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UNICEF: Cumplir por los niños de Afganistán

Cumplir por los niños de Afganistán

UNICEF continúa trabajando con sus socios para apoyar a los niños y sus familias en todo el país.

El aumento del conflicto y la inseguridad en Afganistán ha hecho que los niños paguen un precio muy alto. Afganistán ya era uno de los lugares más peligrosos del mundo para ser niño. Ahora, con una crisis de seguridad, el aumento vertiginoso de los precios de los alimentos, una sequía grave y la propagación del COVID-19, los niños corren un riesgo mayor que nunca.

UNICEF ha estado sobre el terreno en Afganistán durante 65 años con oficinas en todo el país y una variedad de socios que nos ayudan a brindar asistencia vital a los más vulnerables, especialmente a los niños. UNICEF está apoyando a equipos móviles de salud y nutrición en campamentos para desplazados internos, estableciendo centros de nutrición y lugares de vacunación, colocando por adelantado suministros adicionales para salvar vidas y apoyando a los estudiantes en clases de educación basadas en la comunidad.

Los niños no deben pagar por conflictos con su infancia. Los niños de Afganistán necesitan paz.

¿Qué está pasando en Afganistán?

En un contexto de conflicto e inseguridad, los niños viven en comunidades que se están quedando sin agua debido a la sequía. Se están perdiendo las vacunas que salvan vidas. El sistema de salud y los servicios sociales están al borde del colapso y los suministros médicos se están agotando peligrosamente. Muchos niños están tan desnutridos que yacen en camas de hospital, demasiado débiles para agarrar un dedo extendido.

Alrededor de 14 millones de personas en Afganistán se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda, y se estima que 3,2 millones de niños menores de cinco años sufrirán desnutrición aguda para fines de 2021. Al menos 1 millón de estos niños corren el riesgo de morir debido a enfermedades graves. desnutrición aguda sin tratamiento inmediato.

Done para apoyar el trabajo de UNICEF para los niños de Afganistán

 

¿Cómo está respondiendo UNICEF?

UNICEF está comprometido a continuar su trabajo por los niños y las familias en todo Afganistán. Para llegar a los niños más difíciles de alcanzar, UNICEF está promoviendo con todas las partes para garantizar un acceso humanitario seguro y sin obstáculos, de conformidad con los Compromisos básicos para los niños en la acción humanitaria .

UNICEF apoya los servicios de agua, higiene y saneamiento de emergencia (WASH), incluida la provisión de agua potable a través del transporte de agua, la construcción y reparación de bombas de mano, junto con la provisión de suministros y promoción de la higiene.

Afganistán. Un niño se lava en un punto de agua instalado por UNICEF.

Un niño se lava la cara en un punto de agua instalado por UNICEF en un hospital de Herat.

Los servicios de atención primaria de salud y nutrición continúan en los establecimientos de salud, así como a través de equipos de salud móviles. A principios de octubre, UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos anunciaron que agregarían 100 equipos móviles de salud y nutrición más, además de los más de 160 equipos móviles que ya brindan un salvavidas para niños y madres en áreas de difícil acceso.

Demasiados niños de Afganistán han presenciado escenas que ningún niño debería ver. Los niños y adolescentes están luchando contra la ansiedad y los miedos, y muchos necesitan desesperadamente apoyo de salud mental. Por lo tanto, UNICEF ha ampliado su respuesta de protección infantil al proporcionar servicios inmediatos que salvan vidas a los niños afectados por conflictos y desplazamientos, incluida la provisión de espacios adaptados para los niños y apoyo psicosocial a los niños y sus cuidadores o padres.

Afganistán. Un espacio apto para niños en una escuela secundaria en Kabul.

Los niños participan en una actividad recreativa en un espacio adaptado a los niños de UNICEF en una escuela secundaria en Kabul el 14 de agosto de 2021. UNICEF instaló tiendas de campaña para brindar apoyo psicosocial y actividades recreativas a los niños en medio de la agitación. Los equipos de salud móviles también están llegando al refugio para brindar atención prenatal y posnatal, así como servicios de nutrición y vacunación.

¿Qué pide UNICEF?

Durante el año pasado, la situación de los niños de Afganistán se ha vuelto aún más desesperada. El conflicto, la sequía y COVID-19 han chocado para crear una emergencia humanitaria sin precedentes. UNICEF pide estos cinco pasos importantes:

Asegurar que la asistencia humanitaria pueda llegar a los niños y sus comunidades necesitadas. Para garantizar que no se pierda toda una generación de niños en Afganistán, es vital que sigamos equipados para hacer este trabajo. UNICEF está presente en todo Afganistán y debe poder llegar a los niños necesitados a través de la financiación continua de los donantes y con garantías de total seguridad para su personal y los niños a los que servimos.

Garantizar que todos los niños, especialmente las niñas, tengan acceso a una educación de calidad. En los últimos años, se han logrado avances importantes en el aumento del acceso de las niñas a la educación. Es fundamental que se conserven los avances en educación y que todas las niñas y los niños del Afganistán reciban una educación de calidad.

Preservar los derechos de las mujeres, niñas. UNICEF seguirá abogando por la plena realización de los derechos de las mujeres y las niñas y por su salud física, mental y bienestar psicosocial. Deben preservarse los importantes avances logrados en materia de igualdad de género. Y se debe hacer más para garantizar que las mujeres y las niñas puedan participar de manera significativa en la sociedad afgana.

Poner fin a las graves violaciones contra los niños. UNICEF está profundamente preocupado por el aumento de violaciones graves y la multitud de riesgos de protección que enfrentan los niños. Los niños se enfrentan a graves violaciones de derechos, incluidos ataques a la educación. Deben cesar las graves violaciones contra los niños. Los derechos del niño deben protegerse y los niños no deben pagar por este conflicto con su infancia.

De acuerdo con el mensaje del Secretario General de la ONU , todos los países deberían estar dispuestos a recibir refugiados afganos; abstenerse de deportaciones; y garantizar que los niños y las familias que se ven obligados a huir tengan acceso a los servicios esenciales. Se debe permitir que los civiles busquen seguridad y protección, incluida la solicitud de asilo. Ahora es el momento de la solidaridad y el apoyo.

 

Cómo puedes ayudar

UNICEF lanzó recientemente un llamamiento por US $ 192 millones y está instando a los donantes a intensificar su apoyo a las familias vulnerables y los niños que luchan en medio de una creciente crisis humanitaria.

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/emergencies/delivering-support-afghanistans-children

 

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China: Mujer astronauta china dará clase desde el espacio

Asia/China/15-10-2021/Autor(a) y Fuente: Spanish.xinhuanet.com

La astronauta china Wang Yaping, a bordo de la nave espacial Shenzhou-13, dará una clase mientras se encuentra en órbita, anunció hoy jueves la Agencia de Vuelos Espaciales Tripulados de China.

Será la segunda vez que la mujer transmita una conferencia en directo desde el espacio, señaló el subdirector de la agencia, Lin Xiqiang, en una conferencia de prensa previa al lanzamiento de Shenzhou-13, que está programado para las 00:23 (hora de Beijing) del 16 de octubre.

Wang ganó el título de «primera maestra espacial de China» después de llevar a cabo una conferencia sobre ciencia que fue televisada a una audiencia de más de 60 millones de escolares durante la misión espacial Shenzhou-10, en junio de 2013.

Fuente: http://spanish.news.cn/2021-10/14/c_1310244719.htm

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Carlos Sanguino: Niñas que sufren, niñas que luchan contra la violencia sexual

El relato de vida de Nzadi está lleno de terror y miedo, y quizá por ello habla con voz serena y sabia. Su voz es una de tantas voces de niñas que han sufrido violencia sexual en todo el mundo, y que sufren terribles violaciones de derechos humanos en conflictos armados en lugares como Afganistán, Níger o Nigeria.

La violencia sexual se ceba con las niñas en todo el planeta. Según Naciones Unidas, la violación y el abuso sexual afectan a cerca de 1.000 millones de mujeres y niñas a lo largo de su vida. La Organización Mundial de la Salud afirma que el 35% de las mujeres de todo el mundo han sufrido violencia física y/o sexual por parte de su pareja o violencia sexual fuera de la pareja.

Según Unicef, alrededor de 120 millones de niñas, algo más de una de cada 10, han sufrido “relaciones sexuales forzadas u otros actos sexuales forzados” en algún momento de su vida. En algunos países como Indonesia, Singapur, Jordania o India las relaciones sexuales forzadas de una niña por parte de su marido son legales. El abuso sexual de menores está marcado por el género, ya que en torno al 90% de los autores son hombres y las niñas suelen presentar tasas de abuso entre dos y tres veces superiores a las de los niños.

La guerra contra las niñas

“Estaba pasando por la calle y empezaron a llamarme, yo me negué a ir. Entonces me dijeron que si me negaba me matarían. Sacaron un cuchillo y unas pistolas, no tenía otra opción, acepté porque eran muchos hombres, pero fue su jefe el que los había enviado para que fueran a llamarme porque quería tener relaciones sexuales conmigo (…). Era un hombre muy mayor, yo tenía solo 15 años. No es normal que un hombre mayor se acueste con una niña de 15, pasé demasiado miedo”.

Las palabras guerra e infancia no deberían estar nunca unidas, pero por desgracia ocurre con frecuencia. La violencia sexual se utiliza como arma de guerra contra la infancia y sus familias para aterrorizarlos e intimidarlos, a menudo con fines políticos y militares. En otras ocasiones se utiliza para realizar limpiezas étnicas o castigar a la población civil por su presunto apoyo a las fuerzas opositoras.

En algunos países como Indonesia, Singapur, Jordania o India las relaciones sexuales forzadas de una niña por parte de su marido son legales

Según Save the Children, 72 millones de niños y niñas —el 17% de los 426 millones que viven en zonas de conflicto a nivel mundial, es decir uno de cada seis— viven cerca de grupos armados que ejercen violencia sexual contra ellos. El riesgo de sufrir violencia sexual por parte de la infancia es casi diez veces mayor ahora que hace 30 años (8,5 millones en 1990). El 98% de las víctimas son niñas.

El tránsito a las escuelas

Cuando una menor de edad prepara cada mañana su cartera para ir al colegio, espera divertirse con sus compañeras de clase, aprender cosas nuevas y jugar en el recreo. ¿O no? ¿Acaso teme por su seguridad, tiene miedo de sufrir tratos humillantes y violentos y espera simplemente superar un día más?

Las escuelas son un reflejo de la sociedad. Las mismas formas de violencia —física, sexual y psicológica— que las mujeres sufren a lo largo de su vida están ya presentes en el día a día de muchas niñas, tanto en sus centros escolares como en torno a ellos. Aunque la mayoría de los casos de violencia sexual se producen en el entorno más cercano, a manos de familiares y conocidos, también a diario, hay niñas que son agredidas o que sufren violencia sexual de camino a la escuela. En países azotados por la guerra, hay quienes son secuestradas por grupos armados, y algunas resultan heridas o muertas cuando se dirigen a su centro escolar o cuando este es blanco de ataques.

En África subsahariana la violencia sexual expone a las niñas al riesgo de embarazos no deseados, con posibles implicaciones perjudiciales para su propia salud y la del bebé. En Suazilandia, el 17,4% de las niñas de 13 a 17 años han sido expulsadas de las escuelas por haber sido obligadas a mantener relaciones sexuales. Una quinta parte de estas violaciones tuvo lugar en la escuela o de camino a ella.

El peligro está en casa

Un total de 15 millones de niñas adolescentes de 15 a 19 años han experimentado relaciones sexuales forzadas en todo el mundo. En la inmensa mayoría de los países, las adolescentes son el grupo con mayor riesgo de verse forzadas a mantener relaciones sexuales (u otro tipo de actos sexuales) por parte de su marido, pareja o novio actual o anterior. De acuerdo con los datos disponibles para 30 países, tan solo un 1% de ellas ha pedido alguna vez ayuda profesional.

En numerosas ocasiones, la violencia es ejercida por los propios familiares. En la capital de Nicaragua (Managua), ocho de cada 10 víctimas de agresiones sexuales son niñas y adolescentes. Dos tercios de las jóvenes afganas no están escolarizadas, el 80% siguen siendo analfabetas, más de la mitad ha sufrido violencia machista en su propia familia y el 75% afrontan matrimonios forzosos, en muchos casos antes de los 16.

Niñas refugiadas

“Me acosaron mucho. Un contrabandista fue muy insistente. Me dijo: ‘Te enviaré a Alemania en avión, pero dame a tu hija’. Por supuesto, no lo hice, pero sigo teniéndoles miedo”.

Hay alrededor de 26 millones de personas refugiadas en el mundo, y las niñas y mujeres representan la mitad del total. Esta cifra nos confirma que, lamentablemente, todos los años miles de ellas huyen de sus países de origen buscando refugio en nuevos lugares para escapar de amenazas internas, como la violencia y la persecución, guerras civiles o falta de oportunidades económicas, entre otros. Y cuando no pueden salir del país la situación no es mejor. En Afganistán, en torno a cinco millones de personas se han visto desplazadas internamente por el conflicto, el 80% son mujeres, niñas y niños.

Al dejar su hogar no solo arriesgan su vida y se exponen —mucho más que los adultos— a ser víctimas de explotación, sino que también se separan de todo lo que les resultaba familiar y cercano: sus amigos, sus juegos, sus comidas, sus familiares y su escuela. Cuando una niña se convierte en refugiada, tendrá la mitad de posibilidades de cursar educación secundaria.

¿Cómo podemos mejorar la vida de estas niñas?

Los retos que tenemos por delante para lograrlo en todo el mundo son complejos. Diez agencias internacionales proponen un conjunto de medidas que abarcan siete esferas de intervención.

Por otro lado, Naciones Unidas plantea estas recomendaciones en los Objetivos de Desarrollo Sostenible:

  • Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo
  • Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación
  • Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina
  • Aprobar y fortalecer políticas acertadas y leyes aplicables para promover la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas a todos los niveles

Pese a todo, numerosas niñas en todo el mundo deciden plantarle cara al futuro y tener una vida mejor. Su resiliencia y coraje nos anima año tras año a seguir apoyándolas en su lucha por sus derechos humanos y por una vida mejor. Jamás es tarde para una persona.

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India: Bombay, la escuela de los últimos que resistió a la pandemia

El Instituto Santa Catalina de Siena de Bandra proporcionó smartphones a sus alumnos y comidas diarias a las familias más necesitadas. Alerta de la UNESCO sobre la situación de la educación: «En la India, el 19% de los cargos de enseñanza están sin cubrir y muchos docentes están subcalificados».

Bombay (AsiaNews) – El reporte de la UNESCO «Sin docentes no hay clase», resalta el impacto que ha tenido el coronavirus en la educación india en 2021. Según el informe, más de un millón de puestos de enseñanza en las escuelas de todo el país siguen vacantes, es decir, el 19% del total; si solo se consideran las zonas rurales, el porcentaje de cargos vacantes trepa al 69%. A esto se añaden las conclusiones del gobierno indio sobre los pobres resultados en el aprendizaje. Por tanto, el panorama del sistema educativo indio no es nada halagüeño. “La actual pandemia de Covid-19″, escribe la UNESCO, «resalta aún más el papel crucial que desempeñan los docentes para garantizar una formación significativa y unos sistemas educativos resilientes».

El Hermano Joseph es director de la Escuela y Orfanato Santa Catalina de Siena, en Bandra, en el distrito de Bombay (estado de Maharashtra, costa oeste de la India). Frente a esta situación, se aboca a garantizar una instrucción de calidad y constante a los niños pobres de los barrios marginales.

«En nuestra escuela estudian niños de familias económica y socialmente frágiles», explica a AsiaNews, «Ellos han sufrido mucho las consecuencias de la pandemia. La mayoría de los centros educativos de la ciudad cuentan con todas las facilidades para impartir las clases en línea”. La situación es diferente allí: “nuestros alumnos han tenido muchas dificultades para conectarse; muchos de nuestros niños no pueden permitirse ni siquiera el teléfono más barato. La mayoría de las familias con las que trabajamos sólo tienen un smartphone, que comparten entre muchos hermanos». En promedio, hay un smartphone por cada cuatro alumnos, y normalmente el hijo mayor tiene prioridad sobre los demás. De modo que los  más pequeños no tienen posibilidades de seguir las lecciones online”.

Fundada en 1957 por el padre Anthony Elenjimittam (este año se cumple el décimo aniversario de su muerte), la escuela de Santa Catalina surgió con el objetivo de proporcionar una educación a los niños pobres, independientemente de su casta, credo o condición social.

Fiel a este compromiso, el año pasado este centro escolar adquirió 72 teléfonos móviles nuevos -con aplicaciones para acceder a la educación en línea- y los entregó a los padres para facilitar el acceso al aprendizaje online. Gracias a esta iniciativa, la mayoría de los alumnos pueden participar en las clases. “Visitamos a muchas familias de nuestro barrio durante la pandemia», explicó el Hermano Joseph, «y nos dimos cuenta de que muchísimos padres tenían dificultades para alimentar a sus hijos. Entendimos que en ese momento, la prioridad no era tanto proporcionar teléfonos móviles, sino garantizar una comida para esos niños». La escuela de Santa Catalina comenzó entonces a distribuir comidas calientes y desayunos a las familias más necesitadas: «Tengo que agradecer a nuestros docentes que fueron más allá del deber en esta tarea, asegurándose de que los alumnos más pobres recibieran sus raciones de comida cada día».

Fuente: http://www.asianews.it/noticias-es/Bombay,-la-escuela-de-los-%C3%BAltimos-que-resisti%C3%B3-a-la-pandemia-54229.html

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Escuela china de acrobacia ofrece formación en línea para estudiantes extranjeros

Asia/China/08-10-2021/Autor(a) y Fuente: Spanish.xinhuanet.com

La Escuela de Arte Acrobático Wuqiao de Hebei, ubicada en el norte de China, celebró recientemente una clase en línea para estudiantes del ultramar, como parte de un programa de formación en línea de tres meses de duración.

El programa ha sido diseñado para alumnos en Laos y Camboya, y contará con la participación de más de diez expertos en acrobacias, de acuerdo con la escuela.

Debido al impacto de la pandemia de COVID-19, es difícil que las clases de formación de acrobacia satisfagan las demandas de los estudiantes en los países en vías de desarrollo, por lo cual la escuela decidió iniciar la enseñanza en línea, explicaron fuentes del centro de formación.

«La formación acrobática recurre generalmente a la enseñanza y orientación presencial, debido a los altos requisitos de movimiento físico y otros detalles que involucra», manifestó Duan Yong, funcionario de la escuela.

Es difícil observar movimientos corporales como gestos faciales y expresiones visuales durante la formación en línea, y el proceso entero necesita de explicaciones y orientación, por eso la escuela ha adoptado el modo de la transmisión en vivo, agregó Duan.

Durante las sesiones de formación en línea, estudiantes chinos calificados muestran acciones estándar delante de varias cámaras de alta definición, mientras los maestros van ofreciendo la orientación.

La escuela comenzó a recibir estudiantes extranjeros en 2002, y más de 500 alumnos de más de 40 países han participado en sus cursos hasta el momento.

Wuqiao es considerada la cuna de la acrobacia china, y el estilo de interpretación puede datar de unos 2.000 años atrás, en tiempos de la dinastía Han (202 a. C. – 220). En 2006, la acrobacia de Wuqiao fue incluida en el listado de patrimonio cultural intangible de nivel estatal.

Fuente: http://spanish.news.cn/2021-10/06/c_1310228768.htm

Imagen: 995645 en Pixabay

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La debacle educativa tras el golpe en Myanmar

Por: Khai Ring

El 1° de febrero de 2021, el ejército birmano derrocó al gobierno elegido democráticamente y detuvo a la Consejera de Estado, Aung San Su Kyi, bajo cargos falsos. En medio de la crisis del Covid-19, los niños y niñas del estado de Chin no tienen clases desde hace un año y medio. Mientras las Fuerzas Armadas utilizan las escuelas como bases militares y acosan a las organizaciones educativas no gubernamentales, los padres, maestros y estudiantes ven a la desobediencia civil como un mecanismo de resistencia: “No necesitamos una educación militar esclava”.

 Seis meses después del golpe, la disposición de la Junta Militar para asesinar, mutilar y detener menores continúa siendo estremecedora. Desde junio, la Asociación de Asistencia a Presos Políticos (AAPP) ha calculado que el número de víctimas menores de 18 años asciende a 72. Once de esas muertes han sido el resultado de heridas en la cabeza producidas por armas de fuego, lo cual indica la presencia de francotiradores en las marchas y protestas.

Más de 1000 niños han sido detenidos y dos fueron condenados a muerte luego de haber sido acusados de matar a un partidario del golpe. Los juicios se llevan a cabo en el marco del Estado de Sitio impuesto en marzo, el cual transfirió poderes ejecutivos y judiciales a los mandos militares regionales. En consecuencia, no se respeta el debido proceso. La AAPP registra dos niños asesinados en el estado Shan, uno en Kayah, uno en Mon y tres en Chin. Sin embargo, probablemente el número de muertes infantiles sea mucho más alto dada la dificultad de recolectar información en zonas habitadas por minorías étnicas, donde las edades de quienes fueron asesinados por la artillería militar y los ataques aéreos continúan sin confirmarse.

Los crímenes cometidos contra los menores son los actos más viscerales y obscenos perpetrados por la Junta Militar y quedarán grabados en la consciencia del Estado. A esto, debemos sumarle los niños desprovistos de atención médica y sin acceso a la educación. El Comité de los Derechos del Niño de la Organización de la Naciones Unidas ha mostrado su preocupación ya que una generación entera de menores se está viendo perjudicada por la crisis.

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Asamblea escolar. En Paletwa, algunas escuelas están cerradas desde 2017 debido al conflicto en curso. Foto: DMG Newsroom
RECHAZO A LA EDUCACIÓN ESTATAL

Chin suele ser descrito como el estado más pobre y menos desarrollado de Myanmar. Aquí, la educación siempre ha sido una preocupación desde el punto de vista de los derechos humanos. Junto al confinamiento por el Covid-19, el golpe provocó que los niños no tengan clases desde hace más de un año y medio. En el distrito de Paletwa Township, la interrupción educativa y el cierre de escuelas han provocado un fuerte descenso de la educación formal.

Cuando el 1° de junio, el gobierno militar ordenó la reapertura de las escuelas del país, el 90% de los niños no asistieron. Los padres se negaron a enviarlos a las escuelas de la Junta Militar: “No necesitamos una educación militar esclava”. Los docentes permanecieron comprometidos con la huelga nacional y el Movimiento de Desobediencia Civil, y muchas escuelas del estado Chin continuaron ocupadas por las Fuerzas Armadas.

En Chin, la situación de la educación se encuentra estrechamente relacionada a la idea de revolución. De los 9.667 docentes que trabajan en las 1.515 escuelas estatales, más de 4.000 han sido despedidos por la Junta Militar por haberse unido al Movimiento de Desobediencia Civil. Cuando las instituciones educativas abrieron sus puertas, no asistió ningún niño de los municipios de Kanpetlet, Mindat, Tonzang y Thantlang. El rechazo de los docentes y de los habitantes de Chin no es novedoso. El sistema educativo es considerado una imposición colonial: una herramienta de la opresión y de la asimilación cultural denominado “burmanización”.

Las estadísticas de rendimiento educativo en Chin muestran que la educación pública no termina de beneficiar a gran parte de un país que cuenta con 35 idiomas indígenas. La imposibilidad de enseñar en los dialectos maternos, la falta de financiación y una estructura educativa obsoleta han llevado a que las comunidades del estado Chin se encuentren en los niveles más bajos de escolaridad del país. Desde 2015, el porcentaje de aprobados fluctúa entre el 14% y 21%, muy por debajo del promedio nacional ubicado en el 33%.

La idea de que la educación es una esfera clave de la desobediencia civil a un gobierno dominado por la etnia bamar se encuentra fuertemente enraizada. La Fuerza de Defensa Chin en Mindat, una milicia compuesta por indígenas, ha dejado en claro cómo será evaluada la asistencia a la escuela durante el gobierno militar. En este sentido, el Viceministro de Educación del Gobierno “paralelo” de Unidad Nacional, Sai Khaing Myo Tun, declaró que a los docentes que no formen parte de la desobediencia civil les hacía falta “fuerza moral”.

Esta mirada es compartida por las organizaciones de la sociedad civil de Chin, tal como lo refleja el líder Salai Tuan Min: “A partir del golpe, todas las actividades llevadas a cabo por organizaciones de la sociedad civil se han detenido. Algunos de los docentes se encuentran en huelga, otros con órdenes de arresto y algunos se están escapando. Como el lugar donde residen en las comunidades no es seguro, tratan de esconderse y escapar para salvar sus vidas. La educación es bastante secundaria comparado con esto”.

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Niños comiendo en un campamento para desplazados en el municipio de Mindat. Foto: Comité de Gestión de Mindat.
UNA BRECHA EDUCATIVA INTERGENERACIONAL

El 1° de agosto se cumplieron seis meses del golpe. Mientras las escuelas continúan siendo utilizadas por el ejército birmano como bases militares, los docentes debieron darse a la fuga y, los pueblos y aldeas han sido evacuadas. Asimismo, el Covid-19 está arrasando los municipios del norte. Ante la ausencia de datos oficiales, las organizaciones de la sociedad civil de Chin contabilizan alrededor de 80 personas fallecidas desde agosto y más de 2.000 contagios desde febrero. Auxiliar con respiradores a los casos más graves se ha convertido en un desafío debido al deteriorado sistema de salud y las dificultades de acceso humanitario.

La falta de educación impacta psicológicamente en los niños indígenas y en el desarrollo de la región a largo plazo. Durante el asedio al pueblo de Mindat en mayo y junio, el ejército birmano utilizó las escuelas como base; atacó la infraestructura civil y bombardeó casas; detuvo y disparó arbitrariamente a la población; utilizó civiles como escudos humanos; y cortó el suministro eléctrico y de agua del pueblo. Todas estas acciones produjeron el desplazamiento de más de 10.000 personas.

El investigador de políticas educativas en Myanmar Salai Thawngsan señala: “Aquellos que deberían estar en las escuelas están huyendo y escondiéndose para salvar sus vidas. Sus opiniones podrán cambiar, pero será difícil hacer que piensen en regresar a la escuela como antes. Nunca volverán a ver a la educación como una actividad normal. Ven a la educación y la asistencia a las instalaciones escolares como un modo de apoyar las actividades militares”.

Mientras en Chin no abundan los recursos naturales, las reformas a las políticas de titularidad de tierras y el cambio climático han perjudicado los métodos tradicionales de sustento como la rotación de cultivos. Por lo tanto, el pueblo Chin había comenzado a ver a la educación como una herramienta de ascenso social y una estrategia de desarrollo local. “El estado Chin no es como otros lugares. Obstruir la educación es una forma de destruir nuestro futuro. Sin educación es difícil sobrevivir en Chin. En el pasado, el pueblo podía recurrir a la rotación de cultivos. En cambio, los jóvenes no tienen el conocimiento tradicional. ¿Qué podrán hacer sin educación?”, se pregunta Salai Thawngsan. La preocupación es que por el conflicto, la falta de educación y la imposibilidad de vivir de la tierra como lo hicieron sus padres, las nuevas generaciones migren hacia Malasia, Tailandia o India.

¿UN NUEVO AMANECER?

El gobierno paralelo ha diseñado un programa educativo domiciliario para aquellos padres que no quieran enviar a sus hijos a las escuelas administradas por la Junta Militar. El programa va a existir en dos formatos, virtual y presencial, con el objetivo de alcanzar un mayor número de estudiantes. A largo plazo, se está diseñando un nuevo plan curricular que se apoya en la idea de una democracia federal, en oposición al actual sistema unitario del gobierno militar. El plan educativo también mantiene el pago de salarios a aquellos docentes que son parte del Movimiento de Desobediencia Civil.

No obstante, Salai Thawngsan sostiene que la utilización de plataformas virtuales, las clases por Zoom y los materiales descargables propuestos por el gobierno paralelo no funcionarán en el estado Chin ya que la conectividad a internet es muy baja y la disponibilidad de electricidad es limitada: “No tenemos una red de contención para la educación. Tenemos a las organizaciones de la sociedad civil, pero no pueden trabajar. Al mismo tiempo, la conectividad es muy precaria, lo cual hace que la situación sea peor que en otras partes del país. Si bien el foco del gobierno paralelo es la virtualidad y la tecnología, en el estado Chin es muy difícil el acceso”.

Actualmente, el Consejo Consultivo Nacional de Chin, conformado por organizaciones que se oponen a la Junta Militar, no ha mostrado un plan para solucionar la crisis educativa. Junto al gobierno paralelo, debe enfocarse en el aprendizaje en regiones remotas y, reforzar los diálogos con los docentes y la sociedad civil. “Cada comunidad del estado Chin necesita pensar cómo educar a sus niños. De lo contrario, no habrá esperanza para el futuro. Incluso la comunidad religiosa debe priorizar este objetivo. No podremos hacerlo en cada aldea, pero necesitamos seleccionar lugares donde las aldeas puedan tener un acceso seguro”, señala Thawngsan.

Existe un refrán que se ha popularizado en las redes sociales: “La noche es más oscura antes del amanecer”. Aunque el país parezca estar en su hora más oscura, la comunidad educativa debe estar preparada para el retorno de la democracia. La sociedad post-golpe debe cumplir la promesa de “no dejar a nadie atrás” y permitir que los niños accedan a nuevas oportunidades a través de la educación.

Khai Ring, de la etnia Chin, es Director de Investigación y Políticas de una organización de la sociedad civil enfocada en la educación. Su trabajo se enfoca en el desarrollo de políticas públicas y el aprendizaje basado en las lenguas maternas indígenas.

Fuente de la información e imagen: https://www.iwgia.org

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Una historia de resistencia y esperanza frente al odio y el racismo antiasiático

El aumento de los delitos de odio contra las personas de ascendencia asiática y de las islas del Pacífico en Estados Unidos desde el comienzo de la pandemia del COVID-19 inspiró a la artista Amanda Phingbodhipakkiya a realizar vibrantes obras de arte con personas de ascendencia asiática. Expuestas en espacios públicos de la ciudad de Nueva York, las imágenes, y los mensajes que transmiten, han sido noticia en todo el mundo.

En la primavera de 2021 aparecieron carteles, murales y pantallas de vivos colores en paradas de autobús, estaciones de metro y edificios emblemáticos de toda la ciudad de Nueva York, como parte de un proyecto encargado por la Comisión de Derechos Humanos de la ciudad llamado I Still Believe In New York (Todavía creo en Nueva York), con obras de Phingbodhipakkiya, artista residente de la Comisión.

Phingbodhipakkiya, neurocientífica estadounidense convertida en artista, nacida en Atlanta e hija de inmigrantes tailandeses e indonesios, tiene desde hace mucho tiempo un alto perfil en el mundo del arte, y sus exploraciones del feminismo, la ciencia y la comunidad han ido a menudo más allá de las galerías y los medios de comunicación, a protestas y concentraciones, así como a edificios y túneles de autopistas.

Pero su respuesta artística al aumento del odio contra los asiáticos desde la pandemia del COVID-19 la ha llevado a un público mucho más amplio: I Still Believe In This City ha sido cubierta por un gran número de medios de comunicación, incluida la portada de la renombrada revista Time, lo que refleja una nueva conciencia de la ira y la violencia dirigidas a los asiático-americanos.

Mientras que las obras, que muestran imágenes de personas de origen asiático y de las islas del Pacífico, transmiten positividad y una perspectiva optimista, el texto que las acompaña ofrece al espectador una perspectiva diferente, ya que contiene información sobre el contexto más oscuro que ha inspirado estas piezas, como «Este también es nuestro hogar», «No soy tu chivo expiatorio» y «Yo no te he hecho enfermar», lema este último que refleja la focalización en las personas de origen asiático, sobre la base infundada de que son las principales responsables de la propagación del COVID-19.

Phingbodhipakkiya afirma que las figuras retratadas en los carteles y murales representan «guardianes resistentes y esperanzados, frente a estos horribles ataques contra nuestra comunidad. Nos elevan como guardianes, manteniéndonos a salvo, animándonos a defender nuestros derechos».

Arte y derechos humanos

La exposición de arte público ha sido elogiada por el miembro de la minoría de derechos humanos de la ONU, Derrick León Washington, antropólogo cultural, bailarín y comisario afincado en Nueva York, que cree que el arte es crucial para promover los derechos humanos: «El arte como el de Amanda es una forma importante de iniciar conversaciones difíciles. Está conectado con las experiencias vividas, y nos ayuda a llegar y tocar a diferentes comunidades».

Las obras de arte, dice Washington, «hablan de la rebeldía de los asiático-americanos frente a la violencia antiasiática». Sin embargo, esto no es sólo una historia de Nueva York o de Estados Unidos, y el Secretario General de la ONU ha expresado su «profunda preocupación» por el aumento de ataques similares en todo el mundo».

«El racismo contra los asiáticos y los isleños del Pacífico no es un fenómeno nuevo», afirma Carmelyn Malalis, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Nueva York. «Todos tenemos historias de nuestra juventud, pero es cierto que el año pasado fue especialmente malo, debido a la pandemia».

Malalis señala que el aumento de los niveles de odio contra los asiáticos se produjo en el contexto de un aumento de todas las formas de racismo, en Nueva York y fuera de ella. «En el último año, el movimiento Black Lives Matter (Las vidas de las personas negras importan) ha luchado contra el racismo contra ellos, y ahora hay que luchar contra el racismo contra los asiáticos, el antisemitismo y otras formas de xenofobia. Esta es una ciudad muy diversa, y queremos ver la solidaridad entre todas nuestras diferentes comunidades».

En 2020, cuando el COVID-19 se extendió por la ciudad de Nueva York y los hospitales de esta ciudad experimentaron un aumento de casi 200.000 pacientes, los asiáticos y los isleños del Pacífico (API) se enfrentaron a una amenaza añadida: la culpa, el racismo y la xenofobia.

MK Luff
En 2020, cuando el COVID-19 se extendió por la ciudad de Nueva York y los hospitales de esta ciudad experimentaron un aumento de casi 200.000 pacientes, los asiáticos y los isleños del Pacífico (API) se enfrentaron a una amenaza añadida: la culpa, el racismo y la xenofobia.

Conozcamos nuestra propia fuerza

Al mismo tiempo que las obras de arte I Still Believe in This City se exponían en Nueva York, Phingbodhipakkiya lanzó otra obra más sombría, también en colaboración con la Comisión de Derechos Humanos de Nueva York, titulada May we know our own strength (Conozcamos nuestra propia fuerza). Surgió de su reacción a un tiroteo masivo en marzo de 2021, que se saldó con la muerte de ocho personas, seis de las cuales eran mujeres de ascendencia asiática.

«Esta instalación se desarrolló lentamente a partir de historias compartidas de violencia contra los asiático-americanos y los isleños del Pacífico, pero estaba abierta a cualquier persona que pasara por algo difícil; era un espacio para que depositaran su carga», explica Phingbodhipakkiya.

Los supervivientes de agresiones y otras formas de abuso publicaron anónimamente sus historias, a menudo muy personales y angustiosas, en un formulario de envío en línea. Cada envío activaba una impresora en el escaparate, que transmitía las historias en cintas de papel, al tiempo que activaba una bombilla incandescente. A continuación, Phingbodhipakkiya tejió las historias en intrincadas esculturas colgantes.

La artista dice que espera que la exposición ayude a transformar el dolor y la pérdida de cada historia en «un nuevo camino para la paz y la dulzura, y un nuevo camino hacia adelante».

«A menudo -añade- cuando vemos actos atroces, nos apartamos. Pero, al cerrar la puerta a los demás, cerramos la puerta a nuestra propia humanidad. El arte puede devolverla».

 

Este artículo forma parte de una serie de artículos multimedia publicados en el marco de las conmemoraciones del vigésimo aniversario de la Declaración de Durban de la ONU, considerada un hito en la lucha mundial contra el racismo.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2021/09/1495832

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