ya que «la IA elimina sesgos y permite que las personas que lleguen a la entrevista final hayan sido objetivamente seleccionadas por sus competencias y potencia». Entre las herramientas empleadas por Unilever están 12 juegos online que sirven para evaluar, por ejemplo, la capacidad de adaptación de los candidatos.
Indigital Advance, una empresa fundada en Barcelona hace unos cinco años, ha visto en la IA un sistema para acelerar procesos. Explica su fundadora que «el candidato realiza una entrevista online y la IA nos dice si es apto o no para el puesto requerido. Nos indica si sus respuestas han sido las correctas o si ha utilizado la terminología imprescindible». Tras conocer sus fallos, «nosotros lo formarmos en las habilidades que le permitirán pasar el primer filtro», ya que la decisión final sigue dependiendo de los humanos.
En septiembre de 2019, Unilever UK usó por primera vez un software de reconocimiento facial desarrollado por HireVue, una empresa estadounidense. Según la empresa, se «obtienen 25.000 puntos de información en una entrevista de 15 minutos«, se analizan «desde el lenguaje corporal, el tono, el vocabulario, etc., y se presta especial atención al tipo de frases que usa el candidato», por ejemplo, si habla de «nosotros» o si habla de «yo.
La reciente renuncia del ministro de justicia de Corea del Sur, Cho Kuk, por acusaciones relacionadas con admisiones universitarias favorables para su hija y otras acusaciones de corrupción ha estimulado al gobierno del presidente Moon Jae-in a acelerar las reformas en el sistema de admisiones del país.
Apenas dos semanas después de la renuncia de su asediado ministro de justicia , Moon anunció lo que llamó «medidas de fomento de la confianza pública», incluida la reducción de la proporción de alumnos que abandonaron la escuela admitidos en la universidad sobre la base de sus marcas en la agotadora Prueba de aptitud académica de la universidad (CSAT) y un final inequívoco para las escuelas secundarias privadas de élite y las escuelas de idiomas extranjeros para 2025.
Según los críticos, las escuelas privadas de élite que no tienen que seguir el plan de estudios nacional de Corea se han utilizado para proporcionar a las familias más privilegiadas una ventaja en las mejores universidades del país.
Esa crítica se hizo más fuerte durante la debacle de Cho. Las oportunidades para que los padres bien conectados ayuden a sus hijos a embellecer sus registros escolares y extraescolares se hicieron evidentes cuando surgieron detalles de una serie de pasantías aparentemente negociadas a través de los contactos de la red familiar Cho.
Las pasantías realizadas por la hija de Cho, Cho Min, son actualmente parte de una investigación criminal sobre la esposa de Cho, Chung Kyung-sim, profesora de la Universidad de Dongyang que fue arrestada el 24 de octubre. Ella será juzgada por cargos relacionados con una supuesta falsificación de certificados de pasantía para su hija. Cho mismo ha negado cualquier participación en el caso.
«La gente está pidiendo desesperadamente la promoción de la equidad en la educación», dijo Moon el 25 de octubre en una reunión de ministros de política educativa especialmente convocada. Señaló que «un sistema educativo enfrenta una crisis por falta de confianza pública. Más personas se sienten desesperadas, creyendo que la educación se ha convertido en un medio para heredar el estatus socioeconómico de los padres de uno ”, dijo.
«El restablecimiento de la confianza pública a través de un sistema educativo justo es la tarea educativa más importante en este momento», dijo Moon. «Esto debería comenzar con las admisiones a la universidad».
Las calificaciones de popularidad de Moon se han desplomado, particularmente entre los jóvenes, como resultado del asunto de Cho, con grandes protestas celebradas en septiembre y octubre para pedir la renuncia de Cho. Cho renunció el 14 de octubre después de solo 35 días como ministro.
«Aunque envuelto en el lema de una sociedad justa, el repentino énfasis de Moon en la necesidad de cambiar el sistema de admisión a la universidad parece motivado políticamente, una forma de cambiar el sentimiento público negativo antes de las elecciones parlamentarias del próximo abril», dijo un editorial en inglés. -language Korea Herald esta semana.
Moon había anunciado durante su discurso sobre el presupuesto de la Asamblea Nacional el 22 de octubre que aumentaría la proporción de admisiones a través del CSAT. El anuncio tomó por sorpresa a muchos funcionarios del gobierno.
Moon dijo en la reunión del 25 de octubre que aumentar la proporción de admisiones basadas en puntajes, actualmente el 30% de las admisiones, no sería suficiente para restaurar la confianza del público, señalando la necesidad de una evaluación más «imparcial» de los registros de los estudiantes durante el proceso de admisión. Los funcionarios propondrán medidas relevantes pronto, dijo Moon.
Eliminación total de las escuelas de élite.
El gobierno anunció que convertirá todas las escuelas de élite autónomas sin recurrir al proceso de licencia existente, una medida que, según funcionarios, fue discutida por la administración de Moon en septiembre. Unas 77 escuelas tienen licencia, con un gran número en Seúl, incluidas las escuelas secundarias de las mejores universidades.
«Estas escuelas secundarias se han centrado demasiado en llevar a los estudiantes a las mejores universidades del país», dijo el ministro de Educación, Yoo Eun-hye, en una conferencia de prensa el 25 de octubre. «El ministerio trabajará para convertirlos a todos en escuelas secundarias regulares para 2025 y mejorar la calidad de la educación en las escuelas secundarias regulares en todo el país».
La eliminación de las escuelas de élite fue una promesa electoral.durante una campaña que llevó a Moon al poder en 2017. Pero el proceso de evaluación periódica de las escuelas de élite para garantizar que cumplan con criterios particulares con el fin de conservar su licencia para operar se considera ineficaz, ya que varias de esas escuelas han recurrido a largos períodos legales acción para retener su estado.
Unas 13 universidades con más del 25% del alumnado de escuelas privadas de élite o sus propias escuelas secundarias fueron inspeccionadas por el ministerio en septiembre, observando en particular la «imparcialidad» y la autenticación de los documentos presentados durante el proceso de admisión.
Las universidades que se sometieron a la auditoría dijeron que los investigadores también estaban analizando si los estudiantes de escuelas privadas de élite mostraban alguna ventaja sobre aquellos que ingresaron a través de los puntajes CSAT, para disipar las sospechas sobre los sistemas de calificación en las escuelas secundarias de élite. Las evaluaciones de los comités de admisión también se estaban verificando.
La Federación Coreana de Asociaciones de Docentes dijo que el sistema de la escuela secundaria no debe cambiarse cada vez que cambie la administración.
Los estudiantes tienen diversas necesidades y «todavía tenemos que saber si el nuevo sistema de crédito funcionará tan bien como se planificó, por lo que es irracional desechar todas las escuelas autónomas que han estado proporcionando diferentes planes de estudio», dijo el portavoz de la asociación, Cho Sung-Chul, a los medios locales.
Regresar a las admisiones basadas en exámenes
El enfoque principal de los padres y las universidades se centrará en el aumento de las admisiones basadas en CSAT, lo que según los críticos alienta el hacinamiento en las infames academias de hamacas después de la escuela de Corea del Sur. Los académicos señalan que esto es un cambio en la política del gobierno: durante su campaña electoral, Moon prometió promover las admisiones en función de otros criterios además de los puntajes académicos, lo que estaba alimentando la industria de la industria de Corea y causando un estrés severo entre los estudiantes de secundaria.
Más de un año de debate después de que Moon asumió el cargo terminó en una decisión el año pasado de solicitar a todas las universidades que amplíen la cuota de selección a través del CSAT al 30% para 2022. En 2018, menos del 23% de las admisiones se basaron en los puntajes del CSAT, que El Consejo Coreano para la Educación Universitaria dice que fue un mínimo histórico.
Y hace solo unas semanas, el ministro de Educación, Yoo, dijo a un comité parlamentario que la cuota de admisión basada en pruebas no aumentaría. En cambio, el ministerio «mejoraría la transparencia» en el sistema de admisión temprana.
Yoo indicó una reversión de esa posición en su conferencia de prensa del 25 de octubre. «Las universidades con sede en Seúl que seleccionan a los estudiantes en función de sus promedios de calificaciones, actividades extracurriculares y conjuntos de habilidades especiales tendrán que seleccionar más en función de sus puntajes CSAT», dijo, y agregó que el aumento exacto se anunciará en el próximo mes.
Los comentarios filtrados de los funcionarios sugieren que la proporción podría aumentar al 40% de las admisiones para 2025.
Sin embargo, el miembro gobernante del Partido Demócrata, Kim Byung-wook, dijo durante un debate de la Asamblea Nacional el 29 de octubre que «hasta que se garantice la equidad, la proporción de selección a través del examen CSAT debe aumentarse a más del 50%».
Un auge en las admisiones tempranas comenzó en 2002 y en 2007 por primera vez las admisiones tempranas superaron la proporción de admisiones basadas en CSAT y han aumentado desde entonces y ahora representan hasta las tres cuartas partes de todas las admisiones en algunas universidades.
Las universidades prefieren el sistema de admisión temprana porque les da más autonomía sobre la selección y les permite elegir estudiantes más completos, ya que tiene en cuenta otras habilidades y capacidades, incluido el trabajo voluntario, pasantías y actividades extracurriculares. Muchas universidades critican cada vez más el alto contenido de opción múltiple en el CSAT.
«Es necesario aumentar los ensayos en el CSAT», dijo un oficial de admisiones en una universidad de Seúl, quien habló bajo condición de anonimato.
Sin embargo, ella esperaba que la proporción de estudiantes que ingresaran sobre la base de ensayos especiales, trabajos de investigación o proyectos disminuiría a raíz del asunto Cho y otras revelaciones de asistencia brindada a los estudiantes por padres bien conectados, particularmente padres que son profesores.
Los directores de las universidades se han negado a comentar sobre los efectos de cualquier aumento impuesto por el gobierno en la proporción de estudiantes admitidos en base a los puntajes de CSAT hasta que se divulguen detalles específicos.
Durante décadas, Japón y Corea del Sur han sido grandes socios comerciales y, al mismo tiempo, los mayores aliados estratégicos de Estados Unidos en Asia oriental.
Pero en los últimos meses, esa relación ha sufrido un vertiginoso deterioro hasta el punto que este viernes se anunció la decisión de Tokio de despojar a Seúl de su estatus de socio comercial preferente.
La medida adoptada por el gobierno del primer ministro Shinzo Abe dificultará el acceso que tienen industrias que son clave para la economía de Corea del Sur, como las del automóvil o la petroquímica, para adquirir más de un millar de productos nipones.
Esta limitación se suma a una restricción previa impuesta a inicios de julio, mediante la cual Tokio puso límites a la exportación de materiales industriales que Seúl necesita para fabricar semiconductores y pantallas de visualización.
Más allá del daño que puedan causar a una relación comercial que en 2017 superó los US$82.000 millones, se teme que estas medidas generen perturbaciones en la cadena de suministro global de productos de alta tecnología, sumando un problema adicional a una economía global que parece perder fuelle.
Seúl ha amenazado con hacer que la controversia sea resuelta ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) y ha advertido que dispone de medidas que puede hacer «mucho daño» a la economía de Japón.
Sin embargo, curiosamente, esta disputa no tiene su origen en ninguna diferencia comercial sino en una controversia histórica que durante décadas ha arrojado su sombra sobre la relación entre ambas naciones.
Colonia y esclavitud
En 1910, la península coreana fue anexada por el imperio japonés a través de un polémico tratado que dio inicio a un periodo de dominio nipón que se extendió hasta el final de la II Guerra Mundial.
Se trataba de la culminación de un proceso que se había iniciado en 1905 con la firma de un acuerdo impuesto por la fuerza desde Japón, mediante el cual la península se convertía en su protectorado.
A partir de entonces Tokio impuso en la península un gobierno conformado por un gobernador y por oficiales militares nombrados por el emperador.
Los ciudadanos coreanos quedaron privados de derechos elementales como la libertad de expresión y de asociación, mientras las autoridades coloniales intentaban impulsar su asimilación a través de un sistema educativo que favorecía la enseñanza del japonés y excluía la formación sobre lengua e historia coreana.
La expansión del imperio japonés y el inicio de la Segunda Guerra Mundial tuvieron fuertes consecuencias para la población coreana.
De acuerdo con fuentes surcoreanas, se estima que hasta 7,8 millones de coreanos fueron reclutados como soldados o como trabajadores esclavosdesde la etapa previa hasta el final de la guerra.
Muchos fueron enviados a trabajar en minas o en fábricas de municiones a lo largo de Asia, mientras otros tuvieron que combatir en las filas del Ejército nipón.
Las mujeres, sin embargo, tuvieron un destino distinto, incluso peor. Decenas de miles de ellas fueron forzadas a trabajar en prostíbulos creados para satisfacer a los soldados japoneses.
Eran llamadas «mujeres de confort» y se estima que hubo unas 200.000 de ellas, incluyendo coreanas, chinas y filipinas.
No eran prostitutas. Eran esclavas sexuales.
Muchas fueron secuestradas y obligadas a tener relaciones sexuales con los soldados durante años.
La disputa por las reparaciones
Después del final de la II Guerra Mundial, el gobierno de Corea del Sur buscó que Japón pagara algún tipo de compensación por el daño infligido a estos trabajadores.
Así, en el acuerdo para el restablecimiento de relaciones diplomáticas firmado por ambos países en 1965, Tokio aceptó pagar US$300 millones en ayudas y US$200 millones de préstamos para Corea del Sur.
Esos fondos, sin embargo, no fueron a parar a manos de aquellos trabajadores que habían sido esclavizados sino que fueron utilizados por el gobierno militar que entonces regía el país para la construcción de autopistas, fábricas y acueductos.
No sería sino hasta finales de la década de 1980, después de que Corea del Sur logró democratizarse, cuando muchos de los que habían sido sometidos a trabajos forzados acudieron a la justicia para buscar ser resarcidos.
Aquellas primeras demandas fueron introducidas ante juzgados de Japón, que terminaron desechándolas con el argumento de que las compensaciones ya habían sido pagadas tras el acuerdo de 1965.
Allí se señala textualmente que todos los reclamos relacionados con la era colonial se consideran «resueltos de forma completa y definitiva».
Ante el rechazo de las cortes japonesas, a partir del año 2000 las demandas comenzaron a ser presentadas ante tribunales en Corea del Sur.
Allí los juicios tampoco prosperaron inicialmente. Sin embargo, en 2004 un tribunal ordenó al ministerio de Exteriores de Corea del Sur a hacer públicos los documentos relacionados con el acuerdo de 1965.
Posteriormente, esto llevó a la creación de una comisión nacional que estudio el tema, la cual concluyó que el tratado no incluía las compensaciones por los «actos ilegales en contra de la humanidad».
Además señalaba que gran parte de los US$300 millones que había pagado Japón debieron haber sido entregados a las víctimas del trabajo esclavo.
Como consecuencia de todo este proceso, el gobierno de Corea del Sur terminó distribuyendo después unos US$547 millones entre unas 72.600 personas.
Pese a todo, hubo muchas víctimas que no recibieron nada.
Las cosas dieron un giro en 2012, cuando la Corte Suprema dictaminó que quienes fueron sometidos a trabajo forzado tenían derecho a demandar a las empresas japonesas y ordenó a los tribunales inferiores revisar decisiones anteriores a la luz de ese fallo.
Esa sentencia encendió las alarmas en el propio gobierno surcoreano y llevó al ministerio de Exteriores a emitir una opinión en la que advertía al máximo tribunal acerca de una «catástrofe irreversible», en caso de que se autorizara la incautación de bienes pertenecientes a las empresas japonesas.
El Ejecutivo surcoreano temía ser considerado como un país que desconoce los acuerdos internacionales y que rompe sus promesas.
Muchos años pasaron antes de que la Corte Suprema volviera a decidir sobre este tema hasta que finalmente, en octubre de 2018, emitió un fallo a favor de Lee Chun-shik, un nonagenario surcoreano que en su adolescencia fue llevado a Japón para trabajar como esclavo en la fabricación de acero.
Esa empresa para la que trabajó se llama Nippon Steel & Sumitomo Metal y es en la actualidad la mayor fabricante de acero de Japón, con propiedades en muchas partes del mundo, incluyendo una participación valorada en unos US$9,6 millones en NPR, una acería en Corea del Sur.
Aunque aquella decisión de la Corte Suprema solamente ordenaba el pago de US$89.000 para Lee y para las familias de otros tres demandantes, el fallo abrió la puerta a otras decisiones similares.
En noviembre del año pasado, hubo dos sentencias similares en contra de Mitsubishi Heavy Industries, mientras que hay una decena de casos que se ventilan en tribunales inferiores en contra de unas 70 empresas japonesas, entre las cuales hay verdaderos gigantes mundiales como Nissan, Toshiba o Panasonic.
Así las cosas, las demandas de los surcoreanos que fueron esclavizados van dirigidas en contra de los grandes de la industria japonesa.
Una probable explicación de por qué, más allá del costo económico de estas compensaciones, esta disputa entre Japón y Corea del Sur tiene muchos componentes de historia y de orgullo nacional.
Las plazas ofertadas en un curso universitario en Corea del Sur se ocupan en solo tres minutos. En el país asiático un alto porcentaje de jóvenes no tiene pareja por decisión personal
Haciendo acopio de toda su gallardía, un joven surcoreano propone a una compañera de clase pasar la tarde juntos. Los dos tortolitos caminan juntos al salir de clase, compartiendo sonrisas tímidas y una conversación vacilante. Es posible, incluso, que en algún momento sus manos lleguen a rozarse. Podría parecer una cita, y lo es, pero por encima de todo es un examen, final y práctico, para una asignatura llamada Género y cultura. Gracias a este curso, impartido en la Universidad de Sejong, Seúl, los alumnos pueden aprender todo —o casi todo— lo que hay que saber sobre relaciones sentimentales, amor y sexo.
Los datos más recientes del Instituto Coreano de Salud y Asuntos Sociales (KIHSA) llevan a pensar que la pasión es una lección que necesita un repaso. En 2018, el país tuvo el número de matrimonios más bajo de los últimos 46 años. Una encuesta realizada por este organismo entre solteros de 20 a 44 años indicaba que solo un 26% de los hombres y un 32% de las mujeres tenían pareja, y para la mayoría se debía a una decisión personal. A los jóvenes coreanos les cuesta encontrar a su media naranja, quizá por eso esta actualización académica del Ars Amatoria sea tan popular: todas las plazas ofertadas para la clase se ocuparon en menos de tres minutos. La sabiduría de Ovidio, como corresponde a un clásico, es universal y atemporal.
Las raíces de este celibato generalizado se hunden en la profundidad socioeconómica. El primero de los factores es un mercado laboral muy competitivo. La tasa de desempleo en Corea del Sur, un 3,8%, se eleva —por anecdótica que parezca en latitudes mediterráneas— a máximos de los últimos 17 años. Para los menores de 30 años, esta cifra casi se triplica. Según un sondeode la firma de recursos humanos JobKorea, solo uno de cada diez estudiantes que se gradúan el próximo mes ha encontrado trabajo a tiempo completo.
Han Heehyeon, de 22 años de edad y habitante de Seúl, cree que su situación profesional tiene mucho que ver con el hecho de que esté soltera: “Cuando estás en la universidad es mucho más sencillo conocer gente nueva, pero cuando estás trabajando ya no tanto. Además, ahora debo concentrarme en hacer las cosas bien. Mi salario ahora mismo es bastante bajo, pero si trabajo con dedicación y esfuerzo es posible que en uno o dos años pueda empezar a ahorrar”.
Esta encrucijada es un lugar común para los millennials, un colectivo generacional para el que la precariedad laboral obstaculiza la planificación a largo plazo y la estabilidad económica que requiere formar una familia. Bae Jeong-weon, la profesora que imparte Género y cultura, desea que su asignatura incida en esta cuestión, por ello uno de los deberes que encarga a sus alumnos es preparar el presupuesto de un matrimonio. En la cita final, además, no pueden gastarse más de 10.000 won, el equivalente de 7,5 euros.
En el caso de las mujeres, la seguridad es otro elemento muy relevante. La violencia sexual ha aumentado en Corea del Sur desde hace varios años. Según datos de la Agencia Nacional de Policía, en 2017 se registraron 32.000 denuncias por este motivo, el doble de las 16.000 de 2008. La lacra social que supone la violencia de género crece especialmente rápido: los casos han pasado de 9.000 en 2016 a 19.000 en 2018. “Hace poco una chica fue asesinada por un hombre en la estación de Gangnam, muy cerca de donde trabajo”, rememora Heehyeon. “Paso por allí a diario y siempre pienso que podría haber sido yo. Por eso nunca quedaría con alguien que hubiera conocido en Internet, solo saldría con un chico que ya conociera de antes”.
Todos estos factores son más o menos comunes a los de cualquier país moderno, pero hay otros que afectan a Corea del Sur de manera específica. Uno de ellos es el servicio militar obligatorio. Los varones de entre 18 y 28 años reciben instrucción militar durante casi dos años. “Diría que el 90% de las parejas que conozco rompieron cuando el chico tuvo que hacer el servicio militar. Unos pocos lo intentaron, pero durante esos meses es muy complicado mantener el contacto, ya que los reclutas tienen un horario muy estricto. Al final acaba siendo como estar saliendo con una persona imaginaria. Y si lo logran y continúan juntos cuando él vuelve, la presión para el chico es enorme porque la chica le ha esperado durante dos años, lo que a veces acaba siendo fatal. Es muy complicado. Pero, a pesar de todo, algunas parejas lo intentan”. Heehyeon decidió no hacerlo.
Cuando se le pregunta si asistiría al curso Género y cultura, Heehyeon duda, pero acaba respondiendo: “Para ser sincera, la verdad es que no. Puedes aprender algo de la clase, pero creo que es mejor salir, conocer gente y ver cómo funcionan las cosas en distintas situaciones”.
Los dos alumnos vuelven a casa contentos. Nunca sabremos si la cita se cerró con un beso: eso no forma parte del programa académico.
OtrasVocesenEducacion.org existe gracias al esfuerzo voluntario e independiente de un pequeño grupo de docentes que decidimos soñar con un espacio abierto de intercambio y debate.
¡Ayúdanos a mantener abiertas las puertas de esta aula!